Todos los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi, a excepción de los creados por las presuntas escritoras. Este fan fiction es sólo una obra de entretenimiento sin fines de lucro.

L.O.U. & Pao-chan Fanfictions

EPILOGO

La puerta se abrió, después de un barullo ensordecedor que hizo que su cabeza diera vueltas como si estuviese en el ojo de un huracán.

Antes le era más difícil despertarse, a causa de las constantes pero reconfortantes dosis de morfina que le administraban desde hace días. Ahora, su cuerpo se estremecía con un rumor silenciosamente agudo, justo en su cadera, y lo mismo ocurría cuando respiraba.

Preguntas, ¡por Kamisama! Nunca en su vida había respondido a tantas preguntas, pero en esta ocasión, y a pesar de su despistada conciencia, su mente y sus recuerdos se negaron al impulso de guardarse el relato para sí mismo.

¿Qué más daba, se decía una y otra vez. Si nada de esto cambiará. ¡Nada!

Y de momento, supuso que otra vez tenía que enfrentarse ante aquel remolino de preguntas, en el instante en el que la puerta permitió el ingreso de alguien más.

A primer vistazo, supuso que se trataba de uno de aquellos hombres de bata blanca que le habían salvado la vida.

Se equivocó. No era la silueta de algún doctor o enfermera, sino la de una joven de aproximadamente diecisiete años, y cabello corto.

Ryoga Hibiki se sobresaltó ligeramente, tratando de sentarse sobre aquella dura cama de hospital. Su vista nublada sólo distinguió una figura amorfa dirigiéndose hacia él.

Trató de decir algo, abrió la boca pero no salió nada. La sombra se aclaró, cuando la luz que se filtró por la ventana e iluminó los rasgos de la mediana de los Tendo.

Nabiki estaba ataviada con una blusa de cuello alto y una falda que le llegaba hasta la rodilla. Ambos de color negro.

A pesar de su febril mareo, Ryoga supo el porqué.

--Parece que ya estás mejor. . .—el rostro de Nabiki estaba pálido y sus ojos levemente húmedos. Los labios se movieron espasmódicamente y Ryoga tardó algún tiempo en darse cuenta de que la chica trataba de sonreír—Que bueno.

Su mirada y su atención se centraron en el aire ausente que había en el semblante de la joven, y de manera inconsciente preguntó algo que hizo sentir a Nabiki como si le apuñalaran fuertemente en el corazón.

--¿Han. . .encontrado algo?. . .—musitó él, con un silbido en el pecho recién suturado y vendado.

--Hoy sepulté a mi hermana. . .—respondió Nabiki, como si su cuerpo y su mente estuviesen en otra parte.

Los ojos se le llenaron de unas lágrimas que había intentado reprimir hace dos horas. Pero esta vez, se desbordaron, y el aparentemente inquebrantable semblante de Nabiki Tendo sucumbió ante un torrente de silencioso llanto.

--¡El fuego lo consumió todo! –dijo—Todo. . . Akane. . . Ranma. . .removieron las cenizas, pero no encontraron nada. . .

Breves fragmentos pasaron por la mente de Ryoga. Su primer recuerdo fue cuando logró abrir los ojos, observando el blanco techo de una sala de terapia intensiva. Alguien le murmuró algo, pero por ahora, sólo lo recordaba en palabras cortadas. La cadera rota. Un pulmón perforado. Laceraciones en todo el cuerpo.

. . .Bakkusai Tenketsu. . .

Dos horas después, tres sujetos de la policía llegaron. Estuvieron haciendo preguntas, pero no expresaron sospechas. Uno de ellos comentó que los escombros seguían calientes y no los habían removido. Y de ahí, hasta ahora, el interrogatorio fue igual para él, solo que esta vez era por parte de los Tendo, los Saotome y Cologne.

Después de esos atormentadores días, Ryoga no volvió a recordar aquella infernal batalla. . .salvo en sueños, esos sueños que sólo se tienen de madrugada, en los que sentía que algo enorme pasaba por su lado, algo que iba a tocarle y que después, en el último segundo, retiraba su mano inhumana.

Algo, con unos grandes ojos amarillos que brillaban como faros antiniebla.

. . .El fuego lo consumió todo. . .

Una de sus manos se apoyó en uno de los brazos de Nabiki, en un gesto de compasión.

El corazón le dio un vuelco, retumbando en sus adoloridas arterias. Un calor húmedo cruzó su rostro y se dio cuenta de que estaba llorando, como nunca antes lo había hecho en su vida.

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Los últimos vestigios del mes de febrero fueron borrados por el húmedo temporal de lluvias de primavera. Un mes que quedó grabado en los habitantes de Nerima como la temporada más fría y devastadora que se pudiese recordar. Una estación que fue llamada por más de un encabezado de prensa como "La tragedia Invernal de Nerima", ocasionada inicialmente por las muertes de varios animales domésticos, y luego la de un estudiante de preparatoria, todos ellos a manos de un supuesto animal salvaje. El tétrico mes concluyó con el incidente de un incendio a las afueras de la ciudad, en el que después sólo encontraron los restos de dos cuerpos mutilados e incompletos, y los cuales fueron identificados por los forenses como pertenecientes a alguna especie de animal.

La policía y algunos rescatistas removieron las cenizas, esperando encontrar rastro alguno de dos jóvenes desaparecidos. Nada. Todo recuero y pertenencias yacían bajo grandes montículos negros. Los escombros y probablemente los cuerpos se habían carbonizado completamente.

Un macabro incidente que sucumbió a la pequeña ciudad, trayendo consigo el dolor de dos familias.

Varios periódicos plasmaron el hecho en sus primeras planas, luego la nota se volvió ocasional en algún noticiario y finalmente quedó olvidada para la mayoría de la gente, como suele ocurrir con todas las malas noticias.

--. . .aunque sólo han pasado tres meses desde entonces.—dijo un hombre de rostro macilento, oculto tras una descuidada barba.

--mm. . .si, creo recordarlo, o haber leído algo así en uno de los diarios de Tokio –respondió otro tipo, embotado por la conversación. Era un campesino, proveniente de uno de los diversos pueblecitos aledaños a Osaka—Esas cosas lo hacen pensar a uno, ¿no?

El otro hombre sólo le asintió con la cabeza. El campesino miró distraídamente hacia el cielo.

--será mejor que me dé prisa, antes de que anochezca –dijo tomando un saco grande repleto de víveres, y llevándolo a cuestas. Se dirigió en dirección a un sendero solitario que atravesaba una zona boscosa y oscura.

Siguió andando, y aunque el otro sujeto le llamaba, entró en el bosque sin volver la cabeza. Durante varios segundos pudo distinguirse el parpadeo del saco color paja entre los árboles, y luego desapareció al igual que la luz de la tarde.

Nunca más volvieron a verle.

Un cielo azul cobalto resplandeció por el leve destello de una luna, tan blanca y redonda como una moneda de plata.

Luna llena.

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. . .Hambre. . .

Un ardor incontrolable atenazó sus entrañas. Lo conocía muy bien, y una parte inconsciente le daba la impresión de que se estaba acostumbrando a esto.

Casi como. . .como una segunda naturaleza.

Sus brazos temblaban, a pesar estar sujetos a algo. ¿Qué era exactamente? ¿Una soga? No. Esa cosa producía un ruido seco y pesado al halarlo. Metálico.

Sus músculos vibraban, se detenían y volvían a estremecerse, haciendo que las costuras de sus desgastadas ropas saltaran y se desprendieran como si fuesen de papel. Sus manos sujetaron un vientre que comenzaba a cubrirse de un pelo hirsuto, abundante y de un brillante color negro-azul.

Entreabrió la boca, exhalando un gemido gutural.

Tendida, entre la espesa maleza, la figura de una hermosa joven de cabellos cortos se retorcía en medio de punzantes chasquidos de músculos y nervios. Perdiendo su simetría, descomponiéndose y volviéndose una forma monstruosa. Antropomorfa.

(¡Clic!)

El clic sonó dentro de su cabeza. Era el sonido de una cadena al desprenderse.

Levantó la vista, aturdida por la agonía que recorría cada una de sus células. Un muchacho alto y de cabellos tan negros como la noche, desató la cadena que le aprisionaba. El otro extremo de ésta estaba atado aun a la muñeca izquierda de él, y sin el menor esfuerzo también la desprendió, dejándola caer al suelo.

Se inclinó hasta donde estaba ella, posando una mano sobre su hombro. Sus miradas se cruzaron, y pudo ver que los ojos azul grisáceos del joven adquirieron poco a poco una tonalidad ámbar. El destello de unos poderosos incisivos asomó entre la comisura de sus labios.

La voz de Ranma sonó con el eco estridente de un rugido.

--. . .vamos, mi amor. . .yo también tengo hambre. . .

F I N

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UNA HISTORIA MÁS QUE LLEGA A SU FIN. . .Y DE SEGURO SE PREGUNTARÁN. . .¿ESTE ES EL FINAL? PUES TANTO PAO COMO YO (LOU) CREEMEOS KE ES LO MÁS JUSTO.

GRACIAS A TODOS AQUELLOS QUE SE DESVELARON Y EMBELESARON CON NUESTRA HISTORIA, SIENDO QUE ES UNA DE LAS TRAMAS MÁS PARANÓICAS Y PROBABLEMENTE DE LAS MÁS AJENAS AL CÓMICO UNIVERSO DE RANMA ½ Y QUE AÚN ASÍ SE TOMARON LA MOLESTIA DE ESTAR MES A MES Y TEMPORADA CON TEMPORADA LEYENDO LA ACTUALIZACIÓN.

AGRADECEMOS A UNMA (POR SUS ACERTIVAS CRÍTICAS) A EL GRAN KAIOSAMA (POR QUE SIEMPRE ESTUVO CUANDO PAO NECESITÓ MÁS QUE UN SIMPLE REVIEW O COMENTARIO), A ALISON POR SU INCONDICIONAL APOYO, PESE A SUS LAGUNAS MENTALES (JEJE, NO FINJAS "DORY"), A SHIRO, ADES, JADE SAOTOME, JIRAIYA-SAMA Y TODO EL RESTO DE NUESTROS LECTORES CONSTANTES.

Y POR PARTE DE LOU. . .¡GRACIAS A EDGARITO Y A ALMA, Y ELLOS SABEN POR QUÉ!. . .JEJE Y A KARISAURIA POR NO ESTORBARME (O)

ASI KE CON ESTO NOS DESPEDIMOS. . .Y ESPEREMOS CONTINUAR CON OTROS PROYECTOS IGUAL DE EXITOSOS QUE ÉSTE.

LOU. . . .& PAO CHAN. . . .¡ON THE ROAD AGAIN!