Bienvenidos a mi sencillo fic, que es el segundo de la saga "Cada Oveja con su Pareja" , ojala que les guste este relato les guste, si desean saber mas sobre esta saga, vean mi prolife para revisarlo.
Flecha de Amor
La luna se elevaba sobre el cielo de manera majestuosa. El bosque se mantenía apacible mientras los grillos tocaban su sutil melodía, hasta que un viento proveniente de las montañas soplo sobre el bosque provocando que las ramas de los árboles se mecieran de manera graciosa. La oscuridad envolvía el lugar a pesar que la luna alumbraba brillantemente el cielo. De pronto la oscuridad del lugar fue rasgada por varias luces que avanzaban rápidamente entre los árboles hasta llegar a un claro frente a un pequeño manantial. Una mujer se encontraba sentada sobre un enorme árbol mientras varias serpientes cazadoras volaban alrededor de ella, proporcionándole las almas necesarias para sobrevivir. Una gran tristeza se reflejaba en su rostro puesto una pena de amor torturaba su corazón. Cuando se sintió lo suficientemente fuerte se bajó del árbol y comenzó a caminar en dirección al pequeño estanque que se encontraba enfrente. Alzo la vista y pudo apreciar que la luna la iluminaba con su luz.
-Inuyasha- murmuro la sacerdotisa tras recordar su ultimo encuentro con el hibrido hace un año. Aun lo recordaba como si fuera ayer, era una tarde, en el pueblo de la anciana Kaede, en el árbol que una vez Kikio encerró a Inuyasha en un sueño de 50 años, se realizaba una triste despedida.
Flash Back.
-Lo siento Kikio – susurro Inuyasha mientras bajaba la cabeza para no ver a los ojos a la sacerdotisa.
-Entonces ya has tomado una decisión, te quedaras con ella – contesto fríamente Kikio mientras sentía como su corazón se partía en dos.
-Me quedare con Kagome; lo siento mucho Kikio pero nuestro amor murió hace mucho tiempo, me negaba a aceptarlo pero la verdad es que ya no te amo, ya lo único siento por ti es solo un gran cariño, ya que la mujer que amo es Kagome quien ha estado conmigo en todo, en las buenas y en las malas, desde que desperté de mi largo letargo en este árbol pues fue ella quien me libero, así que he decidido pasar el resto de mis días junto a su lado pues he jurado protegerla.
-Siendo así, creo que es tiempo que nuestros caminos se aparten y no se vuelvan a encontrar. Adiós Inuyasha y suerte.
-¿A dónde iras? – exclamo este al mismo tiempo que lazaba el rostro y la miraba a los ojos.
-A donde me lleve el viento, a donde mi pobre alma condenada por todo mi odio y rencor tenga la paz que busca. Adiós y cuídate mucho Inuyasha – murmuro Kikio al mismo tiempo que lo abrazaba y le daba un beso. Después de unos momentos juntos, lo soltó y lo vio como se alejaba en dirección al pueblo donde lo esperaba aquella mujer quien le había ganado la partida.
Fin del Flash Back
-Desde ese día, ando en busca de la paz de mi alma pero aun el amor que aun siento por ti, Inuyasha, me tortura.
De pronto la luz de la luna se opaco pues un enorme nubarrón negro que anunciaba la pronta llegada de una tormenta, tapo al astro. Kikio miro por unos instantes mientras en su cabeza aparecía el nombre del ser que más odiaba en el mundo – "Naraku". Apretando los puños con rabia, recordaba al ser que había provocado un sin de tragedias en su vida y que había sido la causa principal que su amor con Inuyasha fuera truncado hace medio siglo. – Solo exterminadote, mi alma podrá tener paz. – exclamo Kikio al mismo tiempo que se daba la vuelta y regresaba al árbol para seguir descansando.
No muy lejos de ahí…
Una sombra se movía velozmente entre los árboles, exhausta. Se detuvo al mismo tiempo que lentamente se bajaba la capucha de su abrigo para respirar un poco de aire pues había tenido una gran batalla. – Demonios, jamás creí que Inuyasha se volviera más fuerte – se dijo a si mismo Naraku quien huía de una terrible batalla con el aquel hibrido. Se recostó bajo un árbol, esperando que sus heridas se regeneraran y al mismo tiempo que recordaba la batalla.
Flash Back
El sonido del Hiraikoutzo de Sango rasgo el viento a gran velocidad mientras atravesaba todo lo que colocaba a su paso dentro del bosque. Naraku rápidamente saltaba de un lado a otro para evitar los incesantes ataques de la exterminadora. De pronto Kirara apareció frente a el, al mismo tiempo que Sango atrapaba el bumerang y atacaba furiosamente a Naraku. Este esquivo el ataque del Hiraikoutzo saltando sobre el y cayendo frente a frente a Sango al mismo tiempo que sacaba su mano del abrigo y la convertía en una gigantesca garra atacándola. Un gemido apagado se escucho y unas gotas de sangre cayeron al suelo. Kirara había detenido con su cuerpo, el fatal golpe de Naraku, este al ver esto, salto otra vez y empezó a correr otra vez.
-¿Estas bien Kirara? – exclamo Sango mientras revisaba la herida de la gata, este asintió la cabeza. Al ver esto, Sango sonrió mientras se montaba en Kirara y proseguían su persecución contra Naraku. Este velozmente seguía su camino tratando de despistar a la exterminadora pero el surgimiento de una flecha salida de entre los arbustos hizo que retrocediera.
-Naraku hasta aquí has llegado – exclamo Kagome al mismo tiempo que se paraba frente a este, apuntándolo firmemente con su arco.
-Niña hazte a un lado, si no quieres salir lastimada – respondió con burla Naraku mientras dejaba al descubierto aquella garra con la que hirió de gravedad a Kikio en el Monte de las Animas.
-No lo haré – respondió seriamente Kagome mientras tensaba con más fuerza la flecha.
-Entonces ¡Muere! – exclamo Naraku al mismo tiempo que atacaba a la joven pero ella al ver esta acción grito con fuerza: - ¡Ahora Miroku!
-¿Qué! – dijo el hibrido al mismo tiempo que el monje Miroku salía también de los arbustos con la mano descubierta y gritaba con fuerza - ¡Agujero Negro!
El poderoso vortice empezó absorber todo a su paso. Kagome aprovechándola situación se aleja corriendo mientras espera la llegada de Sango y Kirara.
Naraku al verse ante tal peligro, hizo que su campo de energía surgiera para evitar ser succionado al vació pero el Kazzana del monje era muy poderoso. Parecía que había llegado el fin de tal temido demonio pero no era así. Rápidamente saco de entre su ropa, una colmena y sonriendo hizo que varios insectos salieran del nido. Miroku al ver esto, cerró rápidamente su mano pero no pudo evitar absorber algunos insectos. Esto provoco que cayera al suelo, casi inconciente al mismo tiempo que Naraku se acercaba y transformando uno de sus brazos en una enorme hacha, apunto al cuerpo del monje. Iba asestar el fatal golpe cuando el Hiraikoutzo cayó del cielo, cortándole el brazo a Naraku.
-¡No se te ocurra hacerle algún daño, maldito bastardo! – grito Sango montada sobre Kirara al mismo tiempo que recogía el cuerpo del monje.
Naraku al ver tal ataque, enfureció y bramando de furia, hizo que de su espalda salieran cientos de tentáculos que comenzaron a perseguir a la pareja. Kagome al ver esto, lanzo una de sus flechas que golpeo en la espalda de Naraku provocándole un terrible dolor. Este dándose la vuelta, extendió sus brazos hacia Kagome al mismo tiempo que se convertían en filosas cuchillas que se extendieron hacia ella. Un grito de guerra resonó al mismo tiempo que el Viento Cortante hacia su aparición.
-¡Es tu fin Naraku! – grito Inuyasha al mismo tiempo que agitaba a Colmillo de Acero y destruía los tentáculos de su enemigo.
-¿Kagome estas bien! – exclamo Shippo quien había ido en busca de Inuyasha para avisarle sobre la batalla.
-Si lo estoy, ahora ayudemos a Inuyasha- respondió Kagome mientras tomaba su arco y apuntaba otra flecha hacia Naraku. Sango llego a su lado al mismo tiempo que recostaba sobre un árbol a Miroku mientras Shippo le administraba el antídoto que Kagome había hecho para curar el envenenamiento.
-¡Viento Cortante! – grito Inuyasha al mismo tiempo que la salvaje técnica chocaba con el campo de fuerza de Naraku. -¡No creas que con esa estupida técnica me va derrotar! – grito este al mismo tiempo que atacaba a Inuyasha con sus enormes garras.
-¡Inuyasha, la perla esta en su pecho! – grito Kagome al mismo tiempo que apuntaba su arco y disparaba con fuerza una flecha. La flecha choco cruzo velozmente el viento al mismo tiempo que chocaba contra el escudo de energía de Naraku. El choque produjo que un pequeño agujero se abriese en el campo de energía ante la expectación de Naraku. Este se quedo petrificado al ver que la fisura de su campo al mismo tiempo que veía que Inuyasha ondeaba su espada con fuerza.
-¡Adiós Naraku y que ojala que te pudras en el infierno¡Lanzas de Diamante! – grito finalmente Inuyasha al mismo tiempo que "Colmillo de Acero" liberaba miles de lanzas de aquella piedra preciosa y que salvajemente choca contra el campo de energía, despedazándolo junto con su dueño.
-¡No! – exclamo Naraku mientras caía al suelo con medio cuerpo despedazado por aquel poderoso ataque.
-¡Inuyasha logro derrotarlo! – grito Shippo mientras Sango, Miroku y Kagome veían atónitos el cuerpo mutilado de Naraku en el suelo.
-¡Solo falta el golpe de gracia y acabo con el de una buena vez! – gruño Inuyasha al mismo tiempo que ondeaba su espada.
-¡Maldición! – pensaba Naraku al mismo tiempo que se levantaba dificultosamente del suelo al mismo tiempo que un campo de energía surgía otra vez protegiendo lo que quedaba de el.
-¡Demonios! – dijo entre dientes Inuyasha mientras Naraku comenzaba a regenerarse mientras lo veía con una mirada de odio.
-¡Maldito seas Inuyasha¡Me gustaría seguir esta batalla pero tengo otras cosas que hacer! – y diciendo esto, una nube de gas venenoso surgió cubriendo el campo de batalla dándole la oportunidad para huir. Pero Inuyasha, decidido en acabar con el de una vez pero 3 figuras que salieron de la tierra se lo impidieron.
-Tu pelearas con nosotros – exclamaron en coro las marionetas de Naraku que había aparecido para proteger a su creador. Inuyasha apretó los dientes con furia al mismo tiempo que Kagome y Sango se colocaban a su lado para luchar contra aquellos seres ante las miradas de Shippo y Kirara que cuidaban del debilitado Miroku. A lo lejos Naraku observo como iniciaba la batalla y cubriéndose otra vez con su abrigo de mandril se interno al bosque.
Fin del Flash Back
-Jamás creí que obtener ese fragmento que posee esa mujer seria tan difícil. – murmuro Naraku al mismo tiempo que se levantaba y sentía como gran parte de su cuerpo se había regenerado. Un rayo de luz lo alumbro al mismo tiempo que miraba al cielo. Apretó los puños mientras recordaba los días que no se hubiese ensuciado las manos para obtener las cosas sino utilizar a otros para hacerlo, como Kagura pero desde ella había logrado obtener su corazón y había huido al lado de Sesshomaru ya las cosas ya no eran iguales.
De pronto un leve ruido lo alerto. Miro a su alrededor en busca de algún enemigo cuando vio algo que lo dejo frió. Varias serpientes cazadoras pasaban frente a él, este se dio cuenta que si esos seres estaban ahí era por una razón: Kikio estaba cerca. Viendo la oportunidad de asesinar a la mujer que una vez su corazón humano (Onigumo) amo, decidió seguir a las serpientes mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
Kikio seguía sentada sobre el viejo árbol, ya su fuerza había regresado gracias a la gran cantidad de almas recolectadas. De pronto sintió un raro presentimiento y como si hubiera percibido el peligro, bajó del árbol y tomando su arco y flechas se preparo. Una mirada de odio surgió al sentir como una gran presencia maligna se acercaba al mismo tiempo que sentía la perla de Shikon. Sabia que aquel demonio que tanto buscaba para exterminarlo se dirigía a ella, sabia que había llegado su batalla final contra Naraku...
Continuara...
Ojala que les haya gustado y nos vemos en el proximo capitulo...