Disclaimer: No sé bien a quien pertenece Shaman King y todo sus personajes, pero descuiden, que seguro que a mí no.

Notas de la Autora y Advertencias: ¡Este es mi primer fic de SK! Lo empecé a escribir hace un tiempo, cuando aún había visto un sólo capítulo de la serie, así que, como podrán descubrir por ustedes mismos, las personalidades de los personajes no son muy verosímiles. Pero quería acabarlo y publicarlo, es como un antojo. Tengo que advertirles que no sólo se trata de parejas homosexuales, sino que además hay sexo explícito, así que, a los que no le gusten estas cosas, simplemente, pueden retirarse. De todos los demás, acepto críticas fundadas. Por cierto, mis personajes son un tanto traumados y bajo ningún concepto deben imitarlos ni sentirse inspirados por ellos, no es verdad que del odio al amor sólo hay un paso. Es sólo una frase estúpida. Ahora sí, disfruten!

-------------------------------

Dolor Nocturno

-------------------------------

Capítulo 1: Quebrando cuerpos.

-------------------------------

Cada vez que lo veo discutir con Horo Horo, tengo la ilusión de que todo haya sido un sueño. De veras, tan sólo anhelo haberlo imaginado durante una noche afiebrada. Esos chicos se miran de una forma, tienen que amarse, no hay otra posibilidad. No obstante, sus ojos dorados detienen el juego para mirarme fijo y mi mente se llena con el sonido de su voz en recuerdos oscuros: Lyserg, mi querido Lyserg... ¡No! Odiaría otro encuentro, odiaría repetir la pesadilla, y odio, por sobre todo, odio el tener esta seguridad de que en cuanto me haya acostado en mi cuarto, percibiré su respiración en mi cuello.

La primera vez fue sin duda la más dolorosa. Yo había notado la forma en que me solía observar, pero aquél día fue tan insistente que me sentí incómodo. Cuando la luna estaba en lo alto, me eché en el suelo de espaldas a la ventana y me cubrí con la sábana, pensando todavía en la fuerza de sus ojos. Me pareció oír algo detrás de mí y un repentino miedo inexplicable me invadió. Entonces lo sentí: su mano fría en mi cintura y su aliento en mi oído.

-Shhh... Lyserg...

Reconocí la voz al instante y quise voltearme, decirle que se fuera, pero mi cuerpo estaba paralizado. La caricia recorrió mi vientre para luego ir más abajo, así que yo gemí.

-No, por favor, no...

-Shhh... –Repitió.

Cerré los párpados con fuerza mientras su lengua jugaba con mi lóbulo derecho. Quería huir, juro que quería huir, pero simplemente me era imposible. Mi mano se tensionó alrededor de la suya, sin poder quitarla de donde estaba. Su cuerpo se apretó contra el mío y caí en la cuenta de que estaba desnudo bajo mis sábanas.

-¿Qué estás haciendo? Soltame, Len, soltame.

-No. No te estás resistiendo, Lyserg, no querés que te suelte. Admitilo, Lyserg...

-Yo...

Me sonrojé. No era verdad. ¡No era verdad! Quería que me soltara, realmente quería que me soltara. Noté que desataba el nudo de mis ropas, abriéndolas lentamente, y lo único que yo pude hacer fue contraerme y volver a rogar: no, por favor, no...

Sentí sus manos en cada parte de mi piel, cada rincón, sus manos frías y sudorosas, rozándome casi con aspereza, con brusquedad. Intenté gritar pero no pude, no pude, y su dedo índice se introdujo en boca lentamente, acariciando mis labios, y yo no podía, no podía gritar, no podía morderlo y lastimarlo y huir. No podía. Así que me quedé tieso mientras me penetraba lenta pero dolorosamente. Dolía. Dios, cómo dolía.

-Me duele... –Dije, en un susurro imperceptible, y repetí: -Me duele...

-Shhh... Ya se pasará... Ya te gustará... –Respondió, con su voz melosa.

La verdad es que no le gusta hablar mucho. Pero cuando lo hace, sus voz es melosa, desentonada. En esa ocasión, la primera en que lo oía hablar así, me dio un escalofrío.

-Yo siempre tengo razón, Lyserg... verás que te gustará.

Y entonces el dolor fue mutando, es cierto, moderándose hasta transformarse en algo más, pero no lo suficiente para disipar la angustia, el terror que toda la situación me provocaba. No me gustaba. No me gusta.

Finalmente, acabó. Me soltó y se fue por donde vino. Sin una palabra de despedida. Yo me quedé allí, inmóvil, temblando, frágil, roto por dentro. Quise llorar, no obstante, mis ojos no se humedecieron en toda la noche. Ni en ésa ni en la siguiente, ni la siguiente, ni la siguiente.

Todavía, espero ese saludo que pondrá fin a mi sufrimiento.

-------------------------------

Más Notas de la Pesada de la Autora: ¿Qué tal? Quería avisarles que lo más probable es que la historia acabe en el segundo capítulo o en el tercero, pero aún no los termino así que no sé. Lamento que sean capis tan cortos, pero así es el fic. El próximo será más o menos del mismo largo. Espero que les haya gustado... ¡Dejen reviews, por favor! ¡No tengan piedad!