Rosas
Por Risa.Haradaa
En un día de estos en que suelo pensar
"hoy va a ser el día menos pensado"
Me acuerdo de cómo empezó todo.
Ese día me levanté con más ánimos de lo normal. Tan solo abrí los ojos y un tuve un extraño presentimiento: hoy sería un día maravilloso. Bajé a desayunar y allí estabas tú. ¡No sabía cuándo habías llegado, ni cómo, ni por qué, ni nada! Sin poder evitarlo, pronuncié tímidamente tu nombre, aunque mi corazón sentía que eran gritos:
-Ren… - abriste los ojos sorprendido, aunque no más que yo, y entonces me miraste…
nos hemos cruzado, has decidido mirar,
a los ojitos azules que ahora van a tu lado
Tu hipnotizante y dorada mirada se clavó en mis ojos, mientras volvías a la indiferencia de tu semblante. Sentí que mis mejillas ardían, y, sin querer, comencé a temblar. Volviste a cerrar los ojos con una sonrisa de superioridad, mientras te cruzabas de brazos. Nunca la supe, pero creo que esperabas esa reacción de mi parte. Mientras mi pulso aumentaba, me senté a tu lado, perdiendo de pronto el apetito. Comenzamos a charlar bastante pacíficamente, acerca de nuestros últimos viajes y nuestras distintas obligaciones para con nuestras familias. De vez en cuando sonreías… Dios, luces tan hermoso al sonreír así, aunque trates de disimular tu alegría… Aunque pensándolo bien, tú eres hermoso… Otra cosa que nunca supe, fue el por qué nadie interrumpió nuestra conversación. ¿Lo habías planeado, Ren? ¿Acaso fuiste capaz de dejar de lado tu orgullo y les pediste/ordenaste a los demás que nos dejaran solos? ¿Tanto me querías en ese entonces? Ren… ¿Aún me quieres?
Desde el momento en el que te conocí
Aún recuerdo cuando te conocí…
Resumiendo con prisas Tiempo de Silencio
Aunque en un comienzo me pareciste terriblemente antipático, desde el primer momento en que te ví nació en mí una sensación extraña. Cuando me hablabas o nos mirábamos… No sé cómo describirlo. Lo bueno fue que, a pesar de nuestras diferencias, poco a poco y junto a Yoh y los demás fuimos forjando una gran amistad. La mejor de todas, diría yo…
Horo-horo, que se encuentra apoyado en un árbol fuera de la pensión Asakura, suspira emotivamente.
- También recuerdo el día en el que supe que yo también te gustaba…
te juro que a nadie le he vuelto a decir
Flash-Back
- Jijijiji…
- ¡¡Ya cierra la boca Yoh!
- ¡¡Ainu-baka! ¡¡ Por tu culpa nos perdimos en ésta pocilga de barrio!
- ¿¿ ¡Qué dijiste chinito?
- ¡¡Lo que oíste, hielito! ¡¡¡¡No te podías contentar siguiendo a Anna y los demás al restaurante, TENÍAS que empezar a corretear como loco!
- ¡¡Pues nadie te pidió que me siguieras!
- YOH me pidió que te siguiera, imbécil.
- ¡¿Pues para qué le haces caso! – pregunté algo dolido. ¿Habías ido solo porque él te lo pidió?
- ¡¡Porque tenía razón: Tú no te sabes ni tu apellido y esperas poder ubicarte en este mísero lugar… ¡¡Quizá hubiera sido mejor dejar que te perdieras, a ver si así te asaltan o te secuestran! – la gente del "mísero lugar" comenzaba a mirarte feo, así que consideré mejor cambiar el tema. Pero fue Yoh quien lo hizo por mí.
- Jiijijiji… Chicos, voy a entrar a ese local a ver si saben dónde queda el restaurante al que fue Annita. Espérenme aquí, ¿Está bien?
- Como quieras. – replicamos a la vez, sin mirarnos y cruzados de brazos. Yoh sonrió relajado y entró a una pequeña tienda.
- Oye Ren… - tenía que romper ese silencio tan incómodo.
- Hmp… - indicaste que me escuchabas.
- En… ¿En verdad no te importaría que me asalten? – la duda fue más fuerte que yo, si no lo preguntaba ahora, ¿entonces cuando?
- … - no respondiste. Sentí como mi sangre se helaba. Ésta vez tu indiferencia me había dolido mucho más que antes, porque la pregunta que te hice era totalmente directa. Bajé la cabeza para que no notaras mi decepción.- Claro que me importaría, idiota. – automáticamente te miré, y ví lo sonrojado y fastidiado que te encontrabas. Sonreí de oreja a oreja y te abracé como Pilika suele abrazarme.
- ¡¡Sabía que me querías Ren! – grite alegre.
La gente que pasaba se detuvo unos instantes a mirarnos. Está bien, admito que no es común ver a dos chicos abrazados en medio de la calle, pero si ellos te conocieran y tú les dijeras lo que me habías dicho a mí, seguramente lo entenderían. Cuando te solté, luego de aguantarme a penas la risa al ver tu piel del rojo más potente que he visto en una persona, me percaté que una niñita nos miraba curiosa. ¿Qué, acaso a ella nunca la habían abrazado?
- ¿Por qué se abrazan? – interrogó la pequeña, mirándote inocentemente, para luego posar sus ojitos marrones en mí. Como me percaté de que apretaste fuertemente los puños y bajaste la cabeza (probablemente te costó un mundo aguantar las ganas de mandarla a volar con tu lanza), me arrodillé para quedar a su altura, y se acercó unos pasos a mí.
- Pues… - le susurré algo al oído. La niñita esbozó una linda sonrisa, como contenta de saber el secreto, te miró de nuevo y, luego de despedirse con su manita, se fue corriendo. Fusilándome con la mirada, te acercaste hasta quedar frente a mí (yo seguía arrodillado), me tomaste por el cuello del chaleco y acercaste nuestros rostros. Sentí mi cara arder al tenerte tan cerca.
- ¿Qué le dijiste a la mocosa? – me preguntaste, sin rodeos, en tono de orden. YO reí nerviosamente, haciendo que apretaras más el agarre, y, sin poder mirarte a los ojos, contesté con un aire travieso.
- Bueno…
que tenemos el récord del mundo en querernos.
- ¿¿¿¡¡¡QUÉ? – con el rostro de un tono morado, me soltaste mientras me observabas entre atónito y avergonzado. No lo pude evitar y estallé en carcajadas. Es que te veías demasiado gracioso para el gusto de cualquiera. Al salir de su shock, me miraste con algo que pude identificar como ira, nuevamente me agarraste del cuello del chaleco y, acercándome aún más a ti, vociferaste:
- ¿¿¡Por qué le dijiste eso idiota? – tu tono poseía algo de duda, y no reprimí una sonrisa.
- Porque es cierto. –repliqué como si de lo más obvio se tratara. No sé si me veía tierno o algo, pero la cosa es que me soltaste como por encanto, viéndome fijamente a los ojos. Aunque intentabas verte impasible, tu tono de voz siempre te delataba: estabas tan feliz como yo.
- ¿Enserio?
- Pues sí. –respondí seguro. Pero luego, sentí como si me echaran un balde de agua fría.- ¿O acaso tu no m…? – pero mi aterrada duda fue obstaculizada por un par de suaves labios. Dios… me estabas besando. Tus manos se aferraron a mis hombros, aproximándome, y luego pude reaccionar y te correspondí. La sensación de ese beso nunca la podré olvidar. Me pregunto si contigo pasará lo mismo…
- Jijijiji, lamento interrumpir – nos separamos como si nos hubieran bombardeado de sorpresa. ¿Cuándo había llegado Yoh? Antes de que alguno de nosotros dijera algo, él anunció:- Ya sé dónde queda el restaurante, chicos, vamos o Annita se enojará n.n – se encaminó tranquilamente por donde supuse sería el camino, pero yo sólo te miré, con intriga de ver tu reacción luego de… quedar al descubierto, por así decirlo. Pero tú no mirabas a Yoh. Me mirabas a mí. Y no estabas molesto: sonreías. ME sonreías… Y tus ojos detonaban una dulzura que hizo que me derritiera por dentro.
- ¿Vamos? – propusiste con entera calma. Yo solo asentí y comencé a caminar, hasta que tomaste mi mano con timidez. Te eché un vistazo: estabas muy colorado, pero sonriente. Yo también sonreí y entrelacé nuestros dedos. Ese fue el día más bonito de mi vida. Y todo por hacer que nos perdiéramos. Qué irónico que la razón de todo eso fue que no encontraba un restaurante chino para comer. Sé lo mucho que te gusta, y aunque supuestamente no la soporto, con tal de verte satisfecho comería ancas de rana. Por alguna razón, recibí mucho más de lo que esperaba.
Fin Flash-Back.
Por eso esperaba
con la carita empapada
No puedo cometerme y lloro. El dolor todavía es muy grande, y aunque sé que algún día no lo será tanto, también sé que jamás va a desaparecer por completo…
a que llegaras con rosas,
con mil rosas para mí,
¿Por qué aún no llegas, Ren? Sigo esperándote… Sé que me dijiste que no lo hiciera, que todo se había acabado pero… ¡¡Me dijiste que me amabas Ren! ¡Demonios…! ¿Acaso era mentira?
porque ya sabes
que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Te parecerá estúpido, pero aún pienso que vas a volver. Cielos… Cómo me gustaban tus besos. Tus caricias… Cada vez que me dijiste "te amo", ¿era una mentira? Porque si me amaras, no me hubieras dejado como lo hiciste. Solo por esa duda, aún te espero… pero ya llevo un mes así. Y aún no vuelves por mí… ¡¡Un mes, Ren!
Y aún me parece mentira
que se escape mi vida
imaginando que vuelves
a pasarte por aquí…
Parece que tan poco vas a venir hoy… Soy un imbécil: no vendrás nunca. Sí, sé que me lo dijiste, pero… por mucho que haya o no haya entendido, aún me queda esa leve esperanza…
donde los viernes
cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieto, hoy quizás sí..."
Camino por las calles con el rostro empapado de lágrimas. No quiero entrar a la casa. Los demás salieron… Claro, a ninguno de ellos los abandonaste. A ellos les habías avisado mucho antes, ¿no? Pero a mí me dijiste ese mismo día. ¿"Has sufrir a quien te ama" es un lema para ti?
Me detengo en seco frente a una plaza. Al lado de una pequeña fuente hay una banca de madera. Son muchos los recuerdos que me trae ese asiento… Pero hay uno en especial…
Flash-Back
Escapando una noche de un bostezo de sol
Ya habíamos cenado. Me pediste que saliéramos a caminar y yo acepté gustoso: cualquier segundo de mi tiempo prefería pasarlo junto a ti. Salimos de la pensión en silencio para evitarnos el acostumbrado interrogatorio. Ya afuera, tomé tu mano y caminamos sin prisa. Fue una agradable caminata, aunque ninguno de los dos habló: ¿Para qué hablar? Si ya nos habíamos dicho todo… Detuviste tus pasos, por lo que te imité.
- ¿Dónde estamos? – te pregunté curioso, contemplando la misma plaza en la que ahora me encuentro.
- Pasé por aquí una vez, con Jun… Siempre quise volver, pero no tuve el tiempo… - me guiaste hasta la banca. Como yo me senté primero, tú, sin preámbulos, te sentaste encima mío. Me alegró aquel gesto de cariño y te abracé. Contigo era la persona más dichosa del planeta.
- Es muy linda… - comenté con sinceridad, maravillado por lo hermosa que se veía el agua de la fuente, tan cristalina y cayendo en finas cascadas.
- No más que tú… - susurraste haciendo que me sonrojara hasta la punta del cabello, y me estrechaste con fuerza. Luego, con decisión, clavaste en mis ojos esas pupilas doradas que hacen que me pierda del mundo.- ¿Me das un beso?
me pediste que te diera un beso.
Me impresioné bastante. Es decir, no era una costumbre tuya andar pidiendo las cosas, y menos si te un beso se trataba. Pero tu mirada expresaba completa seguridad y, obviamente, no ibas a darme alguna explicación al respecto. Y yo, por mi parte, no iba a hacerme de rogar. Uní mis labios a los tuyos y nos fundimos en uno de esos besos que sólo se dan cuando de verdad amas a alguien, llenos de cariño y pasión a la vez. Al cabo de unos segundos, nos separamos satisfechos.
- Pides cosas fáciles, tiburón – me burlé, apoyando mi frente en la tuya.
- No me digas tiburón ¬¬ - reclamaste falsamente reprochador- Y con lo poco que te cuesta, deberías besarme así más seguido…
Con lo baratos que salen mi amor,
qué te cuesta callarme con uno de esos.
Pero tu "reproche" fui cortado por un suave beso que poco a poco fue "aumentando", y, pegados prácticamente, nos quedamos un buen rato sentados en éste asiento…
Fin Flash-Back.
Éste asiento que ahora, sin embargo, ocupo solo. Ya no estás a mi lado, nunca vas a volver… pero no puedo aceptarlo. No me pidas que viva con eso, Ren… Prefiero vivir con la ilusión de que tu decisión fue un error del que ya te arrepentiste, y que en este momento vienes hacia acá, rogando por que aún te espere. Y eso hago. Un dolor terriblemente agudo se propaga por mi pecho, y otro recuerdo, no tan alegre como los demás, viene a mi mente… El fin de mi felicidad. Lo recuerdo como si de ayer se tratara…
Flash-Back
- Tengo que hablar contigo – me dijiste serio. Parecías tan frío como antes de que empezáramos, y me asusté. No recuerdo un día en el que haya sentido tanto miedo como ese.
- Claro.- asentí nervioso, siguiéndote afuera de la casa. Anna e Yoh habían salido a pasear, Ryu y Tokageroh se encontraban con el resto de la pandilla vagando por allí, Tamao y Pilika habían salido de compras llevándose con ellas a Kororo, y el resto de los espíritus se encontraban en el cementerio.
El Sol ya se estaba poniendo, y como había un clima agradable, nos sentamos en el pasto. Ya llevábamos seis meses juntos, y cada día había sido perfecto. Nunca pensé que podría ser tan feliz… pero ese día también descubrí lo infeliz que el amor puede llegar a hacer a las personas… ¿Qué sentiste durante esos seis meses, Ren? ¿Me amaste algún día de esos? ¿Si fue así, por qué me dejaste?
- Esto tiene que terminarse.
Pasaron seis meses y me dijiste adiós,
- … - te miré impactado. "¡¡¿QUÉ!", traté de gritar, pero no fue necesario, porque a pesar de que me había quedado mudo, mis mirada debe haberte transmitido todo: duda, incomprensión, sorpresa… dolor…
- Esta noche viajo a China.- agregaste como si estuvieras comentando sobre el clima. ¡¡A China! ¿No pudiste decirlo antes? ¿Acaso quisiste dejarme sin que pudiera hacer nada, para así librarte fácilmente de mí?- No sé por cuánto, pero es por un asunto importante. Es seguro que vuelva, - por primera vez me miraste a los ojos. Sentí un vuelvo en el corazón: te veías completamente inexpresivo. Es obvio que te daba igual.- pero no sé cuánto pase hasta entonces.
- Ren… - sentí cada milímetro de mi piel estremecerse. Te ibas… Me ibas a dejar… Y no te importaba. Todo el amor que sentía… y que aún siento… no te importó en lo más mínimo.
- No quiero que me esperes.- interrumpiste cortante.- Si descubren algún lazo entre nosotros mientras estoy allá ó cuando regrese, tu vida correrá peligro.- un rayo de esperanza me iluminó durante unas milésimas… Si tan solo no hubieras agregado.- No pienso lidiar con la culpa. Así que no pierdas tu tiempo. Aquí se acabo todo, Horo-horo.
un placer coincidir en esta vida.
-Ren, no…- me acerqué hasta quedar frente a ti. Estaba completamente desesperado. ¿Es que en verdad no tenía ninguna importancia para ti? Parecía que le dabas las más fáciles instrucciones a una persona x. ¿Eso era yo para ti? ¿Alguien x? ¿Insignificante, sin valor alguno?- ¿…Pero acaso no me…? – aferré mis manos a tu camisa, con miedo a que te desvanecieras de súbito.- ¿Acaso ya no me amas? – Estaba llorando. Llorando por ti y tu cruel frialdad. Al recordar esos momentos, quisiera odiarte… pero no puedo. Nunca pude, ni nunca podré. Y tú debes saberlo. Pero dudo que te interese. Si por ti fuera, yo podría morirme…
- Yo… - ¿Tu voz se estaba quebrando? Otra cosa que agregar a la lista de lo que nunca supe.-… nunca te he amado, Horokeu.- nuevamente dirigiste esos ojos hacia mí, pero esta vez con… ¿Odio? ¡¡¿Por qué me mirabas así! ¡¡Detente! Mis manos se soltaron de tu camisa, colgando casi sin vida de mis muñecas. Te observé con el corazón hecho añicos.
-¿…Qué? – Todas mis preguntas reunidas en aquella palabra. ¿Y todos esos besos? ¿Y esas caricias? ¿Todas esas noches durmiendo abrazados y sonrojados ante tanta cercanía? ¿Todos esos meses, días, horas, minutos y segundos juntos…? ¡¡¿Y ahora me decías que jamás me habías querido?
Te paraste y sacudiste el pasto de tu ropa. Ya estaba oscureciendo. Mientras mas frío se sentía el viento, más gélida se volvía tu mirada. Yo solo pude arrodillarme. Mis piernas ya no reaccionaban. Mis mejillas estaban empapadas por las cascadas de lágrimas que caían desde mis ojos, y sentía un enorme vacío dentro de mí.
- Espero que te haya quedado claro. – sentenciaste, antes de darte la vuelta y comenzar a caminar hacia la casa. Mi voz volvió al ver que te alejabas:
- ¡¡No, Ren! ¡¡Estás mintiendo! ¡¡YO TE AMO! ¡¡Por favor…! No me dejes… - te habías detenido. Bajé la cabeza al ver que dirigías la vista hacia mí: no podría soportar esa mirada de odio de nuevo. No sin morir en el intento…
- No lo hagas más difícil, Hoto… - ¿Estabas llorando? ¿O eran mis propias lágrimas las que se retrataban en tu rostro?
- Ren… yo te… - creí que me quedaba alguna posibilidad, pero antes de decir, hacer o entender algo, sentí un golpe seco en mi cabeza, e inconscientemente cerré los ojos. Todo se volvió negro. Sentí cómo aterrizaba sobre el césped.
No sé cuánto estuve así, ni por qué lo hiciste. ¿Me dejaste inconsciente para que no sufriera? Qué irónico. Porque lo que me hiciste causó tanto daño que hasta el día de hoy, mientras duermo, sigo sufriendo como en aquel instante. Rompiste mi corazón, y al parecer, ni tú sabes el por qué me abandonaste.
Allí me quedé, en una mano el corazón,
y en la otra excusas que ni tú entendías.
Luego de eso, recuerdo que desperté en mi cama, con un intenso dolor en la cabeza. Fueron Yoh y Anna quienes me encontraron. Al enterarse, mi hermana pegó el grito en el cielo. Creyeron que, para variar, habíamos discutido, pero cuando me preguntaron, no respondí. Al darse cuenta de que te habías marchado, cesaron las interrogaciones. Deben haber comprendido todo, pues no se sorprendieron demasiado al no encontrarte en la casa, ni a tus pertenencias. No logro entender por qué nadie me dijo nada. Tampoco quiero entender. No quiero entender nada, si no eres tú el que me lo explica.
Fin Flash-Back.
Vaya… Estoy llorando de nuevo. Sigo sentado en la banca de la plaza, llorando como un niño y esperando…
Por eso esperaba
con la carita empapada
¿Por qué aún no regresas? Vuelve ahora mismo, y juro que haré como si nada hubiera ocurrido. No te pediré absolutamente nada, ni explicaciones ni nada. Solo un abrazo. Solo que volvamos a empezar. Solo… que no me vuelvas a dejar así…
a que llegaras con rosas,
con mil rosas para mí,
Me encantaba que me rodearas con tus brazos, tomándome de improviso, y me susurraras lo que fuera: desde "ainu-baka" hasta… "te amo"… Porque sí, me lo dijiste muchas veces. Ahora sé que no es verdad. Nunca lo fue, ¿no?
porque ya sabes
que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Me parece mentira. No puedo creer que ya no estés. Y yo sigo aquí, impaciente por verte llegar como si nunca te hubieras ido… Claro, dijiste que seguro volverías, pero también dijiste que me querías. Y no era así. No lo es, ¿cierto?
Y aún me parece mentira
que se escape mi vida
imaginando que vuelves
a pasarte por aquí,
¿O sí? Después de todo… estabas llorando, ¿no? No pudo haber sido una ilusión mía. En ese momento dejé de ser capaz de ilusionarme. Entonces, sí llorabas… Quizá solo te entró algo en el ojo… ¿Llorar por mí? Ni yo lo haría… Nadie es capaz de quererme como pensé que lo hacías, ni nunca nadie lo será. Pero aún así…
donde los viernes
cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieto, hoy quizás sí..."
…Olvídalo.
Me levanto del dichoso asiento, y sigo mi recorrido sin rumbo. Tal vez ya sea hora de regresar a la pensión… Me duelen los ojos de tanto llorar, Ren… Un mes, sin un solo día en el que no he llorado por ti. Y es que fuiste mi primer amor…
Y es que empiezo a pensar
Sí, el primero. El primero en besarme, abrazarme, acariciarme, dormir conmigo y susurrarme cosas que me hacían temblar…
que el amor verdadero es tan sólo el primero.
Mi verdadero amor. Porque nunca volveré a querer a nadie como te quise… como te quiero a ti, cabeza de alfiler. Aunque quisiera, no podría…
Y es que empiezo a sospechar
No creo que conozca a nadie, aunque pasen años o décadas, que me cause lo que tú me provocabas…y provocas. Tu sólo recuerdo me hace sonreír y sollozar a la vez. Tampoco quiero conocer a nadie. Me sentiría culpable, al estar utilizando a esa persona para olvidarte. Porque seguramente eso haría…
que los demás son sólo para olvidar...
Pero no lo lograría. Ni pienso intentarlo, si quiera.
Estoy frente a la pensión. Probablemente ya están cenando. Si entro, la chillona de mi hermana va a empezar su alboroto habitual: Desde que te fuiste, hace lo que puede para no dejarme solo. Hoy tuve suerte de que lo hiciera...
Sin darme cuenta, me senté en el mismo lugar de hace un mes. El día en que me dejaste sin mayor dificultad. El día en que mi alma se hizo trizas. Cuando supe que no volvería a ser feliz… a menos que tu regresaras…
Por eso esperaba
con la carita empapada
a que llegaras con rosas,
con mil rosas para mí,
porque ya sabes
que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Pero no lo harás, ¿o sí? De todas maneras, yo sigo aquí, día a día, aguardando tu regreso… Lo dijiste, aseguraste que volverías, y aunque sé que es un error, te creo. Y voy a perder cada segundo que me queda de vida esperándote…
Y aún me parece mentira
que se escape mi vida
imaginando que vuelves
a pasarte por aquí,
Cada día, siento una nueva esperanza, diminuta pero existente al fin, nacer en mi interior. Es tonto, lo sé, pero no puedo evitarlo.
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."
Como tampoco puedo evitar amarte. Aún sabiendo que no sientes nada por mí. Bueno, no me voy a morir por esperarte un día más, ¿verdad? Después de todo, hace un mes dejé de vivir…
The end.
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¡Hola! Hemos aquí mi primer Songfic y segundo Fic publicado (y escrito creo)… ¿Qué les pareció? Obviamente es de RenxHoro, o en este caso HoroxRen…
¡¡Ay, ay, ay! ToT
No me gustan los fics tristes cuando de esta pareja se trata, pero como dice el summary, se viene la continuación. Ya la estoy marginando en mi "inocente" cabecita… jujujuju (carita babosa)
Pero sólo si me mandan reviews (seré tonta pero sé cobrar)
¡¡Ya así q mandando no mas, que escribir no les cuesta nada! ¬¬
¡Aprovechen su Internet! Y si tienen una historia RenxHoro, ya saben, es cosa de darme la URL y les mando el review más largo de sus vidas xD
Ya ojala les haya gustado mi humilde creación :P
Hecha en clases de Tecnología, Español y… no sé qué otros n.n
Bueno espero sus respuestas :D
¡¡Adiós!
Risa.Haradaa