Fics basado en la serie Hunter X Hunter
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Cumpleaños
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Capítulo II
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Por DarkCryonic
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El resto de la tarde pasó con normalidad. Una sensación de paz falsa invadía mi cuerpo y mis pensamientos. Pero traté de distraerme lo mejor posible, haciendo pelear a Leorio con Kurapica, cambiándole el tema a Gon cada vez que sentía que iba a caer en el asunto de mi familia.
-- Se hace tarde.-- Dijo Kurapika poniéndose de pie enfadado y algo ruborizado, después de recibir parte de mi pastel de cumpleaños en su rostro, después de un pequeño altercado.
-- Ves, Gon, te dije que Kurapica se ve mejor con crema.-- Dijo Leorio esbozando una sonrisa pícara. El kuruta le dio una de sus minadas asesinas. "Creo que es mejor que yo en eso de las miradas de hielo"-- Pensé, mientras me reía bajito, o quizás no tan bajito, ya que recibí también una de sus miradas. Podría haber jurado que había un toque rubí en sus ojos...
Sólo esperaba que el rubio recordara que yo soy su amigo y no parte de la araña... Así que sonreí lo más amistosamente que pude. Gon trató de calmar el ambiente, ya que Leorio había terminado con la cara en el pastel después de su comentario, y creyó notar que yo seguía en la lista de incidentes.
-- Amigos, no olviden que es el cumpleaños de Killua...-- Decía mientras trataba de sonreír y calmar con su alegría al Kuruta, mientras Leorio trataba de quitarse con las manos los restos del pastel.
"Y puede ser el último que celebre con ustedes"... No pude evitar pensar, mientras me cruzaba de brazos y cerraba mis ojos apoyando mi cabeza en la silla del restaurante. Pude notar que los chicos se quedaron en silencio, hasta Leorio que no había dejado de profesar palabras poco gratas al rubio.
-- ¿Killua?-- Escuché la voz de Gon que me llamaba. Abrí los ojos.
-- ¿Sí? ¿Qué pasa?-- Pregunté mirándolos sin entender porqué los tres me miraban tan fijamente.
-- ¿Qué dijiste?-- Me preguntó Gon, con un tono de tristeza en la voz.
-- ¿Yo?... nada...
-- Sí, dijiste algo... como en el ascensor...-- Agregó Gon aclarándome la situación.
-- Sería tu imaginación...—Dije tratando de salir del problema.
-- Yo también escuché que dijiste algo.-- Dijo Leorio, no mejorando la situación. Kurapika asintió.
"Lo último que faltaba, estaba pensando en voz alta..de nuevo..."
-- No dije nada...-- Volvía a decir mientras miraba el techo y arreglaba mis cabellos con una mano dándole poca importancia al asunto.
-- Dijiste... -- Bajé la vista para ver a Gon.-- Tú dijiste...-- Gon me miró con tristeza...
-- No dije nada.-- Dije mirándolo con fijeza.-- Ya olvídalo...
Kurapika se cruzó de brazos.
-- ¡Júralo!.-- Dijo mirándome con seriedad, como si de pronto nuestra reunión hubiera cambiado de propósito de manera abismante.
-- ¿Jurar qué? -- Pregunté ya algo fastidiado.
-- Que no será el último junto a nosotros.-- Dijo Leorio, también con un tono de seriedad poco común en él. No pude evitar mirar a Gon, quien esperaba la respuesta con ansiedad, ya que balanceaba sus pies en la silla sin quitarme la vista de encima.
-- Lo siento. No puedo jurarlo. Y aunque lo jurara, no podrían confiar en mis palabras... Enka, ¿recuerdan?-- Dije.-- Como Hisoka.—Agregué para darme a entender mejor.
-- ¡No! ¡No eres como él!-- Gritó Gon acercándoseme con su mano empuñada, a centímetro de mi rostro.-- ¡Tú eres Killua!
-- ¿Gon?--
-- ¡Tú eres mi amigo Killua! -- Dijo sin cambiar de postura. "Si que asusta Gon, cuando se le mete algo en la cabeza."
-- Gon...-- Murmuré. Sacudí mi cabeza con fuerza.
Como podía decirle que de una sola cosa estaba seguro y era que ellos tres eran los únicos amigos que tenía y tendría en esta vida. Pero que no estaba seguro de mi futuro. Era un Zoldieck... "y quizás es más Zoldieck de todos" significara lo que significara serlo. Era algo que parecía escapar a mis manos.
-- Sólo prometo tratar.-- Dije, cruzándome de brazos y mirando hacia un lado, perdiendo mi vista en la ventana y la realidad fuera de ella. Pero aún así, pude ver la sonrisa de Gon reflejada en el cristal. Era lo único que podía decir y hacer.
-- ¡Feliz cumpleaños Killua!-- Dijeron los tres luego de un minuto. Volteé sorprendido. Sobre la mesa había una pequeña caja de madera.
-- ¡Es para ti!-- Dijo Gon.
-- ¡Espero que te guste!.-- Dijo Leorio rascándose la cabeza, ya con la cara menos "cremosa".
-- Le gustará.-- Dijo Kurapica con una seguridad que me hizo entrecerrar los ojos.
Tomé la cajita entre mis manos y la abrí. Dentro de ella había una fotografía de los cuatro, del tiempo en que nos reunimos después del examen del cazador. Todos sonreíamos, hasta yo... Bajo la foto, estaba escrito "Siempre". Tan sencillo, pero tan lleno de significado. Me quedé estático y perdido en mis pensamientos por un par de minutos. Una eternidad para el resto. "Quizás si me hacen volver a la fuerza, sea el único recuerdo que tenga de ellos." Pensé esta vez en silencio. No pude evitar sonreír.
-- Gracias.
-- ¡Viste! Sabía que le gustaría.-- Dijo Gon sonriendo, mientras Kurapica me miraba como si buscara respuestas en mis ojos; y Leorio se rascaba la cabeza divertido.
-- Ya son las 9, es hora de volver y hacerme cargo de mi turno de noche en el hospital.-- Dijo Leorio.
-- No sé quien es tan idiota como para darle trabajo a un médico de quinta.-- Dijo Kurapica mirando de reojo a Leorio. Se notaba que aún estaba enojado con él.
-- Tan simpático como siempre.-- Dijo Leorio, mirando hacia el techo.
"Esos dos nunca cambiaran"-- Pensé... menos mal en silencio... "maldita bocota traicionera" No pude evitar sentir la necesidad de mirar por la ventana, nuevamente hacia la calle. Quedé paralizado.
-- Irumi...-- Murmuré. Mi hermano estaba parado, apoyado en la pared, en la vereda de enfrente, como si nadie más que yo pudiera verlo. No pude evitar sentir un escalofrío cruzar mi cuerpo. Sus ojos oscuros como la noche me llamaban a su encuentro. Me puse se pie sin mirar a mis compañeros que seguían conversando sin percatarse de nada.
-- ¿Killua?
-- Ya vuelvo. -- Dije saliendo
sin decir más...
...
Los segundos se hicieron
minutos. Mis rápidos pasos parecían lentos. Las imágenes se
cruzaban frente a mí grabándose eternamente en mis sentidos. Dos
Zoldieck en un día. Esto no tenía nada de bueno. Los músculos de
mis brazos se tensaron, listos a cualquier movimiento. Cuando llegué
a la calle, clavé mis ojos en Irumi como en la prueba del cazador,
pero esta vez sería diferente, no dejaría que sus palabras me
presionaran. Crucé la calle evitando los autos, o más bien ellos me
evitaban a mí, ya que no podía quitar mis ojos de él.
...
...
-- ¿Kurapika?-- Preguntó Leorio al notar que el kuruta había vuelto visibles las cadenas de su brazo derecho y su vista se perdía a través de la ventana. Al no tener respuesta del rubio, miró a Gon, pero éste no estaba en su silla. ¿Cuándo se había ido?-- ¿Qué diablos sucede?-- Preguntó más fuerte.
-- El hermano de Killua.-- Contestó Kurapica sin cambiar de postura.
-- ¿Qué? ¿Irumi?-- Preguntó como si el kuruta estuviera loco. Clavó sus ojos marrones en la ventana y la escena lo dejó mudo. Más allá de los automóviles, en medio de la gente que transitaba, estaba Irumi... frente a éste, dándole la espalda al restaurante estaba Killua y a un par de pasos tras del albino, estaba Gon.
...
...
-- ¿Qué haces aquí?-- Pregunté al estar a unos tres metros de Irumi. Su rostro no mostró cambio alguno, como era costumbre en él.
-- Vengo a llevarte a casa.--- Respondió sin emoción. Sonreí. Mi padre parecía tan predecible ahora. Irumi siempre era el plan B. Su perro de caza. Un muñeco tan manejable y tan perfecto. Aún no entendía por qué mi padre no lo había elegido como heredero. Parecía perfecto para el trabajo. Cero amigos, cero corazón y una perfecta técnica para deshacerse de cualquiera que se le interpusiese en el camino. Un perfecto asesino. "Todo un Zoldieck"...
-- Sabes que no iré, Irumi.
-- No es una petición.-- Contestó él.
-- ¡Él no irá!-- Escuché a mis espaldas. No volteé. Gon era tan voluntarioso. Irumi clavó sus ojos en él por sobre mi hombro. Lentamente me interpuse en el camino de sus ojos. A toda costa evitaría que mi hermano le pusiera un dedo encima al primer humano que me había considerado su amigo, incluso después de saber quien era y de qué era capaz.
-- Killua, tu lugar está en casa, junto a la familia.-- Dijo mi hermano mirándome nuevamente.
-- Mi lugar está donde yo quiera estar...
-- Tú eres un Zoldieck...
-- ¡Él es mi amigo Killua! -- Dijo Gon parándose entre mi hermano y yo, provocando que mis sentidos se exaltaran. Pude notar que el aura de Gon estaba encendida. Parecía muy enojado, y era la primera vez que lo veía así.-- Ya una vez te lo llevaste, pero esta vez no será así.
-- ¡Eso es verdad!-- Dijo otra voz. Kurapica y Leorio también habían venido. Uno a cada lado. Pude notar que Leorio sonreía extrañamente y que Kurapica tenía su brazo derecho levemente levantado, mostrando sus cadenas.
Muy bien sabía que el entrenamiento de Irumi podía provocar muchos problemas si decidía atacar, pero no lo hizo. Me miró de forma extraña, como si una leve emoción hubiera cruzado fugazmente por sus ojos y se hubiera agotado al instante.
Sentí un escalofrío. El tercer "Hola" estilo Zoldieck del día. Elevé mi vista. Irumi hizo lo mismo. Sobre la azotea del edificio contiguo estaba mi padre, mirándonos sonriente. Cuando volví a mirar a mi hermano, éste ya no estaba. Miré la azotea. Mi padre también había desaparecido.
...
...
-- No vendrá. -- Dijo Irumi.
-- Lo sé. Pero comprobé que estará bien. Sus amigos lo protegerán.
-- Pero...
-- Algún día volverá. Killua no puede huir de su destino. Tiene sangre de asesino, y tarde o temprano no podrá seguir controlando sus impulsos. Y cuando eso suceda, volverá a tomar el lugar que le corresponde en la familia Zoldieck.
Irumi clavó su mirada en el cielo antes de perderse en medio de la oscuridad junto a su progenitor.
...
...
Cuando sus áureas desaparecieron, respiré aliviado. Cerré mis ojos e incliné mi cabeza hacia adelante. Una pequeña sonrisa apareció en mis labios.
-- Si que estás loco, Gon...
-- Killua... -- Escuché que murmuró.
-- Irumi podía haberte matado si hubiera querido, antes que cualquiera de nosotros hubiera podido reaccionar.-- Dije sin cambiar de postura. "Si algo le hubiera pasado a alguno.. no me lo hubiera perdonado... nunca..."
-- No lo creo.-- Dijo Gon recuperando el tono común, aunque aún voluntarioso que había usado con mi hermano. "Gon si que estaba loco, más en estos casos..." Kurapica sonreía pero aún sus cadenas eran visibles. Leorio, sonreía con las manos en los bolsillos de su pantalón, mostrando despreocupación. "Si que había conseguido amigos locos..." Por un momento llegué a creer que el normal era yo, y eso ya era bastante extraño, tratándose de un Zoldieck; y siendo el más Zoldieck de todos...según la opinión de mi padre... o era que ser Zoldieck tenía otro significado que ignoraba y no sólo ser un asesino.
"El más Zoldieck de todos"-- Volvió a repetirse en mi cabeza por millonésima vez en este día, y ya empezaba a creer que era así.
Respiré profundamente y miré mi reloj.
-- Creo que este será el cumpleaños que más recordaré en mi vida...-- Gon sonrió y volvimos al restaurante en silencio. "Quien dijo que los cumpleaños no eran entretenidos..."
Cuando estuvimos sentados en nuestra mesa, nos quedamos en silencio y sin darnos cuenta del porqué, nos echamos a reír. Los demás clientes del lugar nos miraban como si fuéramos dementes y no creo que estuvieran lejos de la verdad. Estábamos locos. De eso no había duda.
La tensión había sido extrema y el sentirse a salvo, era lo mejor. "Habíamos salido ilesos de un encuentro con Irumi..." Era como un milagro, como si dios existiera y se acordara de estos cuatro amigos nada comunes.
Después de largos minutos recobramos la compostura.
-- ¡¡Feliz cumpleaños, Killua! -- Dijo Gon alegre.
...
...
El tiempo se quedó retenido en ese instante... grabado en mi memoria para siempre, como el único recuerdo que valiera la pena conservar. Como la foto que había sido mi regalo... "Siempre".
Una palabra que recobraba un significado mucho más importante que mi propia vida. Un pacto implícito que recuperaba su fuerza.
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FIN
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Fecha de creación: Agosto de 2005.
Fecha de reescritura: Junio de 2009 /03:21 AM/
DarkCryonic