¡Holitas!

Por fin el último capítulo de este mini ff XDDDD. A ver si os gusta . A mi me ha encantado escribirlo, y con este terminado podré continuar con los otros y quizás empezar alguno de los nuevos que tengo en mente. Ya tengo otra nueva idea perversa en mente muajajajajaja.

Este capítulo no me ha quedado ni tan fuerte como esperaba jijiji, es más bien hasta romántico y todo jajaja (según como se mire, claro). Espero que os acordéis más o menos de cómo iba el capítulo anterior sobre todo, hay muchas referencias a los dos capítulos anteriores.

Bueno, dedico este fic y en especial este capítulo a Samy Bella (antes Samantha Bellatrix Evans) por no sólo apoyarme en todos los fics, sino también por pedirme insistentemente el Bella/James. ¡Hermanita, espero que te guste! ;-D

Y a los demás, también espero que os guste y espero vuestros comentarios. Estoy contenta de que al final bastante gente leyera los otros capítulos, aunque soy consciente de que es un ff un tanto difícil.

Oh oh, además, he estado releyendo cosas del 5º libro y, podéis llamarme loca, pero cada vez encuentro más indicios de un posible Bella/Sirius en el pasado. Tampoco me acordaba de que Sirius dijo que no había visto a Bella desde que estaban en Hogwarts excepto el día en que ella entró en Azkaban. ¡Muajajajajaja! Fui feliz con eso y me acordé de mi ff jejeje. Yo aquí sigo en mi insistencia, si con mis ff consigo que alguien se haga fan de Bella o mucho mejor, de Bella/Sirius, me sentiré realizada. No entiendo como a la gente no le gusta el personaje de Bella ¬¬, "mató" a Sirius, bueno ¿y que? Es como si sólo ese detalle ya los hiciera incompatibles ¬¬

Bueno, aquí os dejo el último capítulillo. A ver qué me contáis ;-D

Capítulo 3:

Cerró los ojos con demasiada fuerza, como si intentara evitar que alguien invisible se los pudiera abrir, no podía mirarla mientras imponía un ritmo perfecto con su mano, mientras sus otros dedos reptaban por la piel de su vientre con suavidad, internándose debajo de la ropa y acariciando todo su cuerpo.

Era un sentimiento de total impotencia y frustración. No podía moverse, no podía hacer nada más que sentir el ardor que le producían las caricias de Bellatrix, y esa era precisamente el tipo de derrota que Bellatrix se proponía. Odiaba admitir que Bellatrix sabía muy bien que caería, como le había dicho momentos antes, traicionándose así mismo.

Pero era esa sensación terrible que le paralizaba, odio y placer, como aquel día en Hogwarts. Él ahora era su merecida víctima. Maldito deseo traicionero que borraba la conciencia con oleadas de placer. Vencido y cansado se rindió, aflojó la presión de sus ojos y la tensión de sus músculos dejando descansar su peso contra la pared. No podría luchar contra ella aunque lo quisiera. Si iba a caer, al menos que mereciera la pena la humillación. Eso sí, sería la última vez. Y no sólo porque no volverían a verse estando allí encerrados, sino porque en el hipotético caso de que se volvieran a encontrar, ya ambas deudas quedarían saldadas, ya no tendría que reprocharse más lo de aquella noche en Hogwarts, con suerte, junto con el cuerpo de Bellatrix se iría, además de su dignidad, el último rastro de su deseo por ella. Porque se llevaría hasta su última gota dejándole vacío mientras le hablaba de James, y con eso, le dejaría tan sólo con su odio hacia ella.

Le habría gustado pensar en cómo sería si alguna vez se volvieran a ver. Pensar en que quizás podría matarla sin sentir que su corazón se destrozaba. Sentía crecer su excitación ante las caricias de Bellatrix, la deseaba y la odiaba, la amaba, y todavía no podía permitirse pensar en matarla, tan sólo pudo soltar un profundo jadeo por volver a tenerla para él solo.

Bellatrix oyó el gemido de Sirius y alzó sus ojos divertidos, comprobando que el hombre parecía a punto de morir. Estaban en un rincón de la celda, fuera de la vista del pasillo, pero si alguien hubiera podido ver algo, sólo habría pensado que se trataba de un apasionado reencuentro entre enamorados y no de un juego de venganzas.

- Así me gusta, buen chico.- dijo Bellatrix ralentizando sus caricias, no quería que acabara todo antes de tiempo.- Te estás portando muy bien, como Potter…

Con la mano izquierda, Bellatrix continuaba acariciando la piel de Sirius, paseándola con parsimonia por su pecho, rodeándole la cintura y posándola sobre sus nalgas, haciendo que su ropa se deslizara para facilitarse la tarea. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sirius, no sólo por notar el frío en su mitad inferior, desnuda, tampoco sólo por sentir la fría piedra de la pared al ser empujado por su prima que continuaba torturándole con caricias en la cara interna de las piernas, sobre todo, por oír el nombre de James. Ahora le tocaba a él sufrir su castigo, un castigo que ya sufrió James en su día, un castigo que ambos se merecían y que Sirius aceptaba como pago. Con ello, el círculo quedaría cerrado para siempre.

- Recuerdo que aquella noche hacía mucho frío.- comenzó Bellatrix, como si se dispusiera a contar un cuento infantil.- Después de algún tiempo tratando de averiguar dónde se escondían los Potter, por fin teníamos el lugar. Nos aparecimos en la sombra, por la parte trasera de la casa.

A propósito, Bellatrix ahogó una posible respuesta de Sirius, primero provocándole con sus dañinas palabras para luego acompañar a su tortura con un recorrido de su lengua trazando la línea bajo su ombligo. Sirius no podía protestar, no podía hablar, aquella lengua cálida saboreaba su piel, la mejilla de Bellatrix apoyada en su vientre aferrándose con su mano a su cintura y sin dejar de seguir el ritmo con la otra.

- Sí, Sirius, la noche anterior estuve allí. En cuanto el Señor Tenebroso supo dónde se encontraban le pedí que me asignara la misión de averiguar los hechizos de protección que salvaguardaban la casa. Era necesario saber a qué nos enfrentábamos por si había algún contratiempo. Por supuesto, él no sabía el especial interés que tenía yo en implicarme en la misión, pero no pudo negarme ese deseo. Yo soy su mortífaga más fiel y sabía que no le fallaría.

La piel de Sirius se erizaba con los húmedos surcos que trazaba, su corazón latiendo acelerado por la excitación y el miedo que le producía saber todo detalle de la muerte de su amigo.

- Después de un rápido vistazo, en seguida comprobé que era muy fácil. Nada que nos supusiera alguna complicación. Decepcionante, la verdad, ya que pensé que Dumbledore, tanto que se alza como el principal rival del Señor Tenebroso, sería capaz de proteger a los suyos con armas más poderosas. Acceder a la casa no era ningún problema, y tampoco lo fue averiguar dónde dormían los Potter. En seguida llamaba la atención que en la madrugada estuviera encendida la chimenea, pero claro, ellos eran repugnantes Gryffindors, no se les puede pedir astucia.

Sirius trató de protestar. En seguida captó el juego de Bellatrix al ver que, de nuevo, su voz se ahogaba en un gemido al notar sus labios recorrer el camino hasta la cara interior de sus muslos.

- Te gustará saber que me excité al verle después de tanto tiempo. Potter dormía en la sala de estar, en un sofá frente a la chimenea, su cabello negro revuelto pidiendo a gritos que enredara mis dedos en ellos, la camisa del pijama algo torcida dejando entrever un vientre perfecto, el principio de unos abdominales bien formados y el excitante comienzo de una oscura línea bajo su ombligo. Tenía un brazo colgando y tocando el suelo, con la otra mano sostenía sobre su pecho la varita. Contuve las ganas de entrar allí y tirarlo contra el suelo despertándole con mi propia varita clavada en su cuello, sino lo hice fue porque las órdenes del Señor Tenebroso son más importantes que mi lujuria. Estaba claro que tenían miedo, Evans y el estúpido mocoso dormían en el dormitorio, y Potter en la sala de estar como guardián de la casa, qué bonito y qué patético, después de todo, les hizo un favor matándolos y liberándolos de esa vida de cobardía y temor. Viéndolo allí, cualquiera diría que era un perfecto padre de familia dispuesto a dar su vida por proteger a los suyos.- Bellatrix se relamió los labios.- Lástima que nadie sepa que se olvidó de Evans cuando él y tú realizasteis todas vuestras fantasías conmigo, igual que es una pena que nadie sepa que mientras su mujer y su hijo se enfrentaban a la muerte, él follaba conmigo.

Sirius se revolvió. La imagen, las palabras le golpeaban la conciencia, pero como venía siendo habitual en ese juego, se paralizó de nuevo al sentir la lengua de Bellatrix abandonar sus ingles para centrarse en sus testículos.

- Insistí al Señor Tenebroso que me dejara ir con él, le supliqué, y eso es algo que nunca hago, pero la ocasión lo merecía, lo necesitaba ya que desde que vi a Potter allí dormido no se había aplacado mi deseo. No pude dormir aquella noche pensando en lo que le haría. Y accedió, yo me habría conformado sólo con enviarle un Cruciatus, pero mis ojos se abrieron por la sorpresa al ver que mi Señor tenía algo mejor para mí. No sería entrar a matar rápidamente, sino que mi piel se llenó de calor, aún en la fría noche, al oír que quería que entretuviera a Potter, que lo dejase fuera de juego. Deliciosamente perfecto. A veces pienso que me leyó la mente y ese fue mi regalo por mi lealtad. Como es obvio, no protesté, y además tenía incluso su lógica, quien realmente interesaba en todo aquello era el asqueroso niño. Deshice con facilidad pasmosa el hechizo de protección, todo estaba oscuro excepto las tenues luces que despedía la chimenea. Rodeé el sofá y observé a Potter. Exactamente como la noche anterior, una dulce y jugosa golosina, aún sin tocarle ya sentía mis piernas temblar y mojarse mi entrepierna. Tenía en mi mano matarle sin más, pero preferí jugar un poco a ser una chica mala. Me agaché a su lado y toqué son suavidad su vientre al descubierto.

Sirius apretó los ojos, en ese momento, Bellatrix le hacía lo mismo que le estaba contando, deslizando su mano por su vientre hasta su pecho por debajo de la ropa.

- Su piel era suave, unos pectorales torneados y sin rastro de vello. Aún así, me gustas más tú, Sirius, siempre me gustaste más que Potter o cualquier otro.- dijo Bellatrix recorriendo con sus dedos los pectorales de Sirius.- Al notar mi caricia se movió, intentando apartar mi mano entre sueños, con lo que su varita, antes en su mano, cayó al suelo. Yo no tenía intención de parar hasta que viera quién era la que estaba allí, así que retorné el camino de mis dedos bajando por su ombligo, rozando la cintura del pantalón de tela, recorriendo su contorno con las yemas de mis dedos ligeramente introducidas bajo la tela.

Estaba claro, Bellatrix se proponía hacer que Sirius viviera en su propia piel lo que sintió James ya que la mujer, aunque sin dejar de atenderle con sus caricias y su lengua, trazaba con la mano libre lo mismo que relataban sus ocupados labios.

- Yo reí, aunque mi máscara blanca lo amortiguó, al oír que decía "Lily ¿qué estás haciendo?" pero todavía sin abrir los ojos. Aproveché para descender más mis caricias, internándome bajo su ropa, rozando su miembro.

Y en el tiempo real, Bellatrix lo imitó, usando ambas manos para mantener callado a Sirius y poder contar su historia.

- Sentí que respondía y me mordí el labio inferior muy divertida. Aunque estaba dormido y se intentaba acomodar en el sillón para seguir durmiendo, oí que un débil gemido involuntario escapaba de su boca así que le apremié intensificando mis caricias, quería que gimiera antes de que le hiciera gritar de dolor.

Como si Sirius estuviera sufriendo un hechizo que le transportaba a aquel momento, también aumentó el sonido de sus jadeos.

- No tardó en ponerse duro, justo lo que quería, sobre todo cuando viera que no era Evans sino yo. Viendo que no quería despertar, decidí sentarme sobre él, a horcajadas.- dijo Bellatrix, tomando de las caderas a Sirius haciendo que se tumbara en el suelo para poder escenificarlo todo igual.- Al notar mi peso sobre él abrió los ojos sin remedio. Sólo ver su cara de pánico hizo que mi interior se mojara aún más. Imagino cual debe ser la impresión al despertarte creyendo que tu mujer te está tocando y ver una figura encapuchada y con una máscara sentada sobre ti mientras no puedes evitar que tu cuerpo responda a lo que hace. Intentó escapar de debajo pero mis piernas se lo impedían además de que yo ya estaba prevenida por si intentaba tirarme al suelo. No le dejé que gritara porque antes de hacerlo ya le había silenciado con el hechizo "Silencius", no podía dejar que mi diversión arruinara los planes del Señor Tenebroso. En ese momento, viendo su rostro contraído por el miedo, intentando buscar inútilmente su varita, decidí recompensarle un poco, al menos para hacerle saber quien era la que había osado interrumpir su sueño. Con lentitud me quité la máscara y me bajé la capucha, sonriéndole ampliamente como saludo. "¿Te alegras de verme?" dije, y noté que habría preferido que fuera el Señor Tenebroso quien estuviera encima de él en lugar de yo. Un punto extra para mí. Me levanté un poco, sabiendo que intentaría escaparse, dejé que lo intentara para alzarme y descargar todo mi peso sobre su muslo, clavándole los cinco centímetros de tacón que llevaba para la ocasión. Vi en su rostro el dolor, qué ingenuo, cuando probara el sabor del Cruciatus le parecería una nimiedad. Saqué el tacón goteando sangre, lo mismo que corría por su muslo. Ya no querría escaparse. Llevó sus manos a la herida pero las aparté, debía sentir el dolor un poco más, le empujé de nuevo contra el sofá acercando el tacón a su rostro, manchándolo de sangre, enrojeciendo sus labios para luego llevar el zapato a los míos, pasando la lengua por el tacón e introduciéndolo en mi boca como si fuera algo exquisito.

Bellatrix se dio cuenta de que Sirius, aunque no quería mirarla, desviaba la vista hacia sus muslos, visibles al tener algo subida la ropa. Sonrió al ver que no se equivocaba al distinguir todavía en sus ojos grises aquel halo de lujuria que siempre supo adivinar.

- Vas a tener suerte, querido primo, vas a librarte de la parte dolorosa.- dijo Bellatrix cogiendo uno de los dedos de Sirius y lamiéndolo como si fuera el tacón ensangrentado.

Sirius se movió, como si con ello quisiera decir que no le aliviaba saber que le esperaba menos sufrimiento que a James, pero Bellatrix, nuevamente, le impidió hacer cualquier cosa que no fuera oír su relato. Apoyó la mano contra su pecho, devolviéndolo al frío pavimento con un movimiento brusco.

- Cuando se empezó a acostumbrar al dolor de la herida, decidí cerrarla, no debía dejar marcas de violencia. Potter me miró entre asustado y sorprendido al verme alzar la varita contra su cuerpo, relajando sus tensos músculos al comprobar que lo que yo murmuraba era un hechizo de sanación. Pero no podía dejarle ni siquiera pensar que ahí acababa todo. Yo le sonreí maliciosamente, sobre todo porque aún sentía su erección, esa erección que yo le había provocado, rozando el interior de mis muslos.

Bellatrix, al decir eso, provocó que la erección de Sirius rozara la calidez de sus piernas, y le sonrió, tal y como le hizo en su día a James.

- ¿Qué se siente al ver que no puedes hacer nada para evitarlo?- preguntó, esa duda que le asaltó desde aquella noche con Potter, pero que sabía que éste no respondería. Ni Sirius tampoco.- ¿Frustración¿Tal vez rabia?

Sirius querría haber dicho muchas cosas y ninguna, sin embargo, lo único que fue capaz de articular fue un gemido profundo al notar que el peso de Bellatrix se inclinaba sobre él, su gesto felino y su mirada hambrienta acompañados por unos dedos que apenas le rozaron la piel en un aleteo mientras apartaba la mugrienta tela. Una última mirada de triunfo y sin apartar los ojos rodeó la punta de su miembro con la lengua.

Las pocas fuerzas que le quedaban se le fueron al dejarse caer sin ninguna resistencia contra el suelo. Aquella lengua venenosa le recorría con maestría, húmeda y suave tal cual la recordaba, tal cual la llevaba deseando de nuevo desde hacía años.

- Igual que Potter, sólo que a él no pude escucharle gemir.- dijo Bellatrix, interrumpiendo momentáneamente su tortura.- Eso mismo es lo que hice, no le di tiempo a reaccionar, ni a pensar el modo en que podía escapar de mí, porque un segundo después, pese a todo lo contradictorio que pueda parecer, suspiró profundamente y dejó caer su cabeza hacia atrás al notar que mis labios le envolvían. Es increíble lo primarios que podéis llegar a ser los hombres.

Bellatrix retomó su tarea, lamiéndolo y succionándolo con fuerza, sabiendo que a esas alturas ya no había vuelta atrás, que daría igual lo que pasara o dijera porque Sirius no podría dejar que acabara así. Era consciente que de un momento a otro acabaría, la dignidad de Sirius resbalando en su garganta. Sólo de imaginarlo, de recordar aquella sensación años atrás, le producían escalofríos que la recorrían por completo.

- ¿Sabes? Potter hizo exactamente lo mismo.- dijo Bellatrix, parando justo en el momento más inadecuado, notando el cuerpo de Sirius empezar a estremecerse y sintiendo que se trataba de incorporar torpemente como queja.

Por su gesto, desafiante y posesivo pero lujurioso a la vez, Sirius comprendió que, en la escala de Bellatrix, su puesto era infinitamente superior al de James. Se sintió incluso estúpido por haber dudado de ello.

- Estaba allí, completamente a merced de una mortífaga que había irrumpido en su casa, su mujer y su hijo en un más que probable peligro de muerte, pero no, sentía su cuerpo temblar, como el tuyo, suplicar con cada poro de su ardiente y sudorosa piel que acabara, su miembro palpitante pidiendo a gritos que le dejara estallar en mi boca.

Sirius podía sentir perfectamente lo que describía la mujer. Si existía un momento en el que mereciera la pena suplicar, era uno como ese, cuando la razón se pierde y sólo quedan las ganas de desfallecer de placer.

- Lo hice, pero debía pagar un precio por ello.

Sirius se estremeció, aunque no estaba en condiciones de pensar ni de temer.

- Despreocupadamente tomé mi varita, no dejé de chupársela ni un segundo, salvo lo que tardé en conjurar un Cruciatus.

Sirius trató de incorporarse, estaba claro que temía por algún tipo de castigo aunque fuera de otra índole. Bellatrix, simplemente, le mostró su mano libre de varita, un gesto casi infantil, para luego posarla suavemente en su vientre y hacer que se volviera a recostar con tiernas caricias, tranquilizándole.

- Cuanto más se retorcía de dolor, con más fuerza y más rapidez se la chupaba. Supongo que debe ser una sensación muy contradictoria, pero lo importante es que, mientras yo sabía que sentía sus huesos ardiendo, conseguí que acabara salvajemente en mi boca, mientras una parte de su cuerpo liberaba el placer, otras liberaban el dolor, como su nariz y sus oídos sangrando.

Sirius no podía ni siquiera pensar en esa contradicción que Bellatrix le explicaba, él, por suerte, había tenido el privilegio de sólo contar con la parte agradable. Aunque teniendo en cuenta las circunstancias que rodeaban todo aquello, incluso llamar a aquello agradable debía ser cuestionable. Pero para Sirius, ese momento no sólo era agradable, era divino, lo que nunca creyó que volvería a pasar, estaba ocurriendo sin que tuviera que sentirse un monstruo.

Bellatrix sonrió, a pesar de que no había liberado el miembro de Sirius, los últimos espasmos del hombre aún vibraban en sus labios. Sirius se encogió temiendo al ver que Bellatrix se inclinaba sobre su cuerpo, acercándose a su rostro.

- Siempre fuiste mi favorito.- dijo Bellatrix, acariciando la frente empapada de Sirius y apartando sus cabellos húmedos de su piel.

Su voz era tan sólo un susurro que acabó con un roce entre sus labios. Donde no debía haber ninguna respuesta, había una demanda insistente por parte de la víctima. Bellatrix complació el deseo de Sirius, permitiéndole que la besara más profundamente, dejándole que se internara en su boca y la besara con esa pasión culpable que le caracterizaba.

El beso cesó, porque Bellatrix prefirió abandonarlo para besar la cara de Sirius.

- La sangre de Potter se mezclaba con el sudor del miedo y la excitación, la piel de su rostro era fría a diferencia del resto de su cuerpo. Sabía que el dolor perduraría aunque hubiera terminado la maldición, en mis labios era el único sitio donde se podía leer lo que había pasado. Cuando no había rastro de sangre, le besé. Es curioso, a eso puso más resistencia, supongo que eso lo consideraría más traición que cualquier otra cosa. Intuí que debía besar bastante bien cuando estuviera calmado, sin embargo, no conseguí gran cosa, por mucho que lo intentara no podía hacer que colaborara, a menos que le amenazara. Pero no me gusta robar los besos, aquella noche en Hogwarts Potter y yo no nos besamos, en cambio, tú y yo sí, y ahora lo hemos hecho de nuevo. Yo creo que eso deja bien claro cual es la gran diferencia entre tú y él…

Para terror de Sirius, Bellatrix se incorporó, gateó hasta que la cabeza de Sirius quedó entre sus rodillas. Podría haberle hecho mucho daño si tan sólo hubiese decidido ejercer fuerza con ellas.

- No temas, Sirius, a ti no voy a hacerte daño.- dijo Bellatrix desde arriba, observando cómo la tela de su túnica caía alrededor de la cabeza de Sirius.- De todas formas, la cara de Potter fue mucho más gratificante, se veía en sus hermosos ojos castaños el velo acuoso del dolor y del miedo, se leía en ellos que temía que fuera a asfixiarle. Precisamente no fue aire lo que le faltó, exhaló profundamente después de que descargara sobre su cara toda la fuerza de mi puño, le dejé respirar y volví a hacerlo, no sólo una, varias veces, mientras tanto no eran mis piernas lo único que le atrapaba, mi varita le punzaba el cuello haciendo que se le saltara la sangre, anunciando que cualquier tipo de rebelión tendría graves consecuencias.

Mientras Bellatrix podía recordar el dolor en su mano al golpear a James, su puño no se encontró cerrado sobre la cara de Sirius, sino abierto, con dedos delicados que contrastaban con el dolor de lo que sus palabras revivían.

- Le ordené con un "Hazlo" que no necesitó más explicación. Me divertía ver sus labios hinchados y heridos, sangrando como su nariz por mis bofetadas. La varita a punto de partirse por la presión que ejercía sobre su piel. Sentí sus mejillas calientes rozar el interior de mis muslos, esa piel que antes estaba fría ahora estaba amoratada.

Sirius notó que Bellatrix flexionaba las rodillas, apoyando su frente en la pared, en un gesto que permitía la aproximación de su sexo hacia su cara. Podía nota, aunque no lo rozara, la humedad y el calor que despedía. Sin embargo, ninguna varita presionaba contra el cuello de Sirius, tan sólo sus dedos enredados en su cabello negro que le acariciaban con ternura.

- Lo hizo, por supuesto que lo hizo si no quería que le matara allí mismo. Le dije "Es difícil hacerlo bien cuando los labios te sangran ¿verdad?"

Pero esta vez, fue Bellatrix la que no pudo continuar. Sólo el notar la lengua de Sirius rozar su ropa interior ya era demasiado excitante, más aún sentir apartar la prenda delicadamente e internarse con suavidad. La diferencia entre Sirius y Potter era un abismo, no sólo porque ella no sintiera lo mismo por Sirius que por James, sino porque Sirius la amaba y todo lo que hacía Sirius, aunque fuera una bofetada que le crujió la mandíbula, como bien recordaba, estaba rodeado de un aura de amor.

Sirius sintió su corazón palpitar al oír el jadeo de Bellatrix, se sentía satisfecho de ver que ahora era él quien podía impedir que dijera cualquier cosa que no fueran erráticos sonidos. Y por otro lado, volver a recordar aquello, hacía que su erección comenzara a resurgir. Recordaba cuando James y él competían para ver quien arrancaba más gemidos de la muchacha, y ahora no tenía que compartirla con nadie, ahora confirmaba que, como en aquella vez, sus jadeos eran mucho más fuertes cuando era él solo quien la saboreaba. Él era el único que podía tratarla con esa veneración.

Y Bellatrix lo sabía.

No habló hasta que hubo terminado, como bien había intuido Sirius. Su cuerpo estuvo temblando durante largos segundos en un orgasmo interminable. Ni siquiera en la vez anterior fue tan intenso. Quizás porque el deseo se tornaba más fuerte una vez que ya lo habías probado.

- Con Potter me corrí también.- dijo Bellatrix, sabiendo que quizás no sería la frase más apropiada en ese momento.- Pero de eso se trataba, no debes sentirte celoso, eran… circunstancias diferentes. Sus labios dejaron rastros de sangre en mis muslos, pero no me importó. Cuando abrí los ojos, un moratón se extendía alrededor de donde la varita permanecía quieta. Dije "¿Qué diría la sangre sucia si viera a su marido haciendo estas cosas a una mortífaga? Quizás se lo cuente…" Ante la mera insinuación, su cabeza negó compulsivamente, como si estuviera dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de no decirle nada a Evans. "Ah ¿debo pensar que tampoco le contaste lo de la vez anterior¿Te avergüenzas de ti mismo?" provoqué. Sus ojos estaban desorbitados. "Ibas borracho, pero estoy completamente segura de que algo estuvo comiéndote la conciencia durante estos años. Lo he visto en tus ojos cuando me he quitado la máscara. Los matrimonios no deberían tener secretos." Admito que, si hubiera podido, después de que Potter muriera habría ido a contárselo a la sangre sucia, sólo por la satisfacción de saber la decepción que se llevaría justo antes de morir.

Sirius notó que Bellatrix descendía, volviendo a colocarse a la altura de su entrepierna. Si su intuición no le fallaba, sabía lo que ocurriría a continuación. La mujer dejó su torso completamente al descubierto y se inclinó sobre él para besarlo con pasión.

- Deshice la camisa de Potter, mordí su pecho, mordiscos suaves intercalados por fuertes mordeduras que me tiñeron los dientes de rojo. Aparté la varita de su cuello para balancearla sobre su corazón, amenazando con clavarla como si fuera un puñal, sonriendo maliciosamente al ver su expresión de terror.

Y mientras tanto, Bellatrix continuaba acariciando y mordiendo la piel de Sirius, sin dejarle ningún tipo de marca de dolor.

- Moví el brazo como si blandiera un látigo. Una profunda herida se abrió en sus hermosos pectorales, otra idéntica a lo largo de su vientre, y su cuerpo se estremeció de dolor, la sangre brotaba, la herida escocía al contacto de mi lengua. Mi cuerpo se cerró alrededor de su miembro, a traición, con sólo un par de movimientos había recuperado la dureza.

El cuerpo de Sirius se estremeció, ni rastro de sangre, ni escozor, pero sí las caderas de Bellatrix comenzando a moverse acompasadamente. Sus manos por fin tomaron vida y fueron a posarse a su cintura, ascendiendo por su cuerpo, respondiendo con la respiración agitada a los movimientos de la mujer.

Aunque estaba claro que apenas era capaz de decir nada, Bellatrix hizo un esfuerzo sobrehumano por continuar hablando. A esas alturas los gemidos de los dos amantes debían haber alertado a media prisión. Ni se acordaban de los dementores, aunque estuvieran observando a través de las rejas de la celda, en ese momento no conseguían tener ningún efecto en ellos, porque no había ningún sentimiento positivo dentro de aquellas paredes. Sólo lujuria, y la lujuria es un pecado.

- Potter estaba a punto de perder la consciencia, la sangre derramada, un nuevo Cruciatus que envié tratando de que su erección se avivara con más fuerza, yo cabalgándole hasta que casi iba a estallar de nuevo. Y entonces oí un débil ruido. Me paré en seco. Lo que menos me importaba era que, fuera quien fuese, me pillase con un Potter ensangrentado dentro de mí. Él trató de girar la vista, esperando alguien que lo liberara de la tortura. Yo comencé a moverme de nuevo, sólo había sido un ruido. Minutos después, observé que las heridas de Potter desaparecían sin motivo alguno ante mis ojos. Él jadeó irremediablemente, el dolor había desaparecido, ni rastro de ninguna de las heridas, sólo quedaba el placer que sentía gracias a mí. Oí su respiración agitada, cada vez más.

Y la respiración de Sirius empezaba a acelerarse, avecinando el final. Bellatrix hablaba entre jadeos.

- Entonces fue cuando le vi más pálido y aterrorizado que nunca. Yo sentí algo a mis espaldas. No dejé de moverme, estaba a punto de otro nuevo orgasmo, no podía parar aunque quisiera. Vi un rayo pasar por mi lado y golpear a Potter, y éste gritó con todas sus fuerzas. Había recuperado la voz. El grito se entrecortó a la vez que yo le sentía acercarse al clímax. Yo igual. Oí su voz decir mi nombre envuelta en el temor y la súplica y fue demasiado para que pudiera alargarlo más. Fue todo muy rápido. Mientras me sacudía un intenso placer, seguía oyendo mi nombre en sus labios, veía una puerta entreabrirse y una voz adormilada preguntar alertada por el grito de Potter. Sentía las cálidas oleadas golpeando mi interior, vi un rayo verde cruzar la habitación y golpearle en el pecho. Estaba muerto cuando sentí la última pincelada de su esencia, el eco de mi nombre en su voz, mi último gemido y el último temblor de mi cuerpo. Me volví y comprobé que, tal y como había sido planeado, el Señor Tenebroso estaba allí. No me dijo nada, simplemente "Vete" y le vi encaminarse a la habitación de puerta entornada.

Una oleada de rabia atravesó el cuerpo de Sirius mezclándose con el deseo. Acopiando todas sus fuerzas agarró a Bellatrix de la cintura haciendo que, sin separarse de él, quedara bajo su cuerpo, su torso apoyado en la pared y sus piernas enroscadas alrededor de sus caderas. Le embistió con dureza y ella respondió con un gemido gutural. Él tenía el control, como antes lo tuvo una vez, como otra vez en que Bellatrix, con su relato, le había suplicado igual que lo hicieron sus ojos grises aquella lejana noche. Por alguna razón que no era el momento de preguntarse, a Bellatrix le gustaba que Sirius perdiera el control.

Ambos acabaron, una forma extraña para un reencuentro de pasión, en la esquina de una horrible celda. Cuando parecía que no quedaba nada que decir, Bellatrix, como siempre, le sorprendió.

- Ésta es la diferencia. Que tú me amas.- dijo, acariciando su mejilla

Y como si de repente se sintiera libre, Sirius fue capaz de hablar.

- Yo no te amo.- el hombre se levantó dejándola allí en el rincón. Mentía.

Bellatrix se levantó también, dirigiéndose a la puerta de la celda. Al cruzarse con Sirius se detuvo un instante para posar una caricia a la largo de su mandíbula y un beso de despedida en sus labios. Se oyó el chirriar de las rejas. Bellatrix sonreía, aunque con una sonrisa entristecida. Sabía que Sirius mentía al decir que no la amaba.

- Pero yo a ti sí.- dijo cuando la puerta de la celda se cerró, antes de retomar el camino que los dementores le mostraban.

Sirius se dejó caer en el mismo rincón donde antes estuvo Bellatrix, el único lugar que aún conservaba algo de calidez en aquella lúgubre habitación. Se llevó las manos al rostro, ocultando unas lágrimas traicioneras. Estaba muy confuso.

Bellatrix le amaba.

Podría ser una mentira más, o quizás no.

Él sólo sabía que con esas palabras, la mujer había evitado dejarle solamente con su odio. Cuando creía que su último sentimiento se iría en el momento en que ella abandonara la celda, comprendió que había vuelto para instalarse en su corazón para siempre siendo ya demasiado tarde.

Tomó la decisión de guardar bajo llave ese terrible sentimiento, escondiéndolo lo más profundo que pudiera o acabaría por volverse loco. Quizás eso fuera lo que Bellatrix se proponía.

Lo único que evocaba conscientemente para mantenerse lúcido era el deseo de venganza hacia Peter Pettigrew, aunque el resto de cosas volvían en sus sueños, cuando él no era dueño de su pensamiento. Y siempre tenían a Bellatrix de protagonista de alguna y otra forma.

Mientras Bellatrix caminaba hacia su celda, seguía sonriendo. La sonrisa de satisfacción que contrastaba con unos ojos húmedos y tristes. Si alguna vez dudó que sintiera algo más que atracción por Sirius, ahora lo sabía con certeza. Nadie más que él era capaz de arrancarle todo tipo de sensaciones, nadie más que él era capaz de mirarla y tratarla como si su sola presencia la hiciera irresistible.

Aquello era un grave problema. No imaginó que cuando decidió usar con él su último deseo antes de ser recluida, acabaría descubriendo que era el hombre de quien siempre había estado enamorada. No podía permitírselo. Una vez ya se dejó llevar dejando que él y Potter la tomaran por la fuerza, una fuerza relativamente fingida que escondía el simple deseo de tener una excusa de poder estar con ellos. Ahora, había vuelto a ocurrir, tan sólo se proponía hacerle saber su divertida aventura con Potter para agrandar la herida de su desdichado primo, y había acabado confesándole su amor. ¿Qué sería lo próximo? No quería ni pensar en cual podría ser su próximo error.

Por suerte, le quedaban muchos años en Azkaban, tal vez toda la vida. Quizás el destino había querido evitar así que pudieran cometer más fallos irreparables.

Si alguna vez volvían a verse, tendría que matarle. Bellatrix Black no podía permitirse cometer más errores por culpa de aquel estúpido sentimiento.

Y mientras tanto, Rodolphus seguía en su celda con su triste, aunque cara, copa de vino, sin sospechar absolutamente nada.

Jujujujuju ¡no pude evitar esa última frase! Me resulta muy divertida muajaja.

Bueno ¿qué tal? Todo muy sentimental ¡ains! Qué lindos los dos, los adoro.

James podría haber puesto más resistencia, pero claro, hay que tener en cuenta algunas cosas. Lo primero es que todo empezó mientras estaba dormido, ya con eso Bellatrix consiguió que se traicionara así mismo XDDDDD, después el hecho de que no tenía varita, que Bellatrix podía hacerle mucho daño si trataba de escapar, como bien le mostró. Él no sabía que Bella estaba allí porque después iba a venir Voldemort a matarlos, él sólo creía que se trataba de una venganza personal de Bellatrix con él, así que asumió su culpabilidad para evitar posibles represalias de Bellatrix hacia Lily y Harry. ¡Qué inocente! XDDDDDD

También está la insistencia en que Bella suplicaba a Sirius con la mirada en el capítulo de Hogwarts. Sí, pero ella no lo hacía para que la liberara, como al principio pensaba Sirius, sino que le suplicaba con la mirada el tener algo con él, claro que en el contexto del momento, Sirius no supo interpretarlo hasta el final del capítulo anterior. Bueno, seguramente no os acordéis, pero quería aclararlo.

Espero que contéis qué os ha parecido, y sobre todo, espero que os haya gustado. Como habéis visto, aunque la historia sea totalmente improbable, me gusta apañármelas para que quede todo lo más adaptada posible a lo que nos muestran los libros.

¿Cuál será mi próxima maldad? XDDDD No sé cuando la escribiré, tengo otros fics en mente aparte de ese, pero bueno, sería un one shot de Remus/Bella/Fenrir MUAJAJAJAJA, lo dejaré ahí aparcadito para cuando quiera escribir algo malvado jijiji.

Muchísimas gracias por sus reviews a: Agus y Moony, April Potter, Joanne Distte, Samantha Bellatrix Evans, Lily Dark Black, Danybel, Draconiger, Marin Black, Lettice Evans Potter, Sandra Snape, Cissy Granger y Prongs. ¡Ahora mismo os respondo los reviews! (aunque carly no me dejó review ¬¬ sé que lo leyó y le doy gracias por haberme sacado de un pequeño error de concepto que tuve al escribir el tercer cap, con lo convencida que yo estaba XDDDD)

Besitos y ¡espero veros prontito por otro de mis fics!

Ak