Ok, si lo admito me tarde una vil eternidad en actualizar, pero les prometo que su fiel espera tendrá una recompensa jajaja. Espero que se encuentren muy bien y como me dijo hoy una de mis mejores amigas: ¡Feliz cumpleaños a todos/as!

Quiero agradecer a quienes me dejaron reviews hace más de dos años XD, Chibi-Pain, , Hojesama Ku, Atemu no K., horoholika, nicky, y NICKY.

Además quiero dedicar este cap a una amiga muy especial que me ayudo mucho en... en la sorpresita, para vox peluda ósea Atemu no K., TQM!

Bueno hoy si aquí les dejo el cap.!


Capítulo 4

Cuando Len y Horo llegaron a la sala de la pensión Asakura, Horo salió hacia el patio, mientras que Len se dirigió hacia la cocina, la cual se encontraba ocupada por Tamao, Ryu y Manta que se esmeraban haciendo los preparativos y la cena de víspera de navidad, los tres chicos estaban mas entregados a su labor que nunca pues al parecer Anna les había indicado que quería que esta cena estuviera perfecta, pues sería para una ocasión especial, como era costumbre nadie trató de conocer esa ocasión especial que mencionó la itako, pues al ser un día antes de navidad asumieron que se debía a esto, a pesar de que la sacerdotisa no era el tipo de personas que aceptaba del todo las tradiciones occidentales, este año había accedido a decorar la casa y hasta poner el árbol de navidad como sugirió Lyserg.

Al haber tanto movimiento en la cocina, Tamao dijo a Len que en pocos instantes estaría lista la comida y que era mejor esperar un poco a que esta estuviese lista a que Anna se enfadara por atrasarlos de una u otra forma por estar en la cocina, Len prefirió seguir el consejo de Tamao y hacerse de paciencia, preferiría morir de hambre que a manos de Anna.

Salió de la cocina hacia el patio a buscar a Horo, y en medio de éste vio como el ainu estaba hablando al parecer de algo serio – a juzgar por su ceño fruncido- con Yoh, trató de quedarse lo mas cerca posible para escuchar lo que decían, pero dejando la distancia prudente para que ambos shamanes no sintieran su presencia.

"La verdad me tomó por sorpresa aunque debo admitir que este poco tiempo sintiéndome correspondido me ha hecho muy feliz, pero me preocupa Len, no se como lo vaya a tomar su familia… sobretodo su padre con quien sabemos no lleva una buena relación padre-hijo" terminó Horo mostrando su preocupación a través de sus palabras.

"Es normal que te preocupes Horo, aun mas cuando sabemos lo inflexible que es En Tao, pero estoy seguro que todo estará bien" dijo Yoh sonriendo "Además han pasado años separados y su amor –aunque estaba oculto- no se extinguió, eso solo muestra lo fuerte que ese sentimiento y mientras confíen el uno en el otro no tendrán de que preocuparse"

Las palabras de Yoh lograron confortar a Horo, mas sin embargo el shaman chino estaba bastante sorprendido al saber lo que el ainu estaba pensando no se preocupaba por la reacción de la gente de su aldea en Hokkaido, ni la reacción de su misma familia, sino que le importaba el eco de la noticia de la relación que habían empezado en lo que desde ayer se había convertido en su familia política.

La voz de Tamao o sacó de sus pensamientos "La cena esta lista!" Dijo Tamao asomándose al patio, lo que a su vez causó que Yoh y Horo dieran por terminada su conversación.

Vio como ambos chicos se dirigían hacia el, Yoh pasó de largo brindándole su habitual sonrisa, mientras que Horo pudo apreciar el semblante de preocupación en el chico chino.

"¿Te sientes bien Len?" pregunto Horo, deteniéndose frente a él y mirándole fijamente a los ojos tratando de descifrar lo que al parecer molestaba a Len.

"Si estoy bien" Contestó secamente Len.

"¿Estas seguro?" presionó un poco Horo.

"Si Horo estoy bien"

Horo consideró que era mejor no seguir presionando a Len, le daría su propio espacio aunque moría por conocer todo ese enigma que era Len Tao, enigma que esperaría descifrar por el resto de su vida –eso si se lo permitían-, esperaría a que el chino confiara en él y le dijese por el mismo lo que pasaba, mientras tanto prefirió cambiar el tema.

"Entonces vamos a comer tengo mucha hambre" dijo Horo tomando a Len de la mano haciéndolo caminar junto a él hacia el comedor

"Tu siempre tienes hambre" dijo Len un poco mas calmado tomando tímidamente la mano de Horo.

Todos estaban reunidos en la sala de la pensión Asakura, como solían hacerlo siempre después de la cena, cada quien estaba muy entretenido en su respectiva conversación, Len estaba muy ocupado viendo a Horo reñir con Chocolove como era costumbre, la diferencia es que ahora se divertía aun mas viendo las acciones de Horo, estaba decidido a conocerlo lo mejor que podía, leer sus acciones y memorizar cada uno de sus movimientos, Len estaba disfrutando ver a Horo comportarse tan natural y libre como siempre, esa libertad y felicidad que nunca había sentido hace poco y gracias a Horo.

A pesar de la preocupación que le causó escuchar lo que Horo había mencionado a Yoh, por primera vez en su vida se sentía realmente feliz y aunque las sonrisas no eran precisamente el gesto mas común en su rostro, la felicidad que lo embargaba no podía ser ocultada y tampoco pretendía hacerlo, después de todo había esperado muchos años para vivir estos momentos, el momento en que Horo lo viese a los ojos y pudiera ver en su rostro una sonrisa igual o mas expresiva que la suya, el momento en que con una simple acción o roce de manos le daba a entender lo mucho que le importaba y es que parecía como si desde el principio había sido así, aun en aquellos tiempos en que se dedicaban a reñir por cualquier tontería.

Len Tao se sentía libre, libre de hacer lo que le pareciera, libre para comportarse como un chico normal, no como el descendiente de una dinastía de varios siglos sobre quien recaía a responsabilidad de la continuidad de esta, únicamente con ver el semblante lleno de vida en Horo se sentía capaz de dejar de lado todas sus responsabilidades y deberes y partir de ese día sus responsabilidades y deberes estarían únicamente orientados a ser feliz y hacer feliz a Horo.

"Estas muy callado Len… ¿pasa algo?" preguntó Yoh –que estaba sentado a su lado- notando Len estaba un poco distraído.

"Estoy bien Yoh, no te preocupes, solo estaba pensando" contesto Len con su tono monótono de siempre.

"En lo que Horo dijo sobre ustedes y tu familia me imagino…"

Un pequeño sobresalto fue notorio en Len, Yoh si que lo conocía bien, y al parecer estuvo consiente de su presencia mientras hablaba con Horo, no supo que decir, pues lo habían descubierto por lo que lo único que hizo fue asentir.

"Imagino que lo que mas te preocupa es tu padre, pero de una o de otra forma terminara entendiéndolo, entiendo la presión que te ha de haber impuesto al ser el hijo varón descendiente de la dinastía, pero debes hacerle saber que tu también tienes derecho a hacer tu vida de la manera que tu crees que es conveniente y te hará feliz, y sin duda Jun te apoyará… en cuanto a Horo creo que lo mas difícil lo han pasado ya que los dos son muy necios y ya que se han sincerado creo que lo demás será muy sencillo, Horo te quiere no tienes nada que temer" termino Yoh sonriendo.

"Gracias Yoh" Len en realidad apreciaba sus palabras de aliento, escuchar que Horo lo quería de otra persona le recordó que eso era lo que en realidad importaba, que ahora podría empezar a vivir por los dos y ya no mas por su padre.

De pronto Anna entró a la sala e Yoh se puso de pie, tomando a su prometida de la mano, Anna sujetó tímidamente su mano y la sala se quedó en silencio.

"Anna y yo tenemos un anuncio" dijo Yoh mostrando una sonrisa un poco nerviosa en su rostro "Pues… Anna y yo hemos decidido casarnos, ahora si estamos oficialmente comprometidos" termino Yoh mostrando un poco de sonrojo, Anna por su parte seguía mostrando su impasible rostro aunque por un momento Len pudo jurar que vio un ademán parecido a una sonrisa.

Por un momento todos se quedaron paralizados, a noticia les había tomado por sorpresa, aunque todo parecía indicar que el día en que estuvieran formalmente comprometidos y con fecha de boda se encontraba cerca.

El primero en reaccionar fue Manta "¡Felicidades Yoh!" dijo poniéndose de pie para abrazar a su mejor amigo.

Fue seguido por Chocolove, Ryu, Horo, Lyserg, Len, Pilika y Hao, aunque Tamao estaba acostumbrada a ver a Yoh y Anna juntos todo el tiempo, conocer que por fin se casaba a entristeció un poco pero aun así felicitó a la pareja.

Una vez pasada la euforia por a noticia del casamiento, Len se puso de pie "Yo también tengo algo que decirles", mientras Horo no entendía del todo lo que el chico chino estaba haciendo. "Pues Horo… Horo y yo somos pareja" dijo Len sonrojándose al máximo ante la muy aparente incredulidad de todos, incluido Horo.

¡Eso si era inesperado! Hasta el rostro de Anna había mostrado algo de asombro, no como los demás que sus quijadas se encontraban cercanas a rozar el suelo. Horo en realidad quería que sus amigos supieran lo que estaba pasando entre el y Len, pero nunca esperó que Len decidiera decirlo así de improviso y aunque eso no le molestaba, la reacción que tenían sus amigos le empezaba a preocupar.

"¿Estas de novio con el cabeza de tiburón hermano?" ante la pregunta de la ainu, todos posaron sus miradas en Horo, quien aun se notaba un poco sorprendido por lo que acababa de pasar. Al sentir las miradas de todos sobre si, se sintió un poco nervioso y miró a Len, quien parecía estar esperando su respuesta con un poco de ansiedad, que Horo reconoció como inseguridad.

"No Pilika, no estoy de novio con el cabeza de tiburón como tú lo has llamado," todos se mostraron mas sorprendidos y Len se volvió cabizbajo "… estoy de novio con Len Tao y espero que no vuelvas a ponerle ningún sobrenombre Pilika, y espero que respetes mi relación con Len" contestó Horo con seriedad y seguridad nunca vistas en él. Se puso de pie y caminó hacia Len tomando discretamente la mano de chino entre la suya, para darle apoyo y hacerle entender que aunque el anuncio lo tomó por sorpresa, respaldaba que lo hiciera.

Todos se quedaron observando a Len y Horo, "Ya era hora que lo hicieran público chicos, me estaba preguntando cuando se lo dirían a los demás" dijo con su modo despreocupado el dueño de la pensión.

"¿Acaso tu lo sabias Yoh?" pregunto Pilika.

"Si, lo se desde que regresaron" contestó con su característica sonrisa.

"Felicidades chicos" se oyó de Hao

"No puedo creer que no lo hubieras dicho antes" dijo Pilika poniéndose de pie caminando hacia el patio trasero.

Horo se quedó muy impresionado, no sabía si la reacción de su hermana se debía a que estaba enamorado de Len o a que en realidad no le había tenido confianza suficiente para decírselo, después de todo además de ser su hermana era su mejor amiga.

Len observó por un momento a Horo, "Ve con ella"

Horo asintió y siguió los pasos de su hermana, para encontrarla sentada en lo alto de un árbol, Horo lo trepó y se sentó junto a ella en una rama.

"¿Por qué no me lo dijiste?" pregunto con algo de resentimiento Pilika.

"Porque no sabia como ibas a reaccionar, después de todo estoy enamorado de un hombre Pilika y tenía miedo a que no lo entendieras" contestó Horo rodeando a su hermana menor con un brazo.

"Es solo que creí que confiabas en mi"

"Lo hago Pilika, es sólo que nunca pensé que Len pudiese corresponderme y por ello nunca le mencioné a nadie lo que sentía por el" Horo se quedo serio por un momento "Ahora dime Pilika" Horo estaba nervioso pero la opinión de su hermana era importante para él "¿Qué opinas acerca de que Len y yo estemos juntos?"

"Pues la verdad en no has sido de mi total simpatía y tu lo sabes hermano, pero si estar con el te hace feliz, cuentas con mi apoyo" terminó la ainu abrazando fuertemente a su hermano.

"Pilika," la voz de Horo provino algún lugar cercano a su cuello "no es que me moleste pero si me sigues abrazando así de fuerte vas a causar que caigamos del……….. Ahhhhhhh"

Se pudo escuchar un sonido sordo y luego los quejidos de ambos hermanos, y casi al mismo tiempo todos los habitantes de la casa los tenían rodeados.

Pilika y Horo yacían tirados boca arriba en el suelo.

Len se acerco a Horo tendiéndole la mano para que se levantara, el ainu la tomo y se puso de pie despacio "¿Estas bien?" pregunto el chino.

"Eso creo" dijo Horo sacudiéndose el polvo de la ropa y observando su s brazos para revisar que no tuviera ningún golpe muy evidente.

"¿Y todos ustedes qué ven? ¿Acaso ninguno me va a ayudar a levantarme?"

En ese momento todos volvieron su mirada a la ainu quien se mostraba molesta desde su posición en el suelo, todos habían estado muy entretenidos observando la interacción entre los nuevos novios de la pensión.

Nuevamente Len tendió la mano a Pilika, una vez de pie abrazó inesperadamente a Len, mientras Horo y los demás la veían muy sorprendidos "¡Bienvenido a la familia Len!" dijo la chica muy efusivamente.

Len no sabía que hacer, su relación con Pilika nuca había sido buena, pero tomando en cuenta la buena disposición de la chica y sabiendo el mejor que nadie lo muy difícil que habrá sido para ella aceptarlo como pareja de su hermano, le devolvió suavemente el abrazo.

"Gracias Pilika" contestó con un leve sonrojo Len, vaya cuñadita la que se había ganado.

Al ver que todos estaban entrando a la casa de nuevo, Pilika susurró seriamente a Len "Si llegas a hacerle daño a mi hermano… ¡Juro que te mato!" y así concluyó el abrazo que le había dado a Len.

Len se quedó parado por unos segundos solo en medio del patio, pero sabía que era de esperarse algo así de Pilika, pues todos sabían lo mucho que quería a su hermano. Dio media vuelta y caminó hacía la entrada donde lo esperaba Horo.

"¿Qué te dijo Pilika?" preguntó el ainu cruzado de brazos y el ceño profundamente marcado.

"No me dijo nada"

"La vi, se que te dijo algo"

Len resopló, para que engañar a Horo que conocía mejor que nadie las mañas de su hermana "Solo me pidió que te cuidara"

"¿Eso te dijo?" comentó algo sorprendido el ainu

"Mas o menos… lo dijo con su propia manera de pedirme las cosas"

"Bueno pues tu conoces a mi hermana, así que creo que no la puedo justificar por quererme cuidar ¿o si?"

"No, y me parece muy bien de ella" por un momento se quedó perdido en la mirada de Horo "Entremos de una vez" dijo caminando hacía adentro, sintió como Horo volvía a tomar su mano.

Una vez dentro pudieron ver que Hao y Lyserg se habían retirado a su habitación (A/N: me pregunto ¿qué estarán haciendo? Jejeje) Ryu estaba ayudando a Tamao a limpiar a cocina y el comedor, Chocolove estaba dando las buenas noches a los que quedaban presentes, Pilika no se veía por ningún lado, por lo que tal vez también se había retirado a dormir. Yoh estaba sentado junto a Anna viendo televisión, era de notar que Yoh y Anna tenían sus manos entrelazadas, quizás esa era la razón de la resplandeciente sonrisa de Yoh.

Después de mas media hora, Len se despidió de Horo, el ainu no notaba al chino cansado, pero quería darle su espacio, y aunque quisiera estar pegado a él todo el tiempo, creyó conveniente marchaste también a su propia habitación pues no quería asfixiar al chino.

Se puso su pijama y se dispuso a dormir.


Ya eran mas de las doce de la madrugada, Horo no podía dormir por mas que lo había intentado, por lo que estaba observando por la ventana de su habitación la cuidad, pensando en lo diferente que había sido esta visita de fin de año a la pensión Asakura en comparación a la pasada.

El año pasado, se había marchado muy deprimido, Len había estado ignorándolo y tratándolo peor que de costumbre, sus peleas habían llegado a herirlo, y en cambio esta vez había sido la mejor visita a la pensión de toda su vida, estaba con Len y sus amigos los apoyaban, no podía pedir mas. (N/A: AL menos eso pensaba jejeje)

Estaba tan perdido en sus pensamientos que no escuchó cuando alguien entró a su habitación. Sintió un par de cálidos brazos que lo rodeaban por su cintura, era Len. Guió sus propios brazos hacía donde descansaban los de Len y no pudo contener una sonrisa al reconocer lo bien que se sentía estar tan cerca de Len.

"¿Qué haces despierto a estas horas Hoto-Hoto?" dijo Len en un susurro que rozó la oreja y cuello del shaman de Hokkaido, causándole un pequeño sonrojo imperceptible debido a la oscuridad de la habitación.

"Yo debería preguntarte que haces despierto e invadiendo habitaciones de otras personas de la pensión" contestó.

"No estoy invadiendo la habitación de otras personas de la pensión, según sé esta habitación corresponde a mi pareja y tenía pensado darle una sorpresa pasando la noche con él, durmiendo a su lado, pero si a alguien le molesta me retiraré" dijo tratando de soltar un poco el abrazo con Horo.

Horo impidió que Len se alejara de él, se sentía demasiado bien el calor del cuerpo de Len cerca del suyo, dio media vuelta para quedar frente a frente con Len "A nadie le molesta que estés aquí, menos a mi" dijo abrazando a Len por el cuello y atrayéndolo mas a sí.

"Me alegro que no quieras que me vaya" dijo Len tomando nuevamente a Horo por la cintura, mirando fijamente a Horo a los ojos, y Horo pudo jurar que vio un destello diferente en la mirada de Len.

La penetrante mirada de Len causó que escalofríos bajaran por su espalda, y casi sin aviso sintió la boca de Len uniéndose a la suya en un profundo beso que debido a la cercanía de sus cuerpos se intensificó. Este beso era diferente de los que se habían dado con anterioridad, Horo podía sentir el deseo creciendo dentro de sí y de Len, le encantaba el sabor de la boca del chino en la suya, la lengua china dentro de su boca lo estaba llevando al borde de la locura y lo único que quería era perderse en los brazos d esa persona que tanto amaba y que ese momento no terminara nunca.

Len se separó por unos breves segundos de la boca de Horo "Quiero pasar contigo esta noche" dijo con evidente agitación en su voz y rozando sus labios con los de Horo, el ainu abrió los ojos para encontrarse con la mirada mas penetrante y llena de deseo de Len Tao, pudo jurar que se quedó sin respirar por unos segundos, esta mirada estaba causando efectos inesperados en una parte especifica debajo de su cintura.

Horo no estaba seguro de que las palabras pudiesen salir de su boca por la intensidad del momento que estaba viviendo y además tampoco sabía si su cerebro era capaz de formular una frase coherente, por o que creyó mas efectivas que las palabras darle continuidad al beso que habían empezado, acercando a Len lo mas que podía a su cuerpo logrando que no hubiera nada de distancia entre ambos.

Horo Horo no pudo evitar emitir un gemido al sentir la mano de Len recorrer su espalda, no sabia que tan lejos pensaba llegar su compañero, pero lo había deseado por tanto tiempo que por el momento eso simplemente no importaba.

Len esbozo una pequeña sonrisa de satisfacción al escuchar el gemido que había salido la boca de Horo Horo, abandonó los labios del peliazul y comenzó a trazar lentamente un camino de besos hacia su cuello, tomándose su tiempo para saborear cada centímetro de piel sin dejar uno solo sin explorar por sus inquietos labios, quería recordar el sabor de cada parte de Horo Horo en sus labios y ver las reacciones que este tenia al sentir su boca en la suave piel.

El ainu llevó sus manos a la cintura de Len, no le parecía nada justo que solo Len pudiera acariciar su cuerpo, el quería tocar esa piel, hacer realidad todos los sueños y fantasías de las que él y Len Tao eran protagonistas. Sacó la camisa de este de sus pantalones y se la quito por completo, retirando su boca de Len el tiempo necesario para despojarlo de dicha prenda, buscó el broche de los pantalones de Len, y aunque eso de quitarle los pantalones al chico chino no parecía nada difícil, la boca de este lo estaba desconcentrando y no es que le molestara, para nada pero el también quería disfrutar y ver el majestuoso cuerpo de Len sin ningún obstáculo y acariciar cada parte de este. Al bajar el cierre de los pantalones de este pudo sentir a hombría ya despierta del joven chino, y solo pensar que el había causado esto provocó que su cuerpo se arqueara para sentir el roce de este con su propia excitación.

Pudo escuchar un leve gemido de parte de Len y esto fue un aliciente para deslizar su mano dentro de la ropa interior de Len y acariciar su miembro, las sensaciones que Horo estaba provocando en su cuerpo inundaban todos sus sentidos, no podía pensar, no quería hacerlo. Apenas y podía sostenerse en pie, creía que en cualquier momento enloquecería de placer, pero no pensaba cederle el control total de la situación a Horo Horo, después de todo esto había sido su idea, él había llegado a esa habitación con la completa intención de tomar lo que le pertenecía, y nada ni nadie podía detener a Len una vez que se fijaba un objetivo.

Tomó la mano de Horo Horo que lo acariciaba y le dijo al oído provocándolo "¿ya tan impaciente?" sellando sus palabras con un movimiento de su lengua sobre la oreja del peliazul al mismo tiempo que halaba y retiraba completamente la camisa del ainu y lo empujaba con su cuerpo hacia el futon. Len se despojó completamente de su pantalón y ropa interior, para luego colocarse sobre Horo y sin darle tiempo a decir o hacer nada, atrapó sus manos sobre su cabeza y llevó su boca al pecho del peliazul, acariciando con su lengua juguetona y mordiendo, provocando una excitante mezcla de dolor y placer que hacían que el ainu arqueara su espalda buscando más de ese delicioso contacto, sin poder contener los ya audibles gemidos que abandonaban su boca.

Las acciones de Len lograron sorprenderle pero no se iba a oponer, sabia lo importante que esto era para Len, sobretodo por que el había tenido la iniciativa así que por esta vez dejaría que Len lo guiara junto con su exquisita boca al placer, dejaría que hiciera lo que quisiera de él, lo amaba y esto quería que fuera una muestra de la confianza que le inspiraba el chino, podía ver las reacciones del chino que eran un reflejo de lo que estaba sintiendo, podía ver como sus manos temblaban sosteniendo las suyas cada vez que dejaba escapar un gemido, lo estaba disfrutando tanto como el.

Las manos de Len soltaron las de Horo Horo, bajando hacia los pantalones de este y muy despacio abrió el cierre, sin dejar de besar su pecho comenzó a deslizarlos lentamente por sus piernas junto con su ropa interior, torturando así a su amante. Luego de deshacerse de ellos recorrió con sus dedos las piernas del peliazul, sus caderas, acercándose peligrosamente a su objetivo pero sin llegar a él, causando que la respiración de Horo se agitara aun más.

"Len"…

El chino pudo percibir el tono desesperado de su voz y acaricio ligeramente el miembro del peliazul con uno de sus dedos. Un jadeo abandonó la boca de Horo ante aquella inesperada sensación, sus manos tomaron con fuerza la almohada en un intento en vano de controlarse. Len observó con deleite la reacción del ainu, cuantas noches había soñado con ese cuerpo, acariciarlo, provocar las sensaciones más placenteras en él, poseerlo, amarlo, y ahora que por fin lo tenía no quería perderse ni un detalle. Colocó sus manos sobre sus caderas y su rostro descendió sobre él hasta tomarlo en su boca.

Horo arqueó su espalda y estuvo a punto de gritar cuando sintió el calor de la boca de su amante rodeándolo, pero pudo reprimirlo lo suficiente para colocar una de sus manos sobre su boca disfrazando el sonido como un profundo gemido. Cerró sus ojos con fuerza y apretó más la almohada al sentir la lengua traviesa de Len moverse sobre él. El sonido de su respiración agitada y sus gemidos eran todo lo que inundaba la habitación, luego de unos segundos, los movimientos de la boca de Len, probando, succionando y acariciando, lo estaban enloqueciendo, ya no podía pensar, no había nada más en ese momento que esas maravillosas sensaciones que inundaban todo su cuerpo, sus gemidos aumentaban a medida que se acercaba a su límite.

El gemido ahogado de Horo fue suficiente y por mucho que le gustaba ver las sensaciones que podía causar en el ainu, se dio cuenta que si seguían así no iban a durar lo suficiente para llevar a cabo sus planes. Retiro lentamente su boca del miembro de Horo, escuchando un quejido de protesta por parte del ainu,

"Paciencia" le susurró mientras movía su cuerpo hasta quedar encima del ainu, y un fuerte gemido salió de su boca al sentir por completo el cuerpo de Horo bajo el suyo. Levantó su mirada y se vio en esos ojos negros que tanto amaba y recordó que todo lo que estaban haciendo era por amor y devoción mutua, era el principio de una vida juntos, lo que por tanto tiempo habían añorado y que a partir ahora se hacia realidad.

La boca y lengua de Horo en su cuello lo sacaron de sus pensamientos y le recordaron su tarea pendiente.

"Dime que es lo que quieres" susurró al oído del ainu, su cálido aliento provocando escalofríos que recorrían el cuerpo de Horo, mientras empezaba a mover sus caderas contra las del chico de Hokkaido.

Horo al escuchar el tono de voz de Len y sentir esos repetitivos roces en su entrepierna no tuvo que pensarlo mas y respondió en un gemido casi suplicante "Te quiero... te quiero dentro de mi!"

Eso había sido muy rápido, pero Len quería torturarlo solo un poco mas. "Estas seguro?" le preguntó de forma traviesa, tratando de controlar su propia necesidad e impaciencia de sentir el calor del peliazul rodeándolo por completo.

Horo no podía soportarlo mas, quería a Len pero no podía dejar que lo impacientara mas, dos podían jugar ese juego "Tu sabes que SI!" contestó el ainu deslizando su mano entre ambos miembros para rozar su mano fuertemente contra el miembro de Len.

Len dejo escapar un grave jadeo ante aquel contacto, lo había tomado por sorpresa, y una sonrisa casi malvada se formo en el rostro de Horo al escucharlo. Podía notar que el ainu comenzaba a impacientarse, y el mismo debía aceptar que estaba a punto de perder el control.

Deslizó sus manos hasta las piernas de Horo y las separó con cuidado, colocando su propio cuerpo en medio de estas. "No quiero lastimarte" le dijo suavemente, pero al mismo tiempo con un tono serio mirando fijamente a los ojos.

Horo pudo notar preocupación en el rostro de Len, y se dio cuenta que ese era solo otro de los gestos que demostraban cuanto él le importaba al shaman de China. Mas allá de las palabras Horo volvió a sorprender a Len, guiando al endurecido miembro del chico chino, lo tomó y el mismo lo posicionó en la entrada de su cuerpo, "No me lastimaras… te amo Len, confío en ti y se que la única forma en que me lastimarías es yéndote de mi lado"

Len esbozó una pequeña sonrisa al escuchar las palabras de Horo "Yo también te amo Hoto", luego capturó los labios del ainu entre los suyos en un profundo pero cariñoso beso, aprovechó ese instante para entrar lentamente en su cuerpo, tratando de distraerlo del dolor que seguramente estaría sintiendo.

Horo Horo no pudo evitar emitir un pequeño quejido durante el beso, había escuchado del dolor inicial –que resultaba ser mayor siendo la primera vez-, pero sabía que esto no le restaba importancia a lo que estaba sucediendo entre ellos, sabía que este dolor pasaría, por ello se aferró a Len acariciando toda su espalda y bajando sus manos por esta hasta llegar a la parte mas abultada de este y lo presionó mas contra si, haciendo que la lenta intrusión del chino se acelerara. A pesar del entusiasmo - o impaciencia- de Horo, Len terminó el beso una vez se encontró completamente dentro del ainu, sabia que tenia que darle tiempo para ajustarse a la invasión en su cuerpo por lo que esperó a que Horo diera el siguiente movimiento.

Después de unos instantes, Horo asintió dándole a entender a Len que estaba listo para lo que seguía, con cuidado, Len se retiró solo un poco del cuerpo de Horo, empujándose de nuevo en la entrada de este, empezando así un lento ritmo de embestidas, aumentando poco a poco la velocidad de estas, dejándose guiar por las reacciones que Horo le estaba transmitiendo.

Len se sentía en el paraíso, nunca pensó siquiera en estar compartiendo algo tan íntimo con Horo pudiera hacerse realidad, y ahora pudo ver que el cuerpo de Horo buscaba presionarse cada vez mas contra su miembro, Horo estaba gimiendo entrecortadamente y Len tomó el miembro del ainu con una mano para masturbarlo, lo que provocó un fuerte jadeo y que Horo se arqueara contra Len.

Horo estaba disfrutando este momento, levantó un poco su torso y una mano se posó en la cabeza del joven chino, necesitaba sentir el sabor de la boca de Len en ese momento, estaba buscando tener a mayor conexión posible con el chino, Len complacido se dejó besar por Horo, mientras aumentaba el ritmo y la fuerza en las embestidas, los gemidos del shaman de Hokkaido eran el premio que recibía por todas sus acciones.

El ainu rompió el beso por la intensidad de las sensaciones que experimentaba, dejando de lado los gemidos para repetir una y otra vez el nombre de su amante. Len por su parte estaba encantado de escuchar la ronca voz de Horo repitiendo su nombre, Horo lo estaba llevando al borde de la pasión y seguramente el estaba sintiendo lo mismo pues estaba jadeando sin control alguno, escuchando por última vez su nombre salir de la boca de Horo, sintió la esencia del ainu esparcirse entre su mano y abdomen, alcanzando su propio clímax solo segundos después gritando a su vez el nombre del ainu.

Len salió lentamente del cuerpo del peliazul y se dejó caer con cuidado sobre él, hundiendo su rostro en su cuello mientras ambos trataban de recuperar el aliento. Unos segundos después, cuando sus respiraciones ya estaban normalizadas, sintió una de las manos de Horo Horo acariciar ligeramente su espalda "Len…" escuchó la voz del ainu decir suavemente.

"Hmm…" respondió sin moverse, estaba muy cómodo de esa forma, en los brazos de Horo, respirando su esencia, quería permanecer así por un momento más, pero parecía que el ainu tenía algo que decir.

"¿Era esto lo que querías desde el principio?" preguntó el peliazul. Al escuchar eso, Len inmediatamente levantó su rostro y apoyo su mano en el futón para mirar Horo Horo. Por un momento creyó que el ainu había malinterpretado sus acciones, pero al verlo a los ojos pudo notar el gesto travieso que trataba de ocultar en vano.

Llevó su otra mano al rostro Horo y con delicadeza apartó algunos cabellos que caían por su frente "No exactamente, pero luego no pude resistirme" le respondió con una sonrisa.

"Así que soy irresistible" dijo Horo con malicia.

"Para mi si lo eres" comentó depositando un beso en la frente de ainu.

Un leve sonrojo se apoderó de las mejillas de Horo, no esperaba una respuesta así de directa de Len, lo abrazó con fuerza, no queriendo separarse de esa cómoda posición en la que se encontraba, le encantaba tener a su amor en brazos.

"Horo…"

La voz sonó en su pecho, aflojó un poco el abrazo para poder ver el rostro de Len "¿Mmmm?"

"Feliz Navidad"

Horo sonrió "Feliz Navidad para ti también Len"

Y así quedaron dormidos, Len en los brazos de Horo, Horo con su amor en brazos, definitivamente no había mejor lugar en le mundo que en el que ambos se encontraban.


Bueno pues espero que les haya gustado, la verdad es que no se si dejarlo ahí o continuar… dependerá de ustedes, espero sus comentarios sobre mi primer lemon de esta parejita aunque me ayudaron a hacerlo jajaja.

¡Cuídense y espero recibir comentarios!

¡Hasta Pronto!