Fan Fiction "Una Nueva Aventura"

Por Sarah Starlight

Capítulo No. 9

Ciel caminaba pensativa por los jardines del palacio, pensaba sobretodo en lo difícil que todo se estaba convirtiendo ahora- suspiró -cómo podía ser que una persona se sacrificase tanto por un planeta- volteó su vista hacia el cielo- ¿cómo puede mantenerse este planeta por la voluntad de una persona? -se preguntó con seriedad.

Bajó la vista y continuó su andar sin destino, a su lado caminaba Tara… de pronto la criatura se detuvo y con un semblante amenazante observó cómo se acercaba un extraño hacia Ciel sin que ella se percatase aún.

¿Eres Ciel? ¿Una de las dos Guerreras Mágicas recién venidas del mundo místico? –Preguntó el extraño con una sonrisa mientras observaba a la joven con curiosidad.

Si… ¿quién eres tú? –Inquirió Ciel con curiosidad mientras trataba de no reír por la curiosa vestimenta del joven. Si bien ella ya se había acostumbrado en parte a los extraños atuendos de los habitantes de Céfiro, siempre había quién la sorprendiera.

Soy Ascot –respondió el joven con tranquilidad- ¿Esta criatura es tuya? –Preguntó con curiosidad mientras se inclinaba hacia Tara y la observaba con cautela- es una criatura de Céfiro, no es de las más amigables… -añadió con seriedad.

Es Tara –susurró Ciel mientras también se inclinaba y acariciaba a la criatura, muestra de afecto a la cual Tara ya estaba muy acostumbrada.

Ascot levantó la vista y fijó sus ojos verdes en el rostro sonriente de Ciel, ¿cómo una recién llegada a Céfiro podía ganarse la confianza de una de las criaturas más peligrosas de su mundo? Y más interesante aún ¿por qué no le temía? Ascot sonrió con alegría.


Luz se apresuraba a salir del palacio, sabía muy bien dónde debería empezar a buscar a Lucy, debía traerla de vuelta al palacio de Céfiro, si Déboner estaba con Oriel significaba que el joven no era de confiar y ella debía proteger a Lucy, después de todo: si algo le pasaba a Lucy, no sólo Luz lo sufriría, sino todo Céfiro.

Marina corría tras Luz- Espérame –gritó mientras intentaba darle alcance, tras ella corría Anaís.

El pequeño interrogatorio a la Ciel y Tomoe había terminado hacía unos momentos, no habían obtenido mucha información, la verdad era que las nuevas guerreras mágicas sabían tanto de Oriel como el resto. Guru Clef se había llevado a Latis a otra sala del Palacio y Ciel había decidido ir a despejar su mente a los jardines. Únicamente Tomoe, Marina, Anaís y Luz habían quedado en la sala, ésta última salió de pronto de la sala y Marina y Anaís decidieron seguirla.

¿Sabes dónde se encuentra Lucy? –Preguntó al darle alcance a Luz, ésta negó con la cabeza- ¿entonces a dónde vas? –Inquirió con seriedad.

Creo que es más productivo que busque a Lucy en todo Céfiro a quedarme aquí esperando sin hacer nada –Susurró Luz, diciendo esto volvió a retomar su apresurado andar y desapareció tras unos árboles en los jardines del palacio.

Marina y Anaís veían seriamente el punto donde Luz había desaparecido.

Nosotros también deberíamos hacer lo mismo –Susurró Marina con preocupación.

Quizá sea mejor esperar las indicaciones de Guru Clef –añadió Anaís mientras se ajustaba las gafas en su rostro- yo también estoy preocupada por Lucy, pero no estaría bien que los habitantes de Céfiro viesen de pronto a Ceres y Windam, les preocuparía… y sin los genios no buscaríamos en muchos lugares… -suspiró.

Esto no está bien Anaís… no está nada bien… esa aterradora mujer ha revivido y ahora hay nuevos enemigos… -susurró Marina con preocupación.

Pero también hay dos nuevas Guerreras Mágicas… sé que hay una razón por la cual ellas están aquí, y no creo que sea precisamente para luchar contra nosotras… le creo a Ciel cuando nos dijo que Oriel no era una mala persona… -Dijo Anaís con certeza.

Anaís tiene razón… -se escuchó una voz tras ellas, ambas voltearon a ver: Guru Clef se dirigía hacia ellas, tras él iban Latis y Tomoe- Oriel es una pieza clave… pero no es nuestro enemigo…

¿Cómo puedes saber eso? –Inquirió Marina- ¿Acaso has descubierto algo importante?

Guru Clef negó con la cabeza- Lo único que he descubierto es que originalmente la leyenda hablaba de cinco Guerreras Mágicas… por qué razón luego únicamente se habló de tres no lo sé… Céfiro es un mundo muy antiguo… y está lleno de secretos… quizá estemos enfrentándonos al mayor de todos… -añadió entre susurros.

Necesitamos encontrar a Lucy… recordemos que Déboner está con Oriel y puede hacerle daño –dijo Latis rompiendo con el frío silencio que quedó luego de lo comentado por Guru Clef.

Eso era justamente lo que yo le decía a Anaís –Marina dio un paso adelante- Luz tiene razón en que es mejor buscar a Lucy a quedarnos acá sin hacer nada… -añadió dirigiendo su mirada hacia el punto donde Luz había desaparecido.

¿Pero dónde buscar? –Interrumpió Tomoe- no conozco Céfiro… aunque cuando recién vinimos pude observar algo del planeta… es grande… muy grande…

Y no debemos olvidar que existen muchas dimensiones a donde Oriel pudo haberse llevado a Lucy –añadió Anaís con desilusión- encontrar a Lucy no será nada fácil…

Luz puede encontrar a Lucy –dijo Guru Clef con seguridad- no debemos olvidar que ella es una parte de Lucy… ¿dónde está? –Inquirió mientras dirigía su mirada a Marina.

Luz… Luz… se fue… -Respondió Marina con preocupación.

¿Se fue? ¿A dónde? –Inquirió Latis con seriedad.

Dijo que iba a buscar a Lucy, ya les habíamos dicho –Respondió Anaís.

¿Creen que debemos confiar en ella? –Preguntó Marina- Después de todo, ella misma intentó apartar a Lucy de todos nosotros… ¿no planeará lo mismo en esta ocasión? ¿Y si está de nuevo bajo las órdenes de Déboner? –Miró desesperada a Guru Clef.

El silencio volvió a reinar nuevamente.


Mientras tanto, Oriel observaba Céfiro, su mundo, bajo la gran montaña flotante, estaba sentado en la orilla de la misma… sumido en sus pensamientos… cuando fue interrumpido de pronto.

Oriel… ¿Por qué trajiste a Lucy a este lugar? –Una joven de cabellos blancos le miraba con seriedad- me habías dicho que no ibas a hacerle ningún daño…

Y he cumplido mi palabra… Águila –respondió Oriel con tranquilidad sin apartar su vista del bosque bajo la montaña flotante- yo no he dañado a Lucy…

Águila se acercó más a Oriel y se sentó a su lado- Pero tú buscaste esa batalla… en cierta forma eres culpable…

Oriel cerró los ojos con pesar y suspiró- ¿Cuándo piensas mostrarte a Lucy? –Preguntó dando por terminada la plática anterior.

Águila también suspiró- voy ahora con ella… debe estar por despertar… -añadió.


De pie sobre una roca y de brazos cruzados esperaba Luz, no podía encontrar a Lucy por más que lo intentaba- ¿dónde estás? –susurró para sí mientras cerraba los ojos. Antes nunca fue difícil encontrar a su creadora, pero en esta ocasión era diferente, ¿sería acaso por que algo malo le había ocurrido a Lucy? Luz negó con la cabeza, seguramente Lucy aún seguía desmayada.

Debía concentrarse y lograr contactar con Lucy, después de todo Luz se había prometido a sí misma que la protegería, a ella y a sus seres queridos a cualquier costo. En lo más profundo de su concentración empezó a llamar a Lucy.


Lucy…

Lucy descansaba sobre la cama, aún no reaccionaba luego del golpe que le propiciara el hechizo de Déboner, sobre su cabeza reposaba el emblema del pilar.

Lucy…

Escuchaba en lo más profundo de su mente que alguien le llamaba… ¿pero quién? –la pelirroja frunció levemente el entrecejo, ya ganaba conciencia.

Lucy…

La voz que la llamaba, al principio muy lejana, ahora se escuchaba con claridad… abrió lentamente los ojos, la luz cegadora de la habitación donde se encontraba le lastimaba, así que cubrió sus ojos con su mano derecha… ¿dónde estaba?

Lentamente se incorporó sobre la cama y observó todo a su alrededor, no parecía ser una alcoba del castillo de Céfiro.

Lucy… ¿dónde estás?

¿Luz? –Preguntó la pelirroja al reconocer la voz que escuchaba que le llamaba.

Si… soy yo, estoy en Céfiro pero no puedo encontrarte… luego de que Déboner te atacara perdiste el conocimiento y Oriel te llevó con él… necesito saber dónde estás para traerte de regreso con nosotros.

Observó que frente a ella se encontraba una ventana, el viento la atravesaba incesantemente, Lucy se aproximó y observó hacia fuera: las nubes traspasaban una montaña a la distancia, dirigió su mirada hacia abajo y se encontró con que estaba en una de esas raras montañas sostenidas por la nada, su pensamiento también lo percibió Luz, su otra parte…

Ya veo… -Susurró Luz- sigues en Céfiro, no será difícil encontrarte… -añadió- Espérame, en unos momentos llegaré por ti…