"Para mi, Siempre Fuiste tu"

Por Crystal.

Capitulo 1..-

El teléfono sonó dos veces y la joven respondió algo distraída por escribir en su ordenador.- ¿Kinomoto? – preguntó distraídamente sin alejar los ojos del aparato ordenador.

.-Sakura: soy yo.- replicó otra voz femenina en el teléfono.

.-¡Hola Tomoyo!.- exclamó distraídamente.

.-¿Te llamo en mal momento?.- distinguiendo a perfección su tono de voz.

.-Ahora mismo estoy ocupada pero sabes que para ti, siempre hago tiempo..- sonrió aunque seguía revisando por enésima vez aquel memorando antes de enviarlo vía correo electrónico a la oficina de su editor.

Esta vez, lo había atrapado y a su jefe también.

.-Es que te quería invitar a almorzar….- dudando un instante.- Al café que está a dos cuadras de tu diario.

Sakura hizo una mueca con su rostro..- Si fuera mi diario no estuviera yo, encasillada a los comentarios de columnas inverosímiles y sin futuro..- sancionando a quien asignaba las tareas. Tomoyo rió escuchándoselo su amiga.- ¡No te rías que es cierto!

.-Es cierto, te lo admito.- refirió su amiga. – por eso mismo te estoy llamando… ¿Terminaste con tu "proyecto"?

.-Ya casi.- dijo con una sonrisa de triunfo y una mirada encendida por la jovialidad y el empeño en alcanzar un objetivo: cualidades positivas en toda periodista. .- ¿Por qué?

.-Quiero que me des todos los detalles de lo que diga tu jefe.- sonrió ella aunque Sakura no podía verla.- no dejes nada fuera…

.-Tranquila Tomoyo.- dijo su amiga que estaba consciente al comentarle su estratégico plan a su mejor amiga esta se entusiasmaría en saber que pasaría.- no obtendré respuesta hasta las dos y media cuando se haga la junta de editor y periodistas…

.-y ¿Tu crees que él estará ahí?

.-como no.- haciendo un puchero.- Ese sujeto cuando está en Japón, todo lo que hace es entrometerse. Y aun cuando está fuera, quiere dominar las decisiones de editorial y asignaciones de tareas… pero creo que, esta vez lo atrapé..- con un gesto triunfante.

.-Falta un rato para la hora de almuerzo. Termina y nos veremos… seguiremos platicando ¿de acuerdo?

.-bien.- declaró ella cerrando la línea y observó una de las fotos que tenía en su pizarra de asuntos importantes. Era una foto de ambas jóvenes en la preparatoria.

"Mi nombre es Sakura Kinomoto. Cuando el diario de Tokio fue adquirida un año atrás por un impresionante joven inversionista extranjero, pensé "esto no puede ser peor" imaginándome que, aquella compañía por la cual llevaba tres dos años laborando desde mi salida de la universidad especializándome en periodismo, poco sabía del sujeto o de lo que me esperaba: un rico heredero de un imperio de noticias escritas que habiendo hecho su padre inversiones sorprendentes en el mundo, ahora colocaba sus ojos en el segundo diario mas leído de todo Japón. La competencia es reñida en el mundo del periodismo y yo lo sabía. Por eso había escogido la carrera desde muy temprano de mi edad y aun no cursaba la preparatoria. Pero en verdad, no sabía hasta que él llegó, los problemas que me traería.

Hasta su llegada y valga mi humildad era la "promesa" del negocio. Exitosamente cubrí varias noticias importantes en el mundo y desempeñándome con profesionalismo lo que hace caer la teoría de que, "La experiencia va de mano con la edad". Yo la anulé inmediatamente del sistema de periodismo de este diario.

Ingresé al diario por dos cosas: las recomendaciones de mis maestros en la universidad (Mas recomendaciones que las que necesitaba) y también gracias a Sonomi Daidouji, quien es una vieja amiga de mi familia, y quien a la muerte de mi madre (acaecida cuando contaba yo con solo tres años y mi hermano Touya, de diez), se convirtió en una segunda madre para mi y su hija, Tomoyo en mi hermana postiza. Ella me consiguió una entrevista con el señor Takiro y así, terminé en donde estoy. Pero en aquel entonces, me prestaban más atención que ahora mismo.

¿Qué por que digo esto? Estoy aquí en mi cubículo de dos metros, enterrada entre data, papeles, memorandos, llamadas y también hurgando en Internet la próxima noticia para exponer en la reunión que será a las dos y media después de mi almuerzo.

Cualquiera creería que mi físico da a delatar a una estudiante de preparatoria: siempre me dicen lo mismo mis amigos. Pero la verdad, es que voy a cumplir veinticinco años, vivo libre de compromisos (un trabajo tan exigente como el mío no da tiempo para vida sentimental al menos que tu "Media naranja" se dedique también a esto. Pero… observo alrededor y no veo nada que me interese.

Bajitos, gorditos, pasantes, viejos verdes y algunos demasiado enfrascados en la sexualidad, para acaso fijarme en ellos, más aun cuando desfachatadamente me miran el trasero y otros me lo tocan apenas en la primera cita. Mejor vuelvo a mis memorandos.

Y es que esta vez, lo tengo atrapado. ¿A quien se preguntarán? Bueno, veamos… cuando llegó el sujeto que adquirió este periódico se hizo una enorme junta para presentarnos. Yo era la prominente escritora de las páginas centrales y siempre estaba en el medio de los conflictos. Era la "Lois Lane" de Japón como me llamaban mis compañeros. Claro, en aquellos instantes tenía como maestro al señor Matsedo, quien era el periodista no. 1 del diario. Aquel día de verano (la temperatura estaba sobre los 39 grados Fahrenheit), vestía unos shorts hasta las rodillas, la chaqueta amarrada a la cintura, una blusa sin mangas y remangada hasta mi cintura y el cabello recogido. Casi todos los del diario estábamos así. Fue cuando la visita de sorpresa del nuevo dueño (o encargado) del diario de Tokio ocurriría y se nos avisó media hora antes de la llegada, ocurriendo entonces que no hubiera tiempo para cambiarnos. Así era Shaoran Li. Ese es su nombre. Un impresionante hombre de tal vez treinta años (en realidad hasta su verdadera edad es un misterio bien guardado de los medios) alto, fornido y de una rígida educación oriental (por su forma de comportarse, ser puntual en sus compromisos y tener una inteligencia sobresaliente y don de mando) de ojos café oscuro y cabellos castaños intensos, dueño de tantas empresas que se dedicaban al medio escrito en por lo menos siete países. Heredados de su padre.

El día que llegó a la oficina de juntas, me sorprendió: ahí estábamos con temperaturas por encima del nivel normal y el hombre portando chaqueta, pantalones de sastre, corbata negra y zapatos de piel apenas sudaba.

En el salón habíamos treinta o tal vez cuarenta personas. Los principales jefes estaban sentados en la mesa todos con corbatas y chaquetas que conservaban en percheros en sus oficinas, los que vivían cerca pudieron salvarse y vestirse. Mi departamento estaba demasiado lejos del diario para llegar a tiempo, así que trataba de esconderme.. Nosotros estábamos de pie en la puerta. Las muchachas que trabajaban conmigo y asistentes que allí se encontraban lo vieron entrar e inmediatamente se pusieron a cuchichear acerca de su porte, su físico y lo guapo que estaba.

Mi profesionalismo me prohibía verlo así. Cuando lo conocí, era otra cosa.

Parecía una buena persona aunque bastante rígida consigo misma. Traté de pasar desapercibida escondiéndome detrás de las muchachas que vestían camisas mas presentables que la mía y faldas. Yo vestía en aquél día con demasiada simpleza. Pero el calor estaba insoportable, no solo allí, en toda la ciudad.

Para mi sorpresa el sujeto tenía un portafolio de todos nosotros. Cuando comenzó a mencionar nombres cada quien pasaba adelante y él parecía retraído haciendo sus propias preguntas y tomando notas en la carpeta. Pasó uno tras otro nombres y más nombres, parecía que yo sería la última. Y no había fallado. Cuando llegó mi turno, no quería salir. Estaba demasiado desaliñada pero al escuchar mi nombre ser repetido por segunda vez, no tuve alternativa.

.-Aquí estoy.- replicó la joven pasando adelante.

.-¿Así que usted es… Kinomoto Sakura? – preguntó con una voz seria que no daba espacio a replica. Me estudió con su mirada unos segundos y bajó la vista a sus papeles comenzando a anotar sin siquiera hacer preguntas. Estuvo un par de minutos en silencio y no podía retroceder hasta que él no diera señal de lo contrario..- Un poco inusual su manera de vestir… ¿no es así?

.-Es que hace un poco de calor.- dijo abochornada..- Pero mi manera de vestir no iguala a mi desempeño como periodista… .- agregó rápidamente con desafío.

.-Eso supongo.- declaró .- No tengo mas nada que estupendas referencias… .- mirando el expediente de la mujer delante de él.-..- supongo que, podría desempeñar cualquier área del periodismo sin hesitar y su calidad sería invariable ¿no es cierto?

.-Bueno, no se nada de deportes si a eso se refiere así que tendríamos un poco de problemas.- mencionó la chica a modo de broma. Pero el sujeto ni siquiera sonrió.

.-Un buen periodista es bueno en todas las ramas Kinomoto. Hay algunas que prefieren ciertas áreas dada su experiencia… sabemos también que lo suyo….- mirándole las piernas descubiertas.- no tiene nada que ver con etiqueta o la sección de modas –Sakura frunció su rostro..- Gracias Kinomoto.- cerrando el portafolio después de escribir otros detalles, se dirigió a los demás.- en los próximos meses, habrán cambios… cambios que invariablemente, modificaran algunos puestos, dirigirán a periodistas a áreas de interés y otras secciones que tendremos que cerrar… definitivamente. Tenemos que achicar gastos, concentrarnos en verdadero periodismo y dejar la subjetividad en casa…

.-Pensé que eso hacíamos….- murmuró Sakura ante aquellos últimos comentarios.

.- ¿Decía Kinomoto? – replicó el hombre abochornando a Sakura ¿Es acaso síquico o tenía oídos agudos? Sakura se reprimió el contestar.- El primer mandato del periodista señorita Kinomoto acercándose a ella y Sakura le sostuvo la mirada, aunque su colonia masculina inundó sus sentidos. .- Sea consciente siempre de lo que habla y escribe y siempre tenga pruebas para constatar su comentario… sea quien sea. Si tiene algo que decirme, dígamelo a la cara… y si no está de acuerdo con mis métodos la puerta está al lado suyo… son difíciles los buenos periodistas, pero no son imposibles de hallar.- haciendo una pausa y sus ojos oscuros desafiaron los esmeralda de ella.- ¿ha quedado claro?

Sakura asintió con su cabeza y el sujeto salió seguido de casi todos los presentes. Se recostó de una de las sillas. Sentía su corazón agitado. Era la primera vez que le hablaban así y se dirigían hacía ella con tal altanería. Aguantaba reproches de su editor y de los periodistas más viejos, de los funcionarios que investigaba y personas del medio.

Pero de este sujeto, no podía soportarse nada. Primero se burla de su guardarropa –Que va a saber un hombre que no suda pese a esta temperatura… debe de ser un fenómeno….- pero sentía sus ojos húmedos.

Desde aquel momento fue el primero de los muchos problemas qué tuvo con Shaoran Li…

Y un año después, precisamente aquel día… "la copa de su paciencia rebosaría"

Continuará.-

Comentarios de la autora. Uno de mis tantos inventos concernientes a CCS mi serie favorita. No todos los personajes saldrán y habrá sorpresas de las parejas mas adelante. Como se dan cuenta, nuevamente se retoma la pareja principal que son S+S.

Comentarios, dudas, apoyos o tomatazos a mi correo.

Y si quieren que esta historia continué. Un review please. Atte Crys..-