Los rayos del sol le pegaron de lleno en la cara.
Despertó somnoliento mientras sonreía al encontrar el delgado bulto a su lado. Se volteó suavemente para verla. Ella estaba a espaldas de él. La sabana blanca dejaba al descubierto su bronceado hombro. Jugó un rato con el mientras le deba suaves besos por todo el hombro. Ella se volteó con los ojos cerrados aún. Los abrió despacio y encontró a su príncipe azul al lado. Que princesa no desearía amanecer así todos los días.
Le pasó uno de sus finos dedos por el contorno de la mandíbula. Harry Potter le sonreía a Hermione Granger. Ella suspiro. Estaba tranquila. En paz. Feliz. No podía pedirle nada más a la vida.
El la rodeó con los brazos, como que si se ahogase si no la abrazaba. Ellos parecían ángeles, o algo sobrenatural. Las suaves sonrisas que surcaban sus rostros simplemente, no eran humanas.
Como iban a ser humanas? Si en ellos no había desamor. Tenían lo más importante, se tenían el uno al otro. Y ellos eran inteligentes porque lo sabían. Ella era la bendita cuando se lastimaba. Él era el mejor analgésico para el dolor de cabeza de ella.
No se sabía que tenían, porque sus personalidades eran opuestas, pero en todo lo demás eran iguales. Mientras a ella no le para el pico el siempre la escucha con deleite.
Ella sabía una cosa. Por más que sufras, que te caigas, que te quiebren a diario el corazón… por más que el mundo se acabe… ella siempre tuvo esperanza. El amor moría por días cansado, moría de dolor al ver que su gran amor no era correspondido, pero la llamita de esperanza en el no se apagaba. El amor volvía a renacer cada vez que lo veía, claro, pero lo que la mantuvo en pie no fue ni su cabeza, ni el amor, ni los sueños, ni las metas, ni los amigos, ni los trofeos… fue solo la esperanza. Esa estúpida esperanza, como ella la solía llamar. Nunca la perdió, pues no tenía nada más. Por eso dice el dicho, pierde todo pero nunca la esperanza.
Después de años de amor frustrado… la vida, o Dios, o el destino… habían decidido que él se diera cuenta. Que el se diera cuenta de quien había sido la incondicional, de quien había sido su mejor amiga de siempre.
-Hermione… te amo… te amo más que a mi vida… -le dijo mientras le besaba el cuello. –Yo sé que te lo digo a diario… pero no puedo dejar de decirlo –rió aún en su cuello.
-Harry… yo nunca podría dejar de escucharte decirlo… -lo besó sin reparos.
-Hey! Hey! Hey! Estoy aquí! –Un niño entro a la alcoba tapándose la cara con las manos con cara de confusión. Sus padres rieron mientras se separaban.
-Ya esta presentables? –preguntó.
-Adam! Siempre lo hemos estado... de veras…-Hermione suspiro con una mano en la frente mientras no sabía si reír o llorar.
-Mamá… es solo que no quiero otra Amy!
-Adam de veras! –abrió los ojos sorprendida mientras se ponía un dedo en la boca. Su hijo apenas tenía 8 pero sabía cosas que para su madre no debía saber aún. Harry se reía en silencio a su lado. –que pasó?
-es que Amy no me deja en paz! Necesito concentrarme y ella …. No deja de hablar! O balbucear como sea… negó.
Un pedacito de gente en un vestido rosa se acerco por el marco de la puerta.
-papi! Mami! –y se acerco mientras abrazaba a Harry
-Adam… esta dulzura es la que te esta molestando? –cargo a la niñita que no podía tener más cara de ángel con sus ojitos verdes y sus ricitos casi dorados.
-Dulzura? Esa niña… -negó mientras cerraba los ojos.
-Adam pero mírala… mira esa carita… esta criaturita no podría estar molestándote!
-Que clase de padres tengo! Soy un incomprendido… -Adam se volteo y se fue turbado. Los tres que quedaron en el cuarto rieron.
-pleciosa que le hiciste a Adam? –pregunto Harry mientras le besaba un cachetito a la niña
-nada papi… el fue… -dijo con una sonrisa.
Bueno entonces… si te tocó vivir la peor vida… vas a ver que va a llegar el día en que todas las tristezas se van a volver alegrías. Las lágrimas, besos. Solo queda una cosa, esperar, y… tener esperanza.
Chanananannnn….. Que tal les pareció? Yo se que esta cortito… pero ya no podía alargar más la cosa! Estos dos sufrieron mucho pero al final Harry se dio cuenta…
Ojalá que halla valido la pena… a ver cuéntenme que les pareció… quise transmitir eso que sientes a veces… esa sensación de que nada podrían estar mejor… a ver que sintieron ud.
Gracias por leer.