Para este fic, deben olvidar que leyeron el 5 y 6 libro… Es mejor así.
Yo lo se, ustedes lo saben, el mundo entero lo sabe… Pero ya que les gusta que el autor se torture escribiéndolo, helo aquí:
Disclaimer: Ninguno de los personajes de Harry Potter ni el universo en el que transcurren los hechos es mió… Solo hago esto por diversión y sin ánimo de lucro.
Sin mas que decir, bienvenidos y que lo disfruten.
Just is question of PRIDE
Capitulo 1
Primer día, Última oportunidad
Querido Diario:
Mi vida es patética
Con amor
Hermione
Eso estaba escrito en aproximadamente 100 hojas de mi diario, solo que la palabra patética jugaba el papel de variable. El repertorio de palabras para utilizar es bastante amplio: Triste, Estupida, Sin sentido, Inútil, Aburrida, Malograda, Inservible, Lastimera, etc… No continuare, son demasiadas y hay muy poco tiempo.
Lo último con más de una frase de pocas letras que escribí en ese Diario fue lo feliz que me sentía de entrar al séptimo curso en Hogwarts. Estaba orgullosa de mi misma y de mis logros, hasta que dedique una de mis solitarias tardes a la reflexión, y la dura realidad se estrello contra mi cara. Hermione Granger, tal y como siempre te lo repitieron, solo sabes leer. El no tener vida fuera de los libros en mí pasado esta manifestando sus consecuencias ahora.
Desde esa tarde, había sentido que mi vida no tenía un verdadero propósito… ya ni el colegio, ni siquiera los libros eran razones para justificar la perduración de mi existencia. Había llegado al punto en el que nada me llenaba. Yo, Hermione Granger, era, oficial y extraoficialmente, la persona mas aburrida sobre la faz de la tierra. Todos tenían una vida, incluso Neville Longbottom podía jactarse de ello… pero como siempre, yo tenía que ser la excepción a toda regla.
Seis años en Hogwarts.
Miles de oportunidades.
Ni un solo beso.
Es intuible que el noviazgo aun es un campo inexplorado para mi. Aunque, si soy sincera, mi inmenso e infinito tedio no es lo único que gobierna mi vida (Aprox. Un 99.9)… Hay cosas buenas después de todo. Entre ellas cuento a mis mejores amigos, y a la persona cuya perfecta y sensual presencia hace que mis hormonas comiencen a agitarse, logrando que una sensación muy extraña acontezca justo en mi estomago desde hace ya un año.
Draco Malfoy.
Presumidamente sexy. Soberbiamente atractivo. Prepotentemente perfecto.
Todo en él es sugestivo y excitante.
Se supone que, por todo lo que el maldito bastardo me ha hecho, debería odiarlo… pero tiene algo, un no-se-que, que me impide hacerlo.
Me he pasado noches enteras analizando sus defectos, que son bastantes, mil horas mas tratando de deducir por que demonios no puedo sacármelo de la cabeza, y, no se si sea que el cerebro se me fundió por tanto comer libros (Como muchas veces lo sugirió el Slytherin en cuestión), pero no he podido encontrar la respuesta, solo unas pequeñas e ilógicas hipótesis.
Desde "Me lanzo un hechizo de amor" hasta "Soy una masoquista con cerebro defectuoso".
Ninguna explica plenamente el porque de mis sentimientos. Lo único que tengo seguro es que nunca había sentido este tipo de cosas por nadie, ni siquiera había experimentado algo parecido a lo que recorre furiosamente mi cuerpo cada vez que lo veo o lo siento cerca. Podrá sonar MUY estupido, pero es solo divisarlo a lo lejos, para sentir esa imperiosa necesidad de estar cerca de él. Es como un 'Eres mió' en su mínima expresión.
En ese tipo de situaciones en las que me lo encuentro cara a cara, me alegra tener entre mis destrezas a la actuación. Todos en el colegio están totalmente convencidos de la increíble 'repulsión' que me inspira Draco Malfoy. Tomarían por loco al primero que se atreviera a sugerir que el Slytherin puede significar algo mas para mi que un simple imbesil fantoche que infesta Hogwarts con su pestilente existencia. Nunca a salido de mi boca algo positivo sobre él, solo destilo veneno cuando su ser es el tema de conversación… pero lo que nadie puede ver, gracias a mi enorme habilidad, es que todo lo que digo es totalmente adverso a lo que realmente pienso.
Bueno… casi todo.
Si algo he de decir, y no es por vanagloriarme, es que no soy la típica niñita estupida enamorada que ve al causante de sus pasiones libre de defectos… en pocas palabras, PERFECTO.
Toda la perfección que le he acreditado a Malfoy hasta el momento es exclusivamente referente a su físico y a los detalles un poco mas recónditos que no todo el mundo puede percibir sin dedicarle un tiempo a la minuciosa contemplación, por que no hay ninguna mujer completamente heterosexual y en pleno uso de sus facultades mentales que no desee a ese Adonis Rubio.
Gracias a Merlín, mis neuronas continúan haciendo sinapsis y no es para mi nada difícil el notar y asimilar las toneladas de defectos que posee. Tengo muy claro que es un aristócrata presuntuoso, y el monumento al egocentrismo… pero, para ser sincera, todas esas características hacen que me parezca aun más irresistible.
Una de las cosas que más me enloquece, a aparte de sus cabellos platinados y esos imperturbables ojos grises, es su aroma. Podría decir que es lo que mas me atrae de él.
Es solo sentir esa misteriosa fragancia que despide su muy bien esculpido cuerpo para que mis instintos más ocultos comiencen a susurrarme al oído, sugiriéndome una y mil cosas que podría yo hacer con esa figura fornida. Algunas propuestas son tan lujuriosas, que alcanzan el titulo de perversas fácilmente.
Pero, lo que realmente me calcina por dentro, es que, aunque tuviera la oportunidad, nunca podría hacerle todo lo que mi retorcida mente ha ideado. ¿Por qué? Solo es cuestión de ORGULLO.
- ¡¡Hermione Jane Granger! Apúrate o tendrás que irte caminando.
Como vuela el tiempo cuando, mientras empacas o simulas hacerlo, haces un recuento de todos los pensamientos que ocuparon tu mente en las vacaciones. Aunque, había una idea en especial que estuvo rondando mi cabeza los últimos días… una idea tan ilógica, que podría funcionar.
- Un segundo mamá. Es todo lo que necesito.
- Tu padre no tiene todo el día, señorita. -Me regaño, mientras, de una forma extraña, acomodaba mi ropa- Aun no entiendo como puedes vestirte así.
- Es solo un estilo.
- Bastante desagradable. Pero trato es trato. Susurro apesadumbrada
- Trato es trato. Repetí con una enorme sonrisa
Prometieron respetar mi forma de vestir y de llevar mi vida, siempre y cuando mis actividades no rompieran las reglas fundaméntales de la casa.
- Basta de charla. Papá te espera en el auto. Muchísima suerte, mi amor. Voy a extrañarte. -Dijo mientras me abrazaba empalagosamente- Ya último año… Eres mi niña grande. Esos arranques emocionales solo sucedían en la intimidad del hogar. También hacia parte del trato.
- Nos vemos mamá. Me despedí besando su mejilla
- Escribe seguido. Y por favor, Trata de que el pajarraco que escojas no sea tan violento.
- Lo prometo. Con un último abrazo, salí de la casa
- ¿Estas lista? ¿Todo en orden? Pregunto papá mientras encendía el auto
- Todo en orden. Le asegure
En el camino hacia la estación me dio un enorme discurso sobre la responsabilidad y la satisfacción del deber cumplido. Podría recitarlo ahora mismo. Era igual todos los años. Solo que esta vez tuvo una pequeña diferencia al final.
- Estoy orgulloso de ti.
- ¿Disculpa? Me tomo por sorpresa
- Estoy orgulloso de ti. Afirmo
Me agrado escuchar eso.
- No te decepcionare. Fue lo único que pude responder
Me despedí mas efusivamente de lo que acostumbraba. No pude evitarlo. El nunca me había dicho eso antes.
o
Esperaba a que Harry y Ron llegaran, pero mi estomago se sacudió. Draco Malfoy acababa de hacer su aparición. Rodé mis ojos. A pesar de lo mucho que me gustaba, no podía evitar fastidiarme con su presencia.
Odio que me pongan en tentación.
Mi vida es mas bonita cuando no lo tengo cerca. El solo saber que esta en un perímetro de distancia perfectamente reducible, me incita a hacer cosas que una 'persona decente' no debe. Decidí poner a prueba mi fuerza de voluntad y quedarme quieta, simulando que nadie había llegado.
Tarea bastante difícil cuando aquel nadie tiene el trasero más fantástico que has visto en toda tu vida.
De una forma u otra, ese poderoso afrodisíaco al que yo llamo Malfoy comenzó a acercarse. No tenia motivos para emocionarme, ya que eso me saco por situarme justo en frente del tren. Intente nuevamente hacerme la indiferente, pero como si leyera mi inconsciente, que lo suplicaba a gritos, acelero el paso.
Si supiera el riesgo que corre de ser violado, no caminaría tan rápido.
Notando que los disparos hormonales y su forma de intervenir con mis instintos ahora eran un poco más fuertes, decidí ingresar al tren antes de que él lo hiciera. Me senté en el último vagón, con la esperanza de que su estimulante aroma no llegara e hiciera destrozos con mis sentidos.
Todo fue culpa de ese maldito taller al que fui enviada cuando tuve un ataque de rabia frente a mis padres. El psicólogo se atrevió a sugerir que reprimía mis emociones… lo cual solo es un poquito cierto. Como si hubieran lavado mi cerebro y reacomodado su funcionamiento, ahora tiendo a decir más de lo que debo y hacer muchas cosas de las que pienso. Con su metodología de 'Déjalo ser' liberaron a mi libido, que tuve encadenado por 16 años.
De improviso, alguien irrumpió en mi vagón.
- ¿Quién soy?
Final del Capitulo
-ReViEwS-
§ilver Ðragonfly