Hola a Todos, antes que nada debo de agradecerles su grata preferencia hacia esta modesta historia. Muchas Gracias por seguir cada detalle sobre Mariposa, que el dia de hoy llega a su Fin. Muchas Gracias por sus reviews y su inagotable paciencia.
"MARIPOSA"
Pareciera que la vida de Kagura estaba a punto de extinguirse y nadie podía hacer nada para salvar, al parecer su destino ya había sido marcado para la muerte.
De pronto una sombra blanca velozmente se coloco frente a Kagura y rápidamente desenvaino una espada. Un golpe seco retumbo por todo el lugar al mismo tiempo que la sonrisa de Naraku se desvanecía de su rostro.
Las 5 alargadas y filosas cuchillas habían chocado contra la hoja de acero de Toukijin, dejando escapar miles de chispas, producto de la fricción entre las articulaciones y la hoja de la espada.
-Vaya, al parecer ha llegado el valiente príncipe en auxilio de la doncella en peligro. – exclamo burlón el hanyou.
-Sesshomaru – murmuro Kagura mientras se levantaba del suelo dificultosamente y miraba al youkai. -¿Qué haces aquí? Esta es mi pelea no la tuya.
-No digas estupideces, - respondió fríamente Sesshomaru al mismo tiempo que en un movimiento rápido, corto las cuchillas. - No iba dejar que te fueras de mi lado tan fácilmente.
-¿Acaso vas a pelear contra mi para salvar la vida de esa ramera? – pregunto Naraku al mismo tiempo que su mano volvía a la normalidad. Sesshomaru apunto su espada contra el hanyou al mismo tiempo que Toukijin empezaba a liberar un aura azul cielo.
-Kagura ve a refugiarte a un lugar seguro – murmuro Sesshomaru al mismo tiempo que comenzaba a caminar en dirección a Naraku. Kagura obedecido y tomando una de las plumas que le quedaban, se elevo por el cielo sin alejarse demasiado de la zona de batalla.
-Llegamos a Tiempo – exclamo Kohaku al mismo tiempo que llegaba al lado de los siervos de Naraku.
-Bien hecho Kohaku, ahora es todo depende de Sesshomaru. – murmuro Hakudoushi sin quitar su mirada en la marioneta que a unos metros se encontraba frente a ellos.
-Esto podía ser peligroso ¿No corremos peligro aquí Hakudoushi? – pregunto preocupado Mouryoumaru.
-No te preocupes, en caso de que estemos en peligro, haré aparecer mi campo de energía. – respondió Hakudoushi mientras que sus manos aun sujetaban delicadamente a Kanna. Esta había bajado su cabeza, pues era la primera vez que un chico la abrazaba.
-Sesshomaru, creeme, no puedes vencer. – exclamo burlón Naraku.
-Eso lo veremos bastardo – respondió el youkai al mismo tiempo que a una velocidad impresionante corrió hacia el hanyou y dando un gigantesco salto, ataco salvajemente a Naraku.
La hoja de Toukijin choco salvajemente sobre el campo de energía de Naraku. Este al ver una oportunidad de atacar, hizo surgir de su espalda, una gigantesca cantidad de monstruos. Sesshomaru al ver esto, retrocedió y comenzó a cortar a las criaturas que lo atacaban. Rápidamente acabo con ellos, para luego colocarse otra vez en posición de ataque.
-Que comience la diversión- murmuro Naraku al mismo tiempo que sus ropas se hicieron pedazos, trasformando la cintura para abajo en las enormes patas cafés de una araña. Sus manos se transformaron en abultadas garras unidas a largos brazos que lograban tocar el suelo. Un par de cuernos salieron de su frente, al mismo tiempo que los colmillos salieron a relucir. Su larga cabellera negra descansaba sobre su desnuda espalda ocultando la cicatriz que revelaba el origen del hanyou.
Antes los ojos de Sesshomaru, Naraku se había transformado en una especie de demonio insecto. Una cruza entre un humano y una araña gigante.
-No creí que tú podrías ser mas repulsivo pero me equivoque – exclamo Sesshomaru.
Naraku sonrió tras escuchar el comentario de su rival. Por unos momentos se mantuvieron estáticos hasta que Naraku realizo el primer movimiento. Se abalanzo velozmente contra Sesshomaru dejando una estela de polvo detrás de ella y alzando su enorme garra derecha, lo ataco. El youkai rápidamente se defendió, colocando su espada como escudo, absorbiendo el impacto de la garra. Luego, en un veloz movimiento se zafo de la extremidad y comenzó a atacar salvajemente al hibrido. Este hábilmente esquivaba los salvajes embates del enemigo y con la misma fuerza, atacaba al youkai.
Un sonido seco retumbo en los oídos de los espectadores y de los mismos guerreros. La espada de Sesshomaru había caído sobre la humanidad de Naraku pero este había cubierto su pecho con sus enormes brazos formando una equis, bloqueando el ataque.
-No será tan sencillo exterminarme – murmuro Naraku al mismo tiempo que abría la boca y dejaba escapar una nube de gas venenoso. Sesshomaru al verse envuelto en la neblina toxica, retrocedió unos metros lejos del Hanyou. Este ni tardo ni perezoso, hizo surgir de sus garras, cientos de tentáculos que salieron disparados contra Sesshomaru.
Este ágilmente saltaba para evitar las alargadas articulaciones y en movimientos veloces, los cortaba con Toukijin. Pero no puedo evitar ser rodeado por miles de monstruos que aprovechando su distracción, surgieron del cuerpo de Naraku. Ante la mirada aterrada de Kagura, los demonios se pegaron al cuerpo del youkai, envolviéndolo en una masa deforme y oscura.
-Ya una vez trate de absorberte pero falle, esta vez no lo haré… - murmuro Naraku al mismo tiempo que un gigantesco tentáculo surgió de su pecho y con una velocidad impresionante se dirigió a la acumulación de carne putrefacta, deteniéndose a unos centímetros de la superficie de la masa. La punta del enorme tentáculo se abrió como si fuera una flor y con un fiero golpe se adhiero a la superficie.
-¡Déjalo miserable! – grito iracunda Kagura mientras hondeaba débilmente su abanico dejando escapar varias cuchillas plateadas.
El ataque choco contra la masa deforme pero no realizo ningún daño. Naraku sonrió al ver el rostro desencajado de Kagura y con gran impulso, jalo hacia el, la masa que contenia a Sesshomaru. La acumulación choco contra su cuerpo al mismo tiempo que miles de tentáculos salían del cuerpo de Naraku y envolvían la esfera en un intento por absorber al youkai.
-Lo va absorber – murmuro Mouryoumaru. – Si lo logra, se volverá en un ser de poderes increíbles.
-Eso no puede pasar, no puede – balbuceaba Kohaku sorprendió por lo que veía.
-Tranquilos, aun no termina la pelea – respondió Hakudoushi al mismo tiempo que sus brazos lentamente soltaban a Kanna. Ella solo levanto su cabeza al cielo, contemplando a su hermana mayor.
-Vaya que es difícil devorarte – murmuro Naraku al mismo tiempo que trataba de asimilar el cuerpo de Sesshomaru.
-¡Por favor Sesshomaru¡Sal de ahí! – gritaba Kagura mientras derramaba lagrimas de impotencia. No podía creer que aquel poderoso Youkai seria absorbido por un ser mezquino como Naraku.
De pronto un grito de batalla se escucho del hinchado vientre de Naraku. Una luz azul cielo comenzó a emerger al mismo tiempo que miles de fisuras comenzaron a extenderse por la gran masa de monstruos que se encontraba alojada en el vientre y pecho de Naraku.
-¿Qué demonios pasa! – exclamo el hanyou. Los minutos pasaban y la luz aumentaba su intensidad. Hasta que por fin sucedió lo que tanto temía Naraku.
Una gigantesca explosión surgió de su cuerpo, haciéndolo en mil pedazos. Los restos se dispersaron sobre todo el lugar al mismo tiempo que una esfera azul surgía en medio del polvo y la sangre.
-Si crees que con ese intento patético lograrías matarme, estas muy equivocado, maldito bastardo. – vocifero Sesshomaru al mismo tiempo que la esfera azul desaparecía.
-Miserable – se escucho decir una voz. Lentamente una masa deforme se elevo a unos metros de distancia de Sesshomaru. Este no se inmuto al ver que lo que se elevaba era la cabeza de Naraku. Jirones de piel y carne colgaban de esta, mientras que la larga cabellera cubierto de sangre negruzca cubría parte del rostro.
-Vaya, te ves mejor que antes – murmuro burlón el youkai.
-Aun no has acabado conmigo. – balbuceo Naraku al mismo tiempo que su cara y parte del pecho se regeneraba. – De aquí, ninguno de los dos saldrá vivo. – exclamo al mismo tiempo que miles de tentáculos y otras articulaciones de diferentes monstruos surgían de la cintura provocando que Naraku aumentara su cuerpo a un monstruoso tamaño. Kagura se horrorizo al ver la gigantesca figura de su creador, que se alzaba por el cielo y amenazaba con la vida de todos los presentes.
Sesshomaru retrocedió sin perder su mirada sobre el gigantesco hanyou. Este aunque se mantenía inmóvil frente al youkai, su cuerpo se mantenía en movimiento gracias a las retorceduras de tentáculos y articulaciones. De pronto un gran temblor se escucho por todo el lugar al mismo tiempo que Naraku se abalanzaba contra Sesshomaru.
-¡Será mejor que nos larguemos de aquí! – grito Mouryoumaru mientras extendía sus enormes alas al mismo tiempo que Kohaku saltaba a su hombro derecho y se elevaban al cielo alejándose del peligro.
-No te sueltes de mi – murmuro Hakudoushi al mismo tiempo que abrazaba a Kanna quien portaba al Bebe. Un campo de energía surgió envolviendo a los niños y rápidamente los elevo al cielo colocándose a un lado de Mouryoumaru y Kohaku.
Enormes tentáculos y articulaciones salieron disparados contra la humanidad de Sesshomaru al mismo tiempo que surgían diversos monstruos que se escupían acido y veneno derritiendo todo a su paso.
-¡Sesshomaru apártate de ahí! – grito Kagura al ver que el youkai se mantenía inmóvil frente a la gran acumulación de maldad que se venia sobre el. Este no respondió, solo extendió la espada hacia el cielo, al mismo tiempo que un aura azul comenzaba a emerger en la hoja de la espada. Una enorme esfera azul se creo en la punta del espada, resultado de la acumulación de energía demoníaca.
-¡Souryuha! – grito el youkai al mismo tiempo que abanicaba su espada contra Naraku.
Gigantescos dragones de luz azul cielo surgieron en medio de un estruendoso rugido. El salvaje ataque se extendió por el suelo, creando una gigantesca estela de destrucción.
El poderoso Souryuha se dirigió contra la humanidad de Naraku, arrasando a su paso con tentáculos y articulaciones, chocando brutalmente contra el cuerpo del Hanyou. El terrible impacto provoco que Naraku fuera arrojado contra el castillo en llamas, provocando una gigantesca explosión. Los dragones se elevaron al cielo al mismo tiempo que el castillo dejaba escapar gigantescas llamaradas, transformándose en un literal infierno azul.
Mouryoumaru, Kohaku, Kanna y Kagura estaban impactados. No podían creer lo que minutos antes había acontecido. Era algo que ni en sus sueños hubiesen imaginado. Naraku había sido derrotado finalmente por Sesshomaru.
-¡Sesshomaru! – se escucho una voz gritar al mismo tiempo Kagura descendía y corría dificultosamente hacia el Youkai. Este lentamente guardo su poderosa espada Toukijin y dándose la vuelta, recibió en un fuerte abrazo a la dominadora del viento.
-¡Eres un tonto¡Ese bastardo te pudo haber matado! – exclamaba Kagura en medio de lagrimas, aferrada al cuerpo de ser que amaba.
-Tranquila, ya todo termino. – fue lo único que respondió el youkai al mismo tiempo que besaba en la frente a Kagura.
-Hermana- se escucho murmurar una voz. Kagura lentamente se soltó de Sesshomaru y dándose la vuelta, sonrió. Frente a ella estaba Kanna quien la miraba con una inmensa alegría. – Ahora eres libre. - Detrás de la niña, se encontraba Hakudoushi quien no perdía su vista sobre la marioneta. Mouryoumaru junto con Kohaku aterrizaron y lentamente se acercaron a Kanna.
-Será mejor que se vayan, ahora que Naraku se encuentra fuera de la jugada. – murmuro el gigantesco Youkai.
-Adiós Kagura, te deseamos suerte. – murmuro Kohaku, con una leve sonrisa en el rostro.
-Tienen razón, hay que marcharnos- exclamo Sesshomaru mientras su mirada se posaba en la entrada destruida de la ciudadela. Kagura asintió y tras darle un tierno beso en la frente a su hermana, se dispusieron a partir.
De pronto un rugido proveniente del interior del castillo en llamas hizo que todos se petrificaran. Kagura y Sesshomaru se dieron la vuelta, al mismo tiempo que los demás lentamente se alejaban, a excepción de Hakudoushi quien en un movimiento rápido de su mano derecha, hizo surgir su alargada alabarda.
-Sesshomaru vamonos, ahora que hay tiempo- suplico Kagura. El youkai viendo prudente una retirada estratégica, se dio la vuelta junto con la dominadora del viento al mismo tiempo que una nube blanca surgía bajo sus pies y rápidamente los levantaba del suelo.
Lo que sucedió después fue algo que nunca olvidaría Sesshomaru. Un tentáculo salio disparado de entre el fuego en dirección hacia él. Y aunque este podía esquivarlo o destruirlo con su mano, las heridas y el veneno que Naraku le había propinado durante la batalla, de alguna forma lo había debilitado en cierto grado.
Estaba a punto de esquivarlo cuando una figura se interpuso entre él y el tentáculo. Sesshomaru sintió como su corazón se partía en dos ante lo que veían sus ojos. El tentáculo había atravesado el pecho de Kagura provocando que esta cayera sobre el suelo al mismo tiempo que dejaba escapar un gemido ahogado.
-¡Kagura! – exclamo el youkai mientras sostenía a la mujer al mismo tiempo el tentáculo salía del cuerpo de la youkai dejando una gran herida en su pecho. Hilos de sangre salían de esta, derramándose por toda la ropa hasta llegar al suelo.
-¿Kagura dime algo! – exclamo asustado por primera vez el youkai. La mujer lentamente movió su cabeza para verlo y dificultosamente comenzó a hablar.
-Una vez prometí luchar por lo que amaba hasta el final. Y lo he cumplido amor mió, cof, cof, cof. – Tosió un poco y prosiguió – Me alegra saber que moriré en manos del ser que amo, nunca te olvidare Sesshomaru, nunca…- murmuro finalmente mientras cerraba los ojos.
-¡Kagura¡No te vayas¡Dime algo¡Kagura! – comenzó a gritar Sesshomaru, enloquecido de dolor y rabia, mientras agitaba el cuerpo de Kagura. Al no ver respuesta de la mujer, trato de desenfundar su espada para matar al bastardo que le arrebato a la mujer que amaba.
Pero se detuvo al ver que Hakudoushi saltaba sobre el y Kagura, aterrizando frente a la marioneta. Esta al ver aquella acción, trato de retroceder y de huir pero Hakudoushi sin darle tiempo, empuño su alabarda y en un rápido movimiento, partió a la mitad a la marioneta.
Esta se disolvió en el aire al mismo tiempo que el jarrón que poseía el corazón de Kagura era tomado por Hakudoushi. Este lentamente se dio la vuelta y elevándose a unos centímetros del suelo, gracias a su campo de energía se acerco a Sesshomaru.
-Toma- murmuro el albino al mismo tiempo que extendía la mano con la que había atrapado el jarrón. Sesshomaru tomo el recipiente al mismo tiempo que buscaba una razón de aquel acto en los ojos del chico. – Será mejor que se vayan antes de que Naraku logre salir del castillo.
-No me iré, aun tengo que vengar la muerte de Kagura.
-Aun la puedes salvar, si logras unirse su cuerpo con su corazón, pero para eso debes irte.
Sesshomaru viendo las intenciones de Hakudoushi, hizo que la nube lo elevara junto con Kagura. Los demás vieron como velozmente se alejaban en dirección al bosque.
-Naraku se va poner furioso con lo que has hecho – murmuro Mouryoumaru.
-Lo se pero no importa. – respondió Hakudoushi mientras posaba su mirada sobre Kanna.
Un rugido salio del castillo en llamas al mismo tiempo que Naraku salía de entre el fuego, envuelto por su campo de energía. Iracundo busco a Sesshomaru y a Kagura, a sabiendas que uno de ellos estaba herido. Pero se sorprendió al no ver señales de ellos ni de marioneta. Un negro pensamiento cruzo por su cabeza al ver un pedazo del abrigo de la marioneta colgado de la alabarda de Hakudoushi.
-Hakudoushi ¿Dónde están ellos?
-Se han marchado, muy lejos de aquí, supongo – respondió el chiquillo mientras se daba la vuelta y se topaba frente a frente con Naraku. Kohaku al ver la ira del Hanyou, temeroso se escondió detrás de Mouryoumaru. Kanna por el contrario, se quedo inmóvil, mirando con extrañeza la serenidad de Hakudoushi frente a la furia de su "Padre".
-Miserable¿Crees que no se que tu has destruido a mi marioneta¡¿Qué has hecho con el corazón de Kagura! – mascullo Naraku.
-Se lo di a Sesshomaru. Acuérdate de que prometiste devolverle a Kagura su corazón, si lograban vencerte. Y aunque ella no te derroto, si logro pisotear tu orgullo, rematado por el ataque de Sesshomaru. En pocas palabras, Naraku, Hoy has perdido una batalla.
-¡Maldito Bastardo¡¿Cómo te atreviste hacer tal cosa!- vocifero Naraku al mismo tiempo que tomaba del cuello a Hakudoushi y lo levantaba del suelo. El chico lejos de asustarse, sonrió cínicamente y lentamente dijo:
-¿Crees que te tengo miedo? Pues no. Una promesa es una promesa y a diferencia de ti, yo si las cumplo. Vamos, si quieres desquita conmigo toda tu furia, pero recuerda que no puedes matarme a menos que asesines a Akago y no creo que quieras eso.
Naraku no dijo nada, esta vez había sido superado por su propio hijo, un simple mocoso. Lentamente lo libero al mismo tiempo que un campo de energía cubría su cuerpo.
-Al parecer ya tenías todo esto planeado, veo que has superado en esta ocasión a tu padre. Pero que no se te olvide quien soy y a la próxima vez que intentes algo similar, juro que te haré pagar.
-No intentaras recuperar el corazón de Kagura – murmuro Mouryoumaru.
-Ya no, esa perra me ha dado muchos problemas y ya no deseo mas. Además creo que no la he de servir de mucho tener su corazón de vuelta – murmuro burlonamente Naraku al mismo tiempo que lamía el dedo índice de su mano derecha, que estaba manchado de sangre. Lentamente comenzó a elevarse al mismo tiempo que miraba al horizonte que se extendía detrás del destruido castillo. Ante su vista se alzaban enormes montañas cubiertos de frondosos bosques. Y ante la mirada de Hakudoushi y los demás siervos, el Hanyou partió en dirección a las montañas.
-No entiendo, porque no intento recuperar el corazón de Kagura. No creo que se haya aceptado la idea de dejar libre a Kagura. – exclamo Mouryoumaru.
-Porque no es estupido - murmuro Hakudoushi mientras miraba el horizonte.
-¿A que te refieres con eso? – pregunto Kohaku.
-Naraku sabe muy bien que la batalla de hoy ha sido devastadora para el. Necesita encontrar un lugar para recuperar sus energías y curar perfectamente sus heridas. Si hubiese retenido el corazón de Kagura, significaría el acoso constante de Sesshomaru. Y lo menos que quiere mi padre es tener a un youkai vengativo detrás de el y que pueda arruinar sus planes en su intento por obtener más poder. – respondió el albino.
-Ya entiendo, bueno eso quiere decir que no veremos a Naraku por un largo tiempo. Entonces aprovechare para disfrutar este tiempo libre para descansar de su presencia. – exclamo alegre Mouryoumaru al mismo tiempo que movía sus enormes alas y comenzaba a elevarse. Kohaku al ver que el gigante youkai comenzaba a volar, dio un salto y se coloco en su hombro derecho.
-Yo te acompaño, yo también tengo ganas de descansar.
El gigante sonrió y dando un fuerte aleteo, se elevo por el cielo y se dirigió junto con el exterminador al bosque que se ubicaba en el valle. Hakudoushi miro como se alejaba los dos seres y tras dejar escapar un profundo suspiro, comenzó a caminar en dirección a las puertas.
Pero se detuvo al ver que frente a el estaba inmóvil Kanna, quien lo miraba fijamente.
-¿Por qué?
-¿Por qué que?
-¿Por qué hiciste todo esto¿Por qué ayudaste a Kagura a recuperar su corazón?
-Ya te lo había dicho, solo deseaba hacer lo correcto. Eso es todo, además había una razón poderosa para ayudarla.
-¿Razón¿Qué razón?
-No te hagas la desentendida, sabes muy bien de que razón hablo.
-¿Acaso tu sabes que ella esta…?
-Si, si lo se…Lo supe el día que la vi al lado de Sesshomaru en el campamento. Un simple latido delato su presencia en aquel lugar. Pero no te preocupes, no se lo diré a nadie. –Sonrió al mismo tiempo que miraba el cielo.
La chiquilla lentamente se acerco a Hakudoushi y deteniéndose a unos centímetros de su rostro, lo beso delicadamente en la mejilla derecha. – Gracias – musito la joven. Aquella acción provoco que Hakudoushi no pudiera evitar sonrojarse.
-¿A dónde piensas ir ahora? – pregunto el albino al mismo tiempo que su corazón aceleraba su ritmo.
-No se, creo que deambular por el bosque, cuidando a Akago. – respondió Kanna al mismo tiempo que se daba la vuelta y comenzaba a alejarse.
-Espera, yo conozco un lugar donde las violetas cubren el suelo, esta cerca de un hermoso lago, no se si tu deseas acompañarme ahí. – murmuro el chico mientras miraba a Kanna. Esta se detuvo y dándose la vuelta lentamente, asintió con la cabeza. Hakudoushi sonrió y tomando de la mano a Kanna, comenzaron a caminar en dirección a la salida.
Pasaron las horas y el castillo se redujo en cenizas al mismo tiempo que una enorme columna de humo se elevaba por el cielo. Los rayos del sol lentamente comenzaron a emerger, alejando las sombras de la noche.
Jaken se mantenía despierto, habían pasado horas desde que su amo se había marchado.
-Señor Jaken¿A que hora regresara el amo Sesshomaru y la señorita Kagura? – pregunto Rin, que ya se había levantado por los rayos del sol.
-No se niña. – respondió cortantemente el sirviente. De pronto su rostro se ilumino al ver que el youkai regresaba. Pero su alegría se palideció al ver como el youkai descendía al suelo, llevando consigo el cuerpo inerte de Kagura.
-¡Amo bonito! – grito el sirviente al mismo tiempo que Sesshomaru colocaba suavemente a Kagura en el césped.
-¿Señorita Kagura¿Qué tiene¿Señorita Kagura? – murmuraba Rin mientras movía el cuerpo inerte de la youkai. Ante el hecho de no ver respuesta alguna de Kagura, Rin comenzó a llorar sobre el cuerpo de la dominadora del viento ante la mirada triste de Jaken.
-Al parecer esta mujer lleva muerta desde hace horas. Creo que ya nada se puede hacer, ni Colmillo Sagrado puede devolverle la vida- sentencio Jaken. De pronto sintió como una mano lo tomaba del cuello y lo levantaba del suelo.
-¡No vuelvas a decir eso! – vociferó iracundo Sesshomaru.
-Amo siento lo que ha sucedido pero debe entender que es verdad – balbuceo el sapo.
Sesshomaru lentamente dejo caer a Jaken al mismo tiempo que se daba la vuelta y miraba el cuerpo de Kagura, sobre el cual, Rin derramaba sus lagrimas. Las palabras de Jaken resonaron en su cabeza al mismo tiempo que apretaba el puño, provocando que sus afiladas garras hirieran su piel. Tres hilillos de sangre colgaban del puño cerrado del youkai, quien lleno de ira y de dolor, trataba de mantener la compostura.
-¡Señorita Kagura¡Despierte¡No se muera! – comenzó a exclamar la pequeña, quien aferrada al cuerpo de la youkai, se negaba aceptar su terrible partida.
-Jaken, llevate a Rin. – murmuro Sesshomaru. El viejo sirviente se acerco y trato de alejar a Rin de Kagura, pero la chiquilla se negaba, dando de patas y manotazos.
-¡Rin suéltala! – exclamo enérgico Sesshomaru. Pero Rin no escucho, ya que ella se negaba alejarse del cuerpo de la mujer que pudo haber sido su madre. Jaken al ver la actitud de la chiquilla, se alejo lentamente, con la cabeza baja. Sesshomaru estuvo a punto de darle una bofetada a Rin para tranquilizarla cuando esta repentinamente se quedo callada.
-¿Rin que sucede? – pregunto Jaken al ver el cambio de la chiquilla. Esta, secándose las lagrimas del rostro, señalo con mano derecha al jarrón que Sesshomaru había traído. El youkai dirigió su mirada al recipiente y con gran sorpresa descubrió que una luz rojiza resplandecía débilmente en el interior del jarrón.
-Rin, quita la tapa a ese recipiente y dámelo.
La chiquilla obedeció y tras destapar el jarrón, lentamente se lo dio a Sesshomaru. Este metió la mano dentro del recipiente y tras unos minutos saco de este, una esfera rojiza que débilmente parpadeaba una luz.
-Amo Sesshomaru ¿Qué es eso? – pregunto Rin.
-Esto es la única esperanza de que Kagura regrese con nosotros – respondió Sesshomaru. – Quiero que ambos se aparten de aquí, necesito espacio para lo que voy hacer.
El sirviente y la chiquilla obedecieron sin chistar y colocándose a una distancia prudente, observaron como lentamente Sesshomaru introducía el corazón de Kagura en su pecho. Un resplandor rojizo cubrió el cuerpo de la youkai al mismo tiempo que Sesshomaru desenfundaba a Colmillo Sagrado. Se mantuvo inmóvil frente a Kagura, esperando la llegada de los emisarios del otro mundo.
Pasaron unos minutos, hasta que las deformes criaturas aparecieron y antes que llevaran a cabo su labor de conducir el alma de Kagura al otro mundo, Sesshomaru con tres movimientos rápidos cortó a los entes. Los pedazos cayeron alrededor del cuerpo de la mujer y rápidamente se disolvieron al mismo tiempo Sesshomaru clavaba la hoja de Colmillo Sagrado sobre el pecho de Kagura, sellando así su corazón dentro de su cuerpo. Pasaron unos minutos, pero Kagura no despertaba…
-Amo Sesshomaru ¿Qué hacemos? – murmuro la niña mientras se acercaba a Kagura.
-Niña calla, no ves que el amo esta ocupado. – respondió de mala gana Jaken.
Sesshomaru si decir nada, se hinco ante Kagura y suavemente la beso en la frente. Luego se sentó al lado del cuerpo de la youkai, para esperar su despertar. – Por favor Kagura, despierta- murmuro el youkai al mismo tiempo que una lágrima rodaba por su mejilla.
-¿Dónde estoy? – murmuro una mujer. Estaba sola, en medio de un enorme prado de flores púrpuras. -¿Pero que hago aquí¿Dónde están todos?- pregunto a viva voz la youkai. Lentamente comenzó a caminar en aquel lugar, tratando de saber que hacia allí.
Camino por horas, tratando de descifrar su ubicación mientras gritaba en busca de alguien que la auxiliara. -¿Sesshomaru¿Rin¿Dónde están? - Pero al no ver respuesta alguna, se detuvo. La luz iluminaba todo a su alrededor, dando una sensación de paz y tranquilidad a la youkai. Lentamente una idea comenzó a girar dentro de su cabeza mientras miraba mas y mas al su alrededor.
Suavemente toco su pecho y noto que el latido de su corazón. La ropa que horas antes estaba hecha pedazos, estaba intacta. Incluso su piel estaba libre de las heridas provocadas en la batalla contra Naraku. Todo aquello significaba una sola cosa, algo que deseaba desde hace mucho tiempo cuando estaba con Naraku y que desapareció cuando estuvo al lado de Sesshomaru.
-Estoy muerta- finalmente murmuro. Todo aquel dolor, todo ese sufrimiento había desaparecido. Por fin era libre de las garras de Naraku, por fin había obtenido su tan preciada libertad. Comenzó a reír, feliz por su buena suerte pero no paso mucho tiempo hasta que esas risas se volvieron lagrimas. Ya era libre pero de que le servia. Estaba sola en aquel lugar creado para ella, sin nadie a su lado. Obtener su libertad le había costado su propia vida pero no significaba nada si no estaba al lado del youkai que amaba.
Lentamente se arrodillo en medio de aquel prado y posando sus manos sobre su rostro, comenzó a llorar.
-¡No quiero estar aquí¡Quiero vivir¡Quiero estar al lado de el!
-¿Por qué lloras? – se escucho una voz. Kagura asustada por aquella pregunta, miro hacia todos lados, tratando de encontrar al dueño de aquella voz. -¿Por qué lloras? – volvió a repetir la voz.
-¿Porque lloro¡Porque estoy condenada a estar en este lugar¡Alejada del hombre que amo¡¿De que me sirve estar toda esta libertad si estaré sola por toda la eternidad¡¿De que diablos me sirve estar muerta si no podré volver a los seres que amo¡Por eso lloro!
-Kagura- murmuro otra vez la voz.
-¿Qué! – vocifero iracunda la youkai.
-No estas muerta.
-¿Qué¿Qué no estoy muerta? – balbuceo Kagura ante aquellas preguntas. Se levanto del suelo, secándose las lagrimas. -¿Por qué dices¿Quién eres?
-¿Acaso no reconoces quien soy? Vamos Kagura. – murmuro la voz que parecía acercarse más y más. Kagura se mantuvo inmóvil, tratando de adivinar en que dirección provenía aquella voz. Sintió un extraño escalofrió al sentir que detrás de ella se encontraba el dueño de aquella voz y lentamente se dio la vuelta. Lo que vio fue algo que jamás olvidaría.
Frente a ella se encontraba Hakudoushi, Kanna, Kohaku y Mouryoumaru. Todos la miraban fijamente, en silencio.
-¿Qué hacen aquí?
-Venimos a saber que haces tú aquí. Debiste despertar desde hace mucho tiempo. – murmuro Hakudoushi.
-¿Alguien no te ha dicho que eres muy dramática? – replico Mouryoumaru.
-Oigan no sean tan rudos con ella. – exclamo Kohaku.
-¿Pero que pasa aquí¿En donde estoy? – pregunto confundida Kagura.
-Estamos en tu mente –musito Kanna mientras arrullaba delicadamente al bebe que llevaba en sus brazos. – Al parecer aun no sales del estado de inconciencia.
-¿En mi mente¿Estado de inconciencia? – murmuro confundida Kagura.
-Eso se debe a que aun no te has recuperado del shock provocado por la herida que te propino Naraku. – explico Hakudoushi. – Afortunadamente Sesshomaru logro colocar tu corazón de vuelta a tu pecho, logrando así salvar tu vida. Solo es cuestión que despiertes de este estado.
-¿Entonces soy libre¿Ya no estoy al servicio de Naraku?
-Así es, ya eres una persona libre Kagura – afirmo el gigantesco Youkai.
-No puedo creerlo, siempre creí que solo seria libre el día que mi vida llegara a su fin.
De pronto una fuerte luz ilumino a Kagura al mismo tiempo que un viento soplo sobre los demás seres.
-¿Qué sucede! –Exclamo alarmada Kagura.
-Adiós Kagura, cuídate mucho – murmuro Kanna. Kagura sonrió antes las palabras de aliento de su hermana al mismo tiempo que veía como se desvanecía la chiquilla junto con los otros seres.
-Ah una cosa más, se buena madre y cuida bien de nuestro "sobrino" – exclamo burlón Hakudoushi. Kagura no comprendió tales palabras y estuvo de preguntar el significado de las mismas pero la luz se hizo más fuerte, provocando que no lograra distinguir a sus hermanos.
-Adiós, Kagura, adiós. – se escucho decir varias voces, la youkai no logro atinar quien se despedía de ella, pues solo la luz le permitía ver siluetas, lo único que logro murmurar fue – Adiós Amigos.
-Kagura- se escucho una voz masculina decir al mismo tiempo que la youkai lentamente abría los ojos. Frente a ella estaba Sesshomaru, quien la miraba fijamente.
-Vaya, hasta que ella se digno en despertar – exclamo Jaken.
-¡Señorita Kagura! – grito Rin al mismo tiempo que se abalanzaba sobre Kagura y la abrazaba. Esta sonrió y abrazo a la chiquilla ante la mirada fría de Sesshomaru. -¡Que bueno que regreso¡Temí que no volviese!
-¡Yo pensé lo mismo pero ve, aquí estoy¡Yo también te extrañe! – respondió Kagura.
-Jaken, prepara todo, nos vamos – exclamo fríamente Sesshomaru. El viejo sirviente asintió con la cabeza y comenzó a guardar todo. –Rin ayúdalo por favor. – volvió a exclamar el youkai. La chiquilla obedeció y soltando a Kagura, fue ayudar a Jaken.
-¿Qué sucede? – pregunto Kagura ante la actitud de Sesshomaru.
-¿Cómo te atreviste a ir a enfrentarte sola a ese bastardo¿Estabas loca o que? – respondió Sesshomaru.
-Tenia que demostrarle que no iba a dejarme vencer tan fácilmente, perdóname si te preocupe.
-Eso lo se, pero no se porque me ocultaste que estas embarazada, si deseabas morir esta bien, pero debiste pensar en nuestro hijo – respondió molesto Sesshomaru.
-¿Embarazada? – exclamo sorprendida Kagura. De pronto recordó las palabras de Hakudoushi cuando estaba inconsciente. – "Ah una cosa más, se buena madre y cuida bien de nuestro sobrino". -¿Pero porque dices eso¿Quién te dijo¿Cómo lo sabes y yo no? – espeto la dominadora del viento.
Sesshomaru por unos momentos miro extrañado a Kagura y viendo que ella no sabia nada, comenzó a explicar:
-Cuando regrese tu corazón a tu cuerpo, logre sellarlo para evitar que Naraku lo obtuviera de nuevo. Después de eso, te deje descansar, esperando que despertaras. Pero mientras esperaba, pude notar un cambio en tu aroma. Ese aroma era parecido al que poseían las youkais embarazadas de mi comarca. Mi sospecha fue afirmada cuando coloque mí oído en tu vientre y oí….yo oí…
-Y… ¿Y que, que oíste?- murmuro Kagura al mismo tiempo que sentía un nudo en la garganta.
-Oí un latido. Entonces supe que... que... que estabas encinta – susurro Sesshomaru mientras bajaba el rostro, sonrojado por sus propias palabras. Era la primera vez que trataba con asunto de esta índole.
-No se que decir, no creí que esto fuera posible.
-¿Bueno que esperabas? Eso fue el resultado de nuestros "encuentros" - susurro Sesshomaru para evitar que Jaken y Rin lo escucharan.
-Y ahora que sabes que espero un hijo tuyo ¿Qué harás?- pregunto temerosa Kagura.
-¿Acaso no oíste? Nos vamos, regresare a mis territorios, ya no tengo nada que hacer aqui.
-Oh, ya veo, entonces esto quiere decir el adiós. –murmuro decepcionada la youkai mientras bajaba la cabeza.
Sesshomaru no contesto, solo chasqueo sus dedos al mismo tiempo que miraba que el caballo de dos cabezas, Ah-Un, se acercaba ellos. De pronto Sesshomaru se acerco a Kagura y tomándola con el único brazo que tenia, la subió al lomo del caballo.
-¿Qué haces! – exclamo confundida Kagura.
-¿Qué crees que parece? Te estoy subiendo al caballo, no iras a pie en el viaje de regreso.
-¿Viaje de regreso¿Acaso quieres que vaya contigo?
-Claro que si, eres mi mujer, no dejare a la madre de mi futuro hijo en estos parajes. – respondió Sesshomaru. Kagura no supo que decir, solo asintió con la cabeza mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Amo Sesshomaru ya esta todo listo, ya podemos partir. – exclamo Jaken. Rin se acerco a Ah-Un y sonriente se subió en el caballo, quedando delante de Kagura.
-Muy bien, ya es hora de irnos, vamonos- exclamo Sesshomaru al ver que todo estaba listo. Un relincho de Ah-Un anuncio la partida de tan singular grupo.
El sol ilumino el rostro de Kagura. Un sentimiento de alegría y paz se albergaba en el corazón de la youkai. En 7 días había logrado lo que durante toda su vida creyó imposible, su libertad. Y ahora estaba encinta del hombre que mas amaba.
-¿Todo esto es verdad¿En verdad soy libre? - murmuro la dominadora del viento mientras miraba el horizonte.
-Lo eres Kagura, no lo olvides, eres libre como una mariposa - se escucho una voz murmurar. Kagura miro hacia atrás y con sorpresa descubrió que Kanna y Hakudoushi estaban parados en el camino, inmóviles, viendo como su "hermana" partía a su nueva vida. Kagura solo atino en levantar su mano y delicadamente les dedico un beso.
-Adiós, los extrañare – murmuro mientras dejaba caer una lagrima.
Ellos simplemente sonrieron al mismo tiempo que un suave viento soplo sobre ellos, desvaneciéndose ante los ojos de la youkai.
-¿Qué sucede¿Todo está bien? – pregunto Sesshomaru al ver la actitud de la dominadora del viento.
-Si todo está bien ahora – respondió Kagura mientras volvía colocar su mirada al brillante horizonte que se extendía ante sus ojos. Un viento juguetón soplo sobre la singular caravana, embriagándolos de un dulce aroma a flores. Perfume que no los abandono durante el camino de regreso a su nuevo hogar.
-¡Mire Señorita Kagura¡Mariposas! – exclamo la chiquilla al mismo tiempo que varias mariposas blancas cruzaban por el camino en dirección a aquel prado donde esta historia de amor dio comienzo.
-Las veo, Rin, yo las veo – contesto Kagura mientras sonreía y mirando a Sesshomaru, lo besaba delicadamente en los labios. Y así concluye esta modesta historia de amor, me gustaría contarles las peripecias y aventuras que acontecieron durante el viaje de regreso pero eso ya es otra historia…
Fin
¿Que tal? Bueno antes de despedirme, quiero decir que este capitulo esta dedicado a dos personas.
La Primera es eres tu Ayla, quien gracias a ti me demostraste que un verdadero escritor de fics escribe porque le nace del corazón, no importa si no te lee, lo imporante es que te guste lo que haces.
La Segunda erestuYuka, quien me ayudaste a pasar mi depresion durante estas semanas, asi como animaste a seguri escribiendo.
Ya aunque no lo sepan algunos, este fic como los otros que tengo en esta cuenta de Fanfiction, corrian el peligro de no ser terminados, ya que mis ganas de escribir se habian ido, pero gracias a las dos personas antes mencionadas, eso no paso.
Mil Gracias a ustedes, mis queridos lectores y nos vemos en otra historia sacada de mi retorcida Imaginación.