Finalmente.
Epílogo
Hagrid se preparaba para el evento. Este día muchos de los chicos internos serían dados de alta tras permanecer en su mayoría siete años dentro de la institución, no creyó poder presenciarla hace ya dos años cuando fue retenido por los delitos que cometió. Dumbledore reunió las pruebas necesarias para demostrar que actuaba en contra de su voluntad, siendo manipulado por el famoso narcótico, el Magical. Aún así, no era una excusa suficiente para él, aún se sentía responsable de muchas cosas que sucedieron. Lo único positivo de todo era que el país podía descansar pues Ryddle había sido derrocado, esta vez para siempre, pero Harry…
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Simons y Remus estuvieron presentables. El director les había invitado y aunque ya no pertenecían del todo a Hogwarts, querían estar presentes de cualquier manera. Remus por un lado, orgulloso de la pronta recuperación de Ron y finalmente ver a Hermione preparada para enfrentar al mundo, igualmente con muchos de los internos. Pero Simons, no podía alejar de su mente al chico que adoptó casi como a un hijo.
—Sus tíos dicen que no tienen problema en cuidarlo. Te dieron su autorización para visitarlo de vez en cuando —le aclara Remus tratando de animarlo.
—Me hubiera gustado, ser realmente su padrino…
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Ron estaba poniéndose el traje que su madre le compró, pronto se reuniría con ellos. Aunque hubiera tenido dos años de haber presentado una gran mejoría, aún le parecía fantástica su situación, como haber despertado de un largo sueño. Meditaba lo que haría a partir de ahora, quizá estudiar una carrera y empezar desde cero cuando tocaron a su puerta.
—Adelante, esta abierto —Voltea—. Hola Hermione.
—Ron. ¿Todavía no terminas? Faltan cinco minutos.
—No es cierto. Le pregunté a Ginny y me dijo que faltaban cuatro minutos diecisiete segundos.
—¿Y estás tan paciente?
—No te negaré que me urge salir de Hogwarts. ¿A ti no?
Ella se puso muy seria por un momento. Ron no supo si algunas de sus palabras la ofendieron, antes que preguntara, la jovencita con Síndrome de Down le respondió.
—Ginny todavía tiene que quedarse un año en Hogwarts.
—Un año pasa rápido, no te preocupes.
—Y Harry…
Ron comprendió este segundo silencio. Harry, el también saldría finalmente de Hogwarts, aunque…
—Iré por él —respondió Hermione.
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Todos estaban presentes en el gran comedor. Dumbledore se levantó junto con los demás profesores mientras se dirigía a los familiares de los internos próximos a salir.
—Otro año ha terminado. Nuestros niños han madurado y prosperado. Hogwarts les ha dado una guía para enfrentar la vida y a sí mismos, pero hay que recordar, que el sendero del aprendizaje es largo y no importa cuanto se recorra, uno no logra aprender totalmente de la vida hasta el último de sus días. Pero eso no tiene importancia, lo único por lo que uno debe de velar, es el aprender las lecciones que la vida nos da día con día en cuanto a nuestra realidad.
»Nuestros niños han logrado superar la barrera que tenían enfrente, es hora que salgan a explorar el mundo. No solamente ellos, sino también nosotros. Recordemos lo que sucedió hace dos años cuando por un momento creíamos que se desataría una guerra, la evitamos. No hay que cegarnos por la monotonía que tenemos hacia la realidad. Como padres, debemos también de aprender cosas nuevas, por el bien de nuestros hijos. Saber lo que es correcto e incorrecto, darles un buen ejemplo.
»Recuerdo hace cincuenta años, cuando solo era un profesor dentro de la institución, a un jovencito vigoroso que tenía miedo del mundo, sin embargo, su corazón irradiaba gran orgullo y anhelo por un mundo feliz. Cuando salió de Hogwarts sus padres le hicieron olvidar todo cuanto aprendió en el centro, como si de nada le hubiera servido. La última vez que supe de él, fue que se quitó la vida tras haber fracasado en un proyecto terrorista para cambiar radicalmente al mundo.
»No solo se dejen guiar por la vida en sí, sino también por sus corazones. Por todos los que hoy salen, por los que mañana saldrán… y por los que algún día esperemos lo quiera Dios, salgan.
Todos aplaudieron al sabio director. Tomaron asiento y se hicieron los reconocimientos a los internos que pusieron su mayor empeño en su recuperación, entre ellos Hermione.
Los padres de Hermione conversaban con los de Ron, ambos estaban con Remus, Simons y Felicia Gylman, conversando.
—Los felicito chicos —les deseó la profesora— ¿Qué harán ahora?
—Mis padres me enviarán a cursos intensivos —explicó Ron con desánimo—. Perdí muchos años de escuela.
—Es por tu bien —aclaró Hermione—. Yo, aún no estoy segura. Creo que también iré a la escuela, una de verdad.
—¿Y ese colige? No te lo había visto Hermione.
La joven miró su pecho observando el colige de cruz que Remus le señaló. Miró a sus padres quienes desde el hombro le dieron una señal aprobatoria, ya había hablado con ellos.
—Discúlpenme.
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Dudley se mantenía al tanto de los eventos, sus manos sostenían una silla de ruedas delante de él. Sus padres comían serenamente, un tanto dolidos por ver a tantos chicos felices al lado de sus padres y familiares. Lo tendrían de nuevo, aunque no como esperaban. Pero aún así se sentían muy orgullosos de él¿quién no lo estaría? Derrocó un grupo de terroristas, y salvó a mucha gente.
—Señores Dursley.
Vernon y Petunia voltearon al unísono, Dudley alzó la mirada para encontrarse con una jovencita de diecisiete años con síndrome de Down, era Hermione, la amiga de su primo.
—Hermione, querida, felicidades —Le mostró Petunia su alegría por ella dándole un abrazo.
—Gracias señora Dursley. Yo… quería decirles que siento mucho, bueno.
—Descuida querida, no tiene importancia. Vivirá con nosotros, no pensamos enviarlo a uno de esos centros clínicos del Estado.
—Que bueno, Harry es una persona muy buena.
Con soslayo se dirige hacia donde esta Dudley, delante del chico que sostiene la silla de ruedas, se encuentra en ella un joven de diecisiete años un tanto diferente a lo que recordaba como el amigo que tuvo hasta hace dos años.
Harry mantenía sus ojos entreabiertos mirando el vacío, sin mover ni un solo músculo de su cuerpo, podría estar muerto y no se notaría la diferencia.
—No fue su culpa —murmuró Vernon.
Hermione no entendía del todo como es que su mejor amigo había llegado a esta situación. Dudley se encogió de hombros al ver que su padre ni su madre iban a comentar algo al respecto.
—El doctor nos dijo que su cuerpo absorbió mucho Magical antes que se evaporara, no creen que las terapias puedan ayudarlo esta vez, además necesitaría movilidad para hacerlas y cuando cayó al suelo en el dirigible se golpeó en… Bueno, el no puede mover su cuerpo ahora, pero sigue vivo y eso es lo que importa.
Hermione llevó sus manos al colige que apartó por encima de su cabeza. Se inclinó hacia Harry ignorando a los Dursley o donde se encontraba. No sabía que sentir por su amigo, él saldría de Hogwarts imposibilitado de recuperarse y condenado a permanecer como un vegetal para siempre. A diferencia de Ron que fue psicológico, lo de Harry era físico. Enfermo y lisiado, no podía imaginarse lo que Harry estaba pensando en ese momento si es que aún tenía la capacidad de pensar.
Le pasa su colige de cruz por el cuello al mismo tiempo que le dice.
—Buena suerte, Harry.
Entonces, se acercó a él e hizo algo que nunca hubiera hecho por pena o atrevimiento, besarle en su frente, justo en sus cicatrices.
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La cicatriz en rayo de Harry casi pareció emitir un destello dorado cuando besó a Hermione en los labios. Estaba en su graduación. Hermione en persona le había dado una medalla en que la escuela le otorgó en reconocimiento a sus actos heroicos.
Voldemort estaba muerto, definitivamente. No recordaba como lo había hecho, no recordaba siquiera casi todo lo que pasó en el quinto año. La pesadilla había terminado, y como tal desapareció de su mente rápidamente.
Los alumnos dieron un gran aplauso. Dumbledore, el gran hechicero se levantó proponiendo un brindis, donde nadie se quedó atrás, especialmente el semigigante Hagrid. Draco no parecía contento por ello, le hacía gracia a Harry, aunque había extraño en el comportamiento de su rival desde el quinto año, aunque quizá era su imaginación. No lo recuerda, pero no le importa. Era mejor pensar en sus seres queridos, toda la familia Weasley, Hermione, Sirius, Remus, Hagrid. Todos.
Bandadas de lechuzas salieron por la gran puerta, donde Harry saldría graduado del colegio Hogwarts de magia y hechicería con un solo objetivo: comenzar una nueva vida mágica, en un hermoso mundo mágico donde viviría para siempre, esa era su realidad.
Devil Lady Hitokiri- Jeje, es verdad. El vigilante una vez bromeó diciendo que le hubiera gustado hecharse un poquito de Magical.
Gisse - Muchas gracias por tus comentarios.
Dorian-crow - Gracias por mantener la preferencia.
Y por último, gracias a todos y a cada uno que leyó esta historia, sin importar que dejara o no dejara review. Es por y para los lectores por lo que se revivió esta historia. Gracias. No se pierdan muy pronto "Cola de Gusano"
Dedicado a Carolina, por El Vigilante q.e.p.d.