Buenas!!! Este es mi primera traducción de algún fic (digo mía cuando en realidd le pregunté a medio mundo xD). La historia original es de la gran Kadzuki Fuchoin, una adorable chica de Malasia! (Busque la historia original en la sección en inglés de Gravitation o entre mis historias favoritas). La historia me cautivó desde el primer capítulo, y al ir leyendo el resto me fue emocionando más y más. Espero les guste tanto como a mí y que odien con todo su corazón a Eiji igual q yo !
Disclaimer: Addicted to Shuichi fue escrito originalmente por Kadzuki Fuchoin, NO-ES-MÍO. Y ya q tamos lavándonos las manos, ni a Kadzuki ni a mi nos pertenece Gravitation TxT, es de la grande y única Murakami Maki-sensei!
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Mina san, Konnichiwa!
Estoy de regreso con mi cuarto fic de Gravitation! La idea vino a mi mente una noche de insomnio y decidí ponerla en palabras. Espero lo disfruten!
Dedicado a AshuraAkuma, Suisho-Foxeyes y Asma
Eiji giró la manilla de su puerta y entró en la habitación. Ubicó su portafolio en el piso alfombrado mientras encendía las luces. "Tadaima, Shûichi sama". Murmuró sonriéndole al enorme póster en la pared. Junto a éste se encontraban otras cientas imágenes de Shûichi: Shûichi en concierto, Shûichi participando en un programa de concursos, Shûichi trabajando, Shûichi jugando distintos deportes y toda clase de posibles cosas que Shûichi pudiera estar haciendo.
Eiji observó fijamente su colección con orgullo. Su habitación pronto estaría completamente llena de pósteres. Lo complacía el estar viviendo solo. A su madre definitivamente le hubiese dado un ataque si descubriese su fanatismo por la estrella pop. Eiji ya había perdido la cuenta de cuanto dinero había invertido en revistas con fotografías de Shûichi. Tenía 3 copias del Álbum de Debut de Bad Luck. En su refrigerador no había más que barquillos de fresa, los que comía muy lentamente mientras observaba sus conciertos de Bad Luck una y otra vez.
Se acercó al póster gigante y apretó sus labios en el rostro sonriente y angelical de Shûichi. Se alejó tras besarlo, recordando al tal Yuki Eiri, el amante de su Shûichi quien ya había devorado su hermosa boca millones de veces. La ira y frustración le hacían apretar los dientes, preguntándose como, en su sano juicio, Shûichi sama pudo enamorarse de alguien como él. No cabía duda, era el escritor de las novelas mas famosas y populares bendecido con una belleza demoníaca y talentos que nadie jamás podría tener; sin embargo, comparado con su Shûichi sama, ¡Yuki Eiri no era nada!
Dejando de lado esos incómodos pensamientos, Eiji tomó su toalla y se dirigió al baño contiguo. Hechó a correr la ducha e imaginó que podría ser como una ducha con Shindô Shûichi. Sonrió felizmente mientras pensaba en su plan. "Pronto lo llevaré a cabo" dijo en voz alta.
"Yuki, hoy voy a conseguir un nuevo teléfono". Shûichi se sentó en la cama y observó a Yuki, buscando alguna reacción en él.
El reloj de la mesa marcaba las 9 de la mañana. Shûichi acababa de despertarse junto a Yuki tras la noche de pasión que habían vivido juntos. Para sorpresa de Shûichi, Yuki no le había dicho nada más después de hacer el amor; en lugar de eso, lo sostuvo cerca de él y se durmió.
Yuki abrió uno de sus dorados ojos y murmuró con tono adormilado "¿para qué?"
"Así podrás contactarme más fácilmente" le contestó sencillamente Shûichi, sonriendo al adormilado rubio.
"Hm... como quieras" murmuró Yuki entre las almohadas mientras se volteaba. "¿Qué modelo tienes en mente?" preguntó Yuki
"No lo sé. Ya le pediré a Hiro algunos consejos. Él es mejor que yo en estas cosas. Además tiene un amigo que dirige un negocio. Él podrá ayudarme. Shûichi se apoyó sobre su codo y jugueteó con los suaves y dorados cabellos de Yuki.
"Bien" Yuki respondió tan serio como si le estuviese dando permiso a Shûichi para salir con Hiro. "Tienes dinero para comprarlo?"
"Soy una superestrella, Yuki. Por supuesto que tengo dinero". Shûichi lo miró haciendo pucheros.
"Seh... Una superestrella con talento cero que aun así gana dinero de esas insoportables fanáticas". Yuki se volteó para encontrarse Shûichi y prosiguió molesto. "Me pregunto que anda mal con el gusto de las jóvenes japonesas de estos días" dijo el rubio mientras llevaba una de sus manos a su frente.
Shûichi golpeó levemente a Yuki en su pecho, pretendiendo lastimarlo. Sonrió ampliamente por unos momentos antes de responder "Sí, me pregunto que anda mal con ellas. ¿Cómo es posible que tan solo piensen en comprar alguna de las novelas románticas sin sentido de Yuki Eiri?"
Los ojos del rubio se abrieron sorprendidos "Que?!... pequeño mocoso". Intentó atrapar a Shûichi, pero los movimientos del pelirrosa fueron muy rápidos. Logró escapar sin ser atrapado y se escabulló al baño para tomar una ducha.
"¿Shûichi, oíste la noticia?" le susurró Hiro al vocalista cuando éste entraba a la sala de grabación.
"¿Qué noticia?" preguntó confundido el pequeño
"K san tuvo un accidente"
El pánico hizo estremecerse a Shûichi en un instante. "¿Qué ocurrió?"
"Cayó desde una escalera mientras reparaba las tejas del techo. Se rompió la espinilla izquierda". Hiro cogió su guitarra y tomó asiento.
"Auch. eso debió doler". Un escalofrío recorrió a Shûichi pensando en el dolor si le hubiese ocurrido a él.
"Así es, y el doctor dijo que estará en casa por tres meses"
"¿Qué? ¿Entonces quién sera nuestro mánager? Nuestro próximo concierto es el mes siguiente, necesitamos con urgencia a K. Shûichi comenzaba a desesperarse.
"Oí que Touma contrató a alguien en reemplazo de K por los próximos tres meses" le respondió Hiro mientras afinaba su guitarra.
"¡Pero... K-san es el mejor manager!" lloriqueó el vocalista
La puerta fue abierta antes de que Hiro pudiera responderle. El presidente de NG entró en la habitación, seguido por Sakano, Fujisaki y otro joven.
El hombre media aproximadamente 1,75 metros. Era delgado y bien parecido. 'Yuki podría barrer el piso con este tipo, es mucho más atractivo' no pudo evitar pensar el pelirrosa.
"Shindou kun, estoy seguro que ya fuiste informado sobre la lamentable noticia de K san. Sé que las cosas se complicarían sin K, así que he contratado a otro hombre para reemplazarlo temporalmente" habló Touma.
"¿Cómo está K?"
"Está bien, pero el doctor le ordenó no moverse por los próximos tres meses" respondió Touma. "Oh sí, les presentaré a su manager temporal" Touma se apartó permitiéndole al extraño aproximarse.
"Shindou kun, Nakano kun, conozcan a Eiji Tono" los presentó Touma.
"Encantado de conocerlos, Shindou san, Nakano san. Yoroshiku" Eiji extendió su brazo ofreciendo un apretón de manos.
Shuichi y Hiro se turnaron para estrechar las manos con el hombre llamado Eiji, murmurando al mismo tiempo "Yoroshiku"
"Sa... será mejor que me vaya. Acabo de recordar que tengo que almorzar con Mika y Eiri" Dijo Touma dirigiéndose a la puerta.
"¡Seguchi san!" lo llamó Shûichi antes de que pudiera abrir la puerta. "Ano... ¿podría decirle a Yuki que hoy llegaré un poco tarde?" dijo Shûichi tímidamente.
Touma sonrió alegremente al pelirrosa. "Por supuesto, Shindou kun. Y por favor... llámame Touma. Ya eres casi de la familia"
"Gracias" le agradeció el pequeño.
Eiji se irguió cuando oyó a Touma decir que Shûichi era uno de ellos. ¡NO! Gritó en su corazón. ¡Shûichi no les pertenece! ¡¡Él es mío!!"
Cuando intentó obtener un trabajo en NG, jamás se imaginó que se convertiría en el manager de Shûichi. Buscaba convertirse en uno de los tantos managers en NG, pero cuando Seguchi Touma le había dicho hace 2 días que se convertiría en el manager temporal de Shûichi por los próximos 3 meses, Eiji podría haber gritado de alegría. Ni en sus más locos sueños pensó que podría conocer a Shûichi tan pronto.
El haber conocido a Shûichi en persona hace solo unos minutos atrás le hizo sentir que había muerto y subido al cielo. Shûichi se veía mucho más adorable en la vida real. Su piel lucía tan suave que Eiji tuvo el impulso de pasar sus dedos por ella. Sus cabellos rosados, su cuerpo proporcionado, su apariencia inocente, todo hizo saltar su excitado corazón. Logró mantener la calma en lugar de actuar estúpidamente en frente de todos. Apretó los puños fuertemente en sus bolsillos cuando oyó a Shûichi pedirle a Touma que le entregara un mensaje al escritor. Yuki Eiri. Ese maldito imbécil estará algún día frente a mi. Con sólo pensar en eso Eiji se sintió mejor.
"¿Eiji san?" Lo llamó Shûichi, quien frunció el ceño. Ese hombre lo ignoraba completamente. ¿Y se suponía que debía tomar el lugar de K? Ya comenzaba a dudar de su capacidad, juzgándolo por como prefería mirar el espacio en lugar de escucharlo.
"Eh...eh?" Eiji dejó su ensimismamiento y concentró su atención al fastidiado cantante. "Lo siento, no estaba poniendo atención" se disculpó mientras reía nerviosamente. Mierda, ¿por qué Shûichi sama lo miraba así? ¡Lo siento mucho! ¡Jamás quise ignorar sus llamados!"
"Está bien" lo disculpó reaciamente. "Necesitamos discutir sobre el concierto. Hiro compuso una nueva melodía y nos preguntábamos si podríamos incluirla durante las 2 horas del concierto". Sonrió el pequeño cantante, olvidando por completo su enojo. "¿Cierto, Hiro?" le dijo guiñando un ojo al guitarrista.
Hiro le sonrió mientras elevaba su pulgar.
Lo que sea por usted, Shuichi sama. "Veremos que tan larga es la melodía y decidiremos en que momento podemos incluirla" respondió el manager profesionalmente.
Shûichi tomó las manos de Eiji con las suyas al tiempo que lo miraba agradecido. "¿Hontou? ¡Arigatou! ¡Sabía que eras un buen mánager!" Shûichi se acercó a Hiro para abrazarlo alegremente.
"¡Ah, Hiro!!!" Shûichi lo atrajo hacia sí con el abrazo y observó al pelirrojo. "¡Quiero comprar un nuevo teléfono en la tarde, tienes que venir conmigo!"
"¿Por qué tendría que hacerlo?"
"¡Hiii...rooooo!" lloriqueó el pequeño. "¡Onegai.....!" rogó mientras tiraba de la manga del guitarrista.
"Ya es suficiente, Shindou kun" Fujisaki golpeó en la cabeza a Shûichi y miró a Eiji. "Lo siento, Eiji san, siempre es así de hiperactivo"
"Por favor, no seamos tan formales. A partir de ahora somos colegas" exclamó Eiji. "No se preocupen por el comportamiento de Shindou kun, a mí no me molesta para nada"
"¿Ves, Fujisaki? ¡Te dije que es un buen mánager!" Shûichi le dio unas palmaditas en el hombro y asintió con satisfacción.
"Como sea" murmuró Fujisaki y se alejó de ellos. "Si no comenzamos el ensayo ahora, no podrás ver a Yuki esta nohe"
Con la solo mención del nombre de Yuki, los ojos del hiperactivo vocalista brillaron. Saltó al instante arrastrando a Hiro con él. "¡Vamos, Hiro! ¡Después del ensayo vamos a conseguir el teléfono para que pueda enseñárselo a Yuki esta noche!"
Eiji tomó asiento mientras observaba cantar a su ídolo número uno. Le dolía el alma que su dios nombrara a Yuki. ¿Por qué ese bastardo tiene que perturbar a Shûichi? Pensó el mánager enfadado. Sin embargo, su enojo se disipó en cuando Shûichi comenzó a cantar. Es tan talentoso. Incluso si el concierto fuera mañana, sería capaz de actuar sin ningún problema. ¡Ése es mi Shûichi!
"Gomen ne, Eiji san. Necesito que alquien me acompañe para poder comprar el teléfono". Shûichi miró al hombre que caminaba junto a él. "Ese Hiro... ¡Ya me las pagará! ¡Una simple llamada de Ayaka chan y sale huyendo! Mou..." Dijo el niño muy alto intentando liberar su frustración.
Eiji se rió. "Debes perdornar a Nakano kun, Shindou kun... está enamorado"
"Llámame Shûichi, Eiji san"
El corazón se le estaba saliendo de pura emoción en ese preciso momento. ¡Puedo llamarlo Shûichi! "No creo que eso esté bien, Shindou kun".
Shûichi se detuvo de golpe, deteniendo a Eiji también. "No es tan difícil decir mi nombre: SHU-I-CHI" le enseñó el pequeño.
"Shûichi" repitió Eiji con sumo cuidado, temiendo pronunciar mal su nombre. Eso, en realidad, era muy improbable, ya que venía pronunciando su nombre desde hace mucho tiempo.
"Ahí está... ¿No se siente mejor así?" le sonrió orgulloso y continuó caminando.
Eiji sonrió. Cuando un malhumorado Shûichi se acercó para preguntarle si podía acompañarlo para comprar su nuevo teléfono, Eiji casi se desmaya en el acto. Pretendió estar sorprendido y le preguntó al cantante porqué no iba con Hiro o Fujisaki en su lugar. Shûichi le explicó muy molesto que Hiro tenía una cita con Ayaka y que Fujisaki había sido llamado a la oficina de Seguchi Touma, dejándolo solo. Eiji pretendió revisar su horario en su organizador, sabiendo muy bien que lo acompañaría aun si se avecinara el fin del mundo. Indagó los ojos esperanzados del pequeño mientras revisaba su horario; cuando finalmente le dijo que lo acompañaría, Shûichi le sonrió emocionado. Ese era el mejor regalo que pudiera pedir.
Eiji secretamente sonrió al mirar al joven vocalista caminando junto a él. Agradecía a Hiro y Fujisaki desde lo más profundo de su corazón una y otra vez por darle esta oportunidad. Juntó sus manos en su espalda, esforzándose al máximo para no tocar al cantante. Se había dicho múltiples veces que no debía traicionar la confianza de Shûichi a estas alturas, prometiéndose que el pequeño sería suyo algún día. Sin duda alguna lo haré mío.
"¿Eiji, adónde vas? La tienda está por aqu" Shûichi miró fijamente al hombre mientras le preguntaba.
Dejando sus pensamientos de lado, se sonrojó al notar que estaba caminando en la dirección equivocada. "Lo siento, estaba pensando" dijo en una risita.
"¿Koibito?" (amante) preguntó descaradamente el pequeño, dándole un codazo en el brazo a Eiji.
"¡No!" Eiji casi gritó horrorizado.
"¡Está bien! No hay necesidad de ponerse así, Eiji" Dijo Shûichi desde el suelo.
"Lo siento, no debí reaccionar as" Eiji volvió a disculparse, manteniendo un tono formal en la conversación.
El pelirrosa sonrió torpemente. Notó como se había estremecido Eiji cuando pronunció la palabra amante. Supongo que pasó por una mala experiencia pensó Shû, simpatizando con el hombre, decidido a no preguntarle más sobre el tema en el futuro.
Después de casi una hora eligiendo, Shûichi optó por un modelo de última generación Samsung. "¡Mira aquí, Eiji!" exclam
Giró solo para comprobar que Shûichi estaba tomándole una foto. El pequeño se acercó para permitir que Eiji viera su foto en el teléfono.
"¡Te ves muy gracioso!" Se rió con ganas Shûichi
El rostro dulce e inocente de Shûichi obligó a Eiji a estar de acuerdo con él, a pesar de saber que no se veía para nada gracioso.
"¡No me di cuenta de que casi son las 9!" exclamó de improviso Shûichi al observar su reloj. "¡Debo irme! ¡Yuki se molestará conmigo si llego tarde!" Dijo mientras comenzaba a correr.
"¡Espera!" lo llamó Eiji, haciendo voltear al pelirrosa, aun corriendo en el lugar. "Iré contigo hasta tu departamento" se ofreció el mánager.
"Está bien, Eiji. Ya te he molestado bastante"
"¡No te preocupes! Aun me siento satisfecho por la cena. El caminar me hará bien" Afirmó Eiji con firmeza.
Shûichi asintió. "¡Vamos entonces!" Jaló de la manga de Eiji, forzándolo a correr con él.
Eiji sabía que había mentido, pero no le importaba. No había comido aun. Quería acompañar a Shûichi a casa por dos motivos. Deseaba encontrar donde vivía su dios, esa era la única información que no había logrado conseguir sin importar cuanto hubiese buscado. Además de eso, ¿qué tal si alguna fanática loca lo secuestraba para violarlo?. Eiji se estremeció con sólo pensarlo.
"Aquí estamos" Anunció el pequeño después de una apresurada caminata de 15 minutos.
Eiji observó pasmado el elegante departamento frente a él. El edificio que contaba con exclusivas 14 dependencias le cortó la respiración. ¿Shûichi vive aquí con Yuki Eiri? ¡Pero este departamento es el más extraordinariamente caro de la ciudad¡". "Vaya, lindo apartamento" dijo Eiji casualmente.
"Emm... no es mío" Dijo el pelirrosa tímidamente mientras llamaba el ascensor.
"¿De quién es entonces?" Formuló la pregunta inocentemente, aun cuando ya sabía muy bien cual sería la respuesta.
"Emm... de Yuki... mi..... novio" respondió Shûichi con timidez nuevamente. Salieron del ascensor en cuanto la puerta estuvo abierta. "Muchas gracias por todo, Eiji" le dijo cuando llegaron frente a la puerta del departamento.
"No hay de que". Le respondió Eiji sonriendo con calidez. Quería entrar desesperadamente, pero no deseaba correr el riesgo de encontrarse con Yuki Eiri. Temía acabar rompiéndole la cara o asfixiándolo con sus manos por robarle a su Shûichi sama.
Shûichi introdujo se mano dentro del bolsillo sacando un juego de llaves. Deslizó una de las llaves en el agujero y giró la manilla de la puerta. "¿Arre? ¿Yuki no está en casa?" se preguntó cuando encontró el vestíbulo en penumbras.
"¿Algo anda mal?"
"Nada.. es solo que Yuki no está en casa". Murmuró desilusionado el pequeño pelirrosa. Notó que estaba siendo rudo con Eiji; ni siquiera lo había invitado a una taza de café después de molestarlo el día entero. Giró para mirar a su invitado y ofreció: "¿Eiji, quieres entrar a tomar una taza de café?"
"Claro" respondió Eiji con el tono más casual que pudo pronunciar, aun cuando su corazón lo golpeaba con fuerza. Se sacó sus zapatos y siguió a Shûichi hasta el living. Observó que el apartamento estaba muy limpio aunque algo carente de objetos. Unas cuantas pinturas en las murallas, un set de caros sillones, una pequeña mesa ovalada y un equipo de televisión con sistema de sonido surround era todo lo que había.
"A Yuki no le agrada tener demasiadas cosas en la casa" le dijo Shûichi en tono serio, como si leyera los pensamientos de Eiji. "Toma asiento, te prepararé una taza de caf" ofreció cortésmente.
Eiji se sentó obedientemente y observó como Shûichi desaparecía del lugar. Oyó algunos 'clinks' desde la cocina, y no pudo evitar mirar sigilosamente al cantante. En completo silencio, Eiji se puso de pie y caminó hacia la cocina. Observó al pequeño llenando el hervidor con agua mientras tarareaba alegremente. ¡Cuánto deseaba pasar sus dedos por su adorable carita! Sus ojos se movieron hasta el trasero de Shûichi, deseando el poder acariciarlo. Eiji jamás había visto un hombre como él. Perfecto era la única palabra que podía pensar para describirlo. Shûichi sama, ¿Cómo puedes ser tan hermoso? Pensó Eiji.
Se acercó hacia la cocina sin causar el menor ruido, deseando estrujar su trasero y abrazar su cuerpo. Shûichi, quien aun no notaba la presencia de Eiji en la cocina continuaba tarareando mientras sus dedos jugueteaban en la mesa.
Eiji tragó con dificultad mientras acercaba su mano. Una gota de sudor frío rodó por su cara, indicando cuan nervioso se encontraba. Estaba a menos de un metro de distancia de su dios en la tierra con su ansiosa mano preparada para tomar a Shûichi de un momento a otro.
"¿Quién eres tú?" Demandó saber una voz desde atrás, la que hizo saltar a Shûichi y Eiji.
Eiji se congeló al oír esa voz. A pesar de que era la primera vez que escuchaba esa voz profunda y categórica, automáticamente supo a quien pertenecía.
Yuki Eiri.
Giró y observó a Yuki apoyado en la muralla, quien lo observaba peligrosamente.