Warnings: este fic contiene referencias a yaoi más bien shonen-ai, no hay nada gráfico… lo siento, chicos. Montones de angustia. Escenas de violencia indirecta.

Warnings: escribí esto como terapia anti-bloqueo de escritor. Una amiga me puso la canción "Rest in peace", que me han comentado que es deJames Masters,aparece en Buffy Cazavampiros (yo no lo sé, personalmente, pero desde que varias personas, tanto en inglés como en español, han coincidido, estoy prácticamente segura) y comentó que era ideal para hablar de Kohaku.

Disclaimer: Inuyasha no me pertenece, pero sí lo hacen Miroku, Kouga, Sesshomaru… (una puede soñar¿no?). Tampoco es mía la canción "Rest in peace" pero sí es mía la cutre-traducción.

"bla bla" canción

(bla bla) traducción de la canción

Bla bla pensamientos de Kohaku.


KOHAKU


Cuando me desperté, me acariciabas el pelo, todavía sangrabas, pero eres más fuerte de lo que suponía.

–Buenos días, Kohaku – Me llamaste por mi nombre. No "humano", "tú", "exterminador", "esclavo", "sirviente". No, simplemente mi nombre deslizándose por tus labios, reteniéndose en ellos suavemente, escapándose en un suspiro de la piel que los tapiza suavemente.

Cerré los ojos. Nunca podría escapar de ti. Nunca me permitirías descansar en paz.

Let me rest in peace

(Permíteme descansar en paz)

No dijiste nada. Días después, Kanna me enseñó mi propio funeral. Fue sencillo, tranquilo, silencioso. Sango, Miroku, Inuyasha, Kagome, Shippo, Kirara, Sesshomaru, Rin, Kouga. Ginta, Hakkaku, y Jaken en la lejanía.

Me pregunto por qué fueron los demás. Sólo mi hermana me cocía. Ninguno me conoció, sólo vieron un cuerpo moverse impulsado por las órdenes de Naraku, un gólem que no se convertía en un trozo de madera al matarle, pero nada más. Seguramente, por respeto a mi hermana. Mi hermana parecía feliz de ver que descansaba al fin. Sólo enterraron mi arma de exterminador, puesto que supusieron mi cuerpo destruido.

Supe que nunca podría volver con ellos. Hoy no puedo volver. No quiero empañar su felicidad. No quiero que me miren con desdén y me rechacen. Puedo soportar que tú me tengas asco, pero no que mi hermana lo sienta por mí. Me pone frenético el pensamiento.

Ella es la única familia que tenía. La misma familia que fue exterminada, y la misma familia que hoy en día cuente a su hijo recién nacido historias sobre su hermano muerto y su larga lucha interna contra ti.

Si ella supiera que me he sometido a ti sin lucha alguna me repudiaría. Y yo no podría culparla, porque ya me repudio tal y como soy.

Debería de haber huido cuando sobreviviste. Haber vuelto, haberte intentado matar de nuevo, conseguirlo. Y después haber cometido seppuku (1), haciendo honorable, si no mi vida, al menos mi muerte. Pero no.

I know I should go

But I follow you like a man possessed

(Sé que debería irme

Pero te sigo como un hombre poseído)

Debería haberme ido, pero supe que tenía que quedarme a tu lado. Mi hermana era feliz sin mí, yo sólo le traería problemas. Y deseo su felicidad. Pero no fue la única razón. Una parte de mí, me avergüenza y acongoja asimilarlo, deseaba quedarse contigo, con tu voz, tus maneras suaves, tu sonrisa maliciosa, tus fantásticos e increíbles ojos rojos sangre, tu protección. Tu compañía. Tú.

Y eso me hace odiarme y despreciarle a mí mismo. He decepcionado a todos. Soy una patética excusa de exterminador, una pobre excusa de hombre.

Pero no puedo evitarlo. Te miro y estás allí. Distante y cercano, imposible de tocar pero imposible no desear hacerlo.

Te odio, bastardo, asesino, demonio.

Te odio. Te odio, te odio, te odio, te odio.

Pero no puedo odiarte.

There's a traitor here beneath my breast

And it hurts me more than you've ever guessed

(Hay un traidor debajo de mi pecho

Y me duele más de lo que puedas imaginar)

El traidor en mí desea estar contigo, sentir tu roce, esas caricias fantasmales con la yema de los dedos, provocando ligeras cosquillas allí por donde pasan. Caricias con esas delicadas manos, blancas, perfectas, puras. Manos que se convierten en garras, instrumentos perfectos de tortura y asesinato. Manos fuertes y gentiles. Tus manos.

Me doy asco cuando detecto ese deseo en mí.

El traidor en mí desea oír tu voz preguntándome qué tal mis misiones, si me encuentro bien, qué leo. A veces me pides mi opinión sobre estrategias de ataque.

No sé si alguna vez sigues mis consejos. No sé si alguna vez notas el desprecio evidente que dejo escapar en mi voz cada vez que me dirijo a ti. Me comporto como el youkai que tú eres, frío y distante y despiadado.

No me importa lo que pienses de mí. Pero sí lo hace, y me duele el desprecio con el que correspondes a mi desprecio.

Duele, duele, duele, duele, duele.

A veces observo tu rostro. Ahora aparentas poco más que yo. Tienes un ligero toque exótico¿lo sabías? Tu pelo negro, tus ojos rojos y de formas redondeadas (occidentales). Cuerpo perfecto. A veces te he curado yo mismo. Al parecer, soy el único en el que confías para hacerlo.

Paradójico¿no? Soy un exterminador, intenté asesinarte, te odio, y tú confías en mí, sabiendo que soy libre en mis actos. Que podría matarte. Tengo los conocimientos, las habilidades, la fuerza y los materiales necesarios.

Pero no soy capaz de hacerlo.

Porque mi vida, sin ti, no tendría sentido.

Ahora me río. Debo de parecer paranoico, sicótico, por un momento llegué a pensar que tú habías sido creado para darle a mi vida sentido, sacarla de lo común, hacerla especial, duradera, merecedora de algo más que la mortalidad a la que me resisto a rendirme. Sacarla del anonimato. Hacerla diferente, especial. Porque tú eres mi razón.

La razón por la que estoy alterado.

La razón por la que te odio y te deseo.

La razón por la que estoy aquí.

Sabes que desde aquél día en que resucitaste todo entre nosotros cambió. Tú ya no podías fingir ser mi protector y mi salvador, y yo no podía fingir nunca más respeto hacia ti. Me cambiaste de habitación, a una zona sin miasma, donde mis sentidos no se vieran alterados. Me entregaste un armamento potente, venenos, dagas, puñales, cuchillos, katanas de filos afilados, agujas envenenadas, capaces de matar a un youkai dragón, me diste una armadura youkai que no uso. Me diste un arco y flechas.

A veces uso el arco. Nunca para matar, sino para relajarme. Es tranquilizador, da estabilidad. Tensas el arco, sintiendo tus músculos la fuerza que éste tiene. Centras tu visión, mi mirada ahora de color malva con irisaciones perladas, se centra el objetivo, se dispara. La flecha se clava en la diana, emitiendo un zumbido característico y suave, una especie de siseo, muy parecido al que tú emites cuando estás herido y te curo.

Me diste libros, para que me distrajera. Libros de tácticas de guerra, libros de técnicas de lucha, libros de venenos y pociones, libros de maldiciones y encantamientos youkais. Pero empezaste a pasarme libros de matemáticas, historia, literatura, poesía. Libros que seleccionabas en las zonas a dónde ibas a matar.

Libros sobre filosofía. Sólo para poder conversar conmigo con algo más que monosílabos, dijiste, pero creo que nunca te he permitido entrar en una conversación sobre Chimo no Chomei conmigo.

No me interesa conocer tu opinión sobre la vida.

Temo tu opinión sobre la vida y la felicidad. Temo que si la oigo, la entienda, y comprenda algo de los que pasa por tu retorcida mente sanguinolenta. Y prefiero no tentar a la suerte.

Me regalas sedas, tengo trajes de todo tipo, lujos que pocos príncipes pueden permitirse, todo para demostrar tu poder.

O eso, o te gusta verme en seda negra. Sonrío con una sonrisa torcida y enfermiza ante el pensamiento.

Y me mantienes sin marcas en el cuerpo. Excepto por la del visible cambio de color de mis ojos. Todavía no me reconozco. No lo haré nunca.

Pero cuando algún youkai viene a tu palacio, me enseñas y paseas como un trofeo. Un exterminador, con sus pensamientos libres, tras todo lo que me has hecho, y sigo trabajando para ti. Y soy fuerte, y soy capaz de mantener conversaciones inteligentes. Creo que así demuestras al resto hasta dónde puede llegar tu poder de subyugación.

A veces creo que me cambiarás por alguna cosa que desees, o me regalarás a algún lord a cambio de cooperación, o cualquier cosa que entre en tus planes.

Una vez te oí conversar con otro demonio. Te preguntó que a quién tenía que matar para obtener como pago "ese pequeño exterminador". Todavía me pregunto por qué sigo aquí y la supuesta víctima sigue viva. Probablemente la víctima le pulverizara, imagino.

Me dolió escuchar la conversación. Me dolió. ¿Realmente soy un entretenimiento tan aburrido como para cambiarme por un asesinato de alguien que puedes exterminar tú mismo sin ayuda alguna¿Soy sólo mercancía¿Ni tan sólo una 'mascota'¿Sólo un objeto decorativo que puede ser manipulado, usado y arrojado?

Al día siguiente, empezaste a obligarme a sentarme contigo en la sala que da al jardín. Para mantenerme vigilado, supongo. Perder un "trofeo" como el último exterminador vivo y en activo, debe de ser humillante. A pesar de ser un objeto más.

Pervertido y desgraciado youkai.

A veces, los insultos hacia ti se deslizan, aparecen… salen sin darme cuenta… Al igual que ramalazos de lujuria descontrolada.

If my heart could beat, it would break my chest

but I can see you're unimpressed

(Si mi corazón pudiera latir, rompería mi pecho

Pero veo que no estás impresionado)

Supongo que ese es mi destino, sufrir por ti, sufrir porque me odias. Pero no puedo evitar. Quiero salir de aquí, pero me niego. Me niego. Siento que éste es el único sitio en el que seré aceptado plenamente.

Te miro y descubro cada día un gesto nuevo, una nueva sorpresa. Hoy estás mirando la lluvia caer en una espesa capa, impregnando el aire de ese aire a humedad y frescor, a tierra mojada y a hierba fresca. Está el ambiente gris, y tú miras el aguar caer, fluir. Me das la espalda, así que no sé en lo que piensas.

Probablemente, tu mente esté ocupada planeando otro de tus retorcidos planes de manipulación. Bastardo. Desearía arrancar de tu faz esa sonrisa maliciosa que seguramente debes ostentar. Pero no tengo la fuerza suficiente.

Me gustaría que supieras lo que piensa, lo que siento, lo que me tormenta, y lo que me aflige, lo que hace que mi alma esté tan destrozada que sea irreconocible.

Porque veo tu espalda, cubierta por una yukata de seda negra, que delinea tus perfectamente dibujadas curvas.

Supongo que lo sabes. Todos los demonios que vienen a visitar al poderoso hanyou Naraku te miran con deseo. No hace falta tener sentidos tan afinados y afilados como un youkai para percibirlo. Sus ojos están llenos de lujuria, y sus perversos ojos recorren tus ojos con ansia no disimulada, mientras tú pareces totalmente ignorante de sus avances y fútiles intentos de seducción. Hay youkais de belleza etérea, youkais de belleza terrenal, youkais deseables, youkais tan atractivos y hermosos que falta el aliento al contemplar su rostro. Son poderosos, y deseables, y te desean, pero no has correspondido a ningún avance. Probablemente pienses en aquella miko muerta que solía venir por aquí a torturar tu sueño y a desgarrar tu tranquilidad. Kikio. Ella fue la causante de que existieras, en primer lugar. Supongo que el pensamiento de un hombre en tu cama te dará asco, nadie puede llegar a la perfección que ella ostentará en tu mente: poderosa, bella, sabia, joven, y total y absolutamente inalcanzable.

Pero no puedo hacer nada. Los demonios seguirán viniendo, seguirán contemplándote como si fueras un objeto comestible (lo que para algunos de ellos no supondría problema alguno, dicho sea de paso) y yo sentiré la rabia ascender en espirales por mi espina dorsal, celos y odio creciendo exponencialmente hacia ellos por atreverse a mirarte así. Sólo yo puedo mirarte y odiarte con la vista por estar allí y no más cerca.

Me doy asco. Tener estos sentimientos sobre la persona que me ha destrozado la vida. Y no sólo la mía, sino tantas vidas. Estoy enfermo, si no físicamente (de eso ya te encargas tú), sí mentalmente. Atado a la locura, atado a ti.

A veces pienso que te deseo tanto porque no puedo tenerte, porque he pasado toda mi adolescencia sin ningún tipo de contacto físico más que para matar, excepcionalmente tus caricias mientras me tratas las heridas.

Pero sólo es una forma más de autoengaño.

Te deseo. Te odio. Y odio desearte. Pero no te odio, y no odio desearte.

Soy un pobre y confundido niño que ruega porque alguien le tome entre sus brazos y le acune hasta el sueño.

Y preferiblemente, tú.

Eres lo que me mantiene vivo, manipulador asqueroso.

So leave me be and

Let me rest in peace

Let me get some sleep

(Así que déjame estar y

Permíteme descansar en paz

Permíteme conseguir un poco de descanso)

Déjame, déjame, sal de mi mente, de mi corazón, de mi angustia, de mi dolor, sal de mi vida.

Pero no te vayas.

Sueno desesperado, confundido y absurdo, lo sé, pero estoy desesperado, y confundido, y mi vida es un gran montaje de teatro donde el protagonista ni siquiera soy yo. No. Eres tú. Por eso es absurdo. Déjame en paz, deja de plagar mi alma con tu presencia. Deja de extender las redes de tu poder y tu control sobre mí.

Déjame morir.

Déjame que las heridas dejen cicatriz. Déjame hundirme en mi miseria, ahogarme lentamente en el mar de horror que es mi vida. Déjame en paz.

Sólo quiero descansar en paz. Quiero descansar en paz.

Por favor.

Pero cada vez que cierro los ojos, eres lo único que veo. Cuando duermo, eres lo único con lo que sueño. Cuando mato, eres lo único en lo que centro mi balance y mi concentración.

Por favor, déjame descansar en paz. Déjame morir.

Let me take my love and bury it

In a hole 6-foot deep

(Déjame llevarme mi amor y enterrarlo

A dos metros bajo tierra).

Sé que cada vez es más difícil controlarme, por eso quiero alejarme de ti, pero no puedo. Desearía enterrar todo lo que siento, olvidarlo, matarte y empezar una nueva vida, la vida que un humano como yo debería vivir. Pero yo no merezco tal vida. He matado demasiado. He odiado demasiado. He sufrido demasiado. He padecido, he soportado más de lo que puedo llegar a recordar. Y soy muy joven como para sobreponerme a eso. Sólo quiero morir y dejar mi patética existencia.

Morir.

Pero quiero que tú mueras conmigo. Al fin y al cabo, eres la razón de mi existencia, la razón por la que estoy aquí. La razón por la que respira, y camino, y duermo, y sufro, y observo, y te observo, y te deseo, y te odio y no te odio y te amo y no te amo.

Eres tú.

I can lay my body down

But I can't find my sweet release

Let me rest in peace

(Puedo dejar mi cuerpo en reposo

Pero no puedo encontrar mi dulce alivio

Déjame descansar en paz)

Quiero olvidarme de ti, olvidarme de que existes, olvidarme de que estás ahí, pero no quiero hacerlo.

Lo que has hecho sobre mí es más poderoso que cualquier maldición.

Sigues mirando la lluvia, o eso creo, porque me das la espalda. Hace horas que olvidé el libro que leía. Nadie nos molesta en todo este rato, sólo tú y yo. Más bien, sólo yo, porque tú estás abstraído en tus reflexiones. De pronto, tu cuerpo se mueve, te deslizas y te acomodas mejor, permitiéndome observar tu rostro fugazmente. Tu cara, de rasgos elegantes y perfectos, está relajada, aparentemente, aunque eso no significa nada, especialmente, sobre todo en ti. Al contrario de mí, tú eres capaz de enterrar tus sentimientos, tras haberlos reducido a cenizas primero.

Tu piel resplandece, aún en la semi claridad que aporta la incesante lluvia. Tus labios están entreabiertos, seductoramente, y no te das cuenta, pero de pronto, los míos han temblado de deseo de tocarlos, de notarlos, de acariciarlos y sentirlos. De besarlos.

Tus ojos me miran brevemente. Tu mirada imposiblemente roja, aparece más brillante de lo normal. Y no puedo apartar mis ojos de tu rostro, de tus labios, de tus ojos. Creo que te has dado cuenta. Ahora sí que tendré que matarte, nadie debe saber de mi suprema humillación.

Tus labios se mueven, susurras algo, pero estoy tan perdido que no te oigo, me miras expectante, no te hago caso, ladeas levemente la cabeza, comprendiendo. Repites la frase.

–Estás temblando, Kohaku.

Asiento. Hace frío, mi cuerpo tiembla, tirita, pero no lo había notado. Supongo que estoy muy acostumbrado a ignorarme cuando tú estás cerca.

–Ven.

Eso no lo esperaba. No estoy herido, no tengo ninguna misión de momento, y puede explicármela desde donde estoy. Debes de ver la confusión en mis ojos, pero te sobrepones.

–Ven, acércate.

Me levanto, temeroso, tus ojos tienen una expresión opaca, y creo que vas a matarme al fin. Pero al menos moriré cerca de ti. Mi daga está empapada en veneno para ti. Si me matas, moriremos juntos.

Me acerco y me quedo a dos metros. Das un suspiro ahogado.

–Más cerca, por favor.

¿Has dicho por favor¿Por favor¿A mí? Ahora sé que me vas a matar, al menos querrás suavizar mi muerte por todos los servicios que he hecho por ti, todos estos años.

Me acerco, estoy de pie frente a tu forma sentada, extiendes una de tus poderosas y letales manos hacia la mía, más pequeña, más callosa, más humana, estirando con suavidad hacia abajo, indicando que me siente a tu lado, a lo que obedezco, sin pensarlo, pero tímidamente. Nunca creí que quisieras manchar tu propia piel con un tacto tan impuro como el mío.

Why won't you

Let me rest in peace?

(¿Por qué no me

Dejas descansar en paz?)

Tratando de calmar mi corazón, me siento a tu lado. Noto, de pronto, tus brazos rodearme, tus piernas alrededor de las mías, mi espalda apoyada en tu pecho.

¿Me… me abrazas?

¿Me estás abrazando?

Noto tu corazón latiendo a ese ritmo tan peculiar, distinto al de cualquier otro. Calmante, relajante, suavizando mis nervios. Mi cuerpo se deja relajar en tu abrazo, confiadamente, a pesar de que sé que debería mantenerme alerta, pero me estás abrazando, y es una sensación cálida y agradable. Me abrazas, y miro la lluvia caer. El jardín resplandece. Gotas rebotan sobre las hojas de los arbustos y árboles, agua moja las flores, proporcionándoles un brillo irreal.

Es hermoso. Muy hermoso.

Noto el fantasma de tu aliento en mi nuca, lo que provoca un escalofrío recorrer mi espalda, una sensación punzante y agradable, placentera, cierro mis ojos opacados por el deseo para que no lo veas.

Noto tu respiración agitarse, tu corazón latir un poco más rápido. Pero estoy cálido, y cómodo, y no me pienso mover. Porque me encuentro bien aquí, y el resto de cosas parecen disiparse con la lluvia.

–No te vayas, Kohaku…

Dices, y tu voz es poco más que un susurro. Y me siento en paz, siento la serenidad llenar mi alma, lavar mi dolor, momentáneamente, sé que volverán, pero ahora estoy calmado, en paz, tranquilo, seguro, protegido, no hay confusión, no hay dolor y no hay angustia. Estoy bien. Estoy a salvo. Estoy contigo, el demonio que más odio. Y el ser al que amo. Y él no quiere que me vaya. Siento una oleada de felicidad impactarme en ese momento, dejándome laxo en tu abrazo protector.

–No lo haré, Naraku.

Y giró mi rostro para enfrentar al tuyo. En tus labios, una sonrisa empieza a formarse. La curva es elegante, discreta, sencilla. Tus labios se amoldan a ella con naturalidad. Es una sonrisa de relajación, felicidad. Estás feliz porque me quedo contigo. Me da igual que sea otra treta de tu manipuladora mente. Me da igual, porque estás sonriendo de felicidad, y tus ojos brillan en la tonalidad roja más hermosa que he visto nunca, y tus brazos me rodean. Y estoy en paz. Estoy muerto, pero estoy en paz. Te odio, pero te amo y estoy abrazado a ti y tu aliento está en mi nuca y todo está bien. Y mi vida tiene sentido.

Tiene sentido porque estoy contigo.

Giro mi rostro y contemplo la lluvia caer, rebotar, brillar a través de la luz. Y sé, por un momento, que soy yo el que plaga tus pensamientos.

Somos demonio y exterminador. Presa y depredador.

Y tú eres mi vida, la razón por la que respiro. No me iré, porque te pertenezco.

Tú, y nadie más, Naraku.


(1) Seppuku: al igual que el harakiri, modalidad de suicidio que empleaban samuráis y guerreros japoneses hasta hace poco cuando su honor se veía manchado o fallaban a su señor (feudal o similar). Hoy en día la yakuza (mafia japonesa) lo sigue utilizando. Un amo traicionado que permita hacer el seppuku a uno de sus inferiores le hace un signo enorme de respeto a sus anteriores habilidades, al permitirle recuperar parte de su honor perdido mediante el acto.


Gracias por leer hasta aquí. Este es el final de la serie, aunque me han pedido que haga un fic hermano a éste, sólo que desde la perspectiva de Naraku, así que me lo pensaré. Aunque no será a corto plazo, tengo varios fics atrasados, estoy realizando3 traducciones, ejerzo de beta en otras 5 traducciones de fics al español, y además, tengo la universidad.Pero lo pensaré.

Gracias por leer y, por favor, dejar un rewiew.Sé que el género no es popular, yla pareja es extraña (si no nunca antesvista en español, aunque en inglés tampoco hay muchos fics de esta pareja), pero igualmente se agradecería un comentario, las críticas ayudan a mejorar y son siempre bien recibidas.

Davinci