DISCLAIMER: Bueno… tengo un afiche de Yoh… pero los derechos siguen siendo de Takei- sama, así que, nop, no insistan, Shaman King no fue/es/será mío –se va a llorar a un rincón--

RADIO SHOW

Capítulo 1: El Veredicto

Había algo terriblemente mal en su vida. Ella lo sabía. Tenía el don de sentir cuando algo había tomado el giro equivocado y éste era uno de esos momentos; aunque no lograba dar con 'lo malo' estaba segura de que era inevitable que de un momento a otro saltara a la vista.

El sonido de un golpe la hizo salir de sus pensamientos. A su alrededor varios pares de ojos la veían intensamente y lo único que se escuchaba era el eco de la máquina de escribir y de algunos murmullos a su espalda

"Señorita Kyouyama, ¿tiene algo más que agregar?" preguntó el hombre de rostro adusto mientras clavaba sus ojos cafés en los suyos negros

"No su señoría, nada más que agregar" 'y no me venga con esas miraditas, que conmigo no sirve eso de intimidar...' pensó mientras volvía a su asiento

"Bien, entonces la corte tendrá un receso de diez minutos mientras se toma una decisión" y con un último golpe de su martillo que hablaba por sí sólo, las personas fueron saliendo de la sala

"Señorita Kyouyama" llamó una voz a sus espaldas, al esta voltear encontró a su defendida que la miraba con aprehensión "Usted cree que..." le preguntó dejando que la duda quedara en el aire

"Ya he hecho todo lo que estaba a mi alcance" respondió Anna con toda seriedad mientras tomaba su maletín y comenzaba a dirigirse a la salida "Creo que eso bastará para convencerlo de que tengo la razón, nadie con dos dedos de frente puede creerle las pruebas que inventó el abogaducho que eligió tu ex marido" dijo volteando para verla una vez más antes del veredicto

"Señorita Kyouyama... gracias por todo" le dijo la chica con ojos resplandecientes antes de dirigirse rápidamente a los brazos de sus familiares que la esperaban al final de la estancia. En contra de todos sus principios, Anna dejó que una pequeña sonrisa trepara hasta sus labios al ver como la chica contaba emocionada que lo más seguro es que lograra obtener el divorcio.

'Hombres... todos son tan... iguales' pensó para sí al cruzar las puertas de salida con una última despedida y dirigirse a través del gran pasillo a la pequeña cafetería que ofrecía el tribunal.

Anna Kyouyama era una abogada, pero no una abogada cualquiera: a su corta edad había logrado ser una de las mejores de Tokyoo y, con toda la multitud de abogados que se debatían por ser exitosos en esa ciudad, eso era mucho decir. Una vez que hubo encontrado una mesa desocupada y examinado si la cantidad de suciedad en ella era soportable hasta que la vinieran a limpiar, Anna se sentó, apoyó los codos en la mesa y llevó sus manos a su cien y comenzó a hacer movimientos circulares en un intento de calmar su dolor de cabeza...

O sí, algo estaba sumamente mal en su vida... Aunque era una abogada exitosa, una mujer plena, con un buen departamento y había logrado realizar todas sus metas Anna se sentía como si una pieza del rompecabezas de su existencia se negara a encajar con las demás.

"Disculpe, ¿desea ordenar algo?" con una especie de gruñido de frustración Anna pidió un té lo más fuerte posible a la mesera y mientras esta se alejaba, no pudo evitar comenzar a maldecir a las meseras y otros personajes de servicios públicos que no dejaban pasar la oportunidad de fastidiar y de no dejar pensar. En ese instante tres sonidos agudos cruzaron el aire y la abogada llevó su mano a su cintura para recoger su beeper y mirar quién era el otro individuo que no la dejaría reflexionar sobre su vida en paz.

Espero que todavía no hayas matado al juez, no se vería bien en tu currículum. Te espero en el departamento para cenar. Hao

Anna no pudo evitar sentirse frustrada, por más que intentaba, no podía odiarlo como al resto de los hombres: nunca dejaba de sorprenderla el poder que éste tenía sobre ella. Desde hace tres años Hao había sido su novio y desde hace menos de dos semanas se había convertido en su futuro esposo en lo que él llamó 'una inolvidable cena de pareja' en la que se le había propuesto de la manera más casual del mundo, como si proponer matrimonio fuera una cosa que hiciera todos los días.

Él no dejaba de sorprenderla, definitivamente.

Al terminar de leer el mensaje por segunda vez levantó la cabeza para encontrar a la mesera colocando su té en la mesa y dirigiéndole una gran sonrisa que esta devolvió en forma de una mirada glacial, ¿quién le había dado derecho a ella de sonreírle con tanta familiaridad?...

Dio un vistazo a su reloj y vio que tenía tres minutos exacto antes de que se hubiesen agotado los diez minutos que había pedido el juez antes de dar el veredicto. Apurando su té y hablando de jueces estúpidos que no dejaban a la gente tomarse un refrigerio en paz, Anna se encaminó una última vez a la sala del juicio con paso rápido, derrochando amabilidad al enviar vibras negativas a todo aquel que osaba quedarse más de dos segundos atravesado en su camino.

Al llegar caminó en el pasillo con la cabeza alta mientras que todos los ya presentes la miraban con una mezcla de admiración y miedo.

"Verás que seré el primero en vencerte en la corte" Dijo el abogado Takeshii, el cual representaba al esposo de la chica a la que ella defendía

"En tus sueños de esta mañana, lo más seguro, ahora, la victoria es mía" Le respondió esta con un tono que no dejaba lugar a dudas "El juez sólo pidió estos diez minutos para ponderar cómo decir el veredicto sin humillarte demasiado Takeshii, así que no te ilusiones" Le dijo dándole una última mirada despectiva y yendo a su lugar al momento en el que el juez hacía su entrada en la sala y todos se ponía de pie.

"Se reanuda el juicio" dijo acompañado de un leve golpe de madera contra madera " ¿Podrían ambos abogados acercarse al estrado?" el juez se detuvo mientras miraba a ambos contrincantes, pero no había duda de cuál lleva a la verdad consigo "Se ha decidido otorgar el divorcio a la Sr. Mino, defendida por la abogada Anna Kyouyama, se deberá hacer la partición de bienes en un lapso de tres semanas y de la forma acordada por ambas partes" dijo a la final por encima del tumulto de murmullos: unos de alegría y otros de molestia, que surgían del pequeño auditorio "Se levanta el juicio"

Con una significativa mirada al abogado Takeshii, Anna dio media vuelta y se retiró

Anna respiró profundamente dos veces tratando de no terminar de perder su paciencia y metió la mano en su bolso una vez más, murmurando todo el tiempo acerca de estúpidas llaves que nunca podía encontrar. Al mover de derecha a izquierda su mano y no dar con ellas, sintió como su paciencia se escapaba de su control y se iba muy lejos... y decidió hacer lo que toda mujer civilizada hace: volteó el bolso boca abajo y observó con placer como todas sus pertenencias rodaban por el piso del pasillo que la debía conducir a su departamento SI lograba encontrar las llaves de pacotilla.

'Todo DEBE ser difícil, no puedo tener ni un segundo de respiro, ¡¿dónde demonios se metieron estas malditas llaves!' dando un suspiro Anna se arrodilló en el suelo y comenzó a revolver entre todo lo que se había desperdigado por el suelo: brillo de labios, monedero, otro monedero, chequera, llaves del carro ('¡estás NO, ¿por qué siempre aparecen cuando no se las necesita?') un pañuelo, su beeper, hasta que al fin sus ojos detectaron dos llaves que yacían inocentes al lado de su palma izquierda "¡Ajá! NADA le gana a Anna Kyouyama" dijo esta levantando las llaves y sometiéndolas a una de sus famosas miradas matadoras "Debo verme ridícula hablando con éstas cosas..."

"Es lo que hace el stress querida, no te preocupes" Dijo una voz burlona por encima de su cabeza que casi hace que Anna se atragantara. Mientras miraba hacia el suelo y trataba de recuperar su dignidad, la voz siguió hablando "Yo en tu lugar, las pondría en la hornilla, verás, las miradas no hace mucho efecto sobre el metal..." Al comenzar a levantarse con la cabeza tan erguida como su anatomía se lo permitía Anna observó a un chico de cabello largo la miraba con una chispa de indecisión en sus ojos y ella no sabía si era por no reírse o apiadarse de ella y dejar entrar a su propio departamento

"Hao, déjame entrar, ha sido un día largo y difícil" ordenó Anna

"Seguro su alteza" dijo con un tono burlón de voz mientras se inclinaba y extendía sus brazos en una reverencia

Sin dirigirle la palabra, ella se abrió paso mientras entraba y dejó todas sus posesiones ordenadamente en una de las butacas de la sala y miraba a su alrededor: era una noche fría de invierno y la chimenea estaba ardiendo, la televisión encendida y una barra de chocolate descansaba a medio comer en una de las pequeñas mesas que se encontraban a cada lado del sofá de cuero

"Vi en las noticias que decidieron a tu favor en el juicio" comentó su prometido mientras se acercaba a ella por su espalda y colocaba sus brazos alrededor de su cintura "Y que el juez está sano y salvo, supongo que no te dio mucha lata, ¿ne?"

"Era obvio que esa niña tonta necesitaba apartarse de ese desgraciado, nadie es tan idiota para no darse cuenta" comentó la chica mientras colocaba sus manos sobre las de Hao "además yo siempre tengo la razón" dijo como si eso zanjara el asunto soltándose de sus abrazos y caminando hasta su cuarto

"Vaya, hoy viniste egocéntrica ¿no, además recuerdo que tú siempre generalizas con eso de 'los hombres apestan'" Ha esto Anna dio un leve sonido de afirmación mientras terminaba de colocarse la yukata que siempre utilizaba para estar en su departamento

"¿Qué?" preguntó cuando vio a Hao recostado del marco de la puerta con una de sus mejores sonrisas

"Que yo estoy aquí para demostrarte todo lo contrario" le dijo un tono de voz bajo mientras se acercaba a ella

"¡No me digas!" le respondió ella con cara de incredulidad mientras sentía como él se acercaba hasta ella y acariciaba su espalda "Hoy estás egocéntrico, ¿no?" repitió mientras sentía como posaba suaves besos en su cuello

"Ya veremos"

Anna fue poco a poco conciente de su propio ser al mismo tiempo que unos atrevidos rayos de sol se escurrían entre las persianas e iban a dar en sus párpados. Con un gruñido se volteó hacia su izquierda intentado recobrar el sueño que se había desvanecido de su mente cuando sintió como unos fuertes brazos la atraían hacia un torso bien delineado y todo comenzó a cobrar sentido:

Ella era Anna, era una abogada que tenía que cobrar su sueldo y, por consiguiente, debía apartarse de los tentadores brazos de su futuro esposo para poder levantarse e ir a trabajar.

La vida era MUY injusta.

Respirando profundamente tres veces, Anna apartó con cuidado el brazo que rodeaba su cintura mientras su dueño murmuraba en su sueño "No Anna... ¡esa naranja es mía!" y se daba la vuelta tapándose aún más con las sábanas. La susodicha arqueó una ceja y lo vio con incredulidad: era imposible oírlo y no pensar que debajo de todo el desastre de cobertores no se encontraba un niño pequeño.

Con una última inhalación profunda se arrancó de la calidez de su cama y se dirigió a su peinadora, tomó una pinza y ató su cabello mientras se dirigía a la cocina con paso lento no sin antes detenerse a recoger el reverendo desorden que tenía Hao a través de todo el piso de la habitación. Con un resoplido, fue recogiendo una por una medias, llaves, pantalón y camisa hasta que algo la hizo detenerse y mirar detenidamente la última prenda con algo de suspicacia: algo andaba mal allí... algo olía mal. Llevan el cuello de la camisa más cerca de su cara lo miró detenidamente y no encontró nada extraño, pero había algo, un aroma que estaba mezclado con el de Hao que la hizo detenerse en seco y alejar lo más lejos que su brazo le daba el aroma ofensivo. Con una última mira al bulto que era su prometido en la cama, Anna terminó de recoger y salió de la habitación.

Algo andaba mal, pero ella no estaba dispuesta a perder tres años de su vida en un momento.

Sus instintos nunca le mentían, pero por ahora, Anna los obligaría a que la engañaran.

Ideado: 25/06/05

Comenzado (.;): 26/06/05 (y a ver cuánto dura!)

Hola!

Bueno... ahm... esto es una idea que me asaltó el otro día cuando estaba viendo un especial de Shaman King... un pequeño AU a ver qué tal me sale, ¡pero necesito de su opinión a ver si vale o no la pena seguir con esta alocada idea!

Dos cositas: Sé que Anna está terriblemente OOC, pero denle a la chica un respiro; es famosa y se va a casar, está feliz, y ya ustedes sabes lo tontos que nos ponemos todos cuando estamos felices, pero les PROMETO que en poco tiempo vamos a tener a nuestra itako de vuelta ñaca ñaca, ya verán!. Después... uhm... sé que esto parece muy cliché pero ya verán, tengo planeado hacer del malo un malo bastante comprensible (aún en contra de mis principios, pero todo sea por el fluff

Ja ne!

Nota: Uhm... hacer ejercicio es muy bueno, yo les recomiendo agarrar y darme un review con sus opiniones, he oído que es buenísimo para poner en forma el dedo índice!