Imagina que la jugada maestra de tu plan se ha llevado a cabo.
Que has engañado a tu padre. Que te has librado de todo.
Que, maldita sea, eres libre por fin.
Imagina que solo tienes que seguir fingiendo durante un par de días.
Llegarás a ella. La volverás a ver. Ardes en deseos de que todo acabe.
Pero debes tener paciencia.
Todo llega a su fin.
El sol siempre vuelve a salir. Y la primavera siempre acaba llegando.
Imagina que tu padre cumple su promesa y te vuelve a dejar solo para enviar la carta.
Imagina que cuando vuelve, le sonríes.
Solo a un paso de mi nueva vida.
Mi padre vuelve. Tiene el rostro serio, ensombrecido. Pero rezuma orgullo.
Ya se le pasará en cuanto vea lo que tengo preparado.
Sé de qué va este ritual. O al menos, tengo una idea de cuál es el objeto esencial.
-Hoy dejarás de ser solo mi hijo. Hoy te convertirás en descendiente de los grandes hombres que vivieron en esta familia.
Me pregunto que pasaría si en una generación solo hubiera mujeres… ¿obligarían a tener hijos hasta que naciera un varón¿y dónde están las otras ramas de la familia? Porque solo estamos yo, mi padre, mi abuelo… ¿no hubo más hijos? Tuvo que haberlos, si Jun está… ¿qué fue de ellos?
Bueno, dentro de poco, los problemas de esta maldita familia dejarán de preocuparme. Pero de momento, procuro parecer sumiso.
Aunque por dentro bulla de emoción.
-Hoy llevarás un pedacito del espíritu de la familia en la sangre.
Y… adivina donde yace ese pedacito de espíritu familiar. Y dónde está ahora.
-Será algo fácil. Pero algo que te encadenará por siempre. Una prisión perpetua. Y sin embargo, puedo jurarte que será una dulce condena.
Si le escribí aquella carta a Anna fue para que mi padre, al leerla, de verdad creyera que me había entregado a él.
-Bajo el gran sol que ha iluminado esta torre generación tras generación, sentirás el dolor por última vez. Sangrarás por última vez. Te convertirás en un Dios que camina entre mortales, y serás grande, y fuerte. Y nadie jamás podrá replicarte, porque tú eres el pilar más robusto de los Tao. Tantos siglos solo mejorando, llevando a cabo la limpieza de sangre más exhaustiva que se ha visto jamás… tú has sido ese fruto. Nunca jamás te lo he dicho. Y nunca jamás te lo repetiré. Eres nuestra salvación, porque eres el más fuerte. Más fuerte de lo que soy yo, de lo que ha sido cualquier miembro antes.
Eso ya lo sabía. Pero continúa.
-Bien, ahora saca la espada. Ella sellará tus venas, cauterizará tus dudas. Te volverá invencible.
Como que no lo soy ya… pero… volviendo al tema de la espada…
-Necesitamos esa espada porque en ese filo duermen todos tus antepasados.
Es gracioso¿verdad? Se la dejé a Anna.
Juro que nunca había visto a mi padre tan enfadado. Grita, golpea todo el mobiliario. Pero por el estado de las paredes, deduzco que no he sido el primero que se ha olvidado la espada abajo. U "olvidado", da igual.
Pero el gran y furioso gigante no se acerca a mí. Y yo lo desafío con la mirada.
No, no me pega, no me castiga.
Arroja cosas de un lado a otro. Está realmente enfadado. Le he fallado… qué lástima.
Lo cierto es que lo estoy disfrutando.
Puedo ser diminuto junto a mi padre, junto a tantos años de odio y entrenamiento, tanto músculo y tanta soledad que le da el brillo perdido y hastiado de la mirada, pero le he vencido.
Y lo mejor de todo, es que él aún no lo sabe.
Me arrastra bruscamente escaleras abajo. Parece que en vez de ciento cuarenta y siete escalones, haya solo una docena, tal es la velocidad a la que corre.
Antes de darme cuenta, estoy metido en un avión rumbo a Japón.
La última vez. Porque no pienso volver.
Cuando no vuelva él lo comprenderá todo.
Y si es necesario, Jun se lo explicará. Pero yo ya estaré lejos.
No puedo, no soy capaz de describir la euforia que me embarga. El tiempo no pasa. El avión no se mueve.
Pero debo tener paciencia.
Nada puede ir mal ya. Volveré con Anna. Y todo estará bien.
Funbari. Ese barrio de casitas cuidadas e idénticas.
Esos muros repetidos hasta la saciedad.
La casa de Anna.
Pero…
No…
Algo no anda bien.
La llamo. Llamo a Yoh. Entro, y la puerta está abierta, pero no hay nadie en la casa.
Y aún noto su presencia caliente. El vapor de su respiración.
Y huele a muerte.
Mis pasos me llevan hacia ella. Camino sin pensar. Estoy demasiado ocupado temiéndome lo peor.
¿Cómo se pueden torcer las cosas tan de golpe?
No lo entiendo.
¿Porqué lo hizo?
Ver su cuerpo en el suelo, su pecho que no se mueve… una puñalada en lo más hondo de mi corazón.
Poner mi oído junto a sus labios, y no notar nada… nada…
Muero.
Anna… ¿porqué me has hecho esto?
Mierda. Lo entendió todo al revés. Lo di todo por ella y ahora no está.
No está.
No está.
No volverá, haga lo que haga.
Quizá fue culpa mía.
Miro la espada que ella estrecha contra sí, como si fuera lo más preciado que su vida, y se me hace un nudo en la garganta.
Veo sus labios cortados, la sangre sobre su palidísima piel. Azulada, casi transparente.
Pero no… aún está caliente.
Debió llegar hace poco. La carta, me refiero. Minutos, una hora, como mucho.
Lo justo para leerla y llegar hasta aquí.
Y huir de mí.
Fue culpa mía.
Todos estos años… en fin… quiero decir… ha sido todo el vano. El dolor, el sufrimiento. Todo había merecido la pena, pero ahora se descubre el sutil velo que nublaba mi vista, y la veo muerta… ya nada tiene sentido. Nada mereció realmente la pena.
No puedes luchar contra la sangre. Al final, todo se revela.
Tu padre siempre ganará. Juegues a lo que juegues. Aunque no sea un juego.
No importa. Quedará por encima de ti.
Debería haberlo sabido.
Joder, en mi puta familia eso debería ser la jodida regla de oro. El nº 1. Lo que nunca, bajo ningún concepto debes olvidar.
Porque ahora ella está muerta y yo solo soy un despojo.
Me miro las manos esperando encontrar los hilos que me mueven, guiados por mi padre. Pero… joder, no los necesita.
Siempre he hecho lo que han querido.
Lo sabían todo.
He perdido. No soy nada. Un rastrero gusano que no tiene otra jodida opción más que volver reptando a ellos.
Ni el maldito suicidio solucionaría algo.
Bien padre, aquí me tienes.
Solamente déjame llorarla un poco.
Déjame acariciar sus cabellos por última vez. Y rozar su mejilla. Y probar sus labios.
Abrazarla.
Fría como siempre. Pero ahora… ahora no durará. Es solo un resto efímero y temporal de lo que fue la mujer de mi vida.
El rostro de mi perdición. Lo que podría haberme salvado.
Murió por mí, y ahora me ha dejado en nada.
No le quedaba nada por hacer.
Había redimido todos sus pecados. Se hundió en el momento en el que yo lo hice.
Estábamos mucho más unidos de lo que creía. Fue culpa mía. En medio de todas esas palabras, las acusaciones, los reproches. Esos besos eran sinceros. Me los regaló teniendo la esperanza de que la salvara. De que la sacará de allí. Pero no solo por interés, sino para poder estar conmigo.
Le he fallado.
JODER. Le he fallado. Anna. La amaba más que a nada. A nada. Sigo amando a esa Anna que me hizo darlo todo. Todo. Que me cambió.
Junto a ella no era ese demonio dorado fuera de control. Junto a ella lloré. Me hizo llorar como nunca había llorado.
Alguien que me quería y no tenía miedo de lo que pudiera pasarle. No le importó lo que era o lo que fuera, o en lo que me iba a convertir o lo que podía ser, o nada… nada. Me abrazó, me amó. Y no me pidió nada más. Solo que regresara.
Eso es el amor. No importarte lo que vaya a hacer tu ser amado. Solo confiar en que volverá contigo.
De mi pasado ya no queda nada. Tras el bautismo, tampoco tendré futuro. Solo este agobiante presente en el que el nombre de Anna pesará como una cadena alrededor de mi corazón.
Solo que ya no tendré corazón.
Una sombra. La misma sombra que creía ser antes.
Solo que ahora lo seré de verdad… y eternamente.
Annita Kyo. Diciembre 05
Ya está. Acabado. Antes de nada, muchas gracias a todos los que han llegado hasta aquí, espero que os haya gustado el primer fic que acabo. Estaría bien una review analizando el conjunto, comentándome vuestro capítulo favorito, o un trozo que os haya gustado, o, simplemente, diciéndome si os gustó o no. Cualquier cosa, simplemente dejad constancia de vuestro paso
Espero que haya cumplido vuestras expectativas, pues ha habido momentos en los que he temido que no fuera así.
Gracias en especial a caprice, krmn sk, lovehao, Shapire Neyraud, loconexion, lintuasakura, vale-chann14, Minamo, Meoiswa, sofia, yoru, dollisapi, pipochi, janet y hermy-sant, que en algún momento de la historia han dejado plasmada su opinión, animándome a continuar. Me daría por contenta con que aunque sea solo ellos hayan leído el fic completo.
Hasta el siguiente, me despido.
-Besos-