Epilogo

Era increíble como siempre que intentaba meter nuevamente las cosas a la mochila, nunca parecían caber dentro de la misma forma en que estaban. Muffy apoyó sus manos y presionó el contenido con todas sus fuerza a fin de que los libros, papeles y demás cachivaches entraran de una vez. Cuando por fin lo logró, se apresuró a cerrar el bolso, que quedó como a punto de estallar en cualquier momento.

Se sentó en el sofá. Era demasiado temprano para esperar que los demás moradores estuviesen despiertos... tendría que esperarlos antes de irse, pensó, sólo para decir adiós.

Tenía el pelo atado en una cola, justo como la había usado Leo, consideró que se veía mucho mejor así... aunque no tenía nada que agradecer por los moretones y las uñas rotas. No usaba las gafas puesto que Leo las había perdido, como él no las necesitaba... sin embargo, desde que volvieran del edificio, ella misma parecía no necesitarlas. Se encogió de hombros.

Apoyó la espalda contra el sofá. Habían pasado muchas cosas en el lapso de unas semanas.

Extendió sus manos ante sí... era la misma, la misma de antes, la misma de siempre, y de alguna forma, completamente diferente... no sólo se refería a la fuerza física que parecía haber ganado (sus músculos se sentían más fuertes), era algo más, algo mucho más interno... Leo creía que ella no se daba cuenta de lo fuerte que era, de lo fuerte que se había vuelto, pero sí lo sabía, sí era conciente de ello. Era más fuerte que antes, y lo sería mucho más aún...

Pensaba en esto cuando sintió ruidos en alguna parte, débiles ruiditos de algo deslizándose, casi imperceptibles... se puso de pie y se dirigió a la sala de entrenamiento.

El lugar estaba casi en penumbras, ninguna luz había sido encendida, pero era indudable que había alguien ahí. Al principio no lo notó, pero segundos después de detenerse en el umbral, una figura comenzó a moverse. Se quedó paralizada, sin atreverse a moverse mientras intentaba descubrir de quien se trataba.

La figura había estado varios segundos inmóvil, pero ahora se movía de una lado a otro, dándole la espalda a la chica. Sus movimientos eran rápidos, certeros, girando a veces, otras descendiendo a nivel del suelo, barriéndolo de una patada. La banda roja que seguía a la figura en sus movimientos fue suficiente para saber quien era. De pronto unos destellos plateados surgieron de sus manos, girando en ellas, golpeando el aire con fuerza. El brillo de los filos resplandecía en la oscuridad, cualquiera de esos golpes sería mortal para cualquiera que se acercase a menos de cien metros de la figura.

Se cruzó de brazos, se apoyó contra el marco de la puerta y observó. Sus golpes eran pura fuerza, las estocadas con los sais estaban dirigidas a destajar... hablaban de un tipo que no perdería el tiempo defendiéndose, o buscando la belleza en las formas, sino de uno que buscaba atacar y vencer en el menor tiempo posible y con el máximo de fuerza. Impulsivo e irreflexivo...

De pronto la figura volvió a permanecer inmóvil, aún dándole la espalda, respirando agitadamente. Hizo girar los sais en sus manos y volvió a ubicarlos en su cinturón.

.- ¿Quieres algo en particular o sólo te vas a quedar ahí mirando?.- preguntó de repente una voz grave y tosca. Muffy pegó un respingo, separándose del marco de la puerta.

.- No... yo... lo siento, creí que era Leo... ya me voy... – Dio media vuelta pero la voz de Raphael la detuvo.

.- Está durmiendo como una roca... – dijo, alzando la voz.- ... no creo que despierte aún... prueba en un par de horas más...

.- Esta bien. – respondió ella, dando media vuelta nuevamente. Raphael pareció encogerse y emitir algo parecido a un gruñido, era difícil saberlo puesto que continuaba dándole la espalda.

.- Espera... – la voz sonó como si estuviese hablando con los dientes apretados. Muffy se detuvo, abriendo grandes los ojos. Por un segundo creyó haber oído mal, pero entonces Raphael continuó hablando.- Tu... tenías razón... al final... – Muffy volvió a cruzar los brazos y a apoyarse contra el marco de la puerta, sonriendo levemente y alzando una ceja. Raphael parecía tener serios problemas para articular las palabras, como si algo se lo estuviese impidiendo y tuviese que pelear por cada silaba que pronunciaba.- Funcionó... tu plan funcionó... creo que te subestimé... – La chica casi lanzó una carcajada, pero se contuvo. ¿plan, jamás había tenido uno, es decir, tal vez, al final, todo resultara casi fortuitamente, podría decir que estaban vivos por pura casualidad, si tan sólo creyera en las casualidades...

Raphael respiró profundamente. Se preguntó a sí mismo porqué diablos era tan cortado y luego trató de continuar.

.- S-siempre trataste de ayudarnos... después de todo... aún con las cosas así de feas... y supongo que yo no lo hice más fácil... – Muffy sonrió.

.- Estabas preocupado, es natural...

.- Perdí la cabeza... – Murmuró Raphael. Muffy se dio por satisfecha y comenzó a dar media vuelta. Eso era lo más parecido a un "lo siento" que obtendría de él.

.- Perder la cabeza. Parece que eres bueno en eso.- dijo divertida, Raphael sonrió.- Está bien, acepto tus disculpas... supongo que de eso se trataba todo ese balbuceo¿verdad?- Raphael cerró los ojos, sonriendo.

.- ¿Estamos en paz entonces, ñoña?

.- Así es, cabeza hueca. ¿vendrás a despedirte de mi?

.- Dentro de un momento... – respondió. Y con una ultima mirada, Muffy dejó la habitación.

Al poco rato, los demás habitantes de la guarida comenzaron a surgir de sus habitaciones.

Cuando Don apareció en la sala, encontró a Miguel y a Muffy viendo televisión.

.- ¿Miguel, que milagro¿cómo es que te despertaste tan temprano?.

.- ¿temprano?- exclamó éste volviéndose un poco desde el sofá.- Son casi las doce... – Don puso cara de sorpresa y después consultó el reloj en su muñeca. Era verdad, se habían saltado olímpicamente todas las actividades de la mañana.

.- ¿y porque no nos despertaste?

.- Nah... se veían tan bien que me dio lastima... además, creo que nos podemos tomar el día libre hoy¿no crees?.- Don fue a sentarse en el brazo del sofá.

.- Supongo que si... ¿dónde están los demás, me muero de hambre...

.- Raphael se está haciendo cargo de eso... – Miguel se encogió de hombros.- hay que aprovecharlo mientras dure... – Después se acercó a Don y agregó en voz baja.- ¿Crees que se moleste cuando descubra que ya me comí todas las sobras?.- antes de que Don pudiera responder, Muffy se volvió hacia él.

.- ¿Cómo te sientes?- preguntó. Don frotó su brazo envuelto aún en el cabestrillo.

.- Mejor, no al cien por ciento aún, pero mejor...

.- ¿Leo?- preguntó la chica.

.- Dijo que en un minuto bajaba...

.- ¿cómo se ve?.- Don iba a responder pero después dudó.

.- Está... bien. O lo estará pronto... creo que todos estamos un tanto cansados... y supongo que Leo tiene unas cuantas cosas de las que reponerse... – La chica meditó unos segundos sus palabras, con la mirada perdida en la nada.

.- Estará bien.- dijo al final, sin mirarlo.- Tendrá que estarlo...

Leo estaba sentado al borde de la cama. Respiró profundo. Todo había terminado¿no, todo había resultado bien¿no era así, entonces¿por qué se sentía tan intranquilo?... tenía la horrible sensación de que las cosas, lejos de terminar, estaban sólo comenzando. Eso lo llenaba de preocupaciones.

Cerró los ojos y sacudió la cabeza. Levantarse de la cama iba a ser una increíble muestra de fuerza de voluntad... se sentía vacío y sin fuerzas...

.- ¿Deprimido?- se preguntó a sí mismo con una sonrisa. Se puso de pie. Su cabeza era una nebulosa de recuerdos incompletos, remordimientos y la angustia de que algo malo iba a ocurrir... – Realmente no tienes tiempo para eso... – Se dijo, tratando de sonreír.- Bien... haya vamos...

Durante la mediahora siguiente, la chica recibió y regaló frases de despedida, deseos de buena suerte, recomendaciones de tener cuidado y toda esa clase de cosas, frases hechas sin ninguna originalidad, pero con toda la buena intención del planeta.

Y finalmente había llegado la hora del adiós. Muffy agarró su mochila, y la colgó en su hombro, en alguna parte, en una esquina de la superficie, su secretario la esperaba en un automóvil para llevarla al desolado montón de polvo que ella llamaba hogar.

Una sensación extraña la invadió, se sentía triste y feliz al mismo tiempo. Feliz porque todo acabara bien, por haber conocido a las extrañas criaturas de las que ahora se despedía... distraídamente se fijo en Raphael, en una esquina de la sala, apartado del grupo central, apoyado contra la pared con los brazos cruzados y la mirada ceñuda. Ella le sonrió con una inclinación de cabeza, éste alzó una mano, tocó su frente y volvió a alzarla al aire con una mueca en su rostro que bien podía ser una sonrisa.

Muffy dio media vuelta. Ya era hora de volver a los negocios ... esa era, de alguna forma, la parte triste. A fin de cuentas, todo el resiente asunto no era sino un asunto más, de los muchos que vendrían. Suspiró. "A desquitar el sueldo", se dijo.

Leo se ofreció para guiarla a la superficie, una vez en la puerta de la guarida, Muffy se volvió una vez más para un ultimo saludo de despedida. Los demás se lo regresaron con una sonrisa.

Por fin, todo acabó bien al final¿verdad?.- Dijo Muffy, aún sabiendo que era un comentario bastante bobo, pero llevaban demasiado tiempo caminando por los túneles y el silencio comenzaba a molestarle. Su voz pareció sacar a Leo de profundos pensamientos, se volvió hacia ella distraído, evidentemente sin haber comprendido nada de lo que ella había dicho.

"¿Que ocurre?", preguntó la chica sin palabras.

"Nada... o nada que pudiese explicar realmente...", respondió Leo en igual forma el sentir la voz de la chica en su cabeza.

Ambos se sorprendieron un poco, pero ninguno lo mencionó: la conexión entre ellos aún persistía sin necesidad siquiera de forzarla, era tan espontánea como hablar.

Leo comenzó a caminar nuevamente, seguido de cerca por Muffy.

"Tu y yo sabemos que debería estar muerto... pero no lo estoy. Tu y yo sabemos quien se presentó ante nosotros... y tu y yo sabemos que este no es el final. Francamente, no tengo idea de lo que significa o el porqué de todo este asunto, pero..."

"Si, lo sé. Nada ocurre porque sí. Pero yo tampoco sé que pasará luego, me temo...", "Pero sé que es algo grande..."

Caminaron hasta una pequeña escalerilla que conducía hasta una tapa de alcantarilla y de ahí a la superficie. Ambos se detuvieron a cada lado de ésta, permaneciendo inmóviles.

"O sea que... " comenzó Leo, mirando a la nada primero y luego a ella. "¿O sea que tu también tienes esa horrible sensación de que algo peor está por ocurrir.?". Por toda respuesta, la chica asintió con la cabeza. Leo bajo la suya y permaneció en silencio.

Por varios minutos, ninguno de los dos dijo nada, perdidos en sus respectivos pensamientos. De pronto, Muffy pareció volver a la vida.

"Pero... no hay necesidad de preocuparse antes de tiempo... ", comenzó, algo vacilante, sin saber si trataba de convencerlo a él, de convencerse a sí misma o de ambas cosas a la vez.- "Cuando Llegue el momento, nos haremos cargo..."- Leo sonrió débilmente.

"Ya veremos..." dijo, extendiendo el brazo y ofreciéndole su mano.

"Cuídate...", le dijo con una mirada algo temerosa en su rostro. Muffy aceptó su mano y la apretó con fuerza en la suya. Leo puso su otra mano sobre ésta, envolviéndola, la que fue cubierta finalmente por la mano restante de la chica, formando un complicado enredo. Ambos se miraron y rieron.

"No te preocupes por mi, estaré bien...", Muffy guardó silencio entonces y lo miró seria. "No te diré adiós porque sé que no tardaremos mucho en volver a vernos..."

"Lo sé."

"Quisiera poder decir que me alegra... pero tu y yo sabemos lo que eso significará...". Leo asintió. "Pero, pase lo que pase... estaremos juntos."

"Eso también lo sé".- Respondió Leo con seriedad. La chica asintió y ambos soltaron sus manos. Leo retrocedió un par de pasos y se inclinó profundamente, la chica esperó hasta encontrar sus ojos y le sonrió levemente, tras lo cual comenzó a subir las escaleras que la llevarían a la superficie.

Leo se quedó mirando hacia arriba, hacia la escotilla del drenaje, incluso después de que se cerrase tras la chica. Con un suspiro, dio media vuelta y comenzó su regreso a casa.

FIN! (pero continuará).

Así es, la historia no quedará hasta aquí...

Pero eso será más adelante.

Una vez más, gracias a todos mis reviewers. (en serio chicas, gracias a todas, realmente estimula escribir cuando hay interacción con los lectores, pero bueno...)

Aún así, no olviden dejar sus comentarios, me interesa mucho saber que les pareció este final.

Medeah out.