Otro fan fic navideño! Si, lo se, lo se, para los escasos lectores que aun me quedan dadas mis faltas con mis anteriores fics, X´D pero es navidad, y dado que me gusta la navidad y que no termino un fic desde la navidad pasada pues, me daré el lujo de otro año más, darle el primer empujoncito navideño a la pareja SetoxJoey (aunque dudo que queden muchos de mis lectores del año pasado)
Disclaimer: YuGiOh Ni ninguno de mis personajes me pertenece.
Advertencias: Yaoi-Lemon (más adelante) parejas involucradas SetoxJoey y lo demás ya veremos.
Agua y Aceite en Navidad.
Introducción
Ahhhh otro año que pasa, otros árboles que se deshojan, otros hechos que pasan a ser recuerdos del ya muy maltratado calendario. Es increíble lo rápido que había pasado aquel año y bien, todos los años dice exactamente lo mismo…siempre, las exclamaciones son las mismas ¡Hay que ver como voló este año, ¡No me di cuenta que rápido pasó el tiempo! ¿¡Qué, Ya casi es navidad otra vez, estas son algunas de las típicas frases que se oyen por las calles en esa época.
Pero había cierta magia en aquella época, cierta alegría peculiar que inundaba a las calles de la ciudad dominó, aún cuando al tecnología de la cual se jactaban sus habitantes se veía presente en cada palmo de que se recorría, las modernas estructuras de los locales quedaban impregnadas de ese mágico aroma de mirra, incienso, canela y muérdago, ¡Los niños están presentes en cada vidrio de cada local! Ya que gracias a la escarcha que ha caído en cada uno de los ventanales de los escaparates muchos picaros muchachos se dan el lujo de trazar el contorno de sus sueños y regalos con sus pequeños deditos en ese pizarrón de escarcha de cada comercio.
¡Cuantas risas y cantos se oyen en ésta época! Cuanta alegría, cuanta pureza hay en el aire, pues no hay mayor satisfacción que aquella que origina la inocencia de celebrar una fecha en la que se conmemora el amor y la unidad.
Y una viva imagen de aquello era sin duda, esa cabellera rubia que recorría cual fugaz centella la pista de patinaje natural que se había formado en el parque donde en otra época del año siempre hay un lago.
Yugi: JOEEEEEY ¿¡estás seguro de que eso no es peligroso!
El muchacho más pequeño exclamó con cierto nerviosismo, la verdad es que aquel verano Joel le había prometido a Yugi que le enseñaría a patinar, cosa que el rubio estaría encantado de cumplir, después de todo las tres cosas que más disfrutaba de la navidad eran sin duda, tomar chocolate caliente y dulces ¡Muchísimos de éstos, patinar durante largo rato y por supuesto, expresar su cariño a cada uno de sus seres queridos.
Ahhhh la verdad era que la navidad era un reflejo de si mismo, rodeado de un ambiente frío y triste, pero llena de una cálida magia que nadie podría superar de algún modo. Así era él, y por eso, aquella época era tan especial.
Joey: Por favor Yugi…¡Es muy sencillo!
El rubio se movía con agilidad sobre la helada superficie, trazando con el filo de sus patines mil y un figuras que eran símbolo de su felicidad. Parecía uno con aquella pista, y en efecto, casi lo era, si bien era un pésimo nadador, el hielo se le daba con muchísima soltura, ya que su cuerpo delgado y ágil tenía la tendencia de mantener movimientos rápidos y un excelente equilibrio.
Por otro lado, Yugi y Ryou, mostraban entorpecidos movimientos, mientras que Yami tan solo lidiaba en un alejado rincón con el mecanismo de funcionamiento de aquellos extraños artilugios que usaba el rubio en los pies.
A diferencia del grupo, abrigado y cubierto en bufandas y guantes, Joey emitía fuertes temblores de frío y soltaba un fuerte vapor a través de sus entumecidos labios dada la delgadez de sus ropa a pesar del clima, pero aquello no desalentaba al rubio, cuya felicidad imposible de opacar se manifestaba en sus bruscos movimientos que opacaban la sensación de frío entre las arterias de su cuerpo.
Un quejido fuerte por parte de yugi y su rostro de medio entre la nieve indicaban que aquel no era su deporte, y una carcajada general por parte del grupo ante el rostro lleno de escarcha del exótico niño mostraban un ángulo de la navidad como ningún otro.
Sin embargo, de cara al parque, el edificio más alto e imponente de la ciudad dominó se hallaba en casi absoluto silencio por parte de sus eficaces y serios empleados, especialmente, por supuesto por parte de su presidente, un hombre al que la navidad, a pesar de su corta edad, parecía jamás haberle llegado…parecía.
Seto Kaiba se dejó caer pesadamente sobre su silla de trabajo, o más valdría llamarlo sillón plegable de múltiples funciones, se retiró sus pequeñas gafas de lectura y llevó una de sus sutiles manos la frente, enredándola entre sus propios mechones castaños que ya a aquellas horas de la tarde perdían prologidad y se dejaban caer molestos sobre sus ojos.
Estaba claro pues que Seto Kaiba no era el mejor ejemplo de un ánimo navideño, y que su imagen no era precisamente tan publicitaria como la de santa claus para darle alegría a aquella época, y es que, a pesar del regocijo y la viveza de la ciudad, la navidad solo significaba una bonificación para sus trabajadores en el calendario de Seto Kaiba, y posiblemente uno o dos días libres.
Movió su rostro hacia el paisaje que reflejaban los cristales espejo que conformaban las paredes de su empresa, y le dedicó una mirada perdida a los miembros del parque, donde por la lejanía solo se podían distinguir algunas figuras borrosas, riéndose y divirtiéndose con algo tan mundano como hielo en pequeñas porciones como lo era la nieve…Absurdo, sin embargo, a pesar de la falta de nitidez que originaba la lejanía, una cabellera rubia y un grupo más animoso que el resto se hacían sumamente notorios, aun a aquella distancia…
"Tirin, Tirin"
Un sonido de un nuevo correo proveniente de su laptop, clikeó fastidiado esperándose alguna basura de proyecto o balance económico para ver con cierto aire de diversión un e-mail de mokuba.
"Usted a recibido una postal de "Mokuba" por favor haga clic en el siguiente link para ver su postal"
De provenir de cualquier otra persona sobre el planeta tierra aquello hubiese originado un deje de fastidio inmenso en el CEO y posiblemente un plan para deshacerse de aquella persona posiblemente de por vida, o crearle suficientes problemas como APRA que el ya nombrado tuviese tiempo de seguir mandándole cadenas o parecidos. Pero, viniendo de su querido Hermano…
"La navidad es un época para confesar tu cariño a tus seres queridos" ¡Te quiero!"
Decía como encabezado una tarjeta animada que mostraba a un par de muñecos abrazándose hasta asfixiarse…
Lindo humor en el de los niños de hoy en día, pensó para si el CEO.
Permaneció un rato contemplando la imagen de la tarjeta postal y nuevamente desvió su atención del monitor de su computador hacia los ventanales de su oficina y más propiamente hacia el conjunto de manchones juguetones…un manchón rubio que se movía con agilidad a través de la pista de patinaje…
Seto: ¿Confesar mi cariño?