N/A. Sé que he tardado mucho U.U pero estoy… no sé, en un momento crítico con esta historia. Después de lo que me costó el segundo xapi se me pasaron un poco las ganas, y no me animaba a intentar escribir el tercero, porque no me apetecía hacer humor. En fin, espero que este guste más que el segundo (a pesar de todo he recibido bastantes reviews, muchas gracias a todos). Ya me diréis ; )

Joanne

SALÓN DE TÉ

CAPÍTULO 3

Tirado encima de la mesa, apoyando la cara sobre su brazo, James escuchaba el molesto zumbido provocado por la perorata que la Ravenclaw le estaba ofreciendo. Era peor que la clase de Historia de la Magia. Binns y ella tenían varios puntos en común: no se callaba, tenía un tono de voz intragable y él no tenía ni idea sobre lo que le estaba hablado.

Bostezó ruidosamente, sin cortarse un pelo. Con ese tipo de gente había pisoteado sus modales y la vergüenza hacía mucho tiempo.

-Oye, eh...

-Soyla Tosa.

Apretó los labios, intentando contenerse, con el resultado de que la risa que le salió sonó muy extraña. Se mordía la lengua, mientras la chica le miraba con dignidad, muy seria.

Al final consiguió controlarse, carraspeando.

-Y, bueno, Soyla Tosa. –Se paró, controlando una nueva risita. La Ravenclaw frunció el entrecejo-. ¿Nunca se te ha ocurrido hablar de algo más interesante?

-¿Y qué hay más interesante que la emancipación de los reinos enanos en el siglo IV?

James estudió su expresión, enarcando las cejas. Ojos serios. Labios serios. Sí, era el calco de Binns, y no estaba bromeando.

Se dejó caer encima de la mesa de nuevo, e hizo un gesto con la mano para que la Ravenclaw siguiese hablando, y no tuvo que insistir dos veces.

OoOoOoOoOoO

-¡Dios!

-¿Qué?

-¡Tú padre no me interesa!

-¿Cómo?

Y parecía realmente perplejo.

-¡Deja de hablar de tu padre de una vez!

-Pero...

Amos se había quedado sin saber qué decir, mucho más sorprendido aún que en la conversación anterior con la Ravenclaw loca. Empezaba a pensar que el que Dana fuese una de las mejores amigas de Lily Evans no era seguridad de nada, ya que la chica parecía realmente desquiciada, y, para más inri, sin motivo ninguno. ¿Quién no querría oírle hablar de su padre? ¡Si era de los miembros más importantes del Ministerio!

-¿De qué hablamos entonces? –preguntó Amos, cruzándose de brazos. Ahora, que diga ahora un tema... Seguro que no tiene ninguno. Se dará cuenta de que se ha equivocado y tendrá que pedirme perdón.

-¿Del tiempo?

-¿Perdón?

-De lo que sea –exclamó Dana-. Me da igual. ¿De qué hablas con tus amigos?

-De estudios –respondió Amos, a lo que Dana hizo una mueca-. Del... Ministerio. -La mueca se pronunció más, y Diggory no supo a qué atenerse.

-¿Pretendes dormirme?

-¿De Quidditch? –dijo como última salida, casi en un gemido desesperado, y se quedó sorprendido al ver que Dana sonreía.

-Perfecto. Mi equipo favorito son los Chudley Cannons.

-¿Bromeas? Si son unos perdedores.

-El año que viene irán bien, ya lo verás...

-Eso lo decís todos los años.

OoOoOoOoOoO

-¡Basta ya! -Lucius abrió sus ojos grises algo sorprendido por la reacción de la pelirroja. ¿Acaso su repugnante Sangre le había trastornado las neuronas que tenía? Obviamente en cuanto se había sentado, él se había puesto a mirar a otro lado, y habían permanecido así durante un minuto –escaso minuto-, hasta que a Evans le había dado ese arrebato-. ¡Estoy harta de que me ignoréis como si fuese...!

-¿Una Sangre Sucia? –sugirió Lucius, enarcando las cejas. Esbozó una sonrisa en la que se adivinaba cierto regocijo-. Veo que no has soportado bien la conversación con Lestrange.

-¿Conversación? Ja. La mesa me da más conversación que él –exclamó, una leve nota de histerismo en la voz. Malfoy fijó la vista en ella, en sus ojos verdes relampagueantes, en el movimiento de su pelo rojo como el fuego, y luego apartó la mirada, volviendo a quedarse callado. Lily se puso furiosa al ver que la ignoraba por completo-. ¡Slytherins teníais que ser! Tan estirados todos, que creéis que los demás no son dignos ni de dirigiros la palabra. ¡No sois más que unos engreídos! ¡No sé ni cómo os podéis soportar entre vosotros!

-No es tan difícil –respondió Malfoy, a sus ojos metálicos asomando una insinuación de maldad-. Si podemos aguantaros a vosotros, lo demás no nos resulta tan complicado, ¿no crees?

OoOoOoOoOoO

Sirius resopló cuando se dejó caer en la silla delante de Bertha. ¿Por qué justo ella? Esa chica le resultaba francamente desagradable, siempre metiendo la nariz en asuntos ajenos. Ya podía comprarse una vida.

-Hola, Sirius.

Respiró hondo. Un par de veces. Luego se dio un golpe disimulado en la mejilla, intentando hacer desaparecer ese tic que le había salido en el ojo al ver la ¿sonrisa encantadora? de Berta y su ¿parpadeo continuo?

Por Dios, no... no, no, no.

En los labios de Sirius apareció un amago de sonrisa que tembló un poco y desapareció con prontitud. Era imposible. No podía pasarle eso a él, o, al menos, no podía pasarle eso con ella. Pero ese agitación de pestañas tan intenso no podía significar otra cosa, ni cuando se pasó la lengua por el labio inferior en un intento de... yug.

Sirius tragó saliva, y ella le guiñó un ojo, interpretando mal el gesto.

-¿Se te ha metido algo?

-No, no... o, bueno, sí –dijo, cambiando de opinión a mitad de la frase. Se llevo la mano al ojo en un gesto dramático, abriéndoselo con suavidad-. Ha debido ser un bicho o algo... ¿Puedes soplar?

Maldiciéndose por abrir su enorme bocota, Sirius sopló con suavidad, intentando no acercarse demasiado a Bertha. A ver si en un descuido se le iba a lanzar al cuello.

OoOoOoOoOoO

Los ojos de Remus se pasearon por Narcisa, contemplando su pelo rubio levemente ondulado, su mirada azul de fría expectación, su cuerpo delgado y pálido. Se preguntó de dónde habría sacado esa belleza tan Black, a pesar de no parecerse nada al resto de ellos. Pero era innegable la elegancia y la seguridad de sus gestos, igual que lo era en los del resto de la familia.

Ella no lo miraba, cosa que no le sorprendía. A fin de cuentas, un Sangre Mestiza para ellos era menos que un gusarajo. Sus ojos se posaban, en cambio, en Lucius, que, como pudo observar, discutía con Lily.

-No debería provocar a Lily –dijo en voz baja, viendo que la pelirroja parecía con ganas de sacar los ojos a alguien.

-¿Insinúas que puede hacerle algo? –dijo Narcisa, riendo con suavidad. En sus ojos brillaba un deje de admiración que Remus tan solo pudo intuir.

-Insinúo que no deberíais confiaros tanto –replicó cortante, odiando sentirse tratado así. Tan seguros que estaban siempre...-. Puede acabar siendo una debilidad.

-Sólo cuando no hay motivos pare creer en uno mismo.

Lupin la miró, y acabó por encogerse de hombros, con poco más que decir. Nada de lo que diría le haría cambiar de opinión.

Lo cierto es que pocas veces había intercambiado alguna palabra con Narcisa. Siempre era Bellatrix la que buscaba pelea con Sirius, incitándole, desafiándole. La rubia Slytherin, más joven, siempre había permanecido en un discreto segundo plano.

Ahora podía que, verdaderamente, Sirius era el raro de la familia.

OoOoOoOoO

-¡Quieto!

Rodolphus levantó la vista y la fijó en la Ravenclaw loca que tenía delante, alzando las cejas levemente al ver que ésta se había levantado con silla y todo y la señalaba.

-¡No te muevas! ¡No muevas las manos!

El Slytherin las dejó quietas, sin saber muy bien por qué. Justo se había estado rascado un segundo el dorso de una de sus manos.

-¡Tienes pulgorotes!

Entrecerró los ojos, preguntándose qué había hecho exactamente para encontrarse en esa situación. Sin hacer caso a la Ravenclaw, que soltó un chillido agudo asustada cuando se movió, y movió las manos de manera histérica.

-¡No te muevas, que pueden saltar, y desatar una epidemia que…!

-¿Se puede saber de qué hablas? –se atrevió a preguntar al final secamente, fijando sus ojos en ella –y en sus pendientes de rábano-.

-¡De los pulgorotes!

-Que son…

-Pequeños insectos de color azul de cien patas que escupen veneno y desatan tremendas enfermedades que destruirán el mundo. ¡Por eso hacen que te rasques!

-¿Igual que se está rascando ella?

-¡Oh, no, Bertha también se ha contagiado! –exclamó, llevándose las manos a la cabeza al ver que la chica se frotaba el ojo con fruición y Sirius le soplaba.

OoOoOoOoO

-Bueno, ya te has quitado de encima a las dos arpías de mis hermanas –rió Andrómeda-. Lo peor primero, di que sí.

-Sí, ya –contestó Peter, esbozando una sonrisa que reflejó alivio.

-Están locas.

-Sobre todo Bellatrix. A veces…

Andrómeda se mordió el labio, quedándose pensativa durante un segundo.

-Da miedo, ya –terminó ella-. Supongo que es lo que intenta.

Peter apretó los labios, mirando a Andrómeda. Esa chica le caía bien. Siempre se había portado bien con él, y con los Merodeadores en general. Era más como Sirius.

-Me pregunto a quién habremos salido nosotros –dijo, riéndose, pero se aseguró de bajar la voz-. Si no lo supiera poco probable, juraría que nuestras madres se han burlado de nuestros padres pero bien.

OoOoOoOoO

Se cruzó de brazos, en una actitud falsamente relajada, y una sonrisa se insinuó en su boca. Severus permaneció imperturbable, mientras se enzarzaban en una batalla de miradas que terminó con una carcajada de Bellatrix. Se llevó una mano a su pelo, apartándose un mechón empapado del rostro.

Estaba sucia, pero seguía resultando seductora. A Severus no se le había escapado la mirada que Rodolphus había dirigido al cuerpo de Black. A Severus, de hecho, se le escapaban pocas cosas.

-No hace falta que finjas –masculló-. Sé perfectamente que tienes ganas de matarlos a todos.

-¿Y te extraña?

-No.

Bellatrix se inclinó hacia delante, apoyando las manos en la mesa. Clavó las uñas, y arañó ligeramente la superficie, en una actitud agresiva.

-Si vas a seguir comportándote así, espero que te toque pronto con Black.

La chica dirigió una rápida mirada a su primo, que intentaba escabullirse de Jorkins, y la sonrisa desapareció de su rostro.

-Encárgate tú de él si tanto te molesta. Yo no pienso hacer nada por ti, ni por nadie.

-Siempre tan…

-¿Qué?

-Encantadora.

Bellatrix masculló algo entre dientes, echándose hacia atrás de nuevo. Se recriminó el haberse dejado embargar de nuevo por sus sentimientos, el no haberse podido controlar. Sobre todo delante de Snape.

-Qué sentido del humor tan agudo tienes.

-Es una de mis facetas ocultas como Slytherin.

N/A. OMGOMGOMGOMG puedo proclamar ya mi odio profundo e imperturbable hacia este fic XDD os lo juro. Esta noche no sabía qué escribir después de actualizar Hielo, así que no sé por qué me ha dado la vena de seguir este. Son las 2 y media de la mañana y cada xapi va de mal en peor. Soy perfectamente consciente de que hay conversaciones coñazo que no merecen la pena, pero espero que alguna os saque al menos una sonrisilla. Dejad reviews por voldy… U.U es lo único que me tira hacia delante en este fic xD

Joanne