CASARME CONTIGO? ¡¡NO!!

SUMMARY: Él un príncipe heredero. Ella una joven de la Alta Sociedad. Están comprometidos desde pequeños y ni siquiera se conocen. ¿Qué pasara cuando descubran que la persona con la que van a casarse es aquella que le ha hecho la vida imposible desde que le conoció?

Capitulo 1: Unas "merecidas" vacaciones

-Por fin!! – grito una joven d 22 años con una alegría desenfrenada

Elizabeth o Liz como solían llamarla sus amigas, era una joven rica y respetada de la Alta Sociedad. Su padre, Albert Dickson, un conocido y respetado banquero, es el dueño de una de las cadenas de bancos más importante del país. Luego estaba su madre, Eleanor Dickson, una mujer elegante y refinada como pocas. Y por ultimo, su hermano tres años mayor, Alan, según Liz, el chico perfecto para cualquier mujer.

-Estas vacaciones van a ser las mejores de mi vida – sonrió feliz

Liz acababa de terminar su penultimo curso en la Universidad. Estaba estudiando Historia, aunque la verdad, no era que le fascinaba aquello, es mas, odiaba todo lo que tuviera que ver con el pasado. Según ella, no había nada mejor que vivir el presente y el día a día a tope, y olvidarse de lo que otros ya hicieron, y ni pensar en preocuparse por el futuro. Le había costado mucho convencer a sus padres para que la dejaran irse de vacaciones un mes con sus amigas, pero nada se le puede negar a Marie Elizabeth Dickson, como la llamaba su madre cuando estaba enfadada.

De cuerpo muy bien formado, de interminables piernas, larga melena azabache, ojos azules eléctricos, sonrisa dulce y cara de niña buena, pero sobretodo caprichosa y manipuladora como pocas, eran las características que Liz utilizaba para conseguir lo que quería. Hacia cosa de dos años, se había encaprichado de un espectacular deportivo rojo descapotable. Puso cara de no haber roto un plato, saco algunas lagrimillas falsas y su padre le compro el coche. Como muy bien dirían algunos, la consentida y la niñita de papa.

Y montada sobre ese deportivo rojo, iba ahora, conduciendo como una loca por la autopista para recoger a una de sus amigas con las que se iba de vacaciones. En un principio habían decidido ir a una zona de la costa frecuentada por gente importante como ella, que tanto le gustaba recordar, pero al final, desistieron en ello. Todo debido a una discusión que Liz tuvo con sus padres, después de que casi matara del agotamiento a una de sus criadas.

Albert y Eleanor le habían recriminado que no supiera hacer nada, que no supiera valerse por si misma, que siempre necesitaba a una criada para todo, no sabia ni hacerse la cama. Si había algo que Liz era, era orgullosa. ¡Bien! ¿Sus padres le habían llamado inútil? ¡Vale! Les demostraría que era capaz de cuidarse solita, que no necesitaba a nadie que le hiciera la comida o que le dieran dinero.

-¡Ups, me pase!

Freno en seco el coche y dio una vuelta entre los gritos del resto de conductores, un poco mas, y todos chocan. Paro delante de una gran mansión de color rojo, con cuatro pisos de altura y un enorme y hermoso jardín lleno de flores. Toco varias veces el claxon del coche y enseguida salió una joven pelirroja.

-¡¡Liz!! – grito la joven contenta – Pensé que no llegaría a tiempo.

-Ya conoces a mis padres – sonrió dándole dos besos - ¡Estas estupenda Lily! De donde has sacado ese vestido¡ ¡Es monisimo!

-Me lo compro mi padre cuando estuvo en España – sonrió la joven

Lilian Evans, o Lily tenia la misma edad que Liz y se conocían desde pequeñas. Fueron juntas al colegio y al instituto, pero se separaron para ir a Universidades diferentes. Mientras Liz estaba en Italia, Lily se quedo en Londres estudiando Económicas. Como he dicho antes, Lily tenia el pelo rojo oscuro, largo por la mitad de la espalda y un poco rizado. Los ojos eran lo más bonito de Lily, de un color verde esmeralda y una bonita sonrisa. Ella y Liz eran dos de las chicas mas codiciadas de la Alta Sociedad, y ellas lo sabían, cosa que hacia aumentar su ego de "mujeres perfectas".

-Vamos sube, aun tenemos que pasar a por Emy – dijo Liz poniendo en marcha el coche

-Porque te empeñas en ir a una zona llena de gente sin apenas recursos? – grito Lily cuando el coche alcanzo una velocidad frenética.

-Ya te lo explique el otro día – contesto aburrida Liz – Mis padres dicen que no sé hacer nada por mi misma, que dependo mucho de ellos. En pocas palabras, me han llamado inútil. ¿Cómo han podido decirme eso a mí? – grito indignada

-¿Y que piensas hacer?

-Bueno, muy fácil. Buscare algún trabajo, me ganare mi dinero y me comprare todo lo que quiera – sonrió – He visto un traje que es monisimo!

-Pero habrás traído las tarjetas de crédito, no?

-No. Llegamos – pego un frenazo haciendo que Lily casi se estampara en el cristal de delante si no llega a ser porque se hincharon los airbag.

-Os creéis que estas son horas de llegar?

Emily Richardson o Emy, estaba plantada en la puerta de su casa, y según su cara, no estaba de muy buen humor. Alta, rubia y con los ojos dorados, Emy era la mayor de las tres, dos años, y era por eso por lo que se esforzaba en ser la mas seria y responsable de todas. Al principio podría parecer fría, pero cuando la conocías, te dabas cuenta de que era todo lo contrario. Era solo que desconfiaba mucho de la gente.

-Sabéis que hora es?- pregunto amenazante – Son las 12 y a que hora teníais que haber llegado?

-A las 10 – sonrió Liz – vamos Emy, no te enfades, porfi. Esque mis padres no me han dejado salir de casa hasta que no les he devuelto todas las tarjetas de crédito.

-Todas? – grito idredula y horrorizada Emy – La Visa sin limites de gastos que te regalo tu padre cuando cumpliste los 18, también?

-La primera que me quito fue esa – dijo haciendo cara de fastidio y después sonrió – Pero la del club no me la han quitado, la he guardado en la maleta antes que nada.

-Bueno, tendremos que irnos ya – dijo Lily subiendo al coche – Luego hace mucho calor y sudaremos mucho – puso casa de asco

-Tienes razón – asintió Emy subiendo al asiento trasero, al lado de Lily, que iban sentadas sobre el respaldo.

-Chicas, prepararos para el mejor verano de nuestras vida – dijo Liz antes de acelerar el coche.

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-Su alteza, el señor Potter y el señor Lupin le esperan abajo.

-Enseguida bajo Albus – dijo un joven – Bájame las maletas mientras.

Alexander Sirius Black, heredero al trono de Hogwarts. Atractivo, rico, guapo, presumido, egocéntrico... alguien que puede resultar verdaderamente insoportable. Sirius era un autentico dolor de cabeza para sus padres, era todo lo contrario de lo que debería ser un príncipe heredero de un reino. Le importaba bien poco su pueblo, sus súbditos o los problemas que estos pudieran tener, a el solo le importaban sus amigos, las juergas hasta altas horas y las mujeres, su gran debilidad. Se le iban los ojos cada vez que veía a una mujer con unas largas piernas y un buen cuerpo. No se le resistía ninguna.

Primero las conquistaba enviándole regalos y flores, según Sirius, mariconadas que le gustan a todas las mujeres, luego quedaban para ir a cenar a un lujoso restaurante, una noche movidita en un hotel de lujo, y después se cansaba de ellas. Pero pese a toda esa mala fama, era deseado por todas las mujeres, no solo por su imponente y atletico físico, sus ojos azules-grisáceos o por su pelo oscuro, sino también por su dinero y su titulo. Pero solo una mujer seria dueña de todo eso.

-Su alteza

Un joven de la misma edad que el príncipe, 23, hizo una exagerada reverencia, ganándose una carcajada por parte de Sirius.

-James, te ves ridículo haciendo reverencias.

-Al igual que tu cambiando pañales – rió el otro chico

-No me recuerdes eso Remus, fue un trauma para mí – fingió estar dolido.

-¡Ah si! Cuando tuviste que cambiarle los pañales a tu sobrino Draco – rio James

-Si, termino lle no polvos y de pi...

-No lo digas Lupin – le amenazo

-De pis – rio el castaño

Remus Lupin y James Potter, eran los mejores amigos de Sirius. El primero de ojos dorados y pelo castaño, de cuerpo atlético aunque no tanto como el principe; y el seguno de ojos marrones y pelo azabache revuelto, de muy cuerpo y primo lejano de Sirius. A Remus lo conocían desde el colegio, cuando les toco a los tres ponerse juntos para hacer un trabajo con arcilla. Desde ese momento, se volvieron inseparables, y eso que los padres de Sirius, el rey Charles y la reina Halle, no los consideraban una buena compañía, decian que eran una mala influencia para su hijo.

El trono de Hogwarts era bastante grande, y en todo el, era conocida la fama de mujeriegos y juerguistas del principe y sus amigos.

-Sera mejor que nos vayanos – dijo Sirius

-Yo creo que tendremos que ir por la puerta trasera – dijo James – La entrada principal esta llena de periodistas, ademas, he dejado mi coche detrás, podremos salir sin ser vistos.

-Las maletas? – pregunto el principe

-Ya estan en el coche, alteza

-Gracias Albus – le sonrio al mayordomo – Dile a mi madre que ya le llamare... dentro de... no se... puede que unos 10 años – rio

El mayordomo rio. Conocia al señor Sirius desde que nacio y siempre habia tenido un cariño especial hacia ese chico. Podria ser revoltoso, caprichoso, incluso un poco delincuente, pero en el fondo, muy en el fondo, tenia un gran corazon. No sabia porque, pero tenia una corazonada. Algo sucederia en ese viaje que cambiaria la vida de su alteza y esperaba que fuera para bien.

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-Y este es el apartamento que has alquilado? – pregunto horrorizada Emy – Parece el cuarto de los criados de mi casa.

-¡Ey! Es todo lo que podido encontrar – se defendio Liz – Ademas, en esta epoca del verano, estaba todo lleno.

Liz habia alguilado para un mes un pequeño apartamento en la playa. Constaba de solo tres habitaciones, un pequeño comedor y una cocina, separados por una barra como las del bar. Solo habia un baño, donde habia un pequeño plato de ducha, indispensable, el lavabo y el retrete. Pero lo mejor de todo, era la inmensa terraza que habia, con unas impresionantes vistas al mar. lily miro con un gesto despectivo toda la casa con los uebles tapados con sabanas y todo lleno de polvo y saco su telefono movil.

-Que te crees que haces? – dijo Liz quitándole el telefono

-Estoy llamando a mi casa para que mis padres me dejen una sirvienta

-De eso nada – alzo la voz – Nosotras podremos con esto.

-No se tu Elizabeth – mala señal, Lily nunca la llamaba por el nombre completo, solo cuando estaba realmente enfadada – Pero yo no pienso mancharme limpiando todas esta porqueria.

-No seas aguafiestas, nos lo pasaremos bien – la intento convencer – Ademas, no eras tu la que decia que habia que probar cosas nuevas?

-En eso tiene razon, Lily – intervino Emy – Puede que nos lo pasaremos bien.

-Esta bien – se dio por vencida Lily, aunque no muy convencida

-Entonces decidido, bajaremos a por las maletas.

Habian aparcado el coche bajo, mientras subian a ver el apartamento. Sacaron el monton de maletas del coche y las dejaron en la puerta.

-Bueno, lo mas facil ya esta – dijo Emy mirando hacia arriba – Ahora solo queda subirlas al ultimo piso.

-Para eso esta el ascensor – sonrio Liz

-Me temo que eso no podra ser, señorita – dijo un hombre bajito y regordete, tendría alrededor de los 50 años – Soy el señor Pettigrew, el dueño.

-Un placer señor Pettigrew – sonrio falsamente Liz – Como es eso de que no podremos subir al ascensor?

-Esta averiado – respondio el señor

-Y porque no lo arreglan?

-A estas alturas todos estan de vacacones y es imposible encontrar a un técnico

-Me esta queriendo decir, señor Pettigrew que tendremos que subir las maletas nosotras? – pregunto siseante Liz

-Seria para mi un honor ayudarlas señoritas – las chicas sonrieron – Pero sufro de la espalda y el medico me ha mandado reposo. Con permiso.

Y sin mas, el hombre entro en su apartamento, dejando a las tres chicas con la boca abierta y con una expresión de incredulidad en la cara.

-¡Esto es increíble! – grito Liz

-Es bueno probar cosas nuevas – se burlo Lily

-¡Callate Evans! – grito Liz - ¡Esto no puede estar pasándome a mi!

-Podemos ayudarles en algo? – pregunto un chico detrás de ellas.

-No – grito Liz

-Por supuesto – dijeron al unísono Lily y Emy girándose – Seriais tan amables de ayudarnos a subir las maletas?

-Por supuesto – sonrio el chico – James Potter

-Lily Evans – sonrio

-Un placer – sonrio seductoramente besándole la mano – Ellos son Sirius Black y Remus Lupin.

-Y ellas son Liz Dickson y Emy Richardson.

-En que piso estais? – pregunto James

-En el 20, cuarto y ultimo piso – dijo Emy

No hizo falta nada para que Sirius, Remus y James cogieran las maletas de las chicas. dentro de ellos, no hacian mas que pensar en la suerte que habian tenido, hacia tan solo unas horas que habian llegado y ya se habian encontrado a tres chicas, ademas de que iban a ser vecinas. James cogio las de Lily, Remus las de Emy y supuestamente, Sirius las de Liz.

-Puedo sola – dijo de mal humor Liz

-No es ninguna molestia – dijo Sirius intentando parecer amable

-No, he dicho que pueso sola – volvio a decir

Estaba totalmente empeñada en demostrarle a todos que ella era capaz de valerse por si misma, empezando por subir sus pesadas maletas hasta la cuarta planta de un piso sin ascensor.

-Como quieras – dijo Sirius molesto

Odiaba a las chicas como ella, que no se dejaban ayudar. Una de sus tácticas para conquistar, y que casi siempre funcionaba, era la de ayudar a una "damisela en apuros". Primero la ayudaba a subir las maletas hasta su casa, luego ella se lo agradeceria invitándolo a tomar una copa, y el resto, pues no hace falta explicarlo.

-Muchas gracias por ayudarnos – sonrio coqueta Lily – No se que habriamos hecho sin vosotros.

-No ha sido nada – sonrio James – Ya sabeis, estamos en el apartamento del lado, lo que necesiteis, no dudeis en llamarnos.

-"No lo repetiras dos veces guapo! – penso la pelirroja al mismo tiempo que miraba con descaro al moreno de ojos marrones – Gracias

-Creo que iremos a ayudar a vuestra amiga – sugirió Remus

-No hace falta, ella puede sola – sonrio Emy despidiéndose de ellos.

Bueno, eso de que Liz podia sola, era una mentira mas grande que una catedral. Se habia colgado el boldo en el hombro derecho, y en cada mano, llevaba una pesada maleta. La verdad esque las dichosas maletas pesaban una barbaridad. Podia coger solo una maleta y subirlas arriba, después bajar a por las otras. Pero no. ¿Y si dejaba las maletas bajo y las robaban? Con tan solo pensarlo se le ponian los pelos de punta.

Después de una hora, logro llegar al apartamento. Llamo al timbre y espero que abrieran. Fui Lily la que le abrio con una sonrisa burlesca.

-Que tal esa nueva experiencia? – sonrio

-Callate – rugio – No estoy de animos

-Porque no has dejado que Sirius te ayudara? – pregunto Emy

-Porque no – dijo entrando en la casa y cerrando la puerta tras de si – Es de esos tios que piensan que las mujeres no valemos para nada, que somos unas inútiles.

-No crees que te estas tomando todo esto muy a pecho? – pregunto Emy

-No lo creo – dijo muy convencida – Bueno, que hacemos ahora?

-¡¡Buff!! Yo estoy agotada – dijo Emy

-Agotadas?= - grito – Aun queda mucho por hacer, asi que ya estais cambiandoos de ropa que vamos a limpiar todo esto.

-No lo diras enserio, verdad? – pregunto desconcertada la rubia, pero la mirada asesina de Liz basto para que no replicara – Y que nos ponemos?

-Lo mas viejo que tengais – dijo Liz yendo hacia su cuarto.

---- En la habitacion de al lado -----

-No se porque, pero me temo que estas vacaciones van a ser muy moviditas – rio picaramente James

Ellos tenian mas suerte que las chicas, ya que una semana antes de ir alli, un par de criados de Sirius, fueron a limpiar y a dejarlo todo adecuado. Los criados habian insistido en quedarse a cocinar y a limpiarles, pero Sirius se nego, alegando que el podia apañárselas solo, y que deseaba estar un tiempo alejado de la realeza y sus obligaciones, por eso habian elegido un lugar lejos de su casa, Hogwarts, donde estaba seguro que no le conocerían. Tenia curiosidad por saber que se sentia siendo un chico normal.

-La verdad esque no hemos podido encontrar mejores vecinas – sonrio Remus

-Pues no me parecen gran cosa – alego Sirius un tanto molesto

-Eso lo dices porque la morena, ¿cómo era que se llamab? – pregunto James

-Liz – contesto Sirius

-Eso, Liz – continuo – Mira, eso lo dices porque Liz no te ha hecho caso.

-No es eso – le costaba reconocer que una chica no se hubiera fijado en el – Repito, no me parecen gran cosa.

-Bueno, puede que a ti no te parezcan gran cosa, pero Liz tiene una piernas... – se lamio los labios, cerrando los ojos.

-Tu tambien te has fijado en lo largas que eran? – pregunto Remus – No me importaria perderme en ellas.

-Exagerados – murmuro molesto Sirius, mientras sus amigos continuaban alabando a las vecinas.

Por supuesto que se habia fijado en las quilometricas piernas de Liz, seria de imbeciles y de ciegos no fjarse en ellas, sobretodo con esa faldita tan cortita que llevaba y esos zapatos de tacon alto y fino. Por supuesto que se habia en sus ojos, físicamente perfecta, pero era una tozuda, el le habia ofrecido ayuda paa subirle las maletas y ella... ¡Se habia negado! Nunca le habia pasado eso y se sentia frustrado, muy frustrado.

----- Apartamento de las chicas -----

-Ya estais listas? – grito Liz desde el salon – Lily, se puede saber que haces con ese pantalón y esa chaqueta de ARMANI?

-Has dicho que nos pusiéramos lo mas viejo que teniamos – lego la pelirroja

-Cuando te lo compaste?

-Hace cuatro meses – dijo la pelirroja – Es lo mas viejo que tengo, sabes que acostumbro a cambiar de vestuario cada mes. Creo que le he cogido cariño a este conjunto.

-Tomad esto – Liz les lanzo dos vestidos playeros, atados al cuello, de color verde con flores rojas.

-Que cosa es esto? – ppregunto Emy

-Mientras os cambiabais, he aprovechado para bajar a la tienda de bajo y comprar esto – explico – La dependienta me ha dicho que es muy comodo y se lleva mucho.

-Pero verde? – pregunto horrorizada Lily

-No quedaba otro color – dijo Liz

-Y porque el tuyo es rojo? – pregunto Emy

-Chicas, quien parte y reparte se queda con la mejor parte – Les guiño un ojo

-De eso nada – salto molesta Lily – Yo no pienso limpiar esta pocilga, me voy un hotel de lujo.

-Tu no te mueves de aquí, Evans – grito Liz – Ahora mismo vais a cambiaros y vamos a limpiar todo esto.

-No tengo porque, limpialo tu – la reto

-Pues si no estas conforme con las vacacines que las TRES elegimos, coge tus cosas y largate, pero una cosa si te digo, mira a ver quien demonios te aguanta, porque yo no.

Emy permanecia en segundo plano. No le gustaba formar parte de las discusiones entre sus amigas. Siempre se gritaban cosas que ninguna de las dos sentian, estaban varias horas sin hablarse, pero no podian estarlo mucho, ya que enseguida se reconciliaban y como si nada hubiera pasado. Era el problema de ser dos personas muy temperamantales, que al minimo provocamiento saltaban. Sono el timbre varias veces, pero ninguna quiso ir, hasta que una furiosa Liz abrio la puerta para encontrarse con quien menos queria ver en esos momentos.

-Estais bien? He oido gritos – dijo Sirius

-Y a ti que coño te importa? – le grito dejándolo sorprendido – Metete en tus asuntos – y le cerro la puerta en las narices

-No crees que te has pasado un poco? – le dijo Lily friamente y Liz se encogio de hombros – Aunque te fijaste en su cara? – rio y Liz tambien lo hizo.

-Lily, siento mucho lo que te dije antes – se disculpo – Sabes que no es verdad todo lo que dije.

-No, perdoname tu a mi, no creo que vaya a pasarme nada si me pongo esto – enseño la bata verde – Y limpiar esto, no?

Y como si nada hubiera pasado, se abrazaron.

CHAN CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!!!!!!!!!!!! FIN DEL CAPITULO. QUE LES HA PARECIDO? YA SABEIS, SED BUENOS CONMIGO Y DEJADME ALGUN REVIEW, OK?