Los personajes que conocen no me pertenecen
Mi segundo One Shot. Escrito antes del séptimo libro
Estaba sentado en un salón oscuro. En su mano derecha había una copa a medias de vino oscuro. Se la llevó a la boca. Había terminado una celebración con torturas a muggles incluida en su homenaje, aunque algunos lo odiaban más ahora que nunca, por haber matado a Albus Dumbledore.
Era cierto que no le correspondía hacerlo en un principio. Le tocaba a Draco Malfoy, pero él le había hecho un pacto inquebrantable a Narcisa diciéndole que si Draco fallaba él completaría la misión. Pero no solo le había jurado a Narcisa, no. El también le había prometido a Albus que cumpliría al pie de la letra lo que le pidiera. Y cumplió en cada caso. Por eso ahora estaba en muy alta estima frente al señor oscuro.
Pero en la soledad, él solo veía aquel momento, cuando salió supo que estaba sucediendo y lo que tenía que hacer pero miro a Dumbledore buscando una respuesta al escuchar su nombre… "prometiste cumplir…" fue lo que le comunicó – Por favor Severus. No se lo mandaba. Se lo pedía como un último favor. No le quedo más que cumplir. Y aun así el miserable de Potter el llamaba cobarde.
Tomó otro sorbo de vino. Aquella no era la primera vez que tenía que matar a una persona quien había puesto su confianza en él. Pero la otra vez fue peor. Ella lo era todo. Pero también entonces cumplía una orden.
La había conocido por pura coincidencia mientras compraba algunos ingredientes para una poción útil. Ella tropezó con él, de otra manera ni se hubiera fijado que existía. Se miraron a los ojos... él sintió una extraña sensación pero a pesar de eso siguió su camino. No fue aquella la última vez que la encontró. Tropezó con ella varias veces y siempre ella le sonreía. Una de las tantas veces ella se presento como Marie y al él no le quedo mas remedio que presentarse también.
No supo cuando comenzaron a salir ni como la situación llego a complicarse al punto de ambos estar enamorados. Tal vez desde el día que la encontró por primera vez. Siempre había pensado que sus ojos eran hermosos.
Pero lo del romance fue como casi todo lo que hacia: algo metódico y planeado. Siempre se reunían en un lugar apartado y solitario. Por lo que él sabia, ella no le había contado a nadie sobre lo de ellos.
A ella le hubiese encantado casarse con él, en especial después de quedar embarazada, pero él solo podía decirle que no podían porque era muy peligroso. Supuso que ella habría deducido el por qué, pues siempre se mostraba muy flexible. Ambos decidieron que era mejor que ella se alejara mientras estuviera embarazada.
Hubiese sido mejor si nunca hubiese vuelto. Apenas había pasado un mes desde que nació su hija Emely en un hospital muggle de un pequeño pueblo del sur de Inglaterra cuando ella volvió a Londres junto a sus padres. Severus estaba al tanto de que Lord Voldemort sabía de ella, pero no de la niña.
Aquel día la llamo desde un teléfono público de una calle concurrida. Le pidió que fueran al lugar de siempre, sola. Apenas unos minutos antes de él marcharse de la ciudad fue llamado para que se presentara ante su Señor.
- Te he mandado a llamar porque eres la persona indicada para una importante misión Severus
- Me siento muy honrado mi señor
- Pero antes... quiero poner a prueba tu lealtad (ya se lo venia ver...) quiero que mates esta noche a la joven Marie Bluecastle - la vista de el Señor Oscuro estaba posada en su cara pero ninguna expresión asomo su rostro
- Como ordene
El dolor le mataba el alma, si le quedaba. Había matado a muchos y no se arrepentía, pero a ella... justamente a ella...
La esperaba en el salón donde solían reunirse furtivamente. Sabía que estaba siendo vigilado. Ella entró y supo lo que pasaba sin necesidad de mirar a Severus a la cara.
- Sabes que siempre te amaré - fue lo último que salio de sus labios antes de que el Avada Kedavra le alcanzara. Su cuerpo inerte yacía torturando la memoria de Severus incluso aún en las noches frías. Lo quemó, - para no dejar huellas del incidente-, fue la razón que dio.
Ganó su misión. Espiar a Dumbledore. Oír una profecía. Pero junto a eso se unió al bando del viejo. Dumbledore fue la única alma en oír lo que en verdad pasó y por eso le dio una oportunidad, la oportunidad de vengarse.
Había renunciado a ella y también a su hija, ya que en el testamente decía que si ella moría la niña no podía permanecer en el país, y su apellido debía ser cambiado. Severus lamentaba no haberla visto crecer, ni saber que era de ella, aunque durante muchos años la estuvo espiando y enviándole cartas anónimamente. Había cesado la correspondencia desde que Voldemort retornó. Esperaba poder vivir un poco mas para poder ver su caída... después de eso, sería feliz...
Alguien toco la puerta y los pensamientos fueron rápidamente enviados a donde salieron: el último rincón oscuro de la complicada maraña de recuerdos para seguir en el olvido...
¿Y? ¿Qué les parece?