DISCLAIMER
Todo lo que reconozcan en la historia pertenece a JK Rowling.
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Pareja perfecta
byLianis
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—Me doy por terminado por hoy... —sentenció Draco desperezándose— Me voy a la cama... —agregó señalando su dormitorio en la Sala Común de Premios Anuales.
—Como quieras. Yo me pienso quedar otro rato —replicó Hermione sin apartar la vista del pergamino donde su pluma se deslizaba a increíble velocidad. Draco rió desdeñosa y resignadamente.
—Granger, es viernes... —dijo comenzando a cerrar su libro— Tenemos todo el fin de semana para acabar con este trabajo que es para el otro viernes... Eres muy... fanática —Hermione se encogió de hombros.
—No te obligo a quedarte, Malfoy... —aclaró— Deja que yo haga lo que quiera...
—¿No tienes cosas más emocionantes que hacer? —preguntó Draco cruzándose de brazos.
—Millones—concedió Hermione con una leve inclinación de cabeza—, pero no puedo dejarme llevar por lo que quiero hacer en lugar de por lo que debo hacer —Draco resopló.
—Este es el motivo porque tú y yo jamás podríamos casarnos... —dijo llanamente enrollando su pergamino. Hermione levantó la vista y le envió una perforante mirada— ¿Qué? —preguntó Draco con ingenuidad.
—Discúlpame que sea yo quien te baje de tu hermosa nube de colores... —dijo Hermione— Pero ese no es el motivo por el cual tú y yo no podríamos casarnos. Créeme. Hay muchos motivos mejores —Draco alzó una ceja.
—¿Cómo cuáles? —preguntó interesado. Hermione rodó los ojos.
—No lo sé... centenares... —dijo comenzando a escribir de nuevo— Y sabes que los hay, Malfoy... Mira, allí mismo tienes uno... Siete años hace que nos conocemos y aun nos llamamos por el apellido...
—Puede arreglarse, Hermione... —dijo Draco con voz empalagosa.
—Ja, ja, ja, muy gracioso, Draco —rió Hermione sarcástica—. Sabes que hay motivos mucho más serios y creíbles que ese...
—Como por ejemplo... —comenzó Draco instándola a que completara la frase. Hermione volvió a resoplar.
—Que nos odiamos. —dijo con voz queda. Draco sonrió de lado y apoyó una mejilla en un puño cerrado.
—Sabesque eso ya no es cierto... —apuntó. Hermione se obligó a no mirarlo a la cara y a que no advirtiera el tono rosado en sus mejillas.
—Como sea... —dijo carraspeando y tratando de sonar casual— Tú y yo sabemos muy bien que es imposible...
—Si dices que lo sabes tan bien, me gustaría que me des un buen motivo... —Hermione se mordió el labio y lo examinó unos instantes.
—Simplemente... no eres mi tipo... —dijo encogiéndose de hombros. Draco soltó una risa de incredulidad.
—Vamos... tiene que haber algún motivo mejor que ese... Es tan trillado... es un clichè, una ruta de escape fácil... yo lo sé bien... 'No eres mi tipo', 'necesito tiempo', 'yo soy el del problema, no tú', 'no tenemos nada en común', 'cada vez que te veo recuerdo los juanetes de mi abuela'... Conozco este tipo de patéticas...
—Bien, bien... —aceptó Hermione fastidiada— Bien... tú...
—¿Yo... qué? —preguntó Draco sonriendo con insistencia. Hermione sonrió de repente también.
—Eres promiscuo por naturaleza —dijo triunfal—. No pasa una semana sin que te acuestes con una chica nueva, y yo no soy de la clase de personas que andan por la vida a sabiendas de que su pareja está con otras personas —Draco asintió unos momentos.
—Es verdad... —reconoció, y de repente se puso muy serio— Pero podría cambiar por ti...
Los ojos de Hermione se dilataron y se clavaron en el rostro de Draco. El muchacho le sostuvo la mirada unos instantes, y entonces soltó una carcajada.
—Por Merlín, Hermione... —dijo— No sabía que tus ojos pudieran abrirse tanto... —Hermione bajó la vista, conciente de que debía estar muy roja.
—Una de mis tanta cualidades que desconoces, Malfoy —dijo enojada—. ¿Cómo quieres que nos casemos si no nos conocemos?
—Estaría encantado de emprender ahora mismo un viaje hasta tu dormitorio para que nos conozcamos más... íntimamente... —solucionó con facilidad.
—No me interesa conocer nada de tu intimidad, muchas gracias. —dijo Hermione terminante. Draco volvió a reír.
—Te estás quedando sin excusas —dijo—. Admítelo. Toda la hostilidad que estás empleando se debe a que temes darte cuenta de que no hay motivo válido para que tú y yo no nos casemos...
—¡Tú fuiste el que empezó esta estupidez! —gritó Hermione furiosa— ¡Tú dijiste que jamás podríamos casarnos sólo porque yo prefiero cumplir con mis obligaciones antes que otra cosa!
—Jamás negué eso —apuntó Draco—. Pero yo estaba hablando de un pequeño y simplemente modificable aspecto. Si eliminamos eso, tú y yo seríamos la pareja per...
—¡Por Merlín! —chilló Hermione harta— Sabes que es imposible.
—¿Y por qué? —preguntó Draco. Hermione ahogó un grito de frustración contra un almohadón.
—Porque tú jamás podrías seguir mi ritmo de vida. —dijo desesperada.
—¿Tu ritmo de vida?
—Si—afirmó esperanzada—. Por ejemplo, yo quiero... yo quiero... viajar, si, viajar y... conocer todo el mundo.
—Yo ya lo conozco casi todo... puedo ser tu guía si tú quieres —replicó Draco sonriendo. Hermione decidió pasar por alto esa parte.
—Jamás podría vivir en un apartamento. Necesito una casa con mucho jardín y plantas...
—Concuerdo—interrumpió Draco—. Mientras más verde mejor —Hermione apretó las mandíbulas.
—Y quiero tener veinte gatos —dijo conteniendo la ira, esperando que eso asuste al muchacho.
—Por supuesto —coincidió este riendo, para sorpresa malestar de Hermione—, ¿para qué tanto jardín, de otro modo?
Hermione recargó su cabeza en las palmas de las manos y resopló. No admitiría que podría casarse con Draco Malfoy.
—Y quiero como mínimo quince hijos —dijo con aire serio y mirando a Draco a los ojos. Él le sostuvo la mirada, y de repente sonrió de lado con malicia.
—Será mejor que nos compremos una cama resistente... —dijo— Pero, Hermione, déjame decirte que ninguna idea me emociona más que pasarme el día entero haciendo bebés contigo... —Hermione rodó los ojos.
—Eres un idiota —dijo molesta—. ¿Quieres que me case con un idiota?
—No soy un idiota...
—Y cuando mi hija llegue a Hogwarts por primera vez, la gente la señalará y dirá: 'mira, allí va Temis, la hija de Hermione Granger... y de un idiota'
—Hey, muy bien... se acabó... Por empezar, no soy un idiota. Y por seguir... ¿Temis?
—Así es, Temis, la diosa de la justicia. Si no te gusta ese nombre...
—Me fascina —interrumpió Draco de inmediato. Hermione abrió la boca sorprendida—. Muy bien, Temis para una niña y... si es varón...
—Nova a haber un varón —sentenció Hermione rotunda
—¿Se puede elegir el sexo de antemano? —preguntó Draco asombrado.
—No va a haber ni varón ni mujer... no va a haber hijos tratándose de tú y yo.
—Lughus es un lindo nombre... —dijo Draco indiferente— Origen irlandés, naturalmente...
—Estás perdiendo el tiempo...
—Fergus tampoco está mal...
—Malfoy, ya bas...
—También me gusta Dylan...
—Muy bien, escúchame, no vamos a... ¿Dylan? —preguntó de repente Hermione interesada.
—Si. ¿No te gusta?
—Es absolutamente horrible —respondió con crudeza.
—¿Para tanto?
—Aha... es nombre de galán de telenovela...
—¿Galán de qué?
—Olvídalo... pero no será Dylan...
—De acuerdo... Mh... ¿Y qué tal Draco?
—¿No dejarás que el niño forje su propio individualismo y personalidad? Porque será muy difícil si lo haces nacer con un nombre ya usado...
—Cierto...—reconoció él— ¿Jack, entonces?
—Es un buen nombre... y otros diez millones de personas pensaron lo mismo. —dijo Hermione impaciente.
—Bueno, no te veo a ti muy preocupada por pensar un nombre para nuestro hijo... —replicó Draco molesto— Demuéstrame que tan original eres tú... —Hermione carraspeó un par de veces.
—Bueno...—comenzó— Bien, este... ¿Rhye?
—¿Rhye?—preguntó Draco confundido— ¿Para un niño? —Hermione asintió dubitativa— No dejaré que mi niño tenga un nombre perfectamente confundible con uno de mujer...
—¿Se te ocurre un nombre mejor? —inquirió ella molesta.
—Pues claro...
—¿Cuál?
—Pues... Lucien. —Hermione había abierto la boca para contraatacar, pero tras oír el nombre, volvió a cerrarla y frunció el entrecejo.
—Lucien me gusta —afirmó despacio—. Me gusta mucho.
—Está decidido, entonces... —dijo Draco sonriente— Lucien será —Hermione sonrió también, olvidándose que no debería hacerlo—. Hay que pensarle un segundo nombre.
—Cierto—coincidió ella—. Cierto... mh... Neal... ¿Qué crees?
—Podemos dejarlo como opción... —propuso Draco no muy convencido— Bradden siempre me ha gustado...
—Es un nombre algo burdo ¿no te parece? Además... ¿Lucien Bradden? No suena bien...
—Es verdad...
—Harry podría ser una buena opción... —dijo Hermione— Escucha... Lucien Harry... Bien ¿eh?
—Sobre mi cadáver —dijo Draco cruzándose de brazos. Hermione rió.
—Lo sé, lo sé... era broma... —aseguró— ¿Qué te parece Míkiel? —Draco parpadeó.
—Míkiel...—susurró— Míkiel... me gusta. Si, me gusta... Lucien Míkiel... si, suena bien, suena muy bien... Me gusta cuando de esa linda cabecita sale más que cosas memorizadas de los libros... —dijo palmeando suavemente la cabeza de Hermione. Ella sonrió.
—Me alegra que te guste... —dijo— Era el nombre de mi perro...
—¿QUÉ?—preguntó Draco de repente— ¿Esperas que mi hijo tenga el nombre de un perro?
—No te estabas quejando hace dos segundos...
—Porque no sabía que el nombre de mi hijo había sido de un cuadrúpedo...
—Ya basta. Es un buen nombre y queda bien —señaló Hermione—. Además, es nombre de humano. Yo le puse así a mi perro porque era muy inteligente.
—Ah, muy bien, cuán bonito... Ahora el pequeño Lucien estará condenado de por vida a que comparen su inteligencia con la de un perro pulgoso...
—Míkiel no era pulgoso... ¡Merlín! Muy bien... ¿quieres cambiar el nombre?
—No. Míkiel está bien... —aceptó Draco con fastidio— Debo dejarte algún privilegio a ti, siendo que yo seré el padre al que más quiera...
—Sí, cómo no...
—Bueno, a ver... escucha... Lucien Míkiel Malfoy... Imponente... ¿verdad? —preguntó Draco sonriendo.
—¿Discúlpame?—llamó Hermione— ¿Y qué hay del Granger?
—Muy bien, muy bien... Lucien Míkiel Malfoy Granger...
—¿Y por qué no Lucien Míkiel Granger Malfoy?
—Porque primero va el apellido del padre, Hermione...
—Bien... —aceptó ella haciendo un puchero— Lucien Míkiel Malfoy Granger, será... —Draco frunció el entrecejo y se llevó un dedo al mentón.
—¿No es un nombre algo largo? —preguntó pensativo.
—Si... es verdad...
—Imagínate...—dijo Draco sonriendo— cuando repartamos las invitaciones del bautismo... 'Está cordialmente invitado a la ceremonia de bautismo de Lucien Míkiel Malfoy Granger...' Para cuando terminen de leer el nombre ya estarán dormidos...—Hermione rió divertida.
—Bueno... ¿Quieres que le saquemos algún nombre? —preguntó.
—No—respondió Draco—. Así está bien. ¡Merlín! Ya puedo ver la carita emocionada de Lucien cuando le regale su primera escoba y le enseñe a volar... Y cuando llegue a Hogwarts será el capitán del equipo de Quidditch de Slytherin...
—Oh, no... —interrumpió Hermione— Lucien será de Gryffindor, o Ravenclaw en su defecto... Pero no será de Slytherin... —Draco rodó los ojos.
—Bueno, ya lo veremos... —dijo— Pero si espero que no termine en Hufflepuff...
—Eres malvado —reprendió Hermione—. Como sea, puedes enseñarle a montar en escoba, pero tendremos como principal objetivo que llegue a Premio Anual.
—Puede ser Premio Anual y capitán de Quidditch —afirmó Draco—. Yo juego al Quidditch desde pequeño y no por eso he dejado de tener buenas notas.
—Si, y también te metes en muchísimos problemas y has estado en incontables peleas... —señaló Hermione acusadora— Yo no quiero que Dumbledore nos escriba quejándose del comportamiento de Lucien.
—Si se mete en problemas, tú eres la encargada de reunirte con Dumbledore —avisó Draco. Hermione entornó los ojos.
—¿Así son las cosas? —preguntó exasperada— ¿Si es la súperestrella de Quidditch es tuyo, pero si se mete en problemas es mi hijo?
—Bueno, no... no fue eso lo que dije...
—¿Y por qué le das tanta preferencia a Lucien y nada a Temis?—interrumpió Hermione— Machista...
—Hey, yo amo a mi princesita... —se quejó Draco— Será la niña más bonita de todo el mundo, y no dejaré que ningún muchacho de mente podrida le ponga un solo dedo encima —Hermione sonrió.
—¿Y cómo te asegurarás de eso cuando venga a Hogwarts?—preguntó.
—Bueno... Entonces Lucien será el encargado de protegerla... Ya puedo verla, tan hermosa con los colores de Slytherin...
—No será una Slythe...
—Y todos los chicos babearán por ella, porque será la preciosa Temis, una perfecta combinación de belleza e inteligencia...
—¿Y cómo estás tan seguro de que será tan bonita?—preguntó Hermione— ¿Cómo puedes asegurar que los chico babearán por ella? —Draco la contempló unos segundos.
—Si hereda algo del cuerpo de su madre y algo del sexappeal de su padre... —Hermione le revoleó un almohadón— no temo entonces al afirmar que Lucien deberá patear varios traseros...
—Eres tan conservador —dijo Hermione con frialdad.
—No, no lo soy —contradijo él—. Créeme. Yo conozco la sucia mente masculina (yo tengo una). No dejaré que ningún chico se le acerque a Temis como yo me acerco... me acercaba... —se corrigió de inmediato— a las chicas de aquí...
—Es bueno saber que serás un padre conciente... Aunque algo hiperbólico...
—Ese soy yo cuando se trata de mi princesita...
Hermione meneó la cabeza y sonrió resignada, mirando directamente a Draco, quien le sonreía constantemente, a los ojos. Y de repente cayó en la cuenta, horrorizada... ¿Qué demonios había estado haciendo?
Corrió su vista del muchacho y carraspeó, nerviosa.
—Si, bueno... —balbuceó— Muy... simpática la conversación, pero... pero... los dos sabemos que nada de eso pasará, así que... mejor ya no... —Draco sonrió de lado y se acercó hasta ella.
—¿Qué sucede, cariño? —le preguntó colocando sus manos en los hombros de Hermione— ¿Tuviste un día duro en el trabajo?
Hermione le quitó las manos de sus hombros y se corrió.
—Ya no es gracioso, Malfoy... —dijo, pero Draco ya se había acercado otra vez, y tenía su cara a centímetros de la de la chica.
—PobreHermione... —susurró— Debes estar con tantas presiones encima... Te diré qué... ¿Por qué no llevamos a Lucien y a Temis con el tío Blaise para que entonces tu y yo podamos dedicarnos a terminar de romper nuestra cama? —Hermione forzó una despectiva risa.
—¿Tú crees que yo voy a dejar que mis hijos pasen tiempo a solas con Zabini? —preguntó incrédula, olvidándose que tenía los labios de Draco casi tocando los suyos— Si permito eso, la próxima vez que vea a mi Lucien se habrá convertido en un pervertido...
—Qué bien conoces a Blaise... —dijo Draco riendo.
—... y mi preciosa Temis tendrá por idea de vestir bien el usar una falda de cuero apretada, una blusa transparente y botas hasta las rodillas... —Draco dilató los ojos.
—Maldito Zabini... —murmuró— No dejaré que pervierta a mi niña... —parpadeó y volvió a fijarse en Hermione. Sonrió de lado y se acercó a ella otra vez, sugerente— Bueno... —dijo— Ya que no podemos confiar en el tío Blaise... —hizo una mueca de asco y fastidio— Podemos dejar a los niños con el tío Harry —utilizó un tono burlón—, para que tú y yo podamos pasar una noche salvaje... —Hermione alzó una ceja.
—¿Aceptarías que Harry cuidara a nuestros hijos? —preguntó asombrada. Draco se encogió de hombros y se acercó aun más a Hermione.
—Mientras no les enseñe a firmar autógrafos... —Hermione sonrió.
—Eso es muy maduro de tu parte... —dijo.
—Lo sé —coincidió Draco con falsa arrogancia—. En Suecia soy llamado Draco 'madurez' Malfoy... Pero, yo no sé si Potter aceptará cuidar a nuestros hijos... —Hermione frunció el ceño y se echó para atrás, poniendo sus labios a resguardo de los de Draco.
—Harry haría eso encantado... —dijo.
—Lo sé, amor, estoy bromeando... —aseguró Draco inocente. Hermione ahogó un grito.
—Bien, ya basta... —chilló— Esto fue demasiado lejos... No vuelvas a llamarme amor, y olvidaremos esta ridícula conversación... Tú y yo casados... ¡Absurdo!
—No lo es —contradijo él—. De hecho, es bastante lógico. Claro que al principio la prensa no parará de criticarnos, sobre todo porque decidimos huir para contraer matrimonio...
—No me digas... —dijo Hermione sarcástica.
—Si, claro... Será un viaje largo... Mira, cuando nos graduemos de Hogwarts (ambos con honores), nos escaparemos hasta un muelle y allí abordaremos un barco (lo haremos sin magia para que sea más romántico). Trataremos de llegar a... Holanda... o a Francia... Todo el mundo nos criticará y dirá que debemos regresar... ¿Les haremos caso? No lo creo...
—Mira, Malfoy, es todo muy interesante, pero...
—En fin, llegaremos a Paris... ¿Te imaginas, la Luna de Miel junto al Sena? Oh, claro... pero primero iremos a algún lugar cerca de España... mh... En Gibraltar, eso es... nos casaremos en Gibraltar... Y luego iremos a Paris, de Luna de Miel junto al Sena...
—Tú y yo NO nos casare...
—Luego iremos a Amsterdam y nos hospedaremos en un lindo hotelito, donde pasaremos una semana sin salir de la cama, hablando y practicando para cuando vayamos a crear a Lucien...
—¿Podrías ser más gráfico? —preguntó Hermione molesta.
—Después de eso, iremos hasta Viena. La prensa estará enloquecida... Es entendible, los recientemente graduados Premios Anuales de Hogwarts, antiguos enemigos, fugándose para casarse... Es una noticia jugosa... Los reporteros nos perseguirán por toda Europa, si es necesario...
—¿Puedo dejar que me atrapen?
—Pero, lamentablemente, mi amor, llegará un momento en el que debamos volver a Londres. Aunque para ese momento, toda la comunidad mágica nos habrá tomado tanto cariño (porque seremos la pareja del momento), que todos nos gritarán frases de bienvenida y apoyo. Y nosotros los saludaremos, y luego nos iremos a nuestra enorme casa con treinta hectáreas de jardines y veinte gatos a crear a nuestros quince hijos.
Draco concluyó, con tono terminante, y permaneció en silencio, satisfecho, con los brazos cruzados y la vista fija en la chimenea, sonriendo marcadamente. Hermione parpadeó.
—Cuán... constructivo... —dijo. Draco la miró y sonrió aun más.
—Será una hazaña que se recordará por años... —afirmó— Se hablará de nuestra huída incluso hasta que mi preciosa Temis se case con un buen muchacho aprobado directamente por mi y por Lucien. Si... Nuestra escapada también será conocida como 'La balada de Draco y Hermione'.
—Para que sea balada debe tener música... —apuntó Hermione.
—Pues alguien hará una canción contando nuestras aventuras... Pueden poner la anécdota de cuando nos sorprendió un guía del Louvre haciendo cosas sucias tras un tapiz...
—Malfoy, eso nunca... ¡Argh! Olvídalo... —gruñó resignada— ¿Y por qué 'La balada de Draco y Hermione', y no 'La balada de Hermione y Draco'?
—Orden alfabético, amor...
Hermione rodó los ojos.
—Bueno, Malfoy... ya te divertiste suficiente. Ahora, vamos a tratar de borrar esta atroz conversación de nuestras mentes, y tú te irás a dormir, como habías dicho en un principio...
—Y tú vendrás a arroparme y te quedarás conmigo seleccionando lo que serviremos de comida en nuestra boda... ¿Sabes? No me decido si invitar a Crabbe y a Goyle... Podrían arruinar la fiesta... son muy brutos, no sé si lo habrías notado...
—¡Ya basta! Malfoy, creo que dejé que esto fuera muy lejos... Vete de una vez...
Draco abrió la boca y se llevó una mano al pecho, sorprendido y dolido.
—¿Así van a ser las cosas? —preguntó con voz fingidamente temblorosa— En realidad no me amas... Sólo me utilizas como juguete sexual ¿verdad? Sólo soy tu objeto de procreación...
—Malfoy...
—Sólo quieres usarme...
—Mira, yo...
—¡Yo no soy un trozo de carne! —gritó dramático. Hermione resopló.
—Ya sé que tú...
—Luego de esto, no sé si quiero casarme contigo. —sentenció cruzándose de brazos. Hermione estaba apunto de replicar algo, pero de se quedó sin habla al oír aquello último.
—Bien...—balbuceó— Bien... yo... yo tampoco quiero casarme contigo... de todas formas... —Draco alzó la cabeza con dignidad, ofendido— Sabes qué, Malfoy, eres un idiota... ¿Tú no quieres casarte conmigo? Te estoy diciendo desde que comenzó esta absurda conversación que yo no quiero casarme contigo...
—Hablas desde el despecho —dijo Draco entornando los ojos.
—Si claro... di lo que quieras, pero jamás encontrarás una mejor pretendiente que yo... —dijo Hermione, perdiendo la paciencia.
—Si, bueno... Y tú jamás encontrarás a alguien con el cabello tan hermoso y reluciente como el mío... —Hermione sonrió mordaz.
—Prefiero toda la vida el cabello de Harry antes que el tuyo —afirmó maliciosa. Draco abrió su boca y sus ojos en desconcierto e indignación.
—¡Se acabó! —declaró— ¡Quiero el divorcio! —Hermione parpadeó confundida.
—¡Pides el divorcio sólo por una estúpida pelea de cabellos?—preguntó furiosa— Pues ya veo cuánto te importa que nuestro matrimonio fun... —se paró en seco— Merlín... ¿qué estoy diciendo? Malfoy... ¡NO ESTAMOS CASADOS Y JAMÁS LO ESTAREMOS!
—No después de tu amoroso comentario —dijo Draco, aun dolido. Hermione se tapó la cara con las manos.
—Mira... No sé qué demonios te sucede hoy... pero creo que ya fue suficiente de...
—Entiendo lo que quieres decir... —interrumpió Draco sonriendo— Y por supuesto que te disculpo, amor... —Hermione volvió a rodar los ojos.
—No te pedí disculpas —dijo exasperada.
—Porque eres muy orgullosa... pero sé que es lo que querías decir...
—No quería decir eso... —dijo Hermione lastimeramente.
—Muy bien, amor... si te hace bien creer eso... —susurró Draco con dulzura. Hermione volvió a ahogar un grito.
—Eres la única persona que logra agotarme sólo hablando—dijo.
—Si, lo sé... —acordó Draco petulante mientras se corría el pelo de la frente— soy asombroso...
—Eres tan insoportable... —dijo Hermione cansinamente mientras se recostaba contra el respaldo del sillón. Draco soltó una risa y se acercó a ella.
—Pero me amas... ¿verdad, preciosa? —preguntó entornando los ojos y sonriéndole irresistiblemente. Hermione, ya resignada, suspiró.
—Si,Draco... —le dijo en tono monótono— Te amo y vamos a casarnos y a tener quince hijos... —Draco alzó una ceja.
—No necesitas ser tan sarcástica... —dijo molesto. Hermione resopló.
—¿Y qué quieres entonces? —preguntó harta. Draco sonrió.
—¿Esa pregunta significa que cumplirás todos mis deseos? Porque, a decir verdad, siempre he tenido esta fantasía en la que estamos en la biblioteca y tu estás desnuda, pero tienes un libro en las manos que te cubre los...
—¡Merlín, Malfoy! Es que... ¿es qué piensas seguir así toda la noche?
—O hasta que aceptes que tu y yo formamos la pareja perfecta, lo que pase primero —respondió Draco sonriendo. Hermione frunció el entrecejo.
—Bien... Tú y yo... formamos la pareja perfecta —dijo a regañadientes. Draco asintió complacido.
—Excelente—dijo—. Excelente —luego miró su reloj—. Será mejor que me vaya a dormir, amor... Mañana tengo entrenamiento de Quidditch... ¿Vendrás a alentarme, preciosa?
—Malfoy... Dijiste que pararías... —se quejó Hermione desesperada.
—Iba a hacerlo... —se excusó Draco encogiéndose de hombros— Pero entonces dijiste que tú y yo formamos la pareja perfecta... ¿Y quién soy yo para contradecir a Hermione Granger, la bruja más inteligente de Hogwarts?
—¡Pero lo dije para que te detuvieras!
—Ah... Lo irónico que es el destino... ¿verdad? —preguntó Draco con aire soñador.
—Mira, Malfoy... He sido muy indulgente contigo todo este tiempo, pero creo que ya fue suficiente. Si no dejas de decir estupideces y de llamarmeamor...
—¿Vas a invitar a los elfos domésticos a nuestra boda?
—Si. ¡NO! Malfoy, no va a haber...
Hermione debió interrumpirse de súbito cuando los labios de Draco aprisionaron los suyos. Se quedó absolutamente congelada, demasiado sorprendida como para actuar. Draco subió una mano y la posó con gentileza sobre una mejilla de la chica. Hermione intentó separarse, pero notó que sus brazos no le respondían, y advirtió, con horror, que sus ojos se cerraban en respuesta al placer. Draco corrió su mano y la metió bajo el pelo de Hermione, colocándola ahora en su nuca, atrayendo más su cabeza. Ella se dejó llevar, y accedió a las repentinas súplicas de la lengua del muchacho para que la dejara entrar a su boca. Entonces Draco gimió suavemente, y Hermione se vio por completo perdida...
Draco se alejó y contempló el rostro de Hermione, con los ojos aun cerrados, las mejillas sonrosadas, los labios húmedos, muriéndose por un poco más. Ella abrió suavemente los ojos y lo miró. Se sonrojó aun más y se limpió la saliva que había quedado en sus labios. Respirando con agitación, abrió la boca para tratar de decir algo, de gritarle, quizá... pero halló que no podía articular palabra. Draco sonrió al verla en ese estado. Se acercó una vez más a su rostro, y depositó un dulce y tierno beso en la comisura de los labios de la chica. Hermione sintió un escalofrío.
—Eso fue un adelanto de lo que te espera el resto de tu vida —dijo Draco sonriente mientras se levantaba del sillón—. Dulces sueños, amor —le deseó mientras subía la escalera hacia su dormitorio.