.:Swan Lake:.

Por: Basileia Daudojiu

Capitulo 3. Una cita contigo.

-Tomoyo…-susurró el níveo. En aquellos momentos, su capacidad de pensar, articular palabras o movilidad había sido suspendida por aquella enorme sorpresa. En su rostro no pudo evitar dibujar una expresión de confusión… ¿Qué hacía ella ahí? No le había dicho nada a nadie a cerca de la carta que había recibido el día anterior, entonces como es que su querida vecina se encontraba en el lugar de la quedada.

Vio como la joven dio un paso hacia él.

-Eriol…-sus orbes amatistas se encontraron con las del zafiro, extrañamente un sonrojo claramente perceptible se formó en las pálidas mejillas de ella-…Eriol…yo…soy quien escribió esa carta…

Daidouji vio como a su amigo los ojos estuvieron a punto de salírseles de las cuencas, obviamente sorprendido y al ver que aún se encontraba en shock, continuó hablando: Siento mucho que te hayas tenido que enterar de esta manera…yo…no era capaz…-Demonios, no podía seguir hablando, las palabras se le atoraban en la garganta a causa del nerviosismo… ¿Cómo se atrevió a hacer lo que estaba haciendo?- ¡No era capaz de decirte mis sentimientos!- exclamó de golpe- Me daba mucha vergüenza…- apartó la visto de Eriol, visiblemente avergonzada.

El inglés había estado escuchando la repentina confesión de Tomoyo mientras que a cada palabra de ella, su corazón aumentaba de ritmo, su piel se erizaba, su respiración era más corta y rápida…por Kami… ¡Tomoyo le estaba diciendo que le gustaba! ¡Lo quería a él! ¿Acaso aquello era un sueño?...porque si era así…no quería despertar jamás. Aunque tuvo que volver a la realidad, ya que la amatista mencionaba su nombre tímidamente.

-Tomoyo…-consiguió articular el níveo. ¿Cómo expresarle todo lo que sentía en esos momentos?-…tu…y-yo…Siempre me has gustado…

Ni siquiera supo de donde saco la fuerza de voluntad para poder articular aquella simple, y complicada a la vez, frase. Pero la presión que sentía se desplomó, ahora estaba en paz consigo mismo, tantos años de silencio y por fin se le declaraba a la morena. Nunca se preparó para esta situación porque pensaba que nunca sería cierta, para él era como un sueño…un sueño que ahora se hacía realidad. Notaba como le sudaban las manos en los bolsillos de su chaqueta y como sus mejillas adquirían un tono más rojizo que el de Tomoyo…

Por su parte, la joven amatista se asombró ante tal confesión…pero… ¿No la veía Eriol como una buena amiga…casi hermana? ¿Desde cuándo tenía esos sentimientos por ella? Y siendo Tomoyo una chica tan observadora, como es que no se había percatado de los sentimientos del joven Hiraguizawa hacia su persona…vio como el chico ante ella acortaba la distancia entre ambos… ¿Qué pretendía hacer?

Eriol observó a Tomoyo…estaba preciosa, miraba el suelo con las mejillas encendidas por la vergüenza…era ahora o nunca…se dijo a sí mismo. Le daba igual lo que la gente dijera de él, si era un patito feo, un empollón, una rata de biblioteca, si no pegaba con Tomoyo ya que ella, según todo el instituto, era un cisne y que por nada del mundo podría hacer buena pareja con alguien tan horroroso como el…todo eso y más le daba igual, en aquellos momentos se encontraban Daidouji y él, nadie más y por eso se acerco tímidamente a la chica ante sus ojos, notó como ésta temblaba un poco, tal vez por la incertidumbre del momento…

¿Qué iría a hacer el joven Hiraguizawa?

Algo que siempre quiso, pero que nunca se permitió…

…bajo aquel árbol de ciruelo, la tomó de los hombros y la acercó a él. La estaba abrazando y era un abrazo que transmitía a la perfección los sentimientos de Eriol, suave, cálido, sincero…la nívea tenía el rostro apoyado en el pecho de su vecino, escuchando claramente el acelerado pulso de su corazón…

-Siempre me has gustado…Tomoyo- le susurró en el oído.

La aludida cerró los ojos y se dejo llevar, poco le importaba el tiempo que llevaban así, se sentía bien en los brazos de Eriol, protegida…aunque la sonrisa que mostraba su rostro era más bien una de amargura, cosa que el peliazul no vio.


Una linda castaña observaba con poca determinación la cartelera del cine…demonios…ninguna le acababa de convencer… había películas de guerras, que no le gustaban, de risa, que no se reía porque la mayoría de las veces no pillaba las gracias, o bien de miedo…que eran descartadas en el acto. Suspiró…encima de que Shaoran la había invitado…bueno, sería él quien eligiera y no podría pegas.

-Menos mal que hemos sacado algo de tiempo ¿Verdad Shaoran?- le preguntó al joven que se encontraba a su lado.

-Es cierto…entre las animadoras y el equipo de futbol…tenemos prácticamente todas las tardes ocupadas… ¿Qué tal llevas los exámenes?

-Bueno, no me quedara más remedio que volver a pedirte ayuda en matemáticas…¡¡no entiendo cómo se te pueden dar tan bien!!- exclamó con un deje de envidia.

-Sencillamente…-dijo con arrogancia el chino-…porque soy de una clase superior a ti.- Si había algo que ponía de los nervios a Sakura, era que su propio novio se volviera prepotente. El lobo pudo ver como unas venitas crecían en la frente de su chica. Sonrió con autosuficiencia.

-¿¡De que te ríes!? Pues para que sepas Li ¡¡no pienso pedirte ayuda para el siguiente examen!! ¡Es más! ¡Sacare mejor nota que tú!

-Jajajaja ¡venga ya Sakura! ¡No te enfades! Pero lo que has dicho no lo puedes decir en serio…

-¡Le diré a Yukito que me ayude!- y furiosa le dio la espalda al castaño.

Cuando el nombre de Yukito aparecía a escena era porque Kinomoto estaba realmente molesta, ella sabía que Shaoran no podía ver al adorable amigo de su hermano mayor, porque en un pasado la jade había sentido algo por él. Y eso al chocolate le ponía visiblemente celoso…

-Perdóname Sakura…-le susurró arrepentido apoyando su frente en la de ella-…no lo decía en serio…

La chica sonrió dulcemente: No te preocupes Shaoran…claro que te pediré ayuda a ti, eres un as en las mates…

-Y tú en gimnasia- añadió el chico, intentando quedar bien con su novia- Bueno ¿Has decidido película?

-¡Sip!- exclamó alegre. Era increíble ver como de estar enfadada pasaba en un instante a estar alegre y todo por las palabras de Shaoran…su Shaoran…- ¡Quiero ver P.D: Te quiero!

-¡¿QUEEEEEEE?! ¡¡PERO SI YA LA VISTES CON TOMOYO!!

-Pero ahora la quiero ver contigo- Sakura arrastraba, literalmente, a Shaoran a los cines, el chino sabia que aquello era una pequeña venganza por parte de la trigueña…

-"Pues si que se había enfadado"- pensó.


Al principio ninguno de los dos sabía que hacer o cómo comportarse, ni Tomoyo ni Eriol habían tenido alguna relación anterior de la que guiarse. Habían decidido ir a dar una vuelta por los alrededores del barrio y tal vez irían a la sala de recreativos del centro comercial, pero por ahora ninguno de los dos decía nada.

Estaban en silencio, pero no un silencio incomodo.

Eriol observaba por el rabillo del ojo a su acompañante, simplemente no lo podía creer. Aunque por el momento no habían dejado nada en claro, tan sólo se habían declarado…bueno, por ahí se empezaba. Iban paseando tranquilamente por el famoso parque de El Rey Pingüino, desde muy pequeños jugaban en él y a penas había cambiado.

Aquel parque le traía recuerdos…recuerdos de cuando se conocieron…

Un pequeño Eriol se encontraba jugando en el cubo de arena junto al Rey Pingüino. Le daba igual que estuviera vestido con ropas caras y que su madre le obligara a llevar aquellos horribles pantalones cortos. Él sólo se dedicaba a jugar, como niño de 5 años que era. Por toda la zona arenosa tenía desparramados muñecos de sus series favoritas de acción como Batman o Spiderman y su imaginación era la que se dedicaba a ponerlos esas situaciones difíciles propias de los héroes.

-¡¡Cuidado Batman!! ¡Oh no! El monstruo de la arena vuelva a atacar…- Se divertía el chico con sus propios monólogos. Y tan ensimismado estaba en su imaginativa batalla que no se percató que una chica de dos orbes amatistas lo observaban.

-¡Hola!

-¡Oh no! Hay que ayudar a Spiderman

-¡Hola!

-¡¡Llama a Superman rápido!!

-He dicho… ¡Hola!- gritó la pequeña un poco cansada.

El infante se volvió y frunció el entrecejo…demonios…una niña… ¿Qué querría?

-¿A qué juegas?- le preguntó curiosa

-No te importa- y dándole la espalda siguió con su juego. Sin embargo aquella fastidiosa chica le dio la vuelta al cubo de arena, quedando de nuevo de cara a Eriol.

-¿Puedo jugar contigo?

-¡No! Las chicas jugáis a las casitas…

-Pues a mí también me gustan los superhéroes…- y sin permiso de Eriol, entro de un gracioso saltito al cubículo-…Spiderman es mi favorito.

-Eres rara…-le dijo Eriol- a las niñas de mi clase les gusta jugar a papas y mamas…

-¿Sí? ¡Yo lo odio!- la chica hizo una mueca de asco sonrió- Soy Tomoyo.

-Eriol- y se dieron las manos- nunca te he visto por aquí

-Mi mama y yo hemos mudamos hoy- le contesto Tomoyo mientras cogía uno de los muñecos y lo enterraba en arena.

-Te vas a manchar el vestido- Eriol miraba curioso como la chica se sentaba tan despreocupadamente.

-Y a ti tus pantalones…

-¡¡Son horribles!! ¡Me da igual que se ensucien!

-A mi me pasa igual con este vestido…¡¡Cuánto más sucio mejor!!- y ante la sorpresa del níveo, tomo gran cantidad de arena y se la echó por encima, provocando la risa de Eriol y por consiguiente, la suya.

Los niños siguieron jugando hasta muy entrada la noche, y claro está habían preocupado a sus progenitores, que con el miedo en el cuerpo fueron a buscarlos. Y aunque sus respectivos padres les echaron unas buenas reprimendas, eso no impidió nada para que ambos quedaran tarde tras tarde a jugar, en aquel cubo de arena.

Escuchó la risa de Tomoyo, trayéndolo a la realidad. No hacían falta las palabras, sabía que ella también había recordado aquel día. A raíz de ese recuerdo ambos níveos empezaron a entablar conversación, dejando de lado sus vergüenzas.

-Ni siquiera me di cuenta de lo tarde que era…-articuló Tomoyo entre risas.

-Mi madre estaba por llamar a la policía, pensaba que era un secuestro…-Eriol estaba disfrutando, le encantaba escuchar la risa de la amatista, no por nada era la voz principal en el coro de la escuela.- ¿Quieres un té?

-Sí, me apetece bastante ¿Por qué no vamos a la casa del té que hay al salir del parque? Chiharu me dijo que ponen un té de frambuesa delicioso.

-Pero invito yo ¿De acuerdo?

-¿¡Y eso porque!? ¡Y no me vengas con que eres el hombre!- exclamó Tomoyo divertida

-Bueno, así te pongo esto como excusa y en la siguiente cita, pagas tú- y descaradamente le guiño un ojo a la morena...morena que se quedo pasmada viendo como el ojiazul, con la cabeza bien en alta, caminaba tranquilamente hacia el destino propuesto.

¿Aquel era el tímido Eriol Hiraguizawa? Sonrió ante ese pensamiento al tiempo que reanudaba la marcha.

Por su parte el joven Hiraguizawa era puro nervio… ¿Cómo se atrevió a hacer eso? ¿De dónde saco la valía? Si…se podría decir que por primera vez estaba orgulloso de sí mismo, olvidándose de sus complejos.


Shaoran Li había pasado la tarde más empalagosa de toda su vida, aunque su novia hubiera visto ya esa película, la joven no había parado de llorar desde que empezó mencionando entre sollozo y sollozo: "Que pena, que pena". Tan desconsolada la había visto al salir de la sala de cine, que animándola le sugirió ir a comer dulces de fresa a su pastelería preferida. Curiosamente nada más escuchar la propuesta de su novio, la jade dejo de llorar.

No tuvieron que andar mucho, se encontraban relativamente cerca. Empezaba a hacer frío, sobre todo cuando el sol se ocultada, pero a Shaoran le encantaba esa época del año: Cuando nos den vacaciones, podríamos alquilar una casa en el campo con Tomoyo y los demás.

-¡Eso es genial, Shaoran!- exclamó encantada Sakura- seguro que a las chicas les encanta la idea y…la verdad sospecho que a Naoko sobre todo…- a la joven le recorrió un escalofrío al recordar a su amiga amante de las historias de terror.

La pareja de castaños llego al ambientado local, aunque era otoño, pronto pondrían las luces de navidad y la gente como loca empezarían a comprar regalos para uno y para otro. El joven Li disfrutaba con esa época, ya que hace un año y por ese entonces le había pedido salir a la chica que ahora le acompañaba.

-¡Anda! ¡Mira Shaoran son Tomoyo y Eriol!- exclamó feliz la castaña- ¡Qué casualidad de veros por aquí!

Los níveos se llevaron una gran sorpresa, ambos sabían que sus amigos habían ido hoy al cine, pero por nada del mundo esperaban encontrárselos aquí. Eriol y Tomoyo se miraron… ¿Les diría lo sucedido? Ninguno de los dos había planeado que harían si se encontraban con gente conocida…y obviamente no les gustaba mentir, mucho menos a sus queridos amigos.

-¡Hola Sakura!- exclamó Tomoyo alegre, aunque era un manojo de nervios en su interior- ¿Qué película habéis ido a ver?

Shaoran rodo los ojos al tiempo que Sakura le decía el titulo y ambas amigas mencionaron el nombre del protagonista con aire soñador. En ningún momento de la tarde salió a relucir el porqué Eriol y Tomoyo estaban juntos en la tetería, supusieron que ni para Li ni para Kinomoto era extraño. Así que más relajados se dedicaron a disfrutar del magnífico té que allí se servía y de la compañía de sus amigos.

-Por casualidad- dijo Sakura- ¿Sabéis si han salido las notas de química?

-Uff...déjate Sakura, mejor que no salgan…miedo me dan…

-Que dices Tomoyo, seguro que sacas buena nota, no por nada fue Eriol quien te ayudo- Li, sentado al lado de Eriol, vio como su amiga se sonrojaba…cosa que… ¿era raro?

-¡Claro!- exclamó siempre alegre Sakura- Shaoran me ayuda a mí y Eriol a ti

La inocente Kinomoto no se dio cuenta de la incomodidad que surgió a raíz de su comentario, aunque el resto presente sabía que la chica no lo decía con mala intención.


-Bueno, hemos llegado…-Tomoyo se volvió a Eriol…no habían pasado mala tarde, al contrario, se había reído, había recordado, abrazado…a la amatista le pareció lejos el momento en el que aquella misma tarde Eriol le confesó que estaba enamorado de ella…

Ahora volvían a estar los dos solos, de nuevo sin saber que decir, de nuevo esa repentina vergüenza y palabras atoradas en la garganta. La amatista, que tenía los ojos clavados en un punto fijo en el suelo, alzo su mirada a la persona frente a ella. Se sonrojo fuertemente al ver como el joven Hiraguizawa la observaba sin perderse detalle de sus movimientos: Gracias por esta tarde- Eriol se atrevió a decir: Tomoyo…mañana no hay clases…

-Si- añadió rápidamente la morena, notándose el nerviosismo en ella.

-¿Te parece bien si quedamos para estudiar?- le pregunto con algo de timidez Eriol- Puedes venirte a mi casa…

-Es-está bien…-susurró Tomoyo. Había ido miles de veces a casa de Eriol, pero sabía que la visita de mañana la iba a ver desde otra perspectiva…ahora…eran novios ¿no?-Bu-Bueno ya es algo…

-¡Espera!- interrumpió Eriol, y para sorpresa de ella le tomo de las manos- Me da igual si esto es un secreto- dijo tiernamente con una sonrisa plasmada en su rostro- Tomoyo…me has hecho muy feliz…

-Cuando esté preparada…se lo diremos a nuestros amigos…ahora me da mucha vergüenza- a medida que la ciruelo iba hablando, el tono de voz era más bajito.

-Me da igual Tomoyo…no te preocupes por eso- y debido a su altura, en comparación con la de la nívea, tuvo que bajar un poco la cabeza para depositar un suave y cálido beso en la mejilla de la chica Daidouji- Hasta mañana…

Volvía a suceder, de nuevo Eriol la sorprendía con su actitud tan… ¿Galante? La joven se apresuró a entrar. Por suerte su madre no estaba en casa, si no la hubiera bombardeado a preguntas sobre donde había estado hoy, con quien, a donde fueron…lo normal en las madres. Ni siquiera prendió la luz de su habitación cuando llego a ella…se rozo la mejilla con los dedos, aun notaba la tibiez en el lugar que Eriol deposito el beso…sentir los labios de Eriol sobre ella había hecho que miles de nervios recorrieran su cuerpo… ¿Por qué se comportaba así? ¿Por qué era tan mala con Hiraguizawa?

¡Demonios!

¡En sus planes no estaba el que Eriol sintiera algo por ella! ¡Y todo por aquella maldita carta! ¡Todo por gente estúpida de su instituto! Había sido una cobarde, una cobarde al no contarle la realidad al que era su mejor amigo, una cobarde por engañarlo…Lo último que quería ella era herirlo, herir a esa persona que siempre había estado a su lado , apoyándola en todo…pero era lo que iba a conseguir si seguía con esta farsa…

...porque eso es lo que eran sus sentimientos hacia Eriol…eran una farsa….Tomoyo se deslizo por la pared…ahora se reprochaba su actitud, debía de haberle dicho a Eriol que no era ella la que le había mandado esa carta, que fueron una niñatas del instituto para reírse de él…pero..¿Cómo le iba a decir eso si estaba totalmente acomplejado por su físico? La gota que colmo el vaso fue su declaración…

siempre me has gustado…

Ella tan solo improviso sobre la marcha…noto como lágrimas saladas descendían por su rostro, lagrimas amargas por su amigo, porque sabía que si se llegaba a enterar, Eriol sería el más herido…

Continuará

Primero que nada, mil perdones, no tengo excusa. Tanto tiempo sin actualizar…no tiene nombre…ni inspiración ni nada, intentaré ir actualizando las historias poco a poco, sobre todo MQH que es la que más abandonada tengo. Para la que más inspiración tenía era para Swan Lake, que como veis ha dado un giro a lo dramático. En el siguiente capítulo se explicara con más detalles como Tomoyo llego a tal situación, aunque más o menos se puede saber.

Estaré encantada de recibir críticas (sobre todo de mi tiempo en actualizar) pero una cosa os aseguro, no dejare las historias a la mitad. Y agradecer con todo mi corazón a aquellas personitas que me dejaron un review, aunque no ponga vuestros nombres, sabeis que sois ustedes...MIL GRACIAS

Espero que disfrutéis con la lectura tanto como yo escribiendo. Se despide por el momento,

Basi. .o