UNA PUERTA HACIA EL PASADO
CAPITULO 1: EL REENCUENTRO
Era una hermosa mañana en Inglaterra, el sol brillaba en todo su esplendor y sus rayos llegaban hasta un lujoso despacho, finamente amueblado, todo en ello parecía muggle, desde el escritorio de madera de roble hasta la perfecta iluminación de las lámparas y los bellos cuadros que cubrían las paredes, pero la realidad era otra, en ese despacho se encontraban dos jóvenes, que no eran muggles, sino unos auténticos magos.
Uno de esos magos era Harry James Potter, quien tenía el cabello negro azabache y unos hermosos ojos verdes ocultos detrás de unos lentes, era muy apuesto, alto y musculoso; sin embargo poseía una característica que lo hacia especial, tenía una pequeña cicatriz en la frente en forma de rayo, producto de una maldición mal lograda cuando el mago más temible de todos los tiempos intento matarlo cuando apenas era un bebé.
Harry Potter era famoso por haber derrotado definitivamente a Lord Voldemort, pero Harry era mucho más que un mago cubierto de fama.
El otro joven era su mejor amigo, Ronald Weasley, un joven pecoso, que no por ello dejaba de ser guapo, además de que tenía el cabello pelirrojo y era bastante alto.
En ese momento, los ojos de ambos chicos estaban fijos en un artículo de la revista "Corazón de Bruja"
Finalmente el Ministro de Magia, el señor Harry Potter, dos veces ganador del "Premio al mago soltero más codiciado del año" de la revista "Corazón de Bruja", ha encontrado al amor de su vida...
"Siempre supe que era ella" nos declara Harry Potter en entrevista exclusiva, "desde el primer día que la vi, supe que toda mi vida amaría a Pansy Parkinson. Ella es perfecta para mí, sin lugar a dudas la compañera ideal. Estoy feliz, soy bien correspondido... Dentro de poco estaremos casados y estoy seguro que todo será felicidad en mi vida, ya que estaré al lado de la mujer más talentosa y bonita del mundo…"
-¡Harry! -exclamó Ron indignado-. Esta vez Rita Skeeter no se midió. Mira que casarte con la más fea de todas las mujeres...
-¿Por qué no me encontró algo más decente? -protestó Harry
De acuerdo a Rita Skeeter, Harry había encontrado al amor de su vida en los últimos cinco artículos que había publicado. De ella siempre podía esperar cualquier cosa, inclusive una vez fue capaz de inventarle a una colección de hijos naturales, sin contar la vez que inventó que tenía un harén con las 20 veelas más bellas del mundo mágico, pero lo cierto era, que Harry seguía siendo un soltero sin hijos y sin compromiso. Un soltero bastante codiciado.
Minutos más tarde tocaron a la puerta, era la secretaria de Harry, la Sra. Amy Waltkins:
-Sr. Ministro
Harry volteó la mirada hacia ella. Aún le sonaba raro oír que le dijeran "Sr. Ministro", pese a que ya llevaba varios años en el Ministerio. Cierto que le gustaba mucho su puesto, era la mejor forma de poder ayudar y servir a la comunidad mágica y muggle, también era cierto que había luchado mucho por llegar hasta donde estaba y demostrar que realmente era un buen Ministro; aún así, todavía había gente que opinaba que Harry Potter no era más que un mago famoso por haber derrotado a Voldemort y que de allí en fuera, Harry no tenía ningún otro talento.
-Perdón, lo olvide -dijo la Sra. Waltkins- llegó esta carta hace tres días, viene de Escocia, es de la Srita. Granger
-¿Qué le he dicho de la correspondencia de mis amigos? -exclamó Harry tratando de parecer molesto-. Le he dicho que siempre debe darles prioridad.
-Lo lamento, señor -se disculpó Amy Waltkins- pero entre tanta correspondencia es imposible establecer prioridades
Harry estiró la mano para recibir la carta.
-Está bien -dijo Harry disculpándola- puede retirarse.
La Sra. Waltkins salió del despacho, Harry abrió la carta de su amiga y comenzó a leerla en voz alta para Ron
Queridos Harry y Ron:
Espero que estén muy bien, yo estoy en Escocia con muchísimo trabajo. Como saben estoy logrando cosas muy importantes para los gigantes y semigigantes, mis ocupaciones me mantienen ocupada todo el día, es por eso que me será imposible estar con ustedes la noche del sábado, les pido que me disculpen y deseo que se diviertan mucho.
Los quiere su amiga
Hermione Granger
-¡Es increíble! -exclamó Ron- ¡Jamás tiene tiempo! Primero empezó con la P.E.D.D.O. sus principales objetivos eran: (comenzó a hablar imitando a Hermione) un salario digno y unas condiciones laborales justas, exigió para los elfos la legislación sobre el uso de la varita mágica y consiguió que hubiese un representante elfo en el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Después quiso los mismos derechos para los hombres lobo y tampoco se detuvó hasta que los consiguió. Y ahora también quiere condiciones laborales justas para los gigantes y semigigantes... ¿Y después? ¿Qué sigue? ¿Las arañas? ¿Los dragones? Alguien tiene que ponerle un alto. Opino que Hermione no debe seguir a cargo del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas.
-No puedo creer que Hermione no vaya a venir hoy -dijo Harry, sin apartar la vista de la carta
-¡Ginny no se lo va a perdonar nunca! -sentenció Ron-. Mira que no venir a la boda de su mejor amiga. Está claro que prefiere seguir luchando por los gigantes y semigigantes
-Tiene bastante tiempo que no la vemos -dijo Harry pensativo
-Años, pero no es culpa nuestra. ¡Ella siempre está ocupada! Trabaja más que tú, y eso es imposible, porque tú eres el Ministro de Magia
-Perdón, Harry -dijo una voz, un muchacho pelirrojo muy parecido a Ron entró al despacho, era Percy Weasley.
-Percy ¿cuántas veces tengo que decirte que toques antes de entrar? -exclamó Harry
-¡Tienes que atender un asunto urgente!
-¿Qué ocurre? -preguntó Harry, temiendo perderse la boda de Ginny
-El señor Longbottom...
-¡Neville! -exclamó Harry
-Sí, tuvo un problema con su negocio de plantas en el callejón Diagon.
-¿Otra vez? -exclamaron Harry y Ron
-Sí -asintió Percy-. Parece que algo se incendió y Harry tiene que ir al lugar de los hechos
-Pero ese es tu trabajo -dijo Ron a Percy
-Un momento -dijo Percy-. Ese no es mi trabajo. Yo soy el asesor del Ministro de Magia
-Nadie te nombró -dijo Ron- ¡Tú te nombraste!
-En dado caso, ese es tu trabajo -dijo Percy-. Al fin y al cabo, tú eres el brazo derecho de Harry.
-Basta, iré yo -dijo Harry-. Neville es mi amigo y veré en qué puedo ayudarlo
-Pero ¿y la boda de Ginny? -preguntó Ron
-Llegaré a tiempo -aseguró Harry-. Llevaré a Neville conmigo... Un momento, no tengo regalo de bodas para Ginny. Ron encárgate de reservarles un viaje de bodas. Asegúrate que Ginny elija el destino que quiera. Y encárgate de despedir a Rita Skeeter, le perdone muchas, menos ésta. ¿Casarme con Parkinson? ¡En mi vida!
-¿De qué puesto la despido? ¿De la revista Corazón de Bruja o de El Profeta? Rita trabaja en ambas publicaciones
-De ambos puestos -dijo Harry disponiéndose a salir
-No llegues tarde -dijo Ron-, tú eres parte de la familia
-Descuida -dijo Harry saliendo de su despacho
-Bien -dijo Percy a Ron-, creo que es hora que salgas de aquí
-¡Es el despacho de Harry! -dijo Ron- ¡Tú no puedes sacarme de aquí!
-Sí puedo -dijo Percy-, soy el asesor...
-Ya, ya -dijo Ron harto-, iré a hacer lo que Harry me encargó
-¿Por qué despidió a Rita Skeeter? -preguntó Percy
-Como siempre, otra de sus mentiras -dijo Ron
-Hablando de mentiras, he descubierto información que a tu novia Lavender Brown le encantará saber
-¿Qué descubriste? -preguntó Ron intrigado
-Una reservación en el Magic Resorts Hotel...
-Cállate -dijo Ron pálido
-Creo que a tu novia le encantará saber de tu aventura
-He dicho que te calles -dijo Ron-. No fue mi culpa, me emborrache... no sabía lo que hacía... no fue mi intención...
Percy lo miraba satisfecho
-Hablas como si fuera la primera vez que la engañas -dijo Percy
-¡Cállate! -exclamó Ron-. Te mato, si Lavender se entera
-Te va a salir muy caro mi silencio... Tendrás que ayudarme. Quiero que Harry me aumente el sueldo
-No voy a hacer nada de eso -exclamó Ron
-Lavender va a terminar contigo en la noche -dijo Percy-. Es una pena, después de tantos años de feliz noviazgo... Sé que le romperás el corazón.
-Cállate. Ella no tiene porque saberlo ¿entendiste?
-Consigue mi aumento -dijo Percy
-No
-Ya me imagino a Lavender con su carita de tristeza, llorando, cuando sepa de lo que hiciste -dijo Percy y enseguida se dispuso a salir del despacho de Harry
-Espera -dijo Ron deteniéndolo- hablaré con Harry, pero no le digas nada a Lavender
Esa noche la Madriguera lucía espléndida, todo el patio de la casa estaba adornado para la boda de Ginny y Colin. Todos los invitados iban llegando con túnicas de gala y paquetes de regalos para los novios.
-¡Harry! -dijo Ron en cuanto lo vio llegar-, creí que no ibas a llegar nunca
-Pues otro poco más y no llegó -dijo Harry-. Mira quién ha venido conmigo
-Hola -dijo Neville
-Hola -dijo Ron dándole un fuerte abrazo a su viejo amigo
-¿Y la novia? -preguntó Harry
-Está terminando de arreglarse, puedes subir a felicitarla -dijo Ron
-Enseguida vuelvo -dijo Harry
-Te acompaño -dijo Ron-. Tengo que hablar contigo. Neville estás en tu casa.
En ese momento, llegó el Sr. Weasley y acaparó a Neville para tomar una copa con él.
-¿Qué ocurre? -preguntó Harry mientras caminaban hacia la habitación de Ginny
-Se trata de Percy -dijo Ron- descubrió lo de la otra noche, lo de la reservación...
-Ya entendí -lo interrumpió Harry
-¡Quiere contárselo a Lavender!
-Opino que Lavender debe saberlo
-¿Estás loco? -exclamó Ron- ¡Me mataría!
-Supongo que Percy te está chantajeando ¿qué quiere ahora?
-Que le aumentes el sueldo
-No -sentenció Harry- acabamos de aumentar sueldos hace un mes
-Lo sé -dijo Ron- pero eres mi amigo y tienes que ayudarme
-¡Yo no te dije que te fueras a emborrachar con Fred y George aquella noche! -exclamó Harry
-Por favor, ayúdame
-No -sentenció Harry-. La última vez que te hice un favor, mi ferrari quedó abandonado en la esquina de un hotel. No mereces nada.
-Lamento lo del auto, es que tú no sabes la oportunidad que se me presentó esa noche… Tú tampoco hubieras despreciado a Edith Samantha Miller.
-No lo hice -admitió Harry, Ron lo miró boquiabierto- pero eso fue algo que paso hace mucho tiempo
-¿Ves? -dijo Ron-. Guapísima mujer, la mejor cantante del mundo mágico, pero no hablemos de ella ahora. ¿Puedes aumentarle el sueldo a Percy?
-Está bien -dijo Harry- dile que le subiremos un cinco por ciento.
-No va a estar satisfecho
-Es lo más que puedo hacer por ti
En eso llegaron a la habitación de Ginny, Harry llamó a la puerta.
-Adelante -se escuchó la voz de la Sra. Weasley
Los dos jóvenes entraron y vieron a los gemelos, a la Sra. Weasley y a la bella novia
-¡Ginny! -dijo Harry abrazándola- ¡Muchas felicidades! Espero que seas muy feliz con Colin
-Gracias -dijo Ginny correspondiendo al abrazo
-¿Y el novio? -preguntó Harry soltando a Ginny
-Es un manojo de nervios -dijo Fred
-Está más pálido que un muerto -dijo George
-Está feliz al igual que yo -dijo Ginny-. Él y yo queremos darte las gracias por tu regalo de bodas
-No fue nada -dijo Harry- ¿qué lugar escogieron?
-El Caribe -contestó Ginny
-Yo hubiera elegido El Amazonas -exclamó Harry
-Y yo el desierto de Egipto -dijo Fred- hay unas brujas guapísimas
-Pues el día que se casen, se van al Amazonas y a Egipto, respectivamente -dijo Ginny
-Yo no pienso casarme nunca -sentenció Harry.
-¿No? ¿Y qué fue esa declaración de amor en Corazón de Bruja? -dijo George comenzando a reír-. "Siempre supe que era ella, desde el primer día que la vi, supe que toda mi vida amaría a Pansy Parkinson".
-"Dentro de poco estaremos casados -continuó Fred- y estoy seguro que todo será felicidad en mi vida, ya que estaré al lado de la mujer más talentosa y bonita del mundo"
-¡Cállense! -gritó Harry dispuesto a sacar su varita y convertirlos en trolls.
-¿Pansy Parkinson? ¡Que mal gusto tienes! -dijo Fred
-¡Ron! -dijo el Sr. Weasley entrando en ese momento-. Te buscan allá abajo, es Lavender.
-Voy -dijo Ron
-Bajaré contigo -dijo Harry
Los dos jóvenes bajaron al jardín, para terror del pelirrojo, Lavender estaba platicando con Percy. Ron llegó hasta ellos y le dio un beso a su novia.
-Como te iba diciendo Lavender -interrumpió Percy-. Ron tiene algo muy importante que decirte.
-Te subiré el sueldo un cinco por ciento -dijo Harry discretamente a Percy
Percy lo miró con cara de que aquello era muy poquito.
-Lavender -continuó Percy- tienes que saber que...
Ron estaba pálido
-El diez por ciento -dijo Harry rápido
Aquello a Percy le pareció suficiente.
-¿Qué es aquello que tienes que decirme? -preguntó Lavender a Ron
-Este... este... -tartamudeó Ron
-Vamos, dime -dijo Lavender
-Lavender... yo...
-Él quiere pedirte que te cases con él -dijo Harry creyendo ayudar a Ron
Ron sintió que se iba de espaldas
-¿Es eso? -preguntó Lavender feliz
Ron asintió aún más pálido
-¿Por qué no me lo habías dicho? -preguntó Lavender con una sonrisa
-Porque tenía miedo que le dijeras que no -dijo Harry con sonrisa burlona
Ron parecía estar apunto de desmayarse
-¡Oh, mi amor! -dijo Lavender abrazando a Ron- ¿Cómo pudiste creer que te diría que no? ¿Acaso no sabes que te amo? Por supuesto que acepto casarme contigo
Ron la besó. Harry y Percy comprendieron que sobraban en aquella escena, por lo que se fueron hacia otra parte de la Madriguera, pues todavía faltaba un poco para que la boda empezará.
-¡Harry! -lo saludó Sirius
-¡Oh, Sirius! No sabía que ya habían llegado -contestó Harry
-¿Por qué no fuiste a comer? -preguntó Susan, la esposa de Sirius
Tenía más de 7 años que Sirius había logrado demostrar que era inocente y tenía 5 años que se había casado con Susan, una mujer joven y guapa, que también era bruja.
-Lo siento, tuve asuntos que atender-se disculpó Harry
Harry vivía con aquella pareja, cuando Sirius se casó, Harry llevaba 2 años viviendo con él. A veces sentía que hacía mal tercio en aquella casa, pero sus pensamientos se disipaban con la llegada de...
-Hola, Harry- lo saludó la pequeña Erynn, hija de Sirius quien tenía solamente 4 años de edad
-Hola -dijo Harry cargándola-. ¿Cómo se portó hoy la niña más bonita del mundo?
-Bien -contestó la niña
-Erynn, no digas mentiras -dijo Sirius
-Me porte mal -admitió Erynn, dándole un abrazo- metí al agua todas tus cartas
-¿Mis cartas? -preguntó Harry preocupado
-Las cartas que se enviaban Hermione y tú cuando fueron novios -explicó Sirius
-No te preocupes -se apresuró a aclarar Susan- las hemos recuperado todas, están en perfecto estado.
-No vuelvas a jugar con mis cosas -dijo Harry dándole un beso en la mejilla a la pequeña
-¡Harry! -dijo Ron llegando en ese momento- ¡Tienes que verla!
-No quiero que me presentes a otra de tus amigas -dijo Harry-. La última que me presentaste tenía bigote... La penúltima celulitis... y la antepenúltima...
-Ven -dijo Ron cortando
-Está bien -dijo Harry bajando a Erynn-. Enseguida regreso
-¿De quién se trata? -preguntó Harry siguiendo a Ron
-¡Tienes que verla! -repitió Ron
-Te advierto que si es otra...
-Hola, Harry -dijo una voz muy conocida por el ojiverde
-¡Hermione!
Allí estaba su mejor amiga, convertida en toda una mujer muy bella y elegante
-¡Estás guapísima! -dijo Harry observándola con su túnica de gala esmeralda y su cabello recogido.
-Gracias, tú tampoco luces nada mal -dijo Hermione y ambos se abrazaron
-Te he extrañado mucho -dijo Harry
-Yo también -dijo Hermione-. A ti y a Ron
Los dos se separaron al cabo de unos segundos.
¡Era increíble! Tenía tres años que habían terminado su noviazgo y Harry aún sentía cosquillas en el estómago cada vez que la veía. Y Hermione, por su parte, sentía que las piernas le temblaban al estar cerca de él .
-Creímos que no vendrías -dijo Ron
-Pensé en no venir -explicó Hermione- pero tenía mucho tiempo sin verlos, además ¿cómo iba a perderme la boda de mi mejor amiga?
-Pudiste habernos avisado -dijo Harry
-Envíe una lechuza a tu despacho
-La recibí, pero decía que no ibas a venir
-Envíe otra después en la que decía que venía -explicó Hermione
-Mi secretaria siempre me retrasa la correspondencia -dijo Harry
-Bueno -dijo Ron- eso ya no importa
-¿A qué no adivinas? -dijo Harry
-No sé -dijo Hermione
-Ron se nos casa
-Oh ¿tú también? -preguntó Hermione feliz
-¿Te vas a casar? -preguntó Harry sintiendo que Hermione le lanzaba una cubeta de agua helada
-Sí -dijo Hermione
-¿Con quién? -preguntó Harry sin digerir la noticia
-¡Justin! -llamó Hermione
En ese momento, se acercó un joven alto y guapo que había estado observando la escena desde un rincón, su porte era elegante y su sonrisa encantadora. Era Justin Finch-Fletchley, quien en sus años de estudiante en Hogwarts había pertenecido a la casa de Hufflepuff.
-Hola -lo saludó Justin tendiéndole la mano alegremente
Harry le dirigió una mirada fría y le estrechó la mano
-Me alegra verte -dijo Justin
-A mi también -dijo Harry sin estar seguro que aquello fuera verdad
-¿Cómo has estado, Ron? -preguntó Justin también tendiéndole la mano
-Bien -dijo Ron aceptando el saludo
-¡Se casa! -dijo Hermione
-Ni me lo recuerden -dijo Ron con pesar
-Por lo visto, va a haber muchas bodas -dijo Justin quien en ese momento tomaba la mano de su novia y ella se recargaba en su hombro. Harry sintió que iba a enloquecer de celos-. ¿Ya les dijo Hermione que vamos a casarnos?
-Ya -dijo Harry con sarcasmo
-¿Cuándo se casan? -preguntó Ron
-En un mes -dijo Justin
-¿Por qué tan pronto? -dijo Harry
-¿Por qué esperar más? -replicó Justin
-¡Felicitaciones! -dijo Ron-. Te vas a casar con una mujer muy ocupada, pero que estoy seguro, será una gran esposa
-No me cabe la menor duda -dijo Justin feliz
-Eres un hombre muy afortunado -dijo Harry mirándolo fijamente
-Lo sé -dijo Justin-. Harry ¿quisieras ser el padrino?
-¿Yo? -exclamó Harry-. ¿El padrino?
-Por favor -dijo Justin-. Me encantaría que fueras tú
-Estará encantado -dijo Ron con una sonrisa burlona
-¡Hermione! -dijo Sirius llegando en aquel momento con su familia-. ¡No puedo creerlo! ¡Estas guapísima!
-Hola -los saludó Hermione dándole un beso en la mejilla a Sirius y a Susan, después se agachó a saludar a Erynn
-¿Cómo está la pequeña Erynn? La última vez que te vi tenías un año -dijo Hermione
-Bien -dijo la niña-. ¿Quién eres tú?
-Hermione Granger
-¿Tú eres a quien Harry le escribía las cartas románticas? -preguntó la niña
-Sí -admitió Hermione con cierto embarazo
-¡Sr. Ministro! -dijeron Fred y George llegando en aquel instante- ¿Nos permite un momento?
-Si me disculpan -dijo Harry saliendo con Fred y George
-¿Qué ocurre? -preguntó Harry ya una vez que estuvieron un poco retirados de la fiesta
-Necesitamos que autorices nuestro nuevo producto -dijo Fred
-¿De qué se trata? -preguntó Harry
-Son los libros mágicos -dijo George con orgullo
-¿Y qué hacen? -preguntó Harry
-Basta con leerlos para terminar siendo más tonto que un trol.
-Autorizados -dijo Harry-. Envia un ejemplar de mi parte a Justin
-Por supuesto que no, tonto -dijo Fred
-Nuestro nuevo invento se llama los "pastelillos piedra" -dijo George- y como su nombre lo indica sirven para convertir en piedra por varios minutos a la persona que los muerde.
-¿Qué dices? ¿Los autorizas? -preguntó Fred
-NO -sentenció Harry-. La última vez que aprobé uno de sus productos, recibí lechuzas una semana diciéndome que cómo era posible que autorizara un chicle que convierte en azúcar los dientes.
-Por favor -dijo George suplicante- tenemos futuras esposas e hijos que mantener
-Ya, ya -dijo Harry cansinamente-. Envíen una muestra de esos pastelillos a mi despacho y después les enviaré la respuesta
-Gracias -dijeron los gemelos
-La boda ya va a empezar -dijo Harry
La ceremonia fue sencilla, pero hermosa. Todos los Weasley parecían felices de ver a la más pequeña de la familia casada con Colin
Harry observaba a todas las parejas allí presentes:
Sirius y Susan quien en ese momento seguramente estaban recordando el momento de su boda, que hubiese resultado genial, si no hubiese sido porque los gemelos Weasley hechizaron el pastel y todos los invitados terminaron cantando la marcha fúnebre.
Los orgullosos padres de ambos novios, parecían felices de ver a sus hijos uniendo sus vidas, alguien más que parecía feliz era Dennis Creevey, el padrino.
Percy y Penélope quienes llevaban 6 años de casados y en ese momento eran orgullosos padres de un niño de 5 años, llamado Percy, en honor a su padre.
Había también en la ceremonia varios viejos amigos de Hogwarts, entre ellos Dean, Patil, Padma, Lupin, McGonagall y el profesor Dumbledore, quien todavía se veía muy conservado, Harry pensó que lo más seguro era que aún tuviera en su poder la piedra filosofal, de lo contrario no se explicaba cómo podía vivir tanto.
-¿A qué se debe que la chica más bonita de la fiesta no esté bailando? -preguntó Harry acercándose a Hermione a la hora del baile al ver que estaba sola
-Justin fue por bebidas -contestó Hermione.
-¿Le molestará si bailamos?
-Por supuesto que no
Harry le tendió la mano, Hermione se puso de pie y se dirigió con él al centro de la pista
-¿Qué tal tu vida en Escocia? -le preguntó Harry al cabo de unos minutos de estar bailando
-Bastante bien -contestó Hermione
-¿Y desde cuándo son novios tú y Justin?
-Desde hace unos meses
-¿Y hace cuánto que planean casarse? -volvió a preguntar Harry
-Tiene solo unos días
-¿Lo amas? -preguntó Harry mirándola fijamente a los ojos
-Somos muy similares -contestó Hermione tratando de no mirar aquellos ojos verdes que todavía le hacían ver su reflejo a manera de espejo, esos ojos a los que ella tanto había amado-. Tenemos vidas iguales en Escocia, tenemos las mismas costumbres y él tiene el mismo interés que yo en ayudar a las criaturas mágicas, creo que es suficiente para que una relación funcione.
-Te pregunté si lo amas -dijo Harry
Pero en ese momento la melodía que bailaban terminó y ambos aplaudieron al conjunto.
-Bailas muy bien -dijo Hermione cambiando el tema mientras Harry la llevaba a su lugar.
-Tuve una excelente maestra -dijo Harry recordando que ella lo había enseñado a bailar.