TÍTULO: PERDIDOS EN KYOTO
Autora: Sora Himeko
Summary: (Universo Alterno) Un viaje escolar y un poco de destino se entrecruzan para dar paso a las situaciones más enredadas de las que han tenido que ser parte. Y ¿por qué no? convencerse de que las primeras impresiones no siempre son acertadas. Dicen que del odio al amor sólo hay un paso...¿pero que hay de la indiferencia y el desprecio? -SasuSaku-
Notas de la autora: Este fic surgió al estar platicando con una amiga. Ella me puso un reto y yo le puse uno a ella (que espero que cumpla). Yo no tenía idea del tema, pero mi amiga me lo dio y me retó a que escribiera un Universo Alterno. No soy muy buena para esto, así que espero no encontrarme con demasiadas amenazas de muerte. Onegai!
Esta historia no será muy larga (contará con 5 o 6 capítulos además de la introducción) y trataré de subir cada capítulo semanalmente. En este caso, cada viernes.
Disclaimer: Naruto no es mío. Si fuera mío en este momento estaría recibiendo serias amenazas de muerte por parte de los fans, pidiéndome que ceda los derechos al distribuidor más cercano.
Advertencias y aclaraciones: El título Perdidos en Kyoto es una adaptación que yo hice del título en español de la película: "Lost in Translation" (Acá en México: Perdidos en Tokio). Aunque debo aclarar que esta historia no tiene nada que ver con la película. Al menos esa era mi intención inicial.
-Los personajes cuentan con 17 y 18 años aproximadamente.
-Esto probablemente no sirva mucho para este capítulo, pero sí para posteriores: Tôdai es una abreviación de la Universidad de Tokio.
Dedicatoria: Esto va para ti Jaide, tú me diste los ingredientes y yo sólo los mezclé. Ahora más te vale que disfrutes el pastel.
Introducción
Justo tenía que pasar esto. De todas las personas habidas y por haber a ella: Haruno Sakura le había tocado estar con el frívolo Uchiha Sasuke. No es que él le desagradara por tener a un arsenal de chicas a su disposición, no. Si de eso se tratara podría incluso tolerarlo. Pero no. Era solamente que Uchiha Sasuke no tenía cerebro, claro, en sentido figurado; ya que fisiológicamente no sería posible existir sin éste. Se comportaba como un patán y esto, según había leído ella en numerosos tratados de psicología, denotaba una evidente falta de confianza en sí mismo. Era sólo una suposición, pero Haruno había optado por tomarlo como un hecho; pues no había otra razón por la cual alguien pudiera ser tan pasota. Sakura detestaba a Sasuke por conseguir todo sin esforzarse en lo más mínimo. Era cierto que ella misma siempre había tenido lo que había deseado, pero eso era en cuanto a cosas materiales. Uchiha Sasuke, lo conseguía todo usando únicamente sus encantos y su poder de persuasión y era por eso que ella lo detestaba.
Aunque bueno, no todo era tan malo después de todo. Al menos había valido la pena ver la cara de desesperación que puso Fuwa Ikue la novia del susodicho. De más está decir que tampoco Ikue tenía cerebro. Después de todo: ella y Sasuke eran tal para cual.
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Haruno Sakura. Cerebrito pedante. Y es que habría preferido incluso que le tocara con Naruto que con ella, y eso ya era decir demasiado. Aquello iba a ser demasiado aburrido: tener que soportar sus eternas peroratas. Y es que si fuera sólo un cerebrito pedante podría llegar a soportarla, pero no. Haruno Sakura parecía tener algo en su contra. Y él francamente no tenía ánimos para soportar estar todo el día con un cerebrito arrogante que siempre lo había tenido todo. Por que sí: Haruno Sakura tenía unos padres que la consentían en todo lo que a la 'niña' se le antojara. Así que aparte de sabelotodo, era arrogante y caprichosa. Todo un personaje.
Lo peor de todo era la cara que había puesto Fuwa Ikue, su atractiva novia. Y es que no era que se preocupara por que se pusiera celosa; era la ofensa de que se pusiera celosa de alguien como Sakura, con la que francamente, ni en sus más locas pesadillas podría liarse.
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El Bachillerato superior de Tokio había organizado una excursión a Kyoto con los alumnos del último curso. El viaje era opcional y se realizaría en avión (cuestión de distancias). Obviamente financiado por una misteriosa compañía japonesa que se había interesado repentinamente en la educación de un grupo de jóvenes a punto de terminar el instituto. La mayor parte de los alumnos lo había tomado principalmente por la aventura que esto representaría, aunque sólo fuera por un día. Al llegar a la siempre resplandeciente ciudad de Kyoto habían tomado un autobús con el que la escuela había contactado previamente para que pudieran disponer de él a la conveniencia del profesor a cargo.
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No era que desconfiara de sus alumnos, pero el despreocupado instructor de arte: Hatake Kakashi sabía que un lío bastante gordo se armaría si se llegara a perder alguno de los muchachos, por lo que se le ocurrió la brillante idea de formarlos en pareja. Así, uno cuidaría de que el otro no se alejara demasiado, por el bien de ambos. Cosa que no era tan simple como parecía. Pues para formar las parejas se requería de cierto conocimiento previo del alumnado. Debía formar parejas que se complementaran como el yin y el yang; que uno fuera la contraparte del otro. Algo así como: polos opuestos es igual a un viaje aburrido pero seguro, que era lo esencial.
Por esa simple razón fue que colocó a Haruno Sakura con Uchiha Sasuke. No es que quisiera causar semejante disgusto a una de sus mejores alumnas, pero sabía que podía confiar en que ella era la única capaz de mantener a raya al revoltoso e irresponsable de Sasuke. Aunque a ninguno de los dos les agradó estar juntos en el autobús, y sabía de antemano que no les agradaría estar juntos en lo que restaba del viaje… pero ese ya no era su problema. El enojo se les pasaría; y no sólo a ellos. La mayor parte de los muchachos se encontraba ceñudos. Sólo el alegre Uzumaki parecía no notar la tensión en el ambiente, pues él nunca se amilanaba y encontraba un modo de pasarla bien con cualquier persona con la que estuviese, que en ese caso era la tímida e inteligente Hinata.
- Pues bien – anunció Kakashi en voz alta provocando el silencio inmediato de los muchachos – Nuestro destino será el Templo Toji-in – el profesor consultó una vez más la guía que tenía en sus manos – Dicen que el jardín es precioso. Así que será perfecto para que admiren las diferentes expresiones del arte. Y no olviden tomar apuntes porque serán importantes en su evaluación final.
Un resoplido de aburrimiento recorrió el autobús. El maestro sonrió, ya sabiendo lo que iba a pasar y continuó:
- Pero vamos… para que no se aburran les haré preguntas – recorrió con la vista los lugares – A ver… ¿Alguien sabe quién fue el que moldeó aquel jardín? – un silencio invadió el aire, sólo la mano de Sakura se levantó cansinamente, casi con fastidio - ¿Sakura?
-Todo el mundo lo sabe – Respondió Sakura aburrida, como si fuera la cosa más obvia del mundo. Sasuke, a su lado, lanzó un bufido – El jardín es obra de Muso Kokusi; el templo destaca porque ahí se encuentran las esculturas de todos los Shogun de la familia Ashikaga. Pero si es muy sencillo… ¿o no Uchiha-san? – lanzó con una media sonrisa burlona.
Desde ahí empezaban mal. Varias cabezas se giraron y lanzaron risitas burlonas al ver a Sasuke totalmente hundido en el asiento sin saber exactamente que hacer. Sakura sonreía con satisfacción al ver la cara de su compañero. Si iban a pasar el viaje juntos debería de saber a que atenerse.
-No todo el mundo tiene tan poca vida social como para saber eso – una voz chillona se escuchó desde el fondo. Sakura se encontró con los fríos ojos de Fuwa Ikue. De nuevo las risas se escucharon aún más fuertes. A lo que Sasuke respondió llevándose la palma derecha a la frente con frustración. Lo único que podía ser peor que quedar como un tonto en frente de todos era que su novia lo defendiera con un argumento tan poco convincente.
-¿Qué pasa Sasuke? Ya entiendo porque sigues con Ikue, necesitas a alguien que te cuide las espaldas – un alegre Naruto lanzó el comentario que desató las risas ya desinhibidas de sus compañeros.
- Sólo para aclararte algo Ikue – Sakura comenzó con una voz tranquila – Prefiero muchas veces no tener lo que tu llamas 'vida social' a tener que compartir mi tiempo con un perdedor que tiene un cerebro tan inútil que daría lo mismo si no lo tuviera.
La situación ya era todo, menos risible. Las miradas de todos se giraron hacia Sasuke que resoplaba rojo de furia, aún reacio a contestar algo. Ni el propio Kakashi se atrevió a romper la tensión en el ambiente.
- ¿Ah si? Pues yo creo que me tienes envidia. – Ikue comenzó a contar con sus dedos – en primer lugar: por poseer una belleza que tú jamás podrás alcanzar; en segundo: por tener vida propia; en tercero: por tener a Sasuke – ante la última frase, Sakura lanzó una risotada – Sí, aunque te rías. Lo que yo creo es que sabes que alguien como tú no podría tener la atención de Sasuke con otra cosa y es por eso que lo insultas. Pero, recuerda algo, rata de biblioteca, si no tuvieras el dinero de papi, no serías nada ¿me entiendes? Nada.
- ¿Alguien se imagina a dónde iremos después? – la voz de Kakashi se alzó con su ya conocido tono despreocupado y anunció sin esperar respuesta – Al museo de cultura de Kyoto.
Se escucharon varias protestas. Sin embargo, Sakura permanecía callada, con Sasuke a su lado sin pronunciar palabra. Una de las razones por las que el muchacho no le había contestado nada a Sakura era que, esperaba cobrárselas más tarde; pero parecía que Ikue se las había cobrado por él. Ahora Sakura miraba con desinterés por la ventanilla. Iba a ser un largo viaje.
Al llegar al templo; siguieron sin hablarse. Tenían permiso para explorar el lugar, teniendo como condiciones las de mantenerse junto a su pareja y reunirse dentro de hora y media en el jardín central. Estuvieron cerca de una hora tomando notas de cada una de las esculturas, así como de los distintos estilos que el artista había empleado para diseñar el jardín. Sasuke se llevó las manos a los bolsillos y se dirigió a la salida.
-¿Se puede saber a dónde vas? – preguntó Sakura
-A comprar algo, tengo sed; no es necesario que me acompañes ¿sabes? – lanzó en tono mordaz
-Pues voy contigo, porque, a diferencia de ti, yo tengo algo de respeto por la normas
-Como quieras; sólo hazme un favor y cállate.
La muchacha giró la cabeza indignada. Siguió a Sasuke por las calles sin encontrar un solo puesto en el que se vendiera algo de tomar.
- Lo que dijo tu novia fue muy gracioso – inició Sakura en tono casual. Sasuke levantó una ceja. – Sí, lo que dijo de que le tenía envidia… por ti. Obviamente es mentira.
-…
-¿Así que te negarás a hablar no? – un silencio siguió a esta frase – De acuerdo, pues yo no te hablaré tampoco.
Siguieron andando rápidamente, sin resultado alguno. A Sakura le dolían los pies por estar casi corriendo al lado de su compañero que daba pasos agigantados. Aún así, su orgullo impedía que hablara para pedirle que bajara un poco el ritmo. Llegaron a un pequeño puesto donde un viejo vendía aguas frescas y Sasuke pidió una.
-Que sean dos por favor – pidió Sakura sujetándose el costado para recuperar el aire
-Bien… serán 300 yenes por cada uno
-¿Qué! – Exclamó Sasuke – Esto es un robo, nos estás cobrando casi el doble
-Lo siento, pero es lo que hay ¿O acaso ven otro puesto por aquí? – El viejo prosiguió sin darle importancia - ¿Van a tomarlos o no?
-Claro que sí – Saltó Sakura con impaciencia pagando por los dos; aunque sin mirar al boquiabierto Uchiha.
Caminaron de regreso, abrigados por la sombra de los cerezos en flor que agraciaban las calles de aquella ciudad.
-No tienes que agradecerme ¿sabes? – soltó la muchacha en son de burla
-Hn…
-¿Así que te niegas todavía? Vaya… sí que eres pesado.
Ambos jóvenes caminaban con total parsimonia aprovechando la cálida brisa que les soplaba las mejillas, aunque aún sin dirigirse la palabra. Sakura estaba, por demás, incómoda y totalmente desconectada del mundo. Hasta que vio algo que la devolvió bruscamente a la realidad.
-Ese autobús es de la misma línea que el nuestro – comenzó con tono casual; el muchacho mantuvo una expresión indiferente. Sakura vio su reloj y acto seguido vio de nuevo el camión logrando divisar el cabello plateado de su maestro - ¿Sasuke?.¡Ese es nuestro autobús!
Esta vez sí que logró captar la atención de Uchiha que abrió los ojos con incredulidad, sólo para ver a su compañera correr y gritar con desesperación al autobús que doblaba en una esquina lejana. No logrando su cometido se tiró de rodillas con el rostro desencajado llamando la atención de los transeúntes.
- ¿Sakura? – llamó Sasuke casi con cautela extendiendo una mano que ella ignoró - ¿Estás bien? Podemos alcanzarlos en el Museo, sólo tenemos que llamar a un taxi y listo. No traigo dinero, pero te lo pagaré en cuanto lleguemos al camión.
-Dejé todo el dinero en el camión, así como mis tarjetas de crédito. No traigo nada… nada… - susurró Sakura con la vista perdida
Sasuke se encogió de hombros despreocupadamente.
-En ese caso, iremos a pie, no debe de estar tan lejos y…
-¿Sabes acaso…? – Sakura se detuvo sonriendo con ironía - ¿Tienes idea de las distancias en Kyoto?. ¿Tienes idea de dónde queda el museo?
Sasuke se sintió levemente mareado al recordar el mapa que sostenía su maestro y que él mismo había visto antes de subirse al autobús. De pronto le entraron muchas ganas de tirarse de rodillas junto a Sakura. En lugar de eso, lanzó con una voz que sonó, más que nada, desconsolada:
-¿Qué haremos entonces?
Y es que ahora estaban perdidos…
En Kyoto.
Comentarios finales: Esta es la introducción. Ya tengo el desarrollo completamente esquematizado. Aunque me falta pasarlo al papel. Ojala que les haya gustado y no estén deseando matarme por mi falta de brillantez. Espero que me dejen comentarios sobre que les pareció la introducción. Cualquier reclamación va para mi amiga Jaide, que es su culpa, pues ella me impuso el reto sabiendo que me encantan y de ella fue la idea.