Disclaimer: Inu le pertenece a Rumiko Takahashi (yo solo me limito a soñar con un peluche de Hakudoshi xDD) y también sus personajes (eso es más que obvio) así que…sean felices (jajajaja xD) y lean (ozioxosss xD)
"Cuando la nada se convierte en mi todo"
Capítulo 2: Sueños intangibles
"Así es, el original soy yo".
"No...no lo creo...".
"Al principio Náraku tenía necesidad de crear un cuerpo en donde debían estar sus sentimientos, para que no lo estorbaran. Éramos nosotros dos, solo que tu no me percibías ya que yo al fin y a cabo represento el lado humano de Náraku".
"Y cuando me partieron por la mitad...".
"Estas comprendiendo todo más rápido de lo que pensé. Cuando nos partieron por la mitad, surgieron dos esencias. Tu, un ser sin corazón y yo, que soy el que lo poseo y por lo tanto represento ese lado humano".
"¿Por qué Naraku habrá hecho eso?".
"Eso es lo que menos me importa, lo que yo quiero es que tu empieces a comprender el maravilloso sentimiento que llevó en mi interior".
"¿Que sucede...?" - no pudo terminar la frase, ya que el bebé se acomodó aún más en su pecho, era aún más calido y reconfortante.
"Mírame, observa mis ojos y descubrirás la razón del calor que estas sintiendo" - Hakudoshi quedó todavía más encantado con aquellos ojos tan hermosos y vivos. Akago hizo que los brazos del niño albino se alzaran, levantándolo. Colocó una de sus débiles y pequeñas manos en la mejilla izquierda y la acarició suavemente, transmitiéndole ese cariño que llevaba en su interior.
"¿Que sucede...?" - una vez más eso era lo que menos le importaba, esa caricia, esos ojos llenos de amor que lo miraban directamente, traspasando su alma.
"Lo estas sintiendo, vamos déjate llevar" - El bebé rodeó el cuello de Hakudoshi, "atrapándolo" en un abrazo, después de eso recostó su cabeza al lado de la de él.
"No...tengo que liberarme..." - pero ni si quiera lo intentaba. El brillo que rodeaba a Akago lo rodeó también a el, y de repente comenzó a sentir algo que retumbaba en su pecho.
El niño albino prestó suma atención a ese sonido. Algo en su interior estaba latiendo con suma rapidez, lo que fuera lo estaba "llenando", le estaba enseñando algo que desde un principio nunca había conocido. Cargó a Akago con su brazo derecho; sin que el bebé se lo ordenara Hakudoshi le colocó suavemente la mano izquierda en su pequeña cabeza.
Era una escena muy hermosa, era una lástima que nadie la viera. Ambos niños se miraban con suma ternura, demostrando uno, que el sentimiento más grande de todos llegaba con solo el más pequeño de los actos, y el otro, que el amor no se entiende con la inteligencia, sino con el alma. Hakudoshi jugaba cariñosamente con los cabellos del bebé, mientras él estaba recostado felizmente en su pecho, contento de que había logrado su cometido.
"Ya no es necesario que permanezcas bajo mi voluntad" - El brillo que los rodeaba se desvaneció de repente - "Estoy tranquilo, ya que te transmití la capacidad de amar a aquellos que te dicte tu corazón y al igual que yo, la capacidad de llenar de amor los corazones más fríos - le señalo el lugar de donde provenían aquellos latidos - pero también podrás odiar a aquellos que te causen daño o que lastimen a tus seres amados".
Yo... - el chico movió sus labios, había podido pronunciar aunque fuera una sola palabra. El trance había terminado.
"Debes estar feliz" - el bebé continuaba hablando en su mente - "Ya que el amor otorga la fortaleza más inquebrantable de todas.
¿De veras? Pues demuéstralo - una sonrisa demente apareció en su rostro. soltó al niño; su mano izquierda se cerró en un puño con la intención de lastimarlo, pero el bebé se desvaneció en el aire.
Hakudoshi se mantuvo en una posición de alerta, no sin borrar esa horrenda sonrisa burlona que ninguna relación guardaba con aquello que Akago le había enseñado.
¿Creíste que me iba a tragar esa enorme patraña? Vamos mocoso, puedo sentirte y sé perfectamente que no te has ido.
La lluvia había desaparecido por completo, incluso el sol estaba a punto de salir por una montaña. El niño sabía que Akago podía atacarlo por cualquier zona de la cabaña, si embargo este no se manifestó por varios minutos.
Ya me estoy cansando de todo esto. Si vas a matarme, hazlo de una vez - una de las pruebas más contundentes era que Naraku y los demás todavía seguían dormidos. Eso significaba que los poderes del bebé no se habían desvanecido como el. Hakudoshi estaba sentado concibiendo un plan para poder despojar a Akago del control de sus mentes cuando, sin esperarlo, unas manitas lo agarraron por el cuello.
"Todavía sigues siendo igual de traicionero que el maldito Naraku" - volvió a sonar en su mente la voz profunda del misterioso bebé. Las aniñadas manos sujetaban con más fuerza aún el cuello del niño.
Lo sabía... - le dificultaba mucho hablar, le estaba cortando la respiración - Aka...go, eres...un...menti...roso.
"Eres el menos indicado para hablar acerca de engaños, mi querida mitad".
No... - le era muy difícil seguir hablando, ya que un terrible dolor había surgido de la nada en su cabeza.
"No sabes cuanto me hace sufrir tu rostro lleno de sufrimiento" - su voz sonaba desesperada y triste en la mente de Hakudoshi, el cual estaba perdiendo la conciencia.
Des...gra..cia..do...no..voy...a..a..per...mi...tir...que... - tenía que hacer un considerable esfuerzo para articular cada sílaba, tenía que haber una forma de acabar con ese engendro antes de que este lo matara.
"Lo que menos deseo es que mueras" - a pesar de esto el dolor y la sensación de ahogo crecían a cada segundo.
"No mientas, lo que querías era engañarme, para matarme facilmente pero no lo conseguiras" - decidió comunicarse en pensamientos ya que así podía conservar lo que le quedaba de energía.
"Lo que te mostré no es mentira, pero necesitas tiempo para comprenderlo, ya que tu naturaleza maligna no te lo permite".
"No...puedo...respirar..." - se desplomó en el suelo boca arriba. Estaba completamente inmovilizado pero aún así no había perdido del todo la conciencia.
"Esto lo hago por ti, ya verás que todo saldrá bien, muy pronto todas tus dudas serán despejadas" - soltó el cuello del niño, levitando en el aire.
Mal...di...ción - fue lo último que dijo antes de que sus ojos empezaran lentamente a cerrarse.
Ya casi había cerrado sus ojos, no podía permitirlo ya que si quedaba inconsciente, ese repulsivo bebé podría matarlo sin que el pudiera hacer absolutamente nada. Estaba librando una batalla en su interior para impedirlo, pero todo fue inútil. Irremediablemente, sus párpados se cerraron por completo, ocasionando que el niño quedara completamente desmayado.
Un poderoso trueno se escuchó en todo el bosque. Varios pájaros volaron asustados de los árboles en donde descansaban. No solo ellos se agitaron, un atractivo niño abrió sus ojos ante semejante estruendo, pero no era eso lo que precisamente lo inquietó. Se incorporó de un hábil salto y volteó a su alrededor, solo para encontrarse a Naraku y los demás durmiendo. Miró hacia afuera, la lluvia azotaba igual de fuerte antes de que el se durmiera ¿Dormir? ¡El bebé!.
Lo busco en todas las direcciones posibles con la mirada. La cabaña estaba sumida en una completa calma, sin embargo esto no lo logró tranquilizar del todo. Lo más desesperante era que no lo encontraba por ningún lado, tal vez se dio a la fuga. No, el lo tenía a su merced, era absolutamente ilógico que huyera cuando el no podía hacer nada para defenderse ¿Donde estaba? ¿Por qué no lo mato? ¿Que pretendía?. Decidió recostarse en un sitio en donde su vista cubriera todos los ángulos posibles. Fue una buena idea, pero lo que vio lo llenó de cierta confusión. Había encontrado al bebé, es verdad, pero en los brazos de Kanna. Hakudoshi descubrió algo extraño utilizando al máximo su memoria, con la cual recordó la posición en la cual Kanna se había quedado dormida. Y al verla de nuevo se dio cuenta que permanecía de la misma forma, al igual que el bebé. Su lógica le indicaba que lo más obvio era que Kanna se despertara, al sentir que el bebé no estaba en sus brazos. Hakudoshi había estado tan ocupado batallando con el bebé que no se había dado cuenta de ese detalle.
Otra cosa que le llamaba la atención era la lluvia, que seguía igual de intensa antes de que todo sucediera, el recordaba a la perfección que la lluvia había disminuido, e incluso, estaba amaneciendo. Nada tenía sentido, el bebé que lo estuvo a punto de estrangular descansaba inocente y puro en los brazos de Kanna ¿Qué significaba todo eso? Lo único que dispersaba la niebla de misterio en su mente era que todo hubiera sido un...
Sueño
¡MALDITA SEA!
Estaba frenético, era un imbécil ¡Por supuesto que fue un sueño! Ya con solo ver la lluvia se debió de dar cuenta de eso, además era más que imposible que un bebito tuviera tanto poder como para dominarlo a él, y hacer que los demás, sobretodo Náraku, quedaran dormidos sin darse cuenta de esa clase de poder. Y más aún esas cosas inútiles y sin sentido que había dicho el infante solo podían ser fruto de un...sueño.
Una ridícula pesadilla, mejor dicho, esas estupideces del amor, del cariño entre los seres vivos, y no sabía que más ¡Que empalagoso y tonto! Recordó con horror cuando tuvo a Akago en sus brazos ¡Demonios, que horrible! ¿Acaso era una premonición? ¿Será que ese era su futuro? Eso quería decir que no solo le tocaría cuidar de Kanna...
Una aterradora imagen nació de su imaginación, en ella estaba el arrullando a Akago y confortándolo con un suave canto mientras Kanna preparaba la comida...
¡NOOOOOOOOOOOOO!
¡¡Callate que no me dejas dormir...! - salió una Kagura recién levantada (o sea con el cabello hecho una maraña de alambres de púas)
¡Vuelve a dormir si es lo que quieres!- de quien sabe donde un inesperado leño le cae en la cabeza dejándola profunda.
Pero ya el escándalo había despertado a todo el mundo (obvio que en esa casucha se escuchara todo) y Naraku lo miraba con los ojos rojos (del sueño, no me refiero a sus ojos demoníacos) los cuales recordaban a unos huevos fritos...
Irónicamente, el cielo se despejó y el sol salió de su escondite forzoso.
Oigan, par de ineptos ¿me harían el favor de servir para algo y morirse? - pero como Naraku todavía seguida con el sueño felizmente dibujado en su rostro no se dio cuenta que ya Kagura estaba medio muerta con el tronco que le había caído.
Pues hay dos maneras - comenzó sarcásticamente el chico - primera forma, me devuelves mi corazón - señala al "inocente" bebe que dormía en el regazo de Kanna - y me lo atravieso con la cuchilla, o una más fácil, como tú nos creaste por no tener oficio puedes matarme cuando quieras ¿no es que somos unos inútiles?
Ehh...si son un poquito inútiles pero...¡Es que no quiero estar solito! TT - lloriqueo el más cruel, malvado y frío villano de Inuyasha (N/A: ¿Estas solito? yo con mucho gusto te hago compañía...¡NO ES LO QUE PIENSAN RETORCIDOS!)
Vaya propósito el nuestro...¡Entonces por qué no te compras un perro! - le reclamó fastidiado el niño por los extraños melodramas que se armaba Naraku.
¡Ya tu sabes que odio los perros! He tenido muy malas experiencias con ellos y tú lo sabes mejor que nadie... - decía recordando las malas relaciones que llevaba con Inuyasha y Sesshoumaru en especial del primero - ese maldito Hanyou...
En otro lugar...
¡ACHUUUUUUUUUUUU! - Inuyasha bebía tranquilamente su tacita de café (recordé el Chavo del ocho O.o?) cuando de repente estornuda y mocos y café van directo al rostro de la sacerdotisa principiante que todos conocemos
¡OSUWARIIIIIII!
¡DIABLOS! (Se escucha un estruendo horrible que hace temblar a la tierra)
En otro lugar (Es decir la cabañita de madera)
Como sea... - cortó Hakudoshi la conversación - ¿Que vamos a desayunar?
Lo que Kagura traiga... - salió Naraku (ahora es el turno de describir el verdadero aspecto de Naraku...¿Como? ehh imaginense un panda desnutrido con cabello tan rustico como escoba y enmarañado como lucecitas de Navidad dejadas en sótano, algo parecido a la cabellera de un metalero en decadencia)
Oye tú, la bruja espantapájaros - decía el adorable niño moviendo a Kagura con el mismo tronco que le había lanzado - te toca conseguir la comida... - la movía y la movía, pero al lograr escuchar un murmullo suave que decía algo como "Ssssmaru" "Sssmaru" le sacó cruelmente su almohadón cayendo su cabeza sonoramente con el suelo.
Ehhhh ¿Que? - giraba la cabeza con un aire de despiste que enojó a Naraku.
¡Aquí en la tierra! ¡Aterriza! - le grtó Naraku para que su pequeña Kagu volviera a la realidad.
¡Ya deja de gritarme que no soy sorda! - protestó la chica.
No no eres sorda - Kagura y Naraku voltearon a ver a Hakusoshi ¿Y desde cuando Hakudoshi era tan buen hermano? - sino estúpida y descerebrada ¬¬
Sabía que ibas a decir algo así ¬¬ - le replicó el pobre proyecto de mujer...digo...la dama de los vientos n.n
Si no quieres que diga algo peor ve a traer la comida ¡ahora! – reclamó Naraku señalándole la salida
¡No soy tu esclava!...este… - a la horrenda mirada la chica sale con suma rapidez convocando su vehículo de transporte (mejor dicho la pluma de gallina)
……….. – Kanna abre los ojos, da unos pocos pasos, cambia de posición a Akago y luego se queda rígida como piedra con una expresión…vacía.
Buenos días – Kohaku había escuchado todo el desastre, incluido el grito de Hakudoshi, pero como siempre quiso pasar inadvertido hasta el momento en que todos se calmaran.
¿Qué tienen de buenos? – y esa respuesta era ya parte de la rutina del hermano de Sango.
Todos se quedaron en silencio, sin hallar tema del cual hablar (aunque ninguno estaba dispuesto a hablar, mejor dicho) aprovechando aquel silencio el chico del cabello plateado relajó sus huesos recargándolos en una pared. Observó al bebé.
Dejando a un lado la pesadilla, ese niñato le caía mal. Bueno, el odiaba a todos, pero ese niño le caía especialmente mal, y ni siquiera por ser parte de si mismo se libraba del desagrado del niño.
Ese bebé dormía tranquilamente. No pudo evitar recordar la candidez que le propinó ese niño en el sueño. Eso era confuso, fue un sueño pero las sensaciones eran verdaderas, las percibía con si las viviera en carne propia.
Eso era imposible. Estaba sintiendo más allá de lo físico. Es más, no era ni físico. Era su interior, en sí mismo.
¿Será que el maldito Naraku le hizo soñar eso con un fin? (el pensado estaba tarateando algo…mejor ni saber qué?) ¿Y que pintaba el bebé en todo eso?.
Notas de la autora: holaas! Aquí esta el segundo chap (gomen por tardar tanto tiempo, ando tan ocupada y de paso con otros fics TT) pero en fin como verán este chap es un poco más divertido que el otro (yo diría estúpido pero bueee xD eso lo dirán ustedes nnU) y algo más corto (lo decidí así) Por si acaso ¡Soy fan de Kagura! Solo la trato mal porque..ya saben como son Naraku y Naraku Jr así que no esperen mucho de ellos u-uU
Ahora los rr! o
Nashely: see ese era un dato muy importante, ahora no me han eliminado ninguno nn de verdad gracias de nuevo. Ojalá sigas leyendo, espero volverte a ver por msn byees!
Rosa: gracias por el halago y al igual que tú, me fascina este niño hermoso xD, por tu mail veo que eres fan del Sessh-Kik verdad? Me too! o espero hablar contigo por msn byees!
Carolina: espero que la amiga rara no te mate xDDD (va para ti ya sabes quien jijijij xD) ya que he actualizado. Nos vemos y continua tus fics! (en especial Rain Drops…que tengo que enviarte un rr se me ha olvidado!) u.u byees y espero que sigas leyendo n.n
Ayla: "El pequeño tormento" tiene derechos de autor! Kyaaa (es broma úsalo como quieras xD) que le hice a Kagu? Eso lo sabrás, pero tampoco es una gran incógnita, verás porque te lo digo xDD. Gracias, muchas gracias por decir que te gusta como escribo nn y tienes mucha razón ¡casi no hay fics de malos! ¡y eso que ellos son los mejores! Son los mas lendos, sersis, astutos, malvados…encantadores a más no poder! Te recomiendo "El Diario de Naraku" de Shacars, fic como ese no hay! Es imbatible según yo n.n nos vemos en el otro chap (y espero que tu también continúes con tu fic nn
Amy Gora: tu rr me recordó que tenía buena parte del chap escrito y sin terminar…graaaciass! o y me alegra que ambas compartamos el mismo amor por Hakudoshi nn espero verte en el otro chap byes!
Eso es todo…por fa, por Hakudoshi o Totosai (oo?) Rewiews onegai!
Hasta otra nn