Lamentablemente los personajes de InuYasha no me pertenecen, sino que son propiedad de Rumiko – sensei.
Los tomaré prestados por esta ocasión para crear mi propia historia.
Advertencia:
Este Fic no está basado en la historia de InuYasha, es un Universo Alterno. Si no te gustan no lo leas, aunque te arrepentirás: P
Yo que tu seguiría leyendo!
Pese a esto, debo acotar, que los personajes continúan con sus personalidades. No deseo trastocar la genialidad de Rumiko – sama. Sólo agregué una parte de mí… la que deseaba las parejas de esta forma.
Listo. Ya están advertidos.
Espero que les guste este "mini capítulo – especie – de – introducción – prólogo.
Disfruten!
Rumiko creo InuYasha para ser disfrutado, adorado y admirado. Aunque, por mi parte, la adoración corre hacia mi Kouguita Kawaii! n.ñ!
Al Final del Viaje
Prólogo de un Inicio Anunciado
Kagome: Ella no se encontraba tranquila, no podía hacerlo. Su vida no era más que basura, no se sentía digna de vivirla. Estaba dañada, su corazón era la expresión del vacío infinito, pero no lo demostraba. Estaba muy triste pero a pesar de todo sonreía. Parecía una ironía, pero no podía dejar de sonreír. La vida era muy dura y otra vez le jugaba una mala pasada. su destino estaba por cambiar, porque el futuro amenazaba con destruir todo lo que había formado. Pese a todo, no podía olvidar la sonrisa que una vez prometió. Eso la mataba, pero había jurado no llorar, a alguien en una fría sala de hospital.
InuYasha: La lluvia mojaba sus hermosos cabellos. Sus ojos reflejaban destellos dorados. Sentía nostalgia por un amor acabado tiempo atrás. Por un amor que fue destinado a secar sus raíces por culpa del miedo. Ahora aquella muchacha sólo lo veía como un gran amigo, aunque ya no quería reprimir sus sentimientos. Ahora su conciencia le pesaba por lo que había dejado escapar y deseaba recuperarlo, pero estaba seguro que sería imposible. La había rechazado más de una vez, cómo podría reclamarla para sí. Estaba confundido, pero aún así deseaba amarla con toda su alma.
Sango: Estaba cansada de los hombres, todos eran iguales y tenían el mismo sentimiento. Sólo buscaban placer carnal y ella no estaba dispuesta a eso. Deseaba amor. Necesitaba descubrir aquel sentimiento que la aferraba a la vida pese a parecerle una utopía. Tenía una gran fuerza exterior y había logrado generar una especie de "coraza" para proteger a su corazón. Nadie más se atrevería a dañarla, nunca más un hombre la tocaría.
Miroku: El muchacho se encontraba pensativo. Todo en él estaba enfocado a una muchacha que lo volvía loco desde años atrás. No podía evitar soñarla, la amaba demasiado para no hacerlo. Ella lo había lastimado tiempo atrás, pero eso ya no importaba. Su cuerpo clamaba reclamándola para sí. Sus labios nombraban aquellos ojos cada noche. Sí, era evidente que él ya no era un niño, ahora era un hombre que estaba dispuesto a recuperar el amor de su vida. Ahora deseaba luchar por el amor.
Kikyou: Amable y tranquila, vivía la vida sin problemas aparentes. Rodeada de amigos y pretendientes. Era, al parecer, una chica popular. Su familia tenía una buena situación y no tenían problemas de dinero, por lo cual era, muchas veces, despreciada por otros jóvenes. Tenía un frágil corazón que vivía agobiado y cargado por una culpa que no cometió. Ese era su mayor problema, cargaba con las culpas de los demás. Trataba de ser amigable, pero era una chica solitaria. Sus ojos poseían un sutil brillo de tristeza. Tenía miedo, pero trataba de ocultarlo tras su sonrisa y su "aparente" felicidad. Tenía miedo a caer por aquel abismo que era su vida. No se sentía digna de sí. Era su vida, pero no era ella quien estaba viviendo. Sus sueños habían muerto uno tras otro. Ya no tenía nada más por que luchar, pero se aferraba a la vida con toda el alma.
Sesshomaru: La frialdad estaba expresada en sus inexpresivos ojos. No le tenía miedo a nada, vivía sólo por él. No existía nadie que atravesara su corazón. Era completamente hermético y maravillosamente hermoso. Por esta razón era objeto de deseo de cuanta mujer conocía, pero eso poco le importaba, no había nadie digno de su corazón. Sí, su ego era muy grande, pero la timidez era mayor. Formó un escudo para mantenerse a salvo de la vida, no deseaba ser vulnerable, mucho menos por una mujer.
Kagura: Ella era una chica distante, diferente. Era simplemente hermosa, tenía una belleza descomunal, pero ella no se consideraba así. Sólo era una alumna más que deseaba ser feliz. Ser feliz, qué era eso. Añoraba la libertad, quería volar a sus anchas y despegar del simple mundo. Era amiga del vértigo y las grandes emociones. Su único error había sido rechazar al muchacho más popular de su curso, se ganó el odio de todas sus compañeras. Eso a ella no le importó, la vida no tenía sentido alguno, la aventura comenzaría después. Sí, sin duda era una mujer fuerte que adoraba los desafíos y rechazaba el amor por considerarlo un sentimiento estúpido e innecesario. Ella deseaba ser libre, no quería tener dueño.
Kouga: Su hermosa y azulada mirada denotaba una confianza extrema, la que contrarrestaba con la timidez que habitaba su interior. Era muy popular, pero eso no era suficiente. Buscaba algo más, una felicidad superior y no el placer temporal. No le importaba sacrificar sentimientos, a la larga no los necesitaba. Las mujeres se acercaban a él por su popularidad y su belleza. Añoraba la verdad, sólo deseaba encontrar a alguien diferente, alguien que estuviese a su lado por amor. Si, él buscaba algo más, no quería otra aventura pasajera, él deseaba vivir el amor... aunque quizás ya era tarde.