Desde el Lado Oscuro

Capítulo 17- Señales…

-¿Ron?

Harry se sintió tonto al preguntar aquello ¿Cómo podía ser posible? Más, algo en su interior le decía que no estaba errado. Que en efecto, él, no era nadie más que su amigo, su casi hermano. Y de repente, en el silencio que se formó en ambos, Harry comprendió perfectamente aquel sentimiento de gran familiaridad desde el momento en que lo vio y la gran confianza que surgió, si no desde el primer momento dado que él se había puesto a la defensiva, sí en esos instantes en que habían estado platicando.

-Eh… yo… yo soy David- le dijo Ron, levantándose y devolviéndole el relicario, sin mirarlo a los ojos. En cuanto Harry hubo tomado el Horcrux, Ron hizo ademán de irse de ahí lo más rápido posible, pero Harry, se interpuso en su camino

-No, no lo eres- le contestó Harry, en un susurro. Sentía como el corazón latía cada vez con más violencia. Sabía quien era en realidad. Pero de igual manera, necesitaba escucharlo de él, para así poder dejar que toda aquella emoción saliese, la alegría de saber que aún en aquellos momentos y que a pesar de todo, contaba con sus amigos…

Antes de que Ron tuviese oportunidad alguna de contestar, unos ruidos de fuertes pisadas se escucharon sobre el pasto. Ambos voltearon al mismo tiempo para así, alcanzar a distinguir la figura de uno de los mortífagos que se acercaba con rapidez a ellos.

-¡Tú!- le gritó el mortífago, dirigiéndose a Ron -¿Qué estás esperando? Sabes perfectamente que no está permitido tomar descansos cuando se les ocurra

-Yo le pedí que se quedara- espetó fríamente Harry, antes de que Ron tuviese oportunidad de contestar -¿Tienes algún problema con eso?

-Eh, yo…- tartamudeaba el mortífago, al sentir la dura y penetrante mirada que el chico tenía sobre él, lo que hizo suponer a Harry que se trataba solamente de un aprendiz al actuar de esa forma –Yo solo sigo órdenes…

-Pero mis órdenes importan más que las de cualquiera de ustedes- le cortó Harry, con un tono aún más frío. Si en sus manos estaba el evitar que a Ron se le aplicara más tortura de la que ya había experimentado, lo haría –E irá cuando yo quiera…

-No es necesario- intervino Ron, por un lado, agradeciendo la situación para evitar descubrirse ante Harry, aunque por otro, frustrado por no poder decirle de una vez por todas que ahí estaba él, para ayudarlo… -En verdad, debo seguir esas órdenes, de lo contrario me puede ir muy mal…

Y lanzándole una última y rápida mirada a Harry, Ron caminó rápido, justo detrás del mortífago que parecía estar sumamente agradecido ante el hecho de irse del lugar.

Harry solo se quedó ahí de pie, observando como su amigo, se alejaba poco a poco… Aunque, no importaba ya. El vacío que se había adueñado de él estando en aquel lugar, parecía haberse llenado ya un poco. Ahora, estaba más seguro que nunca que aquel, que hacía llamarse David, era en realidad Ronald.

No obstante, al pensar esto inmediatamente sintió una gran preocupación adueñarse de él. ¿Qué pasaría si lo descubrían?... Y no solo eso... ya había sido testigo de la manera en que lo trataban y estaba seguro de que no había sido la primera vez… ¿En qué había estado pensando al meterse ahí?

-En Ginny- fue lo primero que cruzó por su mente. Sabía que estaba en lo cierto. Y no podía culparlo. Él también quería sacarla a toda costa de ahí, pero debía ser más prudente en ese asunto, de lo contrario si algo salía mal, Voldemort ya no amenazaría con hacerle daño a Ginny, si no que, la mataría…

Apartó aquel pensamiento. Si quisiera matarla, ya le habría insinuado algo a él, o al menos, chantajearlo, ¿No era así?...

Bajó su mirada y la posó en el relicario que aún tenía en la mano. Suspiró. Con tantas cosas que tenía por hacer, ya no sabía ni por donde comenzar. Aunque, recordó que ya solo faltaba un día para la luna llena y que en ese caso, lo mejor sería ir al Valle de Godric, a encontrar de una vez por todas aquel objeto que no solo era interés de Voldemort, si no también suyo ahora. Consideraba que, una vez obtenido el objeto, sería prudente abandonar aquel lugar para ir en busca de los Horcruxes restantes.

Estaba consciente de que el final, estaba más próximo de lo que él creía. Sin embargo, por alguna extraña razón, esto no le preocupaba más. Y sabía, que algo tenía que ver la sorpresiva aparición de su amigo ahí, reiterándole que aún esos momentos, estaban con él.

De pronto, se le ocurrió una idea. Algo, para ayudar a que Ron, dejara de pasar por aquella cantidad de terribles cosas. Sabía que Voldemort podría llegar a considerarlo sospechoso, pero ya se las arreglaría en el momento. Lo que importaba, era evitarle a Ron que siguiera pasando por eso. Así que, asegurándose de ir a su habitación primero para guardar aquel relicario, se encaminó hacia donde Voldemort.

OoOoOoOoOoOoOoOoO

-Hermione- comenzó a decir, con un claro dejo de temor en su voz -¿En donde se encuentra Ronald?

Por primera vez en su vida, Hermione se quedó sin saber que decir ante una pregunta. ¿Qué debería contestar? Aquello la había tomado completamente por sorpresa y al decir verdad, ya había llegado a imaginarse que algo como aquello podría ocurrir, pero no tan rápido, por lo que aún no había ideado un plan para esa posibilidad.

-¿Hermione?- inquirió su mamá, Jane, al ver que su hija había palidecido y parecía haberse quedado muda

-Yo…- ¿Debía decir la verdad? ¿Debía confesar que habían ideado un plan para lograr ayudar a Harry y a Ginny?

-Hermione- inquirió Remus, de igual manera acercándose hacia ella. La preocupación por lo que estaba a punto de decir, no podía ser más evidente –Si Ron nunca estuvo aquí, quiere decir que él fue detrás de Ginny y Harry, ¿No es así?

Hermione abrió la boca, dispuesta a dar una explicación a lo que Remus ya sabía que era cierto. Más en ese preciso instante, unos fuertes y apresurados golpes en la puerta se dejaron escuchar. Todos los presentes, que hasta ese momento habían estado expectantes a la respuesta que daría Hermione, se sobresaltaron, mirando inmediatamente a la puerta; Jane, que era la que se encontraba más cerca, abrió con premura.

-¡Mortífago!- Fue lo primero que exclamó Tonks, al entrar a la casa. Sus ojos buscaron desesperadamente a Remus, dirigiéndose hacia él en cuanto lo divisó –Un espía nos vio llegar, vi que estaba alrededor de la casa y en cuanto se percató de mi presencia, desapareció…

-Debemos irnos de aquí cuanto antes- dijo de pronto Remus, rompiendo el pesado silencio que se había formado –Ustedes tendrán que venir con nosotros, este lugar ya no es seguro- Agregó, dirigiéndose a los Granger, los cuales, aún un tanto sorprendidos, solo se limitaron a asentir cortamente.

-Sus pertenencias las recogerán en otra ocasión- inquirió de prisa Lupin al ver como Jane se disponía a subir las escaleras –Tenemos que salir de aquí, no podemos desaparecer con los hechizos que habíamos puesto…

Guiados por Tonks, la señora y el señor Granger salieron, seguidos por la señora Weasley y Lupin, quien se rezagó al notar que Hermione no se encontraba por ninguna parte.

-¿Hermione?

-¡En seguida los alcanzo!- contestaba ella, escaleras arriba. Desde que había escuchado a Tonks, había subido rápidamente las escaleras sin ser notada.

-No puedo dejarte aquí...

-¡Por favor Remus, es importante!- le escuchaba decir un tanto agitada -¡No tardo, en verdad, ahora los alcanzo!

-¡Vamos Hermione!- insistía Lupin, dispuesto ya a ir donde la chica

-En verdad, los alcanzo enseguida- dijo Hermione apareciendo repentinamente, sujetando una bolsa de mano –Aparecerán en La Madriguera, ¿No es así? Ahí los veré- decía ya con un tono firme –Y por favor, cuida a mis padres mientras tanto

Lupin, sin dejar de lanzarle una mirada suspicaz, terminó accediendo. Dio media vuelta y enseguida desapareció por la puerta, la cual dejó entre abierta. Hermione, agradeciendo esto, se apresuró a empacar con encantamientos lo que faltaba, no tardando mucho. Una vez que se hubo asegurado que tenía lo necesario, salió rápidamente de su hogar y, en el preciso momento que giró la vista hacia la calle, un rayo color violeta pasó rozándole el rostro. La chica, agachándose, sacó su varita, dándose cuenta de lo que ocurría: Sus papás y la señora Weasley no se veían por alguna parte, lo que le dio a suponer que la última, había transportado a sus padres mediante desaparición conjunta, lo cual, la alivió un tanto.

Guardando la bolsa de mano, se levantó, dispuesta a unirse a la batalla que se estaba llevando a cabo, en la cual, Lupin peleaba con 2 mortífagos y Tonks, a pocos metros de distancia, se batía en duelo con una mortífaga de largo cabello negro.

Hermione, pensando que lo mejor era ayudar a Lupin, apuntó la varita a uno de los mortífagos.

-¡Cuidado!- Fue lo último que alcanzó a escuchar antes de sentir un terrible escozor que comenzó en la espalda y que rápidamente fue recorriendo el resto de su cuerpo, concentrándose más en la cabeza, haciendo que la chica perdiera la conciencia sin percatarse si quiera que un par de brazos la levantaban, llevándosela a toda prisa.

OoOoOoOoOoOoOo

A pesar del agradable clima que había minutos atrás, la temperatura comenzaba a descender de una manera poco usual; más, esto no fue notado por dos jóvenes que charlaban de una manera un tanto animada mientras caminaban por una calle sutilmente iluminada por lámparas que precedían su camino. No obstante, el cambio de temperatura no había sido el único hecho que había pasado inadvertido para aquel par de adolescentes. Y es que, ellos no tenían ni la más mínima idea de que alguien los había estado siguiendo, no solo aquel día, si no ya en ocasiones anteriores, con el único propósito de descubrir las verdaderas intenciones de uno de ellos. Intenciones que el pensaba, insistía en creer, que solamente eran para perjudicar a aquella chica.

-Descubriré tu juego, Malfoy- Desde la acera contraria, pensaba Genaro, cuya mirada no dejaba de seguir a los jóvenes –No permitiré que sigas haciendo aún más daño…

Ambos adolescentes se detuvieron. Habían llegado a casa de la chica. Genaro observó como Malfoy se despedía de la joven y esperaba a que ella entrara a su casa, para así, seguir con su caminar y desaparecer en unos cuantos metros más.

Genaro, aprovechando la situación y dándose cuenta que no tendría muchas oportunidades, corrió hacia el hogar de Kathleen, llamando a la puerta y rogando por dentro que fuese ella quien atendiera.

-Sabía que no puedes vivir sin mi- decía burlona Kathleen mientras abría la puerta, obviamente pensando que se trataba de Michael que por alguna razón, había regresado. Más, su semblante cambió por completo cuando observó al visitante

-Buenas noches- Decía Genaro con tono cordial, haciendo caso omiso de lo dicho por Kathleen al abrir la puerta.

-Lo siento, pensé que era otra persona- se disculpaba Kathleen, observando con el entrecejo fruncido a aquel chico. -¿Qué desea?

-Hablar contigo- le dijo simplemente Genaro, mirándola fijamente, esperando que creyera lo que le diría

-Em… ¿Y tú eres…?

-Soy Genaro- respondió de manera apresurada. Si quería hacer aquello, era mejor que lo realizara rápido. –Escucha, no cuento con mucho tiempo y lo que tengo que decirte, es algo de suma importancia…

-Perdona, pero no creo que tengas algo que decirme- contestaba Kathleen, con intención de cerrar la puerta –Y si es así, es mejor que sea mañana, no creo que a mis abuelos les agrade que esté fuera hablando con un desconocido…

-Tus abuelos corren un grave peligro- le dijo de golpe Genaro mientras con un rápido movimiento de la mano, impedía que la chica le cerrara la puerta –Y creo que tú también

-¿De qué estas hablando?- Preguntaba ella, claramente confusa

-El chico con el que estabas hace un momento, Malfoy…

-¿Malfoy?- repetía ella, extrañada –Te equivocas, él no…

-Por favor, escúchame- le interrumpió, con mas premura que antes –No confíes en él, no se cual sea su verdadero propósito, pero lo conozco y sé que no trama nada bueno, que solo te está usando…

-¿Y esperas que crea eso de un desconocido?- espetó repentinamente Kathleen, claramente enfadada –Mira, no se que es lo que quieras, pero déjame en paz ¿De acuerdo?

-Debes creerme- respondía el chico, con un tono firme –Malfoy no es lo que aparenta…

-Deja de decir tonterías- la mirada que Kathleen le lanzaba era por demás profunda, dura, fría –No conozco a alguien que se llame "Malfoy", estas confundiendo al chico con el que me viste… Y si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer que estar escuchando una sarta de tonterías sin fundamento alguno. Hasta luego.

Y dicho esto, Kathleen cerró la puerta con tal fuerza, que los vidrios de las ventanas más cercanas emitieron una leve vibración. Genaro se quedó de pie, anonadado, mirando fijamente la puerta. ¿Por qué los adolescentes de ahora tenían que ser así?, ¿Por qué tenían que ser tan testarudos? Con un suspiro indignado, dio media vuelta y comenzó a caminar, pensando otra manera de advertirle a aquella chica el peligro en el que se encontraba, aún ella no quisiera escucharlo.

OoOoOoOoOoO

-¿Peter?

Se sobresaltó al escuchar su nombre, más, se quedó sentado en exactamente el mismo sitio. Sabía que la voz era de aquella joven que se encontraba cautiva detrás de la puerta que él vigilaba. Sin voltear siquiera, siguió con la mirada fija en algún punto del oscuro pasillo.

-¿Qué es lo que quieres?- Preguntó pasados unos segundos; su tono mas que de enojo o fastidio, era de cautela.

-Ya sabes que es lo que tienen planeado hacer conmigo, ¿cierto?- Decía Ginny del otro lado. Su tono de voz, aunque bajo, no dejaba de denotar firmeza. Y es que, lo último que le había dicho Peter… "Debes tratar de salir lo más rápido posible de aquí"; había confirmado lo que ella sospechaba desde un principio. Y si se trataba realmente de aquello…

-No soy quien para decírtelo- respondió Colagusano, pasando rápidamente su mirar en todas direcciones, temeroso de que lo escuchasen hablando con ella

-Me matarán, ¿No es así?- inquirió Ginny, ignorando lo dicho por Colagusano. De algún modo u otro, ya se lo temía; el hecho de que Draco hubiese sido quien la secuestró, le había dado a entender que él le había comunicado a Voldemort de lo que ella significaba en la vida de Harry, por lo que aquel repugnante ser obviamente había aprovechado aquello para asegurarse de tenerlo bajo su control, sin advertencias tontas, solo eliminando uno a uno a sus seres queridos…

-No insistas- le respondió con enojo, elevando un poco la voz –Yo no se nada…

-¿Permitirás más sufrimiento?- Preguntó Ginny, con un tono suave pero con un dejo de reproche. Al ver que Colagusano no respondía, prosiguió -¿Permitirás que más personas a tu alrededor sigan sufriendo?... ¿Permitirás que el hijo de aquel que fue tu amigo lo haga?

-No tuve elección…- susurró Colagusano, ocultando el rostro entre las manos

-Siempre hay elección- le interrumpió, levantando un poco el tono de voz. –Morir por tus amigos o dejar que ellos murieran por ti…

-No sigas…- susurraba con rabia Colagusano, apretando con fuerza su cabello y con los ojos firmemente cerrados, como si tuviese temor de que al momento de abrirlos, se encontraría a aquellos a quienes había traicionado…

-Ahora puedes lograr que la culpa, se aminore un poco… ayuda a Harry… sabes que es lo que debes hacer…

-Yo…

-¿Qué demonios crees que haces?

Colagusano dio un salto tan violento que su codo, dio fuerte contra la puerta. Peter levantó la mirada, encontrándose con la de Draco, observándolo fijamente aunque sin expresión alguna. El chico, dándose cuenta de que Colagusano no le respondería, dio unos cuantos pasos más.

-Sabes perfectamente que tu trabajo es vigilarla- Le espetó, al momento de abrir la puerta –No ponerte a charlar con ella

Dicho esto, entró con Ginny, encendiendo su varita en el acto. Buscó con la mirada a la chica, la cual, se encontraba ahora sentada sobre un mullido sillón colocado en un rincón de la habitación.

-¿Ahora qué?- preguntó con fastidio Ginny, sin molestarse en mirar a Draco

-Solo quería asegurarme de que tu estadía aquí siguiera siendo de tu agrado- le respondía él, con una sonrisa irónica –Aunque, no me sorprendería que en este asqueroso lugar, te sintieras como en casa…

-Esos comentarios ya están demasiado usados, ¿No lo crees?- le contestó sin inmutarse, mirándose las uñas –Busca material nuevo

-Disfruta tus últimos momentos de insolencia Weasley- contestaba, aún sin borrar la sonrisa de su rostro –Ya que, la próxima ocasión que me veas, seguramente será la última

Ante esto, Ginny levantó finalmente la mirada, captando por unos segundos una sonrisa indefinida en el pálido rostro del chico. Draco dio media vuelta, cerrando la puerta y apagando su varita, se detuvo por unos momentos.

-Te sugiero que no te encariñes tanto- Decía Draco a Colagusano –Ya que mañana ella no estará ya aquí.

Y sin otra palabra más, reanudó su andar, dejando a Colagusano aún más aterrado y con un extraño sentimiento en si, que se fortalecía a cada segundo transcurrido.

OoOoOoOoOoOo

-Te he dicho que me desagrada que entres así- espetó fríamente Voldemort sin siquiera voltear a ver a la persona que había entrado de súbito a la habitación.

-Necesito algo- le dijo Harry, ignorando completamente lo dicho por Voldemort. Sin invitación alguna, el chico se sentó, clavando la mirada en la espalda de aquel ser. Sabía que lo que estaba a punto de pedirle, sonaría raro, sospechoso, más estaba dispuesto a correr el riesgo con tal de ayudarlo.

-¿Se trata de la chica?- Aventuró Voldemort. La sonrisa cargada de malicia que formó, fue lo que más se reflejó en el vidrio de la ventana

-No, de ella no… aún- finalizó por lo bajo, apretando inconscientemente los puños con tal rabia que las uñas, dejaron claras marcas en su piel. –Se trata del objeto que, según tu, me pertenece

-¿Lo encontraste ya?- preguntó Voldemort con un mayor interés; lentamente, dio vuelta para observar con atención al chico

-Puede ser- contestaba indiferente, tratando de cerrar su mente aún cuando no dominaba del todo aquello

-Habla claro

-Está protegido- le respondió, midiendo bien sus palabras. Su tono de voz seguía denotando indiferencia, aunque los nervios no dejaban de estar presentes. –Y no iré solo, prefiero que alguno de tus asquerosos mortífagos sufra los daños.

-¿Crees que permitiré que alguien mas se entere de esto?- el tono de burla de Voldemort, incrementó más los nervios de Harry, pero aun así, se mantuvo firme

-No tiene que ser necesariamente un mortífago… puede ser uno de los novatos

Voldemort observó con más atención que nunca a Harry, sin expresión alguna en su rostro; el chico, aunque sintiendo enormes calosfríos, prosiguió. Entre más rápido terminara aquello, mejor.

-No puedes decir que valoras la vida de uno de ellos, apenas si te interesa la de tus mortífagos más allegados… Y te repito, no pienso ir sin alguien que tomé los riesgos de la protección

-Veo que finalmente, vas aprendiendo de lo que se trata esto- Respondió Voldemort segundos después, finalmente desviando la mirada de Harry para posarla de nuevo sobre la ventana -¿Cuándo piensas hacerlo?

-Mañana por la tarde

-De acuerdo- le respondió Voldemort, sin poder evitar una sonrisa impregnada de maldad al escuchar lo ultimo. –Si aquel que llevas contigo, sobrevive, encárgate de eliminarlo... No quiero testigos

Harry se levantó, dispuesto a retirarse, más, cuando su mano alcanzó el picaporte, la fría voz de Voldemort le hizo detenerse

-Asegúrate de no llegar tarde, Harry… no querrás perderte la interesante reunión de mañana…

A pesar de lo poco que tenía que ver aquello, Harry no pudo evitar sentir un dejo de ansiedad. Sin decir algo más, salió del lugar, pensando en el posible significado de aquellas palabras…

oOoOoOo

-¡Ya están aquí!- Exclamó la señora Weasley al estar observando impaciente por la ventana de su hogar. Rápidamente, fue a abrir la puerta mientras las dos personas que se encontraban ahí, se levantaban de sus asientos e iban detrás de ella

-¿Se encuentran bien?- Preguntó con ansiedad Molly, mientras se hacía a un lado para que Remus y Tonks entraran. Lupin sangraba de un costado de la cabeza y Tonks, aunque sumamente agotada, parecía ilesa.

-Si, no es nada- respondió Lupin, al ver como Molly daba la vuelta para ir en busca de una poción que le ayudase contra la herida.

-¿En donde está?- Se escuchó repentinamente la aterrada voz de Jane Granger, que miraba ansiosa la puerta como si esperase que alguien más entrara

Lupin y Tonks intercambiaron miradas silenciosas, miradas cargadas de preocupación y frustración.

-¿En donde se encuentra mi hija?- Fue el señor Granger el q intervino; era imposible notar como con gran rapidez, se había adueñado la palidez de su rostro

-No lo sabemos- Fue Tonks quien respondió, bajando la mirada. No podía soportar ver las expresiones en los rostros de aquellas personas –Estábamos peleando contra los mortífagos… Vi como ella se acercaba para ayudarnos, más… fue en unos segundos… cuando volteé de nuevo, ella ya no estaba…

-Si Molly- interrumpió Lupin, al ver como la señora Weasley se llevaba las manos a la boca, claramente asustada –Cada vez, llegaban más… y creemos… que también fue secuestrada

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N/A: Em… Hola?? Jeje… Acepto críticas, me las merezco, lo se perfecto… Si me quieren asesinar, también lo entenderé… Tanto tiempo… Sé que un "Lo siento" ya no alcaza, jeje… De cualquier manera, discúlpenme…

Estoy ya de vacaciones… como dice un compañero, "benditas vacaciones", después de un semestre en verdad pesado… Tenía planeado no subir capítulo alguno hasta que terminara la historia para evitar mas esperas, sin embargo, ya no pude más, jeje

Trabajo ya en el 18 y les prometo que aprovecharé para seguir con la historia.

Gracias por leer…

Y de nuevo, una enorme disculpa.

Besos miles

Mary

PD- No todo es lo que parece… xD