HARRY POTTER, EL FUMADOR COMPULSIVO
Era el 7mo y último año del trío dinámico en Hogwarts, quienes se hallaban bajando sus maletas del expresso en la estación de Hogsmeade.
Después del último verano, podemos decir que nuestros héroes habían desarrollado curiosos "gustos" (si podemos llamarlos así): Los gemelos Fred y George eran los afortunados poseedores de una distribuidora de tabaco clandestina en Hogsmeade, mientras que Ron los repudiaba y se hacía el lindo tras la parada de "El tabaco es para idiotas". Hermione no les tomaba en cuenta y Harry devoraba la mercancía de los gemelos Weasley con la mirada. Sí, finalmente había sucedido: Después de convivir en la misma casa que Tío Vernon por 17 largos años, Harry Potter, el niño que vivió, se había convertido en un fumador compulsivo.
Debido a que su nueva condición de fumador le otorgaba cierta necesidad de salir del castillo a cada rato para darse una vuelta por los terrenos y así tener la ocasión de fumarse un cigarro, ocurrió que una tarde en la que se moría por un Viceroy Light presenció algo impactante: Hagrid cosechaba unas matas de hojas grandes y llamativas, metiéndolas en una bolsa que llevaba amarrada al cinto. Hagrid escuchó el murmullo entre las plantas y rápidamente escondió la maceta ( o lo que quedaba de ella, mejor dicho) y se refugió en su cabaña. Con el apuro había dejado caer unas cuantas hojas en la tierra, hojas que fueron recogidas por un veloz y ansioso Harry. "Genial" – pensó el chico.- "Planta de tabaco. Ahora podré sobrevivir hasta este fin de semana; llamaré a Fred para que me traiga un par de cajetillas de 20 "
Salió disparado hacia la torre de Gryffindor a esconder su hallazgo bajo
su almohada.
Esa misma noche, en la sala común de los leones... ¡Aaaah, malditos deberes de Adivinación! – exclamó Ron.- ¿Cómo rayos espera esa vieja loca que descubra la posible causa de mi muerte? ¿Necesitas relajarte?- preguntó Harry con una visible expresión de astucia en el rostro. ¡Por favor! Espera aquí, regreso enseguida.
Harry voló escaleras arriba, tomó un par de hojas de su cama, cogió un
papel bastante delicado y bajó las escaleras tan rápidamente como las
había subido.
Una vez abajo, extendió dos hojas del papel sobre la mesa y, cuidando
de que no quedara nadie más que ellos en la sala común, depositó sobre
ellas las hojas verdes de la planta de Hagrid. Ron miraba sin entender
muy bien la idea. Toma – le dijo su amigo.- Es tabaco puro, 100% natural. No te hará daño como los prensados de tus hermanos. ¿Estás seguro de que es tabaco? Claro, lo encontré en los invernaderos. ¿Qué más podrían cultivar ahí? Mmm... De acuerdo. Pero tú primero.
Harry cogió una de las hojas en sus manos, hizo picadillo el contenido,
la enrolló bien y luego le apretó las puntas para que no dejaran escapar
el contenido. Acto seguido, se lo llevó a la boca y lo encendió.
Ron observó con perfecta atención y, al ver que su amigo parecía
completamente normal, decidió hacer lo mismo. Repitió la operación y le
dio una buena fumada. Al ser su primera vez se atoró, pero volvió a
intentarlo con mucho más éxito que antes. Permanecieron así durante unos
minutos.
Al rato, Harry lo nota bastante risueño. ¿Es mi idea o este tabaco sabe un poco "raro"? ........... ¿Ron? ......... ¿Ron, estás bien? – Harry intentó parase para ver qué le ocurría a su amigo, pero al momento de hacerlo se cayó al piso y rompió en carcajadas. ¿Ehh? ¿Harry? ¿Qué ray...?- El pelirrojo se había quedado dormido y ahora había despertado con el golpe.- JAJAJAJAJAJAJA!!! ¿Y tú de qué te ríes?- le reprochó mientras se sobaba la cabeza, también medio muerto de la risa. ¡Es que... fue.. tan... jajajajajaja! Jajajajajajaja
Ambos amigos estuvieron haciendo ruido hasta muy entrada la noche. A las
4 a.m. se fueron a dormir un poco más tranquilos, pero con algún que otro
efecto secundario del "tabaco" de Hagrid.
Era el 7mo y último año del trío dinámico en Hogwarts, quienes se hallaban bajando sus maletas del expresso en la estación de Hogsmeade.
Después del último verano, podemos decir que nuestros héroes habían desarrollado curiosos "gustos" (si podemos llamarlos así): Los gemelos Fred y George eran los afortunados poseedores de una distribuidora de tabaco clandestina en Hogsmeade, mientras que Ron los repudiaba y se hacía el lindo tras la parada de "El tabaco es para idiotas". Hermione no les tomaba en cuenta y Harry devoraba la mercancía de los gemelos Weasley con la mirada. Sí, finalmente había sucedido: Después de convivir en la misma casa que Tío Vernon por 17 largos años, Harry Potter, el niño que vivió, se había convertido en un fumador compulsivo.
Debido a que su nueva condición de fumador le otorgaba cierta necesidad de salir del castillo a cada rato para darse una vuelta por los terrenos y así tener la ocasión de fumarse un cigarro, ocurrió que una tarde en la que se moría por un Viceroy Light presenció algo impactante: Hagrid cosechaba unas matas de hojas grandes y llamativas, metiéndolas en una bolsa que llevaba amarrada al cinto. Hagrid escuchó el murmullo entre las plantas y rápidamente escondió la maceta ( o lo que quedaba de ella, mejor dicho) y se refugió en su cabaña. Con el apuro había dejado caer unas cuantas hojas en la tierra, hojas que fueron recogidas por un veloz y ansioso Harry. "Genial" – pensó el chico.- "Planta de tabaco. Ahora podré sobrevivir hasta este fin de semana; llamaré a Fred para que me traiga un par de cajetillas de 20 "
Salió disparado hacia la torre de Gryffindor a esconder su hallazgo bajo
su almohada.
Esa misma noche, en la sala común de los leones... ¡Aaaah, malditos deberes de Adivinación! – exclamó Ron.- ¿Cómo rayos espera esa vieja loca que descubra la posible causa de mi muerte? ¿Necesitas relajarte?- preguntó Harry con una visible expresión de astucia en el rostro. ¡Por favor! Espera aquí, regreso enseguida.
Harry voló escaleras arriba, tomó un par de hojas de su cama, cogió un
papel bastante delicado y bajó las escaleras tan rápidamente como las
había subido.
Una vez abajo, extendió dos hojas del papel sobre la mesa y, cuidando
de que no quedara nadie más que ellos en la sala común, depositó sobre
ellas las hojas verdes de la planta de Hagrid. Ron miraba sin entender
muy bien la idea. Toma – le dijo su amigo.- Es tabaco puro, 100% natural. No te hará daño como los prensados de tus hermanos. ¿Estás seguro de que es tabaco? Claro, lo encontré en los invernaderos. ¿Qué más podrían cultivar ahí? Mmm... De acuerdo. Pero tú primero.
Harry cogió una de las hojas en sus manos, hizo picadillo el contenido,
la enrolló bien y luego le apretó las puntas para que no dejaran escapar
el contenido. Acto seguido, se lo llevó a la boca y lo encendió.
Ron observó con perfecta atención y, al ver que su amigo parecía
completamente normal, decidió hacer lo mismo. Repitió la operación y le
dio una buena fumada. Al ser su primera vez se atoró, pero volvió a
intentarlo con mucho más éxito que antes. Permanecieron así durante unos
minutos.
Al rato, Harry lo nota bastante risueño. ¿Es mi idea o este tabaco sabe un poco "raro"? ........... ¿Ron? ......... ¿Ron, estás bien? – Harry intentó parase para ver qué le ocurría a su amigo, pero al momento de hacerlo se cayó al piso y rompió en carcajadas. ¿Ehh? ¿Harry? ¿Qué ray...?- El pelirrojo se había quedado dormido y ahora había despertado con el golpe.- JAJAJAJAJAJAJA!!! ¿Y tú de qué te ríes?- le reprochó mientras se sobaba la cabeza, también medio muerto de la risa. ¡Es que... fue.. tan... jajajajajaja! Jajajajajajaja
Ambos amigos estuvieron haciendo ruido hasta muy entrada la noche. A las
4 a.m. se fueron a dormir un poco más tranquilos, pero con algún que otro
efecto secundario del "tabaco" de Hagrid.