Holas! Ya hemos llegado al final!

Siento haber tardado tanto en actualizar este último capítulo. Pero no he tenido mucho tiempo para escribirlo... En compensación es el más largo de todos. Por no decir: larguísimo. Espero que lo disfrutéis y no os canséis mucho.


Capítulo 5

... Waiting for a happy ending...

Sumergió la cucharilla en la taza de café todavía humeante y lo removió varias veces. Luego, tomó el recipiente por el asa y se llevó la porcelana a los labios. Cuando el oscuro líquido entró en contacto con su piel la quemó de tal forma que no pudo llegar a apreciar siquiera el sabor, y la dejó nuevamente sobre la mesa.

Bajó la mirada y contempló su rostro reflejado en el cristal que cubría la superficie de la mesita. Se le notaba cansada, triste y angustiada. Aunque no llegaba a comprender del todo el porqué. Era la primera vez que Sasuke la invitaba a tomar algo. Y también la primera vez que se habían quedado a solas, sin Naruto por el medio.

Se encontraban en la cafetería de dentro del estadio donde se celebraban los exámenes. Estaba repleta de gente de otras villas que habían acudido a presenciar el acontecimiento. Pero eso no parecía molestarles. Sakura y Sasuke, sentados cada uno a un extremo de una mesa bastante pequeña, en la que sus rodillas se chocaban continuamente por debajo de la misma, se habían aislado de todo lo ajeno a esa burbuja invisible que los encerraba solo a los dos. Casi parecían una pareja...

De no ser porque ninguno de ellos había articulado una palabra desde que habían entrado en el lugar, y los envolvía un ambiente frío y tenso, que comenzaba a poner nervioso hasta al propio Uchiha.

"No deberías habernos interrumpido." -dijo el chico, rompiendo el duro silencio, pero con unas palabras tan gélidas como el mes en el que se encontraban.

"¿Eh?"

"Te pusiste en medio, y sé defenderme solo¿Sabes? Podría haber matado a ese imbécil si hubiera querido."

Sakura apretó los labios con fuerza acordándose de Kiba. De cómo la había mirado justo en ese instante...

"Lo sé." -contestó ella. - "Por eso lo hice..."- pensó.

Sasuke cogió de nuevo su zumo y se lo terminó de beber.

"Eres bastante estúpida. Casi tanto como ese maldito Inuzuka. ¿Es que no eres consciente de que de la forma en la que se le cruzaron los cables a ese tío, podría haberte destrozado? Idiota... Mira que ponerte en medio..."

Sakura esbozó una pequeña sonrisa.

"Pero no lo hizo..."

Sasuke señaló la taza de la chica ignorando sus palabras.

"¿Te lo vas a beber? Tsunade pronto anunciará los resultados y tengo prisa."

"Sí, claro." -aseguró. Y bebió todo lo rápido que pudo notando como le ardía la garganta y la pupa del labio se le resentía. Una vez terminado, consiguió respirar e hizo ademán para levantarse y poder irse de allí.

"No llevo dinero, paga tú." -le dijo él, nada más dejó la taza vacía en la mesa.

Ella se sonrió tristemente. Aquella frase había desmoronado una vez más su castillo de falsa felicidad. Cada palabra proveniente de su boca sustituía el amor que había sentido por algo cercano al odio...

"Ya me parecía raro que me invitaras..." -murmuró, buscando el monedero.

Algo le llamó la atención a Sasuke justo en ese momento. Mientras ella seguía revolviendo su mochila en busca del dinero, la bufanda que llevaba anudada al cuello se le había deslizado hacia delante y mostraba una pequeña parte de la piel de sus hombros... Que pronto escapó de la vista del portador del Sharingan, pues la pelirrosa se acercó a la barra a pagar. Pero ahora algo inquietaba por primera vez en mucho tiempo al Uchiha. Una extraña punzada que era incapaz de interpretar le asestaba interiormente provocándole de golpe un nerviosismo inusual en él.

"Ven." -le ordenó muy serio nada más regresó la chica, y la tomó fuertemente por el brazo para asegurarse de que no escapaba de su lado. - "Vamos fuera."

"¿Qué ocurre?" -preguntó ella alarmada, al verlo actuar de esa forma. - "¿No habías dicho que tenías prisa?"

Pero él no dijo nada, se le veía furioso e inquieto. De vez en cuando se podía apreciar como le temblaba la levemente la barbilla. Y sin articular palabra, la fue dirigiendo a lo largo de los pasillos hasta que llegaron a una puerta donde estaban los antiguos vestuarios. Sasuke se asomó al interior, y tras comprobar que se encontraban vacíos empujó a la chica a su interior y cerró la puerta tras él.

"¿Pero se puede saber qué te pasa?"- le espetó Sakura, a causa de los nervios.

Él no le respondió. Tan sólo la miraba con aquellos ojos cargados de ira.

Estaba aterrorizada. Su corazón le aporreaba el pecho con fuerza. No se sentía segura a su lado. Pero lo peor era que Sasuke era el causante de aquella inseguridad. El que le impedía ser ella misma... Junto a él solo se sentía capaz de obedecer.

Se acercó hasta la puerta para salir de allí, pero el chico le cortó el paso, y tomándola por la cintura la hizo retroceder y la obligó a sentarse en uno de los bancos de madera adosados a la pared. Él se puso sobre ella, reteniéndola con su propio peso. Intentó liberarse pero era incapaz de moverse.

"Tu y yo, tenemos que hablar." -le dijo el chico, sujetándole la cabeza para que lo mirara. - "Quiero saber una cosa."

"¿Y no puedes preguntármela como las personas normales?" -exclamó ella furiosa.

Él hizo una vez más caso omiso de sus palabras. Y le acarició uno de sus mechones rosáceos que le apartó detrás de la oreja con suavidad.

"Ayer dijiste que me querías." -susurró. - "¿Y hoy Sakura¿Me quieres?"

La pupila de la chica se contrajo. No se esperaba para nada que él pudiera decirle algo así.

"¿Qué?" -fue lo único que consiguió articular.

"Necesito saberlo." -le dijo en tono autoritario.

Varias imágenes confusas de la noche anterior se mezclaron en la mente de la chica. Su nueva declaración a Sasuke, su rechazo, su abandono... Kiba. A partir de ahí su expresión fue cambiado. El hecho de recordarle era más que suficiente para conseguir disipar cualquier duda y temor. Y por unos instantes consiguió liberarse de Sasuke ignorando completamente su presencia y la escena que estaba viviendo.

Tan solo pudo volver en si cuando notó los labios del Uchiha unirse con los suyos en un suave beso. Ese beso que había estado anhelando durante tanto tiempo y que ahora le parecía tan vacío y carente de sentimientos como la persona a la que tenía delante.

Pero¿No era eso lo que había estado deseando durante años? Su más deseada fantasía se había convertido en algo real, pero no de la forma que ella se había imaginado. Pues ese beso, no era en absoluto comparable a lo que había recibido del Inuzuka, y además y al contrario que Sasuke, él sí se preocupaba por ella y la amaba...

¿De verdad una persona podía cambiar tanto de opinión en una noche¿O es que en realidad Sasuke nunca había llegado a gustarle realmente?

Probablemente había hecho de él una persona tan idealizada y alejada de la realidad, que al haber conocido a alguien que tenía todo lo que ella podía pedir, se había dado cuenta de que su amado Sasuke Uchiha no era más que un nombre y una apariencia que había tomado alguien fruto de su imaginación, y que si de verdad podía existir en el mundo real se llamaba Kiba Inuzuka.

Ahora los labios del chico se alejaban lentamente, y sus ojos afilados repasaban el rostro de la joven tratando de averiguar sus pensamientos y sentimientos. Y para sorpresa y alivio suyo, Sakura sonreía.

"Sigue siendo mía..." -pensó él, inclinándose nuevamente sobre ella para besarla.

Pero esta vez, Sakura le tapó la boca con la mano y desvío su cara hacia otro lado para que no lo hiciera.

"Lo siento, Sasuke." -dijo aún con esa sonrisa en el rostro. Y apartó el cuerpo del chico para ponerse en pie y salir de allí.

No le sonreía a él, le sonreía a otro. Aquella chica que le había jurado amarlo por siempre se estaba yendo de su lado. ¿Cómo podía atreverse a hacerle algo así¿Sería una venganza¿Quería humillarle¿Qué había sido de todos los años que habían pasado juntos¿Qué era lo que podía haberla cambiado de repente¿Qué había hecho mal? No podía permitir que se fuera sin más. No iba a soportar esa vergüenza. Ella nunca podría pertenecer a otra persona que no fuera él.

La agarró por las muñecas con fuerza, reteniéndola una vez más. Sus ojos brillaban furiosos, y casi dejaban percibir un velo acuoso causa de su impotencia.

"Sakura, dijiste que siempre serías mía ¿Lo recuerdas? Dijiste que harías cualquier cosa que yo te pidiera."

No obtuvo respuesta. Ahora era la chica quien lo ignoraba.

"¡Lo dijiste!" -le gritó, tomándola por los hombros y zarandeándola.

Pero ella se reveló y con un manotazo logró distanciarlo.

"¡Ni se te ocurra volver a gritarme o a tratarme de ese modo!" -le advirtió en el mismo tono que él lo había hecho. - "¡Cómo pretendes que te quiera si me has estado tratando toda la vida como un trapo, y la palabra más cariñosa que he recibido de tu parte ha sido inútil!" -ahora sus ojos estaban desbordantes de lágrimas. Cada verdad que decía le dolía horrores y le afectaba profundamente. No obstante se estaba liberando.

Sasuke apretó los puños con fuerza corroído por la rabia. Y sin ser del todo consciente de lo que hacía agarró con fuerza a la chica del pelo y la empotró sin piedad contra un gran espejo que ocupaba casi toda una pared.

El espejo se quebró a causa del impacto. A ella no le dio tiempo de reaccionar y ahora trataba de ponerse en pie aturdida. Pero no hizo falta, pues el chico la volvió a coger por la cabellera, y tiró de ella hacia arriba obligándola a levantase. Sakura aulló de dolor. Intentó sin conseguirlo librarse de su captor, mas lo único que consiguió fue arañarle los brazos.

Entonces Sasuke se sacó un kunai de los que había llevado en el combate. La joven se temía lo peor, el Uchiha había enloquecido y era capaz de acabar con ella ahí mismo. Sin embargo, éste para su sorpresa se dedicó a cortar parte de las ropas de la chica, que cayeron al suelo de tal forma que quedó totalmente desnuda de cintura para arriba. Notaba el frío aire del invierno sobre su piel, y luego el del cristal cortante del espejo, pues nuevamente fue lanzada contra él.

"¿Qué es esto Sakura?" -comenzó el chico hundiendo sus dedos y uñas en su hombro. Ella no veía gran cosa pues tenía la cara cubierta de sangre. Pero se imaginó a lo que se refería, pues Kiba no es que tuviera especial cuidado con sus colmillos. - "¿Me dirás quién te ha hecho esto¿Quién es él¿Me lo dirás verdad Sakura? Porque si no lo haces o no quedo satisfecho no te dejaré marchar."

Ella medió rió al escucharle.

"Puede que tú no me dejes marchar, pero yo no pienso hacerte caso y seguirte nunca más, Sasuke. Por una vez en la vida quiero hacer las cosas bien y seré yo misma cueste lo que cueste."

Ni tu ni nadie me impedirá ser feliz. Y pienso luchar por ello...


El rumor de dos voces lejanas retumbando en su cabeza interrumpió un profundo sueño del que ya no recordaba nada. Tenía mucho frío, se encontraba mal y le dolía todo el cuerpo. Se juró a si mismo que si esas voces no callaban se levantaría y despedazaría a quienes pertenecieran.

"Se está despertando, ya era hora."

"¿Tu... Tu crees? A mi no me lo parece."

"Sí, está despierto."

"¿Kiba -kun?"

El aludido abrió únicamente un ojo y contempló a sus dos compañeros de equipo sentados junto a su cama: Shino, con su gesto habitual y de brazos cruzados y Hinata bastante preocupada. Detrás, la ventana con la persiana aún levantada dejaba paso a las últimas luces del día: Ya estaba anocheciendo.

"¿Cuánto tiempo he dormido?" -exclamó el Inuzuka, incorporándose de golpe.

Hinata dio un respingo, pero Shino no se inmuto.

"Yo diría que unas ocho horas." -le contestó el chico con voz pausada.

"¿Ocho horas?" -repitió no muy seguro de que fuera cierto. Pero Shino nunca mentía.

Miró a su alrededor buscando algo... Se encontraba en su habitación. Todo estaba tan desordenado como era habitual, y no había ningún rastro que pudiera indicarle que Sakura hubiera estado allí. Tampoco podía percibir su aroma femenino en el ambiente. Hinata olía muy distinto a ella. ¿Y si todo había sido un sueño y se había quedado dormido hasta entonces?

"Kiba-kun... ¿Te encuentras bien?" -le preguntó entonces la joven de ojos blanquecinos. - "Cuando te fuiste, Shino- kun y yo salimos a buscarte, estábamos preocupados por ti. Te encontramos ya cerca de tu casa, estabas inconsciente y tenias mucha fiebre. Nos hemos quedado contigo todo el día porque a tu madre le han encargado una misión fuera del país."

El chico se tocó la frente pero no parecía estar a más temperatura de la normal.

"Entonces¿Hoy ha sido el examen?"

"¿También has perdido la memoria?"

Hinata asintió.

El corazón del chico se encogió. Entonces no había sido un sueño, todo era real. Sakura había estado con él la noche anterior, habían ido juntos al examen y... Luego se había ido con Sasuke.

Tenía algo en la garganta que le impedía tragar con normalidad. Pero debía aparentar estar tan alegre como siempre. No dejaría que sus compañeros se dieran cuenta de lo que le ocurría. Debía esforzarse por pensar en otra cosa que no tuviera que ver con Sakura...

"¡Un momento¿Qué ha sido de tu examen, Shino? No... No te habrás ido sin saber los resultados?"

"Ya lo repetiré al año que viene. A ver si con un poco de suerte llegas a tiempo para ver mi combate, imbécil."

"¡Tú si que eres imbécil!" -le espetó poniéndose en pié, y acusándolo con el dedo. - "¡Era un examen de paso a Jounin¡No puedes largarte de ahí y estar tan tranquilo!"

"¿Y crees que habríamos estado más tranquilos si nos hubiéramos quedado en el estadio sabiendo que tú te estabas muriendo congelado?" -le interrumpió.

Kiba calló al instante y se sentó malhumorado con las piernas cruzadas sin saber qué contestarle.

"Además... Sabemos lo de Sakura..." -advirtió Hinata tímidamente. - "No íbamos a dejarte sólo en un momento así...Se te veía muy triste y… ¿Somos amigos, no?"

Kiba notó cómo varias mariposas revoloteaban en su estómago al escuchar ese nombre. Y después, una profunda tristeza.

"¿Os lo ha dicho mi hermana, no?"

"En realidad... Me lo ha dicho él." -sonrió la chica, señalando al Aburame con la mirada.

"Vuestros olores estaban mezclados, cómo para no darse cuenta."

El chico sintió una inevitable vergüenza por no haber caído en un detalle tan tonto. Era imposible tener secretos con ellos dos. Ya era bien cierto eso que dicen de: la confianza da asco.

"De todas formas ya habéis visto que prefiere a Sasuke. No sé en qué momento se me pudo ocurrir que podría llegar a quererme." -suspiró.

"Pero, Kiba-kun, las personas cambian. Todas las chicas hemos tenido alguna vez alguien a quien admirábamos y por ello, quizá, decimos estar enamoradas. Pero en el fondo si no conoces de verdad a esa persona por mucho que digas que le quieres, no estás sino imaginándolo cómo a ti te gustaría que fuera. Pero no es real." -murmuro la chica. - "Han pasado muchos años desde que Sakura dice estar enamorada de Sasuke. Puede que le pase lo mismo."

"Hablas mucho últimamente, Hinata."-le dijo Shino algo sorprendido.

"Tú también Shino-Kun" -sonrió ella.

El Inuzuka contempló a sus dos compañeros, primero a Hinata, luego a Shino... Y así varias veces.

"... no lo entiendo." -dijo finalmente.

"Ya me lo parecía..."-concluyó Shino. - "Lo que intentaba decirte Hinata es que quizá sí le gustes y gracias a ti consiga olvidarse de Sasuke."

"¿Estás seguro que ha dicho eso? Ella ha hablado más que tú."

"Más o menos..." -volvió a sonreír la chica.

"Lo dudo mucho. Estamos hablando de Sakura y Sasuke. ¿De verdad pensáis que va a olvidarse de él por mí¿Yo que no tengo absolutamente nada?"

"No digas eso, Kiba-kun..."

"¡Pero es cierto! Dime lo que puedo ofrecerle yo que vivo en una casa llena de pelos, y personas que en lugar de hablar ladran. No tengo ningún talento, ni vengo de un clan tan tradicional como el Uchiha o el Hyuuga, no soy un buen ninja, es más soy un auténtico desastre. ¿Dónde se ha visto eso de Sakura y Kiba? Seamos realistas, siempre va a preferirle a él antes que a mí."

"Pero tienes otras muchas cosas buenas, a mí siempre me has hecho sonreír. Hasta ahora no has hecho más que decir tonterías." -le aseguró Hinata. -"Seguramente no me creerás, pero eres mucho mejor que Sasuke."

"Eso lo dices porque eres mi amiga… Eres demasiado buena, Hinata."

Los tres se quedaron en silencio un buen rato.

"Debería conformarme con lo que tengo y no aspirar a imposibles. Cuando vuelva a ver a Sasuke le diré que la cuide mucho y la trate bien..." –murmuró cabizbajo.

Y así que dijo esto el Aburame se levantó y le propinó un buen puñetazo.

"Eres un auténtico idiota."

"¡Shino!" -exclamó Hinata espantada.

Kiba se quedó por un momento clavado en el sitio tocándose la mandíbula donde había recibido el golpe, pero después reaccionó y volvió a su estado normal:

"¿Pero se puede saber qué mosca te ha picado!" –le espetó furioso, amenazándolo con devolverle el puñetazo.

Shino se cruzo de brazos satisfecho.

"Ninguna, mis kikais me protegen bien."

"¿Y porqué has hecho eso?" -preguntó enfadado.

"No voy a permitir que ningún miembro de mi equipo se sienta infravalorado por alguien como Sasuke. Y me sorprende que seas tú el que haya dicho semejante estupidez. Si de verdad Sakura ha estado contigo, debe haber visto algo en ti. Y si tú no lo ves pienso darte de nuevo hasta que abras los ojos."

"... y me lo dice alguien que lleva las gafas puestas hasta para dormir..." -rezongó el chico.

Justo en ese instante el agudo sentido de los tres ninjas hizo desviar sus miradas a la puerta cerrada. Alguien ajeno a la familia Inuzuka se aproximaba. Por un momento Kiba pensó que podría tratarse de ella, que había venido a verle, a estar con él... enseguida descartó esa fantasía.

Se escuchó el sonido de unos nudillos llamando cortésmente.

"Puedes pasar." -anunció Hinata, adelantándose a Kiba. - "No te alarmes por el desorden."

La puerta se abrió de par en par, y figura quedó inmóvil bajo el marco de la puerta mientras sus ojos recorrían cada rincón de aquel cuarto, e inevitablemente emitió una mueca que denotaba un claro disgustó al contemplar semejante caos. Dio un paso al frente y bajo sus pies escuchó un crac ...acababa de pisar una galleta para perros.

Hinata se llevó una mano a los labios intentando reprimir una risa. Era todo un espectáculo tener que verle avanzar torpemente entre todos aquellos trastos, él tan acostumbrado al orden y la perfección.

"Hiashi-sama te anda buscando. He ido primero al Clan Aburame pensando que estarías allí, Kurenai me dijo que los dos os habíais ido antes de que terminaran los combates, cosa que yo desapruebo y no te volveré a tolerar... pero al menos nos has ahorrado la angustia de buscarte entre los escombros."

"¿Escombros?" -preguntó la joven Hyuuga intrigada y algo preocupada. - "¿Qué escombros¿Ha ocurrido algo?"

Hyuuga Neji repasó los rostros interrogantes de los tres chicos esperando a que les diera alguna respuesta.

"Por lo visto no os habéis enterado. Algún imprudente estuvo practicando técnicas de alto nivel con los muros más antiguos del estadio, y justo antes de que se celebrara la ceremonia de paso de rango, una de las paredes no resistió y se vino abajo. Parte de las gradas de la cara oeste se hundieron, y a partir de ahí cundió el pánico y os podéis imaginar la gran cantidad de gente que corría para intentar salir del recinto."

Hinata se llevó las manos a la boca horrorizada, y Kiba empalideció por completo... ¿Le habría ocurrido algo a Sakura¿Estaría en el estadio en ese momento?

"Tsunade está más furiosa que nunca, jamás la había visto así. Está intentando descubrir quién o quiénes son los responsables. Porque además ahora los señores feudales nos están enviando varias amenazas... Y hay quien está considerando repetir el examen dentro de unas semanas. Cosa que me perjudica tanto a mi como..."

"Pero... ¿Ha sido muy grave¿Heridos¿Muertos?"

Preguntó el Inuzuka que no conseguía controlar su angustia, y le daba exactamente igual lo que Neji pensara. Tenía que ver a Sakura, debía comprobar que estaba bien y no le había ocurrido nada malo.

"No ha habido víctimas por ahora, bastantes heridos eso sí, aunque no muy graves. Los que sí han recibido la peor parte han sido dos integrantes del equipo 7 de Kakashi, al parecer les ha caído buena parte de las gradas encima. Cuando vine a buscarte estaban trasladando al Uchiha al hospital." -le dijo a su prima.

"Naruto..." - murmuró ella temblorosa.

Neji negó con la cabeza.

"No, el estaba conmigo y con Lee y en ese momento."

"Sakura..." -consiguió decir Kiba con un hilillo de voz. No podía ser verdad lo que estaba escuchando...El miedo le sobrevino. Le invadió una ola de culpabilidad inmensa: en lugar de haberse ido a lamentarse debería haberse quedado allí, lo más cerca suyo posible. No se lo iba a perdonar. A Sasuke lo habían llevado al hospital, pero... ¿Y Sakura? No podía quedarse en casa de brazos cruzados. Tenía que encontrarla.

Saltó de la cama y comenzó a desvestirse y a buscar algo que ponerse, ante la preocupada mirada de Shino, la ruborizada de Hinata y la más que asombrada de Neji.

"Me voy al hospital." -anunció al tiempo que hacía equilibrios para meter una pierna en los pantalones.

"Te acompañamos." -le aseguró Shino.

Hinata asintió.

"Pero, Hinata-sama... vuestro padre me había ordenado que..."

"Ya la acompañaré yo a casa, no te preocupes. Estará bien." -le dijo el Aburame.

Neji asintió no muy conforme, y a los pocos minutos los cuatro shinobis abandonaron la casa de los Inuzuka.

Anduvieron un buen rato por aquellos caminos nevados hasta que llegaron a una de las entradas de la villa. Allí Neji se desvío y dejó solos a los miembros del equipo ocho encabezado por Kiba, el cual llevaba una velocidad increíble e iba esquivando todo tipo de obstáculos y personas que se le ponían por delante sin cuidado alguno. Shino hubiera agradecido tener una correa a mano para poder ponérsela al cuello...

A los pocos minutos llegaron a las puertas del hospital, y el Inuzuka fue el primero en entrar. Pero toda la energía y decisión que lo acompañaba en esos momentos desapareció nada más ver el panorama que presentaba aquel lugar en ese instante. Era casi como si todas las personas que había por la mañana en el estadio se hubieran trasladado a esta otra parte. Algunos parecían esperar en grupos, otros discutían con los enfermeros, había varios heridos leves sentados en los pasillos y varios eran atendidos allí mismo entre todo el gentío.

¿Cómo iba a encontrar a Sakura entre toda esas personas? Comenzó a recibir algunos empujones por parte de gente que iba y venía, y Hinata y Shino lo tuvieron que apartar cerca de una pared para que no fuera atropellado por una camilla.

"Esto es horrible." -murmuró la Hyuuga. - "Nunca había visto este lugar tan lleno..."

"No sé si es buena idea que estemos aquí."-dijo Shino entonces.

"Iros si queréis, pero yo de aquí no me muevo sin saber si le ha ocurrido algo."

Hinata miró a Shino apenada y ninguno de ellos se movió. Se quedarían con él. Así que Kiba comenzó a abrirse paso entre tanto alboroto y llegó hasta la mesa de información donde una chica temblorosa intentaba atender a todo el mundo que se acercaba a preguntar.

"¡Torpe¡Más que torpe!" -la gritaba un hombre ya algo mayor. Puesto que a la pobre chica se le acababan de caer unos cuantos folios al suelo. - "Es la última vez que venimos a esta villa del demonio. ¿Va a decirme ya si mi hijo está en el hospital o no?"

"Sí.. Un segundo, por favor." -contestó ella, al tiempo que ordenaba los folios apresurada, y al hacerlo uno de ellos volvió a resbalársele de las manos.

"¡Pero será patosa!"

"¡Quiere dejar de gritar!" -le espetó Kiba en ese instante, aquel hombre le estaba sacando de quicio. - "Esto es un hospital¿sabe? Hay gente enferma a la que seguro está molestando."

El hombre comenzó a enrojecer de rabia, y fue gracias a que la chica encontró a su hijo en la lista lo que hizo que no llegaran a las manos.

"¿Y vosotros qué queríais?" -les preguntó entonces la joven.

"Busco a Haruno Sakura." -explicó el chico. - "Es de aquí de Konoha, antes me dijeron que ella y Uchiha Sasuke se habían llevado la peor parte del accidente." -notó como le ardían las entrañas al pronunciar el nombre de aquel chico.

"Déjame ver..." -le dijo al tiempo que buscaba en los archivos.

Kiba golpeaba inconsciente la superficie de la mesa con los nudillos.

"He encontrado a tu amigo Sasuke, pero no me aparece ninguna Haruno Sakura."

"¿No?" -exclamó Kiba angustiadísimo.

"Sasuke está en la tercera planta, en la habitación 316. Aunque no sé si podréis visitarlo ahora."

El chico se quedó ahí de pie con el corazón en un puño. ¿Si no estaba Sakura en el hospital dónde estaría¿No le había dicho Neji que se les habían caído los escombros encima a los dos? Y si.. Había muerto?

"Oye chico¿has terminado?" -le dijo una mujer algo impaciente detrás suyo.

"Sí." -contestó Hinata. Y tomó al Inuzuka por el brazo para sacarlo de allí.

"No está..." -consiguió articular.

"A lo mejor está bien y se ha ido a casa." -intentó animarlo Shino.

"Sasuke está despierto..." -anunció Hinata.

Los dos chicos se giraron hacia ella, tenía accionado el byakugan.

"Puede que él sepa algo de Sakura si se encontraba con ella en ese momento."

Aunque la idea de encontrarse otra vez con el Uchiha no le hacía mucha gracia, no veía otra solución, y por ella era capaz de cualquier cosa. Así que sin pensárselo dos veces echó a correr una vez más y subió rápidamente por las escaleras hasta el tercer piso. Avanzó por el largo pasillo hasta dar con el número que la chica les había dicho.

Abrió la puerta de la habitación. No sabía porque se imaginaba que la encontraría allí sentada junto a la cama del chico. Pero una vez más volvió a equivocarse: no había nadie, todo estaba vacío. Tan sólo una cama cerca de la ventana en la que descansaba Sasuke con el cuerpo cubierto de vendajes. Éste, al encontrarse despierto dirigió su mirada a los recién llegados. No les dijo nada, pero fulminó al Inuzuka con aquellos ojos afilados.

Kiba tragó saliva, y de golpe se sintió incapaz de hablar con él.

Ninguno habló.

"¿Qué tal te encuentras Sasuke...?" -alcanzó a decir finalmente Hinata, al ver que su amigo no se decidía.

El chico contestó sin apartar la vista de Kiba.

"Mal."

"Me lo imagino... Neji nos contó que os cayeron los escombros encima... A ti y a Sakura-chan. Lo que no entiendo es qué pudo ocurrir..."

Sasuke sonrió asqueado, y esta vez miró hacia el exterior.

"Yo tampoco lo sé. Pero,"- hizo una pausa. - "Seguro que Kiba sí lo sabe." -agregó con malicia.

El chico apretó fuertemente los colmillos. De no ser que Sasuke estaba ya en la cama de un hospital habría vuelto a golpearle. ¿Cómo era posible de que aun estando malherido tuviera ganas de tocarle las narices?

"¡Se puede saber qué leches pasa contigo, no me culpes de que se te haya caído el estadio encima."

Esta vez Sasuke rió a carcajadas.

Hinata dio un paso atrás al verlo reaccionar así¿Se habría vuelto loco? Kiba sin embargo se lo tomó como una ofensa mayor, y no iba a permitir que nadie se le riera en la cara. Por la frente de Shino resbaló una gota, al ver semejante escena, y pronto tuvo que sujetar a su compañero que estaba muy dispuesto a morderle la yugular...

"Kiba, no hace falta que te pongas así. Debe ser cosa del golpe."-apuntó.

"Pues debería darle otra vez, a ver si le ajusto las neuronas."

El Uchiha dejó de reír.

"Vayámonos de aquí. No está en condiciones para poder hablar."-dijo el Aburame saliendo ya por la puerta. Hinata lo siguió, lanzándole antes al chico una apenada mirada. Kiba sin embargo permaneció inmóvil. Aquel chico había estado con Sakura... Algo tendría que saber de ella, por muy trastornado que lo hubiera dejado el accidente. Debería saber si estaba bien.

"Sé lo que estás pensando." -le dijo de golpe, sobresaltándolo. - "No me he vuelto loco si es lo que crees, y además recuerdo todo perfectamente. En ningún momento perdí la consciencia."

"Entonces... ¿Recuerdas si Sakura está bien?"

Sasuke volvió a sonreír.

"Sinceramente, espero que no lo esté."

Kiba empalideció. ¿Cómo podía él, al que tanto quería Sakura decir una barbaridad como aquella?

Una vez más trató de controlar su furia para no partirle la cara. Le vino a la mente la última imagen nítida de Sakura gritando que no lo golpeara. No, no sería capaz de hacer nada que a ella le hiciera llorar o sufrir. Sasuke nunca sería capaz de quererla tanto como él, pero estaba bien claro que la chica lo había escogido.

"No te entrometas."-recordó.

Ahora sólo podía velar por su felicidad.

"Dime, Sasuke... ¿Porqué tienes que tratarla de ese modo?" - notaba que le faltaba la respiración. Se había dado por vencido y el Uchiha era consciente de ello.

Estaba disfrutando de verlo morir de angustia, así que se tomó su tiempo para meditarlo.

"Por que es mía. Y puedo hacer con ella lo que quiera. Ella mismo me lo dijo."

"¡Pero es una persona¡No ves que te quiere!"

"No... Ya no volverá a quererme nunca más."

"...Nunca más."

Ahora Kiba notó como le temblaban las piernas y repasó una y otra vez las palabras del chico. Sakura de verdad lo amaba¿Cómo no iba a quererle? A no ser que el hecho de que no estuviera en el hospital, que el accidente en realidad la hubiera... Sintió ganas de llorar... Eso significaba que Sakura estaba...

"Márchate, estoy cansado."

No hizo falta que se lo repitiera dos veces. Si ya era humillante tener que entregársela a ese monstruo, lo sería todavía más que lo viera llorar. Kiba caminó acelerado hacia la puerta con los ojos inundados, ni siquiera alcanzaba a ver el pomo con nitidez, pues le parecía que giraba solo...

Y sin previo aviso, la puerta se abrió y por poco se choca con la joven kunoichi que iba a entrar. Al verle ahí, la chica dio un respingo y analizó los extraños ojos del Inuzuka, que dejaban escapar una lágrima.

"¿Qué haces tú aquí¿Sabes que me has asustado?" -le acusó. Aunque intentó suavizarse al ver que no estaba en su mejor momento.

"Nada... Venía a ver si Sasuke y Sakura estaban bien, pero... Ella..." -no le salían las palabras.

La chica lo miró como si no acabara de creerse del todo nada de lo que estaba viviendo, pero luego suspiró como si aquello no debiera sorprenderla y puso los brazos en jarras.

"No sé porque me extraño, últimamente Sakura y tú hacéis cosas muy raras. ¿Creías que estaría con Sasuke, verdad?" -preguntó despreocupada.

El chico asintió perplejo, al verla tan poco afectada por la situación.

"¡Pues no! Cosa que debería hacer, como yo." -dijo mostrándole la rosa que llevaba en la mano. - "¿Pero sabes lo que me dijo la muy borde? Que si quería ver a Sasuke que fuera yo sola¡Encima que la invito a mi casa para que se tranquilizara un poco por lo de esta mañana! Así de paso me podría contar que tal le fue anoche. ¿Es lo que hacen las buenas amigas, no¡Pero ella no me cuenta nada¿En lugar de eso qué hace¡Irse a dar una vuelta porque le apetece pasear! Eso si es una excusa barata, ya no es ni siquiera el: me voy a casa porque con lo que ha ocurrido necesito descansar. O... También podría haber dicho un: Me duele la cabeza! Que además no sería de extrañar con esa cacho frente suya..."

Ino seguía hablando por los codos. Parecía que le habían dado cuerda.

"Entonces... ¿Sakura esta bien¿No le ha ocurrido nada?" -preguntó el chico cada vez más aliviado.

"¡Pero es que no me has estado escuchando¡Claro que no está bien¡Está como una regadera! Por poco se mata esta mañana y no se le ocurre nada mejor que irse sola a dar una vuelta. Naruto y yo le dijimos que la acompañábamos y luego la dejábamos en su casa... ¡Pero no quiso¿Tu eso lo ves normal?"

Pero Kiba ya no le hacía caso. Había aparecido una gran sonrisa en su cara y le era difícil poder contenerse y no empezar a dar saltos y gritos de felicidad.

No pudo aguantar mucho tiempo sin exteriorizar lo que sentía y tomó a la rubia en brazos, la abrazó fuertemente y luego le plantó un beso en la mejilla.

"¡No tienes ni idea de cuanto te quiero Ino!" -le soltó al tiempo que salía de allí y comenzaba a bajar las escaleras a grandes saltos.

Ino enrojeció de golpe y se llevó la mano a la cara sin saber cómo reaccionar.

"Me... ¿Me quiere?"

Shino y Hinata habían estado contemplando la escena desde lejos y la Hyuuga rió con fuerzas.

"Yo creo que le acabas de hacer el hombre más feliz del mundo." -le dijo Shino, acercándose a ella.

Ino enrojeció aún más, al darse cuenta que había tenido testigos.

"¡Es lo que tiene ser tan atractiva! Luego tienes que ir partiéndoles el corazón." -explicó resuelta. - "Ah! Debería saber que yo sólo podré querer a Sasuke-kun." -zanjó entrando al interior de la habitación 316.

Shino sonrió para sus adentros.

"Es un poco ignorante."

"Sí, por eso es tan feliz."

El chico repasó el rostro de Hinata y le acarició el lóbulo con suavidad, apartándole parte del pelo para verla mejor.

"Hay otras formas de serlo."

Ella le devolvió la mirada y sonrió.

"Claro que sí. ¿Me acompañas a casa?"

El chico asintió y le tendió el brazo, al que la chica se abrazó fuertemente sin borrar la felicidad de su cara.


Ya estaba muy entrada la noche cuando Kiba tomó el camino que le llevaría rumbo a casa. Había dormido tanto a lo largo del día que no tenía nada de sueño. Estaba deprimido y desanimado, aunque sentía un gran alivio en el corazón al saber que Sakura se encontraba bien, o al menos eso era lo que había dicho su mejor amiga. Si Ino la reina de los cotilleos lo afirmaba no cabía duda de que sería cierto, sin embargo hasta que no la viera con sus propios ojos no estaría completamente tranquilo.

La había estado buscando desesperadamente desde que había hablado con la rubia. Había recorrido casi todas las calles de Konoha, ido hasta su casa, la de Lee y Naruto, registrado parques y varios lugares que sabía que el equipo de Kakashi solía frecuentar. Había entrado en tiendas, tabernas y preguntado a todas las personas que se había encontrado en el camino y la conocían... Pero no había conseguido dar con ella. Los últimos en hablar con la pelirrosa habían sido Ino y Naruto, y el Uzumaki también bastante preocupado por su paradero se había ofrecido a intentar localizarla repartiendo varias copias de si mismo por la ciudad. El resultado era desesperante: Sakura parecía haber desaparecido. Y cada minuto que pasaba, Kiba se sentía morir un poco más. Necesitaba volver a ver aquellos ojos esmeralda y a perderse en su perfume.

Por otro lado, esta idea lo aterrorizaba. Estaba seguro de que no podría evitar el deseo de abrazarla y besarla... Pero no lo haría. Se tendría que conformar sabiendo que la había tenido durante una noche. Una inolvidable noche de luna llena, que aunque había acontecido hacía tan solo unas horas parecía que ya quedaba lejísimos.

Dirigió su vista al cielo. La inmensidad del firmamento lo sobrecogía, y al ver el resplandor de la luna grandiosa sintió un escalofrío por la espalda, que le hizo abrocharse por completo la chaqueta y meter las manos en los bolsillos. Pero no apartó su vista de ella... Le recordaba demasiado a Sakura.

El hechizo lunar lo afectó de tal forma, que no fue consciente de que sus pasos lo habían llevado al camino junto al manantial que había delante de su casa.

Suspiró profundamente. Se empezaba a imaginar la cara que pondría su hermana al verlo llegar tan tarde, y después empezaría a atacarle a preguntas relacionadas con Sakura... Estaba seguro de ello y no tenía ninguna gana. Sabía que era irremediable, y que no podía engañar al destino, pero sí lo haría esperar. Así que se sentó en una de las rocas calientes debido a la temperatura del agua, y contempló de nuevo la luna... Aunque esta vez fue su reflejo.

Recordó inconsciente la imagen de Sakura entre las aguas tal y como la había encontrado el día anterior. Si cerraba los ojos todavía podía verla, desnuda, con los rayos de la luna perfilando el contorno de su cuerpo. La veía nítida como si estuviera presente. Hasta qué punto alcanzaba su recuerdo que incluso le parecía percibir su aroma... Sentía que si alargaba la mano podría tocar su piel, ese calor que lo reconfortaba, y que en realidad era el del vapor del manantial.

Sonrió para sí con tristeza, todavía con los ojos cerrados.

"Sakura..." -murmuró sin querer en voz alta.

El tacto de unas manos frías como la noche, le taparon los párpados impidiéndole de esa forma que abriera los ojos. Este gesto le pillo desprevenido y su corazón dio un respingo. ¿También era parte de su imaginación? Comenzó a temblar, sin atreverse a moverse. Temía que si lo hacía o se giraba hacia la presencia que sentía tras suyo, aquella sensación desapareciera.

Ahora fue la suavidad de unos labios la que atacaron su cuello dirigiéndose peligrosamente hacia su boca. Era real. Tomó algo inseguro aquellas manos y luego se giró hacia la chica que arrodillada junto a él le sonreía.

"Es un poco tarde para volver a casa."

"Sakura..." -repitió sin salir de su asombro, todavía esperando a que fuera un sueño y se desvaneciera en el aire. Pero no lo era. - "¿Qué estás haciendo..." -no le salían las palabras.

Ella rió divertida.

"Eso mismo me dijiste ayer, justo en este mismo lugar."

Kiba extendió su mano y alcanzó a tocarle la cara que acarició lentamente. Era ella de verdad, y estaba junto a él. Siguió acariciándola repasando todas sus facciones, quería besarla pero sabía que no debía hacerlo, así que tan sólo paso las yemas de sus dedos por encima de sus labios. Luego se percató de que tenía la frente llena de cortes y algo amoratada.

"¿Estás bien? Estaba muy preocupado por ti. Fui a buscarte... Neji vino a casa y nos contó que..." -otra vez aquella molestia en la garganta. - "... El estadio... A Sasuke y a ti... Yo..."

"Eso ya no importa." -lo cortó abrazándolo.

Kiba cerró los ojos y le devolvió el gesto. Sentir de nuevo su cuerpo tan pegado al suyo le nublaba la consciencia. No podría contenerse por mucho más tiempo. Así que se separó de ella.

"¿Qué ocurre?" -inquirió preocupada.

"No me lo pongas más difícil, por favor."-contestó él escapando de su mirada.

"No sé qué quieres decir."

Tragó saliva.

"Sasuke y tú..." -volvió a cortarse y esta vez la miró directamente a los ojos. - "Yo sólo quiero que seas feliz, Sakura. Y no me entrometeré. Tal y cómo me pediste..."

La chica para su sorpresa comenzó a reír y luego volvió a abrazarle.

"Yo sólo soy feliz contigo."

El corazón comenzó a latirle con fuerza y de nuevo el calor volvió a invadir su cuerpo. La chica tomó su cara entre sus manos y besó su boca con ternura.

"Te quiero."

Aquello desde luego que no era lo que se esperaba. Y sin poderse controlar ni un minuto más le devolvió el beso aún más profundo, pero algo en su consciencia le decía que aquello no estaba bien. ¿Qué pasaba con Sasuke¿Y qué pintaba Sakura en su casa a esas horas¿De verdad lo quería?

Se apartó de ella, y la interrogó con la mirada. Sin siquiera articular palabra, la chica comprendió lo que quería decirle.

"Te estaba esperando." -le dijo. - "Nada más me dejaron salir del hospital vine para aquí. Quería verte y explicártelo todo. Todo lo que pasó esta mañana."

Kiba entristeció por completo.

"Te fuiste con él y... Al parecer estabais juntos y a solas..."

"No te equivoques Kiba. En realidad yo..." -se interrumpió pensando en que lo que iba a soltar iba a sonar de todo menos creíble. - "¿Recuerdas que cuando Naruto estuvo entrenando con Jiraya, me quedé unos meses aprendiendo de Tsunade?"

"Sí pero... ¿Qué tiene que ver ahora eso¿Estás intentando cambiar de tema?" -le preguntó algo herido.

"¡No!" -desmintió ella. - "Lo que quiero decir es que... Tu te pegaste con Sasuke por mí y quería demostrar que no hace falta. Me valgo por mí misma. Por una vez quería ver que podía hacer algo sin necesidad de que nadie vele por mí. Ya no soy esa niña débil a la que todos debían cuidar, he cambiado. Sasuke nunca ha visto nada en mí que no fuera esa chiquilla enamorada y manejable, así que...Tuvimos una pequeña discusión, gritamos, nos peleamos, nos pegamos y luego tiré el estadio abajo pero... Lo he entendido todo. En realidad no estaba enamorada de él, y me he dado cuenta gracias a ti. Tu me has dado en poco tiempo todo lo que había estado buscando desde hace años y... No sé si sentirás exactamente lo mismo que yo. Pero te quiero muchísimo Kiba."

El joven abrió los ojos cómo platos. Había hablado tan deprisa que le parecía haber escuchado algo que no era...

"¿Has dicho que te pegaste con Sasuke?"

Sakura asintió.

"¿... y tiraste el estadio abajo?"

"... Sí. Todavía no tengo mucho control cuando manejo grandes cantidades de chakra..."

Kiba rió a carcajadas. Le parecía completamente absurdo. ¿De verdad Sakura había sido capaz de hacer algo así por él? Si era cierto su madre no se equivocaba en absoluto: Él tenía un don natural para meterse en problemas. Más valía que no se enterara nadie o acabarían siendo torturados por más de la mitad de la villa.

"¡No te rías!" -le espetó la chica dándole un pequeño empujón. - "¡No tiene gracia! Hay varias personas heridas por mi culpa."

Kiba se secó los lagrimones que recorrían sus mejillas con la esquina de la chaqueta.

"Lo siento. Pero no lo he podido evitar." -dijo aún con la risa floja.

Sakura intentó mostrarse enfadada, pero en lugar de eso le salió una buera carcajada. Y así estuvieron los dos un buen rato hasta que ella se abalanzó sobre él, tumbándolo en la hierba.

"¿Tu me quieres verdad?" -le preguntó entonces Sakura.

Kiba dejó de sonreír y la miró muy serio.

"La verdad es que no."

Ella empalideció al instante.

"...qué?"

Y este momento fue aprovechado por el chico el cual invirtió los papeles; ella tumbada en el suelo y él sobre la chica. Entonces buscó sus labios y los besó una vez más.

"Yo te amo." -le aseguró.

Sakura volvió a sonreír y le pasó una mano por el pelo desordenándoselo. Mientras, el chico jugaba a mordisquearle el cuello y tiraba de su ropa con la boca.

"¿Qué haces?"

"Desnudarte." -contestó con la tela entre los dientes.

"¡Estás loco¡No ves que estamos a la intemperie y hace frío?"

"Pensé que te querrías dar un bañito a la luz de la luna." -le dijo señalándole el manantial con la mirada.

Sakura rió de nuevo.

"Eso en pleno invierno sólo nos costará una buena pulmonía..."

Pero Kiba siguió tirando de sus ropas aún más animado que antes.

"¿Y pegarme una semana entera en la cama contigo¡Por mi perfecto!"


FIN


Espero que os haya dejado con buen sabor de boca. Aunque he de decir que no me he currao en absoluto el final, así que tal vez un día de estos lo edite. Pero al menos ya está acabado.

Gracias a todos los que la han seguido hasta ahora y... Se terminó! XD Aunque no del todo por así decirlo, ya que una buena amiga "Pan", ha escrito una especie de secuela de este fic y pronto lo colgará aquí en fanfiction, lo he leído y es estupendo, así que espero que cuando lo publique lo leáis y le dejéis buena tira de cometarios. Ahora espero los vuestros:P

Mil gracias x leer mis historias!

Naleeh