Disclaimer: Shaman King y sus personajes son propiedad de Hiroyuki Takei. Pero, los molestos profesores que aparecen en este fanfic, sí son míos.



Libros Tontos

Por Selesme Cari

Capítulo 7

"¿Pensando en voz alta o hablando sin pensar?"

Era la tercera vez que visitaba el aula de detención. Las otras dos veces, lo mandaron por dormir en clase. En el salón se encontraban los mismos chicos que le acompañaron las veces anteriores durante los castigos. El único "nuevo" era su propio hermano gemelo, Hao. La rabia que sentía hacia él no había desaparecido, por lo tanto se encontraba sentado a dos mesas de la suya, para evitar un nuevo enfrentamiento.

El querido profesor de historia los llevó personalmente —lo cuál debería hacerlos sentir halagados, les dijo— al aula de castigos, y afortunadamente, sin notificar a sus padres. Ya tenía demasiadas preocupaciones, como para además tener que lidiar con los reclamos de sus padres por pelearse con su hermano en la escuela.

Suspiró, su grupo ya estaba por salir de clases… si es que no lo había hecho ya, recordando la opción de que se les adelantara la última clase. ¿No se suponía que los castigos se realizaban después de clases? ¿Por qué el maestro los mandó sin esperar a la salida?

Pese a estar molesto con Hao, decidió buscarlo con la mirada. Tenía que confirmar que al menos no era el único padeciendo por el castigo. Frunció el ceño, Hao no parecía nada incomodo por la detención. ¡Todo lo contrario! El muy cínico platicaba animadamente con su amiga Kanna, quien por alguna razón desconocida —y para no perder la costumbre— también había sido enviada a esa aula como castigo.

—Y el muy torpe siguió golpeándome sin percatarse de que el profesor estaba ahí. Yo me detuve, pero él siguió empeñado en pelear —lo escuchó decir en voz alta, para que no sólo Kanna lo escuchara.

Su rabia aumentó, al igual que la humillación. La joven amiga de su hermano, lo miró en silencio, sin prestar mucha atención al parloteo de Hao. Yoh no se dio cuenta, prefirió no prestarle atención a nada y dormir un poco.

—No entiendo que bicho le picó, llegar de repente sólo para golpearme…

—Algo le habrás hecho —fue la sentencia de Kanna, la joven miraba con detalle el ojo amoratado de Yoh, asombrada de que éste parecería no sentir dolor.

— ¿Y por qué debo ser el culpable siempre?

—Lo mismo te pasó con el inglés, ¿no? —la joven apartó la mirada del gemelo de su amigo—Se enojó contigo y tú sin saber porqué.

— ¿La nueva moda es enojarse conmigo? ¡Parece epidemia!

—Piensa, Hao… ¿Qué pudiste hacer para enojarlos?

—A Yoh no le avisé del dichoso examen, me la pasé estudiando y olvidé decirle… ¡Y de nada sirvió porque el maestrito nos canceló el examen!

—Tu hermano no es de las personas que se enojan fácilmente, por lo contrario, siempre parece muy relajado. Tuvo que ser otra cosa.

—No lo sé… mencionó algo sobre mi reputación.

— ¿Reputación? ¿A que se referiría?

— ¡No lo sé, Kanna! Yoh es un tremendo idiota.

— ¿Y Lyzerg?

— ¡Él también es un idiota!

—Me refiero a qué pasó con Lyzerg. ¿Por qué se enojó contigo?

—Ya les dije que no lo sé… Yo debería estar molesto con él. Primero duda que sea bueno en inglés y después anda coqueteando con la tal Meene y Tamao.

— ¿Con Tamao? ¿De dónde has sacado eso?

—Matty me contó que Lyzerg le declaró su amor a Tamao.

—Me parece una tontería, el inglesito está loquito por ti.

—El inglesito… Detesta que le diga así.

—Será porque le parece un modo despectivo de hacer referencia a su país de origen, Inglaterra.

El Asakura la miró con la boca abierta, la joven no entendió el porqué.

—Soy un imbécil… —se hundió en su asiento, comprendiendo finalmente el enojo de Lyzerg.

— ¿Hao?

—Viene de Inglaterra… Obviamente, por eso le dicen así.

— ¿No sabías por qué todos lo llamamos "inglés?

Hao negó con la cabeza y Kanna se echó a reír.

— ¡Deja de burlarte! —gritó mitad avergonzado y mitad enojado.

— ¡Es tan gracioso! —exclamó la chica sin dejar de reír— ¡El gran Hao Asakura no sabe que los ingleses, son de Inglaterra!

— ¿Quieres que todos se enteren?

— ¡Ganas no me faltan! ¡Jamás lo pensé de ti! —rió aún más fuerte.

Hao lanzó una maldición, Kanna tenía razón… él tampoco hubiese pensado ser tan estúpido.

—Es culpa de Lyzerg… —murmuró sin que su amiga lo escuchara— Creo que me ha atrofiado el cerebro.

Kanna dejó de reír al verlo pegar la frente sobre el pupitre. Se preocupó, la atracción que sentía Hao por Lyzerg era más intensa de lo que creía. Bien se lo dijo Matty, su amigo estaba enamorado.

Estaba cavilando al respecto, cuando una hermosa joven de cabello plateado y ojos rojos entró al aula. Colocó un pequeño bulto sobre el escritorio y caminó al frente del pizarrón.

— ¿Ustedes son los alumnos descarriados que necesitan guía? —preguntó la joven parada frente a ellos.

— ¿Quién es esta chiflada? —preguntó Hao a Kanna, incorporándose.

—Es la asistente del orientador, va en primer año —le contestó la joven de alta estatura.

— ¿Tenemos orientador en la escuela? —el tono de Hao estuvo lleno de incredibilidad.

—Me hacen visitarlo una vez a la semana —confesó Kanna, cruzando los brazos.

Asakura la miró fijamente, ignoraba esa rutina de ella. Después de meditarlo brevemente, descubrió que desconocía muchas cosas acerca de Kanna… e incluso sobre Marion y Matty, pese a que ellas eran sus amigas.

—La sesión de hoy —la chica al frente del grupo, interrumpió sus pensamientos—se tratará de pensar en voz alta.

— ¿Por qué ella es la encargada de sermonearnos? —insistió Hao a su amiga— ¿Y a dónde se marchó Silver?

Silver era el prefecto de la escuela, cuando el profesor de historia los llevó al aula de detención, Silver fue quien los recibió.

—Él sólo nos vigila. Los sermones, cómo les llamas, están a cargo de esta niña.

— ¿Y por qué, Kanna?

—Ya te dije, es la asistente del orientador.

—Dirás su consentida… ¿y cuál es su nombre?

—Jeanne, también conocida como la doncella de hierro.

Antes de que Hao replicara algo más a Kanna, la joven de nombre Jeanne habló.

— ¿Quién desea empezar a pensar en voz alta?

—Yo —se ofreció Hao rápidamente, alzando la mano izquierda.

Kanna, sólo abrió la boca, sorprendida y muy atenta a lo que Hao fuera a decir.

—Me desagrada la idea de que una chica menor a mí, pretenda regañarme por mi comportamiento.

Kanna sonrió, ante lo dicho por Hao, imaginaba que diría algo así.

—Creo que no entendiste la mecánica —contestó Jeanne sin mostrar inseguridad.

—Claro que sí, se trata de decir en voz alta lo que pensamos… ¿no?

—Más bien respecto al motivo por el que están detenidos en esta aula —explicó Jeanne sin perder la compostura.

—Sobre eso no hay qué reflexionar… fue culpa de la genética.

— ¿Por culpa de la genética muestras tendencia a meterte en problemas? —cuestionó Jeanne dubitativa.

—No. La genética es la culpable de dividirme en dos —señaló a Yoh, sentando a dos mesas de la suya y recién despertado—. Debí ser hijo único.

Los ojos de Yoh se abrieron en señal de sorpresa —incluso el que tenía morado— y su enojo aumentó.

—Pienso que el hijo único debí ser yo.

—Ése es mi argumento —replicó Hao—. Curiosamente, al fin compartimos un mismo punto de vista.

— ¿Son Hao e Yoh Asakura, cierto? —Jeanne miró a cada uno asentir— El profesor Maeko, me comentó que los encontró peleando frente al aula de profesores. ¿La convivencia entre hermanos es muy complicada?

—Lo es cuándo tienes como hermano a Hao Asakura.

—Para mí, es más difícil ser hermano de Yoh Asakura. Desde niños, siempre he debido vigilar que haga las cosas bien…

—Nadie te pidió que lo hicieras, ¿sabes lo molesto que es para mí? ¡Me gusta hacer las cosas a mi modo!

— ¡Oh, sí! ¡Lleno de descuidos!

— ¡Aunque así sea, es el modo de vida que elegí!

— ¡En parte también es mi vida! ¡Éramos un sólo ser!

— ¡Eso fue cuándo éramos un ovulo de mamá! ¡Incluso antes de nacer nos volvimos seres independientes!

—Ahora que lo mencionas, Yoh… A veces dudo, que siquiera hayamos compartido útero. ¿En serio éramos el mismo ovulo?

— ¡A eso me refiero! ¡Somos tan distintos! ¡Pero las personas siguen comparándonos! ¡No soy cómo tú, Hao!

— ¡Y a todo esto, digan porqué pelearon! —interrumpió otro de los alumnos castigados.

—Porque Yoh me envidia.

— ¡No es cierto! ¡Estoy harto de que me encasillen por culpa de tu reputación!

— ¿Y cuál es esa reputación? —intervino ahora Jeanne, interesada en la discusión de los hermanos.

—Excelente pregunta, niña —sonrió Hao con perspicacia—. Yoh, dime cuál es esa reputación.

—Ay, Hao. Sabes perfectamente que eres el mujeriego de la escuela —ante esa declaración, su gemelo sólo arqueó una ceja—. No muestras remordimiento alguno de ello… ¡¿y pretendes que no desee golpearte, cuándo otras personas han creído que también lo soy?!

—Curioso que el siempre tranquilo Yoh esté tan exaltado —exclamó Kanna, encogiéndose de hombros.

— ¡Hao es la única persona capaz de exasperarme tanto! —explicó Yoh.

—Eso dices ahora, pero de niños me seguías a todas partes.

— ¡Porque no conocía a otras personas! Los demás niños nos evitaban.

—Cierto, luego formó un grupo de amigos tontos.

— ¡Basta ya! Han pensado en voz alta por mucho tiempo, denle oportunidad a los demás —los calló Jeanne.

— ¡Oh, de ninguna manera! —habló otro de los castigados— ¡Esta pensadera en voz alta de los Asakura está muy buena!

— ¡Jamás imaginé que los gemelitos ventilaran sus asuntos de este modo! —canturreó una jovencita.

— ¡Silencio! —Kanna habló muy fuerte, haciendo callar a todos— ¡Es mi turno de pensar en voz alta!

El resto de los alumnos castigados la miraron con asombro, sin atreverse a hablar.

— ¿Por qué estás aquí? —le preguntó Jeanne, volviendo a tomar el control de la sesión.

—Me aburría la clase y preferí venir a ver cómo se comportaba Hao en detención.

Gotas de sudor rodaron por cada una de las cabezas de los detenidos.

—Esa fijación por Hao Asakura, ¿no la encuentras exagerada? —Jeanne nuevamente se mostró inmutable.

—No la llamaría fijación, es lealtad—aclaró la joven de larga cabellera color azul—. Hao ha sido mi primer amigo. Durante mi infancia, los demás niños me miraban raro…

— ¿Por qué será? —comentó alguno de los detenidos con burla.

—Cállate, imbécil —le ordenó Hao al chico que burló a su amiga.

— ¿Entienden a lo qué me refiero? —sonrió Kanna agradecida por el gesto de Hao— Él se me acercó sin temor y pidió que le acompañara.

—Al menos alguien me aprecia —ironizó Hao, mirando de reojo a su gemelo.

— ¡También queremos pensar en voz alta! —exclamó un joven mientras señalaba a una chica sentada detrás de Yoh.

—Háganlo —autorizó Jeanne—. Me informaron que a ustedes los trajeron por faltar a la moral de la escuela.

—Sólo nos besábamos en el jardín —aclaró avergonzada la joven sentada tras Yoh.

—Escuché que los encontraron acariciándose íntimamente —espetó Jeanne, ocasionando más vergüenza en la joven.

—Ahora se arrepiente—ironizó Kanna al oído de Hao—. Si lo disfrutó, no debería arrepentirse.

—Ciertamente, pero me causa más gracia el modo de hablar de esta chiquilla… ¿Acariciándose íntimamente? Lo hace sonar como un pecado—rió Hao.

—A nuestra edad lo más importante es vivir conscientes de la clase de adultos que seremos — Jeanne alcanzó a escuchar el comentario de Hao y le rebatió airada.

— ¡Nosotros sólo estábamos siguiendo a Hao! —declaró el joven con quién fue encontrada la jovencita.

— ¡Es cierto! —añadió ella—¡Él lo hace todo el tiempo, incluso con distintas parejas! ¡Por eso pensamos que podíamos hacer lo mismo!

— ¿De qué demonios hablan? —preguntó Hao anonadado, al mismo tiempo que evitó caerse de la silla por la impresión.

—Entiendo, admiran ese comportamiento en él y por eso lo imitan —sentenció Jeanne con expresión conciliadora.

— ¡Qué absurdo! —bramó Hao, aporreando las manos contra su mesa.

—Crea fama… —murmuró Yoh sin mirarlo.

—Tú —Jeanne señaló a un joven sentado junto a Yoh—. Engañaste a tu novia, ella te descubrió y se armó un pleito entre ella, tú y la chica con quien la traicionaste… ¿Qué dices al respecto? ¿Quieres compartir lo qué pensaste al hacerlo?

—Hao cambia de adquisición todo el tiempo, pensé que no habría problema en que hiciera lo mismo —declaró el joven sin arrepentimiento.

— ¡¿Pero qué rayos?! —Hao se puso de pie bruscamente, tirando la silla en el acto.

Jeanne permaneció con el rostro sereno y su voz no mostró alteración alguna cuando afirmó que era el mayor de los Asakura el causante de la presencia de aquellos chicos que llenaban el aula de detención aquel día. Con delicadeza y sonriendo angelicalmente, Jeanne caminó hacia él.

—Sabes qué no es mi culpa —le reprendió Hao aún de pie y con el entrecejo fruncido.

—Hao Asakura —la sonrisa de ella desapareció y lo miró duramente—. Rezaré por tu alma.

—No hace falta que hagas eso… —le sonrió burlonamente él.

—Tres veces a la semana irás con el orientador a pensar en voz alta—suspiró y caminó hacia Yoh—. Por ser tu hermano y estar más influenciado que cualquier otro alumno, irás una vez a la semana con el orientador.

—Genial —ironizó Hao volviendo a sentarse, mientras que Yoh fruncía el ceño.

—Pueden retirarse —indicó Jeanne volviendo a sonreír.

Los jóvenes lanzaron exclamaciones de alivio y con prisa tomaron sus cosas. Sólo Hao permaneció en su asiento, Kanna se le acercó para asegurarse de que oyó la última indicación de la doncella.

—Ya podemos irnos, Hao—su amigo no respondió, ni siquiera se movió—. Responde si me escuchaste.

—Kanna, ¿desde cuándo tengo reputación de libertino?

— ¿Qué? Desde el primer día de clases en esta escuela, el rumor se extendió por todas partes —la joven lo miró incrédula, era imposible que Hao no estuviera enterado de eso—. Por esos rumores Lyzerg dudó mucho en aceptarte.

—Pensé que sus dudas se debían al prejuicio de ser ambos hombres.

— ¿Realmente ignorabas la imagen que tienes ante los demás?

—Sé que conocen mi personalidad cruel y mi egocentrismo, pero no sabía que otros atributos me agregaban.

—Eres también muy obstinado —bromeó Kanna en un torpe intento de hacer cambiar su oscuro semblante.

— ¿Cuántas parejas me han conocido en esta escuela? ¿Qué motivos tienen para hablar con tanta libertad sobre mi vida amorosa o sexual? —Hao no cambió su semblante sombrío, se sentía furioso.

—Ellos tal vez no tengan motivo, ¿pero qué me dices de Lyzerg? Si ignorabas su lugar de origen ¿qué otras cosas desconoces respecto a él? La mayoría del tiempo sólo buscas tener intimidad con aquel chico y no digo que esté mal, pero deberías también mostrar interés en otros asuntos suyos… ¿Cómo quieres qué él no piense que le ves como tu "adquisición" si te le echas encima a la mínima oportunidad y gritas delante del alumnado que eres su dueño?

Ahora sí que el semblante de Hao cambió. Kanna lo sorprendió, ella que escasamente intervenía en su vida sentimental —excepto para bromear— acababa de decirle las verdades que nadie antes le había dicho, tan duro y directo como sólo Kanna Bismarch podría hacerlo.


Mientras silbaba una alegre melodía que escuchó por la radio en la mañana antes de salir a la escuela, Chocolove guardaba sus pertenencias en una colorida mochila. Él mismo la pintó y decoró, excusándose en que el bolso escolar reflejaba la personalidad del dueño.

Pese a que la clase de química tenía poco de terminar, ya no quedaba algún otro alumno en el salón. Ninguno de sus amigos lo había esperado, al parecer cada uno estaba sumido en sus pensamientos y problemas. Supuso que algo sucedió entre Horo Horo y Ren porque ambos se ignoraron durante toda la clase de química, ni secretas miradas —comúnmente interceptadas por su instinto indagador— se lanzaron. Y su suposición tuvo como respaldo la salida apresurada de Horo Horo al finalizar la clase, éste tomó sus cosas y sin despedirse abandonó el aula.

Por otra parte, comprendía que el disgusto entre Lyzerg y Hao tenía al inglés distraído. Tal vez por esa misma razón, éste antes de empezar la clase de química se mostró muy enfadado, al extremo de ignorar a Horo Horo y a Ren, mientras que a él sólo le dijo "Bendita sea tu paciencia". El chico inglés era bastante temperamental, por lo tanto no le pareció extraño que al terminar la clase se marchara, limitándose únicamente a despedirse de él con la mano.

Lo que sí le pareció extraño, fue que Ren se le acercara para decirle que la lección de inglés se suspendía por ese día. Chocolove reprimió un comentario que relacionara a la huida de Horo Horo con la cancelación de la clase de inglés. Se limitó a bromear acerca de lo mal que le iría en el examen debido a la suspensión de sus lecciones. Ren le prometió reponérselas al día siguiente e intensivamente, después de todo sólo faltaba un día para el examen de inglés.

Terminó de guardar sus cosas y colgándose la mochila al hombro, sonrió animadamente. De cualquier forma, no pensaba asistir a su lección de hoy. La primera razón, era que quería dejar solos a sus amigos en la biblioteca, y así divertirse con lo que pudiera ocurrir en su ausencia —y claro, para ayudarlos a sincerarse—, el otro motivo, era que tenía un compromiso importante, que curiosamente también involucraba a la —para él divertida— situación de sus dos amigos.

Lo curioso era que la persona con quién tenía ese compromiso importante, también huyó apenas terminó la clase, inclusive chocando contra Horo Horo, en la puerta, al intentar salir antes que los demás de la clase. Recordar tal anécdota lo hizo ensanchar la sonrisa, su nueva —obligada—aliada era graciosa, su misión sería más divertida ahora que la compartiría con ella. Y pensando en esto, sin dejar de sonreír, abandonó el aula.


Marion encontró a Matty en la parada de autobús cerca de la escuela, sin embargo su amiga no mostraba intención alguna de abordar pronto el transporte. La rubia caminó hacia ella dispuesta a reprocharle que se fuera sin esperarla, pero la chica de cabello color naranja no reparó en su presencia, permaneció perdida en sus pensamientos.

— ¿En qué tanto piensas? —le preguntó bruscamente para hacerse notar.

— ¿Marion, aún sigues por aquí? —contestó con otra pregunta, visiblemente disgustada.

La rubia torció los labios, esperaba una disculpa acompañada de una explicación, ¿pero en vez de eso Matty le estaba reprochando que estuviera ahí?

— ¿Por qué te fuiste sin avisar? Ni siquiera me esperaste para ir por Kanna, además Hao debe seguir en su examen de historia.

Marion y Matty, así como el resto de sus compañeros de grupo, ignoraban del pleito entre los hermanos Asakura, por lo tanto creían erróneamente que ellos se encontraban presentando su examen de historia.

—Tengo un compromiso, mejor ve sola por Kanna y Hao. Los veré mañana.

Aunque Matty habló con la frescura que le caracterizaba, Marion le notó nerviosismo. ¿Además, qué clase de compromiso repentino pudo surgirle?

—No pierdas más tiempo conmigo, Kanna debe estar esperando —la apresuró y Marion frunció el entrecejo disgustada por aquella extraña actitud—. He quedado de verme con alguien y me gustaría privacidad —rió ahora su amiga, para tratar de alivianar el ambiente pesado que se formó cuando Marion se sintió ofendida al ser echada.

— ¿Con quién has quedado en reunirte? —a la rubia le resultó increíble que Matty planeara verse en privado con alguien, ella, Kanna y Hao eran sus únicos amigos, por lo tanto eran las únicas personas con quien podía reunirse.

— ¡Hey, niña! ¡Hasta que te encuentro! —sonriente, Chocolove corrió hasta donde las amigas se encontraban, pero se dirigió exclusivamente a la de cabellera naranja— ¡Pensé que habías escapado! ¿Por qué no me esperaste en la escuela?

— ¿Chocolove McDonell? —arqueó una ceja Marion, incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo— ¿Desde cuándo eres amiga de él? Explícame.

—Iremos a tomar un café —respondió su amiga, mientras apretaba el brazo del moreno chico—. No hay nada más que explicar, ¡vámonos!

— No te preocupes, güerita —Chocolove guiñó el ojo izquierdo—. Cuidaré bien de tu amiga.

Sin poder reprimir más su impresión, Marion abrió enormemente la boca y así permaneció hasta que ambos chicos subieron al autobús y se marcharon.

Mentalmente se debatió entre si lo más sorprendente era que Matty saliera con un chico sin habérselo comentado antes o que ese chico fuera el bromista Chocolove. Aún debatiéndose, caminó de regreso a la escuela. Le comentaría a Kanna lo sucedido y entre las dos formularían un plan para hacer confesar la verdad a Matty.

Al llegar al salón de Kanna, se encontró con que estaba casi vacio y ésta no estaba ahí. Decidió buscarla en el aula de detención, el sitio dónde Kanna pasaba la mayor parte de las horas escolares.

—Si buscas a tu amiga, se ha ido ya —le dijo una voz masculina a sus espaldas.

Marion se giró, quedando frente a frente con un joven de cabello castaño y ojos verdes. La rubia lo reconoció como el chico que le conseguía cigarrillos a Kanna dentro de la escuela y las respuestas de los exámenes a Hao y Matty. También lo identificó como Nichrome, el asistente del prefecto.

— ¿Kanna se fue? —le pareció de mal gusto que al igual que Matty, Kanna la hubiese dejado sin avisar.

—E iba con Hao.

Eso fue la cereza en el pastel de su disgusto… ¿también Hao le hizo a un lado? ¿El chico terminó su examen y simplemente pasó por Kanna para irse juntos? ¿Y ella qué?

— ¿Desilusionada? —la sonrisa socarrona de Nichrome le crispó los nervios— Ellos tienen muchas cosas en común y obviamente disfrutan pasar el tiempo juntos.

Le desagradaba el modo en que hablaba aquel chico, siempre con aire de saber algo que ella no. Sin contestarle, se dio la media vuelta y caminó en dirección opuesta a él. Mañana le exigiera una explicación a Matty, a Kanna y aunque le costará mucho esfuerzo, también a Hao.


Afortunadamente, sus padres no estaban en casa. Al regresar de la escuela, se llevó la agradable sorpresa de encontrar una nota en el refrigerador mediante la cuál su madre le avisaba que fueron al cine. Al fin algo bueno en ese desastroso día, pensó Yoh al leer la nota.

Acostado sobre el piso, escuchando su música favorita, en completa soledad, disfrutando del silencio de la casa, su mal humor desapareció. Nuevamente la tranquilidad que tanto amaba regresó a él y la sensación de que todo estaría bien le invadió. Su enojo con Hao ahora le parecía absurdo, haría las paces con él cuando éste regresara a casa, incluso tenía la sensación de que las cosas con Anna se aclararían… sólo debía insistirle. ¿Y la amenaza de sus padres? Ya tendría tiempo de pensar en una solución para eso.

Al ritmo de la música, repasó los acontecimientos de ese día. Fueron tantos y tan embarazosos. El encuentro con la profesora Miyoko de comprensión lectora y ortografía, quién le declaró la guerra por haberla rechazado. El desprecio de Anna al mal interpretar lo que vio entre él y la exuberante profesora, su pelea con Hao, la reprimenda del profesor Maeko al encontrarlos peleando —además de cancelarles su segunda oportunidad de resolver el examen que el día anterior no les dejó presentar—, el aula de detención, la dinámica de Jeanne que propició un nuevo enfrentamiento entre Hao y él… Un día demasiado largo, ¿estaba seguro de qué todo saldría bien? Acababa de sobrevivir a un terrible día en la escuela, esa era la prueba suficiente para demostrar que todo tenía una solución… ¿No?

Al intentar reír, sintió dolor en el abdomen. Hao lo hirió físicamente, pero con toda la rabia que tuvo ni siquiera reparó en el dolor de su cuerpo… o más bien, prefirió ignorar el dolor para evitar que su hermano se burlara de él. El profesor de historia ni siquiera se preocupó en llevarlos a la enfermería, directamente los llevó a detención sin siquiera fijarse en si estuvieran o no heridos. Yoh tampoco mostró preocupación en las heridas de Hao, y ahora que recordaba, su hermano sí estaba herido… al menos él le partió el labio, claro que con todo el orgullo que su gemelo se cargaba, no se quejó, al contrario, sin mostrar dolor, enfrentó a Jeanne y soportó todo lo que decían de él en el aula de detención. Hao, siempre mostrándose altanero…

Se arrepintió, ahora que estaba más tranquilo y recordaba su niñez expuesta por Hao en detención, sintió que había sido cruel con su hermano mayor. Después de todo, de niños sólo contaban uno con el otro. Pero al crecer, Hao siguió causándole terror al resto de los chicos, aunque ahora éste lo hacía intencionalmente. Él en cambio supo hacer buenos amigos, aunque no era que Hao careciera de amigos, tenía a Kanna, Marion y Matty, que le profesaban lealtad y devoción, también tenía a Lyzerg… claro, que el inglés era algo más que su amigo. Volvió a intentar reír y el dolor regresó.

Se incorporó, lo mejor sería buscar un analgésico, no sabría que excusa darle a su madre si descubría su malestar. Decirles que peleó con Hao, traería más problemas y entonces sí, que adiós a la escuela y al cabello de su hermano. Apenas acababa de levantarse cuando su celular sonó, para su sorpresa y alegría, era una llamada de Manta.

— ¡Hola, Manta! ¿Cómo sigues de las paperas?

— ¡Yoh, estaba muy preocupado por ti! ¿Has encontrado quién te ayude con la materia de inglés? ¡Falta un día para el examen!

Yoh sonrió. Ése era su buen amigo Manta, siempre preocupándose por él antes que por su propio bienestar. No podía contarle los acontecimientos de ese día, lo alarmaría más.

— ¡Yoh, respóndeme! No has encontrado a nadie que te ayude, ¿verdad?

Una risa nerviosa y adolorida fue todo lo que escuchó Manta como respuesta.

— ¡Yoh! ¿Qué pasa? ¿Está bien?

—No te preocupes, ya se me ocurrirá algo —trató de calmarlo—. Tengo un dolor temporal, pero no es nada grave.

— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tienes dolor?

—Ya te dije que no es grave. Volviendo a lo de inglés… ¿Manta, crees que con lo que repasamos la otra vez me sea suficiente para aprobar el examen?

— ¡Pero, Yoh! ¡Por supuesto que no! ¡Pídele ayuda a alguien! ¡No puedes reprobar ese examen!

Manta estaba muy alarmado, ¿cómo se pondría si le contaba que sus padres le habían dado un ultimátum? No, mejor no decirle…

— ¡Dile a Ren! ¡O mejor a Lyzerg! ¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió antes? —a Yoh le dio la impresión de ver sonreír a Manta desde el otro lado del teléfono.

—No creo que sea prudente… anda de pleito con Hao —una gota de sudor rodó por la nuca del Asakura al recordar su propia pelea con Hao.

— ¡Eso no tiene relación contigo! ¡Mucho antes de que ellos se relacionaran, Lyzerg ya era tu amigo!

—Está bien, Manta, hablaré con Lyzerg —concilió Yoh para tranquilizarlo—. Ahora descansa, después te contaré lo bien que salió todo.

Ambos jóvenes se despidieron e Yoh cortó primero la comunicación. Manta se preocupaba demasiado, definitivamente por ahora —que estaba enfermo— no podía contarle los recientes acontecimientos, ya le platicaría después.

Acababa de retomar su búsqueda del analgésico cuando su celular sonó nuevamente, le extrañó ver el número y nombre de Lyzerg en la pantalla de su teléfono… ¿para qué le hablaría el inglés? ¿Habría sido tan desconfiado Manta cómo para contactar con Lyzerg por su cuenta?

Un saludo nervioso recibió por parte de Lyzerg. Al escucharlo, Yoh comprendió que el joven Diethel no le marcó por petición de Manta.

— ¿Pasa algo, Lyzerg? —preguntó simulando no sospechar que pronunciaría el nombre de Hao en cualquier momento.

— ¿Cómo te fue en el examen de historia?

Lo sabía, el interés de Lyzerg era comprobar que tan bien le había ido a Hao en el examen.

—No lo presenté —le admitió, sin poner al descubierto el verdadero motivo de su llamada—. El profesor canceló el examen, Hao y yo estuvimos en detención.

— ¡¿Qué?! ¡¿Pero por qué?! —tal y cómo lo imaginó, Lyzerg soltó un alarido.

—Tuvimos un pequeño enfrentamiento… —Yoh no puedo reprimir un quejido, el dolor le estaba incrementando.

— ¿Qué fue eso, Yoh? ¿Estás herido? —la voz del inglés sonó preocupada.

—Sí, pero lo curioso es que hace un rato no me sentía adolorido —rió y después lanzó otro quejido—. Tengo que colgar, no me siento muy bien… mañana hablamos en la escuela.

—Está bien, descansa —atinó a decir Lyzerg, el pequeño dialogo con Yoh le dejó confundido.

— ¡Oh, espera! —la voz de Yoh lo detuvo de colgar— ¡Recordé algo! ¿Podrías ayudarme con la materia de inglés? Ya sabes, para el examen.

Lyzerg lo escuchó quejarse de nuevo, su preocupación aumentó. Yoh parecía tener mucho dolor, ¿aún así le estaba hablando sobre el examen de inglés?

—Claro que te ayudaré, Yoh —garantizó con firmeza—. Voy para tu casa.

— ¿Qué? ¿Estudiaremos a partir de ahora? Es que no me siento muy bien… —la replica del Asakura no hizo más que incrementar su preocupación.

—Con más razón iré. Te veo en un rato.

Y colgó sin darle tiempo a Yoh de refutarle.


La letra de Matty era redondeada y de tamaño normal, ni muy grande ni muy pequeña, con una leve inclinación a la izquierda. A Chocolove le asombró la rapidez con que escribía y pensó que sería divertido retarla. Empezó a dictarle rápidamente y la chica aumentó la velocidad de su escritura. Así estuvieron varios minutos, hasta que la joven dejó de escribir y lo miró molesta.

—Dudo que funcione —le dijo al moreno—. Y ni siquiera comprendo la intención de hacerlo.

—No puedes retractarte ahora—Chocolove le dio un sorbo a su malteada de plátano—. Además, mañana iniciará mi investigación acerca de Lyzerg.

— ¿Sigues chantajeándome? —él no le contestó, sólo bebió un poco más de su malteada—Está bien, sí lo acepté ahora no puedo echarme para atrás.

—Mañana antes de la primera clase, se la entregarás a Kalim.

— ¿El guardia de la escuela? ¿Por qué a él? ¡Si tu amigo Horo Horo le pregunta quién es la persona que se la entregó, le dirá que soy yo!

—Precisamente —sonrió el moreno—. Bebe tu malteada o se calentará, niña.

—Si tan sólo me hablarás claro de tu plan —murmuró mientras ponía el popote de la malteada entre sus labios.

—Háblame claro del tuyo —Matty negó con la cabeza, apresurando su bebida—. Entonces, no pidas que te explique el mío.

Ambos permanecieron en silencio, bebiendo tranquilamente sus malteadas. Matty fue la primera en terminar y releyó lo que recién terminó de escribir.

— ¿Puedo agregarle algunas cosas? —preguntó seria sin apartar la vista de su escrito.

— ¿Empiezas a entusiasmarte? —sonrió terminando su malteada.

—Si quedaré expuesta, al menos que sea por algo de mi completa autoría… o casi de mi completa autoría.

Chocolove miró fijamente, sin dejar de sonreír, cómo la joven aumentaba frases en el escrito.

—Niña —le habló y Matty dejó de escribir para mirarlo— ¿Quieres oír un chiste?


Lyzerg quedó perplejo al ver el estado físico de Yoh, entendiendo inmediatamente el porqué de los quejidos que escuchó por teléfono. Tenía un ojo morado y, a juzgar por su postura, dolor abdominal.

— ¡Pero qué te ha pasado!

—Un pequeño pleito de hermanos —sonrió nervioso.

— ¡¿Hao te hizo esto?! —los ojos de Lyzerg se abrieron en señal de asombro y su quijada tembló en señal de disgusto— ¡Es una bestia!

—Él también resultó herido, le partí el labio —volvió a sonreír tratando de aligerar la tensión en Lyzerg.

— ¡Necesitas atención medica! ¿Hace cuánto fue el pleito?

—En la escuela, por eso nos cancelaron el examen de historia, el profesor nos encontró peleando.

— ¿Maeko no te llevó a la enfermería?

—Estaba disgustado porque le hicimos perder el tiempo, además de que accidentalmente lo involucramos en la pelea.

— ¡Es un imbécil! ¡Y Hao también!

—La verdad es que provoqué la pelea…

— ¡Pero él te dejó así! ¡Vamos con un medico inmediatamente!

Sin decir más, ambos salieron de la casa. Lyzerg ayudándole a caminar e Yoh aguantando el dolor que se hacía cada vez más intenso.


Hao se arrepintió de haber ido en busca de Lyzerg a la mansión, Kanna lo convenció de hacerlo e incluso lo acompañó, para después dejarlo solo frente a la puerta.

Su ansiedad y nervios poco le sirvieron, pues el inglés no estaba y para su mala suerte fue Morphine quien le abrió, invitándolo a pasar.

— ¿Qué tal está el té? —preguntó la mujer muy atenta a las expresiones de Hao.

—Bebible —contestó Hao sin preocuparse en ser amable.

— Eres sincero, eso me conviene en este momento —le dijo Morphine bebiendo también de su taza—. Seré franca contigo… no quiero que busques a Lyzerg.

—Escuche, Lyzerg es quien decidirá si puedo buscarlo o no. Y siendo honesto, aunque Lyzerg no quiera que lo busque, seguiré haciéndolo.

—No sé con que tipo de personas estés acostumbrado a enredarte, pero Lyzerg no es tan liberal como tú.

— ¿Le disgusta que sea hombre y no una chica?

—Admito que me sorprendió descubrir su relación con alguien de su mismo sexo, pero es algo que puedo tolerar. Para mí lo primordial es la felicidad de Lyzerg.

— ¿Entonces por qué no quiere que me le acerque?

—Aunque fueras mujer, te pediría lo mismo. No eres la persona apropiada para Lyzerg.

— ¿Cómo puede saber eso?

—Lo que alcancé a observar hace unos días, además de esa pequeña conversación que tuvimos, bastó para saber tus intenciones con Lyzerg.

— ¿Mis intenciones?

—Seré directa… Si quieres a un chico de rostro bonito y apariencia angelical para tener sexo, consíguete a otro, no permitiré que dañes a Lyzerg sólo para satisfacer tus deseos.

De la impresión, Hao escupió el resto de té que le quedaba en la boca, salpicando a Morphine. Elegantemente, la mujer secó su rostro, mientras que Hao avergonzado y molesto apretaba entre sus manos la taza vacía.

—No tengo porque aclararle mis intenciones a usted, sólo le advertiré que no me alejaré de Lyzerg —habló asentando la taza vacía sobre la mesa.

—Este capricho tuyo va a costarle mucho sufrimiento a Lyzerg… de ninguna manera puedo permitirlo.

Se miraron uno al otro desafiantes, después Hao se despidió, dando por terminada la conversación.

— ¿Tu familia sabe de la relación entre Lyzerg y tú? —le preguntó la dama cuando él estaba por salir de la casa.

Hao se sobresaltó, tanto por la pregunta como por el hecho de que Morphine lo siguiera hasta la puerta de la casa.

—Lo nuestro no es algo que le concierna a usted o a mi familia —contestó él saliendo de la casa.

—Eso pensé —susurró ella viéndolo irse.


Afortunadamente la radiografía descartó la existencia de alguna consecuencia fatal del pleito entre los gemelos, ahora Yoh y Lyzerg se encontraban tranquilamente de regreso al hogar Asakura.

—Los medicamentos, el vendaje y reposo puedo ocultárselo a mis padres, pero tengo que pensar en una buena excusa para mi ojo morado—bromeó Yoh tranquilamente.

— ¿Protegerás a tu hermano pese a lo que te hizo? —le reprendió Lyzerg con disgusto.

—Ya te explique que en parte tuve gran culpa —sonrió—. Además, hablarle a mis padres de lo que sucedió, sólo nos traerá más problemas. Hao y yo estamos en una situación delicada, nuestros padres nos tienen en la mira.

— ¿Cómo en la mira?

— ¡Ah! ¿Por qué el profesor Maeko tuvo que cancelarnos el examen? —por primera vez desde que sucedió, Yoh se quejó al respecto. Su queja fue más que nada para distraer la atención de Lyzerg, en realidad poco le importaba ya el no haber presentado aquel examen.

—Los esfuerzos de su ángel guardián no sirvieron de nada.

— ¿Ángel Guardián? ¿De qué ángel hablas, Lyzerg?

—Escuché a tu hermano comentarlo con Marion —le contó e Yoh anotó mentalmente la manera en qué Lyzerg evitaba pronunciar el nombre de Hao—. Alguien intervino por ustedes y le pidió a Maeko que les diera otra oportunidad.

— ¿Fuiste tú?

— ¡Por supuesto qué no! —el rostro rojo de Lyzerg le causó gracia a Yoh, pero no lo demostró— ¡Estaba tan enojado con tu hermano que me alegré porque no lo dejaran presentar el examen!

Lyzerg se avergonzó de haber admitido aquello, Yoh en cambio se encogió de hombros y al llegar a la casa Asakura, lo invitó a pasar para beber algo.

—No creo que sea prudente, no deseo ver al salvaje de tu hermano —se negó el inglés, frunciendo el entrecejo en señal de disgusto—. Además, es algo tarde y Morphine debe estar preocupada, no le dije con precisión a dónde iba y ahora debe haberse formulado muchas posibles teorías.

—Cómo gustes, hasta mañana entonces.

Se despidieron en la puerta, Yoh entró a la casa y Lyzerg emprendió su camino de regreso a la mansión, no sin antes mirar hacia las ventanas de la casa Asakura, alguna pertenecía a la habitación de Hao… internamente deseó realmente no querer verlo.

Continuará…


N/A: Bien, años sin actualizar… ¿alguien recuerda esta historia? Creo que no hay pretexto lo suficientemente fuerte para no haber actualizado hasta ahora. Prometí terminar mis fanfics y créanme, lo haré.

Muchas gracias a las personas que seguían esta historia y me dejaron review, tarde pero aquí tienen la continuación. Perdonen mi tardanza, por favor.

Sobre el capítulo: Creo que esta vez se volvió pura habladuría y conversaciones, pero era lo que quedaba del día y éste sí que fue un día muy largo (recuerden que abarcó los capítulos 5 y 6). Sirvió para aclarar algunas situaciones y darles continuidad a otras.

¡Cualquier comentario, crítica o sugerencia se agradece!

Aprovecho el espacio para promocionar a mi "Rumor Estudiantil": http://www (.)fictionpress(.)com/s/2725193/1/Rumor_Estudiantil

Todos aquellos que gusten de historias juveniles y escolares denle una oportunidad, confieso que "Libros Tontos" inspiró en gran parte a "Rumor Estudiantil" y viceversa. Si gustan también pasarse por mis otros escritos originales (me refiero a qué incluyen personajes completamente míos), esta es la dirección: http://www(.)fictionpress(.)com/u/590408/Selesme_Cari para estas historias también se agradece cualquier comentario, crítica o sugerencia.

¡Hasta el próximo capítulo!