Acotaciones
"..." diálogos
'...' pensamientos
(...) mis burdos comentarios
КxЯ КxЯ КxЯcambio de escena
Datos del fic:
∞ Titulo: "Corazón de Roca".
∞ Autor: Celen Marinaiden.
∞ Genero: Yaoi, Shonen-ai, AU...
∞ Parejas: KaixRei y YuriyxBryan.
∞ Disclaimer: Beyblade no es mío, si lo fuese no me vería en la "penosa" necesidad de hacer esto, ya que directamente lo mandaría a hacer en el manga o en el anime ¿Conclusión? Beyblade es de Aoki Takao, por lo tanto a mi no me pagan ni un quinto por escribir esto, es solo un pasatiempo y demandarme no servirá de nada. Solo uso a los personajes (y secuestro) para mi enferma diversión, gracias por su comprensión XD
¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸, CoRaZóN de RoCa ¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸,
Capítulo XVII: El dolor que se calla...
El silencio era tenso, lo cual de por si ya se trataba de un hecho notorio. Max hubiese deseado ver que gestos podía llegar a hacer el bicolor, pero sencillamente este permanecía tan serio e inescrutable que era imposible adivinar que estaba pensando. Así que considerando que ya había hecho lo que tenía que hacer, el rubio decidió cortar todo por lo sano.
"Kenny también dice que espera que estés bien, además de que ya te mando la dirección que querías ¿Te llegó? Supongo que sí..." -hablaba tan tranquilamente que sólo consiguió hacer que el bicolor se sintiese irritado- "Rei sigue sin saberlo, Kenny no le ha dicho nada y yo tampoco, en fin, nos veremos luego".
Y con esto último, Max siguió con su camino, reuniéndose con un Takao que casi salta sobre él con grandes lagrimones en los ojos, agradeciendo que su rubio amigo regresara sano y salvo de las garras del atroz Hiwatari. Max solamente soltó una risa y se encamino hacia la salida comentando que estaba tan bien que incluso le iba a invitar un postre, a lo que Takao accedió felizmente. El rubio estuvo tentado a mirar hacia atrás antes de salir pero se contuvo... en aquel momento se sentía grande, sólo por el simple hecho de haber mencionado a su buen amigo Kenny, porque le acababa de dejar saber a Kai que conocía un secreto de él. Y casi siempre los secretos dan poder.
Lo único malo es que en aquel momento él acababa de entregar el mas grande secreto que poseía de Rei... esperaba haber hecho lo correcto. Sin embargo Kai debía de ser el indicado, era Kai a quien Rei había elegido para abrirse más, dejando a un lado la actitud arisca, defensiva y agresiva que durante demasiado tiempo Max había observado en él.
Mientras, en su lugar y con la mente aun demasiado sorprendida, Kai miraba fijamente aquellas hojas dobladas por la mitad sobre la mesa. No podía creerlo, sencillamente y por orden de todas las cosas que había soltado el rubio, lo último fue lo que lo dejo impactado ¡Lo sabía! ¡El chiquillo entremetido lo sabía!, pero claro, no debería de sentirse tan sorprendido, desde un principio estaba conciente de que únicamente se trataba de cuestión de tiempo para que aquella visita hecha al amigo de Rei se descubriese. Lo único que deseaba era que el chino no se enterase... ¿Y por qué el tal Max no se lo había dicho aún? ¿A que se suponía que estaba jugando ese rubio? ¿Qué buscaba de él?... y sobre todo ¿Qué, por todas las bestias infernales, le había dado? ¿Qué era aquella cosa tan importante de Rei?
Lo mejor era tranquilizarse o acabaría con un tremendo dolor de cabeza que ni siquiera Gadiel sabría como curar. Apretó tanto puños como dientes en un gesto de impotencia que sólo él comprendía, y tomó con brusquedad las hojas que el tal Mizuhara le había dejado. Estuvo completamente tentado a leer para saber de que rayos había hablado el rubio y del porque era tan importantes, pero prefirió ser paciente y esperar a estar a solas en su habitación, al menos así tendría un buen motivo para tener ganas de llegar a su casa... la cual por cierto, seguía sintiéndose tan desoladoramente grande y vacía como siempre. Para variar, el señor Dimitri estaba viajando por sus ridículos negocios aunque cada vez Kai creía que era menos por eso... vaya padre que tenía.
Cuando las melodiosas campanas de la escuela sonaron, anunciando que las clases llegaron a su término, algunos alumnos se apresuraron a salir más que otros. Kai ciertamente se encontraba ansioso por irse de aquel lugar y poder llegar a descubrir el misterio que prácticamente le habían "regalado". Ni él ni Max habían vuelto a cruzar miradas, aunque Rei vagamente le sonrió en una o dos ocasiones cuando sus ojos por casualidad chocaban. Al ir caminando por los pasillos todo hubiese estado muy bien, de no ser porque intempestivamente alguien le había cortado el paso.
"¡Kai! ¡Que bueno que te veo!".
El ojirojo frunció el ceño con notoria contrariedad, ahí, frente a él, estaba Yuriy observándolo como si fuese su salvador, lo cual francamente no entendía.
"¿Qué demonios quieres?".
"¡Kai!" -chilló mostrando molestia- "Podrías ser mas amable ¡No te cuesta nada!, pero no importa, necesito que me ayudes".
"..." -no hubo respuesta, solamente un ceño fruncido-.
"¡No encuentro a Bryan!".
"Ése ¿Esta aquí?" -ahora si que estaba hastiado-.
"Si" -asintió- "Lo que paso es que hoy salió temprano y vino por mí y yo, usando mi gran y súper poder como Jefe de Grupo me las arregle para que pudiera esperarme sólo un poco afuera del salón, pero justo cuando nosotros salimos me descuide un momento ¡Y ya no estaba! ¡Mira los pasillos! Con tanta gente no me sorprende que se me haya perdido ¡Tienes que ayudarme a encontrarlo, Kai!" -lo miró de manera ansiosa-.
"¿Y porque voy yo a ayudarte? Si por mí fuera ese estúpido podría perderse en una montaña y no me importaría".
"¡Kai!" -lo miró desafiantemente- "Yo te he ayudado cuando me lo has pedido ¡Mal amigo ingrato desagradecido! Y si mal no lo recuerdo, él fue muy amable contigo la última vez que se vieron ¿Recuerdas? ¡No puedes negarme la ayuda!".
"Claro que puedo, mira como lo hago" -y sin mas se dispuso a darse la vuelta, pero el pelirrojo lo detuvo cogiéndolo del brazo- "¡Oh, demonios! ¿Por qué tanta desesperación? ¡Ni que ése imbécil se fuese a morir si no lo encuentras!".
"¡Es algo peor lo que podría pasar!... lo que tú no sabes es que hay tres chicas en el salón que quieren quitarme a mi novio ¡Y que sorpresa que ellas ya se han puesto a buscarlo antes que yo! No voy a permitir que esas arpías siquiera se den el gusto de hablarle ¡Tengo que encontrarlo primero!".
"Estas exagerando" -dijo con fastidio- "¿Qué importa si a unas mocosas les gusta ese idiota o no? ¿Qué importa si toda la escuela va detrás de él?".
"¡Eres el colmo! Claro ¿Qué me voy a esperar de ti? Tú idea de querer a las personas se refiere a quererlas tres metros bajo tierra... por favor Kai, busca a mi novio e impide que alguien mas lo ande toqueteando ¡Tú no conoces como son las chicas de las que hablo! Y mi pobre Bryan, que es tan amable e inocente ¡No voy a permitir que le pongan las manos encima! ¡Sí, lo acepto! ¡Soy muy celoso!" -y sus ojos azules brillaban peligrosamente-.
Kai solamente pudo carraspear con incomodidad ya que muchos alumnos habían volteado interesados al ver la escenita que estaba dando el pelirrojo. Con un tirón se soltó de Yuriy y suspiro profunda y pesadamente.
"De acuerdo, te ayudare ¡Pero no esperes que vuelva a hacerlo en un futuro!" -entrecerró los ojos despectivamente- "Me causas muchos problemas".
"¡Gracias, Kai!" -sorpresivamente recuperó aquel aire despreocupado y altivo que tenía- "Es asombroso ver lo fácil que caes" -sonrió de forma ladeada- "¿Acaso te crees que tanto me preocupa si alguien se tira o no encima de Bryan?" -se encogió de hombros negando con la cabeza- "¡Pero es tan lindo ver como te preocupas también!" -habló con un sarcasmo casi tan desvergonzado como el que usaba el bicolor-.
Si bien era cierto que Bryan estaba en la escuela, perdido y con tres posibles mujeres detrás de él, eso no quería decir que Yuriy se fuera a preocupar realmente. Pero montar ese numerito para ver la reacción de Kai ¡No tenía precio! Y tampoco había podido evitarlo ¡Tan divertido que era fastidiar a su amigo! Claro que ahora tenía que correr, porque por la forma tan fija y penetrante en que las orbes rojizas de Kai se habían clavado en su persona, seguramente se había conseguido un buen lió a su favor.
Por su parte, entre alumnos que iban y venían, Rei se dedicaba a enfrascar su atención en una amena plática que estaba manteniendo con sus dos inseparables amigos, que pese a lo que sucediese siempre estaban a su lado. Era raro que se dedicara a hablar con ellos por tanto tiempo pues llevaban conversando aun antes de que se terminara la clase de Administración -que se trataba de la última de aquel día-, y el pelinegro se había encontrado con que era extrañamente le parecía más agradable interactuar con aquel par.
Y precisamente por estar hablando, le tomó con cierta sorpresa que alguien le empujara con su hombro, lo cual era normal teniendo en cuenta que la hora del termino de clases era una muy concurrida.
"Lo siento" -dijo aquel que le había golpeado-.
Y justo en ese momento Rei se detuvo. Sintió un escalofrió y volteó hacia atrás buscando a quien le había hablado, pero se encontró solamente con otros chicos que tenían que hacerse a un lado para esquivarlo y seguir con su camino. Una amarga sensación le apodero de él y se llevo las manos hacia la cara.
'Tú imaginación' -se dijo a si mismo-.
Pero no había podido evitar que aquella voz del desconocido que le empujo accidentalmente, le recordarse a otra voz que había quedado irremediablemente grabada en su memoria a fuego.
"¡Rei!" -gritó Max, que también se había detenido- "¿Qué pasa?".
El chino se giró, mostrando una seriedad extrema y una mirada completa de inferencia. Takao volteó al instante a mirar al rubio, parecía como si Rei se hubiera apagado repentinamente. Cuando Max lo miro con cierta preocupación en sus ojos azules, Takao supo que no eran ideas suyas y que el rubio también lo había notado.
"No pasa nada, Max" -respondió Rei, con voz fría y encaminándose hacia donde estaban- "Sigamos".
Takao reanudó la plática enérgicamente, siendo seguido del ojiazul, pero contrario a lo que esperaban, el chino ya no participo en ella. Rei ya no se sentía con ánimos de hablar, de sonreír, ni nada más.
КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ
Kai cerró con fuerza la puerta de su habitación, encontrándose esta vez con cortinas y cobertores nuevos en color verde oscuro. Como siempre, suponía que Gadiel había hecho acto de presencia cambiando la "decoración" como se hacía una vez cada mes. De acuerdo, el verde le gustaba, entonces estaba bien. Dejó su maletín en uno de los sillones de estilo antiguo que tenía, porque claro, su habitación era tan grande como para alojar adentro su propia sala de estar. A veces odiaba tener que vivir como si fuese una especie de noble adinerado, y otras mas le hacía sentirse bien y tranquilo... después de todo algún día tenía que aceptar el hecho de que tenía tanto dinero como para ahogarse en él. Pero francamente agradecería que su abuelo no insistiera en que cada rincón de la casa pareciera sacado del siglo XIX.
Algo fastidiado al recordar los trajes y el tipo de corte -con pañuelos y estúpidos adornos- que había tenido que usar en las fiestas formales de la familia, regreso sus pasos tan sólo un poco para abrir su maletín y rebuscar un poco hasta encontrar las hojas que se le habían sido entregadas. Las sacó desdoblándolas al fin, y seguidamente se sentó sobre su silla favorita, que era muy parecida a las que se encontraban en su muy fina sala principal donde se encontraba la chimenea. Buscar a Bryan no había sido una tarea tan difícil como pensó, porque claro, tan sólo cinco minutos después de haber sido hostigado por el pelirrojo, su estúpido novio se había aparecido blandiendo la excusa de que tres chicas lo habían tomado de los brazos, y entre sonrisas coquetas y tontas lo habían arrastrado hasta casi llevarlo escaleras abajo, claro, se había soltado después y consiguió llegar nuevamente hacia donde se encontraba Yuriy... ¡De verdad que comenzaría a odiar a aquel par! Ciertamente le desagradaba Bryan, pero ahora le desagradaba todavía más si estaba junto a Yuriy.
Alejando esos recuerdos, cruzó la pierna derecha sobre la contraria y de dispuso a leer, notando al instante que la letra efectivamente pertenecía al chino, salvó que esta era un poco mas grande y descuidada a comparación de la que él conocía. Realmente no sabía que esperarse, pero no se imagino encontrarse nada de lo que leyó (waaa... estoy tentada a no ponerles lo que dice ¿Qué les parece la idea? Naah, no soy tan mala XD).
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¿Sabes por qué hago esto? Porque necesito desahogarme después de tanto tiempo ¿Y por qué dirijo hacia ti esta carta que jamás leerás? ¡Porque son las cosas que querías saber! Después de todo, armaste tanto sutil engaño para hacerme mostrar mis debilidades y atacarlas ¿No es así? Para herirme y humillarme.
No puedo dormir, no puedo descansar, no puedo cerrar los ojos. El miedo me impide cerrar un instante los ojos porque temo lo que pueda pasar si lo hago. Lo único que busco, lo único que quiero, lo único que deseo en este momento es encontrar una sola respuesta, sólo pido una respuesta a los miles de cuestionamientos que llenan mi mente y me nublan la razón, sólo quiero una respuesta, una y nada más que eso.
¿Para qué vivir? ¡Es esta la pregunta más importante!
Estoy enfermo y tengo que encontrar la cura de esta enfermedad. ¿En dónde debo de buscarla? ¿En lo alto de un puente? ¿En el filo de un cuchillo?, ¿En el amargo sabor de un veneno? ¿En la falta de aire bajo el agua? ¡¿Dónde?! Y de nuevo tengo miedo de cerrar los ojos. Y sigo dejando pasar los días, poco me importa mi futuro porque este aun no llega y quizás no se si vaya a hacerlo, no me importa mi pasado porque por mas que lo desee no puedo cambiarlo, y tampoco pienso en el presente porque no sé como manejarlo. No importa si vivo sin causa o motivo.
Sé que varias veces lo he pensando, he pensando en la razón por la cual estoy aquí y ahora, la razón por la que vivo y el silencio me da su dolorosa respuesta, no existe. No hay futuro alentador para mí, no sé que es lo que realmente deseo, no sé nada. Mi vida sigue un curso sin fin, cada día me parece una patética copia del anterior, nada es relevante, nada es importante. Vivo en la soledad. No tengo nada, las personas a mí alrededor no solamente me juzgan, hablando a mis espaldas, diciendo comentarios crueles y señalándome con el dedo... también me engañan ¡Tú sabes muy bien eso! ¿No es así? ¡Felicidades! Te doy el premio al Amo de las Traiciones. Si antes me molestaba, ahora me repugna tener que seguir respirando ¡Estoy tan asqueado de las personas! Y del mundo entero... me enferma tener que mirar cada uno de esos rostros hipócritas cada día, aguantar sin pestañear sus malditas palabras hirientes ¡Y soportar aun mas su temor hacia mí! ¡Claro! El ser humano es tan patético que siempre teme y odia lo que no comprende ¿Quién podría comprenderme? ¿Quién se molestaría en conocerme?
No las tengo, no tengo las razones ni los motivos que me impulsen a seguir aquí, nada más allá de un mundo que sólo existe en mi mente, donde todo es perfecto, donde puedo protegerme de todos ¡Pero que insuficiente resulto ser este mundo!, si hubiese sido eficaz ¡Jamás hubieras entrado en mi vida! Y nunca tendrías la oportunidad siquiera de lastimarme ¡Estarás feliz! ¡Entérate, pero si tengo sentimientos!, sentimientos que estaban perfectamente guardados y que por ti quise volver a liberar ¡Gran error! ¡Gran y maldito error! Afortunadamente ahora siguen en el mismo desgraciado rincón en donde merecen que los tenga.
Mis sueños si es que los tengo van más allá de lo posible, mis aspiraciones no pueden realizarse, mi vida es tan sólo una mezcla de confusión, enojo y amargura, nada trascendente llegara a pasarme, y acabare el último de mis días siendo la más infeliz de las personas. Si alguna vez pensé en quitarme la vida ahora desisto, no seré yo la mano que cause mi propia muerte, además mi cobardía esa que ya me caracteriza me impide siquiera intentarlo, pero al menos no me impide el pensarlo. Temo dejar algo importante aquí, algo que ni siquiera conozco. Escuche decir una vez que yo era cruel y malvado, que tenía negro corazón y que me deje caer ante la oscuridad. Mentira. Yo lo sabía, desde niño siempre lo supe, yo nunca fui un ángel inocente, yo ya era un demonio desde el principio. Incluso tú pensaste algo parecido de mí, si para ti yo era maligno por desviar tan indiferentemente la cara ante el dolor ajeno ¡Perfecto! Porque tuviste razón cuando lo dijiste y aun la tienes ¡Soy un completo villano fracasado!
No sé que hacer, no sé que va a ser de mí y en verdad no me importa, no importa nada. Porque quizás en el mundo sea solo un estorbo mas ¡También eso llegaste a decírmelo!. Y aunque quiero pensar en el mañana como algo mejor, sin sombras ni lagrimas y donde los recuerdos hayan dejado de doler, aun tengo la idea de que esto es sólo un sueño más. El Tiempo, ah, el Tiempo, algunos dicen que es sabio, consejero y maestro, otros mas dicen que es duro, cruel y devastador, Tiempo… ¿Cuánto he perdido o ganado?
Siempre he estado en la soledad y nunca he entendido por qué tuvo que ser así ¿Por qué de entre todos, tuve que ser yo él que debe de vivir así? ¿Por qué tuve que conocer la dicha de unos padres que me amaran para después dejarme?, y mi hermano ¡El héroe de todos mis juegos!... y mi prima ¡La que siempre corría con una sonrisa a abrazarme!... ¿Para que tener una familia si iba a perderla?, si existe realmente alguna especie de Dios ¡Entonces lo odio tanto! Porque seguramente se debió de divertir mucho escribiendo el drama de mi vida, claro, dejemos al niño de siete años sin padres ¡Quitémosle después a su hermano y a su prima! Y tan sólo para ser generosos, dejemos a su tío que lo odia, y que lo aleja del único pariente que le queda... y claro, pongámoslo rodeado de gente que lo trata como si fuese alguna criatura rara y peligrosa ¡Muy bien! ¿Qué tenemos como resultado? ¡A un perfecto mocoso retraído, inseguro y lleno de traumas!. ¡Ah, que idiota me siento escribiendo todo esto! Que idiota y que liberado... ¡Deberías de saberlo! ¡Debería entregarte esto para que te enteres! Pero ¿Para que te reías aun más con tus amigos? ¿Para que termines lo que empezaste? No, espera, terminar lo que empezaste implicaba enamorarme, llevarme a la cama y después abandonarme de la forma más cruel que pudieras mostrar ¿No? ¡Que poco original de tu parte!, la próxima vez que quieras dañar a alguien intenta ingeniar algo mejor que eso. Si hablamos de monstruos, de los dos, tú resultaste ser el peor. Si es que realmente las personas que son importantes para mí terminan muertas ¿Qué esperas entonces tú para dejar de respirar?
Al parecer la soledad y yo somos uno, eso es lo que sucede pues ella es mi compañía, nunca se ha separado de mí y no creo que jamás llegue a hacerlo, tengo amigos y aun así me siento solo, la tuve a ella y también me sentía solo ¡Incluso contigo lo estuve!. Quisiera tanto que mi corazón fuese tan frió como el hielo y tan duro como el acero ¡Sería perfecto!, pero para mi desgracia resulto ser muy frágil y ante el menor contacto, se daña ¡Que bien sé eso yo! ¡Pero no lo sabes tú!, porque después de todo ante tus ojos sencillamente yo seguía siendo el mismo acomplejado sin sentimientos ¿Verdad? Y me da tanta rabia aceptar que he sufrido tanto por este maldito corazón mío ¡Si tan sólo yo pudiese dejar de sentir! Dejar de pensar, de recordar, de ser tan míseramente débil. ¡De buscar algo que no existe! ¡De esperar algo que nunca llegará!
He querido morir muchas veces, pero hasta el momento sigo aquí. Después de todo lo que he pasado deseo que mi muerte no duela, quiero morir dormido, mi vida ya ha sido mucho sufrimiento como para que la muerte sea otro. ¿Por qué quiero morir? Porque no soy útil a nadie, un maldito estorbo que no vale nada. ¿Para qué existo? Escuche decir una vez que todos existimos para ser felices, ¿Esa es mi razón? ¿Ser feliz? No sirvo siquiera para eso, ni para nada más. Sé que pienso que mi vida es tan gris, sé que soy dueño de ella y si lo quisiera puedo cambiarla, pero soy cobarde para eso… temo intentar cambiar mi destino, el mismo destino que yo mismo me impuse. Ya quise hacerlo antes ¡Y mira que buen resultado tuve! Lograste mentirme tan bien que creí en ti, y creí también que las cosas podrían ser diferentes... francamente prefiero seguir con mi maldito camino de soledad eterna que volver a intentar algo tan estúpido como cambiar. La felicidad puede existir para todo el mundo menos para mí.
Me he dando cuenta de tantas cosas mientras guardo silencio, como ser humano he fracasado, no sé querer, no sé amar, no sé arrepentirme, no sé, no sé. Un fiasco, eso es lo que soy pero, algún día mejorare verdad… ¿Verdad?
¿Llegará el día en que llore realmente? Cierto, he derramado lagrimas pero mi llanto jamás ha sido de alegría ¡Tú me hiciste llorar de más viva furia que he sentido! Furia y completa decepción. He llorado por sentirme impotente ante la vida, he llorado de ira, he llorado del mas vil rencor ¿Qué tanto me falta para tocar fondo?. Quizás debería morirme en este mismo instante pero aun siento una incomprensible necesidad de querer vivir, un poco más, sólo un poco más hasta ver algún consuelo, hasta encontrar algo que valga la pena en este podrido mundo que se cae a pedazos. La vida nunca ha valido mucho para mí, no tengo metas en concreto; vivo por inercia, vivir por tener que hacerlo, pero si muero y además de eso por mi culpa, sería botar de alguna manera mi orgullo, ese orgullo que ni tú pudiste destrozar aunque estoy seguro que lo intentaste. El orgullo es lo único que me queda, porque creo también que hasta de la dignidad me he olvidado.
Reconozco que soy únicamente un estúpido soñador, la muerte nunca me ha gustado a pesar de que suelo buscarla demasiado. A veces me aterra pensar que no veré nunca más la luz del sol o la oscuridad de la noche, y otras mas me consuela el pensar que no estaré vivo para volver a ver un nuevo día. Debo admitir que siempre he querido ser un guerrero valiente y feroz tal como siempre lo fue mi hermano a mis ojos ¡Siempre creí que él podía hacerlo todo!, pero me avergüenza pensar que sólo soy un niño temeroso que necesita de sus padres ¡Que gran vergüenza para mí! Que gran vergüenza para el tan afamado Corazón de Roca, supongo que si leyeses esto te sorprenderías de ver que si tengo algo de corazón, aunque ¡Felicidades nuevamente! Tú te encargaste especialmente de matar otro pedazo de lo poco que me queda de él. Si la vida ya era horrible, gracias a ti es ahora insoportable. ¿Por qué nadie logra comprenderme? Sufro más de lo que alguien podría pensar, y quizás nadie puede verlo porque aprendí a ignorar mi realidad y dejar de lado los problemas, olvidándome de mis demonios internos. Y en ocasiones me siento como un niño caprichoso, obsesionado con ideas estúpidas llenándole la cabeza día a día, hora tras hora.
He escuchado decir que yo soy el malo de la historia, cuando creí que era la victima. Pero sé que ya no puedo mirar hacia atrás y arrepentirme, tengo que aprender a vivir el aquí y el ahora. A pesar de eso sigo dejando pasar los días ya que no me interesa lo que suceda después. En este momento escucho llover afuera, sí, esta lloviendo, tú sabes lo mucho que me gusta la lluvia, hasta me llamaste loco por caminar bajo ella cada vez que puedo. Si hubiese gente en las calles, estarían corriendo. Jamás lo he entendido ¿Por qué la gente corre de la lluvia? Si delante también esta lloviendo, ¿Para qué correr de lo que no puedes escapar?. No entiendo que es lo que sucede conmigo, realmente no comprendo. Creo que la vida es así porque quiero que así lo sea, será que ¿Estoy tan acostumbrado a las tormentas que no puedo vivir si no es en una?... si tan sólo pudiese encontrar la forma de calmar esta tempestad mía.
Acepto que hoy tengo miedo, miedo de volver a sentir realmente, de abrirle paso completamente a mis emociones, tú estuviste a punto de dejar que las liberase ¡Pero no he de sufrir por ti!, y en realidad este maldito intento de carta no es mas que un esfuerzo de mi parte para mantener mis sentimientos al margen, porque sé que si no lo hago todo esto dolerá, dolerá mucho mas de lo que ya lo hace. Y tengo miedo de seguir adelante, miedo de detenerme, miedo de lo que me depara el futuro, miedo de lo que vendrá después, miedo de respirar, miedo de dejar de hacerlo, miedo de cerrar los ojos. Para bien o mal tengo que seguir aquí. No quiero pensar en nada, quiero mantener mi mente en calma, quiero alejar preocupaciones, cuestionamientos, reproches, temores y pensamientos, no quiero mortificaciones, quiero calma después de la tormenta. Quiero que me dejen en paz, que me dejen ser libre ¿Es mucho lo que pido? ¡Libertad para ser yo!
Tejí una telaraña de mentiras, engaños, fantasías y necedad que sin darme cuenta, fui atrapado en ella. ¡Creí en quien no debía! ¡Porque creí en ti! Aleje de mí a la única persona que había demostrado comprenderme ¡Y la cambie! La cambie estúpidamente porque buscaba un consuelo diferente, porque quise creer en las patrañas del amor y engañarme con las promesas que se me hicieron ¡Que casualmente, eran tus promesas!, dime una cosa ¿Cómo eres capaz de mentir tan bien sin arrepentimiento alguno?, ¿Realmente hubieses podido llevar a cabo todo tu plan sin dudar ni una vez?, ¿No sientes ni un poco de culpa? ¡No, que va! Si con quien estabas jugando era con Corazón de Roca ¡Y todos sabemos que el estúpido de Rei Kon tiene la sensibilidad de una piedra!... así que no hay razón para tener remordimientos, después de todo si soy tan inhumano entonces no tengo emociones para que puedas dañarlas ¿Verdad?
¡Realmente quería volver a creer en las personas y en los sentimientos! ¿Y para que?, solamente para descubrir que el mundo esta lleno de egoísmo y perversidad ¡No existe la tan mentada bondad que siempre escucho nombrar! ¡Mentiras! No es mas que una mentira oír hablar sobre buenas acciones desinteresadas ¡No hay amor, ni amistad o lealtad! Cualquiera podría apuñalarte por la espalda... incluso la persona que mas valga para ti puede hacerlo... y es por eso, que ya nadie vale para mí, no más, ya no más. ¡Alégrate y pavonéate frente a tus amigos! Tú me importabas, sinceramente lo hacías. Ahora me importas, pero con el único y torcido deseo de verte sufrir, no ser yo quien te cause daño, pero si alguien mas. No creo en el amor, y por ti, ahora jamás lo haré ¡Muchas gracias! Me has quitado todo un peso de encima, y seguramente en el futuro evitare caer ingenuamente en trampas como las tuyas ¡Me has ayudado bastante! Creo que es mas lo que te estoy agradecido que el resentimiento que me has creado ¡Amor! ¡Que buena broma! Ya podré reírme de él mas adelante, cuando lo escuche nombrar al igual que la dichosa bondad.
Todo lo bueno que pude tener en la vida yo mismo lo asesine ¡Estoy tan seguro!, de una u otra forma he acabado con los pequeños detalles que pudieron hacerme feliz, daría lo que fuese para cambiar mi vida desde el mismo instante en que nací, cambiaria a mis padres, el lugar de origen, el día, el mes, el año, el nombre, todo cambiara por una mejor vida. ¡Siento que ya no puedo más con esto! Cada día es una rutina sin final y mi vida una cruz que llevar, quise cambiar mi destino pero como todo lo que intento fracase miserablemente, tú ayudaste en mi fracaso, supongo, pero es mejor... evitar las emociones es lo mejor que puedo hacer para mi mismo.
Y si pudiera volver el tiempo remediaría los errores que lastimaron a quienes me importaban, únicamente sólo puedo pedir perdón como muchas veces en el pasado, valor ya no me queda, sólo resignación porque no he sido yo quien se derrotó a si mismo... fue alguien más ¡Alguien a quien ni siquiera puedo odiar! ¡Tú!, sí, quizás quiero que sufras, que te hagan pagar el favor que me hiciste en nunca mas creer en fantasías ufanas como sinceridad, amor o comprensión... para que así entonces tú también veas la vida de la forma en la que yo la veo ¡Y podamos ser ya dos los que han dejado de ser ingenuos en el mundo! A pesar de todo el dolor que has conseguido causarme, recordándome que aun no soy tan fuerte como quise creerlo, otra vez te lo agradezco, ¡Porque gracias a ti pude ver el mundo como realmente es! Frió, traidor y despreciable. ¡Quiero gritar que te odio! ¡Que fuiste un maldito! Quiero tenerte rencor y pisotear tu vil recuerdo, mas ¿Cómo hacer eso? Si tanto fue lo que en ti confié, tanto lo que desee, tanto lo que espere, ¿Y para que? ¡Para que verte reír en mi cara!, para escuchar la verdad de todo tu absurdo teatro, es asombroso hasta donde pudiste llegar en los limites de tu crueldad. Pero es pasado, ya todo es pasado, la muerte de mis padres, de mi hermano, de mi prima, el haber despreciado a la única persona que me ha apoyado realmente, el que me hayas engañado tan ingenuamente...
Quiero odiarte pero no puedo, el odio es un sentimiento y no mereces que sienta la mas mínima cosa por ti, incluso tenerte repulsión sería demasiado bueno para una persona como tú... vivir un poco más sin demostrar emociones no va a matarme ¿O sí? ¡No lo ha hecho hasta ahora! Después de todo no voy a quejarme de mi suerte, porque sé que existen maldiciones y yo llevo una de ellas aún antes de nacer...
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Y ahí terminaba todo.
Kai releyó el último párrafo nuevamente y después... sencillamente se quedo mirando hacia la nada. No era posible lo que acababa de leer... no era posible que realmente aquel cúmulo de palabras hubiesen sido escritas por Rei ¡No podía ser lo que el chino pensaba!
"Oh, Rei" -susurró quedamente- "Rei, Rei, Rei" -se repitió el nombre como un rezo-.
Era cierto que Kon era extraño y daba la impresión de que tenía ciertos pequeños problemillas ¿Pero esto? ¿Qué era esto para empezar?... ¡Una supuesta carta sin destinatario! Pero cualquiera que fuese la persona a la que Rei le había escrito ¡Kai la mataría! ¡La mataría con sus propias manos! ¿Cómo era posible? ¿¡Cómo alguien era capaz de hacer tanto daño!?
Con la mente dándole vueltas, y mas sentimientos juntos al mismo tiempo de los que nunca antes había acumulado, el bicolor se puso bruscamente de pie mientras que sin poder evitarlo las hojas entre sus manos quedaron arrugadas debido a la fuerza con la que cerró su puño. Comenzó a caminar frenéticamente a lo largo de su extensa habitación, como una fiera enjaulada que ya ha tenido suficiente de su encierro y puede atacar la primera cosa que se ponga frente a si. El color rojizo de sus ojos se había tornado de un escarlata cobrizo y por la forma en la que sus puños fuertemente apretados temblaban era más que claro la furia que en aquellos momentos sentía. Y tan repentinamente como llegó... todo se detuvo igual que Kai que se quedó estático, sin poder moverse ni un poco. Como si hubiese perdido la fuerza se dejó caer sobre el suelo alfombrado y sin la mayor importancia se acostó golpeando su cabeza sin que le prestase atención a nada más. Su mano se abrió con lentitud y las hojas ahora arrugadas y maltrechas quedaron libres y cayeron unos centímetros lejos de su palma. Todo esto tenía que ser una mala broma ¡Una broma grotesca! ¡No podía ser de otra forma!... porque no era posible que Rei... el chico tan bastamente impredecible que conocía, el que le daba clases de dibujo tan atentamente, el que tenía el estilo de caminar mas provocativo que hubiese visto, el que lo sorprendía cada cinco minutos con alguna cosa nueva, el que había tenido el valor de acercarse a él cuando nadie mas lo hizo... al que le gustaba la sangre, amaba los libros y poseía un exquisito cabello negro... aquel que con una sola mirada lo dejaba completamente embobado, que podía hacerlo sonrojar sin el mayor esfuerzo, que lo tenía completamente pendiente de sus preciosos ojos y por el cual sentía que cometía locuras... ¡Ese Rei no podía ser el mismo que había escrito todo eso! ¡Rei no podía sentir esas cosas! No era cierto que escondía todos esos pensamientos.
Pero la verdad le llego a Kai como un cubo de agua fría... porque aunque conocía en realidad muy poco de Rei a comparación con lo que estaba seguro que aun le faltaba que le mostrase, ese poco era mas que suficiente para saber que el chino si era el verdadero autor de la carta que había leído y mas importante aun... que Rei si sentía esas cosas. ¡Era claro! ¡Muy claro! Incluso ese mismo día, el ojidorado le había revelado que odiaba tener emociones, que odiaba ser humano, que era su condena ¿Y no eran cosas alusivas a eso las que se repetían una y otra vez incesantemente en toda la carta? Todo encajaba de una maldita forma perfecta ¡Tan perfecta que Kai la odio!... Rei le había dicho que había tenido una novia, que la había dejado por alguien más, en especifico, por un chico. Que elegirlo a él había sido un error. Y sobre las muertes de sus familiares ¡Él conocía de esos cuatro decesos!, el tal Kenny se lo había contado, como también le contó de la marcha de su tío a otra ciudad llevándose al primo de Rei. ¡El tema del amor!, ese tema que siempre el oriental estaba desdeñando, asegurando que él no creía en eso, quizás para otras personas si, pero no para él mismo. Aquel seudónimo... Corazón de Roca... lo había escuchado por primera vez donde Bryan, y creyó que era mentira, que se trataba de alguna cosa estúpida que el peligris se había inventado en un momento de creatividad. Y todavía existían unas cuantas referencias mas que delataban la verdad ¡Todo estaba ahí! Detalles que Kai ni siquiera sabía que les había tomado importancia, pero que ahora al verlos desde aquel punto de vista se dio cuenta de cuan indispensable había sido que los guardara en su memoria ¡Y fue una suerte recordarlos!, solamente porque él siempre ponía mas atención de la necesaria si Rei tenía que ver de alguna u otra forma en la conversación -sea que estuviesen hablando de él, o que el chino le hablase a Kai-.
No pudo evitarlo, pero se sentía mal en aquel momento... con una detestable sensación recorriéndole por todo el cuerpo... algo muy parecido a una depresión mezclada con incredulidad y enojo. Rei ¡Su Rei odiaba vivir! Detestaba tener siquiera que respirar, y aclaraba ya mucho que poco le interesaba su vida ¿Cómo era posible que no lo hubiese visto? ¿Cómo es posible?, porque el chino no parecía el tipo de persona que hubiese pensado en el suicidio, pero ¿Qué iba a saber Kai de suicidios?, su respuesta hacia los dolores de su vida no era detestar el vivir, era vengarse de alguna forma u otra de quienes lo merecían, pero ¿Y Rei? ¿Cómo alguien tan maravilloso podía tener dentro de si cosas tan alarmantes? ¿Por qué nadie se había dado cuenta antes? ¿Cómo es que el mundo podía estar tan ciego?
Con tantas emociones acopiadas se sentía completamente agobiado, desesperado. En medio del mar de ideas y sensaciones que invadían su cuerpo en aquel momento tenía algo muy claro por sobre todo lo demás.
Tenía claro que debía de ver a Rei, quería verlo ¡Necesitaba saber que estaba bien!
Un miedo irracional se apoderó de él al pensar que justo en aquel momento el chino podría estar cometiendo alguna locura. Y estaba seguro de que si jamás hubiese leído aquella carta nunca se hubiese preocupado por eso ¡Jamás le llegaría a la mente semejante pensamiento!, pero ahora, oh, ahora que sabía que clase de cosas le rondaban la cabeza al chino ¡Se sentía lleno de terror! Porque francamente a cualquier persona que realmente desee acabar con su vida, le resulta muy fácil ¡Hay tantas formas para hacerlo!
Así que sin molestarse porque aun traía el uniforme, se levantó de un salto ágil, impulsando su cuerpo hacia arriba con la planta de sus pies. Tuvo la suficiente lucidez como para tomar su celular, su cartera y su juego de llaves. Con celular en mano se apresuró a marcar un número, recordando que no tenía el número de teléfono de Rei, ni de su casa ni de su móvil ¡Seguro que ahora se sentiría mejor si pudiese llamarle! Ya se los pediría después.
-"A sus ordenes, Kai-sama" -una voz solicita se escucho al instante del otro lado de la línea-.
"Ekuro, te quiero en cinco minutos en la entrada de la casa, toma cualquier auto, no importa el que sea, necesito que me lleves a una parte" -dijo Kai, usando un perfecto tono autoritario-.
-"Como usted ordene, Kai-sama".
El bicolor cortó la llamada, al tiempo que cerraba bruscamente la puerta de su habitación y se apresuraba a correr por los pasillos largos y llenos de "reliquias" que según su abuelo, hacían de la mansión un lugar mas sofisticado para vivir. Por favor.
De no ser porque precisamente Voltaire tenía decomisado su permiso de conducir hasta nuevo aviso, Kai no tendría la estúpida necesidad de jugar al niño rico y llamar a uno de los chóferes. Francamente el ojicarmín odiaba manejar y sólo en contadas ocasiones se decidía a tomar un auto, la mayoría del tiempo prefería andar como una persona normal lo que había ayudado bastante a esconder su posición social dentro de la escuela. ¿Qué importaba si tenía su permiso ahora o no? podría tomar alguno de los autos clásicos de su padre y largarse, pero después de las siete infracciones que cometió en una sola noche -y el motivo por el cual Voltaire no quería regresarle su casi cancelado permiso-, y que libró solamente por las influencias de su familia (dinero, dinero, dinero... cuanta corrupción XD), no tenía la mas mínima intención de que sucediera algún improvisto que le causara un retraso.
КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ КxЯ
Eran apenas las cuatro de la tarde con cincuenta minutos, y Rei, recién sacado de su muy "necesaria" siesta de la tarde, se preguntaba quien diablos, truenos y centellas era la persona que estaba tocando tan insistentemente el timbre de la casa ¡Ya había escuchado la primera vez! O al menos eso creía... porque quizás estaba tan dormido que aquella persona llevaba mas tiempo del que pensaba afuera.
Se paró junto a la puerta presionando el intercomunicador.
"Diga" -murmuró aun adormilado-.
"Rei, soy Kai".
Apenas escuchó eso, Rei sacudió la cabeza... ¿Kai? Pues si, efectivamente se escuchaba como la voz de Kai... eso, o todavía él estaba en el país de los sueños.
"¿Kai?" -preguntó dudoso-.
"Sí, Rei, ya te dije que soy yo" -le respondió algo exasperado-.
El chino parpadeó, se dio dos ligeros golpes en la cabeza con la única intención de despabilarse. ¿Kai Hiwatari estaba del otro lado de la puerta? ¿Qué acaso hoy era viernes? Pero si podría jurar que era martes.
"Rei" -la voz de Kai parecía un poco mas suave- "Te agradecería si me dejas pasar".
"¿Eh? ¡Ah, sí! Perdona" -soltó una risa nerviosa, apagando el aparato-.
Efectivamente, al abrir la puerta se encontró con Kai, quien casualmente traía puesto el uniforme escolar al igual que él, la diferencia estaba en que Rei ya había mandado al diablo casi todo y lo único que había decidido dejarse fue una playera blanca sin mangas justa al cuerpo -que ocasionalmente solía ponerse bajo la camisa de manga larga- y el pantalón. Sin ceremonia ni dando ni una sola palabra, el bicolor se adentró y se sentó en el mismo lugar del sillón que había ocupado el viernes pasado, cuando vieron el dichoso filme de "Entrevista con El Vampiro". Al cerrar la puerta, Rei se recargó en ella mirando con mucha atención al chico, hasta que arqueando una ceja al mas puro estilo Hiwatari, se decidió a hablar.
"¿A que debo el honor de tu visita?".
Kai clavó sus orbes rojizas con tal intensidad sobre él, que le hizo sentirse incomodo. Y la incomodidad creció cuando recordó las fachas que en las que se encontraba en aquel momento.
"Soy tu amigo ¿No puedo venir a visitarte de improvisto?" -soltó indiferentemente-.
La ceja arqueada de Rei se pronunció aun más.
"No, claro que puedes" -titubeó un poco- "Sólo que es... extraño" -se encogió de hombros- "O sea que... ¿Te dieron ganas de venir, así, nada mas?".
El ruso asintió resueltamente y pareció encontrar muy interesante la decoración de la sala de Rei, ya que paseaba su mirada por todas partes como si fuese la primera vez que estuviese ahí. Al chino le dio el fugaz pensamiento de que Kai tenía algún problema o en su defecto, se había vuelto un poco loco.
"¿Hacías algo importante?".
"Dormir" -respondió automáticamente-.
El tono tan inocente y nada premeditado de Rei hizo que el bicolor sonriese ligeramente, ahora se sentía infinitamente bien al ver que estaba en perfectas condiciones. Preocuparse había sido algo insensato pero no había podido evitarlo, se había sentido tan desesperado por saber de él que no meditó que se encontraba realizando una locura al presentarse a su casa sin ninguna buena excusa.
"Kai" -el pelinegro atrajo su atención- "¿Te pasa algo?... ¿Quieres hablar? ¿Necesitas alguna cosa?".
Irremediablemente Rei se sintió estúpido, pensando de donde había sacado aquellas preguntas y llegándole la idea de que lo debía de haber visto en alguna serie de televisión, o quizás leído en un libro.
"No" -se recargó un poco mas en el sillón- "Francamente estaba aburrido, Rei, pensé en visitar a algún amigo para distraerme un rato cuando recordé que sólo tengo dos amigos... y sinceramente prefiero ser torturado antes de ir a casa de Yuriy por voluntad propia".
"Ah... soy tu segunda opción ¡Me honras!" -soltó sarcásticamente- "Nunca creí verte victima del ocio. Pero si crees que yo soy un distractor interesante, te equivocaste, soy tan aburrido como Barthez cuando da clases".
"Ya encontrare como me entretengas, Rei".
El chino tan solo parpadeó un poco, antes de pensar que eso se había escuchado como algún tipo de insinuación. Definitivamente todavía tenía los sentidos adormilados.
"Bien, ya encontraremos como entretenernos, Kai" -al fin se apartó de la puerta- "Discúlpame unos momentos".
"Claro, Rei, estas en tu casa" -el tono tan sarcástico del bicolor hizo que el chino moviese negativamente la cabeza con diversión-.
El ojidorado se perdió en una de las habitaciones que cerró después. Al desaparecer Rei de escena, Kai se permitió soltar un suspiro lo más quedamente posible y casi desparramarse sobre el sillón ¡Se sentía tan tenso y a la vez tan relajado!, como si un gran peso de encima se le hubiese quitado. ¡Definitivamente nunca había actuado tan estúpida e impulsivamente antes en su vida! y agradecía que Rei se hubiese conformado con la escueta explicación que le había dado de su presencia no invitada en su departamento.
Y el alivio se alejo para dar lugar nuevamente al desasosiego. Kai era incapaz de sacar de su mente todo lo que había leído... todas aquellas palabras que hablaban sobre odiar la vida, a las personas y a los sentimientos. Si cualquier otra persona las hubiese escrito no tendrían la mayor relevancia para el bicolor, pero no era cualquier persona quien las había plasmado en aquellas hojas. Era Rei. Era Rei y por eso le inquietaba infinitamente. Por ello sentía esa incertidumbre y ese casi insano deseo de tomar en brazos al chino, sostenerlo y no dejarlo ir nunca. Protegerlo, comprenderlo, quizás, hasta amarlo. De hacerle saber que no todo era malo... que él mismo no era malo, que no era un estorbo ¡Que si era útil para alguien! Era útil para Kai, porque ahora no sabía que podría ser de su persona si Rei decidía alejarse. La sola idea le provocaba terror.
Entre tanto, en su habitación, Rei terminaba de colocarse el zapato izquierdo que hacia que su uniforme escolar estuviese casi completo, lo único que faltaba era que se colocase nuevamente la chaqueta, pero eso bien podría omitirlo, después de todo, si Kai traía el uniforme ¿Por qué él no habría de traerlo también?. Verdaderamente tenía mucha curiosidad por saber que extraño bicho había picado a Kai provocando se apareciese tan repentinamente en su casa y con una excusa tan poco creíble… aunque, quizás no era una excusa y estaba diciendo la verdad, después de todo, Rei sabía de antemano que es algo bastante normal que los amigos suelan llegar a "visitar" de improvisto y sin invitación alguna… claro que la verdad nunca hubiese imaginado que el ruso seria de ese tipo de "amigos", realmente que le faltaba entonces bastante que conocer de aquel chico, pudiera ser que Kai era mucho mas interesante de lo que había pensado antes. Sin siquiera abrocharse el chaleco y dejando la corbata olvidada sobre la cama, regreso a la sala de estar donde apreció que el ojicarmín no se había movido ni un poco de la posición en la que le dejó. Se acercó y sentándose en el otro extremo del sillón se dedicó algunos segundos a mirar fijamente al bicolor, que le regresó la mirada igual de fija que la que el tenía.
"¿Y bien?" -preguntó al fin Rei- "¿Qué propones que hagamos?".
"No lo sé, deberías de sugerir algo" -se encogió de hombros desinteresadamente-.
"Ah, claro, como yo soy el que ha llegado de la nada a molestar a casas ajenas porque esta aburrido, entonces debo de estar lleno de ideas para pasar el rato" -torció la boca de forma inconforme- "Enserio, Kai, deberías de tener al menos una pequeña noción de lo que te gustaría que hiciéramos".
Casi ridículamente, Kai se sintió como un niño pequeño que estaba siendo regañado por un maestro que admirase lo suficiente como para sentirse avergonzado de decepcionarlo.
"Pues… ¿Qué se yo? Si tuviese muchas ideas entonces no habría venido aquí".
"Ya va, ahora en vez de hacerme sentir como la segunda opción me haces sentir como la ultima. Peor sería nada ¿Neh?" -soltó una efímera risa burlona- "Bien, bien… podríamos salir… ir alguna parte, no sé, a jugar billar, ir a un café o a pasear como un par de estúpidos por calles que no conocemos ¡Cualquier cosa parece estar bien para ti!" -sin embargo el otro no respondió, y a eso siguieron algunos instantes de silencio que comenzó a exasperar un poco al chino- "¿O prefieres que nos quedemos sentados y sin movernos durante algunas horas?... ¡Espera! ¡Ya sé!" -repentinamente pareció animarse- "¡Película! Podríamos ver una película ¡Conozco un cine genial! Pasan principalmente películas extranjeras y tienen en cartelera una que me ha interesado bastante, claro que pensaba ir este sábado pero ya que estas aquí creo que podríamos ir ¿Qué dices? ¡Te aseguro que no te aburres! Es mas, hasta te pago la entrada e incluso me sacrifico a comprarte cualquier chuchería absurda que se te antoje".
Decir que aquellas palabras no significaron para Kai un tipo de halago, hubiese sido mentir. No era su imaginación, el pelinegro le estaba haciendo una completa invitación tan "caballerosa" sin quererlo que el bicolor estaba deseando poder decírselo solamente para ver la reacción que este tendría.
"Rei, un poco de dignidad por favor, te oyes tan desesperado porque acepte" -comentó con un claro sarcasmo-.
"¿Dignidad, eh?" -sin embargo la sonrisa que le devolvió el chino le desconcertó un poco- "¿Qué es eso? ¿Se compra?" -y para asombro del bicolor soltó una risa burlesca- "Jódete Kai, si no quieres ir conmigo no te voy a rogar ¡Faltaba mas! Yo que trato de ser amable y bien portado, y mira con que cosas me sales" -se acomodó un poco mejor en su lugar, conservando el semblante divertido que tenía- "Y antes de que te indignes o hagas algo similar, estoy bromeando... de todas formas ya sé que vendrás conmigo".
"¿Y como es que lo sabes?" -preguntó tanto desconcertado como indiferente-.
"Porque... estas aquí ¿Quién es el que vino por un poco de distracción? Y ya que no has propuesto algo, te gane de mano y entonces iremos al cine".
"Rei, tu elocuencia me mata... además de las finas formas de expresarte que usas"-bufó revirando los ojos-.
"¿Si, verdad? ¡Shakespeare me envidiaría!".
"¿Shakespeare?... mas quisieras, quizás un rapero tendría mejor repertorio que el tuyo".
"¡Oh! Acabas de herir mi inexistente corazón… en fin ¿Qué dices? ¿Nos vamos ya?".
"Si con eso dejas de estar tan pesado, vamos entonces".
Sintiendo que tenía una verdadera victoria ganada, el chino se puso de pie casi al mismo tiempo en el que Kai lo hizo, y después de buscar su cartera y las llaves del departamento ambos salieron caminando uno junto al otro. El bicolor no dejaba de pensar en lo bizarra que parecía aquella situación y si supiese que Rei pensaba algo similar entonces los dos hubiesen reído.
"Soh… Kai, ¿Ya leíste el libro de Gianluca?" -preguntó despreocupadamente el chino, recordando por casualidad el tema-.
"¿Eh?... Ah, ¿Alas Rotas?".
"Si ¿Cuál otro? El hombre sólo ha escrito dos libros, duh".
"Gracias por recordármelo, Rei" -dijo de forma siseante- "Ciertamente lo he terminado".
"Y..." -sus ojos parecieron brillar con emoción- "¿Qué te pareció?".
"Hn... yo sé que te gustó, me apuesto el color de mis ojos a que has amado ese libro de principio a fin... y que lo terminaste de leer en menos de una semana, quizás cuatro días a lo mucho".
El chino casi se detuvo, completamente sorprendido. Sus orbes doradas denotaban curiosidad e incredulidad. Kai volteó a verlo arqueando una ceja dándole un aire de sofisticación que parecía natural.
"¿Cómo lo sabes? ¿Me has estado espiando?" -y luego rió cortamente por su ocurrencia-.
"No, pero te conozco" -se encogió de hombros- "Lees muy aprisa y estoy seguro de que no sueltas un libro hasta que lo has terminado. Además de eso Alas Rotas habla sobre un ángel caído... sé que tú adoras todas esas cosas, además hasta salen demonios, eso debió bastar para hacerte sonreír malignamente cada dos o tres hojas..."
"Kai" -su tono fue de un fingido reproche- "Tienes razón... me gusto mucho ese libro, demasiado. Además se te olvida mencionar algo: la venganza".
"¿Qué tiene eso?".
"Yo adoro la venganza, es mas divertido vengarse que perdonar... ¿A quien rayos le importa si moralmente la venganza rebaja a la persona y es algo malo? ¡Yo ni los valores morales conozco!, además deberás estar de acuerdo conmigo, tú quieres vengarte de tu familia y yo de la mitad del mundo" -sacudió la cabeza negativamente- "Además ¡La venganza es tan dulce! Sí... sin duda".
"Perfecto, agregare: sádico vengativo a la lista de adjetivos para referirme a ti".
"¡Hola!, no sé que tan sádico seas tú, pero también andas en esto de vengarte".
"Te doy la razón" -asintió de forma que pareció solemne- "Volviendo al tema y respondiendo tu pregunta... creo que Alas Rotas es un buen libro... es muy diferente a el Fénix y el Tigre, pero tiene su extraño encanto, no diría que fue una lectura desperdiciada, además algunos de los demonios me agradaron".
"Bueno, ya que lo mencionas... ¡Adoro a Caleb! Ese demonio es tan... ¡Tan no sé! Pero si existiera de verdad, ten por seguro que me lanzaría encima de él, considero que ojos azules y cabello castaño es una adorable combinación y si vienen a juego con un tipazo como él ¿Quién iba a resistirse?".
Repentinamente Rei paró de caminar por unos segundos, mientras que hacía un ligero asentimiento con la cabeza y colocaba una expresión que resultó casi cómica en el rostro. Kai también se había detenido y le miraba con algo de sorpresa.
"Oh, por los cielos malditos... dime que no soné como una chica" -rogó Rei, con una expresión mortificada-.
Eso basto para que Kai soltase una de sus mas mordaces carcajadas sin poderlo evitar, logrando que Rei estuviese a punto de sonrojarse por sus anteriores palabras.
"¡No es chiste, Kai!" -gritó molesto-.
"Para mí si lo es" -respondió con asombrosa arrogancia-.
"¡Argh! como sea... no soné como una chica ¿Verdad?".
"Eh... pues, te diré que... si hubieses sonado como chica serías la menos femenina que hubiese conocido".
"¡Ja ja!" -entrecerró los ojos de manera amenazante- "¡Muérete, Kai!".
"¡Que amable, Rei!".
"Sí, lo sé, soy el rey de la cortesía".
El bicolor reviró los ojos resoplando. Realmente el día en que pudiese dejar a Rei sin la ultima palabra, seguramente ese día su abuelo llegaría diciéndole que era el nieto que mas quería en el mundo.
Pero por ahora, su abuelo podía irse al diablo igual que el resto del mundo, porque justo en ese momento tenía a Rei para él solo. Sin ningún impertinente compañero de escuela, sin ningún tipo de mata rosada entrometida de por medio (sie, habla de Mao aunque seguramente también pensó en Mathilda, jeje), sin amigos odiosos o sin trabajos escolares tediosos. No, en aquel momento Rei estaba regalándole toda su atención y no iba a desaprovechar el disfrutar de aquel hecho. Sin embargo, no podía evitar el recordar que tras la sonrisa altanera que ahora adornaba los labios del chino, y bajo aquella mirada dorada impasible y hueca... se escondían tantas cosas... y todas ellas parecían doler.
Continuara...
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¡Waa! Ahí esta, otro capitulo. ¡Pobre del neko-chan!, tantas cosas que ha tenido que pasar ¡Ahí lo tienen! la mitad de la historia ya esta revelada, ahora ya deberían de saber porque Rei es como es (sie, tan extraño, psicópata y peculiar xD)... ¡Tanto que ha sufrido!, ¡Ah! Y el idiota ese al que le habla durante toda la carta ¡Sin duda alguna fue de lo peor! ¿Cómo se atrevió siquiera a hacerle todas esas cosas al pobrecillo de Rei? Yo les dije que en cada capitulo iba revelando uno que otro detallito que aunque parezca insignificante en realidad tiene su importancia, así que ahí tienen, yo no estaba mintiendo... y si se piensan que esto cada vez parece mas una telenovela barata marca: Made in México (eso si, mejor que las de Juan Osorio, modestia aparte XD) ¡Pues no es cierto!... porque aunque ustedes no lo crean, las cosas que a veces vemos en televisión y/o fanfics (jajaja) suceden en la vida real (joh, casi casi como dicen los comerciales que pasan en TNT, juar)... ahora ¿Quién es la rata vil, ruin, traicionera y maldita que engaño a Rei?... eso lo revelare hasta un mooooonton de tiempo después XD lo que si es que pueden intentar adivinar quien es (y hasta hacer apuestas y toda la cosa, jajaja), ya que el tipo en cuestión no es un OC, sino un personaje del animé, así que seguramente lo conocen. Espero que el capitulo les haya gustado, sino, me traumaría un poco, jejeje.
Insisto en que si tienen alguna sugerencia, petición o critica, pueden decírmela con confianza, siempre y cuando no se trate de poner a Kai con un desliz amoroso con alguien mas, entonces seguro que puedo cumplirlo, jajajaja. En fin, ahora paso a agradecer enormemente sus reviews ¡De verdad que aprecio mucho el gesto! Si hubiese una forma de retribuírselo, seguro que lo haría xD
Shiroi Tsuki
Sad.Whisper
Neko-Dark
Kizuna/Nene
H.fanel.K
5Hikaru no Yami5
Hikaru H.K
Galy
Witch Griselda Ravenwood
Angy B. Mizhuara
Saory Kon Hiwatari
Mai-Ojitos-Hiwatari
Marpesa Fane-Li
Ok, como siempre esta es la parte en la que digo que me largo, y además de ello, donde agradezco a quienes hayan leído. ¡Hasta la próxima, gente linda! (chale, no sé porque pero eso me sonó de otra parte).
»»----- .ČεĻεŋMдяΐŋдİđεŋ. "El arte del engaño resulto ser tu mejor don, y no digas que no, lo conoces a la perfección" ------»
PS. Sentí que la frasecilla iba muy acorde a la temática del capitulo, jajajaja.