Hola, bienvenidos.

En esta historia Ron quiere a Hermione, ella está enamorada de Harry, y él... bueno, ya lo conocerán. Es un Harry muy distinto al que conocemos en los libros, aquí en varias ocasiones, llega a pasar por encima de los demás para conseguir sus objetivos.

Este fanfic fue escrito hace varios años, cuando aún no se publicaban los libros seis y siete de Harry Potter, en muchas cosas es distinto de la historia original, de ahí que aparecen varios personajes que perdimos en el transcurso de la historia y que por cierto, me encantaría que estuvieran vivos, algunas otras cosas trate de adaptarlas a los últimos libros.

A mis amigos y antiguos lectores, agradezco su apoyo y paciencia que tuvieron conmigo a lo largo de la historia, sobre todo porque tardé años para escribir el último capítulo, sigo pidiendo disculpas por mi tardanza, sino fuera por sus reviews, la historia estaría incompleta.

Por último, espero que disfruten la lectura de este fanfic, tanto como yo disfruté escribiéndolo. Parecen muchos capítulos, pero les aseguro que la mayoría son cortos y fáciles de leer.

No olviden dejar reviews, es la única forma de saber si les gusta el fanfic y es el único pago a tanto esfuerzo.

NOTA: Los personajes pertenecen a J. K. Rowling, no soy ella, sino tengan por seguro que Harry estaría con Hermione.


SIEMPRE ES DE NOCHE

CAPITULO 1: UNA MALA NOTICIA

Poco antes de que rayara el alba, el despertador sonó. Harry James Potter de 25 años de edad, entreabrió los ojos y miró la hora, apenas eran las seis de la mañana.

Una lechuza color marrón entró volando por una de las ventanas de su habitación y se posó suavemente sobre una de las almohadas.

Harry se incorporó. ¿Desde cuándo el periódico llegaba tan temprano?

-Gracias –dijo el chico, pagando un knut a la lechuza y tomando su ejemplar de El profeta.

La lechuza salió volando por la misma ventana que había entrado.

-¿Qué tenemos aquí? –dijo Harry, poniéndose sus lentes y echando un vistazo al periódico.

Y justo en la primera página, hubo una noticia que hizo que aquel muchacho de cabello negro azabache, ojos verdes y mirada serena, se pusiera de pie de un brinco.

-No puedo creerlo –murmuró Harry para sí.

Tenía que ir al Ministerio de Magia lo más pronto posible, también tenía que hablar con sus dos mejores amigos, sin contar que necesitaba un buen desayuno para digerir la noticia. Sin más remedio, tomó entre sus manos una bata y se metió a dar un baño.

-Buenos días, Sr. Potter –saludó una elfina con enormes ojos color café y nariz grande

-Buenos días, Winky -dijo Harry, apareciendo en el comedor de su casa.

-¿Qué va a desayunar?

-Lo de siempre.

-Enseguida, señor –dijo Winky desapareciendo

Otro elfo llamado Kreacher, paseaba de un lado a otro del comedor con aire misterioso, esperando poder descubrir por qué su amo se había levantado tan temprano.

Mientras Harry esperaba el desayuno, salió a la terraza para despejar la mente, pero ni siquiera la vista del enorme jardín le hizo olvidar lo ocurrido.

"Sólo espero que Hermione y Ron ya lo sepan" -pensó el muchacho

De repente, sonó el timbre. Un tercer elfo apareció y caminó directo hacia la puerta principal.

-Espera, Dobby. Yo abriré.

-Sí, señor

-Hola Ron –saludó Harry, reconociendo a su amigo en cuanto abrió la puerta.

-¿Lo has leído? –exclamó Ron, entrando a la casa y sin detenerse a saludarlo.

-Sí –dijo Harry, cerrando la puerta.

Justo en aquel momento, el timbre de la casa volvió a sonar.

-Apuesto a que es Hermione -dijo Ron.

Harry abrió y sonrió al ver que se trataba de su mejor amiga.

-Hola –saludó la chica

-Hola, pasa

-¿Ya se enteraron? -preguntó Hermione mirando a sus dos mejores amigos.

-Ya –contestaron los dos a coro.

-¿Y qué opinan? –preguntó la chica, entrando a aquella magnífica casa, mientras Harry cerraba la puerta tras de sí.

-Es excelente saber que pronto tendremos nuevo ministro –dijo Ron

-¿Cómo puedes tomarte tan a la ligera la muerte de Kingsley Shacklebolt? –exclamó Hermione-. Él era el mejor ministro que hemos tenido después de la guerra. Además era amigo nuestro y ahora está muerto.

"¿Por qué será que me gusta tanto cuando se enoja?" -pensó Ron

Winky apareció al pie de las escaleras.

-Señor, el desayuno está servido -dijo la elfina.

-Gracias, Winky –dijo Harry, enseguida se volvió a sus amigos-. Vamos a desayunar y discutamos esto. ¿Les parece?

Ron y Hermione siguieron a Harry hasta el comedor. Había tres platos servidos en un elegante comedor de madera de cedro, uno en el lugar del anfitrión, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Ron iba a abrir la silla para que Hermione tomara asiento, pero Harry se adelantó

-Siéntate, Herm –dijo Harry con caballerosidad, abriendo la silla de la derecha.

-Gracias –dijo la chica, dedicándole una sonrisa mientras un discreto rubor invadía sus mejillas. Harry le gustaba mucho.

Ron tomó asiento, Hermione había quedado enfrente de él y podía contemplarla mientras comían. Era muy hermosa, mucho más que en sus años de estudiante en Hogwarts.

-Debo de admitir que me sorprendió la noticia -dijo Harry-. Kingsley aún se conservaba fuerte y sano.

-El periódico dice que fue un paro cardíaco -dijo Hermione

-El problema es: ¿quién será el nuevo ministro? -dijo Ron

Los tres intercambiaron miradas.

-Me gustaría que fuera Lupin o Doge –dijo Harry

-Lupin no puede ser –dijo Hermione-, muchos no lo aceptan porque es un licántropo. Es una lástima, porque es una excelente opción.

-Temo que el nuevo ministro sea Lucius Malfoy –dijo Ron

Harry se atragantó al oír aquello, Hermione abrió enormemente los ojos.

-¿Bromeas? –exclamó Harry-. Malfoy tiene antecedentes penales, no puede ser ministro

-Sí puede –dijo Hermione, deteniéndose a pensarlo-. Recuerden que cuando Voldemort cayó derrotado, Lucius Malfoy fue absuelto de todos los cargos en su contra.

-Claro –dijo Ron-, para él fue muy fácil decir que todo lo malo que había hecho, lo hizo porque estaba bajo el efecto de la maldición Imperious. Además compró a la gente del tribunal, solamente así, logró ser el único mortífago que no terminó en Azkaban.

-Aún es muy pronto para preocuparnos -dijo Hermione-, tenemos que esperar.

-Parece que no conoces a Lucius Malfoy –dijo Ron-, con todo el poder y el dinero que tiene, no dudo que llegue a ser la cabeza del ministerio.

El reloj sonó anunciando que eran las ocho. Los tres amigos se sorprendieron de lo tarde que era

-Yo no sé ustedes, pero ya es hora de que me vaya a trabajar -dijo el pelirrojo.

Hermione y Harry asintieron, sabiendo que a ellos también ya se les había hecho un poco tarde

Harry era un excelente auror y trabajaba como tal en el Cuartel General de Aurores. Ron trabajaba en Gringotts y Hermione tenía dos ocupaciones: por las mañanas tomaba un curso de "Hechizos especializados" y por las tardes, trabajaba en el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas.

-Es hora de irnos –dijo Harry.

-¿Vas a ir a clases? –preguntó Ron a Hermione

-Por supuesto, tengo clase a las nueve.

-¿Cómo es posible que aún después de Hogwarts, tú sigues estudiando hechizos? -preguntó Ron.

Ella se encogió de hombros.

-¿Acaso hay algún hechizo que no conozcas? –preguntó Harry

-Quizás no -dijo Hermione-, pero mi curso es fascinante.

Ron negó con la cabeza, sin poder entender ese afán de Hermione. Harry tampoco lo entendía.

-Vamos, te llevaré a clase -dijo Ron, sus mejillas lo traicionaron y se sonrojo un poco. Ninguno de sus amigos lo notó

-Gracias Ron, pero traigo carro.

-Ok –dijo el pelirrojo, arrepintiéndose de su ofrecimiento.

Los tres chicos salieron a la calle.

-Los veré luego –dijo Ron a sus amigos antes de subir al auto, veinte segundos más tarde, el auto había desaparecido.

-Yo también me voy –dijo Hermione a Harry-. ¿Te veré en el Ministerio?

-Sí.

-Hasta entonces.

-Cuídate –dijo Harry, contemplando a su bella amiga.

Después de ir a clases, Hermione llegó al Ministerio de Magia, al Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

-¡Bu! –dijo una voz en cuanto ella entró a su oficina.

Hermione volteó asustada, una chica de cabello azul y mirada pícara, le sonreía.

-¡Tonks! ¡Qué susto me diste!

-Pase a saludarte–dijo Tonks riendo-. Me escape del Cuartel General de Aurores. Tenemos mucho trabajo, necesitaba un descanso. Estamos investigando sobre la muerte de Kingsley.

-¿Y eso?

-Pensamos que Kingsley no murió de "muerte natural".

-¿Entonces?

-Alguien atentó contra él.

-¿Quién?

-No lo sabemos, pero su muerte nos resulta muy extraña.

-¿Y Harry?

-¿Te refieres al chico de ojos verdes que se escapó con una veela?

-¿Salió con una veela?

-Bueno, no era una, sino dos.

Hermione sintió una oleada de tristeza, para disgusto suyo, Tonks se echo a reír.

-Harry está en su oficina, trabajando muy juicioso.

-De cualquier forma, sé que está saliendo con una veela –dijo Hermione con tristeza.

-Descuida, eso no va a durar.

-Yo no estaría tan segura

-Te apostaría mi sueldo a que esa relación termina en menos de una semana, pero no quiero robarte.

Hermione dejó escapar un suspiro. ¿Por qué tenía que estar enamorada de Harry si para él sólo era su mejor amiga?

-Será mejor que vaya a mi oficina. Hoy salimos a las seis, me encargaré de que Harry baje solito, para que puedas verlo

-Gracias

Tonks le guiñó un ojo

Unas horas después, en cuanto el reloj anunció que eran las seis de la tarde, los pasillos del Ministerio de Magia comenzaron a llenarse de funcionarios. Harry al igual que ellos, guardó sus cosas y abandonó su oficina.

-¿Cómo te fue? -preguntó Tonks al verlo.

-Mal, todo apunta a que Kingsley murió naturalmente. La verdad yo no lo creo... Mañana seguiré investigando, hoy tengo una cita.

"Le vas a romper el corazón a Hermione" -pensó Tonks con disgusto.

-Hasta mañana –dijo el chico.

-Harry, esa veela no me gusta para ti.

-Adiós.

Harry salió de los elevadores y llegó a la fuente, su mejor amiga estaba ahí.

-Creí que ya te habías ido –dijo Harry llegando junto a ella.

-Aún no –dijo Hermione sintiendo que el corazón comenzaba a latir con más fuerza.

-¿No? ¿Y a quién esperas?

Un tipo alto, de ojos fríos y cabello rubio que los observaba desde los elevadores, salió a su encuentro.

-¿Qué quieres aquí, Malfoy? –saltó Harry.

-Tranquilo, Potter –dijo Draco Malfoy-. Solamente estoy conociendo a los futuros empleados de mi padre. ¿Ya saben que va a ser el nuevo ministro?

Harry y Hermione se miraron de reojo, sin que a ninguno de los dos les agradara aquella noticia.

-Antes de que tú padre sea ministro, tiene que resultar electo –dijo Hermione.

-Mi padre saldrá electo –aseguró Malfoy-, todo el mundo votará por mi padre antes que votar por Elphias Doge. Será mejor que vayan haciendo maletas, cuando mi padre sea Ministro, contratará gente nueva y competente. ¿Qué te parece, Granger? No más sangre sucia en el Ministerio.

-No vuelvas a llamarla así –gritó Harry y sin pensarlo, soltó un fuerte puñetazo a Malfoy en el abdomen.

Malfoy cayó de espaldas al piso, pero no contento con ello, Harry fue y le soltó otro golpe. Malfoy trató de defenderse y golpeó a Harry en la cara, pero Harry lo golpeó nuevamente con más fuerza.

-Harry, suéltalo, por favor –gritó Hermione.

Harry volvió la vista hacia ella, descuido que Malfoy aprovechó para salir corriendo.

-Te ha roto el labio –dijo Hermione, corriendo hacia Harry, queriendo auxiliarlo.

-No es nada –dijo Harry, pero Hermione se agachó a su lado, sacó su pañuelo y se lo puso a Harry en el labio, para detener la hemorragia.

-Gracias –dijo Harry, tomando el pañuelo.

-Gracias a ti por defenderme

-No fue nada –dijo Harry, poniéndose de pie y ayudando a la chica a levantarse-. Debo irme

-¿Adónde vas?

-Tengo una cita.

-¿Con quién? –preguntó Hermione tratando de sonar indiferente.

-Eso no es asunto tuyo –dijo Harry con frialdad.

Hermione llegó a su casa con el ánimo por los suelos, después de saludar a sus padres y cruzar algunas breves palabras con ellos, subió a su habitación, deseando estar sola.

-Eres una tonta –se regañó Hermione a sí misma, en cuanto cerró la puerta-. ¿Cómo se te ocurrió salir corriendo a buscarlo? ¿Por qué permitiste que golpeara a Malfoy? ¿Cómo pudiste creer que Harry lo golpeó sólo para defenderte? Después de tantos años, ya deberías saber que ellos siempre están buscando oportunidad de atacarse y cualquier pretexto es bueno… Y encima de todo ¿Cómo se te ocurrió preguntarle a Harry con quién salía? Finalmente, él es libre de salir con quien quiera

Sin poder evitarlo, se le quebró la voz

¿Por qué tuvo que contestarme de esa manera? ¿Por qué tuvo que cambiar tanto después de la guerra? ¿Dónde quedó aquel chico que conocí en el tren?

Hermione sonrió con tristeza al pensar en su amigo. Aquella tarde, Harry la había lastimado mucho más de lo que Malfoy lo había hecho al llamarla "sangre sucia".