30. Jóvenes Rebeldes.

Los meses habían pasado y el incipiente calor propio del verano comenzaba a intensificarse en la ciudad. Eran mediados de Junio y después de tres agotadoras y estresantes semanas, habían terminado los exámenes. Dentro de unos días les darían las notas dando por finalizado oficialmente el curso, pero para todo estudiante –especialmente si eran del último curso- ya habían llegado las vacaciones.

-¿Pero lo viste? ¿Lo viste? -insistió, extasiado-Salté por encima de Gregory, esquivé a Murphy, le arrebaté el balón a Marvel y… ¡GOOL! ¡GOOL! ¡GOOL!

James, que representaba emocionado sus jugadas, se lanzó al suelo simbolizando al acalorado público que había presencia el último partido del curso esa misma mañana. Un partido que había llevado al equipo Griffindor a la victoria y por lo tanto, a conseguir la copa de la que todos presumían.

Lily, tumbada en el sofá de la casa Evans, aplaudió y victoreó al chico, que no tardó en acercarse a ella para hacerle cosquillas.

-¡Confiesa!-bromeó el joven Potter mientras la pelirroja se retorcía entre sonoras carcajadas-¿Soy el mejor? ¿Soy el mejor?

-¡Eres el mejor!-exclamó con la respiración entre cortada de tanto reírse.

James asintió satisfecho y se lanzó sobre ella, quien aun mostraba una alegre sonrisa en su rostro. Sus miradas volvieron a encontrarse y no tardaron en hacerlo también sus labios. El joven Potter se llevó las manos a los lados de la cintura de su novia para no aplastarla con su peso y ella rodeó el cuello del chico con sus brazos asegurándose que no escapase. Pero él no pensaba hacerlo. Estaban a gusto en los brazos del otro, relajados, seguros… Era por eso que desde que habían comenzado a salir ya hacía casi seis meses, esos encuentros se habían transformado en los mejores momentos del día.

El molesto reloj de pared que su madre se empeñaba en mantener y del que ella deseaba deshacerse, les sobresaltó cuando éste marcó las cinco de la tarde.

-No se si alguna vez te lo he dicho… pero odio ese reloj-murmuró James, con el sonoro ruido taladrándole los oídos.

-Si, yo también-corroboró la pelirroja, intentando quitarse a su novio de encima- Bueno, James, tienes que irte.

-¿Eh?

-Que te vayas- repitió, reincorporándose y señalando el reloj con aire evidente-Son las cinco.

El joven miró de nuevo el reloj y comprobó que, efectivamente, eran las cinco de la tarde.

-¿Y?-inquirió, desconcertado.

-El baile-le recordó, cogiéndole de la mano y guiándole hasta la entrada- ¡Tenemos que arreglarnos!

-¡Pero si aun faltan cinco horas!

Sin embargo la joven Evans no comentó nada acerca de ese pequeño detalle. Tan sólo se limitó a abrir la puerta, darle un rápido beso a su novio en los labios y empujarlo fuera de la casa.

-¡Te quiero!-exclamó, antes de cerrarle la puerta en la cara.

-Si, de eso no me cabe la menor duda- comentó el chico, sarcástico, alejándose del lugar con las manos en los bolsillos de su pantalón.

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-Si sólo serán unos días- insistió Dafne, suplicante- Venga, por favor.

-No se… es que no parece una buena idea- se negó, reacio.

-¿Cinco días en una casa de Cambridge no te parece una buena idea?-cuestionó, escéptica.

Remus guardó silencio y la joven Brown suspiró al otro lado del teléfono. No entendía porque el chico se negaba con vagas excusas a ir unos días con ella y los amigos de su hermano a su casa de Cambridge. Era un lugar muy bonito, se comía bastante bien y podrían gozar de toda la libertad que quisieran.

Pero lo que no sabía Dafne es que el único motivo por el que Remus no había aceptado nada más proponérselo, era la presencia del hijo mayor de los Brown o lo que era lo mismo, de su guardaespaldas privado a quien ella llamaba hermano. Y es que, desde que se había percatado de la buena relación que había entre el joven Lupin y su hermana pequeña, Remus sentía sus penetrantes ojos azules en la nuca desde que entraba hasta que salía de la casa Brown.

Al principio pensó que eran imaginaciones suyas, pero cuando un día se le ocurrió rodear con un brazo a Dafne mientras veían una película sentados en el sofá y el mayor de los Brown le avisó al salir que la próxima vez que pasase eso se la cortaría, confirmó que tenía un problema.

-Pues vale, si no quieres venir no vengas- sentenció la chica, enfadada-Ya me buscaré yo quien me haga compañía.

-¿Pero no vas a insistirme más?-preguntó un poco picado, dejando salir ese deje infantil a la luz.

-Lo siento, pero tengo que ir arreglarme.

-¿Ahora?

-Pues claro ¡Y ya se me hace tarde! -contestó, exasperada-¡Es que siempre me entretienes Remus Lupin!

Con una expresión de incredulidad aun en el rostro, el chico colgó el teléfono con resignación. Si al final la culpa iba a ser suya.

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Cogió su bolso vaquero y, tras mirar una vez más el reloj que había encima de la televisión, se dirigió hacia la salida en el preciso instante en el que la puerta se abría mostrando el rostro sorprendido de Sirius.

-¡Katy!-exclamó, entrando y cerrando la puerta tras de si- No esperaba encontrarte aquí.

-He venido a asegurarme que lo tuvieses todo preparado-contestó, con las manos en las caderas y el entrecejo ligeramente fruncido- Me habías dicho que ya habías planchado la camisa y el traje.

-Y lo he planchado-mintió, con una sonrisa culpable.

-Ya lo veo-Ironizó la morena, haciendo a su novio a un lado para llegar hasta la puerta- En fin… el traje lo he dejado sobre la cama y la camisa está en su percha-añadió, volviendo a girarse hacia su novio-Te he limpiado los zapatos y te he comprado un par de calcetines nuevos. Por cierto, sobre la corbata…

-Ya te he dicho que no voy a llevar corbata –le recordó resignado- ¿Quieres no agobiarte? Comenzamos a parecer un matrimonio –sonrió divertido, cogiéndola del brazo y atrayéndola hasta él- Anda ven.

Sin borrar la sonrisa de su rostro, acarició las mejillas de la chica con sus manos antes de acortar lentamente la distancia que separaba sus labios. Katrina se dejó besar y guiar hasta el sofá, pero cuando calló sobre el mullido cojín, volvió a la vida real.

-¡No! ¡No! ¡No!-exclamó golpeando el pecho del chico, que se encontraba sobre ella- ¡Quita! ¡Quita! ¡Quita!

-¡¿Pero qué pasa?!-preguntó Sirius alterado, mirando hacia todos lados.

-Pasa… que llego tarde-contestó, dirigiéndose de nuevo hacia la puerta.

Pero el chico la interceptó y volvió a besarla ante la mirada recriminatoria de Katrina. ¿Por qué tenía que hacer eso? Podía tener fuerza de voluntad, pero no la suficiente cuando sentía los labios de Sirius sobre los suyos.

-Venga, quédate un rato que me tienes abandonado-susurró el chico, besando sus hombros desnudos-Que desde hace tres semanas, cuatro días y…

-Será mejor que no me digas las horas ni los minuto porque voy a comenzar a pensar que tienes problemas-le advirtió, separándose-Te recuerdo que solo faltan cuatro horas para el baile y aun no hemos empezado a arreglarnos.

El joven Black la miró incrédulo. Esa actitud no era propia de su novia. Katrina no era de esas chicas que necesitaba horas para arreglarse, es más, normalmente tardaba él más que ella. ¿Sería un mal augurio?

-Estoy bien- aseguró la chica, exasperada- Y estaré mucho mejor cuando vengas a recogerme a las nueve a casa. ¡No llegues tarde!

-Pero Katy…

Con la palabra en la boca y sintiéndose claramente ignorado, vio el oscuro cabello de la morena perderse tras la puerta.

'Genial' pensó, dejándose caer sobre el sofá.

Sin embargo un par de minutos después y ante la sonrisa esperanzadora del chico, el timbre sonó consiguiendo que se reincorporase sobresaltado. ¿A caso habría cambiado de opinión?

'Por mucho que lo niegue, no puede resistirse a mis encantos' Bromeó, agradeciendo que la morena no pudiera leerle los pensamientos.

El joven Black se arregló la camisa y se miró en el espejo antes de abrir. Pero no era Katrina quien estaba al otro lado de la puerta. Sus dos mejores amigos, Kevin, Nick y Mark le miraron con complicidad y suspiraron resignados.

-Mujeres-Se limitaron a decir, al unísono.

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Tras rodear su cuerpo con esa perfumada toalla blanca y secarse un poco la cabeza con una más pequeña, Katrina cogió el peine y comenzó a desenredarse el cabello sin molestarse en disimular alguna que otra mueca de dolor debido a los numerosos tirones. Pero era lo malo de tener el pelo tan largo.

La verdad es que estaba emocionada. Esa sería su primera y única fiesta de instituto y no era porque no la hubiesen invitado para asistir antes, no, sino que los merodeadores durante esos últimos cursos se habían encargado que no llegasen a hablar con ella y si lo hacían, que no tardasen en cambiar de opinión. Las fiestas de graduación en el instituto Griffindor eran legendarias, según había oído, y la única forma de asistir si no eras tú quien te habías graduado era que te invitase alguien del último curso. Como era el caso de Dafne y Marian.

Aliviada, dejó el peine en su sitio y tras recoger sus cosas salió del baño. Descalza, caminó hacia su habitación y cerró la puerta al entrar. Sus labios se curvaron en una ligera sonrisa al ver el bonito vestido que había sobre su cama. Estaba claro que su madrina sabía sorprenderla y junto al Diario de su madre que meses atrás le había dado, ese vestido era uno de los mejores regalos que había recibido nunca.

Lorein tosió de nuevo y siguió buscando entre las cajas mientras la joven Turner la observaba sentada en los peldaños de la improvisada escalera. Hacía años que no subía al desván de los Potter, pero estaba tal y como lo recordaba. Lleno de polvo y cajas de cosas inservibles y recuerdos.

-¿Se puede saber para que me has traído aquí?-preguntó Katrina, aburrida- Si me dijeses que estás buscando por lo menos podría ayudarte.

-Aquí está-la interrumpió, emocionada- ¡Te va a encantar!

La joven Turner se reincorporó y se acercó a ella. De cuclillas y con cuidado de no estropear nada, sacó una caja de madera forrada de terciopelo rojo con un cierre bastante oxidado que chirrió al abrirlo. En su interior y envuelto en una bolsa de plástico transparente para asegurar su conservación, se encontraba doblado un precioso vestido blanco que Lorein no tardó en sacar para que lo pudiesen contemplar en todo su esplendor.

-Es… precioso-murmuró Katrina, sin saber muy bien que decir-¿Es tuyo?

-De tu madre-sonrió, mirándola- Lo llevó en nuestro baile de graduación y he pensado… que a lo mejor también te gustaría llevarlo a ti.

La morena la miró sorprendida y sonrió al cogerlo ella misma para mirarlo más de cerca. Era el vestido más bonito que había visto nunca, lleno de pequeños detalles y brillos que la enamoraron. Pero parecía ser demasiado caro para alguien como su madre. Si no recordaba mal, sus abuelos maternos eran gente muy humilde y jamás podría haberse permitido comprar un vestido como aquél.

-Fue un regalo de tu abuela paterna-contestó, cuando Katrina le manifestó sus dudas- Quería mucho a tu madre y como nunca le había regalado nada, mandó hacer un vestido especialmente para ella –Añadió, encogiéndose de hombros- Los Turner estaban muy bien situados económicamente hablando. Podían permitirse un capricho como este de vez en cuando- apremió, empujándola hacia la salida- Venga, ve a probártelo. A ver como te queda.

Lo cierto es que habían tenido que hacerle unos arreglos. Su madre tenía más pecho que ella a su edad y era un poco más bajita. Pero salvo por esos detalles el vestido le quedaba como un guante. ¡Estaba deseando que Sirius la viera!

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-Cuidado con el recogido- le avisó su madre, ayudándola a ponerse el vestido-¡Ay, hija! Estás preciosa.

-Mamá…-reprochó Lily, avergonzada.

-¿Pero qué quieres que haga? ¡No puedo evitar emocionarme!- se excusó la señora Evans, intentando reprimir las lágrimas- Venga, vamos a pintarte. Hay que resaltar esos preciosos ojos que tienes.

La pelirroja sonrió resignada y siguió a su madre hasta el tocador. Se sentó en el pequeño taburete acolchado con cuidado de no arrugarse el vestido y su madre comenzó a maquillarla con esmero.

-¿Y dices que no vas a venir a dormir aquí?-preguntó la mujer, intentando no parecer demasiado interesada-¿A dónde vas?

-A la casa de campo de los Potter-contestó, intentando no moverse- Aunque no se para que. James dice que quiere darme una sorpresa.

La señora Evans apretó los labios intentando contenerse, pero por muy vergonzosa que fuera la situación, era su obligación de madre advertirla.

-Se que no debo meterme pero…-comenzó, intentando buscar las palabras adecuadas- Espero que seáis cuidadosos.

-¿A qué te refieres?-inquirió Lily, sin comprender.

-Ya sabes-contestó, algo incómoda- Hay que tomar siempre precauciones. Aun sois muy jóvenes y…

-¡Mamá!

La joven Evans, descartando la necesidad de usar colorete, miró hacia otro lado avergonzada. ¿Su madre estaba insinuando lo que ella creía que estaba insinuando?

-Si yo lo entiendo, de verdad- aseguró la mujer, tragando saliva- Sois jóvenes y si os queréis…

-Por favor, vamos a cambiar de tema –rogó, con el corazón latiendo a toda velocidad.

La señora Evans se mordió el labio inferior y siguió maquillándola. Durante varios minutos ninguna de las dos habló, pero la mujer no tardó en romper de nuevo el incómodo silencio.

-James es un gran chico-Comentó, con una ligera sonrisa en el rostro- Siempre me ha gustado para ti ¿Sabes? –Recordó, nostálgica- Cuando estuviste tan mal el año pasado por esta época, Katrina y él nos ayudaron mucho a tu padre y a mí –añadió-Creo que es el único motivo por el que Frank no le ha sometido a ningún interrogatorio. Te merece y ha demostrado muchas veces lo mucho que te quiere.

-Lo se- suspiró, bajando la mirada- Tan sólo espero poder hacerle feliz.

-Estoy segura de ello-asintió la señora Evans, obligándola a alzar la mirada-Pero hoy sólo tenéis que preocuparos de disfrutar en esa fiesta al máximo. Y ya sabes…- sonrió, volviendo a emplear ese tono casual que le ponía a Lily los pelos de punta- … pase lo que pase en esa casa de campo, sed cuidadosos.

-¡Mamá!

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Guardó la cuchilla de afeitar en su sitio y con una toalla alrededor de la cintura, entró en su habitación. Tal como le había dicho Katrina, el traje estaba sobre la cama y al lado de éste, extendidos y aún unidos por la etiqueta, los nuevos calcetines. En el suelo y a los pies de la cama se encontraban los relucientes zapatos negros que posiblemente él nunca hubiese limpiado antes de ponérselos.

-Manías femeninas, supongo- murmuró, encogiéndose de hombros.

Bostezó una vez más y tras estirarse, se dirigió hacia la pequeña mesita de noche y sacó unos boxer limpios que no tardó en ponerse. Frente a él y en la percha que colgada del pomo del armario, se encontraba la camisa perfectamente planchada, nada que ver con las evidentes arrugas que tenía la última vez que la había visto. Definitivamente Katrina había hecho bien en ir.

Ante el simple recuerdo de su novia, sus labios se curvaron en una ligera sonrisa que le hizo recordar la sorpresa que le tenía preparada. Saltando por encima del montón de ropa sucia que había dejado en la entrada de la habitación, caminó hacia el centro del salón y buscó el sobre que días atrás había escondido en el único lugar donde la joven Turner no miraría: sus revistas de motos.

Entre las páginas de una de ellas y dentro de un sobre blanco en cuya cara ponía 'Lo prometido es deuda', se encontraban dos billetes de avión a nombre de Katrina y de él mismo.

-Porque lo prometido es deuda-repitió, llevándose el sobre a su habitación.

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-Tú haz caso al experto-insistió Alan, repitiendo los pasos de baile tras él- Vamos, sígueme. Un, dos tres… un, dos, tres…

-Papá, no es por atentar contra tu orgullo pero te recuerdo que cada vez que bailas con mamá, la pobre se pasa varios días cojeando-señaló, anudándose la corbata.

El hombre le miró ofendido, dispuesto a replicar, pero la repentina entrada de Lorein en la habitación captó su atención.

-Tu querido hermano al teléfono-informó, haciendo una mueca de disgusto- ¿Te puedes creer que me ha asegurado que la última vez que nos vimos me encontró más envejecida?

El señor Potter negó con la cabeza y, tras darle una palmadita a su hijo en la espalda y un beso a su mujer, salió de la habitación con una sonrisa resignada en el rostro.

-¡Será idiota!-exclamó, llevándose las manos a la cadera- Ya me ha puesto de mal humor.

-Mamá, ¿Qué pasó entre el tío Howard y tú para que estéis siempre discutiendo?-Preguntó el chico, poniéndose la chaqueta del traje.

La mujer, que pareció percatarse por primera vez que su hijo estaba allí, chasqueó la lengua, molesta. La verdad es que prefería no hablar del tema. Aun se irritaba cada vez que recordaba como había empezado todo.

Todo ocurrió la semana siguiente a su graduación. Tenía la edad de su hijo y sus suegros la habían invitado junto a Christine a pasar un fin de semana en la famosa casa de campo. Ambos querían conocer mejor a sus nueras y dispusieron dos habitaciones: una para las dos chicas y otra para sus hijos. Alan le había dicho que dormiría en la primera cama y ella, ingenuamente, quiso hacerle una visita a media noche para darle una sorpresa.

Con cuidado de no despertar a nadie, entró en la habitación de su novio y se metió en la primera cama. El chico estaba de espaldas y lo único que pudo distinguir era el alborotado pelo propio de los Potter y una espalda fuerte a la que abrazarse.

-Cariño… -llamó, soplándole en la nuca-Aun no me has dado mi beso de buenas noches.

-Y no pienso dártelo-contestó una voz grave, sin inmutarse-Lo siento, pero no eres mi tipo. Tienes muy pocas tetas.

Aun se sonrojaba de la vergüenza y apretaba los puños presa de la ira. Y es que mientras que para ella la cama que había nada más entrar a la habitación era la primera, para Alan había que cortar desde la ventana. La diferencia de conceptos la había llevado a meterse en la cama de Howard y éste, haciendo honor a su caballerosidad, no solo se había conformado con sacar a la luz uno de sus principales complejos cuando era joven, sino que encima se le ocurrió contarlo durante el desayuno como comentario matutino. Había quedado ante sus suegros como una pervertida y durante semanas Christine no dejó de mirarla con recelo. Temía que quisiera hacer un intercambio de Potter's.

-Creeme hijo…-suspiró, resignada- … no querrías saberlo.

El joven Potter se encogió de hombros y siguiendo a su madre salió de la habitación en dirección al baño. A ver que podía hacer con ese pelo suyo.

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-¡Vamos papá!-apremió, bajando las escaleras de su casa- No quiero llegar tarde.

-Ya voy, ya voy-contestó el hombre, poniéndose los zapatos.

El joven Lupin miró una vez más el reloj y suspiró desesperado. Tenía que ir a recoger a Dafne y como siguiese así llegaría tarde. Se acercó al espejo que había en la entrada y se peinó de nuevo el cabello con los dedos. Sabía que no había motivo, pero estaba nervioso.

-Ponte bien el cuello de la camisa –dijo su madre haciéndole un gesto con la mano-Y abróchate los botones de la chaqueta.

-¡Mamá, me estoy asando!-protestó, cuando la mujer se acercó para abrochárselos ella misma- No te preocupes, lo haré antes de la foto.

La mujer hizo una mueca de disconformidad y su hijo le dio un beso en la mejilla para contentarla. La señora Lupin sonrió y, con el rostro del chico entre sus manos, le miró orgullosa.

-Estás guapísimo.

-Eres mi madre… para ti siempre estoy bien –rió.

-Entonces espera a que te lo diga esa chica-comentó, guiñándole un ojo- Seguro que a ella le haces más caso.

Remus miró al techo con resignación, intentando ocultar el sonrojo de sus mejillas. Aunque él le había negado numerosas veces sus suposiciones, su madre sospechaba que entre su único hijo y Dafne Brown había algo más que amistad. No es que se equivocase precisamente, pero cuando un día presentó a la chica como su nuera frente a sus amigas, ratificó que su madre pensaba que iban más allá de la amistad, mucho más allá. Claro que… después de esa noche, esperaba poder confirmárselo.

-Bueno hijo-intervino su padre, sacándole de sus pensamientos- ¿Nos vamos?

-Si, vamos-asintió, girándose hacia su madre- Mamá…

La mujer le abrazó y comenzó a llorar. El chico, asustado, le dio palmaditas en la espalda mientras buscaba la mirada de su padre con desesperación.

-Venga mujer, que no se va a la guerra.

-¡Claro que no, bruto!-exclamó la aludida, separándose finalmente- Es que siempre he sido muy sensible y estos momentos me emocionan tanto… Pásatelo bien, cariño.

Remus asintió y, tras darle un último beso a la mujer, abandonó la casa seguido de su padre. Si su madre se ponía así por un baile, no quería verla si llegaba a casarse.

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Se apartó el pelo con cuidado y frente al espejo se puso el último pendiente. Era sencillo, redondo, pequeño y transparente, y se pegaba al lóbulo de la oreja dándole un toque mucho más elegante. Sin duda era el complemento perfecto.

Katrina se miró una vez más en el espejo y satisfecha con el resultado, buscó su pequeño bolso blanco entre sus cosas. La habitación estaba echa un desastre así que no fue una sorpresa que sin querer tirase la pila de libros que estaban en el borde de su escritorio.

Gruñendo por lo bajo y con cuidado de no mancharse el vestido, se agachó para recogerlos. Pero uno de ellos llamó su atención. Un cuaderno de terciopelo que sobresalía entre el resto. El Diario de su madre.

-Cuanto tiempo.

Con una triste sonrisa en el rostro lo cogió. Pasó las desgastadas páginas una a una, esta vez no con esa incertidumbre que la había atormentado durante semanas. Ahora conocía mejor a sus padres y también a ella misma.

Pero una extraña expresión apareció en su rostro cuando llegó a la última página. De la tapa trasera, que al parecer se trataba de un cajón de doble fondo, sobresalía un folio no tan desgastado como las páginas de ese diario pero si un poco amarillento. Despegó un poco más la cartulina y sacó una hoja doblada en varias partes que no tardó en extender.

La ya conocida caligrafía de Kathleen Turner la sorprendió. ¿Una carta de su madre? ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

Querido Diario:

Han pasado ya diez años desde que escribí por última vez en tus páginas. En ese momento pensé que el mundo se me había venido encima, que mi vida estaba destrozada, al igual que mis sueños, al igual que mi corazón… Nunca pensé que podría recuperarme, que saldría adelante, que volvería a enamorarme…

Diario… soy feliz, soy realmente feliz. Estoy casada con el hombre más maravilloso que hay en el mundo y le quiero, le quiero con locura. Me ha dado un hogar, paz, estabilidad y una familia, mi propia familia. Pero sobre todo, me ha dado el mejor regalo de todos: una hija. Una hija preciosa que nos ha devuelto la vida a los dos.

¿Qué podría decirte de ella? Se parece tanto a su padre… Es inquieta y muy curiosa y, para ser tan pequeña, tiene demasiado carácter. Y sino que se lo digan a James, el hijo de Alan y Lorein. Si, Diario, ¡Se han casado! Y es que, aunque se pasan la mayor parte de tiempo haciéndose rabiar, se quieren con locura. Son nuestros mejores amigos y me alegra comprobar que el pequeño James y mi dulce Katy se llevan tan bien. Muchas veces Lorein y yo hemos bromeado pensando en la posibilidad de ser consuegras en un futuro, pero algo en mi interior me dice que eso no va a pasar, no si el hijo de Orion está cerca.

Diario, ¿Por qué me estremezco cada vez que la veo jugar con Sirius Black? ¿Por qué me late tanto el corazón cuando los veo cogerse de la mano? ¿Será la maldición de los Black? ¿O la de las mujeres que llevan mi sangre? Lorein piensa que estoy paranoica y quizás tenga razón, pero no me puedo quitar la idea de la cabeza.

Mi pequeña Katrina… ¿Qué le deparará el destino? Sea cual sea espero que sea feliz y sobre todo, espero que ningún Black se interponga en su camino. No si la va a hacer infeliz.

Ya oigo las risas en la planta baja, creo que debo ir despidiéndome. Jake y Katy me están llamando para ir a jugar. Hoy es domingo y le prometí a Katrina que si se comía las verduras la llevaríamos al parque.

Ahora, después de tanto tiempo, sólo te puedo decir una cosa: Gracias. Gracias por ser cómplice de mis alegrías y mis penas, gracias por todos los años que has estado conmigo, pero ahora tengo una familia y es el turno de que comparta esos sentimientos con ellos. Diario, soy feliz, y aunque mañana fuera el fin de mis días, estaría satisfecha con mi vida por corta que fuese. He conocido el amor y he dado vida, ¿Qué más puedo pedir?

Kathleen Turner

Se levantó lentamente y se sentó sobre la cama, confundida. Pensaba que había resuelto todos los enigmas de su pasado, pero al parecer aun quedaban algunas preguntas que causaban su incertidumbre.

-¿Ya has terminado de arreglarte?-preguntó Lorein, entrando a la habitación. Pero no tardó en percatarse del estado de su ahijada- ¿Qué ocurre?

-Mira esto.

La joven Turner le extendió la carta y la mujer la cogió, desconcertada. Mirando de reojo a la chica, la leyó lentamente.

-El día de mi cumpleaños, cuando fui a su casa, el señor Black me dijo que mi madre le había perdonado-murmuró, aun sentada sobre la cama- Pero en esta carta dice…

-Tu madre le perdono, cielo- aseguró, sentándose al lado de ella.

-Pero ahí pone que…

-No te quedes sólo con las palabras, intenta ver más allá –le aconsejó, dejando la carta sobre la cama- Aunque tanto tu padre como nosotros no estábamos de acuerdo con su decisión, Orion parecía realmente arrepentido cuando fue a verla.

-Pero hay algo que no entiendo-admitió, mirándola- Aunque le hubiese perdonado, después de todo lo que los Black le habían hecho, ¿Por qué seguisteis manteniendo relación con ellos?

-Porque Walbulga temía que un día tu madre contase a la prensa lo que el hijo de uno de los directores de empresas más importantes del país había hecho –Suspiró- Se informó a que parque íbamos tu madre y yo contigo y con James y durante unos meses estuvo yendo a diario. Así es como conocisteis a Sirius. Después fue su institutriz quien le llevaba.

Katrina asintió y quitándole la carta a su madrina, la dobló y la metió en el Diario que dejó sobre la estantería.

-Mi madre no quería que yo acabase con un Black, temía que me enamorase de Sirius –inquirió, aunque parecía más una afirmación- Mis padres no aprobarían que yo estuviese con él ¿verdad?

-Tus padres sólo querrían que fueses feliz-Suspiró-Si Kathleen escribió eso fue simplemente porque temía que Sirius siguiese los pasos de su padre y… porque desde niños siempre ha habido una conexión especial entre tú y él. –añadió, reincorporándose y abrazándola- Sirius es un gran chico y nunca te haría daño conscientemente, te quiere de verdad. Tus padres aprobarían tu decisión de estar con él. Estoy convencida.

Katrina cerró los ojos y reflexionó durante unos segundos hasta que finalmente se giró lentamente buscando la mirada de su madrina.

-Si, tienes razón- Asintió, con una triste sonrisa en el rostro- Pero aunque no fuese así, yo no dejaría a Sirius por nada del mundo. Ahora no.

-No me cabe la menor duda-rió Lorein, enternecida- Pero ahora deberías terminar de arreglarte. Sirius no tardará en llegar.

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Carraspeó un par de veces intentando aclarase la voz y tras hacer un par de ejercicios de relajación de hombros y cuello, tocó el timbre. La puerta no tardó en abrirse mostrando a un chico alto, castaño y de penetrantes ojos azules que en esos instantes se entrecerraban amenazantes.

-Hola-saludó Remus al primogénito de los Brown- ¿Está Dafne lista?

-Mira mequetrefe…- le advirtió, golpeando el pecho del chico- … como le pongas una sola mano encima a mi hermana, te aseguro que haré de ti pasto de los peces.

El joven Lupin frunció el entrecejo y deshaciéndose del dedo que le acusaba como si se tratase de una mota de polvo, le miró. Lo había decidido. Si esa noche las cosas salían como tenía pensadas, tarde o temprano tendría que enfrentarse al chico así que ¿Por qué no hacerlo ahora?

-Vaya, menuda amenaza tan original-sonrió Remus, divertido-Oye, entiendo que sea tu hermana pero te aseguro por propia experiencia que no vas a poder alejarla de los hombres eternamente. No vas a poder vigilarla siempre y a mi tampoco.-añadió- De verdad Brown, dame un boto de confianza. No pretendo hacerle nada con tu hermana que no harías tú con tu novia. No te preocupes.

-Precisamente es por eso por lo que me preocupo-admitió el chico, haciendo una mueca de disconformidad- Está bien Lupin, si no me queda más remedio… pero te lo advierto, Dafne me ha dicho que vienes a la casa de Cambridge y ahí si te estaré vigilando.

-¿Eh?-Le miró, desconcertado- Yo todavía no he decidido si…

-¡Claro que viene!-exclamó una voz tras ellos- Voy a encargarme personalmente de ello.

Los dos jóvenes miraron hacia el interior de la casa y una expresión de sorpresa se formó en sus rostros. Frente a ellos y con una reluciente sonrisa, Dafne les miraba expectantes.

-¿Y bien?-apremió, ante la falta de los esperados halagos- ¿Os gusta?

Llevaba un vestido largo, rojo y de palabra de honor se que se ajustaba completamente a su torso resaltando parte de sus curvas. Su cabello castaño claro, que ahora le llegaba por la cintura, estaba liso y sólo algunas mechas caían sobre su frente dándole un aire mucho más interesante. Su maquillaje era sencillo al igual que sus complementos, como podían ser sus bonitos zapatos rojos que los cubría la mayor parte del tiempo el vestido.

-Si, no está mal- comentó su hermano encogiéndose de hombros pero planteándose seriamente el dejarla salir de casa- ¿Seguro que quieres ir? Mira que a Lupin le da igual ir sin pareja.

-¡Anda cállate!-bramó Dafne, golpeando a su hermano al pasar- Eres un aguafiestas.

-Y un mentiroso- añadió Remus, arriesgándose seriamente a ganarse el odio del joven Brown- Dafne, estás preciosa.

-Tú también estás muy bien- sonrió la chica, recorriéndole con la mirada.

El joven Lupin llevaba un traje oscuro al igual que su corbata, que combinaba a la perfección con su camisa en tonos dorados, resaltando a si el color de sus ojos.

-Y bien, ¿Nos vamos?

Remus le tendió el brazo a la chica y ésta lo aceptó gustosa. Tras despedirse del joven Brown, cruzaron la puerta y se dirigieron hacia el coche donde les esperaba el señor Lupin impaciente. Lo último que vio Remus antes de alejarse de la casa, fueron los penetrantes ojos del hermano de Dafne que les siguió con la mirada hasta perderse de vista.

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-¿Ya habéis metido todo en el coche?-preguntó Lorein entrando y saliendo del recibidor- ¿Seguro que no queréis que Alan os lleve?

-Mamá…-le reprochó James, resignado.

-Esta bien, esta bien-accedió, dándole las llaves del coche al joven Black- ¡Pero nada de carreras ilegales!

La mujer se dirigió hacia las escaleras y se perdió por los pasillos de la segunda planta en el preciso instante en el que Alan hizo presencia en el recibidor.

-¿Dónde está tu madre?-preguntó, bajando el tono de voz. James señaló al techo con un dedo y el hombre asintió- Bien, aquí tenéis las llaves de la casa de campo, una tarjeta con todos los números de emergencias y…

El señor Potter miró hacia los lados antes de sacar una pequeña caja de distintos colores que James aceptó desconcertado.

-¿Preservativos?-leyó, avergonzado-¡Papá!

-No hijo, nada de papá-Le reprendió en un tono de voz que hizo a Sirius sonreír- Un fin de semana,dos parejas en una casa de campo, solos y sin la presencia de adultos… -Les advirtió, pasando su mirada de uno a otro- ¡Usadlos! Porque ya sabéis lo que pasa cuando no se tienen precauciones.

-No te preocupes, lo he captado- le interrumpió el joven Potter guardándose la caja en uno de los bolsillos del pantalón, temeroso de que su padre volviese a contarles en que consistía la reproducción.

-Hay seis en la caja así que repartíoslos ¿Eh?

-No te preocupes Alan-intervino Sirius, sacando algo de su cartera- Tengo provisiones.

Una tira de sucesivos envoltorios con preservativos se deslizó hasta el suelo ante la sorprendida mirada de los dos Potter, que siguieron atentos con los labios entre abiertos el recorrido de la tira hasta que dejó de rodar por la fría superficie.

-¡¿Qué?! Estaban de oferta-se excusó.

James sonrió resignado mientras que el señor Potter, que no dejaba de decir monosílabos sin sentido a la par que movía los brazos con efusividad, sólo se obligó a recuperar la compostura cuando su esposa hizo presencia en el lugar.

-¿Le falta mucho?-preguntó el joven Potter mirando la hora en su reloj de muñeca- Vamos a llegar tarde y aun tenemos que pasar a por Lily.

-¡Ay James, no metas prisa!-exclamó su madre, mirando extrañada el tono blanquecino que había adquirido el rostro de su marido- Alan, ¿Te encuentras bien? Estás pálido.

-Si, si, perfectamente- se apresuró a contestar el hombre mirando discretamente a Sirius, quien había vuelto a guardar los preservativos antes de que Lorein se diese cuenta.

Pero un pausado taconeo en la segunda planta llamó la atención de los presentes. En el inicio de la escalera y con una tímida sonrisa en el rostro, la joven Turner les observaba.

Llevaba un vestido blanco, largo y elegante que rodeaba su cuello realzando su pecho y dejando la espalda completamente descubierta. La parte del vestido que se ajustaba a su torso, estaba decorada con finos brillantes que relucían a la luz, al igual que las tonalidades grisáceas que se podían percibir en el resto del vestido cada vez que la chica se movía. Como complementos llevaba unos guantes blancos hasta el codo también con esos ocasionales brillos grisáceos que combinaban a la perfección no solo con el pequeño bolso que colgaba alrededor de su muñeca sino también con los finos zapatos que los presentes solo pudieron ver cuando Katrina bajó la escalera.

Su habitual cabello largo y liso había pasado a ser un mar de bucles oscuros poco pronunciados que caían por su espalda resaltando sus finas facciones, ahora marcadas por un sencillo maquillaje que sólo confirmaba su buena combinación genética.

-Joder Katy ¡Estás guapísima!-exclamó el joven Potter cuando la chica llegó al final de la escalera.

-¡James! Cuida ese lenguaje- le reprendió su madre, mirando a su ahijada con adoración- Pero tiene razón ¡Estás preciosas!

-Si, preciosa- apoyó Alan, mirando a la morena con aprobación- Algo francamente preocupante. Es ahora cuando no me parece tan buena idea que paséis el fin de semana solos-añadió, más para si que para el resto-Y mucho más si hay ofertas de ese tipo

La joven Turner rió divertida, parada en el último escalón y apoyada en la barandilla. Pasó su mirada de unos a otros hasta que finalmente sus ojos marrones se encontraron con los azules del joven Black, que la miraban con una avidez que logró estremecerla.

-Gracias por los cumplidos-Sonrió-Pero el vestido de mi madre y el maquillaje tiene mucho que ver en esto.

-Tonterías-Lorein chasqueó la lengua antes de mirar al joven Black y fruncir el entrecejo- Y tú, jovencito, ¿Es que no piensas decirle nada a tu novia?

Con una fuerza oculta tras sus delgados brazos, empujó a Sirius hasta que éste quedó cara a cara con su novia, quien amplió esa sonrisa que se había formado en sus labios.

-Katy estás… estás…-Comenzó, intentando encontrar las palabras adecuadas pero sin dejar de hacer gestos evasivos con las manos-No se que decir.

-Entonces no digas nada-le susurró al oído antes de besar su mejilla- Para mí, ese es el mejor de los cumplidos.

La joven Turner bajó el último escalón y siguió a los demás hasta el comedor. Sólo Sirius permaneció unos segundos más en el recibidor, con los pelos de la nuca erizados y con el recuerdo de la sensual voz de Katrina acelerando el ritmo de su corazón.

-¡Venga Sirius!-llamó la señora Potter con una voz un tanto chillona-¡Te estamos esperando para las fotos!

Durante los siguientes diez minutos, los tres jóvenes se vieron obligados a posar como si estuvieran en una auténtica sesión fotográfica y ellos fueran los cotizados modelos. Una todos juntos, otra individuales, otra sólo los dos chicos… Y durante todo ese tiempo James sólo pudo pensar en una cosa: Lily iba a matarle.

-¡Vamos, vamos, vamos!-apremió James, montándose en la parte trasera del coche-¿Es qué no te bastaban cuatro horas para arreglarte como cualquier persona normal?

-Llevaba más de media hora lista cuando Sirius ha llegado-Puntualizó la morena, sentándose en el asiento del copiloto-Ha sido tu madre. Según ella para empezar la fiesta con buen pie hay que hacer esperar al chico.

-¡Genial!-exclamó el joven Potter, sarcástico- Porque es Lily quien me está esperando a mí.

-Bueno que, ¿Nos ponemos en marcha?

El joven Black entró en el coche y cerró la puerta antes de introducir las llaves en el conducto. Hacía mes y medio que se había sacado el carné de conducir y, aunque de momento no tenía coche propio, sabía que podía contar con el de los Potter siempre y cuando lo devolviese sin ningún rasguño. Algo que por cierto Alan le había recalcado en numerables ocasiones.

-Si, si quieres que siga con vida-Asintió James acalorado, aunque no tardó en contradecirse-¡Mierda, las flores! Creo que las he dejado en la cocina ¡Voy a por ellas!

Y tropezándose sin querer al salir, se alejó del coche y entró a la casa ante la sorprendida mirada de la pareja.

-¿Soy yo o James está un poco nervioso?-cuestionó Katrina, mirando por la ventanilla hacia la bonita casa Potter.

Pero el cálido aliento de Sirius en su nuca la obligó a girarse. A escasos centímetros de distancia, el chico la observaba con una ligera sonrisa en los labios.

-¿Sabes porque no encuentro las palabras adecuadas para decirte algo coherente?-Susurró, besando sus hombros desnudos- Porque no las hay para decir como estás esta noche.

-¿Estás intentando ligar conmigo? Te recuerdo que tengo novio -Rió, acariciando los labios del chico con el dedo pulgar-Aunque tú tampoco estás nada mal. Digamos… pasable.

-¿Sólo pasable?-Dudó divertido, abriéndose la chaqueta para demostrar lo bien que le quedaba la camisa.

Y lo cierto es que Katrina no podía discutírselo. Llevaba el traje negro y la camisa azul oscuro que le había planchado esa tarde, pero una vez puesto el conjunto ganaba bastante. Aunque nunca lo reconocería, Sirius tenía una muy buena percha. Con los primeros botones de la camisa desabrochados y ese aire de rebelde que la volvía loca, comenzaba a plantearse seriamente la posibilidad de saltarse los entrantes e ir directa al plato fuerte.

-Pero no te has puesto la corbata- señaló Katrina, chasqueando la lengua con resignación- ¿Por qué eres tan cabezota?

-¡Ya estoy!-Anunció James entrando al coche y cerrando la puerta de un portazo- Ahora Sirius, pisa el acelerador y no escatimes en multas.

-¿Qué quieres decir con eso?-inquirió su amigo, poniendo el coche en marcha.

-¡Qué corras!

Y con el chirrido de las ruedas al rozar el asfalto, los tres jóvenes se alejaron de la casa Potter a sabiendas que Alan no dormiría tranquilo hasta que no le devolvieran su coche. Sobre todo si había visto su salida desde la ventana.

SsSsSsS

Cuando Lily abrió la puerta de su casa a las diez menos cuarto de la noche, se encontró con un joven vestido con un traje negro y una camisa en tonos burdeos que combinaba a la perfección con la corbata del mismo color que la camisa, salvo porque ésta tenía distintos dibujos en dorado que le hacía mucho más elegante.

-Intentando comprar mi perdón ¿Eh?-Suspiró resignada, al encontrarse frente a frente con un ramo de flores en lugar del rostro de su novio- Tienes suerte de que no sea supersticiosa. Sobre todo después de lo que nos dijo tu madre.

-Lo siento, lo siento- se disculpó, bajando el ramo de flores para poder ver a la chica- Yo…

Pero no llegó a concluir la frase. Durante el tiempo que recorrió su cuerpo con la mirada la sorpresa se reflejó en su rostro antes de que una pícara sonrisa se formara en sus labios.

-Ya he encontrado otro motivo por el que esta noche no te voy a quitar los ojos de encima-murmuró, mirándola fijamente- Estás increíble.

Lily rió divertida y, acortando la distancia que les separaba, besó sus labios con dulzura.

-¿Ahora no te quejas de que te hayas tenido que irte antes?

¡¿Pero cómo iba a quejarse?! La chica estaba espectacular y estaba seguro que el sector masculino de la escuela estaría totalmente de acuerdo.

La joven Evans llevaba un vestido de tirantes combinado con distintas tonalidades verdes que se ajustaba bastante a su torso y en las que estaban bordadas pequeñas florecitas rojas hasta la cintura y sólo en la parte delantera del vestido.

Lily se dio la vuelta mostrando su espalda y consiguiendo que James asintiese con aprobación. Finas tiras verdes cruzaban la espalda de la pelirroja haciendo zip-zap mostrando parte de su tersa piel, la misma que al joven Potter le hubiese encantado acariciar.

Su cabello estaba recogido en un moño del que escapaban algunas mechas para caer sobre la frente de Lily, dándole un aire mucho más sugerente y resaltando no solo su maquillaje sino también esos preciosos ojos color verde esmeralda que miraban a James divertidos.

-Me alegro que te guste- Sonrió, satisfecha- Pongo las flores en agua y nos vamos ¿Vale?

El chico asintió distraído y la siguió con la mirada hasta que entró en la cocina. No supo si era porque estaba jugando con sus zapatos o porque estaba repasando mentalmente los preparativos para la sorpresa que quería darle a Lily, pero no notó que ya no estaba sólo en el recibidor hasta que Frank Evans habló.

-¡Señor Evans!-exclamó sorprendido, extendiéndole la mano- Buenas noches. ¿Cómo está?

-Bien, bien, muy bien-contestó el hombre, estrechando la mano de su yerno- ¿Preparado para el gran baile?

-Eso parece.

-De todas formas todos sabemos que en estos tipos de eventos el hombre no es más que un florero-Se resignó, encogiéndose de hombros- Toda la atención la reciben ellas. Al menos, claro está, que aparezcas desnudo. Ahí seguro que si que atraes las miradas.

El joven Potter sonrió y siguió observando detenidamente el recibidor. Estaba seguro que el señor Evans quería hablarle de algo y no podía evitar sentir cierto recelo.

-Sabes que Lily es una de las personas a las que más quiero en esta vida ¿Verdad?-musitó repentinamente el hombre, captando la atención del chico- Es mi hija pequeña y la adoro, así que comprenderás que me preocupe por su seguridad, por su felicidad.

-Desde luego-asintió el joven Potter, serio.

-Sé que te quiere, sé… que te quiere más que a nadie y si es así es porque eres un buen chico-Siguió, acercándose al joven y poniéndole una mano en el hombro- Si ella te ha dado una oportunidad, yo no soy nadie para oponerme. Tan sólo dime algo, ¿Puedo estar tranquilo? ¿Está en buenas manos?

-En las mejores-contestó con solemnidad.

El hombre sonrió satisfecho y, tras darle un par de palmaditas en la espalda, lo abrazó torpemente. Y fue así, abrazados, como Lily encontró a los dos hombres más importantes de su vida al volver al recibidor.

-¿Ha pasado algo?-preguntó la pelirroja, sorprendida-¿Ha llegado el fin del mundo y nadie me ha avisado?

Los dos aludidos rieron y se separaron entre miradas de complicidad. Lo que había pasado en ese recibidor sería un secreto que ni si quiera contarían a Lily. Un secreto entre suegro y yerno.

-¡¿Pero todavía no os habéis ido?!-interrumpió la señora Evans entrando a la sala con el entrecejo fruncido- ¡Pero mirad que hora es! Por cierto James…-añadió, mirando al chico con dulzura-… las flores son preciosas.

-Gracias-sonrió, haciendo un gesto afable con la cabeza- Bueno Lily, será mejor que nos vayamos. Sirius y Katrina nos están esperando en el coche.

La pelirroja asintió y abrazó a sus padres, que le susurraron palabras afectuosas al oído. Se alegraban tanto de que su pequeña hija hubiese vuelto a recuperar la sonrisa… Tenían que dar gracias, gracias a todos los que la habían apoyado, pero sobre todo gracias a su ahora yerno.

-Pasadlo bien- deseó la señora Evans cuando, tras coger su bolsa con lo que llevaría a la casa Potter, salieron de la casa cogidos de la mano.

Abrazados, el matrimonio vio como James la ayudaba a subir para después hacer él lo mismo antes de alejarse a toda velocidad de lugar.

"Si, está en buenas manos" pensó el señor Evans, cerrando la puerta de su casa.

SsSsSsS

Tuvieron que aparcar a varias calles del instituto y aun desde ahí podían sentir la música del baile resonando en sus oídos. Las calles estaban más transitadas que de costumbre y es que todos aquellos que podían no pensaban perderse la fiesta de fin de curso del instituto Griffindor.

-Vamos, dame una pista-rogó la pelirroja, agarrada al brazo de su novio- Aunque sea una pequeñita, por favor.

-No –contestó James, divertido- Eres un poco pesada ¿Lo sabías?

-Esta bien –Bufó, resignada-Esperaré.

El joven Potter sonrió y besó sus labios sin perder de vista a la pareja que caminaba delante de ellos. Sirius y Katrina, que cantaban a pleno pulmón atrayendo las miradas de los transeúntes, iban cogidos de la mano y sólo se giraron para mirarles cuando llegaron a las puertas del centro.

-¿Y donde habéis quedado con Remus y los demás?-preguntó la joven Turner, a quien ya le dolían los pies-Odio ponerme tacones.

-Yo apoyo eso-intervino Marian, haciendo una mueca de desagrado-¡Chicas estáis guapísimas!

-Vosotras también-Sonrió Lily, acercándose a sus amigas- Ahora mismo íbamos a buscaros.

-Es que os hemos visto llegar. Bueno, oído llegar – se rectificó Remus mirando a cierta pareja con complicidad- Se suponía que no debíamos venir bebidos.

El joven Black le miró con una sonrisa traviesa antes de cogerle del cuello para asegurarse de que no llegase peinado a la foto.

-Pero mira quien ha llegado tarde esta vez- se burló Cassidy, acercándose a la joven Turner- Pensé que esto nunca pasaría.

-¿Has llegado a la hora?-preguntó Katrina, sorprendida.

-Mucho más que eso. Con diez minutos de antelación.

-En cuyos diez minutos casi me cargo a un chaval que ha intentado ligar con ella en cuanto me he descuidado- le susurró Mark al joven Potter, un poco molesto- Hay mucho moscardón suelto esta noche. Tenemos que andarnos con cuidado.

James sonrió y asintió, de acuerdo. Con lo guapas que iban las chicas esa noche, definitivamente no iban a quitarles los ojos de encima.

Cassidy llevaba un vestido negro de palabra de honor sin tirantes, que se ajustaba bastante a su pecho y que caía más libremente a partir de la cintura. Tenía el pelo suelto y su maquillaje era un poco más atrevido que el de sus amigas, resaltando sus bonitos ojos azules. Como complementos llevaba unos zapatos plata y un bolso del mismo color, además de un bonito colgante lleno de brillantes que llamaba mucho la atención.

Por otro lado Ruth llevaba un elegante vestido en tonos cobrizos y de tirantes con un discreto escote y la espalda un poco descubierta. Los zapatos, del mismo color que el vestido, combinaban a la perfección con el bolso negro de mano que llevaba. El cabello lo llevaba recogido en un moño despejando su rostro y resaltando, gracias al maquillaje, tanto sus ojos como sus labios.

-Y es ahora cuando comenzaran a piropearse unas a otras pasando olímpicamente de nosotros-comentó el joven Kelly, resignado, consiguiendo que el resto de los chicos asintiesen comprensivos-Que duro es ser hombre.

Otra de la que Nick no pensaba separarse -independientemente de los moscardones que rondaban por el lugar- era de su querida novia: Marian. La joven Grant llevaba un vestido rosa pálido con un único tirante formado por pequeñas flores en tonos fucsias al igual que las que había bordadas ocasionalmente a lo largo del vestido. Sus zapatos y su pequeño bolso eran del mismo color que las flores del vestido. Pero sin lugar a dudas lo que más llamaba la atención era su largo cabello ahora completamente rizado y adornado también con pequeñas flores en tonos fucsias y rosas, dándole un aire un poco más infantil.

-Bueno, que ¿No hay nada para nosotros?-Intervino Kevin fingiendo estar molesto y girando sobre si mismo en busca de halagos- Que no he estado arreglándome media hora para nada.

-Pues esa media hora te ha cundido, bombón-bromeó el joven Black con voz sensual y haciendo como si le arañase con la mano- Estás irresistible.

-Lo se- se mofó el aludido, guiñándole un ojo al chico- Es algo que viene de familia.

Tanto la joven Turner como Ruth se miraron con el entrecejo fruncido antes echarse a reír. Definitivamente esa noche Katrina se vería obligada a recompensar a su chico esa falta de carencias afectivas que había tenido que soportar durante tres semanas. Sobre todo si no quería que Sirius se viese obligado a buscarlas en su propio ex. Aunque en algo el joven Black no se equivocaba: Kevin estaba muy guapo, al igual que el resto de los chicos.

El joven Grant llevaba el típico traje negro con la camiseta blanca y una pajarita del mismo color que el traje y de sus brillantes zapatos. Era el mismo que había utilizado para su propia graduación hacia ya tres cursos aunque aseguraba que en esta ocasión estaba mucho mejor acompañado.

Nick llevaba un traje gris perla al igual que la corbata y una camiseta rosa que no le terminaba de convencer del todo, pero que su madre y Marian le habían suplicado que se pusiese para que fuese a juego con su novia. El chico, más que por complacerlas porque dejasen de insistirle de una vez, había accedido obligándola a prometer que si algún día se ponía falda escocesa no tendría que hacer él lo mismo.

Por el contrario la camisa de Mark era blanca haciendo que resaltase su corbata que era del mismo azul oscuro que el traje.

-Estaríais mejor sin ropa-comentó Marian con una sonrisa en los labios- O no.

Las seis chicas estallaron en sonoras carcajadas y sus acompañantes fruncieron el entrecejo. Menuda forma de empezar la noche, con la moral por los suelos.

-Bueno, deberíamos ponernos en marcha- aconsejó Ruth entrelazando sus dedos con los de su novio- Antes de entrar al gimnasio hay que hacerse la foto para el anuario.

Y era cierto. Para entrar a la habitación donde tendría lugar la fiesta, tenían que pasar antes por el flash de la cámara. Las parejas debían de colocarse delante de un gran fondo blanco en el que se podía ver inscrito la fecha y la promoción que se graduaba ese año y sonreír a la cámara.

-¿Qué pasa?-preguntó James a su novia, que no dejaba de mirarle con el entrecejo fruncido.

-Anda, ven-pidió la pelirroja, desordenándole el pelo con la mano- Te has echado demasiada spray y a mi tu pelo me gusta tal y como es.

-Eso es un gran consuelo-Sonrió el joven Potter, rodeando la cintura de Lily con uno de sus brazos y caminando hacia el soso fondo blanco- Nos toca.

Con una amplia sonrisa y aun rodeando a su novia por el brazo, el flash les cegó durante unos segundos antes de que pudiesen cruzar las puertas del gimnasio. Sus amigos, que habían pasado primero, observaban la decoración impresionados mientras Cassidy y Ruth sonreían satisfechas. Las dos chicas formaban parte del comité organizador y parte de ese resultado se debía a ellas.

-¡Qué bonito!-exclamó Dafne, mirando a cada uno de los rincones del amplio gimnasio- Nadie diría que es aquí donde nos obligan a hacer ciento cincuenta flexiones día si y día también.

Lo cierto es que todos pensaron lo mismo. El lugar estaba precioso y si no fuese por las barras de estiramientos que no habían podido retirarlas, se olvidarían completamente que ese era el gimnasio de su instituto.

En uno de los extremos había una amplia mesa de por lo menos diez metros de largo con un mantel dorado y otro más pequeño de color rojo encima, sobre el cual había todo tipo de refrescos y bebidas además de distintas cosas para picar.

Perpendicular a esa mesa había una gran tarima de madera con dos sillas bastante ostentosas sobre las que deberían sentarse el rey y la reina del baile para ser coronados. Era una tradición en todos los institutos de la zona y eran los propios compañeros los que debían elegir a sus dos representantes de promoción después de una selección previa llevada a cabo por el comité estudiantil.

Al lado de esa misma tarima y sobre otra un poco más alta, se encontraban tocando el grupo de música que el instituto había contratado para la fiesta. El grupo estaba formado por cinco jóvenes- tres chicos y dos chicas- que saludaron a Kevin con un gesto de cabeza.

-¿Les conoces?- preguntó Ruth, sorprendida.

-Si, algo así-respondió, haciendo un gesto con la mano para devolverles el saludo- El de la batería y el bajo van a mi universidad. Y la que canta pues… es mi ex novia.

La joven Halliwell dirigió su mirada hasta la chica y la observó detenidamente, recelosa.

-Pues la chica no está nada mal-comentó Sirius, mirando las largas piernas que mostraban la pequeña falda que llevaba- Nada mal. ¡Ay!- exclamó, mirando su pie adolorido después de que Katrina le pegase un gran pisotón- ¡¿Pero a que ha venido eso?!

-Por fin le voy a sacar utilidad a estos tacones- Se limitó a contestar, mirando sus zapatos satisfecha.

-Venga, venga, que tengo ganas de bailar-intervino el joven Lupin, frotándose las manos con emoción- Os voy a demostrar quien es el rey de la pista.

-Esa faceta tuya no la conocíamos-bromeó Ruth, riendo- Yo os aconsejo que vayamos primero a las urnas y votemos a los reyes del baile. Así ya tenemos una cosa echa.

-Además… -añadió Cassidy, mirando a dos de sus amigas con una sonrisa misteriosa- Os vais a llevar una gran sorpresa.

Las dos aludidas se miraron entre ellas desconcertadas antes de seguir al resto hasta una pequeña mesa, también con mantel dorado y otro rojo sobre las que había dos urnas del mismo tamaño en las que había que introducir el nombre de tu elegido. Pero no fue la sonrisa expectantes de la pareja que había detrás de la mesa lo que sorprendió al grupo, sino las diez grandes fotos en blanco y negro que colgaban de la pared debajo de las cuales había una pequeña placa con los nombres de cada uno de ellos.

-¡¿Pero qué…?!-comenzó la joven Turner mirando su propia foto, la misma que le habían hecho para la orla- ¿Y esto?

-Los cinco candidatos para rey y las cinco candidatas para reina entre las que estáis Lily y tú- explicó Ruth, emocionada-Nos enteramos ayer, pero nos prohibieron decir nada.

La pelirroja asintió comprensiva y volvió a mirar las fotos. En la primera hilera estaban los candidatos a rey del baile. Las sonrisas deslumbrantes de James, Remus y Tom Rygiel le contestaron al igual que las pícaras miradas de Sirius y Jhon Wilson. La verdad es que la elección no la sorprendió en absoluto. Después de todo no sólo formaban parte del equipo de fútbol del instituto sino que durante años habían formado parte del grupo de chicos más deseados por el sector femenino.

Al contrario que la elección de los chicos, la de posible reina del baile si que había sido una sorpresa. En realidad su propia candidatura era lo que la había sorprendido. Era cierto que a lo largo de esos últimos meses las felinas se habían echo mucho más populares –casi tanto como en la época en la que las perfectas estaban en su mayor esplendor- pero nunca barajaron la posibilidad de ser seleccionadas para ese puesto. Al contrario que Nadia o Nataly, en cuyas fotos estaban esplendorosas, para Katrina, Lily o la otra chica- Jenny Smith- a la que habían visto en u par de ocasiones por los pasillos, había sido algo inesperado.

-¿Y bien?-comenzó Sirius, mirando a la pareja que había al otro lado de la mesa- ¿Cómo va esto de votar?

-Tienes que coger dos trozos de papel y escribir en uno el nombre de tu candidato y en el otro el de tu candidata- explicó la chica, mirando al joven Black descaradamente- Cuando los eches en las urnas tacharemos el nombre de la lista para saber que has votado y a las doce de la noche sabrás si han ganado tus candidatos. –Inquirió, apoyándose en la mesa para mostrar parte del inicio de sus pechos- ¿Ya tienes claro a quien vas a votar?

-Si, creo que si- contestó Sirius sonriendo y aceptando el bolígrafo que la chica le ofrecía.

-¡Eh!-exclamó la joven Turner, arrebatándole el bolígrafo y bajando el tono de voz- Ni se te ocurra votarme a mí. Pon a Lily ¿Vale?

-Tranquila-murmuró divertido, cogiendo otro bolígrafo- No pensaba votarte a ti ni de casualidad. Los renacuajos como mucho pueden ser los reyes de los estanques no de un baile de fin de curso.

La morena frunció el entrecejo y sus amigos estallaron en sonoras carcajadas. Enfadada por el comentario y arriesgándose a quedarse sin pareja para el baile, flexionó la rodilla dispuesta a pegarle otro pisotón en el preciso instante en el que el chico que había al otro lado de la mesa la agarró del brazo, obligándola junto al resto a alejarse de la mesa.

-No podéis traspasar esta línea- señaló el chico, haciendo que el grupo mirase hacia el suelo- El voto es privado y tenéis que hacerlo de uno en uno.

-Ni que estuviésemos votando al presidente…-refunfuñó Mark.

Salvo Kevin, que no pertenecía al instituto, y Marian y Dafne por ser de cursos inferiores, todos fueron votando poco a poco. Faltaban menos de quince minutos para que retirasen las urnas y se hiciese el recuento de votos, pero como todavía contaban con más de una hora hasta el nombramiento de los reyes del baile, entre risas y bromas se dirigieron a la pista. Estaban dispuestos a bailar hasta el cansancio, pero sobre todo estaban dispuestos a hacer que esa noche fuera inolvidable para todos ellos. Era el Baile de fin de curso y, aunque no habían querido mencionarlo, todos sabían que después de eso nunca volverían a estar tan unido como esa noche.

SsSsSsS

-¡Muy bien chicos, lo estáis haciendo muy bien! –felicitó el vocalista del grupo, haciendo palmas con las manos al igual que el resto de la sala- Pero todavía hay mucha noche por delante y no estoy seguro si lograréis aguantar. ¡Vamos, demostradme de que pasta estáis hechos con esto!-retó, mirando a los distintos miembros de su grupo- Un, dos… ¡Un, dos, TRES!

Una canción con ritmo y muy pegadiza comenzó a sonar excitando a todos los estudiantes, que la habían reconocido nada más empezar. La canción de ese verano resonó en el gimnasio y los jóvenes sólo pudieron hacer una cosa: dejarse llevar por el ritmo y ponerse a bailar.

-Es una suerte que no toquen sólo temas propios-opinó Dafne, quien bailaba con el joven Lupin muy animada- ¡Me encanta esta canción!

-¡Muy bien, muy bien!-victoreó el vocalista con una amplia sonrisa en los labios- Pero veamos que tal se desenvuelven los chicos solos.

Los aludidos, que se habían alineado frente a sus parejas, comenzaron a bailar mientras las chicas les observaban entre risas. Eran movimientos un poco bastos pero que encajaban perfectamente con la música. Después de todo era parte de la coreografía del baile.

-¡¿Y nuestras chicas?!

Los chicos dejaron de bailar al instante y esta vez fueron ellas las que tuvieron que tomar el relevo. Con pasos mucho más sutiles y cargados de sensualidad, las chicas no tardaron en ganarse los halagos de sus acompañantes.

Con el estribillo de la canción las parejas volvieron a juntarse y no se separaron hasta que la canción llegó a su fin.

-Vamos a tomar algo-pidió Katrina intentando hacerse oír entre los aplausos de sus compañeros-¡Lily, ahora volvemos!

La pelirroja asintió y seguida de Sirius, la joven Turner se encaminó hasta la mesa de las bebidas.

-¡Uff, que calor!-exclamó, echándose un poco de ponche en un vaso de plástico- ¿Quieres?

-No, gracias- se negó el joven Black, mirando hacia la pista- Llevo ya tres y todavía no son las doce de la noche. –Comentó, repentinamente- El grupo es bueno ¿Verdad?

Katrina dejó de beber y miró hacia el grupo antes de observar detenidamente el perfil de su novio para no perderse su reacción.

-¿Hablas en general del grupo… o sólo de la cantante?

Sirius la miró sorprendido, sorpresa que no tardó en transformarse en diversión. Una sonrisa socarrona se formó en sus labios y Katrina frunció el entrecejo.

-Me encanta que te pongas celosa.

-No estoy celosa- aclaró la chica con falsa indignación- Después de todo, el cantante tampoco está mal. Quizás deberíamos proponerles un cambio de parejas.

El joven Black se tensó y carraspeó molesto consiguiendo que la morena riese. Era de esperar. A la hora de ser celosos Sirius la ganaba con creces.

-Yo no es por meterme, pero el chaval no es gran cosa- aseguró el joven Black mirando al cantante con cierto recelo- Creeme, saldrías perdiendo.

Katrina negó con la cabeza resignada y, tras dejar el vaso sobre la mesa, agarró al chico del cuello de la camisa y le beso. Sirius no tardó en responder aunque el beso no se prolongó demasiado.

-Oye, ¿Por qué no la sacas a bailar? –propuso la joven Turner, mirando hacia un punto en concreto al final de esa misma mesa.

Sirius se giró y una expresión de sorpresa se apoderó de su rostro. Con un bonito vestido azul intenso y un escote bastante atrevido, la joven Gray observaba la pista de baile, aburrida.

-¿A Nataly?

-No me mires así –pidió Katrina, rompiendo el contacto visual- Después de la semana que viene lo más probable es que no volvamos a ver a más de la mitad de nuestros compañeros y después de todos estos años, no vale la pena acabar así.

-¿Pero es que es necesario recordarte todo lo que nos ha hecho?

-Sé perfectamente lo que nos ha hecho, Sirius-le retó, seria- No te estoy pidiendo que la perdones porque yo tampoco voy a hacerlo, pero no somos nadie para castigarla. –añadió, extendiendo su mano para acariciar el rostro de su novio- Además, después de seis meses sin hablarle ya has dejado más que clara tu postura. Ahora tan sólo dejemos que la vida se encargue de ella. Tarde o temprano cada uno recibe lo que se merece y si Nataly Gray tiene que ser más duramente castigada lo será, pero no por nosotros.

Katrina deslizó poco a poco su mano del rostro del chico, pero antes de que se rompiese el contacto el joven Black la cogió de la mano, reteniéndola. Posiblemente si Alan o Lorein hubiesen estado ahí en esos momentos, habrían visto en esos dos jóvenes a sus dos mejores amigos. Sin saberlo, Katrina había empleado prácticamente las mismas palabras que su madre para explicar a su marido y ahora ella a Sirius, porque había aceptado el perdón de Orion Black. Fue en ese preciso instante cuando la joven Turner comprendió el proceder de su madre. No era que hubiese olvidado lo que los Black le habían hecho, sino que sabía que la vida ponía a cada uno en su sitio. Cada uno recibe lo que merece y, aunque Jake y Kathleen Turner habían tenido una vida breve, habían sido felices y eso era algo que Orion no podría decir jamás.

-¿Te he dicho alguna vez que eres la persona más maravillosa que conozco?-murmuró con una leve sonrisa, entrelazando sus dedos con los de ella-A veces me pregunto por que hemos tardado tanto en estar juntos. Estaba claro que teníamos que acabar así.

-No lo se-Katrina se encogió de hombres, sonriendo- Supongo que todo pasa por algo.

El joven Black chasqueó la lengua disconforme antes de besar la mano de su novia en señal de despedida. Carraspeó un par de veces para aclararse la voz y caminó hacia Nataly, quien le miró sorprendida.

-¿Te apetece bailar?

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Volvió a llevarse el vaso de plástico a los labios y de un solo trago lo dejó vacío. Un poco molesta por tener que apartar la mirada de cierta pareja que bailaba en la pista, se giró y volvió a llenarse el vaso con más ponche.

-Que te parece si nos escabullimos de aquí y buscamos un aula vacía-propuso una voz varonil cerca de su oído- ¿Qué me dices, nena?

-Que eres tú y no yo quien lleva varios litros de ponche esta noche –contestó Katrina, sarcástica.

Aunque no necesitaba darse la vuelta para saber a quien pertenecía la voz, no le quedó más remedio que hacerlo para no parecer una mal educada. La sonrisa de Jhon Wilson y su pícara mirada la recibieron con profunda satisfacción.

-¿Con quien has venido?

-Con Nataly-contestó Jhon señalando hacia la pista donde Sirius y ella bailaban- Te lo habría propuesto a ti, pero dudaba que aceptases. Aunque si llego a saber que ibas a venir así, lo hubiese intentado.

El joven Wilson la recorrió con la mirada tomándose varios segundos en analizar su escote de forma indiscreta. Katrina, que no tardó en percatarse de ello, le empujo levemente medio en broma medio en serio.

La verdad es que le sorprendía que el chico se dignase a hablar con ella. Desde que le había dado esa bofetada en las escaleras Jhon no había vuelto a comportarse igual con ella. Para ser sinceros, la había ignorado durante los dos últimos trimestres del curso. Ella lo achacaba a que había atentado contra su orgullo y no le había dado mayor importancia.

-¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres?

-Saber que es lo que le ves al primate de Black-contestó Jhon con simpleza- Eres demasiada mujer para él. Deberías replanteártelo.

-Quizás me gusten los primates-murmuró, guiñándole un ojo-Nos vemos.

Katrina le pasó su ponche y con una amplia sonrisa en el rostro hizo el ademán de alejarse de allí. Pero cuando tan sólo había dado unos pasos, la voz del joven Wilson la obligó a detenerse.

-¡Eh Turner!-llamó, brindando en su honor- En realidad tan sólo quiero que me tengas en cuenta cuando rompas con él. Así que llámame.

La aludida asintió y tras hacerle un gesto con la mano en señal de despedida se escabulló entre la multitud.

Jhon Wilson sonrió resignado y tras darle un par de sorbos más al ponche, se alejó de la mesa. Katrina Turner no sería suya. Nunca lo había sido.

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-¿Es que no te cansas?-preguntó el joven Lupin admirado, flexionando un poco las rodillas y apoyando las manos en ellas con la intención de coger aire.

-¡Para nada!- aseguró Dafne entre risas sin dejar de bailar- ¡Ay, esta canción me encanta!

-Ya, como las quince anteriores-comentó, sarcástico- Necesito un descanso.

-¡Anda, no te quejes tanto!-rió la joven, arrastrándole de nuevo a la pista de baile cuando éste intento marcharse- ¿Pero no decías que eras el rey de la pista?

El joven Lupin suspiró con resignación y se dejó llevar. Maldecía el momento en el que se le había ocurrido decir tal cosa. Con lo que le dolían los pies… ¡Y eso que no era él quien llevaba tacones!

A pocos metros de la pareja y en un sepulcral silencio solo roto por la balada que sonaba en esos momentos, Sirius y Nataly bailaban. Él la tenía agarrada de la cintura y ella de los hombros, muy cerca el uno del otro por lo que podían hablar sin tener que alzar la voz demasiado. Claro que ninguno de ellos parecía tener auténtico interés en iniciar una conversación.

-¿Por qué me has invitado a bailar?-preguntó la joven Gray, con la cabeza baja-Pensaba que no volverías a hablarme.

-Y no iba a hacerlo- admitió, haciendo que la morena se encogiese un poco, decaída-Pero no quería recordarte como la tía que había intentado joderme un poco más la vida.

Nataly asintió comprensiva y siguió bailando. Habían pasado ya seis meses desde que todas sus tretas para conseguir el amor de Sirius habían salido a la luz. Tal como había sentenciado el joven Black en el hospital, durante todo ese tiempo ni si quiera se había dignado a mirarla al menos que fuese para hacerlo con desprecio. No había olvidado lo ocurrido y ella tampoco.

Para Nataly Gray las cosas habían cambiado. El perder a Sirius y el que alguien le hablase con tanta claridad como lo había hecho Katrina, le habían abierto los ojos. Aun seguía siendo animadora y una de las chicas más populares del instituto, pero se había distanciado de Nathaza y en cuanto acabase el instituto rompería cualquier lazo que la uniese a ella yéndose de la ciudad. Quería ser modelo y gracias a algunos contactos de su padre, su debut tendría lugar la próxima primavera. Pero antes de irse, tenía que arreglar algunos asuntos pendientes.

-Lo siento-se disculpó, en un murmullo apenas audible- Quiero que sepas que lo siento, lo siento mucho. Sé que lo que hice no tiene justificación, pero en ningún momento quise hacerte daño.

-Ya, bueno, eso ahora no importa.

La joven Gray volvió a asentir lentamente antes de soltar al chico quien también había dejado de bailar.

-¿Te ha contado Turner lo que hablamos hace unos meses?-inquirió, cruzando sus ojos verdes con los azules del chico- ¿Te ha dicho algo sobre eso?

-No, nada- negó Sirius, metiendo las manos en los bolsillos de la chaqueta- No se lo ha dicho a nadie y no creo que lo haga nunca. No se de que hablasteis, pero si le dijiste algo… ella te guardará el secreto.

Los carnosos labios de Nataly se curvaron en una sonrisa mientras buscaba a la joven Turner con la mirada. Katrina bailaba y reía junto a James y Lily que no tardaron también en estallar en sonoras carcajadas.

-Hace unos meses te aseguro que cruzaba los dedos para que le ocurriese algo y se apartase de mi camino. Pero ahora… -confesó, mirando de nuevo al joven Black- Os deseo mucha suerte, Sirius.

Tímidamente y con temor de ser rechazada, la joven Gray besó la mejilla del moreno antes de alejarse y perderse entre la multitud. Sería la vida quien dictaría la sentencia y daba igual si ellos formaban parte del jurado. Hay cosas que no se pueden controlar y esa era una de ellas.

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-Y por fin ha llegado el esperado momento para muchos de vosotros-Continuó el profesor Dumbledore con voz pausada- Hay que decir que las votaciones han estado bastante reñidas según me han informado. Pero después de repetir varias veces el recuento, ya tenemos a los reyes del baile de este curso.

Los candidatos se miraron entre ellos intentando no mostrar el nerviosismo que sentían. En el lado izquierdo de la tarima y muy cerca de la silla en la que se sentaría la reina en unos minutos, se encontraban las cinco chicas. Nadia y Nataly, que parecían estar acostumbradas a ese tipo de eventos, saludaban al público al que las otras tres candidatas se negaban a mirar. Estaban nerviosas y cogidas de la mano esperaban el veredicto.

Al otro extremo de la tarima y también al lado de la silla del rey, los cinco chicos sonreían abiertamente mucho más ufanos que sus compañeras. A ninguno de ellos les había sorprendido su candidatura, pero sólo uno de ellos sería el ganador. Era otra prueba de popularidad como lo eran las cartas de San Valentín.

-Pero dejemos que un viejo amigo de nuestra querida profesora McGonagall goce de este privilegio –Sonrió Dumbledore, señalando hacia la puerta del gimnasio.

-Le repito que no es mi amigo-insistió la mujer con una forzada sonrisa en el rostro.

-¡Minerva!

-¡Oh, no!- se lamentó James, golpeándose la frente con la mano.

Una voz chillona que provenía de la entrada del gimnasio, captó el interés de la multitud. Con una camiseta hawaiana y una amplia sonrisa en el rostro, Arnold O' Donell subió a la tarima y abrazó a la mujer con efusividad.

-Pero que guapa que estás- Halagó, besando sus mejillas varias veces antes de estrechar la mano del director- Albus, gracias por invitarme y no te preocupes, tengo todo preparado para nuestras vacaciones a Hawai.

El hombre asintió conforme y Arnold le dio un par de palmaditas en la espalda. Algo un poco difícil teniendo el cuenta que el loco monitor era varios centímetros más bajo que el director.

-¡Ah, vosotros!-exclamó, señalando a ciertos candidatos a ser reyes del baile.

Los aludidos se miraron de forma acusadora antes de hacerle un leve gesto con la mano o la cabeza como saludo. El hombre, que se había detenido en frente del joven Potter, acortó la distancia que separaba sus rostros hasta que el chico fue capaz de oler su aliento.

-Dime que no vais a poner marisco en el banquete de bodas- pidió en un tono confidencial que lo asusto- Soy alérgico.

-¿Eh?

-¡Que si hombre! ¡Qué ya lo se todo!- exclamó, abrazándolo primero a él y después a Sirius- Estoy suscrito a la revista de vuestro instituto y creedme cuando os digo que abrí una botella de champán en vuestro honor al enterarme que estabais saliendo con la pelirroja y la representante de Afrodita. ¡Si yo lo sabía! Si es que tengo un ojo para estas cosas… ¡Si tú supieras Albus!-recordó, nostálgico- ¡Se respiraba amor en el ambiente!

Los implicados fruncieron el entrecejo y los demás rieron. Si no recordaban mal –y estaba claro que no era así- por ese entonces tanto James y Lily como Sirius y Katrina se detestaban con desesperación y con gusto hubiesen ayudado al otro a lanzarse desde un octavo piso. Sólo un loco como Arnold hubiese apostado por ellos y fue por eso que los jóvenes no pudieron hacer otra cosa que sonreír.

-Esto me recuerda a lago que me paso cuando todavía era un mozalbete…

-Arnold-le interrumpió McGonagall con una mirada severa.

-¿Si, Mini?

-Coge el sobre y di los nombres de los Reyes del Baile ¿Quieres?

El aludido sonrió a la mujer y, tras murmurar algo así como "Tus deseos son órdenes para mí", cogió el sobre que la profesora le extendía y se dirigió hacia el micrófono que había en el centro de la tarima.

El nerviosismo volvió a apoderarse del gimnasio, que en unos segundos cayó en un sepulcral silencio. Los candidatos se miraron entre ellos y sonrieron. James le guiñó un ojo a la pelirroja y ésta gesticuló un 'Suerte' con la mayor claridad posible para que su novio leyese sus labios. El joven Black también le dijo algo a su novia pero ésta solo le contestó sacándole la lengua, divertida.

Arnold abrió el sobre lentamente y sacó una pequeña cartulina que le hizo sonreír. La multitud, que esperaban los resultados con curiosidad, contuvieron la respiración hasta que el hombre comenzó a hablar.

-Por mayoría y tras varios recuentos, el Rey del Baile del último curso es… -Pasó la mirada por cada uno de los presentes y amplió aun más su sonrisa- ¡El chico celoso! Quiero decir… ¡Sirius Black!

El público comenzó a aplaudir con intensidad mientras el joven Black abrazaba a sus dos amigos ante la mirada fulminante de Jhon y Tom. Satisfecho consigo mismo y sin dejar de sonreír por doquier, se sentó en esa silla tan ostentosa en la que desde hacía décadas se sentaba el rey del último curso.

-Si, sin lugar a dudas estabais deseosos de saber quien sería el rey de esta promoción. Pero todavía tengo otro nombre aquí –Les recordó Arnold, balanceando la pequeña cartulina- Por mayoría y tras varios recuentos, la Reina del Baile de esta promoción es… ¡Katrina Turner!

De nuevo los aplausos, victorees y silbidos se apoderaron del lugar y muy pocos eran los que no participaban en ello. La joven Turner, quien permanecía pasiva en su sitio, no comenzó a caminar hasta que Lily le pegó un pequeño empujón. Aunque estaba entre las candidatas, jamás se imaginó que pudiese resultar elegida.

Aun sorprendida, saludó a sus compañeros con la mano y camino hacia la silla que estaba al lado de la de Sirius. El joven Black se reincorporó y la ayudó a sentarse tras dedicarle una amplia sonrisa.

-¡Te dije que no me votaras!- le reprochó la morena, aunque sin poder disimular una pequeña sonrisa.

-Y no lo he hecho – aseguró Sirius, cogiéndola de la mano- Venga, tan sólo disfruta y sonríe. Hemos nacido para ser los mejores.

La chica rió y negó con la cabeza. Durante unos segundos más sus compañeros siguieron aplaudiendo, pero tras un gesto de su director dejaron de hacerlo. Era el momento de hacer oficial los nombramientos de los Reyes del Baile y nadie quería perderse el más mínimo detalle. Después de todo eran ellos quienes encabezarían las fotos de su anuario.

Ruth y Cassidy, que se habían escabullido entre la multitud, subieron a la tarima cada uno por una de las escaleras que había a los laterales, con un fino cojín de terciopelo rojo y detalles dorados en sus manos. La joven Halliwell caminó hacia Dumbledore y éste, tras premiarla con una sonrisa, cogió la redonda corona entre sus delgados dedos y la depositó sobre la cabeza de Sirius. A la par, la profesora McGonagall colocaba la tiara que Cassidy le había dado sobre la cabeza de la joven Turner. Ahora ya eran oficialmente los Reyes del Baile de la promoción del 77/78.

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Te espero en clase dentro de media hora.

Cuando Nadia le había retenido para susurrarle eso al oído poco antes de bajar de la tarima, no pensaba asistir. Sabía que no era de fiar, como también sabía que de ella no se podía esperar nada bueno, pero la curiosidad le había hecho cambiar de opinión.

Receloso y alerta ante el mínimo ruido, recorrió el solitario pasillo que daba a su clase. Por muchas veces que hubiese recorrido ese trayecto, a la una de la madrugada y sin ninguna luz que guiase su camino, todo resultaba mucho más aterrador. ¿Por qué no se lo había ocurrido otro lugar para citarle?

La puerta de la clase estaba entreabierta y Remus sólo tuvo que darle un pequeño empujón para que se abriese por completo. La clase, iluminaba por los rayos de la luna y principalmente de las farolas del centro, había perdido esa alegría que derrochaba a lo largo del curso. Por primera vez el joven Lupin la vio como era. Una habitación formada por cuatro paredes blancas que habían sido testigos de demasiadas cosas.

Caminó hacia una de las mesas y apoyada en ella comprobó la hora en su reloj de muñeca. No pensaba esperarla. Si no estaba a la hora, se iría.

-Me gusta tu traje- comentó una voz tras él, rompiendo el silencio- Te queda muy bien.

El joven Lupin se giró sobresaltado mientras Nadia rodeaba la mesa para situarse frente a él.

-He entrado por la segunda puerta- explicó, señalando la entrada que había al otro extremo de la clase-Quería sorprenderte.

-El que me hayas citado si que es una sorpresa.

-No tanto como el que tú hayas venido- sonrió la chica, deslizando su mano por su descarado escote- Aunque… sabía que lo harías.

El joven Lupin siguió el recorrido de la mano de la chica con la mirada antes de reaccionar y volver a mirarla a los ojos. La perfecta, satisfecha, se sentó con cuidado sobre el pupitre más cercano y cruzó las piernas, mostrando su tersa piel gracias a la raja que tenía su provocativo vestido en tonos naranjas.

-En el fondo tú me necesitas a mí tanto como yo a ti- aseguró, inclinándose hacia él con la intención de captar de nuevo su atención en su escote.

Pero esta vez el chico ignoró sus atributos ante la frustración de la perfecta, quien volvió a sentarse erguida y con un semblante más serio.

-No te confundas Nadia, hace tiempo que dejaste de interesarme y nunca te he necesitado –le corrigió Remus, con las manos en los bolsillos- Y si me has sacado del baile para esta tontería, será mejor que me vaya.

-¡Espera!

El joven Lupin, que se dirigía hacia la puerta, se dio la vuelta en el preciso instante en el que Nadie acortó la distancia de sus rostros para besarle. Debido a la sorpresa inicial y a que la chica le tenía agarrado por la corbata, Remus no se separó hasta que la perfecta intentó profundizar el beso. Con delicadeza y sin mostrar el menor signo de alteración, la separó de él lentamente agarrándola por los brazos.

-No vuelvas a hacer eso, por favor.

-¿O qué?- encaró, divertida- ¡Vamos, que no tienes que hacer el papel de niño bueno conmigo! Te conozco muy bien, sólo te estás haciendo un poco de rogar.

Nadia hizo el ademán de volver a besarle pero el joven apartó el rostro consiguiendo que la perfecta enfureciese.

-¡¿Pero que te pasa?!

-Nadia, olvídalo, ya no soy el mismo.

La perfecta dio una vuelta sobre si misma aten de centrar de nuevo su atención en el chico, frustrada. Su sofisticado recogido ahora prácticamente desecho y sus ojos grisáceos que le observaban entre abiertos, le daban un aire de demente que hubiese intimidado a muchos. Pero Remus, acostumbrado a la actitud de la chica, se mantuvo sereno a la espera de los reproches.

-¡¿Es por otra, verdad?!- acusó, golpeándole en el pecho- ¡Es por esa estúpida de Dafne, ¿cierto?!

-No vuelvas a insultarla- le advirtió el joven Lupin, agarrándola de la muñeca- Porque aunque ella no este aquí para defenderse, estoy yo.

-¡Suéltame!- le exigió, desprendiéndose de la mano del chico- Eres un idiota Remus Lupin, siempre lo has sido.

-Bueno, prefiero ser un idiota con buena compañía que un idiota mal acompañado- Sonrió el aludido, encogiéndose de hombros- Así que ahora si me disculpas, Dafne me está esperando-añadió, sin el menor amago de diversión en su rostro- Espero que algún día te des cuenta de lo equivocada que estás y no sea demasiado tarde.

El joven Lupin hizo un gesto con la mano en señal de despedida y se perdió por el oscuro pasillo.

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Intentando no chocar con nadie, la joven Grant cruzó la pista de baile hasta la mesa de las bebidas. Con el ceño fruncido y un poco molesta, comprobó que los vasos de plástico ya se habían agotado y ella estaba sedienta.

-¿Quieres el mío?- le propuso Look, apoyándose en la mesa- Será algo parecido a besar mis labios.

-Entonces no será necesario que te conteste ¿no crees?

Una sonrisa forzada se formó en los labios de Marian y el chico sólo pudo ampliar la suya propia. Estaba dispuesto a todo con tal de besarla y de esa noche no pasaría. Ya había esperado demasiado.

-He alquilado la habitación de un motel a las afueras –explicó Look, acariciando la tersa piel de su brazo- ¿Por qué no nos vamos?

La rubia, que había dejado de buscar entre los vasos uno que estuviese limpio, le miró sorprendida antes de hacerlo con desagrado.

-Eres un grosero.

-Venga, estoy seguro que acostarse con Kelly será lo mismo que montar en un montaña rusa en línea recta –rió, agarrándola de la cintura- Con migo vas a conocer lo que es caer en picado.

-No tengo instintos suicidas-le recordó Marian, deshaciéndose de él-Así que ahora déjame en paz. Ya te he dicho un millón de veces que no me interesas.

La joven Grant se dispuso a alejarse, pero el chico la agarró de la muñeca y tras un leve tirón, la recibió entre sus brazos. Marian, quien forcejeaba para deshacerse de él, sólo se sintió realmente liberada, cuando un puño golpeó la mandíbula de Look y éste cayó sobre la mesa, encima del bol de patatas fritas.

-¿Estás bien?-preguntó Nick, agarrándola de los brazos, preocupado- ¿Te ha hecho algo?

-No, no, no te preocupes –contestó la chica, abrazándolo.

Look, quien se frotaba la mandíbula aun sobre la mesa, se fue reincorporando lentamente, tirando todo a su paso. La música había cesado y con ella las numerosas parejas que bailaban en la pista. Todos se habían acercado a la mesa a ver que ocurría y Look, a quien le encanta ser el centro de atención, sonrió presuntuoso mientras se espolsaba las patatas que habían quedado enganchadas en su traje.

-Vaya, Kelly, así que quieres parecer un tipo duro frente a tu chica ¿eh?- se mofó, divertido.

-Y tú un imbecil frente a todo el instituto –rebatió, haciendo que muchos rieran- ¿Tanto te cuesta entender que a Marian no le interesas?

-Lo que me cuesta entender es porque aun sigue contigo –contestó, con fingida tranquilidad- De todas formas le he dado el nombre del motel y el número de la habitación, así que si es lista y quieres saber lo que es bueno…

Nick, quien había intentado contenerse hasta el momento, se hubiese lanzado contra él si James y Sirius no le hubiesen retenido. Estaba harto y furioso, él si quería darle lo que era bueno.

-¿Por qué no salimos ahí fuera y arreglamos las cosas?- le tentó Sirius, serio- ¿Te atreves o vas a echar a correr?

-Black, por si no te has dado cuenta yo…

-¡Esperad! –Pidió Marian, captando toda la atención- Yo se como hay que arreglar esto.

Y con una sonrisa de profunda satisfacción, cogió el bol de ponche entre sus brazos y, ante la sorpresa de todos, se lo lanzó al chico sobre la cabeza dejándolo completamente empapado. Todos los presentes estallaron en sonoras carcajadas, pero ninguno tanto como Nick.

-¿Por qué me resulta esto tan familiar?- le susurró a su novia en el oído.

-Ya ves, una no pierde las viejas costumbres- comentó Marian, divertida- Eso si Look, te aconsejo que vayas a cambiarte antes de llevar a alguien a ese desastroso motel. Así no vas a complacer a nadie.

-De todas formas hace unos meses entré en el vestuario de los chicos pensando que estaba vacío y os puedo asegurar que lo que vi me decepcionó bastante- comentó Katrina, resignada- Mucho alardear, mucho alardear, pero la tiene muy pequeña.

Rojo como un tomate maduro y completamente empapado, Look abandonó el gimnasio ante las risas del resto. Después de eso nunca volvería a molestar a Marian Grant.

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-¿Entonces qué? –Preguntó Remus, bostezando- ¿Vamos a tu casa?

-Si queréis…- aceptó el joven Black, encogiéndose de hombros- Ya sabéis que por mí no hay problema. ¿Te apuntas entonces Prongs?

-Claro, pero ir yendo vosotros-Pidió el aludido, dándole una palmadita en la espalda- Tengo algo que hacer.

Sus dos amigos se miraron desconcertados hasta que descubrieron el motivo por el que James acababa de echar a correr en una dirección opuesta a la que debían tomar. Serio y sin comentar nada al respecto, el joven Black comenzó a caminar seguido segundos después por Remus.

Tuvo que disculparse varias veces con los distintos transeúntes, pero no le costó demasiado alcanzar a quien hasta hacia unos meses consideraba uno de sus mejores amigos. El joven Pettigrew caminaba cabizbajo hacia su casa.

-¡Eh, Peter!

El aludido se giró extrañado y sorprendido comprobó de quien se trataba. Temeroso de las represalias que James pudiese tomar en esa calle solitaria, el joven Pettigrew se encogió un poco más, como si quisiese pasar desapercibido. James no pudo sentir otra cosa que lástima. No era sólo por su ahora aspecto desaliñado sino porque desde que Sirius, Remus y él le habían dado la espalda, Peter se había quedado sin amigos.

-¿Cómo estás?-Preguntó James, parado frente a él. El chico no contesto-Creo que tenemos una conversación pendiente.

-…-

-Se que tanto Sirius como Remus tendrían que estar aquí, pero prefiero que hablemos solos-explicó, con las manos en los bolsillos- Sirius no sería capaz de controlarse y todo lo que piensa te lo dijo en Navidad. Remus… prefiero aclararlo ahora y que no tenga que pasar otro mal trago.

-James yo…

-Por favor, déjame hablar a mí-pidió el chico, haciendo un gesto con la mano para que su acompañante callase- Quiero que sepas que lo que nos hiciste no tiene nombre y supongo que a estas alturas comprenderás que no vayamos a perdonarte. Se que lo hiciste por miedo, por cobardía… pero eso no es excusa. –Suspiró- Te aseguro que esa noche en la que fuimos a buscarte con Dafne, si no hubiese sido por que mi principal objetivo era machacar a David tú no hubieses salido tan bien parado.

El joven Pettigrew volvió a encogerse temeroso de que James cumpliese sus palabras, pero el chico le ignoró y siguió hablando.

-En estos meses me he enterado de tantas cosas… - se resignó- Se que fuiste tú quien robó las llaves de Lily de su mochila cuando ella estaba en el patio y también se que fuiste tú quien ayudó a David a que yo fuese a la casa de Malfoy el curso también sabemos que estabas al corriente de las tretas de Nataly y no le dijiste a Sirius nada. Nos has hecho tantas cosas… Pero supongo que tú mejor que nadie lo sabes- Sonrió con amargura- La verdad es que me da más o menos lo mismo que hayas ayudado a David a que me abra la cabeza, pero lo que nunca voy a perdonarte es que tú hayas participado en joderle la vida a Lily. No tienes ni idea por lo que ha pasado.

James miró hacia el cielo y cerró los ojos durante unos segundos. Intentaba controlar la ira que se apoderaba de él al recordar todos esos malos momentos que afortunadamente ya estaban dejando atrás.

-Hemos sido amigos, y por esa amistad dejaremos las cosas como están- Musitó- A partir de ahora tú iras por tu camino y nosotros por el nuestro. –Sonrió, tristemente- Adiós Peter y… buena suerte.

James se alejó por la calle y el joven Pettigrew lo siguió con la mirada hasta perderlo de vista. Después de tantos años de amistad sabía que les echaría de menos. Pero era lo justo después de lo que les había hecho. Con paso lento y cabizbajo, Peter Pettigrew siguió su camino.

-¿No me digas que sigues pensando en el partido de esta mañana?- le reprochó Lily, sacándole de sus pensamientos.

El joven Potter, sentado en las gradas, rodeó la cintura de la pelirroja obligándola a sentarse sobre sus rodillas. Debía dejar de pensar en Peter. Después de todo no había ido al baile y, aunque todos se habían percatado de su ausencia, ninguno de ellos se había molestado en comentarlo.

-¿Te ocurre algo?-inquirió la chica, preocupada.

-No, nada- sonrió, mirándola- Estaba pensando en lo mucho que voy a echar de menos las pistas. Creo que es mi sitio favorito del instituto.

-¿No me digas?- se mofó Lily, divertida, mirando hacia el lugar donde tantas veces habían tenido lugar sus clases de educación física- La verdad es que yo también echare de menos esto.

-¿Las pistas?

-¡No, tonto!-exclamó la pelirroja, golpeando levemente el pecho de su novio- Todo esto, el instituto. Aunque si tuviese que escoger un lugar, ese sería sin duda la biblioteca.

El joven Potter la miró con fingida sorpresa y ella aun estaba riendo cuando James besó sus labios. Él también echaría de menos el instituto. Habían pasado tantas cosas…

-¿Me quieres?- cuestionó la joven Evans, rodeando el cuello del chico con sus manos.

-Claro que si- contestó, desconcertado- ¿A que viene eso?

-A que me da miedo que te engatuse alguna mientras estás en la universidad- confesó molesta ante la simple idea.

-¿Con lo que me ha costado que salgas conmigo? –Contestó James, sarcástico- Tendría que estar loco.

Lily sonrió y fue ella en esa ocasión quien acortó la distancia que separaba a sus labios. James recibió el beso gustoso y permitió que en esa ocasión fuese la lengua de la pelirroja quien buscase la suya propia mientras él acariciaba la espalda de la chica.

-Me alegra oírlo- Sonrió, cuando se separaron para tomar aire- Pero por si las dudas, ya me he asegurado de que Katrina te siga a sol y a sombra. Y ya sabes que ella puede ser muy eficiente en su trabajo.

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La joven Turner siguió el paso de su novio sin preguntar. Sirius, que la cogía de la mano, la sacó del baile y la arrastró hasta el pequeño jardín trasero donde tantas veces habían almorzado.

-¿Y bien?- apremió, mirándole inquisitivamente- ¿Vas a decirme para que me has sacado del baile?

-Para poder besarte sin ser el centro de atención.

-Te encanta ser el centro de atención- señaló la chica, divertida- ¿Qué me estás ocultando, Black?

-…-El aludido sonrió, haciéndose el despistado- Esta bien, esta bien.

Ante la mirada curiosa de Katrina, el joven Black rebuscó algo en los bolsillos interiores de su chaqueta. Del bolsillo derecho sobresalía un sobre blanco y alargado que Sirius sacó con cuidado antes de extendérselo a su novia.

-Porque lo prometido es deuda- Murmuró, a la par que la morena leía la inscripción del sobre.

Katrina miró una vez más a su novio y tras recibir un asentimiento de aprobación, fue abriéndolo lentamente. En su interior y con sus nombres ya inscritos, había dos billetes de avión a Tenerife para dentro de unas semanas.

-¿Y esto?-preguntó, sorprendida- ¿Va en serio?

-Completamente- Sirius asintió, llevándose las manos a la nuca- ¿Acaso no te prometí que este verano te llevaría a algún sitio donde estuviésemos tú, yo y el mar?

-Si, pero no pensé que te acordarías -Sonrió, agitando el sobre- Antes no lo hubieses hecho.

Y era cierto, por lo que no pudo evitar sentirse avergonzado. No estaba acostumbrado a tener detalles de ese tipo y un regalo como aquél superaba con creces los límites del romanticismo que él era capaz de soportar. ¿Qué había sido del Sirius Black mujeriego e independiente de hacía poco más de un año? Estaba claro que había cambiado y ella era la única culpable. Aunque, después de todo, había valido la pena.

-Ya, pero no soy el mismo de antes-admitió el chico, bajando la mirada- Tú me has hecho alguien diferente.

La joven Turner le observaba, silenciosa, y con los ojos cristalinos. Sus labios, a los que no les quedaba nada de carmín, se fueron curvando en una tierna sonrisa segundos antes de que Katrina se lanzase sobre Sirius para besarle. Ahora era ella la que se había quedado sin palabras.

-No se que decir-Admitió, conmovida.

-Entonces no digas nada- Sonrió burlón, repitiendo lo mismo que ella había dicho horas antes- Para mí, ese es el mejor de los cumplidos.

Katrina sonrió también y le abrazó, aprovechando la cercanía para susurrarle una y otra vez lo agradecida que estaba y lo mucho que le quería.

-¡Voy a montar en avión y encima para ir a Tenerife!-exclamó la morena, emocionada- Según tengo oído, las playas son preciosas. ¡Estoy deseando verlas!

-Yo también-corroboró Sirius, aunque claramente con otras intenciones- ¿Te imaginas bañarnos por la noche, desnudos y en el mar?

La joven Turner, quien había dejado de sonreír, se apartó de su novio y frunció el entrecejo. Si, estaba claro, había cosas que no cambiarían nunca.

-¡Eh, vosotros!-llamó Mark acercándose a la pareja seguido por el resto- Os estábamos buscando.

-¿Y eso?

- Para hacer un brindis colectivo-contestó Lily, pasándole un vaso de ponche a su amiga y otro a Sirius-Aunque todavía faltan Nick, Ruth y los dos Grant.

-Pues no vamos a tener que esperar demasiado- aseguró Dafne, señalando hacia el sendero que había que tomar para llegar hasta allí.

Extasiados y moviendo los brazos con efusividad, los cuatro jóvenes corrían hasta ellos intentando no derramar el contenido de sus vasos.

-¡Me van a hacer una prueba! ¡El grupo me va a hacer una prueba!-exclamó Nick, abrazando al joven Lupin para posteriormente palmera la espalda del primo de su novia- Y todo gracias a Kevin.

-¡Qué va!- negó el aludido, haciendo un gesto evasivo con la mano- Tan sólo les he hablado de ti cuando me han dicho que estaban buscando un guitarrista.

-Reconócelo primito, esta vez te has portado- Sonrió Marian, guiñándole un ojo a la joven Halliwell- Que conste que no pienso repetirlo. Ruth, te llevas una joya.

La chica asintió y Kevin, un poco sonrojado, se inclinó sobre ella para besar sus labios.

-¿Y cuando es la prueba?- se interesó Lily feliz por su amigo-

-La semana que viene-contesto el chico, un poco preocupado- ¿Pero y si no lo hago bien? ¿Y si no soy el tipo que están buscando?

-¡Bobadas!- Intervino Katrina, convencida- Eres el mejor guitarrista que conozco y francamente, eres muy bueno.

-En eso Katy tiene razón- apoyó James, abrazando al rubio-No me extrañaría que dentro de poco aparecieses en las revistas bajo un titular como… ¡Nick Kelly, un tío que conquista el corazón con sólo tocar unas cuerdas!

El joven Potter, que había gritado a los cuatro vientos el supuesto titular, miró a sus amigos y solo pudo confirmar lo que ya sospechaba: Lo suyo no eran los títulos. Sin embargo, y pese al torpe comentario de James, el rubio había vuelto a adquirir esa confianza sobre si mismo que solía caracterizarle. Por fin podría hacer su sueño realidad. Y es que Nick Kelly estaba convencido que lo suyo no era ir a la universidad. Quería formar parte de un grupo musical y conseguir así que su afición dejase de ser eso precisamente, una simple afición.

-Bueno, bueno, ¿No íbamos a brindar?- intervino Mark, captando la atención de los presentes.

-Yo propongo que nos sentemos y que cada uno brinde por una cosa.

Tal y como había opinado Ruth, los doce jóvenes se fueron sentando en el césped formando un circulo y dejando un espacio de pocos centímetros entre ellos.

-¿Quién empieza?-Preguntó Lily, sentada entre su novio y su mejor amiga.

-¡Yo mismo!- se ofreció Mark alzando su copa- Por nuestros años de instituto.

-Por que esta noche no podamos olvidarla jamás- Continuó Cassidy, mirando al chico que tenía al lado- Te toca Nick.

-Yo brindo… ¡Por la vida!

-Y yo por las personas que la hacen especial –Marian le guiñó un ojo a su novio y éste asintió satisfecho.

El joven Grant negó con la cabeza, resignado y acarició la mano de su novia antes de alzar el vaso como habían hecho sus amigos segundos antes.

-Por el futuro.

-Por nuestros sueños.

La joven Halliwell miró a Remus, sentado a su lado, y le hizo un gesto con la cabeza animándola a continuar. El chico, que no dejaba de mirar a Dafne, se aclaró la garganta y tras pensárselo unos segundos alzó también el vaso.

-Por las segundas oportunidades.

-Por los que las dan.

La joven Brown, a quien le había sorprendido el brindis del chico, bajó la mirada con una ligera sonrisa en los labios.

-¡Por los amigos! –exclamó Sirius, alzando el vaso.

-Por los buenos momentos.

Y es que para Katrina los buenos momentos era una de las pocas cosas que valía la pena recordar. Las cosas nunca salen como uno quiere y aunque los malos momentos nos marquen sin quererlo, son los buenos los que debemos recordar.

-Por la confianza.

Lily sonrió y miró a su novio con complicidad. Nunca había sido tan consciente como hasta ahora lo importante que era la confianza entre las personas. Posiblemente si todos hubiesen sido más sinceros meses atrás, las cosas habían transcurrido de forma diferente.

-Por vosotros- Finalizó James, alzando el vaso como ya había hecho el resto.

-¡Salud!

Un brindis colectivo se oyó en el lugar antes de quedar todo en silencio. Los doce jóvenes se llevaron su vaso de ponche a los labios y bebieron sin molestarse en disimular lo conmovidos que estaban por la situación.

Estuvieron hablando, riendo y bromeando durante más de una hora. Recordando como se habían conocido, como habían llegado a ser amigos… Habían pasado tantas cosas que se sentían afortunados de estar sentados ahí y ahora. Fue entonces cuando determinaron que jamás se olvidarían de esos años, de esos años en el instituto.

-Bueno, son casi las tres de la madrugada y ya va siendo hora de que nos vayamos- James se reincorporó y miró a uno de sus amigos con complicidad- ¿Sirius?

-Por supuesto- Asintió el aludido, sonriendo- Lo siento chicos, pero esto ya es una fiesta privada. Así que Lily, Katy…

Las dos chicas se reincorporaron y cogidas de la mano de sus novios, se despidieron de los demás acordando que se verían para cenar dentro de unas horas en la famosa casa de campo de los Potter.

-Así que una fiesta privada ¿Eh?- comentó Nick con picardía- Anda que no son listos ni nada.

SsSsSsS

Una hora y media más tarde llegaron al final del pedregoso camino de tierra por el que Sirius había tenido que conducir para llegar hasta allí. El trayecto a la casa de campo se les hizo más corto que la última vez.

La casa seguía siendo como la recordaban de su última visita hacia casi un año. Grande y con una tranquilidad sólo aparente. Especialmente porque durante ese fin de semana sería sólo para ellos.

Sacaron el equipaje del maletero y tras acordar que se verían treinta minutos después en los lindes del bosque, subieron cada uno a sus habitaciones para cambiarse.

Pese a que no sería la primera vez que Sirius y Katrina dormirían juntos, la joven Turner había decidido compartir habitación con Lily. Exactamente la misma que habían utilizado en su última visita.

Subieron hasta la última planta y abrieron la puerta de la habitación. La pequeña estantería llena de libros, el bonito armario y la mesita de noche entre las dos camas, ambas con sus edredones en tonos verdes y naranjas. Si, todo estaba tal y como lo recordaban.

-Se que siempre lo digo cada vez que vengo-Admitió, saltando sobre su cama- ¡Pero me encanta este sitio!

-Si, a mi también- coincidió Lily, dejando su equipaje sobre su cama- Oye, ¿Sabes que está tramando James?

-No y no se por que tendría que saber algo-Contestó divertida, con una sonrisa en los labios.

La joven Evans, que observaba a su amiga perspicaz, rodeó la cama y se acercó a ella, amenazante. Sin embargo Katrina no era persona que se dejase intimidar con facilidad así que tan sólo se limitó a reír cuando su amiga la amenazó con un sujetador.

-No voy a decirte nada. Lo he prometido- se excusó, decepcionando a la pelirroja- Pero te aconsejo que te pongas el bikini. Es posible… que te des un chapuzón.

Lily la miró con interés, pero no le quedó más remedio que seguir cambiándose cuando la joven Turner se negó a darle más detalles.

-Tenerife- Murmuró Katrina, emocionada- Porque estábamos en el instituto que sino me lo como allí mismo. ¡Que mono es!-exclamó, girándose para mirar a su amiga- Lily, ¿Te pasa algo?

-No, bueno en realidad…- La chica suspiró y se sentó en su cama, frente a la morena- Hay algo que quería contarte.

-Pues desembucha.

La joven Evans bajó la mirada avergonzada y no fue hasta unos segundos después que se sintió preparada para seguir hablando.

-Me da mucha vergüenza hablar de esto pero tú ya lo has hecho y creo que podrías aconsejarme-Comenzó, frotándose las manos- Quiero mucho a James y estoy muy segura de lo que siento, por eso me gustaría dar un paso más en nuestra relación. Llevo varias semanas insinuándome, lanzándole indirectas, pero tengo la sensación de que me evita.

-Quizás no se haya dado cuenta de tus intenciones-opinó Katrina, inclinándose un poco más hacia ella dándole una aire más confidencial a la situación- Te aseguro que los chicos no atienden a indirectas. Con ellos tenemos que ser claras.

-No, no tiene que ver con eso. –Aseguró, negando con la cabeza- Se que me esquiva y creo que es porque no me considera atractiva.

-¿Qué no te considera atractiva?-Repitió, sarcástica- Eso es tan probable como que yo saque un diez en matemáticas y tú un cero. Sabes perfectamente que James no está contigo por sexo y lo más probable es que tenga miedo de que si toca el tema te espantes y eches a correr-Aconsejó- Lo que deberías hacer es hablar con él si vuelve a evitarte. Y la verdad es que creo que esta noche será un buen momento.

Lily la miró extrañada y la joven Turner rió, anudándose alrededor del cuello un pañuelo rojo que había sacado de la maleta.

-Crees que esta noche podría…

-Yo por si acaso me llevaría munición-Comentó con picardía consiguiendo que Lily se sonrojase de nuevo.

-Ya pero es que no tengo.

-No te preocupes- Sonrió, sacando algo del bolso- En eso si que puedo ayudarte.

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-La verdad es que no entiendo para que te cambias si vas a volver a mojarte-comentó Sirius, apoyado en uno de los árboles del bosque.

-No quiero que Lily sospeche-Argumentó su amigo desde detrás del árbol en el que se ocultaba.

-Ya, ¿Y que pasa con el pelo?-Insistió el joven Black cuando James se dejó ver- No pensarás decirle que te has dado una ducha fría después de verle el escote.

-¡Claro que no, animal!

El joven Potter se agachó y de cuclillas, metió toda la ropa mojada en una bolsa que ocultó detrás de un árbol. Ya la recogería a la vuelta.

-¡Ah, por cierto!-exclamó Sirius, sacando la pequeña caja de preservativos de su bolsillo- Toma, quédatelos.

-No, no, gracias- Negó el chico, haciendo un gesto evasivo con la mano- Tu les vas a sacar más partido.

-¿Más partido?-Repitió, frunciendo el entrecejo- Al menos que los vayas a utilizar como globos decorativos creo que el uso va a ser el mismo.

-En serio Sirius, no los quiero.

El joven Potter miró el reloj en la muñeca de su amigo una vez más y tras comprobar que faltaban unos minutos para el encuentro con las chicas, comenzó a andar en dirección hacia los lindes del bosque.

-De verdad tío, sabes que no me gusta tener que recurrir a esto, pero tu padre tiene razón –Volvió a insistir, corriendo hasta llegar junto a él- Y al menos que quieras oír de nuevo el discurso de las abejas, yo de ti tomaría precauciones. Llévatelos por si acaso.

-Que no, que no es necesario- Rehusó de nuevo, testarudo- No voy a necesitarlos.

Sirius se detuvo unos segundos y le miró desconcertado. El joven Potter, resignado, se pasó una mano por su ya de por si desordenado cabello, antes de mirar a su amigo.

-No creo que haya llegado el momento- Se sinceró, sentándose en el suelo y apoyando la espalda contra uno de los árboles- Después de todo lo que ha pasado, no creo que Lily esté preparada.

-¿Pero no me dijiste que la pelirroja se te estaba insinuando?

-Si, bueno, es lo que creo-Contestó, no muy convencido- Pero tengo miedo de que al intentarlo reviva malos momentos. La experiencia que tuvo con David fue traumática y no quiero echar a la basura todos estos meses en los que tanto ha progresado-explicó- Yo la quiero y no tengo prisa. Cuando ella esté preparada pues…

El sonido de unas risas y el trote de un par de caballos captaron su atención. Las dos chicas disminuyeron el paso y aun sobre el caballo les saludaron.

-¿Ya está todo listo?-preguntó Katrina, mirando a su novio y al joven Potter con complicidad.

-Todo-contestó James, acercándose al caballo de la pelirroja para ayudarla a desmontar- Venga Lily, tú y yo nos quedamos aquí.

La chica asintió y bajó del caballo a la par que el joven Black montaba en el suyo. James ató las riendas a la rama de un árbol y tras despedirse de la otra pareja, cogió de la mano a Lily y la guió por el bosque hasta el lago que tanto conocían.

-¿Quieres que nos bañemos?-Preguntó, recelosa.

-Me temo que no nos queda más remedio- Sonrió el chico, quitándose la camiseta y quedándose solamente con el bañador- Pero no te preocupes, el agua no está tan fría. Te lo digo por propia experiencia.

-Así que por eso tienes el pelo mojado ¿Eh?

James se encogió de hombros y la chica rió, resignada. Ante la discreta pero evidente mirada del joven Potter, Lily se fue desvistiendo quedándose finalmente solo con un bikini negro muy favorecedor.

-¿Vamos?-Apremió, ante la boba sonrisa del chico.

El aludido asintió y tras pedirle que le siguiese, se metieron lentamente en el agua mucho más fría de lo que James había asegurado. Curiosa pero sin protestar, la joven Evans imitó al chico y cruzó la cascada que daba al lago y tras la cual se encontraba la pequeña cueva en la que ellos se encontraban.

-James, ¿Para qué me has….?

Pero Lily no pudo concluir la frase. Frente a ella se encontraba un mantel extendido sobre el cual había dos platos con sus respectivas copas y cubiertos. En el centro y alumbrando vagamente el lugar, había un bonito candelabro que le permitió ver los dos cojines sobre los cuales no tardarían en sentarse.

Todo era precioso y muy romántico, pero no sabía por qué le resultaba tan extrañamente familiar. Era como si hubiese estado en esa situación antes, pero estaba segura de que no había sido así.

-Es precioso- murmuró, examinando el lugar detenidamente –Pero tengo la sensación…

-¿De haber estado aquí antes?-Probó James, divertido- Lo único que puedo decirte es que esta noche haré tus sueños realidad. O al menos uno de ellos.

Lily le miró confundida pero la sonrisa socarrona de su novio le bastó para aclara sus dudas. Ya sabía porque le resultaba todo tan familia. Ahora si que entendía las palabras del joven Potter.

-Katrina-Se limitó a decir la chica, avergonzada- Así que te lo ha contado.

-No valdría la pena negarlo-Opinó James, señalando uno de los cojines- Siéntate, por favor.

La pelirroja hizo lo que el chico le pedía mientras éste sacaba su tardía cena de una cesta que estaba en un rincón. Así que su mejor amiga, si así podía llamarse, le había contado el sueño que había tenido unos meses atrás, unos días después de que James la besase tras enterarse que había salido con su primo.

'¡Qué vergüenza!" Se lamentó, sonrojada '¡Yo te mato Katrina Turner!"

-Quería sorprenderte y no se me ocurrió otra cosa que pedirle consejo a la loca de Katy- Confesó James, con una sonrisa en los labios-Después de darle vueltas me sugirió que lo mejor era hacer uno de tus sueños realidad, nunca mejor dicho. Y bien…-Inquirió, llenando las copas de champán- ¿Lo he conseguido?

-Si, y tanto- Confirmó, sin dejar de mirar a todos lados- Aunque si no recuerdo mal, en mi sueño el olor a moho había desaparecido.

-Si, es lo malo de no ser Dios- Bromeó el chico, chasqueando la lengua- Aunque rozo lo divino, de eso no hay duda.

La joven Evans le golpeó en el brazo divertida antes de coger la copa que su novio le extendía y llevársela a los labios.

-Esta noche esta superando mi imaginación-comentó la pelirroja con cierto tono juguetón- Y esto promete.

-Desde luego.

SsSsSsS

No podía evitar sentirse un poco culpable caminando a las cuatro de la madrugada por las ahora solitarias calles de Londres, mientras su padre debía estar esperando ansioso su llamada. Lo cierto es que estaba convencido de que el señor Lupin dormía placidamente y que era su madre quien no dejaba de mirar el reloj una y otra vez, pero cualquier sentimiento de remordimiento se evaporó en el aire cuando Dafne le cogió de la mano. Habían decidido volver andando a casa con la única intención de alargar un poco más la noche y estar así más tiempo juntos.

-¿Te ha dicho algo de Nathaza?-inquirió, cuando la chica le contaba su encuentro con Nicole- ¿Sabe quien es el padre?

-Según Nicole, si lo sabe no quiere decirlo-Repitió, encogiéndose de hombros- Al parecer desde que dejó el instituto oficialmente en marzo, Nathaza no quiere hablar con nadie. Dice que está encerrada en su casa y que la última vez que la vio había engordado por lo menos diez kilos.

-Ya, pero engordar es algo normal durante el embarazo ¿no?

-Si, pero Nathaza no lo ve así- Dafne hizo una mueca y el joven Lupin sonrió, divertido- Te aseguro que para alguien como ella perder la figura es lo peor que puede pasarle. Además, tiene que estar furiosa por no haber podido ir al baile. Desde que entró al instituto, Nathaza estaba convencida de que la nombrarían Reina del Baile.

Remus asintió comprensivo y cruzaron la calle que deba a la avenida. Resultaba extraño tanto silencio en la ciudad, pero era un silencio agradable. Quizás debía aprovechar ese momento de intimidad para decirle eso que no dejaba de rondar por su cabeza desde hacía días.

-¡Eh, ven!-exclamó, arrastrándolo hasta la siguiente calle- Quedémonos un rato aquí.

Cautelosos como si tuviesen miedo de romper la calma del lugar, la pareja se adentró en el famoso parque 'Las Fuentes' donde tantas veces habían quedado con sus respectivos amigos.

-¿Lo recuerdas?-Preguntó Dafne, sentándose sobre uno de los bancos-Aquí fue donde nos presentaron, yo ya como una de ellas.

-La primera vez que hablamos.

-¿La primera?-repitió la joven Brown, sorprendida- Para nada. Ya habíamos hablado varias veces, aunque no me sorprende que no lo recuerdes. Por ese entonces sólo tenías ojos para Nadia y mucho don de gentes con otras chicas.

El joven Lupin no comentó nada al respecto, después de todo sabía que tenía razón. Durante mucho tiempo él había sido así. Quizás no cambiaba de chica tanto como Sirius pero tampoco había sido un santo. Todo cambió cuando Ruth Halliweell entró y salió de su corazón dejándolo echo trizas. Ahora Dafne debía encargarse de curar sus heridas y esa noche estaba dispuesto a hacérselo saber.

-Pero ya no soy el mismo-Aseguró con rotundidad- Todo a cambiado y ya no tengo dudas.

La chica le miró extrañada. Su tono de voz y esa seguridad… No estaba segura si hablaban de lo mismo. Había algo en su mirada que confirmó sus palabras. Ya no tenía dudas.

-Hay algo que he querido decirte durante toda la noche-Murmuró, obligándola a levantarse para acariciar sus mejillas con sus manos- Algo que debería haberte dicho hace mucho tiempo.

-…-

-Hace unos meses te pedí tiempo, tiempo para pensar y aclararme –Le recordó con una sonrisa que revelaba su nerviosismo- Ahora se lo que quiero y te quiero a ti.

La joven Brown que tenía la boca entreabierta, hizo el ademán de hablar pero no emitió ningún sonido. Por fin el momento que tanto había esperado había llegado y ella no sabía que decir.

-Si aun sientes lo mismo… -Añadió, inquieto por el silencio de su acompañante- Me encantaría que salieses conmigo.

Dafne, quien no se veía capacitada para hablar, agarró al chico por la corbata y le besó. Tan sólo esperaba que Remus interpretase ese beso como era debido porque no pensaba volver a hablar durante un buen rato.

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Desmontaron de los caballos y se subieron en esas enormes rocas para ver el horizonte. Cuando eran niños solían ir a ese sitio a jugar y ahora que estaban ahí, sentían como si hubiesen vuelto a la infancia. Aun recordaban sus raspaduras en codos y rodillas o las numerosas roturas de sus pantalones.

-¿Sabes? Lo he estado pensando- Comenzó Katrina, sentándose sobre una de las rocas- Nunca me había dado cuenta pero desde pequeños la relación que tenía con James y la que tenía contigo eran totalmente diferentes-Explicó- A James siempre lo he visto como a un hermano, pero a ti…

-Sé lo que quieres decir- La interrumpió, sentándose a su lado y rodeándola con un brazo-Lo nuestro siempre ha sido especial. Quién sabe, a lo mejor ya nos gustábamos y éramos demasiado niños para darnos cuenta.

Sirius rió divertido, pero la joven Turner no se unió a sus risas. La carta de su madre se repetía una y otra vez en su mente. No sabía si debía hablarle de ello a Sirius. Por una parte quería ser sincera pero por otra temía hacerle daño. El saber que la madre de tu novia no te quería para su hija ya desde pequeños, no tenía que ser muy agradable.

-Sirius, tengo que decirte algo.

El chico, que la observaba extrañado, solo se inquietó un poco más cuando sus ojos azules se encontraron con los de ella. Katrina estaba seria y tras pensar durante unos segundos lo que debía decir, comenzó a hablar.

Le contó todo. Lo de la carta, lo que le había dicho su madrina… El joven Black la escuchaba atentamente y en un gesto que le dolió a Katrina en el alma, apartó el brazo con el que rodeaba sus hombros y miró hacia el frente, evitando cruzarse con los ojos marrones de ella.

La joven Turner bajó la mirada, reflexiva. Ahora se arrepentía de habérselo contado. Pero habían prometido ser sinceros y tenía que cumplirlo. No fue hasta varios minutos después que Sirius rompió el incómodo silencio que se había formado entre ellos.

-Eran buenos padres y yo en su lugar hubiese hecho lo mismo –Determinó, buscando su mirada- Ellos te querían y después de todo lo que los Black le han hecho a tu familia, me parece de lo más normal que tu madre temiese que se volviese a repetir la historia.

-Si mis padres estuviesen vivos estoy segura que apoyarían lo nuestro –Aseguró Katrina con convicción- Tú eres diferente, tú no eres como ellos.

-Gracias, pero no tienes que excusarles, no es necesario. Les entiendo - Sonrió- ¿Y qué vas a hacer?

-¿Qué quieres decir?

-¿Vas a seguir conmigo?

Una expresión de sorpresa se formó en el rostro de la chica mientras el joven Black la observaba entre temeroso y expectante. Temía a la respuesta de Katrina, no podía negarlo. Pero todos sus miedos se esfumaron cuando la chica se lanzó sobre él para abrazarle.

-Claro que si- Contestó con efusividad, besando sus labios- Siempre.

-¿Hasta que seamos ancianitos y nuestros nietos vengan a vaciarnos el bolsillo? – Preguntó Sirius perspicaz, besándola de nuevo-Aunque claro, para eso hay que tener primero hijos.

El joven Black la miró atentamente esperando su reacción. Katrina, quien esta vez no estaba dispuesta a que la pillasen desprevenida, acortó un poco más la distancia que separaba sus rostros para después acariciar la mejilla derecha del chico con dulzura.

-¿Eso quiere decir que lo nuestro va totalmente en serio?-Murmuró, con voz pausada.

-Si el querer formar una familia contigo te parece lo bastante serio…

Katrina fingió dudar durante unos segundos pero no tardó en asentir, conforme. El joven Black, que no dejaba de acariciarle el brazo, la miró con ternura.

-Y sobre la carta de tu madre… olvídalo- Insistió, encogiéndose de hombros- A mí no me importa.

La chica sonrió y tras obligarle a tumbarse sobre la fría roca, se sentó a horcajadas sobre él, introduciendo sus manos por debajo de la camiseta de su novio.

-Te lo agradezco- Aseguró, juguetona- ¿Pero no crees que ya hemos sido demasiado románticos por un día?

-Pensaba que nunca lo dirías-Admitió Sirius, con fingido alivio.

-Entonces, ¿Por qué no nos olvidamos del amanecer que me has traído a ver y me dejas que te compense por estas tres semanas en abstinencia?

-Estresante abstinencia –Corrigió el joven Black, ayudándola a quitarse la camiseta de tirantes que ocultaba la parte de arriba de su bikini- Pero me gusta el plan.

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Le besó repetidas veces en la comisura de los labios y sólo se detuvo cuando él la obligó. Nervioso, Remus no dejaba de mirar en todas direcciones y por primera vez la joven Brown se planteó si su reciente noviazgo lo había trastornado.

-¿Qué pasa?-Preguntó, cruzándose de brazos- ¿Es que no te gusta que te bese?

-Claro que me gusta -Aclaró el chico, como si esa posibilidad le pareciese descabellada- El problema es el hacerlo justo en la puerta de tu casa. Te recuerdo que tienes hermanos.

-¡Ah, así que es eso!-Rió, rodeando el cuello de Remus con sus brazos- No te preocupes, yo se tratar con mi hermano.

La joven Brown se puso de puntillas y besó de nuevo al chico, esta vez de una forma tan apasionada que Remus no tuvo fuerzas para rechazarla. Dafne, que se había encargado de profundizar el beso, jugaba con el cabello del chico mientras él acariciaba su espalda.

Pero fue el chirrido de la puerta lo que les obligó a separarse, sobresaltados. Al otro lado y con una mirada que confirmaba que les había estado espiando, el joven Brown les observaba.

-Pensaba que os iba a traer su padre-Saludo, mirando a su hermana de forma acusadora- Y no precisamente a las cinco y media de la madrugada.

-Para que lo sepas, son… las cinco y veintiocho –corrigió, mirando el reloj del joven Lupin- Y si, nos iba a traer su padre, pero pensé que era buen momento para empezar la dieta y nos hemos venido andando.

El joven Brown se mordió el labio inferior intentando contenerse y tras murmurar algo así como ' Está claro que esas nuevas amistades son una mala influencia para ti' y advertirle que como no estuviese dentro de casa en menos de cinco minutos tomaría represalias, cerró la puerta dejándolos solos.

-Será mejor que le hagas caso-Aconsejó Remus con una sonrisa en los labios- No me gustaría quedarme sin vacaciones en Cambridge.

-¿Eso quiere decir que vienes?-Inquirió, emocionada.

El joven Lupin asintió con resignación antes de ser ahogado por su novia, quien le abrazó con una efusividad un tanto exagerada propia de Dafne. Si en algo debía de estar de acuerdo con su ahora cuñado, es que las chicas no eran una buena influencia para ella. Especialmente Katrina y Cassidy con las que había encajado a la perfección por su carácter explosivo.

Remus correspondió al abrazó, pero una mirada amenazante desde la ventana del salón le aseguro que era mejor separarse.

-¿Entonces qué, nos vemos mañana?-Inquirió, dirigiéndose hacia la salida- La casa de campo de los Potter te encantará.

-Ven a recogerme a las ocho entonces –Sonrió, agitando la mano en señal de despedida- Hasta mañana.

-Hasta mañana.

El joven Lupin dudo, pero tras unos segundos de reflexión, corrió hacia su novia y la besó en sus labios antes de susurrarle un 'Te quiero' al oído. Ya arreglaría cuentas con su cuñado en Cambridge. Estaba claro que sería un viaje interesante.

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Miró una vez más el pastel que se le acababa de caer al suelo antes de comprobar con disgusto que no quedaba ninguno más en la caja.

-¿Cómo puedo ser tan torpe?- Se molestó, cruzándose de brazos- ¡Y justamente el de chocolate! ¡Qué rabia!

El joven Potter rió y Lily frunció el entrecejo. No sabía que le resultaba tan divertido. Se había reservado el pastelillo de chocolate para el final y ni si quiera había podido probarlo.

-Anda, toma.

Con la mirada baja, James le extendió su propio pastelillo intentando no cruzarse con la mirada de la pelirroja para que no se percatase del sonrojo de sus mejillas. No sabía porque actuaba así, pero era algo que no podía controlar.

-Es como la primera vez-Observó Lily, sorprendida- Como en el jardín de infancia, en el cajón de arena.

-¿El jardín de infancia?-repitió el chico, extrañado.

-No lo recuerdas- Dudó, aunque más bien parecía afirmarlo- Es normal, éramos muy pequeños.

Pero James negó con la cabeza para corregirla. Los viejos recuerdos llegaron a su mente con una nitidez increíble teniendo en cuenta que no tenía más de cinco años. El enfurecido rostro de una pecosa pelirroja y su bocadillo en la arena le hicieron sonreír. Sí, claro que lo recordaba.

-Querías sacarme los ojos- Rió, ante la radiante expresión de felicidad de su novia- Siempre has tenido mucho carácter.

-Pensaba que no te acordabas- Admitió, sin molestarse en disimular su emoción- Fue la primera vez que hablamos, si a lo que hicimos se le puede llamar hablar.

-Si-Afirmó, divertido- Creo que no empezamos con buen pie.

Lily asintió y se mordió el labio inferior. Había algo que quería preguntarle, pero no se atrevía. El joven Potter, que se había percatado de la inquietud de su novia, la interrogó con la mirada.

-¿Se lo has contado alguna vez a alguien?-James negó con la cabeza pero la pelirroja insistió- ¿Ni si quiera a Sirius?

-Ni si quiera a Sirius- aseguró, alzando la mano de forma solemne-Lo juro.

La pelirroja rió y el joven Potter se acercó a ella, sentándose en el frío suelo de la cueva.

-Podría ser nuestro secreto-Propuso con una sonrisa traviesa- Nuestro primer secreto como pareja.

-Ummm… no suena mal –Accedió, mordiendo el pastelillo y obligando al chico a comerse el otro trozo- Prometo no decirlo aunque me torturen.

-Eso habrá que verlo- Retó, acercándose a ella para besarla.

El sabor al chocolate del pastelillo que acababan de comerse, se intensificó en sus bocas cuando James profundizó el besó. Sus lenguas enroscadas jugaban en la boca de él o en la de ella y no se dieron cuenta que James había acabado sobre ella, hasta que una pequeña cajita de color vino se salió del bolsillo del chico captando el interés de la pelirroja.

-¿Qué es eso?

El joven Potter, quien se había reincorporado rápidamente para coger la cajita, hizo el ademán de volver a guardársela en el bolsillo. Pero tras reflexionar unos segundos se dirigió hacia Lily. Durante toda la noche la cajita había estado escondida en la cesta de la comida. Pero en un descuido de la pelirroja se la había guardado en el bolsillo a la espera de que llegase el momento. Y al parecer ya había llegado.

-Es algo que te quise dar hace unos meses, el día del restaurante-Explicó, pasándose una mano por su alborotado cabello- Cuando me decidí finalmente a olvidarte, lo guardé en un cajón y no lo he vuelto a sacar hasta esta noche.

Lily aceptó la cajita y tras mirar al chico dubitativamente la abrió. En ella había un precioso anillo de oro blanco con unos sencillos pero elegantes dibujos marcados además de tres bonitas y discretas piedras en el centro.

La joven Evans la sacó y la miró con curiosidad. Era preciosa, elegante y… Una terrorífica idea cruzó por su mente que la hizo enrojecer. Era demasiado bonita y al parecer también demasiado cara para ser un simple regalo. No sería…

-¿Una anillo de compromiso?-La voz no le salía de la garganta y armándose de valor, miró a su novio.

Una expresión de sorpresa cruzó el rostro del joven Potter dejándole sin palabras. No sabía que decir y mucho menos lo que Lily quería escuchar.

-No, no exactamente –Contestó, nervioso- Solo es un anillo.

-¡Oh!

La joven Evans bajó la mirada, avergonzada y sin saber por que, también decepcionada. Algo en su interior deseaba que la respuesta hubiese sido diferente. ¿Tan enamorada estaba de James?

-Al menos… -Comenzó el joven Potter tartamudeando ligeramente- Al menos que quieras que signifique otra cosa.

Lily levantó la mirada rápidamente y buscó los ojos marrones de James deseando que lo que había oído no fuese una mala jugada de sus propios deseos.

El chico la observaba con una tímida sonrisa, sin dejar de frotarse las manos. No se podía creer lo que había dicho, había sido algo inconsciente, pero posiblemente lo más sensato que había dicho en su vida.

-¿Qué quieres decir?-Preguntó Lily, en un hilo de voz apenas audible.

-Ya se que somos jóvenes y que no llevamos mucho tiempo saliendo –Reconoció James, adquiriendo más seguridad en si mismo conforme hablaba- Se que parece una locura y lo más probable es que tanto nuestros padres como nuestros amigos piensen que estamos locos. Pero te quiero, te quiero y me encantaría que…

El joven Potter se agachó para estar a la altura de su novia y poder sentir así su respiración agitada. Con el corazón latiéndole a toda velocidad, cogió una de sus manos y buscó esos ojos verdes que le observaban impacientes.

-Lily Evans…-Murmuró sin romper el contacto visual que se había formado entre ellos- ¿Te quieres casar conmigo?

Aunque ya sospechaba lo que el chico quería proponerle, la pregunta le impactó como si la hubiese pillado de sorpresa. Las palabras del chico se repetían una y otra vez en su mente y sintió como el corazón, que no había dejado de latirle a gran velocidad a lo largo de la conversación, se detenía durante unos segundos.

James tragó saliva y sin soltarle la mano, esperaba paciente la respuesta. Un cúmulo de sentimientos jugaban en esos momentos en su interior y no estaba seguro si debía quedarse ahí o salir corriendo. En esos instantes el ser rechazado o no, se convertía en algo crucial, algo como estar entre la vida y la muerte.

-¿Sabes que estás loco?-Lily sonrió, no muy segura de si debía reír o llorar- ¡Sí, James! ¡Claro que quiero!

La joven Evans rodeó el cuello de su novio con sus brazos antes de fundirse en un cálido beso distinto a los demás. Estaban inquietos, emocionados, excitados… Estaban prometidos y ahora les daba igual lo que el resto del mundo pensase.

-Trae, déjame que te lo ponga- Pidió el joven Potter, deslizando el anillo en el dedo anular de la pelirroja.

-Es precioso, James –Alabó, sin dejar de mirar el anillo que ahora relucía en su dedo-Gracias, gracias por mejorar incluso mis propios sueños.

El joven Potter la miró, recorriendo y admirando cada uno de los rasgos de la chica. Sus delicadas facciones, sus cautivadores ojos de color verde esmeralda, su pequeña nariz rodeada por alguna que otra peca prácticamente imperceptibles y sus labios… Unos labios rojos y carnosos que estaba besando antes de que él mismo tuviese conciencia de ello.

Lentamente y con cuidado de no hacerle daño, James se fue recostando sobre ella entre besos y caricias. Actuaban de forma instintiva, cegados por una pasión que habían reprimido durante meses.

Sus besos eran ardientes y posesivos y sus manos, que denotaban claramente su inexperiencia, recorrían intimidados el cuerpo del otro.

-¿Estás segura?-Preguntó deteniéndose, con la respiración agitada- Entenderé que no estés preparada. No quiero hacer nada que tú no quieras.

-Esto es lo que quiero- Le susurró en el oído antes de besar su cuello.

James echó la cabeza hacia atrás facilitando su acceso. Estaba nervioso pero a su vez excitado. En esos momentos las palabras sobraban y sólo servían los hechos.

Le temblaban los dedos y tuvo que hacer varios intentos antes de conseguir deshacer los dos nudos de la parte superior del bikini de la pelirroja.

Lily, que se había sonrojado al ser consciente de su desnudez, bajó la mirada, intimidada. El joven Potter, comprensivo, acarició su mentón y la obligó a mostrarle esos ojos verdes que tanto le gustaban.

-No dejes de mirarme- Pidió, con una sonrisa de aprobación en los labios.

La chica asintió antes de acoger de nuevo la lengua de James en su boca mientras acariciaba su pecho, duro y sudoroso. A tientas sacó algo del bolsillo de su pantalón y tras cruzar su mirada con la del joven Potter una vez más, cualquier pensamiento racional abandonó la mente de ambos.

Después de esa noche nada volvería a ser lo mismo. Lo que empezó con un sueño solo era el inicio de muchos otros, sueños que estaban dispuestos a compartir juntos.

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-Lily Evans… Lily Evans… -Murmuraba, mientras buscaba su nombre en la larga lista- ¡Aquí estoy! ¿Un ocho con nueve?

La pelirroja frunció el entrecejo y molesta, se giró encontrándose con el sonriente rostro de James.

-¿Y bien?

-Un ocho con nueve-Contestó, fastidiada- ¿Tanto les costaba subirme una décima?

El joven Potter rió divertido antes de besar los carnosos labios de su novia. Ya hacía prácticamente una semana que estaban prometidos y a esas alturas no había nadie que no estuviese enterado. Quizás por eso eran constantemente sometidos a esas miradas curiosas cada vez que se encontraban con algún conocido. Pero tal como demostraba el anillo que en esos instantes brillaba en uno de los dedos de Lily, esas cosas habían dejado de tener importancia.

Aun recordaban el día que lo habían anunciado. Habían reunido en la casa de campo de los Potter tanto a familiares como amigos y todos parecieron alegrarse por la noticia. Sus padres les felicitaron con orgullo y sus madres, entre besos y sollozos, les achacaron de locos pero sin poner pegas al compromiso. Y sus amigos… Bueno, los chicos victorearon a James mojándole con la manguera y las chicas felicitaron a Lily planeando la noche de bodas.

-No debes ser tan exigentes –le regañó James, sacándola de sus pensamientos- Y sino mira a Katrina.

-¡Si es que me soy la mejor!-Exclamó la morena, emocionada- ¡Cómo me quiero!

-¿Qué has sacado?-Preguntó Sirius, apoyado en la pared con el bolso de su novia colgando de su brazo.

-Un seis con siete –Contestó, orgullosa.

-¿Sólo?

Pero el joven Black no pudo añadir nada más. Katrina le había dado una fuerte colleja antes de alejarse canturreando lo inteligente que era para los estudios y lo tonta para escoger novio.

-Agradece que hoy está de buen humor-Comentó Remus, acercándose al joven Black- ¿Y tú que has sacado?

-Un ocho y medio-Sonrió, señalando a James con la cabeza- Lo mismo que Prongs. ¿Y tú?

-Un siete con cuatro –Contestó- Aunque me sobra nota para estudiar magisterio.

El chico asintió con aprobación y tras hacerle un gesto con la mano a cierta pareja, se encaminó hacia la salida, seguido por el resto.

El intenso calor propio del verano les golpeó en la cara al salir al jardín. El cielo estaba despejado y el sol brillaba casi tan radiante como las sonrisas de los cinco jóvenes.

-Espero que no haga este calor en Tenerife porque sino te prometo que no me sacas del agua –Aseguró el joven Black, sentándose en las escaleras de la entrada- ¿Tú cuando te vas a Cambridge, Remus?

-La semana que viene-Contestó el aludido, con una sonrisa en el rostro- Al hermano de Dafne no le ha quedado más remedio que aceptar cuando se ha enterado de que estábamos saliendo. Sobre todo porque sus padres parecían encantados con la noticia.

-¿Y cómo no estarlo?-Intervino Katrina en tono evidente- Teniéndote a ti como yerno…

-¿Qué estás insinuando?-Preguntó Sirius, receloso.

La joven Turner sonrió traviesa y aprovechando ese momento para vengarse del comentario de su novio a cerca de las notas, abrazó a Remus y le sacó la lengua al joven Black consiguiendo que el resto estallase en sonoras carcajadas.

-¿Y ya tenéis claro que vais a estudiar?-Preguntó Lily, apoyada en el hombro del joven Potter- El único que lo tenía claro era Remus y yo creo que estudiaré medicina.

-Pues supongo que administración de empresas-Contestó Sirius, encogiéndose de hombros- Si hay algo que tengo que agradecerle a mis padres, es el haberme educado para ser un hombre de negocios.

-Si, yo también seguiré con el negocio familiar- Apoyó James, jugando con un mechón de cabello de la pelirroja- Tú también vas a estudiar derecho ¿No, Katy?

-¡Ajá!-Asintió la morena, sentándose también en la escaleras- Ya sabes que debo asegurarme que no se te acerque ninguna lagarta, como diría Cassidy.

-No creo que lo hagan en cuanto vean el anillo de casado brillando en mi dedo-Aseguró James con satisfacción- Y para eso solo falta poco más de un año.

El joven Potter giró la cabeza encontrándose con la sonrisa de Lily, quien se mordió el labio inferior seductora antes de besarle.

-Pero dejemos de hablar de las carreras- Rogó Katrina, recostándose en las escaleras- ¿Os podéis creer que ya hayamos acabado el instituto?

-Es verdad, éste año se ha pasado volando- Apoyó Remus, nostálgico- Han pasado tantas cosas…

-Pero ha valido la pena-Murmuró Lily, entrelazando sus dedos con los de su prometido- Por cierto, el otro día me encontré con Snape y me comentó algo muy curioso -Con una sonrisa en los labios miró a unos y otros alternativamente- ¿Chicos?

-Digamos… que nos hemos asegurado que deje ese mal vicio de espiar a la gente –Rió James, mirando a sus amigos con complicidad- No creo que nos vaya a molestar en los próximos meses.

Y es que no había nada como unas palabras bien dichas para zanjar asuntos pendientes. Aunque sus miradas amenazantes en un callejón solitario también tuvieron algo que ver. Claro que eso no tenían porque saberlo las chicas.

-¡Genial!-Exclamó la joven Turner, reincorporándose- ¿Y si para celebrarlo recogemos a Dafne y nos vamos a comer al centro comercial? Después podríamos ver una película.

-Cualquier excusa es buena para pasarlo bien-Aprobó Remus, deseando volver a ver a su novia.

-Cualquier excusa es buena para ir al cine-Corrigió Sirius, mirando a la morena con picardía.

Katrina miró hacia el cielo con resignación antes de colgarse en el hombro el bolso que su novio le extendía. Estaba claro que hay cosas que nunca cambian y Sirius Black era una de ellas.

-¿Os dais cuenta que en cuanto atravesemos esas puertas ya dejaremos de ser simples estudiantes de instituto?-Observó Lily, con una triste sonrisa en el rostro- ¿Estaremos preparados para ser adultos?

-No tengo ni idea-Confesó James, encogiéndose de hombros ante la atenta mirada de sus amigos- Pero las cosas no nos pueden ir tan mal si estamos los cinco juntos.

Sus amigos asintieron conformes, y juntos cruzaron las puertas tras las cuales se encontraba el mundo de los adultos. No sabían lo que les depararía el destino y de momento no querían pensar en ello. Todavía eran jóvenes y tenían todo un verano por delante para divertirse y ser rebeldes.

The End

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Y se acabó lo que se daba… Snif, snif, tengo tanto que decir pero a la vez no se como decirlo jejeje. Ahora mismo tengo una sensación un tanto agridulce difícil de explicar. Por una parte estoy contenta por haber logrado uno de mis propósitos de este año (jejejeje) y por el otro estoy un poco triste porque no se si volveré a escribir las locuras de todos estos personajes a los que les he cogido tanto cariño.

Pero como todo ha acabado bien y estoy bastante contenta con el resultado, solo me queda desear que hayáis disfrutado leyendo esta historia tanto como yo al escribirla.

Quería daros las gracias, las gracias por tomaros las molestias de leer el fic, por estar ahí capítulo tras capítulo, por apoyarme con vuestros mensajes… ¡Es que tengo tanto que agradeceros que no se por donde empezar! Por eso quiero que sepáis que la historia jamás hubiese llegado hasta aquí sino hubiese sido por vosotros ¡Gracias! Y espero sinceramente que os acordéis de este fic cada vez que queráis distraeros o simplemente leer alguna locura.

Por mucho tiempo que pase, ya sean días, meses o años… siempre será un honor para mi que este fic siga en activo ya que será como si los personajes siguiesen haciendo de las suyas jajaja.

Ojalá que hayáis y sigáis disfrutando de esta historia y espero que sigáis dejando review con vuestra opinión. No importa si nunca has dejado ninguno, si sólo pudiste dejarlos en alguna ocasión o simplemente que acabas de encontrar la historia, e independientemente que sean más largos o más cortos, para mí siempre será una gran alegría meterme en la página para leerlos. Porque como siempre he dicho… ¡Son mis dosis de inspiración! Jejejeje.

Gracias a esta historia he conocido a gente fantástica y pase lo que pase nunca me arrepentiré de haberla escrito y espero que vosotros tampoco de haberme animado a hacerlo jejeje.

En fin, lectoras/es, de nuevo muchísimas gracias por estar ahí, por todos esos comentarios que jamás pensé que conseguiría al empezar esta alocada idea y espero que nos veamos en futuros proyectos. Quién sabe, a lo mejor dentro de unos meses incluso hago una segunda parte jejejejejeje. Muchos besos y gracias por todo!!

¡¡GRACIAS POR VUESTRO APOYO!!

Arianita BlackHola wapa! ¿Cómo estás? ¿Qué te ha parecido el capítulo? Es más, ¿Qué te ha parecido el fic? Jejejeje, como ves estoy ansiosa por saber cual es el veredicto jejeje. Pero es ahora en el último capítulo cuando quiero darte una vez más las gracias, gracias por leer, gracias por apoyarme y sobre todo, gracias por que desde que empezaste a leer el fic has estado ahí en cada capítulo, dándome tu apoyo con tus siempre maravillosos reviews. Por eso gracias y espero de todo corazón que hayas disfrutado con el fic hasta la última palabra. Un beso y espero que nos veamos en futuros proyectos!!!

Alba BlackHola! ¿Qué tal estás? Soportando el calor supongo jejejeje. ¡Me alegro que el capítulo anterior te gustase! Aunque no estoy segura si interpreté bien tu interesante jejejejeje. Pero dime, ¿Qué te ha parecido el capítulo final? ¿Te ha gustado? Dime que si!!! Pero lo más importante ¿Qué te ha parecido la historia? Creeme que estoy que me muerdo las uñas!!! Tal solo espero que hayas disfrutado leyéndola tanto como yo al escribirla y que este capítulo no te haya hecho cambiar de opinión jejejeje. En fin wapa, quería darte las gracias, las gracias por todo. Por leer el fic, por apoyarme con tus reviews… ¡Gracias! Creeme que significa mucho para mí. Ahora solo espero que te animes a leer alguna de mis otras historias y sino espero que nos veamos en futuros proyectos. Creeme que has sido una lectora 10! Jejejejeje. Petonets!

Getta Black: Hola wapa! ¿Cómo estás? Espero que muy bien Eché mucho de menos tu siempre divertido reeview en el capítulo anterior, peor no podía "irme" sin despedirme también de ti jejeje. Tan solo quería darte las gracias por tomarte las molestias en leer la historia y sobre todo por estar ahí apoyándome con tus reviews. Por todo eso y por más, espero que hayas acabado de leer la última palabra con buen sabor de boca y te lleves un agradable recuerdo de esta loca historia. Un beso y gracias por tu apoyo!!

Joice: Hola! ¿Qué tal? Quería darte las gracias no solo por participar en la votación sino también por leer el fic. Espero que te haya gustado y hayas disfrutado leyéndolo tanto como yo. Besos!

K-rmen: Hola! ¿Cómo estás? ¡Qué bien que te haya gustado el capítulo anterior! ¿Pero y este? Aunque yo creo que la pregunta adecuada en este capítulo sería ¿Qué te ha parecido el fic? ¿Te ha gustado? Espero que si jejejeje. Tan sólo quería darte las gracia personalmente por leer y sobre todo por apoyarme con tus reviews ¡Gracias! Creeme que significa mucho para mí. Un beso y espero que nos veamos en alguno de mis otros fics!!

Primas.PotterHola! Jajajaja, me alegro qye el capítulo anterior te haya gustado tanto. Pero dime, ¿Qué te ha parecido este? No te imaginas las ganas que tenía de llorar cuando escribí la última palabra y ya que decir cuando puse el punto y final jejejejeje. En fin, tan sólo espero que te haya gustado el fic y hayas disfrutado hasta el final con todas las locuras de nuestros chicos. Por eso quería darte las gracias, gracias por leer y sobre todo por apoyarme con tus reviews. Gracias!

Armelle PotterHola wapa! ¿Qué tal las vacaciones? ¿Te has ido a alguna parte? Sea lo que sea que hayas hecho espero que te lo hayas pasado muy bien Pero dime, ¿Qué te ha parecido este capítulo? ¿Te ha gustado? Espero que si jejejeje. Pero sobre todo espero que te haya gustado el fic y hayas disfrutado con el hasta la última palabra. Quería darte especialmente a ti las gracias por lo mucho que me has apoyado con el fic con tus reviews ¡Gracias! Y espero que esta no sea la última historia en la que nos veamos jejeje. Besos y cuídate!!

Lorein20Amiga!! Ay que pena! No sabes lo triste que me puse cuando escribí la última palabra, la última letra, el punto y final! Después de tanto tiempo no me puedo creer que haya acabado. Quiero que sepas que una de las cosas que debo agradecerle a este fic es que gracias a el nos hemos conocido y quiero que sepas que te aprecio un montón y te considero una de mis mejores amigas a distancia, por no decir la mejor! Quiero darte por eso las gracias no solo por tu apoyo incondicional con el fic y tus siempre completos reviews (a los que adoro!! ) sino por tu sincera preocupación en tantos momentos difíciles que he pasado últimamente. Todo eso sin contar con el super casting del fic que hiciste, creeme que es la cosa más bonita que podrían hacer por este fic. Me gustó muchísimo y creeme que me hizo muy feliz ¡Gracias! Si es que tengo tanto que agradecerte que creo que no terminaría nunca jajajajaja. Por eso espero que este fic te haya gustado y hayas disfrutado leyéndolo tanto como yo al escribirlo. Fíjate que ha pasado tiempo desde que empezaste a leer pero desde entonces no ha habido ni un solo capítulo en el que hayas faltado y creeme que siempre espero tus reviews con impaciencia. Así que gracias por estar ahí y espero que pienses en esta historia siempre que necesites distraerte. Un beso y hasta pronto!!

GAARHola! ¿Cómo estás? ¿Te puedes creer que ya haya acabado el fic? Yo ahora mismo tengo una sensación agridulce en el cuerpo… jejejeje. Pero vayamos por partes, ¡Qué te ha parecido el capítulo? ¿Te ha gustado? Espero que si. Como ves las cosas han cambiado bastante a cuando empezó la historia jejejeje. Y ahora la pregunta del millón, ¿Qué te ha parecido el fic? Espero que te haya gustado y que hayas disfrutado hasta el final con cada una de las locuras y líos en los que se han metido nuestros chicos. Quería darte las gracias por leer pero sobre todo por apoyarme con tus siempre alegres reviews ¡Gracias! Gracias por tu apoyo incondicional y espero que nos veamos en futuros proyectos! Como por ejemplo un fic que probablemente publicarle a lo largo de las próximas semanas jejejejeje.. Un besazo enorme y cuídate mucho!!

Andre.: Hola wapa! Jajaja, no sabes lo mucho que me gustó tu review del capítulo anterior! Tan extenso y jugoso jejejejeje. Que bien que el capítulo anterior te haya gustado y espero que este también haya sido de tu agrado. Si, tienes razón, Lily se ha llevado la peor parte de todo el fic pero en este capítulo si que ha recibido su recompensa ¿No crees? Jajajajaja. Aunque claro, lo mismo podríamos decir de Sirius, Katy, Remus o Dafne ¿No crees? En este todos tenían motivos para extra contentos ¡Peor ya les tocaba a los pobres! Jejejeje. Y ahora la pregunta del mes ¿Qué te ha parecido el fic? (Yare se muerde las uñas nerviosa) Espero que te haya gustado y hayas disfrutado con el hasta la última palabra. Quería darte las gracias por todo tu apoyo, creeme que tus reviews han sido un gran aliciente para continuar ¡Millones de gracias! Y tan solo espero que hayas acabado esta historia con un buen sabor de boca y te animes a leer otra que publicaré a lo largo de las próximas semanas. Un beso y de nuevo GRACIAS!!

silmarwen754Hola friend! ¿Qué tal estás? Como hace tanto tiempo que no puedo meterme al msn por culpa de internet no se nada de ti ¿Qué tal el verano? Espero que genial. Pero hablando del fic ¡No me puedo creer que ya haya acabado! Tengo una sensación tan agridulce… jejejeje. Pero dime, ¿Qué te ha parecido el capítulo? Y más importante, ¿Qué te ha parecido el fic? ¿Te ha gustado? Espero que si . Tan sólo quería darte las gracias por todo tu apoyo, de verdad que tus reviews han sido muy importantes para mi y siempre me he divierto mucho al leerlos. Pero no solo quería darte las gracias por leer el fic o por tus reviews sino también por todo tu apoyo con todo eso del plagio. Así que gracias ¡Gracias por todo! Y espero que siempre te acuérdese de este fic cuando necesites distraerte y espero que te hayas llevado un buen recuerdo. Un beso y espero que nos veamos en futuros proyectos ya sean tuyos o míos! Jejejeje.

Primas.Potter (Mandi): Hola wapa! ¿Qué tal?Espero que estés muy bien y que después de leer este capítulo no hayas cambiado de opinión jejejeje. Quería darte las gracias por leer el fic y por comentarlo y espero de todo corazón que haya disfrutado leyendo este fic tanto como yo escribiéndolo. Muchas gracias por tu apoyo y un beso muy fuerte!

Pd. En cuanto vuelva de vacaciones (es q me voy a Italia dentro de unos días ) no dudes que me pasaré por tu historia. Un beso!

Tsu AsakuraHola! ¿Cómo estás? No sabes las ganas que tenía de comentar tu review ¿o debería decir tus reviews?jejejeje La cuestión es que te aseguro que después de leerlos cualquier tomate maduro hubiese tenido envidia de mi color de cara jajajaja. Creeme que tus reviews han sido de los más halagadores que he recibido y te doy las gracias porque después de leerlos me dieron unas ganas enormes de escribir jejejeje. No sabes como me alegro que te haya gustado tanto el fic y espero que este último capítulo no te haya hecho cambiar de opinión Me encantaría que acabases el fic con un buen sabor de boca y sobre todo que recurras a el cada vez que necesites distraerte. Por leer y sobre todo por apoyarme con tus reviews, quería darte las gracias y espero que nos veamos en futuros proyectos. De momento yo me pasaré por esos one shots que me comentaste a ver que tal están . Un beso enorme y muchísimas gracias por tus palabras.

IsaDaYDrEaMerHola wapa! ¡Cuánto tiempo! Pero me alegra saber que estás bien. Si, creeme que te entiendo cuando dices que los estudios ocupan la mayor parte de tu tiempo a mí desgraciadamente me pasa igual ¬¬ Pero me alegra comprobar que te sigue gustando el fic y la verdad es que espero que después de leer el último capítulo no hayas cambiado de opinión jejejeje. Como ves en el último capítulo las aguas ya han vuelto a su cauce pero ya era hora ¿no? ¡Después de todo lo que han sufrido nuestros chicos! Jejejeje. Y ahora que estoy contestando a tu fantástico review, quería aprovechar para darte las gracias por leer el fic pero sobre todo por comentarlo y apoyarme para continuar la historia ¡Gracias! ¡Gracias por todo! Y espero que nos veamos en futuros proyectos. Por ahora, me encantaría que leyeses el último ONE-SHOT que he escrito y me dejases un review con tu opinión. Se llama "Un Castigo Por San Valentín" y creo que podría gustarte. Un besazo y cuídate mucho!!

MaDe: Hola friend! ¿Cómo estás? No sabes lo que me alegro que te gustase tanto el capítulo anterior y la verdad es que espero que este también haya sido de tu agrado. Me conformaría con que después de leer este capítulo no hayas cambiado de opinión respecto al fic y te lleves un buen recuerdo de esta historia porque… ¡No me puedo creer que ya haya acabado! En fin wapa, tan sólo quería darte las gracias por leer el fic pero sobre todo por apoyarme con tus reviews sinónimo de mis dosis de inspiración jejeje. De verdad espero que la historia te haya gustado y nos veamos en futuros proyectos. Gracias por todo y muchos besos!!

luna712Hola! Antes de nada quería darte las gracias por leer el fic y sobre todo por tu review. Me alegro muchísimo que te haya gustado tanto el fic y espero que este último capítulo no te haya hecho cambiar de opinión jejeje. Tan sólo espero que te lleves un buen recuerdo de este fic y que pienses en el cada vez que necesites distraerte. Por tu halagador review y por tomarte tanto tiempo y molestias en leer el fic ¡Gracias! Muchas gracias por todo y espero que nos veamos en futuros proyectos. Siempre será un honor contar con tu apoyo. Besos!!

J3SHola amiga! ¿Cómo estás? Espero que muy bien y contenta después de leer el último capítulo del fic. ¡Aun no me puedo creer que ya haya acabado! Pero dime, ¿Qué te ha parecido el último capítulo? Es más ¿Qué te ha parecido el fic? Espero que te haya gustado y hayas terminado de leer la última palabra con un buen sabo de boca. Quería darte especialmente a ti las gracias por lo mucho que me has apoyado. Desde que empezaste a leer el fic siempre has estado ahí y la verdad es que me alegro mucho el haberte conocido porque eres una persona muy especial. Por todo eso y mucho más quería darte las gracias, por leer el fic, por comentarlo… Y espero que nos sigamos viendo en futuros proyectos porque siempre me encantará contar con tu apoyo! Un beso y gracias!!

catti-brie potter: Hola! ¿Qué tal estás? Espero que muy bien No sabes como me alegro que el capítulo anterior te haya gustado, pero ¿Y este? ¿Qué te ha parecido el capítulo final? ¡Ay! Final… cada vez que me acuerdo jejejejeje. Bueno wapa, quería aprovechar la contestación a tu review para darte especialmente a ti las gracias por lo mucho que me has apoyado con el fic con tus reviews ¡Gracias! De verdad que significa mucho para mí y espero que te hayas disfrutado leyendo la historia tanto como yo escribiéndola. Tan sólo confío en que te acuerdas de ella cada vez que necesites distraerte o leer alguna locura jejeje y espero sinceramente que nos veamos en futuros proyectos. Un beso y muchas gracias por tu apoyo incondicional!

bronwyn bmHola wapa! La verdad es que no se cuando leeras la contestación pero supongo que cuando lo hagas ya habrás terminado de leer el fic jejejeje. Tan solo quería darte las gracias por tu constancia y por dejar un comentario en cada capítulo ¡Gracias! Eso significa mucho para mí. Ahora sólo espero que te haya gustado la historia y hayas disfrutado leyéndola. Muchas gracias por tu apoyo y espero que nos veamos pronto!!

Estela: Hola! Muchas gracias por tu comentario! Me alegro que hasta el momento te haya gustado el fic, tan sólo espero que después de leer este capítulo no hays cambiado de opinión jejejeje. En fin, muchas gracias por leer la historia osbre todo gracias por tu apoyo!!

Pamela: Hola wapa! Jejejeje, a mí también me da mucha pena que haya acabado el fic pero espero que hayas disfrutado leyéndolo y hayas acabado la historia con un buen sabor de boca. Quería darte las gracias por haberte molestado en leer la historia, peor sobre todo por tu apoyo ¡Muchas gracias! Y sinceramente espero que nos veamos en futuros proyectos. Besos!!

gwynyberHola! Jejeje, no sabes cuanto me alegro que te haya gustado tanto el capítulo anterior y claro que me acuerdo lo mucho que te gustaba Billie. Ya ves, al final es Susan la que le ha echado el lazo jajajajaja. Pero hablando de la historia… ¿Qué te ha parecido el último capítulo? ¡El último! Aun no me lo puedo creer jejejeje. Por eso quería aprovechar este momento para darte las gracias personalmente. Muchas gracias por leer, por tu apoyo y por esos reviews tan divertidos que siempre me han encantado leer. Desde que empezaste a leer el fic has sido una lectora incondicional y siempre será un honor contra con tu apoyo. Muchas gracias por todo y espero que nos veamos en futuros proyectos!!

Andy370: Hola wapa! ¡De verdad has acabado tus prácticas de enfermería? ¡Qué casualidad! Jajaja. Entonces te sentirás muy identificada con Danna jajaja. Que bien que el capítulo anterior te haya gustado pero ¿Y este? Es más, mucho más importante, ¿Qué te ha parecido el fic? Aun no me puedo creeer que ya haya acabado jejeje. De verdad quería darte personalmente las gracias porque desde que empezaste a leer el fic siempre he podido contar con todo tu apoyo y realmente valoro mucho eso ¡Gracias! Siempre esperaba tu review impaciente para saber el veredicto de cada capítulo y por eso espero que nos sigamos viendo en futuros proyectos. Sin ir más lejos, tengo planeado publicar el primer capítulo de otro fic a finales del próximo mes. Espero que te animes y lo leas pero mientras tanto me encantaría que te pasases por el último ONE-SHOT que he escrito "Un Castigo por San Valentin" seguro que te gustará. Bueno wapa, un besazo enorme y de verdad muchísimas gracias por haberme apoyado durante tanto tiempo!

Tsubasa Malfoy: Hola friend! ¿Cómo estás? No sabes como me alegro que te haya gustado tanto el capítulo anterior y lo se, os hice sufrir jejejeje. Pero para eso está éste capítulo, para compensar todo el sufrimiento de los anteriores jejeje. Pero dime, ¡Qué te ha parecido el último capítulo del fic? ¿Te ha gustado? Dime que siiii Aunque lo más importante es ¿Te ha gustado el fic? Espero que si y que hayas acabado de leer la última palabra con un buen sabor de boca. Sobre lo del epílogo, la verdad es que no tenía nada pensado ya que posiblemente haga una segunda parte aunque si es así será dentro de unos meses. Y sobre lo de Nathaza… legalmente no ha hecho nada ya que siempre se encargaba de que fuesen otros los que hiciesen los trabajos sucios. Pero te aseguro que si hay segunda parte recibirá su merecido. Ahora si, quería aprovechar para darte las gracias porque desde que empezaste a leer la historia he podido contar con tu apoyo y creeme que significa mucho para mí. Por eso, por leer, por tus reviews de apoyo… ¡Gracias! Y espero poder contar contigo en futuros proyectos ¡Cuídate!

any blackHola wapa! ¿Cómo estás? Que bien que hasta el momento te haya gustado el fic y espero que después de leer este capítulo no hayas cambiado de opinión jejejeje. Quería darte las gracias por tomarte las molestias en leer el fic y sobre todo por comentarlo y darme tu apoyo ¡Muchas gracias! De verdad que todo eso significa mucho para mi y espero que hayas disfrutado con el fic tanto como lo he hecho yo al escribirlo. Muchas gracias por todo y espero que nos veamos en futuros proyectos. Siempre será un honor contar con tu apoyo. Besos!!

Madmoiselle AgustineHola1 ¿Cómo estás? Me alegro mucho que el capítulo anterior te haya gustado ¿Pero y este? Uff! Aun no me puedo creer que ya haya acabado el fic jajajaja. Es por eso que quería darte las gracias, tanto por tomarte las molestias de leerlo como por comentarlo y darme tu apoyo. Tan solo espero que hayas terminado de leer la última palabra con un buen sabor de boca y espero sinceramente que te acuerdes de esta historia cada vez que necesites distraerte. Un beso!

MackieTonkS ex BongioHola wapa! Jajajaja, no sabes lo que me reí con tu review. Lo que te costó leer el capítulo anterior ¿verdad? Jejejeje, tan sólo espero que este no te haya costado tanto jijijiji. Pero dime, ¿Qué te ha parecido este capítulo? Es más, ¿Qué te ha parecido el fic? De verdad que estoy que me muerdo las uñas jajajaja. Tan sólo espero que hayas disfrutado leyéndolo tanto como yo escribiéndolo y que hayas terminado de leer la última palabra con un buen sabor de boca. Quería aprovechar para darte las gracias por todo tu apoyo, creeme que significa mucho pata mi y espero sinceramente que nos veamos en futuros proyectos. Un beso y cuídate!!

Amishory: Hola! ¿Cómo estás? Tenía muchísimas ganas de llegar a tu comentario para poder agradecerte tu review. Te aseguro que me emocionaron mucho tus palabras y me alegro muchísimo que te haya gustado tanto el fic. Creeme que para una escritora ese es el mejor de los regalos. Francamente quería darte las gracias por tomarte las molestias en leer la historia, por apoyarme con tus reviews y sobre todo por estar ahí, capítulo tras capítulo desde que empezaste a leerlo. ¡Gracias! Y espero de todo corazón que recurras a esta historia cada vez que necesites distraerte o simplemente quieras leer las locuras de esta escritora que siempre te estará muy agradecida. Te aseguro que deseo de todo corazón que hayas acabado el fic con un buen sabor de boca y espero que nos veamos en futuros proyectos. Para mi siempre será un honor tenerte entre mis lectores y contar con tu apoyo incondicional. Un besazo y cuídate mucho!!

monikilla-tonksHola wapa1 ¿Qué tal? Aguantando este insoportable calor supongo jejejeje. ¡Ays, que ya se ha terminado el fic! Que pena! De verdad que tenga una sensación más agridulce… jejeje. Peor dime, ¿Qué te ha parecido el capítulo? Y aun más, ¿Qué te ha parecido el fic? De verdad que espero que te haya gustado y hayas disfrutado leyéndolo tanto como yo escribiéndolo. Quería darte las gracias por tomarte las molestias de leerlo y sobre todo por estar ahí en cada capítulo con tus comentarios. De verdad que siempre han sido una alegría para mí. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu apoyo!!

Tooru Hally Bell PotterHola! ¿Cómo estás? Creo que debería empezar con una regañina por tenerme tanto tiempo en ascuas a la espera de uno de tus nuevos capítulos, pero como yo también me he tomado mi tiempo y supongo que tienes que estar muy ocupada… lo dejaremos en una súplica: ¡Por favor, no tardes en actualizar! Jajajajaja. Y ahora si, ¿Qué te ha parecido el capítulo? ¿Te ha gustado? Aun no me puedo creer que este sea el capítulo final de la historia ¡Ay, que penita! Tan solo espero que el fic te haya gustado y hayas disfrutado leyéndolo tanto como yo escribiéndolo. Por eso, por estar en todos y cada uno de los capítulos sin faltar, quería darte las gracias y sinceramente espero que nos veamos en futuros proyectos porque ya me resultaría raro no tenerte a ti entre mis lectores jajajajaja. Un beso y espero que nos veamos pronto!!

Elo: Hola cielo! ¿Cómo te van los estudios? Creeme que te entiendo lo agobiada que estás y es que a veces los profesores se pasan con los deberes ¿He dicho a veces? Jajajaja. ¡Ay, amiga! Que ya se ha acabado la historia ¡¿Te lo puedes creer?! Yo ahora mismo tengo una sensación más agridulce… jajajaja. Tan solo quería darte las gracias por lo mucho que me has apoyado a lo largo de la historia. Desde que empezaste a leer el fic siempre podía contar con tus alegres comentarios que me animaban tanto a continuar y de verdad espero que hayas disfrutado leyendo esta historia tanto como yo escribiéndola. De verdad, muchas gracias por todo y espero que nos veamos en futuros proyectos! Besos.

Fiio: Hola! ¿Cómo estás? Espero que muy bien y contenta después de leer el capítulo final de esta historia jejejeje. De verdad que aun no me puedo creer que haya acabado después de tanto tiempo ¿Y tu? ¿Qué te ha parecido el fic? ¿Te ha gustado? Tan solo espero que hayas terminado de leer la última palabra con un buen sabor de boca y de verdad que espero que te acuerdes de esta historia cada vez que necesites distraerte o simplemente leer una locura jajajaja. Quería además darte las gracias por lo mucho que me has apoyado a lo largo del fic y francamente espero poder seguir contando con tus alegres comentarios en futuros proyectos. Como por ejemplo en un fic que quiero publicar dentro de unas semanas jejejeje. Un beso y de nuevo gracias por todo!!

Ursula: Hola wapa! ¿Cómo no me voy a acordar de ti? ¡Claro que me acuerdo! ¿Cómo has estado? Espero que muy bien Como ves yo ya he conseguid acabar el fic ¡Ya era hora ¿no?! Jajajaja. Aunque ahora tengo una sensación tan agridulce… Pero bueno, no nos pongamos tristes. ¿Qué te ha parecido este último capítulo? ¿Y el fic? Espero que no hayas cambiado de opinión y te siga gustando jajajaja. Tan solo quería darte las gracias por tu apoyo y recordarte que esta historia estará a tu disposición cada vez que quieras distraerte o simplemente leer alguna locura. Espero poder contar con tu apoyo en futuros proyectos y antes de despedirme quería avisarte que he escrito un ONE-Shot hace poco y me encantaría que lo leyeses y me dejases un review con tu opinión. Se llama "Un Castigo por San Valentín" y creo que podría gustarte jejeje. Un beso y de nuevo gracias por todo!!

Dannapotter: Hola wapa1 jajajaja, no sabes lo que me reí con tus reviews ¿Eres enfermera? ¡Qué casualidad! No, la verdad es que no me comentaste nada pero tiene que haber sido el destino jajajaja. Me alegro mucho que te haya gustado tanto tu personaje como el capítulo anterior y espero que te lo estés pasando muy bien en tu Tierra. Pero ahora hablando de algo más triste jejejeje ¿Qué te ha parecido el capítulo? Es más, ¿Qué te ha parecido el fic? Espero que te haya gustado y hayas acabado de leer la última palabra con un buen sabor de boca. Quería darte las gracias porque desde que comenzaste a leer el fic has sido un gran apoyo para mí. Siempre estabas ahí leyendo los capítulos y apoyándome con tus reviews por todo eso y más ¡Muchas gracias! De verdad que espero que nos veamos en futuros proyectos porque siempre será un honor para mi tenerte entre mis lectores. Un beso!!

Xini-92Hola1 ¡Cuánto tiempo! Me alegro mucho de que estés bien y me alegro también de que te siga gustando el fic. Como ves en todo este tiempo hemos conseguido al fin acabar la historia ¿Te lo puedes creer? Yo aun no jejejeje. Tan solo quería darte las gracias por tu apoyo y tus comentarios y espero de verdad que te lleves un buen recuerdo de este fic al que siempre puedes recurrir si quieres distraerte o leer alguna locura. Bueno wapa, muchos besos y espero que nos veamos en futuros proyectos! Besos y cuídate!!

vickypotter007blak Hola!! Jajajaja, creo que tu amenaza surtió efecto porque en cuanto leí tu review me puse a escribir jejejeje. No sabes como me alegro que el capítulo anterior te haya gustado y espero que este también haya sido de tu agrado. Pero sobre todo, espero que hayas disfrutado leyendo este fic tanto como yo escribiéndolo y espero que te lleves un buen recuerdo de esta loca historia jejeje. Sobre una segunda parte… yo no descartaría la idea jajaja. Con todo esto solo quiero darte las gracias por tu apoyo y espero de verdad que nos veamos en futuros proyectos. Un beso y gracias!!