CAPÍTULO 1:

Un susto de muerte

Disclaimer: Los personajes son de Rowling, la enfermedad es mía.

Warnings: Femmslash y slash insinuados más adelante. Un par de escenas que podrían o no ser necrofilia. Mucho humor negro. ¡No afilen los cuchillos hasta acabar de leerla!


Ese día no tenían tiempo para estupideces. Pero las hicieron. Luego lo lamentaron ampliamente. Y entonces ya no había nada que hacer.

En la sala común de Gryffindor, los alumnos de casi todos los grados tomaban un respiro antes de ir a dormir. Excepto los de segundo. Gilderoy les había encargado un ensayo de "Vacaciones con las brujas", consultando por lo menos tres segundas fuentes (todos libros de él, claro) de un día para otro, porque supuestamente se habían atrasado con los temas por su lento aprendizaje y esa era la mejor manera de enseñarles hábitos de estudio. Para colmo, fijó la fecha del examen en esa misma semana. Cuando se quejaron con McGonagall, ella prometió ir a hablar con él pero no aseguraba nada, y les aconsejó hacer el trabajo

« Nos la hemos pasado oyendo sus historias sin sentido, y no hemos hecho nada en el año»

«Tranquilo, Ron. Él cuenta su experiencia para que no nos ocurra a nosotros»

«Como seguramente leyeron en mi autobiografía El Encantador, la mejor arma es la experiencia y los buenos reflejos» El trío de oro volteó alarmado, para descubrir a George haciendo una imitación del petulante profesor «Aunque claro, ustedes principiantes tardarán años en llegar a mi nivel de estupidez»

Los otros de segundo que estaban haciendo tarea estallaron en carcajadas. George arremedaba los gestos y la voz con una seriedad de miedo. Una que otra fémina presente se pudo dar por ofendida, pero la verdad hasta las admiradoras se sentían molestas con él en ese momento. Era dificil pensar que alguien quisiera sacar la cara por tan odioso sujeto.

George repitió su actuación en varios grupitos de alumnos, que lo celebraron ampliamente. Poco a poco, la sala se fué vaciando de alumnos. Hasta Ginny se marchó. Los de segundo seguían escribiendo a gran velocidad, y pasándose cachos de resumen. Hermione, la más adelantada en el trabajo, levantó de repente la cabeza y se quedó muy pensativa por un rato. Dean llegó luego al mismo punto y se rascó la cabeza.

«Oye, Hermione¿que hiciste con el capítulo 7»

«Nada... no sé que hacer con esas tablas»

«No pongan nada y ya» Ron en realidad estaba confundido porque él ni siquiera sabía que había tablas

«¿Que tal si se molesta?»

«Que alguien vaya a preguntarle»

Todas las miradas cayeron en Hermione.

Minutos después, el trío de oro iba por el pasillo, pensando que decirle a Lockhart. El castillo estaba especialmente oscuro esa noche. Curiosamente, al llegar al despacho, la puerta estaba abierta pero no había nadie dentro. Casi ni lo pensaron para entrar.

«Que sitio tan... parecido a él»

«¡Miren esto!» -Ron estaba esculcando un costal de cartas «¡Por aquí había un sobre con un sostén!»

«Deja eso, Ron, él podría saber que estuviste aquí»

«Oh, Hermione, por favor, difícilmente sabe encontrar el gran comedor en el castillo»

«¿Qué no leíste como rastreó al niño perdido en Recreo con la Banshee?» Hermione comenzaba a verse acalorada

«¿De verdad crees que ese tipo haya visto una banshee de cerca en su vida?» Harry, del otro lado del despacho, miraba una amplia colección de cepillos y accesorios para el cabello que pondrían rabiosa de envidia a la Tía Petunia

«Apuesto que si lo sorprendieramos entrando al despacho, gritaría»

«Apuesto a que sí» Ambos muchachos se sonrieron y corrieron a esconderse tras el escritorio. En el corredor, ya se podían oir pasos de alguien acercándose.

«No vamos ni siquiera a intentarlo y creo que ustedes deberían...» Ron y Harry la jalaron detrás del escritorio antes de darle tiempo de terminar

Los pasos, especialmente pesados, llegaron frente al despacho y abrieron la puerta. Bajo el escritorio solo alcanzaban a ver parte del hombro de Gilderoy entrando al despacho.

Harry y Ron saltaron del escritorio. Gritaron. Y Gilderoy no gritó. Cayó. Sin meter las manos. Redondo. Hermione en dos saltos estaba junto a él. Helada.

«Esta muerto»

Hermione tomó su varita y lanzó desesperadamente todos los hechizos de reanimación que sabía. Ron no reaccionaba del todo, seguía más o menos en la misma posición que adoptó al saltar, con un gesto un poco más rígido. Harry se asomó al pasillo, y distinguió a lo lejos la silueta de un gato corriendo.

«¡Creo que la Señora Norris nos vió!»

«Hay que esconderlo» El miedo hacía que el cerebro de Ron recorriera rutas extraordinarias

«¡NO¡TENEMOS QUE EXPLICARLO!»

«¿Cómo vas a explicar ESTO?» A estas alturas, Ron ya hasta se daba el lujo de zarandear el cadáver

«Si, hay que esconderlo¿En dónde?»

«En uno de los pasillos secretos»

«Todo Hogwarts los usa. El otro día Ginny estaba jugando a las cartas en el de Astrología. Eso de "secretos" es un sarcasmo¿sabes?»

No tenían idea de donde diablos esconder un fardo de ese tamaño y naturaleza. Hermione miraba por la ventana... y se hizo la luz

« En el bosque prohibido. Nadie lo verá en semanas»

«¡Hermione! Sabía que algún día tu cerebro debía servirnos de algo»

«Cállate, no lo hago solo por ti, ustedes dos estarán en un gran problema si alguien se entera»

«¿Nosotros dos¡Tu también participaste!»

Harto de escucharlos discutir, Harry ya intentaba levantar el cadáver

«Tenemos que sacarlo de aquí, por si no lo recuerdan la Sra Norris nos vió»

Un wingardum leviosa de los tres fue suficiente para levantar al profesor. Pero llevárselo era otra cosa. Los pasillos les parecieron más largos que nunca. La mayoría de los cuadros estaban dormidos. Ron tenía la idea de que sus pasos resonaban tan fuerte que de un momento a otro Snape o cualquiera de los profesores se despertarían a ver que ocurría. Fueron especialmente cuidadosos al pasar cerca de las entradas de las casas, y gracias al cielo Peevees no se apareció. Hermione incluso pensaba en una coartada, algo así como "es que buscábamos la enfermería" o quizá "¡Amenazaban matarme también a mí!" si la primera fallaba. En una de las esquinas creyeron ver al Barón Sanguinario, pero era solo un reflejo de la luna sobre un vitral. Ya antes habían paseado por la escuela en la noche, algunas veces en asuntos peligrosos... pero nada tan turbio como esconder un cadáver. Las escaleras de caracol fueron el mayor problema, porque el Profesor era demasiado largo y los escalones demasiado angulosos, pero en el vestíbulo ya casi se sentían libres.

Afuera, la luna menguante daba la claridad de una cerilla, pero prefirieron no hacer un lumos para pasar inadvertidos a cualquier mirón en el castillo. Harry maldecía no haber llevado la capa de invisibilidad.

Los árboles en irregular y apretada fila, como una pared salvaje, los recibieron al bosque prohibido. Los tres (los cuatro...) se detuvieron en seco

«No podemos entrar aquí al bosque, es demasiado denso»

«Además, tenemos que regresar rápido o los otros sospecharán»

Caminaron por el borde hasta la cabaña de Hagrid. Detrás del huerto los árboles estaban más que separados y había convenientes montones de hojas y tierra. El terreno era tan irregular que un montículo más apenas se notaría.

«Pero... si lo dejamos aquí, y alguien lo encuentra, culparan a Hagrid»

«No, no creo. Recuerda que Hagrid vuelve mañana de Londres porque tenía que ir a comprar herramientas y fertilizante, así que nadie puede culparlo porque ni siquiera estaba en Hogwarts»

«¿Entonces porqué viene para acá?»

Los tres casi saltaron al ver a Hagrid acercarse

«¿Quién anda ahí?»

Quizá Hagrid era su amigo pero un cadáver es un cadáver. Dejaron a Lockhart sobre un montón de hojas y corrieron

De regreso al castillo, aturdidos subieron hasta su sala comunal.

«¿Qué dijo Gilderoy?»

«Es que... no lo encontramos»

«¿Que hacemos entonces con el capítulo?» Neville preguntó preocupado, sin dejar de escribir

«Da igual. No creo que los lea» Harry y Ron querían fulminar a Hermione con la mirada¿desde cuando era tan perversa?

«¿De verdad?»

«Oh, no los leerá... puedes creerme»

Al día siguiente, las clases trascurrieron con normalidad, hasta que fue hora de DCAO. La mayoría de los Gry maldijieron a Gilderoy por faltar el día que les encarga un ensayo de ese tamaño. El trío de oro, por su parte, acordó acabar el trabajo de la noche anterior, pero sin verse más juntos que de costumbre.

El plan era muy simple: Harry iba al entrenamiento de quiditch, Hermione y Ron salían una hora después del castillo, Harry se les unía allá. Tan simple que CASI no podía salir mal.

El clima ese día era el peor para los negocios torcidos, pero perfecto para el quiditch. La señora Hooch no encontraba por ningún lado las llaves del armario de materiales, pero Oliver se sentía especialmente creativo para la practica, y les presentó toda una compilación de estrategias profesionales que quería que practicaran. Dividiéndose en dos mini equipos, los jugadores de Gryffindor se turnaban la defensiva y la ofensiva. Por su parte, Harry debía cazar cuatro snitches antes de que el entrenamiento terminara.

Aunque Harry dudaba poder concentrarse en bolitas doradas si tenía que preocuparse por una muerte, Gilderoy se evaporó de su mente en cuanto la escoba despegó. Cuando perseguía la última snitch, comenzó a preguntarse si no hubiera sido mejor intentar explicarlo. Si el Ministerio dudaba de su inocencia, siempre quedaba el recurso del veritaserum. ¿Qué tan malo podía ser¿Tan malo como para que el problema los persiguiera para siempre?

Entonces, justo entonces, Harry alcanzó a ver un bulto irregular detrás de las gradas de Hufflepuff. Un cadáver. Bajó en picada y comprobó que era Gilderoy envuelto junto con algunas escobas.

Con la Saeta a toda su velocidad, fue por Hermione y Ron. Los encontró subiendo la colina, bastante pálidos a pesar del esfuerzo

«¡Harry¡Lockhart no esta!»

«Esta debajo de las gradas, lo ví»

Ron y Hermione medio suspiraron. Los tres esperaron un buen rato tras la colina antes de ir a buscarlo. Moverlo de día y con tantos alumnos se antojaba imposible. Hagrid pasó a unos metros de ellos pero iba tan distraído que ni siquiera los miró. Al llegar tras las gradas, Herm y Ron tuvieron que devolver el suspiro... porque Gilderoy ya no estaba. Perdieron la cena buscándolo.

Esa noche, en la sala común de Gryffindor, mientras los otros platicaban de los examenes o del último accidente de Neville, el trío rogaba un milagro. Harry, desparramado en uno de los sillones, miraba fijamente al techo. Hermione intentaba adelantar un capítulo para historia de la magia, pero apenas leía un renglón cuando tenía que iniciarlo de nuevo. Ron no paraba de caminar alrededor de ambos.

«Pero... ¿de verdad era él?»

«Era Gilderoy, estoy seguro»

«Entonces alguien más sabe»

«O no esta muerto...»

El trío intentó dar una vuelta por la noche pero les pareció que alguien rondaba por los pasillos, así que lo discutieron frente a la puerta y prefirieron volver. De todas maneras, sin luna y sin linternas, apenas podrían avanzar.

A la mañana siguiente, antes de bajar al comedor, la profesora Mc Gonagall entró a la sala, algo agitada.

«Muchachos, su profesor Gilderoy Lockhart esta (suspiro)... desaparecido. Esperamos que solo haya tenido un percance menor» Los alumnos se miraban entre ellos. Mc Gonagall se veía más agitada e incómoda «De todas maneras, si saben algo, reportenlo»

«Pero yo lo vi anoche en la enfermería, cuando esperaba a la Señorita Pomfrey» Neville se arrepintió de hablar cuando todas las miradas, especialmente la de la profesora, cayeron sobre él.

«Investigaré eso» Mc Gonagall salió rapidamente, casi corriendo.

Se acercaba la hora de DCAO. Era ya bien sabido que Snape cubriría a Lockhart. Explicó que si Lockhart no regresaba para el examen, en dos días, él elaboraría otro. Se veía casi feliz, pero para hacer más perfecta su felicidad necesitaba algo muy pequeño...

«Sus ensayos...»

Ron recordaba haber puesto el pergamino entre sus apuntes... sobre su baúl. Por suerte, la felicidad de Snape era tan expansiva que le dio oportunidad de ir a la casa por él (de hecho, Hermione asegura que probablemente lo estaba confundiendo con Goyle)

Los pasillos estaban más solos que en la noche. Ron llegó corriendo sin problemas. Al abrir la sala... Gilderoy estaba ahí.


Si se preguntan porque poner al odioso Gilderoy Lockhart como "protagonista", les diré que quería un personaje que valiera más muerto que vivo y del que nadie se lamentara su muerte. Era el papel perfecto. No se aceptan flames. Voy a subir capítulos muy seguido así que estén al pendiente.