Disclaimer: Los personajes no me pertenecen (por desgracia), todos ellos, los lugares, los nombres, etc, son únicos y genuinos de la inigualable J.K.Rowling.

Respuesta a los Reviews:

Meilin2: Muchísimas gracias por tu review! No importa que no hubieras dejado antes, con haber dejado ese y saber que lo has leído y te gusta, es más que suficiente!!! Espero que leas este y que te guste igual que los demás.

Nuinardiel Lupin Riddle: Me alegro que te guste los RL/NT. Aunque no es una pareja muy popular que digamos, a mi me encantan. Lee el epílogo y mándame un review diciéndome que te ha parecido. Con respecto a la longitud del texto... Pues es que no podía alargarlo más, eso era lo que tenía que pasar, y no me quería enrollar con cosas sin importancia. El epílogo es un pelín más largo, y muy sorprendente, ya lo verás.

Ireth Isilra: Sí que estuvo corto el capítulo, pero como ya he dicho antes era lo que tenía que pasar. Si lo hubiera alargado no hubiera quedado bien la historia. Aunque me alegro que te haya gustado, la verdad es que me costó mucho escribirlo. Espero que el epílogo no te decepcione, me he divertido mucho haciéndolo

Hawa Black: No sabes lo que me alegra que te haya gustado el fic. La verdad es que esas también son dos de mis partes favoritas y con las que más me divertí escribiéndolas. Me apetecía poner algo de la vida de Snape (me encanta ese personaje), y qué mejor que la describiera Sirius! Y con respecto a la petición de mano, quería que fuera algo caótica. A fin de cuentas... ¡¡se trata de Tonks!!.

Gracias por todos los reviews, muchos besos y a disfrutar del epílogo!!!

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-"¡¡¡Aaaahhhh!!!, ¡Vamos, Remus, date prisa, no creo que aguante mucho más!"- Tonks gritaba, inclinada hacia delante en medio del pasillo-"¡Ya viene, ya viene...!".

La sala del número 12 de Grimmauld Place, estaba completamente hecha un desastre. Esa mañana Sirius, Tonks y Remus habían decidido hacer una limpieza general motivados, eso sí, por la enérgica voz de la señora Weasley, quien les "invitó" sutilmente a que lo hicieran antes de irse a la Madriguera.

Entre todos los muebles y figuras que había esparcidos por el suelo, un muy nervioso Sirius Black intentaba llegar hasta la joven, que gritaba angustiosa, retorciéndose de dolor.

Remus, por su parte, completamente pálido, rebuscaba infructuosamente entre el desorden del piso de arriba. Su corazón palpitaba fuertemente, queriendo salírsele del pecho. Por más que intentaba serenarse y encontrar lo que desde hacía algunos minutos buscaba sin éxito alguno. Al final dejó la habitación peor de lo que estaba, el armario estaba vacío completamente, quedando todo su contenido encima de la cama revuelta. Al intentar darse la vuelta para buscar en otra zona, tropezó con un pequeño mueble que contenía una lámpara, regalo del profesor Dumbledore, que cayó al suelo y se rompió en mil pedazos ('Genial, ahora ya se me están pegando hasta sus costumbres...').

Mientras, en el piso de abajo, los gritos se hacían cada vez más fuertes. Sirius corría de un lado para otro llamando a gritos a Remus, instándole a que se diera prisa en bajar, o alguien lo lamentaría seriamente. Después de lo que a Tonks le pareció una eternidad, Remus bajó corriendo las escaleras con un bulto en sus manos. Sirius, cuando lo vio llegar, levantó a Tonks del sillón en el que la había tumbado y, con cuidado, la acercó a Remus, que parecía que iba a perder la consciencia de un momento a otro.

Cuando Tonks le miró a la cara, se mordió el labio preocupada al verle, todo pálido y con las manos temblorosas y sudadas. Sintiéndose mareada y fuertemente dolorida, se acercó hacia él y le agarró de la mano que tenía libre.

-"Todo va a salir bien. No te preocupes..."- en ese momento se encogió levemente, intentando ahogar un grito de dolor. Remus, al verla, la cogió fuertemente de la cintura y la abrazó dulcemente.

-"Chicos, siento interrumpir este momento tan bonito pero creo que lo mejor será que salgáis de aquí ya"- dijo Sirius mientras les acercaba a la chimenea- "Yo voy a la Madriguera. Estaré con vosotros en menos de un minuto, voy a avisar al resto"- añadió con tono grave. Y, dirigiéndose a Tonks, la dio un beso en la frente y la susurró- "Suerte".

-"Vamos, Sirius tiene razón. Tenemos que irnos ya, no vas a aguantar mucho más"- dijo Remus mirando a la chica fijamente, mientras ella, bastante débil, le sonreía y afirmaba con la cabeza.

Remus, con suavidad, la cogió de la cintura dándole el bulto que llevaba entre sus manos. Despacio, se fueron acercando a la chimenea una vez que Sirius hubo desaparecido por ella. Aún con las manos temblorosas, cogió un puñado de polvos flú y los echó en ella. Después introdujo con cuidado a la mujer y entró él, diciendo alto y claro "¡A San Mungo!".

Nada más salir de la chimenea, Tonks cayó al suelo, incapaz de sostenerse en pie, mientras gritaba de dolor y unas gruesas gotas de sudor resbalaban por su frente.

-"¡Tonks, cariño!, ¿estás bien?. Aguanta, ya falta poco...".

-"Sí, claro, aaauuuu, cómo se nota que tú no estás en mi situación... auuuuu"- Tonks se retorcía cada vez más. El dolor estaba aumentando su frecuencia, haciéndola gritar fuertemente.

-"Tranquila, cariño... ¡Una camilla! ¡Rápido, necesitamos un sanador!"

A los gritos del licántropo, una enfermera con sonrisa insulsa se acercó a ellos tranquilamente.

-"Vaya, ¿está usted bien? La veo muy pálida. ¿Le duele algo?"- dijo la enfermera, que no parecía estar en sus cabales. Remus y Tonks la miraron con cara de querer degollarla, instantes después, la chica volvió a gritar de dolor.

-"¿¿¿Pero es qué está ciega??? ¿¿¿Qué clase de enfermera es usted??? ¡Llame corriendo a un sanador y traiga una camilla!, ¡¡¡¡MI MUJER ESTÁ DE PARTO!!!!"

La enfermera al oírlo dio un respingo y, abanicándose con las manos la cara en señal de acaloramientos, se fue corriendo para llamar a un sanador, diciendo frases incoherentes como: "Oh, Dios mío, oh, Dios mío... ¡yo soy nueva!... ¡Mi primer día, mi primer día!...".

Remus, mientras tanto, sonreía a su esposa, intentando tranquilizarla. Tonks le agarraba la mano, apretándosela fuertemente cada vez que le venía una nueva contracción. Al cabo de unos breves minutos, por fin apareció un sanador cualificado para atender a la pareja, justo en el momento en el que Sirius, Elizabeth, los señores Weasley, Harry, Ron, Hermione y el resto de los Weasley aparecían por las chimeneas.

El sanador conjuró una camilla, donde colocó a Tonks para llevarla rápidamente al salón de parto. El resto de los allí presentes, se acercaron rápidamente a ellos, sonriendo a Tonks mientras la decían que todo iba a salir bien. La chica miró a la señora Weasley con el ceño fruncido, preguntándose cómo era posible que esa mujer hubiera pasado por esto siete veces. Remus, sin soltarle la mano, siguió la camilla hasta que una enfermera le paró.

-"Lo siento, señor, pero si quiere pasar con su esposa debe cambiarse de ropa antes"- él asintió con la cabeza y acompañó a la enfermera a una pequeña sala tras unas breves palmaditas en la espalda por parte de Sirius.

Desde la sala podía oír los gemidos de dolor de su mujer. Con la torpeza que provocaban los nervios, se puso una túnica verde y entró, tembloroso, en la sala de partos.

Nada más entrar, vio a Tonks, tumbada en la camilla, con las piernas ligeramente abiertas y los ojos llorosos debido al dolor. Rápidamente, se colocó junto a ella y le dio un suave beso en los labios mientras le agarraba la mano y le susurraba lo mucho que la quería. No sabía de dónde iba a sacar la fuerza para superar aquello, los nervios le estaban destrozando, y hubiera dado lo que fuera porque su mujer no pasara por semejante dolor.

Pálido y ansioso, sonrió a la joven, que volvía a tener una fuerte contracción.

-"Bien, señora Lupin. Ahora concéntrese, su hijo está a punto de nacer, necesito que haga un esfuerzo. Sólo empuje cuando yo se lo diga..."- dijo el sanador mientras se preparaba para el inminente nacimiento-"¡Ahora, empuje!".

-"Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh".

FLASH BACK

Después de la petición de mano, ambos acordaron que lo mejor sería esperar un tiempo para casarse. Los dos querían que tanto los miembros de la Orden como los chicos, que aún estudiaban en Hogwarts, estuvieran presentes en ese momento tan especial.

Durante el último año, Tonks decidió mudarse definitivamente a Grimmauld Place, donde ayudaba a la Orden y compartía todo el tiempo posible con Remus, eso sí, bajo la estricta promesa de mantenerse lo más lejos posible de la cocina.

En ese año, los dos compartieron no sólo momentos de intimidad sino también de trabajo, en todas las misiones que organizaba Dumbledore, siempre formaban pareja. Se les daba bien trabajar juntos, se conocían tan bien que sólo con una mirada sabían las intenciones del otro, lo que les llevaba a finalizar con éxito todas sus misiones.

Cercano a la fecha de su aniversario, de petición de mano, se celebró la graduación de Harry, Ron y Hermione, a la que, por supuesto, todos los miembros de la Orden estaban invitados.

Los tres chicos estaban sumamente nerviosos, habían terminado su ciclo de estudios y ahora les esperaba el gran reto: Trabajar para la Orden del Fénix. En sus caras se podía ver una mezcla de sentimientos, alegría por la graduación, y el saber que seguirían juntos y tristeza por tener que dejar el castillo del que guardaban tantos recuerdos.

Tonks, sonriente, se levantó precipitadamente de una de las sillas que habían colocado para los invitados en el Gran Comedor y se acercó hacia los chicos, que miraban sus diplomas con satisfacción. Nada más llegar a su altura, los abrazó maternalmente mientras Remus sonreía feliz, rodeado del resto de la Orden, y bajo la atenta mirada de Sirius, quien no perdió tiempo en ir a felicitar a su ahijado.

Después del discurso de Hermione, la excelente Premio Anual, se ofreció una suculenta cena que todos comieron con gusto, especialmente Tonks, que desde hacía una semana, había visto incrementado su apetito. La cena transcurrió ente risas y alguna que otra lágrima de Ginny Weasley, quien veía cómo su novio, Harry, se alejaría de ella por un año. Como respuesta, la chica recibió un cálido abrazo de Harry, que se sonrojó por los aplausos y los "ooohhh" de todos los allí presentes.

Después de haber saciado su apetito y una agradable sobremesa los comensales siguieron charlando tranquilamente hasta que la Señora Weasley se percató que Ron y Hermione habían desaparecido de la mesa. Remus y Tonks se miraron pícaramente y, disculpándose con ellos, salieron del Gran Comedor imitando a los chicos.

Con tranquilidad y paso lento, caminaron hasta llegar a la orilla del lago, donde Remus le enseñó la enorme haya donde los merodeadores pasaban sus ratos de ocio. El hombre, galantemente, le ayudó a sentarse y, acto seguido, se acomodó junto a ella.

Ambos permanecieron allí un largo rato, hasta que unas voces desviaron su atención y, curiosos, se levantaron para averiguar quiénes eran.

-"Ron, no estoy segura de esto"- Hermione estaba sentada entre unos matorrales junto a Ron, quien le acariciaba el pelo suavemente- "Creo que deberíamos decírselo ya a tus padres".

-"Tienes razón, ya llevamos un año juntos... Pero es que... sé lo que va a pasar. En el momento en el que se lo diga no te van a dejar tranquila"- dijo Ron sonrojándose levemente-"Ya sabes lo que te quiere mi madre, seguramente cuando se lo diga querrá ir inmediatamente a comprarte el traje de novia. Si supieras la de veces que me ha insinuado lo buena nuera que serías...".

-"Pues veo que por una vez en tu vida le has hecho caso..."- Hermione le miró pícaramente y, tras acariciarle la mejilla, le besó profundamente-"Pero de hoy no pasa, se lo diremos...".

Remus y Tonks miraban la escena completamente alucinados, pero no pudieron evitar que una enorme sonrisa se dibujara en sus rostros. Intentando hacer el menor ruido posible, se alejaron de los chicos para que disfrutaran de su intimidad.

-"Vaya, vaya, quién lo diría, por fin Ron se dio cuenta..."- dijo Remus riéndose aún de lo que había visto.

-"No me puedo creer que no te dieras cuenta, era muy obvio que desde hacía un tiempo estos dos actuaban algo raro"- dijo Tonks mientras le cogía de la mano.

-"Pero cómo... ¿tu ya lo sabías?".

-"No, saberlo no... pero lo sospechaba. Estos dos nacieron para estar juntos".

-"Como nosotros..."- Remus se paró y la miró fijamente. Tras unos segundos, el hombre la rodeó la cintura con su mano y la atrajo hacia él besándola lentamente-"¿Sabes?, ver a estos dos me ha dado una idea. Los chicos ya han salido de Hogwarts y, aunque a Ginny le quede un año, creo que ya es la hora...".

-"¿La hora de qué?"- Tonks estaba algo confundida. Le miraba dudosa, no entendiendo a qué se refería. Remus se dio cuenta y sonrió divertido mientras se agachaba, colocando una rodilla en el suelo y la tomaba de la mano.

-"Nymphadora Tonks"- Tonks, al oír su nombre completo, arrugó la nariz, provocando una pequeña carcajada del licántropo- "¿Quieres casarte, YA, conmigo?".

-"¿Me estás proponiendo que elijamos ya fecha para la boda?"- preguntó Tonks con el corazón latiéndole velozmente. El hombre sólo la miró y asintió con un gesto de su cabeza.

Tonks, al principio, se quedó estática, intentando asimilar las palabras de Remus, pero después, una enorme sonrisa delató la alegría que estaba sintiendo en esos momentos. Sin pensárselo dos veces, se tiró a los brazos de Remus gritando: "¡Sí!". Se abrazaron nuevamente y se besaron felices.

Por fin llegó el día de la boda. Dentro de la Iglesia el movimiento de los invitados era más que evidente. Los novios estaban separados en dos habitaciones distintas, rodeados cada uno de las personas más allegadas.

Por un lado, el nervioso novio se arreglaba junto con sus padrinos: Sirius, Ron, Arthur, Harry y Snape, que se encontraba en un rincón, cruzado de brazos, pensando qué pintaba él allí. Además, también estaban en la habitación el resto de los varones Weasley: Fred, George, Charlie y Bill.

En la habitación de la novia, justo enfrente de la de Remus, Tonks intentaba tranquilizarse, ayudada por sus damas de honor: Hermione, Ginny, la señora Weasley y una amiga muggle de Tonks llamada Elizabeth.

Las chicas miraban preocupadas a Tonks, quien parecía no encontrarse bien.

-"Tonks, cariño, ¿seguro que te encuentras bien?"- la señora Weasley se acercó a ella y se sentó a su lado, bajo la atenta mirada del resto de las chicas-"Sólo son los nervios de la boda, todo saldrá bien".

-"Claro que sí, amiga. Lo que necesitas es un poco de incienso para relajarte, voy a por él, lo tengo en el coche"- dijo Elizabeth saliendo por la puerta.

---Mientras tanto, en la habitación de los chicos...---

-"Vamos, Remsie, respira hondo y tranquilízate. Esto es muy fácil: llegas al altar, la miras, la juras amor eterno y luego a casa a disfrutar de la noche de bodas"- Remus puso los ojos en blanco ante los consejos de Sirius.

-"Contigo no se puede, ¿es que no vas a cambiar nunca?"- Sirius puso cara de ofendido mientras el resto se reía escandalosamente.

-"Toma, Remus"- dijo el señor Weasley ofreciéndole un extraño amasijo de cables-"lo que necesitas es esto"- añadió señalando el objeto y sonriendo emocionado-"¡Un enchufe!, los muggles dicen que traen suerte en las bodas"- Harry miró al señor Weasley preguntándose con qué muggles habría hablado.

-"Lo que necesita es un buen vaso se hidromiel"- dijo Sirius acercándose a la puerta- "En seguida vuelvo".

Sirius, nada más salir, se encontró con una preciosa morena de ojos azules que salía de la habitación de enfrente. Olvidándose completamente del vaso de hidromiel, se acercó a ella presentándose.

-"Hola, me llamo Sirius".

-"Encantada, soy Elizabeth".

---En la habitación de las chicas...---

-"No, Molly. Creo que no sólo son los nervios de la boda..."- Tonks miraba a las chicas mientras se mordía el labio nerviosamente- "Veréis, yo... no sé cómo explicaros...".

-"Creo que deberías intentar contárnoslo, ¿no será que ya no te quieres casar con Remus?"- preguntó Molly asustada.

-"¡No!, ¿Cómo puedes pensar eso?. Es que yo... bueno, allá va. Estoy embarazada"- las tres mujeres se quedaron con la boca abierta, sorprendidas ante la noticia.

-"Pero... eso es bueno, ¿no?"- preguntó Ginny, dudosa.

-"Sí, es una buena noticia. Deberías estar feliz"- dijo Hermione imitando a su cuñada.

-"Por supuesto que sí"- dijo la señora Weasley-"es una gran noticia, me alegro mucho por vosotros"- añadió Molly abrazándola sonriente.

-"Si, bueno, es que... hay un pequeño problema... Aún no se lo he dicho a Remus..."- en ese momento, la cara de Tonks se puso pálida y, tras taparse la boca con la mano, salió en dirección al baño.

-"¿Tonks, estás bien?"- preguntó Molly, alarmada, golpeando insistentemente la puerta del baño- "Chicas"- dijo dirigiéndose a Ginny y Hermione- "Id a buscar algo para refrescar a Tonks, y decidle a Elizabeth que se dé prisa con el incienso. Creo que lo va a necesitar más de lo que pensábamos".

Las dos chicas asintieron con la cabeza y salieron precipitadamente de la habitación, encontrándose de lleno con las miradas sorprendidas de Sirius y Elizabeth, que hablaban coqueteando, apoyados en una de las paredes.

-"¡Sirius!"- exclamó Hermione sorprendida- "¿No deberías estar con Remus?".

-"¿Y tú no se supone que ibas a por incienso?"- preguntó Ginny señalando a la chica.

---Con los chicos...---

-"Bueno, creo que ya está todo listo. Sólo faltan los anillos".

Remus andaba nerviosamente de un lado para otro, ante la atenta mirada de los chicos, que sonreían ante el comportamiento del hombre. Ya había terminado de ponerse el chaqué gris perla que le habían hecho a medida en la tienda de Madame Malkin. Realmente fue un encargo especial, y le costó mucho convencerla de que quería un traje así, ya que ella sólo confeccionaba túnicas. Pero la mujer tuvo que admitir que había hecho un gran trabajo.

El traje le quedaba perfecto, resaltaba sus anchos hombros, y el pantalón caía perfectamente ajustándose a sus caderas. El fajín azul le daba un toque de distinción, y el chaleco, junto con la corbata, le daba el toque final de elegancia que haría enrojecer a más de una chica.

Intranquilo, se miró una vez más en el espejo, provocando las risas de sus compañeros de habitación, que estaban ya vestidos de un modo parecido a él.

-"¿Cuántas veces vas a mirarte al espejo, Remus?"- dijo Harry acercándose a él- "Estás perfecto. Sólo coge los anillos y ya".

-"Sí, los anillos..."- Remus recorrió la habitación buscándolos- "¿Dónde...?"- la cara de Remus empezó a palidecer- "¿Dónde están los anillos?".

-"Deberían estar aquí"- dijo Ron señalando una mesita- "Juraría que deberían estar aquí, ¿a quién se los dejaste?"- preguntó Ron mirando a Remus.

-"Los traía Sirius"- dijo Snape hablando por primera vez mientras los miraba con aire cansino.

-"¡Sirius!, ay, Dios mío..."- Remus se llevó las manos a la cabeza y se sentó con los ojos muy abiertos.

-"No te preocupes, Remus"- dijo Harry dándole palmaditas en la espalda- "Ron y yo vamos a buscarle, todo saldrá bien"- añadió sonriéndole nerviosamente. Remus le devolvió la mirada incrédulo.

Snape les miraba con una ceja alzada preguntándose cómo era posible que le hubieran confiado algo tan importante al animago. Estaba seguro que la boda acabaría siendo todo un desastre.

Harry y Ron salieron nerviosos de la habitación encontrándose de sopetón a un Sirius un tanto confundido que miraba algo asustado cómo unas nerviosas Hermione y Ginny reprendían a su nueva conquista.

-"¿Qué hacéis vosotras aquí?".

-"¿Y vosotros?"- Ginny y Hermione les miraban confundidas intentando que no descubrieran nada de lo de Tonks- "¿Pasa algo con Remus?".

-"¿Con Remus? ¡No! Qué va... es sólo que... Sirius, Remus quiere ver a Sirius"- dijo Ron pasándose la mano por el pelo nerviosamente- "¿Y vosotras? ¿No le habrá pasado algo a Tonks?"

-"Nooo, el peine"- sentenció Hermione apresuradamente.

-"¿El peine?"- preguntaron los tres hombres a coro, mientras Ginny también la miraba preguntándose si no habría encontrado otra excusa mejor.

-"Sí, el peine. ¿Qué pasa, es que vosotros no os peináis? Me he dejado el peine abajo"- dijo Hermione como si fuera la cosa más obvia del mundo- "Y ahora, si nos disculpáis, tenemos que bajar corriendo... a por el peine, claro".

Las tres chicas bajaron rápidamente no sin antes echar un último vistazo a sus chicos, quienes estaban realmente guapos. Con una sonrisa traviesa, se dirigieron al piso de abajo, dejándoles solos.

Los chicos, por su parte, se quedaron embobados viendo cómo se iban sus chicas, con una sonrisa de satisfacción al ver lo preciosas que estaban con esos vestidos.

-"Vaya, les sienta bien el vestido..."- dijo Ron todavía con mirada ausente.

-"Sí, a la amiga de Tonks le queda perfecto..."- respondió Sirius con una sonrisa pícara.

-"Ginny estaba preciosa..."- dijo Harry imitándole- "Pero... ¿¿¿Para qué narices van a por un peine??? ¿No habían ido esta mañana a la peluquería?"- Sirius y Ron le miraron con una ceja alzada con cara de desconcierto.

-"Bueno, ¿Y ahora me vais a contar para qué me buscabais?"- preguntó Sirius cruzándose de brazos.

-"Oh, es cierto..."- dijo Ron- "Necesitamos los anillos. Snape dice que los traías tu".

-"Ah, sí, claro..."- Sirius empezó a buscar inmediatamente por sus bolsillos. Al cabo de un rato, les miró poniendo cara de bueno y con una sonrisa nerviosa les dijo- "Esto... je je... no os lo vais a creer... Creo que...".

-"¿Crees qué?"- preguntaron los dos dudosos.

-"No os alarméis, pero... je je... creo que me los he dejado en casa..."- Sirius se arrascaba suavemente la nuca mientras les miraba con cara de inocencia.

-"¿¿¿QUÉ TÚ QUÉ???"- Ron y Harry abrieron los ojos como platos y, sin pensárselo dos veces, le arrastraron hacia la salida para ir a buscar los anillos- "Nos mata. Remus nos mata..."- dijo Harry preocupado.

-"Y si no nos mata, seguro que las chicas lo harán por él"- añadió Ron mirando enfadado a Sirius.

Los tres salieron apresuradamente, rogando que los demás no se enteraran del problema.

--- Donde las chicas...---

Después de un buen rato, Hermione, Ginny y Elizabeth regresaron con una jarra de agua bien fría y un cofre lleno de incienso. Tonks, al verlo, puso una cara extraña al acordarse de la dichosa orquilla, aunque afortunadamente, eso ya había pasado a la historia.

-"Vamos, Tonks, creo que ya es hora de que empieces a vestirte. Los chicos ya están arreglados"- dijo Hermione pasándole un vaso de agua- "¿Ya te encuentras mejor?".

-"Sí, creo que las náuseas ya han pasado"- contestó ella algo más tranquila- "¿Habéis visto a los chicos?".

-"Mmmm, sí. Pero sólo a Sirius, Harry y Ron... Están guapísimos. El novio sigue enclaustrado en su habitación"- dijo Ginny sonriendo pícaramente.

Entre las cuatro ayudaron a Tonks a ponerse el vestido que iba a llevar ese día. Realmente estaba radiante. Se miró al espejo por cuarta vez, aún no se creía que pudiera verse así de bonita, sólo esperaba que a Remus le gustara.

El vestido, de un blanco marfil se adaptaba perfectamente a su figura. La parte de arriba se ceñía a sus curvas y caía grácilmente hacia sus tobillos, dando una sensación de elegancia y glamour a la que ella no estaba acostumbrada. Sus hombros iban al descubierto, pero la tela se adaptaba a su brazo, ampliándose sutilmente hasta sus delgadas muñecas.

El pelo lo llevaba recogido en un precioso moño castaño, que había adornado con un suave hilo dorado entrelazado a juego con los bordados de su vestido, además de unas pequeñas rosas blancas iguales a su ramo. Por último, un pequeño velo caía vaporosamente desde la base de su peinado, dándole una imagen de princesa de cuento.

Las chicas la miraban sonrientes, envidiosas, en parte, por el gran día que iba a vivir. Ellas también estaban espectaculares. Las tres chicas llevaban un vestido azul celeste que, al igual que Tonks, se ceñía a su silueta, con un escote recto que dejaba libres sus brazos y hombros. El pelo lo llevaban igualmente recogido con pequeñas flores blancas, y una suave tela transparente pendía por su espalda, enganchada con dos broches dorados al escote del vestido.

La señora Weasley, por su parte, llevaba una preciosa túnica de madrina de color violeta, y un ramo de orquídeas. Sin ocultar la felicidad que les producía ese momento, salieron sonrientes de la habitación.

---En la habitación de los chicos...---

-"Pero bueno... ¿Dónde se han metido esos tres?"- preguntó Remus completamente exasperado.

-"Tranquilo, no te preocupes, estarán al venir. Se habrán encontrado con las chicas..."- dijo Arthur sin creérselo del todo- "Piensa que dentro de veinte minutos te casas"- Remus le miró entornando los ojos, sintiéndose más intranquilo aún.

Snape les miraba sentado en un sillón, sin comprender porqué le habían elegido a él como uno de los padrinos. Remus se dio cuenta del comportamiento de Snape y, tras dudar unos segundos, se sentó a su lado.

-"Snape, esto..."- Severus le miró desconcertado- "Supongo que te estarás preguntando porqué estás aquí".

-"Es algo que me ha pasado por la cabeza"- contestó Snape sin expresión alguna.

-"Verás... Quería darte las gracias por ayudarme a salvar a Tonks. Sé que te expusiste a mucho y te delataste ante Voldemort...".

-"Es mi trabajo, no hace falta que me lo agradezcas"- Snape le miraba extrañado y cruzado de brazos.

-"En fin, gracias y... me alegro de que aceptaras ser mi padrino"- Remus le tendió la mano en señal de amistad, queriendo resarcirse del pasado. Snape aceptó el gesto y estrechó su mano.

De pronto, la puerta se abrió bruscamente y aparecieron tras ella Harry, Ron y Sirius, respirando agitadamente.

-"Vale, ya está todo. Amigo, de esta no te escapas..."- dijo Sirius, sonriéndole mientras le enseñaba los anillos.

-"Creo que ya es la hora... Vamos al altar..."- Remus, nervioso, salió de la habitación, seguido de todos los hombres y tomó su lugar en el altar, esperando la llegada de la novia.

Harry, Ron, Sirius y Severus se colocaron junto a Remus, cerca del altar. Instantes después, comenzó a sonar una suave melodía que acompañaba los pasos de la madrina, Molly que, sonriente, avanzó situándose frente a ellos. Tras ella llegaron las damas de honor, que miraban fijamente a sus chicos, los cuales no les quitaban los ojos de encima. Sirius, al ver a Elizabeth, le guiñó un ojo provocando el sonrojo de la chica.

Por último, salió la novia, acompañada por la marcha nupcial. Iba del brazo de Arthur Weasley, a quien consideraba como a un padre. El hombre, orgulloso, no paraba de repetirla lo bonita que se veía y lo afortunado que era Remus por tenerla.

Remus, al oír los primeros acordes de la marcha nupcial, se puso tenso, pero cuando giró su cabeza y vio a Tonks avanzando hasta él, todos sus nervios desaparecieron al instante. Sin poder dejar de sonreír, la miraba embelesado, preguntándose cómo era posible que lo hubiera escogido a él.

Al llegar al altar, Remus tomó la mano de la novia y, tras besarla suavemente, se colocaron de frente al sacerdote que los iba a casar.

Después de la emotiva ceremonia, los novios y los invitados se dirigieron a los jardines donde iban a celebrar el convite. Tras una copiosa comida y muchas risas, todos rodearon a la novia esperando a que tirara el ramo, que imprevisiblemente cayó en las manos de Ron, ante la sorpresa Hermione, la felicidad de la señora Weasley y las risas de Harry, y los demás.

-"Ay, mi niño... ¡Esto es maravilloso!"- la señora Weasley corrió a abrazar a su hijo, emocionada por la situación- "Y a ti, Hermione, te voy a hacer el vestido. Ya verás, será perfecto... Ya lo estoy viendo. No me lo puedo creer..."- Molly miraba a los dos chicos con una sonrisa de oreja a oreja, planeando la futura boda.

-"Cariño, ¿no crees que tu madre se está precipitando un poco?"- Hermione estaba completamente aterrada.

-"Ya te dije que pasaría... Lo siento, intenté esquivarlo, pero me cayó en las manos..."- dijo Ron algo nervioso- "Toma, creo que será mejor que lo tengas tú"- añadió ofreciéndola el ramo. Ella le sonrió y, tras darle un breve beso en la mejilla, se fue a hablar con Tonks.

-"Vete preparando, de ésta no te libras... je je je... ¡Tu madre os casa!"- dijo Harry riéndose ante la cara de asombro de su cuñado.

-"Si, pues yo que tú no me reiría tanto, que tú vas a ser el siguiente"- contestó Ron con una sonrisa maliciosa, dejando completamente asombrado a un asustado Harry.

El resto de la celebración transcurrió entre risas y bromas de los chicos. Al cabo de unas horas, las parejas se fueron despidiendo disimuladamente. Los primeros en abandonar la fiesta fueron Sirius y Elizabeth, quienes estrecharon lazos durante toda la tarde. Para dejar que los novios disfrutaran solos de la casa en esa noche, Sirius se prestó a pasar la noche fuera. Elizabeth, apenada, ofreció su casa al animago, quien no dudó en aceptar la oferta.

Los segundos en desaparecer de la fiesta fueron Ron y Hermione, ya que estaban algo agobiados por el insistente acoso de Molly, quien no paraba de preguntarles cómo preferían las flores con las que iban a adornar la Iglesia.

Les siguieron Harry y Ginny, asustados de que una vez que se hubieran ido Ron y Hermione, Molly la tomara con ellos y empezara a proponerles también que se casaran en cuanto Ginny acabara su último curso.

Al final de la tarde, Remus y Tonks, completamente agotados, se dirigieron hacia el número 12 de Grimmauld Place.

-"Estoy agotada"- dijo Tonks mientras se tumbaba en la cama una vez se hubo cambiado de ropa- "Creo que no me he reído tanto en mi vida. Pobre Ron...".

-"Sí, creo que a partir de ahora Molly no les va a dejar tranquilos..."- Remus se sentó sonriente a su lado mientras le ofrecía una copa de cava.

Tonks le miró nerviosa y, dudosa, rechazó la copa. Remus la miró sorprendido y frunció el entrecejo en señal de incomprensión.

-"¿Te encuentras bien?, ¿no te apetece?".

-"Sí, estoy bien, es sólo que... no puedo beber. Le haría daño al niño"- dijo Tonks como si tal cosa.

-"Ah, claro... ¿Qué? Un momento... ¿¿¿Qué niño???"- preguntó Remus desconcertado.

-"Verás, es que... no sabía cómo decírtelo... estoy... ¡vamos a tener un niño!"- dijo Tonks mordiéndose el labio nerviosamente esperando la reacción de su, ya, marido.

Remus se quedó sentado, mirando fijamente la copa de cava que tenía entre sus manos. Respirando hondo, se bebió de una sentada todo el contenido de la copa, y tras dejarla junto a la botella, se giró y, mirando a su mujer, la rodeó con sus brazos y la besó desesperadamente.

Tonks no se esperaba esa reacción de su marido, por un momento temió que no quisiera al bebé. Abrió levemente la boca para preguntar, cuando una fuerte presión en sus labios la hizo ahogar sus palabras. Con ese beso quedaban resueltas sus dudas.

-"Te quiero, y estoy orgulloso de que seas mi mujer. Estoy deseando ver la cara de mi hijo".

-"Perdóname por no habértelo dicho antes, tenía miedo... Pero fui una tonta"- Remus volvió a besarla- "Te quiero".

Remus la sonrió dulcemente y, sin parar de besarla, la tumbó en la cama...

FIN DEL FLASH BACK

Tras mucho esfuerzo, Tonks por fin tuvo a su bebé en brazos. Remus y ella miraban a la pequeña completamente asombrados de que juntos hubieran hecho aquella cosita tan perfecta.

Remus besó a su mujer y a su hija y abandonó la sala para que los sanadores pudieran llevarlas a la habitación. Nada más salir, las caras curiosas de sus amigos sonrieron y corrieron hacia él preguntándole insistentemente qué tal había ido todo.

-"Tranquilos, tranquilos"- Remus intentaba callar la avalancha de preguntas- "Tonks está bien, ha sido una niña... Y es preciosa".

Las chicas saltaron de alegría mientras Sirius miraba a Remus un poco decepcionado pensando que no podría llevarse a su sobrino de juerga... De repente abrió sus ojos como platos y comprendió lo que un chico como él podría hacerle a su niña...

-"Ah, no, no pienso dejar que nadie se le acerque"- todos miraron a Sirius un poco confundidos- "Porque si fuera niño, yo no dudaría en llevármelo de juerga cuando creciera al igual que hago con Harry y Ron..."- Ginny y Hermione les miraron desafiantes- "Pero ahora, resulta que es una niña... ¡Y sé como se portan los chicos, estos dos son una muestra de ello!"- ahora las chicas miraban a sus respectivos novios completamente furiosas ante las risas de todos los Weasley, y las caras de susto de Harry y Ron- "¡Y no pienso dejar que se arrimen a mi sobrina!".

-"Sirius, creo que aún falta para eso... Además, seguro que dentro de poco tendrás que vigilar a tus propios hijos"- Sirius enmudeció de repente mientras a Elizabeth le subían los colores.

Al día siguiente, Remus fue a buscar a su mujer al hospital. Ese día le daban el alta, tanto ella como la niña se encontraban perfectamente y lo que más deseaban en ese momento era poder llegar a su casa y disfrutar de su hija.

Todos sus compañeros habían hecho una fiesta sorpresa para ellas en Grimmauld Place. Cuando llegaron a la casa, no pudieron ocultar una gran sonrisa al ver allí reunidos a todos sus amigos con multitud de regalos y una gran pancarta que decía:

"BIENVENIDA A CASA, LEIGH ANNE LUPIN"

Tonks, al verlo, besó a su marido y caminó al centro del salón, donde todas las chicas corrieron a hacerle carantoñas al bebé.

La señora Weasley había llevado kilos y kilos de sabrosa comida, que Ron y Sirius devoraron por completo. La niña, iba de mano en mano sin molestarse lo más mínimo, no lloraba nada, sino que reía y respondía feliz a todas las muestras de cariño que le ofrecían todos.

Al final de la tarde, Sirius anunció feliz que Elizabeth y él acababan de comprometerse y pensaban casarse a finales de año. Molly, al oírlo, corrió feliz a abrazarles y a hablarles de los preparativos de la boda, ante la atónita mirada de los recién prometidos, que poco a poco se iban poniendo cada vez más nerviosos.

Ron y Hermione sonrieron tranquilos, pensando que ahora la señora Weasley tendría con qué entretenerse y no les machacaría tanto a ellos con la boda... Harry y Ginny pensaron igual.

Remus y Tonks, tras felicitar a la pareja, cogieron a su pequeña y la colocaron en su cuna, sabiendo que, a pesar de todos los peligros que podrían sucederles, su vida iba a ser siempre así. Feliz.

FIN --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---

Buaaaaaa (lloros desconsolados), se acabó la historiaaaa. En fin, espero que os haya gustado (ya que supone para mí una pena tremenda).

Al final ha sido un poco más largo de lo que pretendía, me dejé llevar un poco en la boda. Sólo espero que no os haya defraudado y que hayáis disfrutado leyéndola tanto como yo al escribirla....

Pero bueno, toda historia tiene un final... y ésta ha llegado al suyo. Me apetecía que el epílogo fuera en plan divertido, y salieran los demás personajes que no han aparecido en todo el fic.

He puesto a un Remus bastante tierno, y a un Sirius (que me encanta) algo despistado...

Buaaaa, buaaaaa, (sigo con los lloros). La verdad es que ya estoy trabajando en otro fic, esta vez va a ser un Ron/Hermione, me gustaría que lo leyerais cuando lo suba.... Xfisssss!!!!

Sólo me queda despedirme de vosotros, agradeceros por los reviews que me habéis mandado y pediros encarecidamente que me sigáis mandando reviews diciéndome que os ha parecido el epílogo.

Muchos besotes.

Bye.

Leonysse Weasley.