Brazos y piernas utilizo, sin embargo la barrera que la tenia atrapada no retrocedia
Abrió los ojos bañados en lagrimas con lentitud, oscuridad, solo veía una oscuridad cerniéndose sobre ella. Levanto su mano derecha, sin embargo choco contra algo duro a escasos centímetros. Se removió de manera inquieta y entonces lo comprendió.
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Brazos y piernas utilizo más la barrera que la tenia atrapada no retrocedía. Un grito aterrador surgió de su garganta, sin embargo, en la superficie solo se respiraba una paz mortal rondando su lapida.
Nuevamente las brazas ardientes quemaban su ser, mientras con una fuerza sobre humana luchaba por salir, no supo como paso, sin embargo al llegar a la superficie respiro hondamente mientras gemía llena de dolor, poco a poco salio de su tumba, sintiendo sus manos desgarradas y en carne viva a causa del de luchar por salir.
Exhausta se sentó frente a su lapida, observando detenidamente las letras gravadas que cantaban
"Serena Tsukino
En Nuestros Corazones Siempre Estarás"
Le dio la espalda con furia, malditos hipócritas, ahora tenían tan anhelada libertad, y ella, ella…
En ese momento se percato, ese pequeño palpitar que vibraba sin cesar volvía a embriagar su ser. Se llevo las manos en su vientre y casi salta de felicidad al descubrir que su bebe seguía allí, latiendo, luchando por vivir.
Camino despacio por entre las lapidas, necesitaba encontrar la salida, no podía permanecer allí mucho tiempo y menos en las condiciones en las que se encontraba. Sin embargo debido a lo exhausta que se encontraba tropezó, frenando el golpe con sus manos ya de por si maltratadas.
No pudo evitar gemir a causa del dolor.
– ¡Oh Dios mío! – escucho que alguien decía muy cerca de ella, una voz demasiado familiar.
– ¿Se encuentra bien señorita? – un hombre alto y de largos cabellos castaños se acerco rápidamente a ella.
"Nicolás" se tenso al verlo directamente "No debe verme" intento darse la vuelta, sin embargo el la sostuvo, impidiendo que escapara.
– Oh, ¿quien la lastimo así?, ¿Esta usted bien?, no se preocupe la llevare a un lugar para que la ayuden – la levanto sin mucho esfuerzo en brazos.
"No" sin embargo su boca se rehusó a proferir sonido alguno, negó con la cabeza desesperadamente, sin embargo poco a poco el cansancio se iba apoderando de su ser, hasta que sin darse cuenta cerro los ojos.
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Abrió los ojos con violencia, mientras rápidamente se sentaba. Miro a su alrededor, se encontraba en una cama individual en una habitación que conocía a la perfección, rápidamente trato de ponerse en pie cuando sus propias manos llamaron su atención. Sus finos dedos estaban cubiertos de vendas, protegiendo aquellas heridas que se hizo por salir de su propia tumba.
Un ruido llamo su atención y abrió los ojos con asombro al ver quien entraba por la puerta.
Rei cargaba una bandeja con dos tazas y una pequeño jarrón de te y al ver a su invitada despierta le dedico una tierna sonrisa.
Su apariencia era muy diferente a la Rei que conocía, llevaba su pelo en una coleta alta mientras su cuerpo estaba enfundado en un largo y sencillo vestido color negro, mostraba un par de sombras negras bajo los ojos, indicio de no haber dormido bien, y su rostro antes fresco y alegre, ahora se veía cansado y triste.
– ¿Te sientes mejor? – pregunto con su calida voz.
La rubia solo bajo el rostro, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, sin embargo no derramo ninguna. Sus puños se crisparon a causa de la ira mientras un "Jamás Te Abandonare, Lo Prometo" dicho por la misma chica que tenia delante era invocado en su mente.
– Traje un poco de te, hará que te sientas mejor – hablo mientras ponía la bandeja sobre la pequeña mesa junto a la cama y vertía el caliente liquido en las tazas. Volteo a verla pero se frustro al ver que la chica no la miraba, siguió su mirada y vio sus puños fuertemente apretados – No hagas eso – dijo mientras tomaba delicadamente una de sus manos para abrirla – Las heridas aun no sanan, y si haces mucha fuerza te volverán a sangrar – se sobresalto al momento en que la chica retiraba con brusquedad su mano – Lo siento – se disculpo en caso de haberla lastimado.
Levanto su mirada llena de rencor clavándola en la pelinegra cuando algo llamo su atención. Detrás de Rei había un gran espejo que antes no había visto, pero eso no fue lo que le sorprendió sino el reflejo que proyectaba de si misma. Sus antes cabellos rubios ahora eran plateados y apenas le llegaban a la cintura, sus facciones no cambiaron mucho, sin embargo sus ojos eran otra historia, sus tiernos y calidos ojos ahora eran fríos e inexpresivos, y su característico color azul ahora era de un gris reluciente, como si fuese plata liquida.
Sin ser conciente de ello se llevo una mano a su rostro confundida, lo que provoco que la pelinegra siguiera la trayectoria de su mirada.
– No te preocupes – le dijo con voz tranquilizadora – los rasguños de tu cara no son muy profundos, a mas tardar un par de semana tu rostro será el mismo que antes – le sonrió afablemente – es una suerte que Nicolás haya pensado en ir a visitar a… – Su rostro cambio, la tristeza lo cubrió por completo y su mirada se inundo en lagrimas contenidas – Lo siento – dijo después de varios segundos transcurridos – Perdimos a una gran amiga, mi mejor amiga, y aun no me acostumbro a su partida – un par de lagrimas resbalaron – Yo lo siento – insistió – no se por que, no quiero abrumarte con mi desdicha, seguramente tu haz pasado por un mal momento y yo, yo no tengo derecho – su cuerpo se convulsiono por el llanto y se llevo las manos para cubrir su cara.
Esto desconcertó a Serena, quien sin poder evitarlo llevo una mano hasta su hombro en señal de apoyo – Lo siento, pero no puedo hablar con nadie de esto – levanto su rostro cubierto de lagrimas – Nosotros, yo no merezco estar con vida mientras ella no lo esta – las lagrimas parecían no tener fin y el dolor reflejado en su voz conmovió hasta la medula a la Princesa – nosotros lo sentimos tanto, daríamos nuestra vida a cambio de verla otra vez, pero se que ella no nos lo perdonara, le hicimos demasiado daño por nuestra estupidez – permanecieron así, largos segundos que se convirtieron en incontables minutos, Rei llorando desconsoladamente mientras se cubría el rostro, y Serena acariciando quedamente su hombro.
– Lo siento mucho – dijo recuperando un poco la compostura – será mejor que te deje descansar, iré a preparar algo de comer – lentamente se puso en pie y camino hacia la puerta en la que se detuvo antes de salir – Gracias por escucharme –
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Se detuvo frente a la tumba donde supuestamente descansaba su hermana, encontrándola raramente escarbada y vacía. Una sonrisa se formo en sus labios, había llegado tarde y ella tuvo que salir por su cuenta, pero estaba bien, eso le serviría de escarmiento.
Zeus le informo de su decisión de volverla mortal para que pudiese dar a luz a ese pequeño insecto al que su hermana se aferro con fuerza. Y aunque en un principio no estaba de acuerdo, después de pensar que en un corto tiempo volvería a tener a su hermana de vuelta no le dio mucha importancia al asunto.
Ahora solo debía encontrarla y evitar que tuviese contacto con aquellos humanos que tanto la hicieron sufrir, no por su propia seguridad, sino para evitar que volvieran a llenarle la mente con ideas estúpidas.
Con un grácil movimiento de su mano, la tumba volvió a la normalidad, sin evidencia de que la chica lucho ferozmente por salir de ella.
Sintió su energía llamándole, sin embargo era un poco diferente, mas no le dio importancia, nada lo tenia, solo el hecho de que pronto recuperaría a la vieja Selene.
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Entro a la cocina en donde Nicolás ya había empezado su labor.
– ¿Cómo esta? – pregunto apenas la sintió entrar.
– Bien – contesto simplemente.
– ¿Y tu, como estas? –
– Bien Nicolás – contesto con fastidio – Como se los he dicho a mi abuelo y a ti, estoy bien, estoy perfectamente – anexo entre dientes.
– No Rei, no lo estas – suspiro – No pretendas estarlo, ¿Crees que la hayan atacado? – cuestiono para cambiar de tema.
– No lo se Nicolás – ella también soltó un suspiro – Talvez lo mejor fue haberla llevado a un hospital para que la revisaran mejor – el chico solo se encogió de hombros.
– Me recuerda a Serena – murmuro más para ella misma que para alguien más.
– ¿Qué? – Pregunto asombrado – Es todo lo opuesto a ella – dijo mientras seguía con su labor de cortar zanahorias en finas rodajas.
– Pero aun así, hay algo en su mirada que es muy parecida a la de ella –
El dejo de hacer lo que estaba haciendo para abrazarla – Rei, ella se fue – dijo con un nudo en la garganta, mientras la pelinegra negaba frenéticamente con la cabeza – Entiéndelo – dijo ya con lagrimas en los ojos – Ella se ha ido –
– Ella no se lo merecía – dijo mientras las piernas le flaqueaban y caía lentamente de rodillas seguida de Nicolás – Ha sido mi culpa, ha sido mi culpa –
– No Rei – la abrazo más fuerte, era la primera vez que hablaban sobre la muerte de Serena, la primera vez que ella le mostraba el dolor de su alma – No fue tu culpa –
– Yo debía protegerla – agrego con rabia – debíamos protegerla a costa de nuestras vidas y la abandonamos – con renovadas energías lloro amargamente ahora en el pecho del castaño – Ella nunca nos lo perdonara, yo nunca nos lo perdonare –
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El rastro de su energía lo condujo hasta un viejo templo que conocía a la perfección. ¿Cómo era posible? La dejaba sola solo un instante y corría a refugiarse en los brazos de aquellos que la traicionaron, era inaudito, deseaba tanto entras y matar a todos aquellos asquerosos mortales que lastimaron a su pequeña hermana, sin embargo sabia que debía ser cauteloso y no llamar la atención.
Cerró los ojos e inhalo con fuerza, necesitaba controlarse.
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Sentada en la habitación, examinando su nuevo aspecto, sumida en sus propias cavilaciones. Ella se arrepentía se dio cuenta de ello, su dolor era sincero, sin embargo aun guardaba cierta reserva, ahora que tenia que proteger a su bebe no confiaría en nadie, ni siquiera en su propia sombra.
"Selene"
Escucho que la llamaba alguien muy conocido para ella.
"Estoy afuera, sal a menos de que quieras que entre por ti"
Se paro de un salto sin proponérselo y salio rápidamente de la habitación. Un torbellino de emociones se mezclaban en su interior; miedo, ira, felicidad, seguridad; eso y mas era lo que sentía al escuchar la voz de su hermano.
Atravesó la casa sin ser descubierta, más cuando estaba apunto de salir, algo la detuvo súbitamente.
– Ella nunca nos lo perdonara, yo nunca nos lo perdonare – era la voz de Rei la que producía tan terrible lamento.
Su corazón se estrujo, tenia tantos sentimientos entremezclados que la aturdían, comenzó a sentir pena por aquellas que alguna vez llamo amigas, pena por que nacieron con una carga en sus hombros sin siquiera desearlo, lo cual marco su vida.
Se llevo las manos al pecho, nuevamente sentía un calor creciente en su interior. Cerró los ojos con fuerza.
"Controla tus emociones" escucho en su interior "El Cristal Tsurai se maneja a través de las emociones" era la voz de Zeus la que recordaba su mente.
Necesitaba salir de allí y lo sabia, nuevamente se encamino hacia la puerta ahora con lágrimas cubriendo sus ojos.
¿Por qué? ¿Por qué la vida tenia que ser tan injusta? ¿Por qué el destino se ensañaba con ella y las personas a las que amaba?
Apenas dio unos pasos fuera de la casa la imponente figura de Helios se vislumbro cerca de la escalera a pesar de la oscuridad de la noche. Con los ojos empapados corrió, corrió como si su vida dependiera de ello y apretó en un fuerte abrazo a su sorprendido hermano, aferrandose a el como un salvavidas que evitara el perderse en el mar de sensaciones de su alma.
– Quiero irme – susurro sin fuerza mientras descargaba todas sus emociones en el pecho de su hermano en forma de lagrimas.
El cielo se nublo en cuestión de instantes, cubriendo la hermosa luna que brillaba esa noche, un trueno retumbo en toda la ciudad y las gruesas gotas de lluvia no tardaron en bajar empapando todo a su paso.
El rubio sorprendido por el aura de dolor que desprendía su hermana, solo atino a cubrirla con un frío abrazo mientras desaparecía en la oscuridad de la noche.
Notas De Autora: Espero que les haya gustado este capitulo que aunque cortito marca el nuevo giro de la historia.
Muchas gracias a todos aquellos que se tomaron la molestia de dejar sus reviews, su apoyo la verdad me impulsa a seguir adelante, por eso muchas gracias.