Les doy mis mas gratos saludos, francamente ustedes tienen el derecho a llevarme a la horca, o talvez quemarme viva por ser una bruja, en serio me comprometi enteramente a este fic, sentí remordimiento por no publicar nada más y les juro que he trabajado en este capitulo mas de tres meses, simplemente la razón por la cual no he publicado es que he escrito 5 lineas cada semana, hasta llegar a 20 hojas en word el dia de hoy.

Mi tiempo se ha reducido, envidio mucho a los que tienen tiempo libre, no obstante, para mi ya no existe vacaciones, estudio desde las 8 de la mañana hasta las 10 de las noche sin descanso, y muchar personas aqui pueden argumentarlo, algunos domingos tengo tiempo para avanzar un poquito de este fic...

Acepten mis disculpas por favor TT xq sino aqui Reika se muere de depresion, siento haberles preocupado y dejenme decirles que estoy perfectamente de salud, menos por el cansancio por las horas prolongadas de estudio

Espero que les guste a todos, es el ultimo cap!!! los adoro... dedico este fic a mis cuñis (yo si las recuerdo), a mi imoto-chan y todas las que ha n leido mi fic desde que comenc a publicar


Sobre Ruedas

14.-Ultima vuelta

Se fijaba atentamente en la autopista, en cada bache que existía en ella, y en cualquier obstáculo que amenazara en quitarle el premio.

Y cada vez que pestañeaba, se quedaba impresionado por ver la autopista cada vez más larga, cada vez con más cosas en que preocuparse.

Suspiró pesadamente, imaginándose lo bien que se sentiría al ganar, al tener sus dedos contactos con aquella medalla, aquel trofeo, y aquella parte del dinero que le tocaba ganar.

Pero aunque trataba de concentrarse en la carrera, su mente se desprendía de toda realidad e indagaba en lo más íntimos de sus deseos, al acordarse de aquella muchachita que lo aguardaba sentada en el jardín, viendo como se desempeñaba la carrera, es ahí donde se olvido por completo de lo que se tomaba lugar frente a el, e inquirió la mirada rojiza a lo lejos.

Y ahí estaban aquellos ojos que lo hechizaban, fijando su mirada en él, mostrando una sonrisa alentadora, mientras que se arreglaba el cabello tan seductoramente.

Eran las doce de la noche, horario normal para aquellas carreras, y claro esta que Ryoma Echizen no se olvidaría de aquellos encuentros nocturnos.

Había decidido competir aquella noche solo para hacer feliz a Sakuno, que aunque no se lo dijera, él sabía muy bien que lo que más alegraba a Sakuno era verlo competir como meses antes.

Lo había hecho por ella, para verla sonreír con ahínco mientras corría.

Sakuno sonría embelezada a Ryoma, quien no se fijaba en absoluto en los preparativos para la carrera, otros podían tomarlo por confianza, no obstante Sakuno sonreía porque sabía que el no se podía concentrar porque le estaba mirando.

Sakuno recogió sus cabellos en una larga trenza que se deslizaba por su hombro derecho y terminaba a la altura de su vientre.

Donde Sakuno acariciaba cuidadosamente, el crecimiento de un nuevo ser en su interior, le hacía sentir la mujer más dichosa del mundo, a las justas se notaba, tan solo un poco abultado con aquellos jeans que tenía puesto, pero por lo menos se notaba que algo estaba pasando dentro de ella, algo extrañamente maravilloso.

Sakuno se cubría los hombros con la casaca de Ryoma, y esperaba con atención que la carrera comenzase.

Quería una vez más, ver ganar a Ryoma, y disfrutar por un momento esa sensación de adrenalina que por el momento no podía disfrutar por su estado.

Pero no se entristecía por aquello que no podía hacer, más bien le alegraba enormemente saber que aunque sea Ryoma era capaz de sentir la adrenalina correr por sus venas, y ella viéndolo lo sentía también, sentía ese nerviosismo antes de la carrera, y aquella rara sensación recorrer sus venas.

Suerte- murmuró Sakuno gesticulando aquella palabra con cuidado para que Ryoma entendiera a la perfección, y así fue, el ojiámbar sonrió como solo él sabía hacerlo.

No te preocupes- gesticuló el en respuesta, aunque se encontraran a unos veinte metros de distancia se entendían.

De repente se escuchó un pequeño golpe en la ventanilla derecha de Ryoma, quien volteó para ver quien era el que le llamaba.

Así que no puedes despegarte ni un segundo de tu querida noviecita – había dicho Momoshiro subiendo al asiento del copiloto esperando a que comenzara la carrera, que por lo visto se estaba retrasando por la falta de un competidor.

Feh! – murmuró Ryoma arreglándose los cabellos debajo de la gorra

No te preocupes- dijo dándole unas palmaditas en el hombro- Está en buenas manos, Eiji la esta cuidado, ya sabes que tan peligrosas son estas carrera, y a semejante hora

Momoshiro rió al ver la expresión de susto que se dibujaba en el rostro del príncipe.

¿Acaso te has olvidado lo que le paso a una muchachita hermosa la carrera pasada?- dijo Momo sabiendo que su amigo no se daría cuenta de su mentira- Apareció su cuerpo dos días después en el bosque bajando aquellas montañas- señaló haciendo su historia cada vez mas infalible- Y tu dejando a la pobre Sakuno en aquel estado sola en medio de aquella muchedumbre que a las justas conoces- dijo Momo poniendo una expresión sombría

…- Ryoma no parpadeaba

Pero no te preocupes amigo- exclamó- He puesto a las personas necesarias para que todo este en completo orden, y de eso modo te enfoques solamente en la carrera, y dejes de pensar en ella- cada vez alzaba más la voz- Que si no te concentras, harás que perdamos dinero, eres el dueño de este monte, ya deja de pensar en otras cosas mientras pongas los pies aquí- dijo riendo mientas salía del carro.

Ahora era así, era el dueño de aquel monte que Akutsu había abandonado hacía cinco meses.

Y tenía que luchar por el mando que le habían otorgado aquella vez que compitió con Sakuno y Sengoku, no se podía contar a aquel corredor desconocido que nunca apareció en la meta, si hubiera sido así, en aquel momento él hubiera sido el ganador y el que mandara en aquel monte.

Hacía cinco meses que se había llevado aquella carrera, en la que Sengoku perdió su auto, y en la que él y Sakuno se reconciliaron.

Al aparecer media hora después en la meta, se encontraron con la sorpresa de que aquel corredor desconocido nunca había llegado, y por lo tanto el ganador podía ser Sakuno o él.

Sakuno lo había estado pensando mucho, y decidió que lo mejor en aquel momento era que Ryoma tomara las riendas en el asunto, ya que ella lo tomaba como un pasatiempo, y francamente no hubiera podido hacer nada si es que la hubieran elegido, ella era una chica de sociedad, una niña a decir verdad, que había demostrado valentía al darse cuenta de que en verdad adoraba el mundo de las carreras, pero que no podría mandar a los demás, lo único que alguna vez pensó lograr era demostrar que las mujeres eran suficientemente buenas en aquella materia.

Ahora la veían de una manera diferente, los corredores la conocían, no solo por ser la novia del mejor corredor callejero, si no también por ser ella la mejor corredora de las que hasta ahora se habían presentado, conocida también, por haber vencido a la mayoría de corredores de Tokio.

No se arrepentía de haber elegido ese camino, ya que meses después, al ir a un chequeo mensual al médico, le dijeron que estaba esperando un hijo, cosa que hizo palpitar fuertemente el corazón, sentía alegría pero a la vez nerviosismo, sería madre de un pequeño ser humano, sonrió para sí, ocuparía todo su tiempo en su nuevo bebe.

Ahora Ryoma a las justas le dejaba salir, sabía que sería un buen padre, ya que se preocupaba por todo, se sabía todas las vitaminas que debía tomar Sakuno, a qué hora debía tomarlas.

Era dedicado, y cariñoso con ella.

Pestañeó lentamente, encontrándose nuevamente en la realidad, escuchando como Kawa decía las palabras que harían despegar a los corredores.

"A sus marcas"

"¿Listos?"

"¡¡¡Ya!!!"

Sakuno dio un brinco por la emoción, Ryoma había tomado considerable ventaja, no obstante había un corredor que recién esta incursionando en ese tipo de competencia que le pisaba los talones por así decirlo.

Aquel corredor le recordaba a ella misma, cuando corrió por segunda vez, cuando conoció a Ryoma, cuando supo que sería su eterno contrincante.

Buenas noches- escuchó una voz atrás, y luego una mano apoyándose en su hombro

No había reconocido aquella voz, dio un respingo y se puso blanca al acto, quien era aquella persona, su respiración se aceleró al igual que su pulso, le parecía extrañamente familiar.

¿Cómo has estado querida Sakuno? – preguntó desde atrás, Sakuno estaba congelada, no podía voltear, había reconocido aquella voz en el último momento

Emi- susurró

Emi se sentó a su lado, dejándose ver por primera vez, su cabello ahora era corto, había adelgazado bastante, en sí, todo en ella había cambiado por completo.

¿Qué es lo que deseas?- dijo Sakuno con la ira reprimida, no podía creer que aquella arpía hubiera aparecido frente a ella.

No te preocupes, no necesitas ponerte a la defensiva- dijo viendo hacia la autopista que estaba vacía ya que los corredores ya habían comenzado la carrera hacía unos minutos- Solo vine a ver como estabas

Pues no quiero ser maleducada no obstante, no eres bienvenida- dijo Sakuno perdiendo toda pizca de vergüenza, nunca había peleado con una mujer por un hombre, pero si tenía que sacar las uñas lo haría.

Lo se, pero a decir verdad eso no me interesa, tan solo quería hacerte saber que no estoy arrepentida de lo que hice, aún así, te pido perdón ya que intervine muchas veces en este tipo de cosas- dijo con la mirada perdida, siento haberte hecho infeliz- diciendo esto se levantó del pasto, cogió su bolso y salió caminando en silencio.

Poco tiempo después Momo llegaba corriendo donde estaba Sakuno…

¿Qué ha pasado?- preguntó asustado- Vino otra vez a molestarte

No, ha cambiado por lo que se puede ver- dijo dándose aire con un pañuelo- En la televisión salía que estaba yendo a rehabilitación

Sí, escuche algo de eso, dijo que tuvo un trauma psicológico- susurró Momo- Bueno, no deberías pensar eso, ella ya no pertenece a tu vida, ahora solo preocúpate por tu futuro esposo- dijo sonriendo infantilmente

Así será- dijo Sakuno roja como un tomate, acariciando su vientre pronunciado

Te traje compañía- susurró Momo-

Ah ¿si¿Quién?- pregunto interesada, no es que se aburría, sino que a veces estar en compañía le hacía sentir mas relajada

Ann- gritó Momoshiro llamando a la chica que se encontraba en el borde de la autopista con un cronometro en manos

Ann les dio el alcance, al cabo de unos segundos estaba al frente de la joven embarazada.

Saku…- exclamó feliz- No sabía que te encontrabas aquí, Momo por qué no me lo dijiste- dijo pellizcando el antebrazo de su novio

Te lo acabo de decir- dijo sobándose vehemente el brazo herido- No tienes que ser tan tosca

Ann se sentó al lado de Sakuno

Ignóralo querida- dijo riendo- pone esa cara cuando quiere atención pero la que necesita atención eres tu cariño

No, no hace falta- dijo sonriendo incomoda- Pobre Momo, lo tratas mal

Le gusta que le trate así- dijo riendo

Si eso dices- dijo contagiándose de la sonrisa de su amiga

Y cuéntame- susurró- ¿Cuántos meses vas?

Algo de cinco- dijo de lo más orgullosa

Apuesto que va a ser el ser mas apuesto en todo Japón, con semejante padre que tiene, y tu, una madre carismática con la piel mas envidiable de todas- dijo seriamente, como si aquel asunto fuera de total importancia

Solo espero que sea feliz con todos los cuidados que le daremos- dijo viendo sus pies como una niña pequeña, moviéndolos de un lado a otro.

En la tele han aparecido noticias sobre ustedes- murmuró- todo el mundo esta feliz, hasta el padre de Ryoma a dado una entrevista para recalcar que su nieto se llamará igual que él jajaja- rió irónicamente

Espero que no tenga su mismo nombre, me asustaría que tuviera la misma personalidad- dijo efusivamente

Lo dudo, viendo como es el padre- dijo señalando la cima del monte donde se distinguían ciertas luces de autos- Ya deben estar llegando en dos minutos y treinta segundos, ojala que Ryoma haga un nuevo tiempo

¿Desde cuando te gustan tanto las carreras?, no sabía que sabías que aquí se competía- dijo Sakuno nerviosa por el resultado de la carrera, esperaba ver pronto la parte delantera del auto de Ryoma

Me gustan desde que vi competir a Momo por primera vez, me llenó de emoción- dijo haciendo brillar sus redondos ojos- ¿Es eso lo que sientes ahora verdad?

Así es- respondió ensimismada, ahora todo ocurría en cámara lenta, Ryoma aceleraba, faltaban tan solo unos metros para llegar a la meta

Pocos segundos después, Ryoma se estaba estacionando a unos cuantos metros de Sakuno, siendo rodeado inmediatamente por cientos de aficionados, que le pedían algo como enseñanza, o alguna oportunidad para competir en su grupo.

Ryoma sobresalía de la multitud, con aquella mirada implacable de ojos dorados, tez bronceada, hombros anchos, todo en aquel hombre era perfecto para Sakuno, y lo disfrutaba, disfrutaba su embarazo, aquel sentimiento de vida dentro de ella, aquel amor que profesaba Ryoma.

Ryoma restó importancia a la multitud que lo felicitaba, su mirada andaba fija en Sakuno, quien de igual manera lo miraba, Ryoma se había dado cuenta de que había bastantes hombres rodeándola, algunos con insinuaciones que ella descartaba.

En ese momento un pensamiento se le vino a la mente, a Sakuno no se le notaba aun el embarazo, pero cuando lo hiciera, todos aquellos hombres que se la comían con los ojos figuradamente, estarían obligados a dejar de intentar, Sakuno sería suya, y de nadie mas, aquellos celos que se creaban entorno a ella eran la base de una muralla gigante.

Ryoma muy buena carrera- corrió hacia el Horio que se había dejado crecer el cabello a tan punto que a las justas se lo reconocía – Estuviste genial- dijo elevando las manos- Ya le había perdido el miedo a Ryoma desde esa vez que le había pegado cuando se acercó a Sakuno y se le insinuó ignorando de que estaban juntos, Horio había logrado entender lo que era Ryoma al enamorarse… No obstante aún guardaban distancia

Aún le faltaba mucho – dijo ignorando las demás conversaciones, otrora tampoco le había dado importancia aquellas trivialidades se las guardaba para Ryoga, que por cierto no dejaba de fastidiar cotorreando de que se moría por ver a su nuevo sobrino.

Era una tarde agosto en que toda la familia yacía reunida en la sala de la gran casona de la era medieval de Japón, Rinko se acurrucaba en la parte baja del sofá mientras tejía una chompita diminuta color celeste.

Nanjiro como siempre se encontraba leyendo el supuesto periódico, mientras Ryoga veía la televisión con los pies postrados en los pies del mueble color rojo oscuro.

Ryoma había salido a recoger a Sakuno para cenar, ella había estado unos días con su mama y su abuela compartiendo con ella la alegría de su hijo. No obstante la familia Echizen se sentía ignoraba, por lo cual mandaron a llamar a Sakuno para que se quedara en su casa con ellos, también se merecían estar junto a ella y gozar de su supuesta compañía, Sakuno había aceptado sin problema luego de rogarle a Sumire que no se ofendiera por dejarla a un lado, dejó la casa Ryusaki para dirigirse como era de costumbre a la de Ryoma con el a un lado.

Tenía un ramo de rosas entre las manos, rojas y puras,

Hasta aquel momento la prensa no se había enterado de la gran noticia, se habían enterado por medio de amigos cercanos de que la pareja pensaba casarse, pero no que esperaban un primogénito, quien heredaría toda la fortuna de los padres.

Los abuelos tenían de igual manera la noticia sumamente escondida, la guardaban con recelo y trataban de que Sakuno no se expusiera mucho al exterior.

Aquel día Sakuno llegaría con una sorpresa para todos, se había cortado el cabello hasta los hombros, este por alguna razón se había vuelto más delicado y se le caía de vez en cuando y para ahorrarse esa molestia había ido al estilista para que se lo cortaran.

Ryoma, quien no se esperaba ese cambio, se había quedado sorprendido pero a la vez ensimismado cuando fue a recogerla.

Hermosa como siempre- salió de su boca sin esperárselo

Gracias- había sonreído Sakuno de corazón

Ryoma ya había notado los cambios en ella, sus labios estaban más rojos y por alguna razón más sensibles, las mejillas las tenía constantemente sonrojadas, el cabello se le había oscurecido un poco haciendo notar sus ojos cada vez más claros, se le veía tan hermosa, mostrando su piel blanca como la nieve y tan suave al tacto.

Cada vez que la veía perdía la respiración, la veía mas hermosa, nunca pensó estar tan enamorado, y lo mas preocupante de todo, es que ya no parecía el Ryoma de antes, se había vuelto alguien completamente diferente, ahora podía ver el mundo con otros ojos, y demostrar sus sentimientos con libertad, ya no tenía miedo de lo que mostraba, y menos con Sakuno, había perdido el temor de que ella supiese lo que sentía en realidad.

Sakuno ya no podía salir de su vida, era parte de su memoria, de su pasado, de su presente y obviamente de su futuro.

Sakuno se encontraba sentada al borde del asiento acariciando el torso de la mano de Ryoma mientras manejaba.

¿Sabes que creo? – preguntó Sakuno soltando la mano de Ryoma para ver sus dedos –Creo que deberíamos hablar acerca de nuestro compromiso– susurró viendo su brillante anillo, con un diamante inmenso en el centro

Justo estaba pensando en eso Saku- dijo parando el coche a unas cuadras de la mansión volteó a verla, Sakuno por primera vez en todo aquel tiempo, vio el cambio de expresión de Ryoma, se veía tan maduro, con aquella barba recién creciendo y los ojos ámbar brillando incesantemente. – No quisiera importunarte en el estado en que te encuentras Sakuno- le dijo seriamente- Sabes mejor que nadie cuanto deseo volverte mi esposa- sonrió al imaginarse a Sakuno viviendo eternamente con el- Pero, quiero que nuestro pequeño crezca bien- dijo acariciando el vientre un tanto abultado de Sakuno.

Ryoma dijo sakuno sonriendo, la mano de Ryoma le hacía cosquillas en la parte baja de su estomago- Sabes ¿que?, quiero casarme el próximo mes

¿Estas segura de eso?- pregunto extrañado por la rapidez, pero a la vez encantado por el entusiasmo de aquella mujer

Por supuesto, además…- susurró Sakuno haciendo un puchero- Tomoka viene el próximo mes para quedarse unos días antes que tenga que regresar con su esposo, quiero que ella sea mi dama de honor- dijo rogándole – Di que si Ryoma, vamos

Rieron juntos, ensimismados por la compañía que se proporcionaban, era como si una nube blanca los acariciase lentamente, llevándolos a un nivel inimaginable de estabilidad.

Lo que quieras amor mío- susurró Ryoma para besar sus labios rojos- Será el próximo mes- susurró alegre, acelerando nuevamente.

Al llegar a la mansión de los Echizen, Ryoma se apresuró en abrir la puerta de Sakuno que estaba esperando con las manos sobre sus muslos, bastante quieta.

¿Qué sucede?- preguntó mostrando su sonrisa arrogante

Hace frío- logró decir con los dientes apretados

Ryoma sonrió cerrando por un momento los ojos de los mas calmado, luego respondió con una media sonrisa en su rostro – Te he traído una sorpresa – dijo mirando la parte posterior- Deberías darle un vistazo a lo mejor esta realmente tentador – murmuró dándole espacio a Sakuno para que saliera del coche

Sakuno llamada por la fuerza que denominamos curiosidad saltó del carro para dirigirse a la maletera - ¿Qué es Ryoma? – dijo alegre viendo como Ryoma abría la capota- Dime- rogó poniendo una cara de niña, Ryoma se impresiono en lo rápido que se olvidaba del frío.

Mira Tú- respondió dándole la espalda, para sentarse en el banquito del jardín, Sakuno escuchaba su voz amortiguada, ya que había metido la cabeza dentro del maletero buscando la supuesta sorpresa

"¿Qué es lo que me trajo?"- murmuraba mientras buscaba entre las bolsas de compras que había, con delicadeza se peino el flequillo que le impedía una visión completa de las cosas, y ahí estaba una bolsa completamente rosada, con encajes y linda decoración, Sakuno lo abrió encantada.

Ryoma veía el trasero de Sakuno moverse de un lado a otro mientras más de la mitad de su diminuto cuerpo se encontraba dentro del coche, se había puesto unas botas beige planas, ya que ya no podía usar tacones, unos pantalones estrechos de jean, que demostraban sus voluptuosas curvas y su estrecha cintura, aunque por detrás no se notaba los cambios del embarazo.

Ryoma cerró por un momento los ojos, recordando como la había conocido, en aquella fiesta en la que había visto su foto, se veía como una chica tímida llena de temores, no obstante al conocerla se dio con la sorpresa que era lo contrario, una mujer decidida, con metas en la vida, que trazaba su camino con pasos seguros pero lentos, que solo necesitaba un empujoncito para darse cuenta de que ella podía sola.

Por otro lado había conocido a Sak, un corredor medio afeminado, nunca pensó que serían las mismas personas, nunca lo examino, ni le importo aquel individuo. Que tonto fue al no fijarse en los detalles, como aquellas manos delgadas y gentiles, aquellos labios carnosos y carmines, las pestañas largas.

De repente, entre sus pensamientos hubo una llamada a la realidad, sentía una ligera presión en sus labios, un dulce aliento en su oído que lo hizo vibrar, y al abrir los ojos se encontró con el rostro sonrosado por el frío, los ojos cobrizos con dimensiones ocultas muy cerca a el.

Las tiernas manos de Sakuno se encontraba alrededor de su cuello, y una ligera presión en sus piernas le confirmaron de que estaba sentada sobre ellas, Sakuno le besaba el cuello lentamente mordisqueando la clavícula y saboreándola con la lengua, creando en el interior de Ryoma estremecimientos. Sakuno jugueteaba con el lóbulo de la oreja derecha de Ryoma, introduciendo su lengua en el interior de su oído sintiendo como Ryoma se relajaba.

Le susurraba cosas lindas, pero a la vez atrevidas, mientras se pegaba más a Ryoma, pegando sus pequeños pechos a su torso, provocándolo e incitándolo, las manos de Echizen presionaban su cintura con delicadeza, pero a la vez con hambre.

Niñita, acaso no sabes en lo que te metes cuando haces eso- dijo Ryoma con la mandíbula apretada, y con los ojos brillando zigzagueantes

Sakuno se rió atrevidamente, besando su labio inferior sin vergüenza alguna.

Es mi regalo por esto- dijo señalando el gran abrigo que tenía puesto era largo y combinaba con sus botas- Te gusta- dijo sin apartarse un centímetro

Por supuesto, te ves hermosa- dijo mirándola con los ojos oscuros y lujuriosos

Te parece si entramos por la puerta trasera hasta tu cuarto- susurró Sakuno besándolo fervientemente

Pequeña atrevida- dijo Ryoma sentando bien a Sakuno para que sintiera su excitación, algo duro fue lo que sintió Sakuno en su trasero que la encendió en desmedida- Te has puesto roja, como si no conocieras esto- susurró riendo para si, luego con delicadeza fue levantando a Sakuno hasta ponerla de pie, luego el se levanto del asiento y se aliso el pantalón, será mejor entrar, de seguro te resfriaras y pretendía cuidarte

Eso quiere decir que no quieres estar conmigo a solas- dijo haciendo una mueca de tristeza

Me muero por poseerte en este momento Sakuno hacerte gemir, y penetrarte lentamente- dijo entornando los ojos – ¿Quieres que continúe amor mío? – preguntó descaradamente

OH no Ryoma, no quisiera que tus padres me vean acalorada- susurró en medio de su actuación, rozando con el torso de su mano su frente- ¿me veo presentable?- dijo bromeando, mostró sus nuevo abrigo con alegría- Es hermoso Ryoma donde lo conseguiste- interrogó viendo lo suave que era, le llegaba hasta las rodillas y le daba un porte elegante

Eso es un secreto, solo se que te queda muy bien, se te ve sexy- dijo tomándole de la mano- Mi madre te va a envidiar, le encanta este tipo de abrigos, se peleará conmigo por ser tan egoísta- dijo hablando para si mismo

No será necesario discutir, ayer por la mañana le envié un abrigo, hace una semana me había contado lo maravilloso que sería tener uno de esos, los que salen en las revistas- dijo haciendo mímicas- Me lo dijo como si quisiera que yo le comprara ya que sus perfectos hijos no lo iban a hacer

¿Le compraste un abrigo a mi mamá?- preguntó

Claro que si, y le encanto, y a mi también me sentí emocionada- dijo como una niña viendo su vientre- Me encantaría que fuera una niña- dijo con una sonrisa soñadora- poderla vestir y enseñarle a caminar, y comportarse como una señorita- por cada palabra que daba era una sonrisa cada vez mas grande en su rostro

Ryoma se tornó serio de repente, aquella sonrisa que existía en su rostro desapareció al instante

¿acaso no te gustaría?- dijo asustada por el cambio de actitud, Ryoma tenía el entrecejo fruncido y la mirada perdida como si estuviera asustado por sus pensamientos , se quedó callado por un momento antes de contestar lentamente

Solo estaba pensando que en verdad no me importaría el sexo de mi hijo, ya que de todos modos lo amaría- dijo impresionado por aquellas cavilaciones, como había entendido que todo lo que ocurriera con Sakuno sería totalmente maravilloso, amaría a ese pequeño- quisiera que se pareciera a ti- dijo metido en sus pensamientos

Y yo a ti Ryoma – dijo abrazándolo fuertemente, fue una sensación reconfortante, Ryoma apaciguaba sus temores, y la cuidaba, con el se sentía protegida como nunca antes, sentía que verdaderamente aquel sentimiento sería duradero y amortiguaría cualquier duda futura

Ejem Ejem- una tos se escuchaba de algún lugar remoto del jardín- Cof… cof- Sakuno se apartó lentamente de Ryoma sintiendo una fuerza que no le dejaba hacerlo por completo, vió a Ryoma quien tenía la misma cara de sorpresa, este se encogió de hombros y siguió caminando sujetando la mano de Sakuno jalándola hacia el, no obstante siguió escuchando aquella tos insinuante haciendo que volteara un poco irritado

¿Qué sucede Ryoga? Ya te escuche- susurró lentamente poniendo énfasis en cada palabra

Ryoga salió detrás de un árbol pequeño con las manos dentro de los bolsillos, con toda la paciencia del mundo, como era común en aquella personalidad un tanto despreocupada.

Al caminar se notaba aquella actitud de gato, sigiloso con los ojos puestos en un punto fijo.

Se paró frente a la pareja y demostró una gigantesca sonrisa que mas que alegre era picaresca.

¿Cómo decirles que nuestros padres te esperan hace más de dos horas y tú ni si quiera te asomas por ahí para avisar que ya llegaste? – dijo riendo

Acabamos de llegar Ryoga- dijo Sakuno abrazando más fuerte a Ryoma, tenía las mejillas sonrosadas y el cabello corto que le daba una nueva belleza y elegancia

OH Sakuno cambiando de tema, déjame decirte de que aquel nuevo look que posees te queda magnifico se te ve mas bella que de costumbre ¿o será el embarazo?, ciertamente Ryoma ha sabido elegir bien- dijo acercándose a ella, no obstante siguió caminando hacia la puerta de entrada, Sakuno sonrió, había aprendido a comprender la forma de ser de Ryoga, hasta tal punto la manera en como se trataban los hermanos.

Ryoma piensa que te puede separar de mi- dijo Ryoma sin fijar la mirada en otro lado que no fuese la espalda ancha y fuerte de su hermano

Después de casarnos nada me podrá separar de ti amor mío- dijo Sakuno riendo casi nunca usaban esos diminutos ya que eran algo cursi, Ryoma sonrió… - el próximo mes mi panza será mas grande, tendré que comprarme vestidos amplios, el cumpleaños de Ann es el próximo mes, y nos han invitado, sería inevitable que la prensa sepa lo que sucede entre nosotros – dijo Sakuno jugando con su cabello corto, mientras caminaba sobre el césped postrero del jardín

Me parece que para esa fecha no habrá ningún problema, y tampoco para este momento, podría decir que tu me perteneces a todos los periódicos del mundo, y no me importaría lo que pensaran, porque yo se que este sentimiento es verdadero Saku- dijo Ryoma antes de entrar cosa que no le dio a Sakuno tiempo de contestar

Ryoga quien ya había llegado a la gran sala, les había contado a sus padres que Sakuno ya estaba ahí, cosa que hizo un enorme barbullo.

¿Dónde esta? – preguntó Rinko emocionada, dejando lo que cocía encima de su sillón, pasó al lado de su esposo, dándole un fuerte golpe en la cabeza para que dejara de roncar, se había quedado dormido mientras leía.

¿Qué pasa mujer? Me duermo tan solo un rato y ya me estas pegando – se quejó Nanjiro sobándose la nuca con ambas manos

Ven, "hombre" Sakuno ya llegó – dijo llena de felicidad- giró hacia la entrada de la gran sala y fijo la mirada en los ojos de Ryoga, increíblemente los ojos eran similares, sus hijos había heredado los ojos de su madre- Y tu Ryoga, deberías sentir vergüenza, tu hermano a conseguido a la mujer mas bella de la ciudad, y para mejorar las cosas, en todos los aspectos es bella, y tu aquí sentado sin buscar con quien casarte, no te quiero tener como tu padre, en semejante vejez aquí sentado viendo videos antiguos de las carreras.

Ryoga se encogió de hombros, no obstante ya tenía alguien en quien pensar, y estaba muy seguro de que la conquistaría aunque fuera la última cosa que hiciese.

Le sonrió a su madre convirtiendo aquella expresión en un enigma, disfrutando el rostro interrogante de su madre.

Le plantó un beso en la mejilla, y la instó a seguir caminando para saludar a la pareja

Nunca me ha dejado de impresionar tu casa- susurró Sakuno impresionada por los cuadros grandes de los antepasados de Ryoma que recién veía- increíblemente nunca he visto estos cuadros, llego a ser tan despistada

Yo tampoco los veo- dijo Ryoma

Hay Ryoma por qué eres así, tu casa es bella no deberías tomar esa actitud- dijo jalándolo del brazo para seguir caminando a través del pasillo – Yo quiero una casa así Ryoma, pero en la ciudad y adornada de forma acogedora

Ryoma sonrió para si mismo, si supiera Sakuno la sorpresa que le daría después de casarse.

-.-.-.-.-.-.-.

Sakuno que felicidad- dijo su madre abrazándola con sumo cuidado, hemos estado esperando por ti hace mas de una hora, pero no te preocupes la espera ha valido la pena, Nanjiro se acerco a las chica para abrazarla con cariño, aquel matrimonio de los padre de Ryoma, aunque un poco disparejo estaba lleno de amor.

Muchas gracias Rinko- susurró Sakuno emocionada, enjugándose las lagrimas- el embarazo le ponía sumamente sensible

Ven siéntate Sakuno- le jaló Ryoga dándole el sillón mas cómodo

Por lo que se veía todos se había olvidado del propio Ryoma

Después de unas cuantas horas, y lo más importante después de comer….

Sakuno y yo hemos decidido casarnos el mes que viene- dijo Ryoga mientras la familia se preparaba para ver una película

Felicitaciones hijo- dijo Nanjiro dándole algunas palmaditas a Ryoma- estoy muy orgulloso de ti por todas tus decisiones

Sakuno te pondremos hermosa para ese día, todas las mujeres solteras te van a envidiar, wow, y con esa piel tan suave que tienes quien no te envidiaría.

-.-.-.-.-.-.--.-

Estoy tan agotada, las reuniones con tu familia me encantan, pero creo que aún no estoy realmente preparada para tanta emoción- murmuró Sakuno quitándose las botas y el abrigo para echarse en la cama de Ryoma.

Estaba en el cuarto de Ryoma, iban a dormir allí por aquella noche, pero se irían al amanecer, ya que Ryoma tenía que firmar un contrato.

Ryoma crees que me puedas dar unos masajes en la espada- preguntó con voz de niña, haciendo un puchero

Bueno, bueno- dijo el sonriendo, quitándose el abrigo y los zapatos al igual que Sakuno, el cuarto estaba tibio por la calefacción dándoles la libertad de quitarse las prendas mas abrigadoras.

Sakuno se sentó en posición fetal, con las rodillas encogidas, Ryoma se sentó detrás de ella con las piernas abiertas alrededor de Sakuno, dándoles un poco de intimidad a la pareja que sabían como relacionarse y como hacer sentir mejor al otro, le fue quitando lentamente la bufanda, depositando pequeños besos en el cuello largo de Sakuno, su piel se había vuelto tan tersa que parecía porcelana, o talvez un tipo de cera moldeable, Sakuno soltó un suspiro.

¿Así? – susurró Ryoma mientras le desabrochaba la blusa botón a botón, sin parar de besarle los hombros

Esto es mejor de lo que esperaba- dijo somnolienta

Ryoma le sacó lentamente la blusa, dejando al descubierto si piel suave, y su ropa interior, Sakuno por ser una persona delgada tan solo había tenido alguno cambios con el embarazo, su vientre no era tan protuberante como la de otras, tan solo se abultaba hasta algo visible, sus pechos había crecido cosa que excitaba a Ryoma.

Eres tan bella- dijo masajeando sus hombros y sus brazos mientras se pegaba más a ella.

Sakuno prácticamente ronroneaba, las manos de Ryoma hacían maravillas sobre ella, abrió los ojos cuando sintió que Ryoma desabrochaba la ropa interior, sintiendo sus pechos livianos sobre su vientre abultado

Déjame probarte Sakuno – susurró Ryoma contra su oído, produciendo olas de placer en el cuerpo de Sakuno – no sabes cuanto te he estado deseando, te ves tan provocativa con esa pancita y me tientas con tu piel con deliberada confianza, no sabes lo que provocas en mi cuando mueves tus caderas, cuando veo tus pechos, cuando me sonríes y me tientas a tocarte más allá de lo permitido, o cuando te sientas en mis piernas- susurró Ryoma tomando la mano de Sakuno entre las suyas- Mira lo que provocas amor mió- Acercó la mano de Sakuno hacia su miembro ya erecto

Sakuno dio un respingo, sentía aquella parte de Ryoma contra su trasero cada vez mas duro.

¿Quieres que te toque Saku? – susurró masajeando sus pechos, Sakuno estaba en el borde de la realidad.

Oh si Ryoma- logró gesticular, su cabeza estaba apoyada en el hombro de Ryoma y este tenía su rostro hacia delante justo al lado del cuello de Sakuno.

Lentamente Ryoma fue separándose de Sakuno, sin parar de acariciar su piel, todo lo que hacía en aquel momento había terminado de ser algo simplemente físico, más bien, se había convertido en una unión de sentimientos, recostó a Sakuno sobre la cama, tratándola con total delicadeza, Sakuno tenía los ojos cerrados, escuchando el sonido de las sabanas cuando Ryoma se paró para colocarse frente a ella, escuchó la suave brisa del viendo que golpeaba las ventanas cerradas, y la respiración un tanto agitada de Ryoma.

Abrió los ojos al sentir el peso de Ryoma en su pecho, no se había recostado sobre ella pero rozaban.

Ryoma la besó con ternura, pasando poco a poco a la pasión desenfrenada, era un juego de labios y de las profundidades de sus bocas, saborear aquel manjar, o talvez sentir con aquel beso nuevas sensaciones.

Después de una eternidad para ambos se separaron para recobrar el aire, en un barbullo agitado.

¿Por qué eres tan bello Ryoma?- preguntó Sakuno con los ojos entrecerrados, Ryoma creyó ver a una ninfa así con el cabello suelto, desordenado, con las mejillas sonrojadas, y sobre todo en esa posición de entrega, con los brazos elevados a merced de su captor.

Ryoma no respondió tan solo vió a Sakuno fijamente, cada parte de aquel cuerpo le pertenecía, aquellas perfectas curvas, aquellos labios rojos y voluptuosos, aquellos ojos grandes y expectantes, sus manos cariñosas y delicadas.

Sakuno se estremeció por el placer que veía en los ojos de Ryoma, y dio un sobresalto y soltó un suspiro cuando Ryoma le fue sacando los pantalones y la ropa interior, mientras acariciaba sus piernas con una insoportable lentitud.

Al llegar a aquel punto donde se había concentrado toda la pasión, aquel rinconcito intimo inflamado y sensible.

Ryoma beso su vientre, su ombligo, y fue bajando a aquel pedacito de cuerpo que tanto le gustaba, entre sus rizos y escondites, encontró lo que buscaba.

Sakuno no podía creer lo que estaba haciendo Ryoma, sus piernas se habían tensado alrededor de la cabeza de su amante, y empezaba a sentir un cosquilleo extraño en la cabeza, como algo que recorría su medula espinal y subía poco a poco.

Ella no sabía lo que quería, no sabía si decirle que parara o que siguiera, era una sensación extraña que no estaba segura de disfrutar o desagradar.

La lengua de Ryoma se paseaba por los lados más íntimos, jugando con aquel lugar abultado con delicadeza, pero a la vez frenesí.

Sakuno quedó exhausta cuando Ryoma terminó, lo vió somnolienta haciéndole notar cuanto lo había disfrutado.

Ryoma ya no tenía puesto los pantalones ni el bóxer, y Sakuno pudo notar perfectamente que su deseo no había disminuido, más bien había incrementado.

Con mucha delicadeza, volteó a Sakuno poniéndola de rodillas la cama, luego dejo que su trasero se apoyara contra sus muslos en aquella pose característica de las alabanzas coreanas.

¿Q…Qué haces?- pronunció Sakuno al sentir los dedos de Ryoma en su intimidad, jugando en el fondo de ella, Sakuno tenía la cara contra el colchón y se apoyaba cómodamente en las almohadas, no obstante aquella sensación en su entrepierna no la dejaba tranquila, había comenzado a soltar pequeños gemidos de placer.

Ryoma se había colocado encima de ella buscando con sus dedos aquella abertura profunda entre las piernas de Sakuno, y al encontrarla no tardó en hacer lo que tenía pensado.

Sakuno quien había perdido la preocupación por su vientre, que Ryoma perfectamente había sabido como cuidar, estaba mas atenta a lo que sentía que se acercaba, de repente sintió una pequeña invasión, un empujón que le provocó éxtasis y placer, Ryoma la estaba poseyendo una y otra vez, con golpes suaves pero acelerados.

Sentía el aliento de Ryoma en su cuello, y lo imagino con los ojos cerrados con la boca apretada con los labios tensos, esperando a que llegara el momento tan esperado.

Y al final llegó, a Sakuno se le nublaron los ojos, se había alejado de toda realidad, temblando con desesperación, era como querer explotar, algo exquisitamente insoportable, su cabeza ya no pensaba con claridad, y su mente había logrado dispersarse en ligeros fragmentos.

Y ahí estaba, aquella explosión reconfortante, Ryoma depositó su semilla en ella, y ambos llegaban al clímax en aquella ternura. Sus cuerpos más unidos que antes. Sintiendo las palpitaciones que aún continuaban como secuela de sus actos.

Sakuno se echó junto a Ryoma, y se apoyó sontra su pecho, viendose fijamente.

Has estado perfecta- susurró Ryoma con aquellos ojos ámbar entornados, veía a Sakuno con amor-

Y tu perfecto mi amor, nunca pensé que algo podía ser tan hermoso- susurró mostrando una ligera sonrisa en sus labios

Y será más hermoso cuando te tenga solo para mi, conectados por el lazo del matrimonio- susurró Ryoma imaginandose a Sakuno con su vestido de novia.

Solo soy para ti Ryoma y se que siempre lo he sido- murmuró Sakuno antes de quedarse dormida en el pecho de Ryoma.

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Un mes después, ya la prensa conocía la noticia que la pareja había guardado con tanto recelo, Sakuno Ryusaki esperaba un hijo del tan conocido Ryoma Echizen, y ambos eran una pareja completamente feliz.

Aquella noticia había sido el boom del momento, fotos de Sakuno mostrando su panza estaban en todas las portadas de los periodicos y revistas.

Justo en ese instante, Ryoma había comprado un periodico para informarse más de los hechos, en la portada se veía a Sakuno posando para una revista conocida e Japón, seriamente parecía una modelo, ahí recostada de lado, mostrando aquellas curvas y su vientre más voluptuoso que antes, tenía un vaso de agua en una mano que se apoyaba delicadamente sobre la cama donde le habían hecho la cesión de fotos.

Pasó a la segunda pagina, donde salía la entrevista que se habían hecho hacía dos semanas, justo unos días antes de casarse.

Se veía escrito en letra cursiva la siguiente nota.

Tras estar siguiendo a la pareja por mas de dos meses, tratando de ver algún cambió en ellos.

Fueron ellos mismos quienes aclararon nuestras dudas, Aquí tenemos presente a Sakuno quién ya tiene seis meses de embarazo, luce increíblemente hermosa con Ryoma a su lado.

¿Cómo tomaste la noticia del embarazo sabiendo que no estabas casada?

Ryoma recordaba que esa pregunta puso un poco incomoda a Sakuno pero ella la respodió desenvuelta

No creo que el matrimonio sea el que nos una sino el amor que sentimos uno po el otro- Sakuno tomó la mano de Ryoma- No me asuste, lo tomé de la mejor forma posible, me sentí increíblemente feliz

¿Cómo lograron obviar a tantos reporteros, sabiendo que ustedes son la pareja más conocida en estos momento en la farándula?

No esperabamos esconderlo – respondió Ryoma (sus ojos intimidaban a la reportera)- Solo dejamos que todo pasara con tranquilidad. Aunque no puedo mentir diciendo de que en realidad, mis padres y los suyos fueron los que prefirieron mantenerlo en un perfil bajo para proteger a Sakuno, como saben este es un momento muy importante para ambos.

Ryoma cerró la revista, al parecer habían cambiado algunas cosas insignificantes, como su forma de hablar, por lo visto ahora la gente pensaría que el hablaba así, no obstante había sido algo duro con la reportera que seguía y seguía preguntando cosas obvias o cosas que ponían incomoda a Sakuno.

Cogió la taza de café que se encontraba sobre la mesa de la cocina, aquella casa era el regalo de Sakuno por la boda, Sakuno había llorado cuando Ryoma le dio la sorpresa, con aquella casa en medio de la ciudad, pero a la vez rodeada de varios árboles, y parques gigantes fuera de la mansión.

Era una casa realmente grande, con jardín incorporado, y flores para el lado trasero de la casa.

Ryoma había construido una pequeña cabaña al lado izquierdo de la casa y la había incorporado con juegos grandes, espumas y colchones de colores para su hijo.

Todo había mejorado después de casarse, ahora se sentían más reales que antes.

La boda había sido "pequeña", conocidos de Ryoma, amigos de la familia de ambos, conocidos y amigas de Sakuno, y algunas personas y doctores que había conocido desde el embarazo.

Sakuno había invitado a su padre, como muestra de respeto, o al menos tratar de hacer las paces con él, ella había estado pendiente de su llegada cuando entró a la iglesia ataviada por un vestido realmente hermoso, con los hombros descubiertos, con cintas en la cintura y una caída larga que rozaba el suelo, era de color blanco, con perlas y brillos color caramelo, y llevaba una cola sujetada por dos niños detrás.

Le había recogido el cabello hacía atrás y llevaba una flor blanca alrededor del moño, la habían maquilla de tal forma de se veía como una gata.

Ryoma lo tenía grabado en la memoria, cuando la sujetó al llegar al altar, para presentar sus votos y darse un tierno beso, desde aquel instante su vida había experimentado lo que era en realidad la emoción.

En la salida, Sakuno logró ver a su padre, en el último asiento, estaba más flaco, su expresión parecía de agonía, pero a la misma vez de algo que ella no supo descifrar, se había emocionado por verlo y soltó algunas lagrimas, no obstante no se acercó a él, una mirada bastaba por aquel día.

Buenos días Ryoma- susurró Sakuno quien lo había sorprendido por detrás, y lo abrazaba fuertemente, Ryoma dejó la taza de café sobre la mesa, y se volteó para abrazarla.

¿Vas a alguna parte?- preguntó al verla vestida – hace frío afuera ¿estas segura de que quieres salir?

Tengo que salir con Ann hoy- respondió sentándose en las piernas de Ryoma,- Me dijo que podía acompañarme a comprar algún cochecito, no me lo dijo exactamente, me obligo a dejar que me acompañara- dijo riendo

Ryoma sonrió, se veía tan hermosa en ese momento que le dejaba sin aliento, el cabello de Sakuno había crecido un poco, y Ryoma seguía igual de presentable.

Además, su cumpleaños es la próxima semana, aprovecharé para comprar un regalo cuando ella vaya por el coche- dijo – Tomoka vendrá la próxima semana. ¿Crees que podamos hacer una pequeña reunión? – pregunto sorbiendo el café de Ryoma

Claro, no habría problema- dijo Ryoma

Me olvide de contarte- dijo emocionada- Momoshiro le dijo a Ann que se mudara a su apartamento

¿Qué momo hizo qué?

Le dijo a Ann que se mudara a su apartamento- dijo entre risas

No lo puedo creer, ese estupido no piensa- dijo Ryoma

Talvez no lo sabía, Ann pertenece a una familia muy tradicional, y lo peor de todo es su hermano Tashibana- dijo algo preocupada- Casi mata a Momo por la proposición, le dijo que antes que su hermana viviera con alguien tiene que tener un anillo en el dedo anular- dijo divertida- Momoshiro se mordió la lengua, pero ya le metió la idea a Ann, y ella esta tan emocionada por mudarse, no obstante parece que a Momoshiro le dio miedo

Me imagino- susurró Ryoma divertido- Pues se la merece, por no averiguar primero dónde estaba pisando

Contigo también fue lo mismo- susurró Sakuno – No sabía lo que te esperaba por estar conmigo

Era diferente, por que yo ya estaba preparado para todo cuando decidí estar contigo Saku.

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Meses después

Era una mañana fría de invierno, las calles estaban acolchonadas por grandes porciones de nieve blanca, cosa que le daba a la ciudad de Tokio un exquisito estilo.

Era aún temprano como para despertarse, no obstante, no lo suficientemente temprano para que ninguna persona estuviera completamente despejada, esperando en la puerta con actitud impaciente a que su acompañante se apurara.

Se retorcía los dedos, maldiciendo por dentro pero sin pronunciar palabras, esperando desesperadamente a que llegara de una vez el momento.

Ryoma¿Ya?- exclamaba entre dientes Sakuno, aquel extraño dolor que venía de vez en cuando era la preocupación en aquel momento, aquellas momentáneos espasmos eran desastrosos para los sensibles nervios de la muchacha castaña – ¡¡Ryoma!! – dijo apretando los dientes esperando ya sin poder respirar con total facilidad.

¡¿Dónde dejaste las mantas?!- preguntó moviéndose de un lado a otro

Todo estaba en un bolso, con todo listo- dijo Sakuno tratando sin resultados respirar hondamente – Se suponía que tu sabías dónde lo habíamos puesto ¡Maldita sea Ryoma Echizen¡

Ryoma caminaba de un lado a otro tratando de encontrar aquel bolso que les hacía acabar con su valioso tiempo, no recordaba dónde mierda lo había puesto, ni dónde se suponía que estaba , acabo haciendo un laberinto en la gigantesca casa, hasta que encontró aquellas cosas justo donde Sakuno lo había puesto.

¡Ryoma! – gritó Sakuno apretando la parte baja de su vientre, tratando de sostener lo insostenible- Por el amor de Dios Ryoma, apresúrate- grito entre dientes aún con la entrepierna húmeda, y el piso mojado

Había roto bolsa hacia unos minutos y las contracciones habían empezado de inmediato, era como un subibaja, aunque hubiera ido a clases prenatales, en ese momento no se acordaba ninguna que dijera que tenía que respirar profundamente para calmarse… Pero como era posible que se calmara, si estaba próxima a tener un hijo.

Había estado desayunando con Ryoma, y cuando se paraba para lavar los platos sintió un plop y algo húmedo fue bajando por su entrepierna y un montón de agua había mojado el piso, ella no estaba preparada para todo aquello, y se había puesto nerviosa, sabía que no estaba bien gritar, pero era la única manera de desfogarse.

Vió cómo Ryoma se dirigía a ella con los ojos prendidos en los de ella, corriendo apresuradamente aguantando la respiración mientras avanzaba con pasos largos y fuertes.

¿Te encuentras bien? – preguntó angustiado

Si Ryoma no te preocupes, solo apurate- susurró Sakuno

Aquel hombre era al que ella amaba más que nada en el mundo, aun con su actitud infantil, o tal vez con sus problemas de memoria, lo amaba, y había compartido experiencias asombrosas a su lado, cerró los ojos, imaginándose en sus brazos otra vez, y no tardo en volverse realidad, pronto sintió las grandes manos de Ryoma sujetándola de la espalda y de las piernas, cargándola de inmediato, Sakuno no demoró en sorprenderse por la increíble fuerza de Ryoma.

Querido, te has demorado mucho- susurró Sakuno al sentir que culminaba la décima contracción

Lo siento mucho- dijo acercándose al Ferrari que estaba estacionado muy cerca de ahí- es que Kaori había pueswto las maletas en otro lugar ya que tenía que limpiar esa parte de la casa, le pregunte a Yuki donde la había puesto y me l dijo después de pensarlo tanto- dijo sin parar de caminar- Todos estan muy preocupados – Sakuno le dio un vistazo hacia la casa, y vió a todos los sirvientes en la puerta despidiéndose de ella, Auki había sido como una madre para ella, cuidando a su bebe y ella, y estaba ahí parada en el umbral con un pañuelo y llorando por Sakuno quien era su "bebe"

Too va a salir bien señito – grito la mujer morena sonándose la nariz

Creo que es mejor ir por nuestra cuenta, la ambulancia se demorará demasiado- dijo abrazando a Sakuno mientras ella se retorcía nuevamente entre sus brazos

Si… creo que es mejor- dijo apretando la mandíbula, sintiendo que su frente se llenaba de sudor, y que las manos las tenía frías como el hielo

Ryoma no estaba tan diferente, las manos le temblaban cuando recostó a Sakuno en el asiento trasero, y cuando trató de abrir la puerta del copiloto, tenía miedo de estas cosas, su madre hacia algunos meses, cuando tuvieron una conversación luego del gran matrimonio, le dijo que habían ciertos riegos que Sakuno podía pasar, Rinko creía que Sakuno podía sufrir lo mismo que ella, y ahora, al pensar en las palabras de su madre, se sentía aún más nervioso. Para las mujeres de la Familia Echizen la labor de parto se había vuelto legendario por el dolor que proporcionaba

Ryoma- dijo la voz tranquilizadora de Sakuno detrás de el- No te preocupes cariño- dijo sonrojada – Yo me encuentro perfectamente – dijo viendo fijamente su vientre- Y nuestro bebe también- dijo vehementemente mientras sentía nuevamente ese dolor en la parte baja de su cuerpo – Solo apresúrate

Entiendo- se limitó a decir Ryoma, encendiendo el auto y acelerando a través de aquel jardín inmenso de la casa- Haré todo lo posible para llegar rápidamente

Llegaron luego de tres minutos, poco para Ryoma, no obstante para Sakuno que había tratado de respirar profundamente, fue el trayecto más largo de su vida.

Cuando llegó estaba exhausta, pero aún tenía energía guardada.

Trae una camilla – gritó una enfermera a un asistente que estaba de guardia – Hace cuanto que rompió bolsa- preguntó un enfermero que sacaba a Sakuno del auto

Hace unos minutos- susurró Ryoma nervioso

Ya comenzó el labor de parto¿Había alquilado alguna habitación aquí?- preguntó nuevamente a Ryoma, quien se estaba poniendo cada vez más blanco, aquel hombre que siempre estaba fuerte, y aparentaba ser invencible estaba sumamente nervioso, sentía la adrenalina correr por sus venas como nunca antes

S…Si, hace unos meses programamos como para esta fecha- respondió Sakuno, quien ya estaba en la camilla

Llévenla de inmediato- ordenó el medico de guardia, a sala de maternidad, su medico le esta esperando ahí

Ryoma siguió la camina movido por inercia detrás de Sakuno, había ido a clases prenatales, donde enseñaban a comportarse en esas situaciones, pero en aquel momento nada de lo memorizado formaba parte de sus actos. Sujetaba la mano de Sakuno como si se aferrase a la vida misma, en ese instante fue como si todo pasara en cámara lenta, veía a Sakuno de otra manera, era una mujer valiente llena de belleza, dando vida, ella era simplemente perfecta.

Ry…Ryoma- susurró nuevamente cuando llegaron a la habitación

¿Desea que le coloquen la epidural? – pregunto la anestesióloga que acababa de entrar al recinto viendo a la pareja

Si, por favor, - susurró Sakuno mientras Ryoma le secaba el poco sudor que había en su frente

Tranquila- le susurraba Ryoma a cada momento tratando de apaciguar el dolor corporal de sakuno- Yo estoy contigo pequeña, se acababa de dar cuenta cuan veloz había madurado, cuanto habían cambiado desde aquella vez que se vieron, aquella vez que buscaban un ideal, no obstante en aquel momento todo ideal se había colocado entorno a ellos.

Ryoma, bésame- dijo Sakuno acercando su rostro al de Ryoma besando lentamente sus labios

Todo esta bien Saku, llamare a Sumire y a tu madre, y de paso a mis padres para avisarle que ya estas aquí- dijo Ryoma separándose para salir a llamar, se había olvidado su celular de lo apresurado que estaba, tendría que llamar de un teléfono publico.

Al volver al cuarto que estaba cómodamente decorado con paredes de un color melón, con un televisor al frente de la cama, algunos muebles y sobre todo una cama donde se encontraba Sakuno con tres enfermeras y un doctor, quien le estaba untando alcohol y yodo en la espalda, antes de enseñar la gran aguja que sujetaba firmemente, Ryoma no podía creer lo que veía se acercó a Sakuno y le sujeto la mano, tratando de no ver la aguja ya que se imaginaba el dolor que le proporcionaría a Sakuno.

Sakuno sujetó con fuerza la mano de Ryoma al sentir un ligero pinchazo en la piel, luego se adormeció esa parte, pero siguió entrando hasta la parte del músculo, respiró profundamente mientras sentía un pequeño dolor en los músculos de su espalda, y al ultimo la aguja indago mas al fondo, llegando a la medula desprendiendo un liquido frío que paseo por la medula como algo congelante, y luego doloroso en los riñones, hasta que después, no sintió nada más, las piernas las tenía extrañamente adormecidas, y se sentían como cartón al tacto.

Sakuno se relajó y se recostó esperando a que todo empezara con el paso de las horas.

¿Dolió?

Creo que más dolía las contracciones-susurró- estoy perfectamente- dijo recostándose contra las almohadas poniéndose en posición mas correcta, sentada.

Ya llame a todos, están en camino- dijo Ryoma con ternura- Todos están muy emocionados.

Es que todos han hecho apuestas sobre qué será nuestro bebe, es que como saben que no hemos pedido el sexo de nuestro bebe, quieren que sea una ganancia poco recíproca.

Jajaja- Ryoma rió con alegría, estaba tan entusiasmado por los resultados, esperaba tener a su hijo en brazos.

Después de unas horas, Sakuno había empezado a pujar, con ayuda de Ryoma y los médicos, sacó fuerza de no se donde, y pujó.

Nunca se imagino la sensación o las cosas que se sentirían, pero ahora se sentía una mujer completa, dando vida a un pequeño bebe.

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Ryoma salió a la sala de espera, donde se encontraba toda la familia, y los amigos cercanos.

¿Cómo esta?- preguntó Eiji emocionado

¿Es niña o niño Ryoma?- se acercó Tomoka, no estaba muy presentable, pero se notaba la belleza que poseía cuando estaba bien peinada.

Sumire, la madre de Sakuno, Rinko y Nanjiro, se encontraban sentados emocionados por la espera, veían a Ryoma quien estaba ataviado con gorrito botas de papel traje azul exclusivos de los papas cuyas mujeres están dando a luz.

Se sacó lo que tenía sobre la boca y sin demora pronunció

Es una niña- dijo emocionado, secándose las pequeñas lagrimas que amenazaban en salir- Se parece a ella, es tan hermosa

Le llovieron las felicitaciones, y abrazos en aquel momento, el parto había sido una maravilla y después de algunas horas todos fueron a saludar a la nueva madre, quien sostenía entre sus brazos a una pequeña criatura, durmiendo tranquilamente, sujetando el dedo índice de su mamá.

Ryoma se acercó y vió detenidamente a Kumiko, era una bebe hermosa cuyo nombre lo demostraba, tenía los mismos ojos de su padre, aunque un poco oscuros por ser recién nacida, las mejillas sonrosadas, la nariz de Sakuno, y sobre todo su cabello, color castaño.

Gracias por darme una hija tan bella- susurró Ryoma besando la frente de Sakuno

Tiene tus mismos ojos cariño, es realmente hermosa- dijo Sakuno, en eso, todos los invitados entraron y fueron viendo uno por uno a la recién nacida

Tomoka se acercó primero

Por Dios, esto es un pecado, ella me gana en belleza – miró a Sakuno con recelo y luego aquella exclamación se convirtió en puchero – Yo quiero un bebe así querida amiga, mejor tengo un niño para que los dos se casen

Yo no quiero que mi hija se casa con alguien menor- susurró Ryoma desde el otro lado

Esta niña me va a dejar sin un penique, comenzó ya hace unas horas, cuando nació mujer- dijo Momoshiro desde atrás- aposté a que sería un niño- dijo tristemente, Ryoma lo miró con cuidado

Los abuelos estaban felices con aquel nacimiento, orgullosos por su nieta, y para Rinko era como si ella lo hubiera concebido, a través de los meses, la cargaba como si fuera hija suya, y Kumiko logró crecer en un ambiente de felicidad y prosperidad.

Aquella noche de verano, algunos meses después del nacimiento de Kumiko, Ryoma y Sakuno se encontraban recostados en la cama, acariciando a Kumiko que se encontraba tiernamente durmiendo en el centro de ellos.

Ryoma se había vuelto un padre excelente, prefería quedarse en casa a cambiar pañales en vez de ir a las carreras y Sakuno estaba más que feliz.

Ya deja a Kumiko Ryoma, y ven y bésame- le obligo Sakuno- haciendo pucheros

Pero si se va a despertar – susurró Ryoma preocupado

No se va a despertar, esta perfectamente bien- dijo Sakuno

No creo que este bien- murmuró Ryoma otra vez

Ryoma- se quejó Sakuno riendo por la actitud de su esposo

Ryoma se acercó a ella, y la besó apasionadamente, se acurrucó a su lado y la abrazó…

Eres imposible Saku- dijo riendo a su lado, pero me gusta mimarte más que a Kumiko

Eso no le va a gustar a Kumiko- exclamó feliz, Ryoma se quedó callado por un momento y luego respondió

Te amo más que nada Sakuno, más que las carreras, mas que todos los vicios materiales, porque de ahora en adelante el vicio que tengo es amarte- le susurró Ryoma al oído

Fin


YAAAAAAA! ToT se nos acabo el fic.. gracias a todas por leerlo! me siento feliz por terminar con este gran proyecto que me ha tomado bastante tiempo, estoy alegre por este final, talvez faltaron bastantes detalles no obstante espero que sea un gran trabajo!

Se ve como los personajes maduran, y deben entender que todo el mundo cambia, a mi me molestaba cuando Ryoma cambiaba de personalidad, pero esta vez, con todas estas cosas quise demostrar como una persona puede madurar.

Aclaraciones de este fic:

- Kumiko Echizen: Nacio con 300 g. y 50 cm... su nombre proviene de Kumiko(Kumi:belleza ,Ko: niña), niña de increible belleza... creo que todo el mundo sabe que esta niña va a salir recontra cuera... ya me la imagino o D

Aqui me despido de todos... opiniones por fis, talvez algunas ya se olvidaron de este fic, pero los que aún lo tienen presente... les agradeceria. Mis nuevos proyectos estaran en cuando los termine, lso tengo en hoja de papel y cuando tenga algun momentito los tipeo

Besos!!

Reika Namino ... no se preocupen por mi si no me presento en por un tiempo... aun seguire viva