¡Hola!
Aquí está mi nuevo fic. Y tengo que decir que de todos los que tengo ahora mismo, es el que más me está gustando. Siempre me gustó el personaje de Bellatrix (no tanto el de Sirius, la verdad, pero estoy empezando a apreciarlo jejeje), y creo que un fic de ellos dos puede dar muchos aspectos interesantes. En este, sobre todo, hay un gran trasfondo social, en lo referente a la familia Black y a las tradiciones, un tanto retrógadas, de las familias sangre limpia. El ff está principalmente enfocado desde el punto de vista de Bellatrix, porque al ser, en mi opinión, un personaje bastante complicado, pues me resulta más fácil explicar su personalidad si escribo el fic desde su punto de vista. La historia comienza desde el final, como podréis ver, y en los siguientescapítulos veremos como se desarrolla la relación entre ellos desde su infancia.
¿Se me olvida algo?
Ah, bueno, tengo que admitir que estoy incumpliendo mi promesa de subir el fic cuando llegara a escribir las 50 páginas, pero es que ¡estaba muy impaciente por ver qué os parece! (por tanto¡espero que me dejéis reviews, please) (Ak pone ojitos como el gato de Shrek), así que espero que cuando vuelva de las vacaciones de semana santa me hayáis dejado algún mensajito.
Disclaimer: No gano nada con esto y los personajes son de JKRowling. Y creo que el título de "tu nombre envenena mis sueños" ya existe en una película o algún libro (no lo sé, pero por si acaso). Un par de frases están sacadas directamente de la ODF, pero como ahora mismo no tengo aquí mi version en español, pues las traducí de la de ingles y no se si eran exactamente así en español.
Como espero (y si no preparáos para mi Cruciatus muajajajaja, es broma), que Marin y Joanne se pasen por aquí, pues os dejo una notita abajo. ok?Así que dedico este fic a Marin Black, voluntariosa sirusiana, que me está haciendo apreciar a Sirius (¡pero nunca seré una de vosotras! yo Severus forever) y que gracias a ella descubrí que mi nueva pareja favorita es Bellatrix/Sirius, y que, como no, me presentó los fics de Joanne que son ¡la caña de España! y que os los recomiendo a todos. Y también lo dedico a mis queridas sisters Marian, April y Carly que me hacen de beta readers y a las que bombardeo a preguntas (aunque ellas no leen el fic por esta pagina, igualmente se lo dedico) MUAKSS! (Jop, vaya dedicatoria más larga, ni que hubiera ganado un Oscar)
TU NOMBRE ENVENENA MIS SUEÑOS
Capítulo 1: Ya no está
"Ahora eres libre, y yo no.
Ahora tienes paz, y yo no.
Ahora estás muerto, y yo no."
Esas eran las palabras que se repetían en su mente hasta perder el sentido, involuntariamente, como si la locura a la que había logrado escapar en su estancia en Azkaban hubiera aparecido súbitamente. No entendía por qué aquel odioso sentimiento había vuelto en ese preciso momento. Debía sentirse orgullosa, tal vez incluso eufórica, había sido la única que había conseguido escapar, había sido un haz de luz roja salido de su propia varita el que había hecho que su primo cayera a través del velo. Quizás debería sentirse angustiada por el futuro incierto que ahora esperaba a los detenidos, entre los cuales se encontraba su marido.
Pero no. Nada de aquello era lo que sentía.
Con paso cansado se acercó hasta la lujosa cama adoselada que la esperaba. Se dejó caer sobre ella, derrumbándose como si todas sus fuerzas la hubieran abandonado. El mullido colchón, las sábanas de seda, el calor de la chimenea encendida, la brillante luz de la luna que entraba a través de la ventana… nada de aquello hacía su vida menos miserable que cuando tenía que dormir sobre un camastro viejo y sucio en una habitación lúgubre donde la humedad le calaba los huesos y sus peores recuerdos le minaban la mente.
Ella, la fiel servidora del señor tenebroso, se sentía sin fuerzas para continuar. "Ironías del destino" pensó a la vez que oía su propia carcajada llena de incredulidad. Había estado años en aquella prisión inmunda, esperando el momento para escapar y servir al señor tenebroso, y justo en el momento en que lo había logrado, había desaparecido todo lo que daba sentido a su vida.
Hacía sólo unos minutos que se burlaba de Potter en el departamento de misterios, hacía sólo unos minutos que le daba una lección a aquel estúpido niño sobre su experiencia con el cruciatus. La profecía ya no existía y todo había sido en vano. Tuvo miedo de las posibles represalias. Rogó y suplicó por no ser castigada. Pero a Voldemort no le importó lo que ella sintiera, se limitó a mandarla callar como a un mortífago novato. Se sintió humillada por eso, porque Voldemort prefiriera oír a Potter antes que a ella, cuando ella le había entregado su vida.
Luego, tuvo su pequeña gratificación. Su Amo la puso a salvo, desapareciendo del ministerio para llevarla a un lugar seguro, pero después de eso, de nuevo la indiferencia. La mandó a su habitación, como una niña pequeña que ha sido desobediente. Ella acató la orden sin reprochar nada. Sabía que el Lord estaba furioso, sus planes se habían desbaratado y ella era la única que había quedado de sus más fieles mortífagos. Sabía que no debía tenerle en cuenta la actitud que había tenido con ella esa noche, pero le era imposible.
Sólo en una noche se había traicionado a sí misma demasiadas veces. Ella, Bellatrix Black, nunca había tenido miedo, nunca había rogado ni suplicado, nunca se había dejado humillar sin defenderse, nunca habría matado a quien más amaba.
Por esa razón, ahora no le importaba estar a salvo en una lujosa mansión. De buena gana iría voluntariamente a Azkaban, otra vez. Porque en aquel lugar se rememoraban los peores recuerdos de la vida, y así podría recordar cada día aquel que se acababa de convertir en su peor recuerdo; el momento en que Sirius caía a través del velo.
Había tenido que morir para descubrir lo mucho que le amaba, a pesar de que ella había querido disfrazarlo de odio. Sus vidas se habían cruzado en demasiados momentos importantes, hasta el punto de haber sido ella quien le condujera a la muerte. No sabía si sería capaz de soportarlo, quizás fuera mejor que la locura se apoderara de ella definitivamente y así no tener que cargar con ese sentimiento de culpabilidad. Sirius ya no estaba, y era por su culpa. Eran demasiadas las palabras que nunca fueron dichas y demasiados los actos nunca cometidos, y ya nunca podría hacerlo.
Sirius ya no estaba… La razón que la mantenía viva, no estaba. No estaba para descargar su odio, no estaba para regocijarse en sus errores, no estaba para competir en quien era el mejor, no estaba para… No estaba.
Él había sido el eje de su vida. Por él se convirtió en mortífaga, para demostrar que era una auténtica Black, no como él, y que sería la mejor en lo que se propusiera. Por él decidió luchar contra la Orden del Fénix. Y el momento cumbre llegó, pero con final inesperado. Llevaba toda la vida esperando el momento en que pudiera enfrentarse a él, cara a cara, varita con varita. Era el momento de demostrarle que ella era la mejor, una verdadera Black orgullosa de su sangre y de su casa. Habían sido muchos años en los que había ido acumulando su odio hacia él. Habían sido demasiadas las coincidencias en las que los dos se habían visto involucrados, hasta el punto de coincidir en Azkaban durante muchos años a tan solo unas celdas de distancia. No logró aceptar que Sirius hubiera conseguido escaparse antes que ella. Y hacía tan sólo unos minutos le había tenido completamente a su merced. Habría podido matarlo si hubiera querido, era tan simple como conjurar una maldición asesina que, el débil corazón Gryffindor de su primo ni siquiera se habría atrevido a conjurar en el caso de que hubiera sabido hacerla. Pero no lo había hecho. Podría haber sido el final feliz que tanto había esperado, el momento en que ella demostraría que era superior a él, pero no había podido. En lugar del Avada Kedavra, ambos combatieron con simples hechizos casi inofensivos. Le conocía demasiado bien como para saber que su primo jamás le haría daño, y ella le necesitaba para seguir adelante. Sirius era su reto, una sombra que la acompañaba siempre para recordarle que mientras él estuviera vivo, ella tendría una razón para vivir, y no podía perderle. Era un sentimiento extraño lo que la unía a Sirius, una mezcla de amor, odio, atracción y dependencia. Sobre todo eso, dependencia. Le bastaba la certeza de que había podido acabar con él y le había perdonado la vida. Aquello para un Black era una humillación, claro que, Sirius no era un Black común.
Pero algo falló. Claramente, Sirius era inferior a ella, fue incapaz de esquivar uno de sus hechizos y cayó. Fue tan sólo un segundo, pero la caída de Sirius le pareció a cámara lenta. Intentó moverse, en un acto desesperado de cogerle antes de que atravesara por completo el velo, pero cada uno de sus músculos estaba paralizado. En ese segundo le dio tiempo a recordar años y años de vivencias junto a él. Le dio tiempo a recordar que le amaba a pesar de todo. Le veía caer, tan hermoso como siempre a pesar de la huella de Azkaban en su belleza, tan orgulloso como siempre, tan difícil como siempre…que cuando su cuerpo desapareció detrás del velo sólo pudo gritar. Aquel grito pudo ser interpretado como un grito de triunfo porque nadie sabía lo que se había roto en el interior del corazón de Bellatrix.
No lloró en ese momento, porque los Black no lloran en público, y fue entonces cuando reparó en la llegada de Dumbledore. Corrió, huyendo de si misma sin importarle a quienes dejaba atrás. Sólo quería desaparecer para siempre y si no atravesó el velo para seguir a Sirius, fue porque estaba tan aturdida por lo que acababa de pasar que no cayó en ese detalle.
Alcanzó el Atrio. No sabía a donde ir. Desde que ella y sus compañeros se escaparon de Azkaban, habían permanecido ocultos en una mansión imposible de localizar gracias a Artes Oscuras. Desde allí, al amparo de Voldemort, fue desde donde trazaron todo el plan. Ahora sabía que si huía, no podría volver allí, y a decir verdad, no tenía ningún sitio a donde ir ya que estaba siendo buscada por el ministerio.
En realidad no es que hubiera decidido abandonar a Voldemort, sólo había sido un momento de confusión fruto del dolor por la pérdida de Sirius. Pero entonces, cuando aún no era del todo consciente de lo que pretendía hacer, la oportunidad se presentó por sí sola; Potter la había seguido hasta el Atrio en busca de venganza.
En una carcajada llena de locura dejó escapar su frustración. De nuevo utilizó aquella voz burlona que imitaba un tono infantil para dirigirse a su oponente, sólo que esta vez no fue por decisión propia sino por la histeria que le había producido la repentina pérdida. Estaba fuera de sí.
'Sal, pequeño Harry.'
Deseaba darle su merecido. No sólo por ser Harry Potter, o por conseguir la profecía, que a decir verdad, acababa de olvidar que existía y que había sido el objetivo de toda aquella batalla, sino por ser el ahijado de Sirius, a quien su primo quería. Aquel niño se había ganado el cariño de su primo sin haber hecho nada para merecerlo y sólo había constituido un paso más en el distanciamiento entre ambos.
'¿Para que me has seguido entonces? Pensé que vendrías a vengar a mi querido primo.'
Y ella ahora tenía la oportunidad de vengarse de él. Ni ella lo había matado voluntariamente, ni Harry había alejado a Sirius de ella a conciencia. Tan sólo eran las circunstancias que los habían rodeado las que hacían que ahora ambos quisieran enfrentarse. Sus palabras podían parecer sarcásticas, estaba segura de que Harry jamás pensaría cuanta verdad había detrás de mi querido primo.
Harry gritó, mostrándole que estaba allí dispuesto a pelear contra ella. A Bellatrix, en su estado de confusión y nerviosismo, le pareció muy divertido que aquel chico le plantara cara tan a la ligera. No tendría piedad.
'Ahh ¿le querías, pequeño Potter?'
Suponía que debía quererle, si no, no la habría seguido para luchar contra ella. Pero ella lo dijo sólo para ahondar un poco en la herida, la misma herida que ella guardaba ahora en su corazón. Ambos querían a Sirius, de forma diferente, pero le querían, y eso era lo que hacía que estuvieran a punto de enfrentarse.
Lo que ocurrió después pasó demasiado rápido. Fue muy fácil descargar toda su rabia contra Harry en un Cruciatus perfecto, incluso podría asegurar que habría sido capaz de matarlo de dolor. Luego, recordó la profecía. No podía decir que la muerte de Sirius tuviera sentido si lograba recuperar la profecía, nada podría ocupar ese vacío que él había dejado, pero al menos, si la conseguía, tendrían una oportunidad.
La noticia de que la profecía había desaparecido para siempre, como Sirius, sólo hizo aumentar su estado de histeria. Era algo inconcebible. Ya nada tenía sentido. Aquel niño se estaba burlando de ella para volverla loca. Por suerte, Voldemort llegó antes de que su integridad psíquica se rompiera en mil pedazos. Habían ocurrido demasiadas cosas en un tiempo tan corto que su delicada estabilidad mental la hizo actuar de forma impropia en ella. Tuvo miedo de Voldemort, rogó y suplicó, y fue tratada como alguien insignificante.
En aquel momento no tuvo tiempo de pensarlo, pero ahora, que yacía en la cama empapada en lágrimas, sabía que con Sirius se había ido toda su fortaleza. No le importaba lo que pasara, ni a ella, ni a su marido, ni al mundo mágico, ni a nadie. Sólo sentía los latidos de su corazón roto.
Sin Sirius, nada tenía sentido.
Lloraba y reía. Todo era una mezcla extraña de sentimientos. Veía a Sirius caer a través del velo una y otra vez, veía muchos momentos que habían pasado juntos. Reía porque cuando al fin había demostrado lo que llevaba toda la vida intentando demostrar, ya no le servía de nada. Sin Sirius, nada tenía sentido, y su mente parecía responder de igual forma. Nada de lo que pensaba tenía sentido, nada de lo que sentía tenía sentido.
Habían sido muchos años en los que había reprimido su amor hacia él, canalizándolo y autoconvenciéndose de que lo odiaba. Había llegado a ser algo tan rutinario que incluso había llegado a creer que lo odiaba de verdad. Por eso ahora maldecía que el verdadero sentimiento volviera a salir a flote. Ahora que ya era inútil. No recordaba llorar desde que era adolescente, y ahora lo estaba haciendo como nunca antes.
Recordando los años pasados se encontró haciéndose una pregunta. ¿Por qué amaba a Sirius?
Definitivamente, estaba loca. Nunca, estando en su sano juicio, habría admitido que le amaba. Sentía que de alguna forma, Sirius le había ganado la batalla. Él ya no estaba, y era por esa razón por lo que su mente se había desequilibrado por completo. Había sobrevivido más de una década en Azkaban, manteniéndose cuerda a pesar de la presencia permanente de los dementores. Escapó al borde de la locura, pero aún lúcida, y al final, Sirius había sido quien la había vuelto loca. Ella, que había torturado hasta la locura a los Longbottom, nunca pensó que caería en su propio juego. Volvió a reír.
De nuevo la pregunta. ¿Por qué amaba a Sirius?
La respuesta le pareció tan obvia que incluso le molestó la facilidad con la que surgieron los motivos, no habían servido de nada todos los años de represión.
Le amaba por ser él, Sirius, sangre de su sangre. Hermoso, valiente, divertido, travieso, reaccionario, firme, leal… De repente sólo podía ver virtudes en él, mientras que era incapaz de recordar los defectos que se había aprendido de memoria durante toda su vida. Ya no importaba todo lo que había sufrido por su culpa, ni todo en lo que se había convertido por su culpa. Lo único que importaba era, que ya no estaba.
Marin Black¡aqui tienes el fic! Muchas gracias por aguantar mis preguntas sobre el fic, pero es que a veces creo que no explico bien las cosas y temía dar una impresión equivocada del personaje de Bellatrix. Besitos!
Joanne Distte: Bueno, ahora me dirás que ¿como que Bellatrix ama a Sirius? y me mandarás un Avada electrónico (como dice mi lectora Amsp14 jejeje), pero bueno, mi Bellatrix es un poco diferente a la tuya, como ves, pero espero que aún asi te guste el personaje y el fic. Pero en realidad, si conseguí transmitir bien lo que quería decir, resumiría que Bellatrix no es que "ame" a Sirius tal y como nosotros lo entendemos, sino que es un sentimiento obsesivo y dependiente. En los proximos capitulos verás como Bellatrix es asi de decidida y segura de si misma porque en realidad esconde un complejo de inferioridad hacia Sirius (parezco una psicóloga jejeje) que hace que quiera superarle constantemente. Total, que espero que te guste, que lo hayas leído y que haya sabido explicarme bien en el fic. Besitos!