DESPERTANDO EL DESEO

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son propiedad exclusiva de Rumiko Takahashi.

"kkk" hablan los personajes

cursiva pensamientos

XXX cambio de escena.

Capítulo anterior

Kikyo levantó la cara del suelo y miró a Naraku con odio. El fragmento aun brillaba colgado de su cuello. Se incorporó como pudo revelando una gran herida en su pecho por la que escapaba un flujo de almas. Era la herida antigua que Kagome curo una vez, y que lo había vuelto a hacer varias veces en los últimos meses. Naraku lanzó uno de sus tentáculos a por le fragmento pero Kikyo lo repelió con su arco, como hizo con la serpiente de Tsubaki. Naraku sonrió y golpeó a Kikyo, luego se apoderó de su fragmento, arrancándoselo del cuello. La flecha de Kagome llegó tarde.

"¿Creíste que con ella estaría a salvo?" Naraku soltó una carcajada estruendosa "¡Kikyo es mas débil que esa mico! Hace meses que se está muriendo y me la habéis puesto muy fácil de atrapar"

Inuyasha se lanzó contra Naraku intentado recuperar el fragmento que aun trasladaba el tentáculo hacía la barrera, pero fue demasiado tarde, cuando lo alcanzó rebotó contra la barrera.

Kagome gritó, el fragmento se estaba fusionando con los demás.

"Y por fin el último fragmento" la barrera de Naraku brilló con mayor intensidad, aumentando su tamaño y fuerza.

Sango recuperó la conciencia en brazos de Miroku. Kouga seguía en el suelo rodeado de un charco de sangre y cada vez mas ausente de lo que sucedía a su alrededor. Inuyasha se colocó delante de Kikyo y Kagome, casi en las mismas condiciones que Kouga. No aguantaría muchos golpes más sin derrumbarse. Kagome se arrodilló al lado de Kikyo y cerró su herida como otras veces. Levantó su vista hacía Naraku y contemplo con miedo lo que habían intentado evitar que hiciera Naraku.

Se había completado la perla.

Continuará….

Capitulo Final

"En que pensabas Kikyo?" Inuyasha miró enfurecido a la miko.

"podemos recuperar la perla Inuyasha… pero a él solo le destruiremos si terminamos con su corazón"

"…Hakudoshi…" Kagome mordió su labio inferior "¿sabes dónde está?"

"Lo encontré en una cueva… ¡¡Cuidado!!" Kagome murmuró unas palabras contra el fugaz ataque del demonio, y Kikyo disparó una flecha "… pero no pude matarle, me atrapó antes"

"¡Mierda!" Inuyasha lanzo una ráfaga a Naraku con Tessaiga "nosotros solos no podremos hacerlo"

Una explosión envolvió a Naraku. Este se giró sorprendido, mientras regeneraba su coraza con rapidez. Un cuerpo imponente se dibujaba entre el nebuloso polvo. Con paso lento, perfecto; de porte señorial, magistral; un cabello abundante y largo, grácil y luminoso de un reflejo lunar. El brillo de la espada poderosa fue blandida con efecto dando paso a una oscuridad sobre el cuerpo del enemigo y el Meidou engulló parte de su cuerpo.

"¡¡SESSHOMARU!!"

"Al fin te muestras" su mirada gélida formó una mueca molesta en el rostro de Naraku. Por un segundo la expresión denotó pavor, pero solo fue por una décima de un tiempo mínimo que dio paso a una sonrisa fría.

"Solo eres un imprevisto con el que no había contado, Youkai" Naraku empezó a regenerar su cuerpo desaparecido, esta vez con mayor dificultad.

"Tienes demasiada confianza en ti mismo, engendro, no deberías sonreír tanto" Con parsimonia y belleza el príncipe caminó hacia su hermano, dando al espalda a su enemigo.

"Tengo la Shikon no tama, completa" Naraku rió."

Sesshomaru siguió caminando "Eso solo te da más tiempo hasta que te elimine" El rostro de Naraku reflejó la ira ante la frialdad del imponente Youkai "incluso con la esfera sigues siendo un engendro inferior"

"¡No deberías darme la espalda!" una oleada de espinas de gran tamaño se dirigió hacía el Inuyoukai, pero un solo salto en el momento propicio le sirvió el demonio para evitar el ataque y llegar hasta su hermano.

"Largo de aquí bastardo" miró al resto del grupo "y llévate a los humanos"

Inuyasha chirrió sus dientes intentando mantener la calma "Esta es mi lucha, imbécil, lárgate tu."

"¡No seáis idiotas!" Kagome se interpuso entre ambos. Sesshomaru le miró ofendido y Kagome encogió un poco su cuerpo "esta es la lucha de todos… en vez de empezar una discusión ¡deberíais luchar juntos!" la chica empezó a agitarse mientras los hermanos la miraban con ira contenida. Inuyasha fue le primero en apartar la mirada.

"Los Youkais y mikos se quedan" Inuyasha fue a protestar "y el resto que busque a Hakudoshi" Kagome asintió y se dirigió hacia Sango y Miroku.

"Está preñada, no puede quedarse" Inuyasha encaró a su hermano

"Sigue siendo una miko, y necesitamos todos los poderes fuertes" Sesshomaru pasó de largo frente a su hermano y volvió hacia Naraku

"Tu y yo seguimos siendo enemigos, esto solo es un aplazamiento"

"Tenlo por seguro"

Sango abrió los ojos con el sonido de la voz de Kagome. Miroku asintió.

"Sesshomaru nos ayudará. Tenéis que destruir a hakudoshi, si nos dividimos en la lucha tendremos más posibilidades de sobrevivir y acabar con él."

"Bien… " Sango se incorporó con la ayuda de Miroku "entonces partamos cuando antes"

Sango y Miroku se subieron sobre Kirara y siguieron la dirección que les indicó Kikyo. Kagome rezó para que tuvieran suerte y lo encontraran antes de que muriese alguno.

Las heridas de Naraku cerraron permitiéndole recuperarse y seguir la lucha.

"Preparaos para atacar" Kagome y Kikyo cogieron flechas. La primera cargó su arco y la segunda purificó la suya antes de clavarla en el suelo. Un brillo las envolvió, creando un cerco a su alrededor, protegiéndolas con una barrera potente contra ataques del demonio. Las Shinidamachuu de Kikyo rodearon el campo protegido a la espera de las ordenes de su señora.

Inuyasha preparó su espada, Kouga crujió sus nudillos y Sesshomaru batió su látigo iniciando la encarnecida lucha.

Naraku desenfundó su espada en respuesta a los múltiples ataques. Salto ante la explosión de la flecha de Kagome, con una patada arrastró a Kouga por el suelo, el kaze no kizu de Inuyasha le hizo perder una pierna, pero esquivó el látigo de Sesshomaru. Sus avispas se enfrentaron contra las hambrientas serpientes devoradoras de almas de Kikyo. Kouga se levantó, saturando el aire con un remolino y arremetiendo contra aquel que destruyó su pueblo.

Inuyasha calló al suelo con una herida en su brazo izquierdo, producto de las garras de Naraku. Las agujas de piedra del híbrido rebotaron contra la barrera sagrada de Kikyo, impidiendo que dañaran ambos cuerpos de su interior. Kagome lanzo una bola de energía que pasó muy cerca del inuyoukai, pero que impactó en su objetivo.

Kouga consiguió atravesar el estomago de Naraku, pero la sangre de este fue como un potente corrosivo sobre la piel del youkai, quemando su brazo a su paso entre las carnes del hanyou.

"¡Mierda!" Kouga intentó deshacerse de la sangre usando sus pieles, dejando su torso al descubierto y el brazo en carne viva.

"¡¡No toquéis su sangre!!" Kagome chillo desde la burbuja de protección. Los tres asintieron.

"Inuyasha" Sesshomaru se situó al lado de su hermano "Nuestras espadas fueron una sola en el pasado… enviémosle al infierno"

Inuyasha le miró dudando pero al final asintió y extendió su espada al tiempo que Sesshomaru hacía lo mismo.

Naraku rió "Eso no me matará" Kouga le atacó por detrás y se giró para evitarlo "sin esos fragmentos te has vuelto muy débil, lobo"

"pero sigo siendo igual de fuerte"

Una luz envolvió ambas espadas y Tessaiga y Tensseiga crearon un alo plateado. Ambas hojas chocaron contra el suelo y este emitió un rugido interno. Los sentidos de Kouga le hicieron retirarse en el momento en que el terreno se abrió, y un centenar de brillos emergieron de la brecha impactando sobre el cuerpo de Naraku; explotando en pedazos. La masa de carnes, huesos y fluidos gorgoteo empezando un proceso de regeneración. Durante un momento el brillo de la joya pudo apreciarse entre los restos, antes de que volviera a ser engullida adoptando forma humanoide nuevamente.

"¡ahora!" Sesshomaru agitó su espada con fiereza abriendo un meido completo que engullo la totalidad del cuerpo de Naraku.

"Kagome, Kikyo, pase lo que pase no dejéis que Naraku salga. Si asoma la cabeza devolverlo al interior"

Ambas jóvenes no tuvieron tiempo de replicar. Kouga, Sesshomaru e Inuyasha se adentraron en la profundidad del círculo completo abierto por Tenseiga. Al desaparecer, el meido empezó a cerrarse.

XXXXXXXX

Sango y Miroku aterrizaron sobre el suelo salteado de piedras. No tenían tiempo que perder. Kikyo les dijo que debían encontrar una cueva al este, al llegar al camino de piedras que separaba el camino prohibido de las almas perdidas y el monte Fuji.

"Deprisa Miroku" a pesar de los golpes sufridos, corrieron por el camino. Miroku pudo percibir una barrera al final del la arboleda que cerraba el camino.

"Espera, hay algo oculto"

Miroku se arrodilló y dibujo unos signos en el polvo en el polvo del camino. Sango le observo en silencio mientras el rezo se escapó entre murmullos de los labios del houshi. Ante sus ojos un reflejo vibró en un suspiro. Sango apretó su mano en las cuerdas de su hiraikotsu, manteniéndolo firmemente sujeto. La voz de Miroku se hizo más rápida. Frente a ellos de hizo la oscuridad y un espacio cavernoso consumió la arboleda.

"Una barrera demoníaca, bien camuflada. Suerte que tengo un don para romper barreras" Miroku sonrió a la taijiya "Ten cuidado Sango, no sabemos que hay dentro."

Miroku se levantó y Sango le siguió al interior.

"Adelante, os esperaba"

La pareja detuvo su paso ante la voz que emergió de la gruta y se miraron con temor.

"¿A qué esperáis?" un cacareo ruidoso resonó en la oscuridad.

"Vamos, acabemos con él" Sango asintió.

Avanzaron por la oscuridad. Al fondo vislumbraron una tenue luz amarillenta, un bulto se arrastraba entre las sombras. Sango preparó su boomerang como prevención. La tenue luz aumentó de intensidad a medida que sus pasos les acercaban a ella, hasta que pudieron distinguir un candelabro en el centro de una pequeña estancia improvisada rústicamente con un lecho de paja y algunos utensilios sucios en el suelo. El cuerpo infantil de Hakudoshi se hallaba sobre la lona mugrienta que cubría la paja. Sus ojos, como dos témpanos de hielo, inteligentes, observaban a sus invitados.

"Hay oscuridad en vuestros corazones… no sois felices" una sonrisa transfiguro el infantil rostro en uno espeluznante.

"Seremos más felices cuando tu ya no existas" Sango escupió las palabras en un siseo.

"Es irónico que la vida de alguien tan poderoso dependa de un cuerpo rechoncho y débil como el tuyo"

"Me sobrestimáis, queridos" hakudosi movió su pequeñas manos "Mi poder no reside en la fuerza de mi cuerpo, sino en ver y manejar la voluntad de los corazones de los demás. Después de todo, no soy mas que un recipiente para un corazón"

"Asume tu destino y muere" Sango agarró al niño por el cuello y una descarga recorrió su cuerpo al momento en que sus dedos tocaron la piel del ser maligno. Su cuerpo se tensó paralizado.

"¡Sango!" Miroku la sujetó en un intento de separarles, pero al contacto con Sango la descarga también llego hasta él.

"Después de todo solo sois humanos juju"

Sango se giró y arremetió contra Miroku. Este uso su bastón como defensa, golpeando con violencia la pierna de sango. Su mirada se oscureció llegando a confundirse con el carbón. La respuesta de la taijiya fue inminente…

XXXXX

Kikyo observó la espalda de Kagome. Una gota de sudor resbalo desde su sien hasta su garganta. ¿Podría hacerlo?

Kagome se estremeció "Algo va mal"

XXXXX

Silencio

Oscuridad

Ansiedad

"¿Eres feliz?"

Sango se giró. No estaba sola, lo sabía, pero solo había oscuridad a su alrededor.

"¿Eres feliz?"

Miroku dejo de correr "¡Pues claro que lo soy!"

Una risa. Sango percibió luz a su espalda

"Mentiras… dudas… ¿eres feliz?"

"Lo seré" una forma apareció ante Sango

"Lo intento ¿Quién eres?"

"¿Porqué no puedes ser feliz?"

Sango caminó hacia la forma cada vez mas clara "¿Quién eres?"

Miroku giró hacia la luz que se encendió a su espalda. Un marco de bronce abrazaba una materia reflectante. Sus ojos se ampliaron al mirar dentro.

"Tú. ¿Me has olvidado?"

Sango se tapó la boca. Unos ojos marrones clavaban su mirada en la suya. El cabello caía hasta sus hombros, revuelto. Un hakama verde cubría su pequeño cuerpo pálido, dejando las raquíticas piernas al aire. Su infantil rostro pasado la observaba tras el espejo.

"¿Me has olvidado?"

Miroku parpadeó ante su propia imagen "… no… " el pequeño niño extendió su mano protegida con el rosario y la colocó sobre su menudo cuerpo, palpando su corazón.

"Está oscuro, tu corazón no brilla"

Miroku asintió.

Sango bajo al mirada.

"¿Guardas rencor?¿Por qué?"

"Claro, que lo guardo, no puedo evitarlo."

"Venganza… " la pequeña niña cerró sus ojos "¿Qué hay de a ansiedad?" los masculinos labios infantiles se movieron con lentitud.

"Mi muerte está próxima" Miroku cerró el puño maldito con fuerza "¿por qué no iba a tener ansiedad? Debe morir ya si quiero vivir"

"¡Por que quiero que muera ya! Necesito que eso ocurra ya…"

"¿Y serás feliz?"

Una sonrisa apareció en los labios infantiles "yo puedo hacerte feliz ahora, si te quedas conmigo…"

"¿Cómo?"

"Yo puedo lavar tu corazón de todo lo que lo marchita, si te quedas conmigo" Los ojos infantiles se entrecerraron.

"Pero, si me quedo contigo… ¿Qué pasará con mi vida?" Sango miro sus manos

"¿Importa eso? Serás feliz… podrás descansar…"

"Pero no me habré vengado. No habré avanzado"Sango se separó del espejo. Su reflejo vibró.

Miroku extendió su mano hacia su imagen "¿Es está la forma de avanzar?..."

"Puedo hacerte feliz… no hay otra salida… eres parte de mi… eres mío"

La mano de Miroku se detuvo antes de tocar el espejo "…no… "

"Hay otra salida" su yo se oscureció comillos crecieron de sus dientes. Sus ojos se tiñeron de rojo y sus uñas se transformaron en garras.

"¡Eres mío, quédate conmigo!"

"No… yo tengo otra salida" Sango se alejo del espejo y Miroku corrió en el sentido contrario de su yo.

El espejo desapareció y la oscuridad los volvió a embargar. Un brillo a su espalda., giraron y sus ojos se encontraron. Una sonrisa y la luz les cegó con un fulgor abrasador.

Sango calló de rodillas al suelo. La sangre espesa goteó de su boca perdiéndose en el suelo. El sabor metálico la obligó a escupir los restos. Sujetó su vientre con fuerza palpándolo con una de sus manos. Posiblemente una de sus costillas estuviese rota. Sus nuevamente castaños ojos buscaron los del responsable de su estado.

Miroku soltó su báculo. Su brazo presentaba un ángulo extraño, roto sin duda alguna. Su rostro estaba tan magullado como el de ella, pero sus ojos también habían vuelto.

"Esperaba que os mataseis antes de daros cuenta del engaño…"

Ambos se giraron. Hakudoshi les observaba.

XXXXX

Kouga golpeó las duras carnes de Naraku. Este gruñó en respuesta.

El Meido empezó a cerrarse y Naraku se apresuró hacia la salida. Sesshomaru le impidió el paso con un fugaz movimiento. Naraku apretó sus dientes, las cosas estaban saliendo distintas a sus planes, pero seguía teniendo la joya.

Inuyasha golpeó con su espada, pero el impacto rebotó contra la espada creada por Naraku en el último momento. Las hojas afiladas volvieron a chocar estruendosamente y el lobo atacó nuevamente por detrás, esta vez consiguiendo alcanzar la piel del enemigo, rasgándola. Al contacto con la sangre aulló, pero ahondó sus garras en el tejido, obligando a Naraku a estremecerse y dejar un flanco débil; aprovechando por Sesshomasu para amputarle un brazo. Las garras de Inuyasha penetraron a través de la armadura, abriéndose paso por la dura carne del pecho hacia el lugar donde debería estar su corazón; sustituido ahora por la ansiada Shikon, llegando a tocarla. Las llagas nacieron en la piel de sus manos durante el camino interno.

Al contacto con la perla, Naraku, se revolvió y golpeó a Inuyasha alejándolo de sí. Como un cuchillo sus manos atravesaron el estómago de Kouga, cayendo inconsciente al suelo. Un salto le puso lejos de su atacante. Naraku respiraba agitadamente e inconscientemente sus manos se dirigieron al lugar donde residía la joya de las cuatro almas completa. – Casi me la quita-

Inuyasha y Sesshomaru sonrieron y algo de confianza embriagó sus cuerpos. El mismo pensamiento recorrió ambas mentes – Tiene miedo-

El meido se hizo más pequeño

XXXXX

"Pequeño bastardo…" Miroku apretó su brazo roto "¿Cómo te atreves a manipularnos?"

"No importa Miroku, gracias a Kami encontramos la salida a tiempo" Sango intentó levantarse pero el dolor de su costado la obligó a abortar y quedarse de rodillas "Acaba con él"

Miroku asintió. No podía tocar al niño sin probablemente volver a perder el control sobre su cuerpo así que, sacó un sello y lo lanzó contra frente del esbirro; recitando unas oraciones y clavó su bastón sobre él. Los ojos de Hakusoshi se abrieron en un rojo oscuro y alaridos emergieron de su pequeña boca.

XXXXX

A medida que se cerraba el meido Naraku se desesperaba mas por salir. Solo una franja separaba el mundo de oscuridad del vivo y si no salía se quedaría ahí encerrado eternamente.

Una corriente ardiente recorrió el cuerpo del youkai ocasionándole sendos espasmos. Su mente se tensó y se precipitó hacia la salida. Sesshomaru le siguió a solo unos pasos de distancia. Inuyasha, aunque tentado de no hacerlo, agarró al chico inconsciente y corrió tras Naraku también; el cual atravesaba el meido que amenazaba con atraparlo dentro…

XXXXX

Sango no aparto la mirada de la escena. La piel del niño desaparecía revelando el órgano oculto en su interior. Rugoso, oscuro y latente el corazón quedó al descubierto. Pasó un cuchillo a Miroku y con fuerza lo insertó en el músculo.

"Muere"

XXXXX

Naraku se agarró el pecho con fuerza en el momento en que salió de la oscuridad. Un latido lejano retumbó en sus oídos. Una figura ante él borrosa se difuminó ante la deslumbrante luz que impactó contra él. El cuerpo de Naraku reventó ante los ojos del inuyoukai y el hanyou. La perla brillo entre los restos carbonizados que flotaban en el aire y se precipitaban hacia le suelo. Inuyasha se apresuro a coger la esfera antes de que tocas el suelo y sus ojos victoriosos se posaron sobre la responsable del disparo.

Inuyasha se percató de la lentitud de los acontecimientos cuando ante sus ojos el pecho de Kagome escupió sangre y una flecha siseo hasta perderse en el meido cerrándose a su paso. El cuerpo de Kagome calló al suelo inerte. Detrás, Kikyo, aun sostenía le arma. Sus manos temblaron mientras bajaba el arco. Era un temblor ligero pero perceptible para el ojo sobrenatural del Inuyasha. Sus pupilas se dilataron y la sangre el dorado de sus iris.

Sesshomaru no pudo detenerlo.

Fue rápido.

La mente humana volvió a dominar a la bestia de su interior y sus ojos recuperaron el dorado habitual. Ante ellos Kikyo reflejaba estupor, sorpresa y algo que quizás se tornaba en arrepentimiento. No pudo precisar la duración de ese momento. El tiempo corría un camino distinto, pero ante sus ojos el débil cuerpo de barro se convirtió en polvo y las almas escaparon de los restos. Un golpe preciso de su parte animal fue suficiente para romper la fragilidad del cuerpo artificial. Sus garras destruyeron la vida de Kikyo al injertarse en su pecho.

El dolor y el odio no desapareció de su rostro ante la estupefacta mirada que se evaporó en el aire.

Una parte de las almas que se desprendieron de Kikyo se adentraron en el cuerpo de la chica del futuro. El alma de Midoriko volvió a unirse en su último cuerpo. Inuyasha se arrodilló ante el cuerpo de Kagome. La sangre se extendía por el suelo. Sin saber que hacer presionó la herida del pecho. Las lágrimas caían sin control del su rostro. Sus latidos se pausaban a cada bombeo hasta que un último y silencioso tañido detuvo el palpitar de su corazón.

XXXXX

Miroku ayudó a Sango a levantarse del suelo y la besó. "siento las magulladuras"

"¿Esto? Pero si no es nada, será mejor que volvamos" Miroku asintió y se dirigieron a la salida para reunirse con el resto del grupo.

XXXXX

Kagome se convulsionó. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y sus pupilas se tornaron doradas. Garras crecieron de sus manos y colmillos atravesaron sus encías. Gruñidos resonaron en su garganta y pronto se volvieron alaridos. El cambio del aroma impacto en el olfato del hanyou y se apresuró a intentar sujetar a Kagome. Esta se retorció aullando. La herida de su pecho comenzó a cicatrizar a una velocidad pasmorosa y una corriente eléctrica se extendió por el suelo cubriendo el área en circulo sobre el que se hallaba la pareja. El corazón de Kagome latió con fuerza y el traqueteo de su bombeo inició un galope desbocado. El olor de la sangre llego hasta Inuyasha cuando el líquido caliente se deslizó entre las piernas de Kagome. Las garras de Kagome se clavaron el suelo.

Una segunda oleada azotó la zona al tiempo que la voz de Kagome emergió en un grito desgarrador. La corriente se detuvo a centímetros de Sesshomaru, le cual retrocedió.

"Son… barreras… nos está echando"

El suelo volvió a retumbar. Kouga recuperó el sentido y tuvo que saltar para no ser abrasado por la energía sagrada que se dirigía hacia él.

Kagome gruñó y el líquido empapó su pantalón. Inuyasa lo rasgó. Una bola de carne ensangrentada asomaba entre sus piernas.

"¡Kagome está naciendo!"

La mirada dorada de ella se volvió sanguínea. "¿Kagome?"

Ella cerró los ojos con fuerza y apretó su vientre para facilitar la salida de la criatura. Sus dientes chocaron con fuerza presa del dolor del parto. Pequeñas franjas moradas mancharon las piernas de la parturienta.

"Kagome… tranquila respira"Inuyasha se colocó a su espalda y alzó un poco su cuerpo, apoyándolo en el suyo; buscando una postura de ayuda para la expulsión del feto. Kagome se sujeto a los brazos de Inuyasha y clavo sus garras en ellos al tiempo que el hanyou hacia esfuerzos por sacar al niño. Una nueva barrera hizo parar en seco a Kirara que traía los cuerpos de Sango y Miroku, y retroceder parte del camino andado.

Kagome rugió nuevamente al sentir le pequeño cuerpo deslizándose desde su interior y no pudo evitar gritar cuando los hombros del pequeño alcanzaron el exterior. Inuyasha cogió al cachorro y pudo sacarlo finalmente, separando el cordón que lo unía con su madre e improvisando un nudo para evitar hemorragias.

Tras el parto Kagome recuperó su ser, dejando la transformación demoníaca que había sufrido provocada por el cachorro y pudo examinar al niño. Inuyasha cubrió a Kagome con su haori. Sonrió

Sesshomaru abandonó el lugar en ese momento, son una pequeña sonrisa en sus labios. Las barreras desaparecieron y el resto pudo acercarse por fin.

XXXXX

El sol de la tarde calentaba los campos de arroz. El pueblo había mejorado y extendido sus terrenos gracias a la seguridad que proporcionaba la influencia de un pequeño grupo bastante pintoresco que convivía entre sus habitantes. La historia se extendió a lo largo de todos los humanos y seres sobrenaturales, y pronto los demonio empezaron a convivir con los humanos.

Dos niños pequeños de tez morena correteaban entre los árboles junto a tres trillizos castaños. Las risas infantiles producto de su juego se escuchaban por los alrededores. Era una escena conmovedora hasta que los tres pequeños de gran parecido expusieron sus quejas contra los otros dos de plateados cabellos. Usar los poderes era hacer trampas…

Un joven apuesto de ojos verdes hablaba animadamente junto con otro chico, algunos años menor, de hebras castañas y ojos azules. A La conversación reía y gesticulaba una joven de una edad intermedia a la de los dos interlocutores. Sus cabellos azulados caían en cascada con pequeños tirabuzones sobre sus hombros. Sus ojos de un ámbar luminoso, alegres; seguían la conversación de sus acompañantes. Cada uno pertenecía a una raza diferente, pero los tres eran amigos.

"¡Kagome!" el Kitsune saludó hacía la mujer que se acercaba a lomos de su ahora marido, acompañado por Sango y Miroku sobre Kirara. El paso de 15 años habían marcado sus rostros pero aun eran jóvenes.

"¡¿Qué haces con ese lobo?!" Inuyasha separó a su hija del chico de ojos azules, el cual retrocedió al sentirse amenazado. Después de todo se trataba del gran Inuyasha. Es cierto que su padre también fue uno de lo que participaron en la aniquilación de Naraku, pero el perro le imponía respeto.

"¡Inuyasha!" Kagome golpeó a su marido. "Deja en paz a Mamoru" Luego sonrió al chico "Hijo no le hagas caso, solo son celos."

"¡Yo no tengo celos!" Inuyasha abrazó a su hija mientras gritaba a su mujer.

"¿Yukiko y tus hermanos?"

"Están con los trillizos de Sango y Miroku, cerca de los campos de arroz" la chica señalo la dirección a su madre.

"Anda ve a buscarlos, tenemos que ir a ver a tu abuela"

La chica se fue acompañada por Mamoru, el hijo de Kouga y Ayame. Shippo se dirigió a Sango y Miroku.

"¿Llevasteis las cenizas?"

"Si. Kaede descansa al lado de Kikyo. Están enterradas en el lugar donde terminó todo." Miroku abrazo a Sango "Aun no me creo que ya hayan pasado 15 años"

"La lástima es que Kagome perdiera su humanidad al pedir el deseo" Sango miró con pena a la aludida.

"Chicos no me importa, de verdad. Era más importante deshacerse de la Shikon o la historia podría repetirse. Convertirme en demonio es un precio bajo a cambio de la paz entre nosotros. Además solo es una vez al mes." Sonrió "y gracia a ello no tenemos que temer por ellos"

Todos miraron a sus hijos, menos Shippo que solo contemplo a sus amigos. Gracias a ellos el había encontrado una familia y había podrido crecer.

-Fin-

Bueno se que he tardado muuuuucho tiempo, pero por fin he terminado esta historia. Pensaba hacer un final alternativo, pero voy a dejarlo tal cual. Espero que este final os guste. Quizás sea mucho tiempo de espera para tan poca cosa XDD pero mas o menos esta era la idea que tenia reservada para el final cuando me decidí a convertir el oneshot en historia.

Muchas gracias a todos lo que me habéis ido animando, aportando ideas, leyendo, recordándome que la historia seguía ahí, que no la olvidara… También gracias a todos lo que me habéis leído y no me habéis dicho nada, y a los que además habéis leído las demás historias que tengo escritas y en trayecto.

Sois muchos para nombraros a todos, pero muchas gracias, os quiero .