El Prisionero

"Ministro, nuestra más reciente inteligencia nos dice que Voldemort va tras Azkaban. La reducción de los demetores nos da una ventaja, pero no mucha. No estamos seguros que espera conseguir en este ataque, la mayoría de sus seguidores que aun se encuentran ahí están dementes. Sin embargo, es la recomendación de la Orden que transfiramos al prisionero número 8561 a otra parte. Incluso sí el prisionero esta loco Voldemort podría, planeadamente, usar la conexión entre ambos para aumentar sus propios poderes." Ronald Weasley, de veinticinco años, conexión oficial entre la orden del Fénix y el ministerio de Magia, miró cuidadosamente al Ministro Amos Diggory.

El Ministro pensó por un momento y después firmó el pergamino que Ron había traído, autorizando la transferencia del prisionero 8561, mejor conocido como Harry Potter, de Azkaban a los cuarteles generales de la Orden del Fénix, en Hogwarts.

Ron levantó el pergamino, dejó el edificio central del Ministerio y apareció directamente a la costa. Desde ahí, uso su tarjeta de identificación del Ministerio para obtener acceso inmediato a la fortaleza de Azkaban. Mientras navegaba por las gentiles olas del Styx Sound, su memoria divagó diez años atrás, cuando su mejor amigo lo traicionó.

"¡Vamos Ron! Estoy cansado de estar encerrado en el castillo. Podemos escaparnos hacia las Tres Escobas y tomar una cerveza de mantequilla." Harry suplicó un Enero en su quinto año.

Ron lo pensó por un momento

"¡Ron, estoy enloqueciendo!" también Ron los estaba cuando se puso a pensar en ello. Por causa de la amenaza de Voldemort, todos los viajes a Hogsmeade habían sido cancelados así como las actividades fuera de los terrenos de la escuela. Eso significaba nada de Quidditch por dos años consecutivos. Los artículos del Profeta Diario no eran de mucha ayuda.

"Esta bien Harry, vamos." Decidió Ron finalmente.

Mientras los dos se acercaban a la estatua de la bruja con un solo ojo, Ron se preguntó vagamente porque Harry no le había preguntado a Hermione. Luego descartó ese pensamiento considerando que Hermione, ahora una prefecta, nos les permitiría ir.

Emergieron de HoneyDukes y se dirigieron hacia las Tres Escobas. Los dientes de Ron estaban tiritando, así que ron estaba anticipando esa calida Cerveza de Mantequilla.

Cuando pasaban por un callejón, Harry se arrojó precipitadamente a un lado y empujó a Ron hacia la oscuridad. Levantándose, Ron miró a Harry "¿Estás bien? ¿Porqué te caíste?" los ojos de Ron se expandieron, "¿no fue tu cicatriz o si?"

"no, no lo fue." Dijo Harry mientras observar alrededor del callejón.

Ron, confundido, comenzó a observar también.

Tan pronto como Ron dejó de observarlo, Harry empujó a ron hacia atrás, hacia el lado del edificio. Ron traspasó la pared del edificio y aterrizo en un polvazo sótano. Un momento después Harry entró por el hoyo en la pared.

"¿Harry, que esta pasando?" ron comenzaba a enfadarse. Se levantó y sacó su varita.

"Expelliarmus!" grito Harry, desarmando a Ron.

"bien hecho, Potter." Una voz habló desde las sombras. "¡has probado tu lealtad hacia nuestro Maestro!" Ron tembló cundo reconoció esa voz como la de Lucius Malfoy.

Con un grito inteligible, Ron se dirigió hacia la pared por la que había entrado.

"¡Crucio!" dijo Harry y Ron colapsó en gritos.

De repente otras personas entraron por la pared.

Eran Remus Lupin y Hocicos, seguidos por Hagrid y Arabella Figg.

Harry inmediatamente liberó a Ron de la Maldición Cruciatas y se dirigió a los otros.

Lucius Malfoy y otros dos hombres que no habían hecho so presencia conocida comenzaron a lanzar maldiciones a los recién llegados. Después de un momento, Harry se unió a ellos. Lanzó una maldición a Sirius y lo lanzó hacia el muro.

Hagrid, sorprendido y enfadado, se movió para interceptar al chico.

"¡Avada Kedavra!" gritó Harry, terminando la vida del gentil gigante, después desapareció por el hoyo en el muro.

Arabella Fig. Lo siguió con una seria y determinada mirada en el rostro.

Ron, lágrimas brotando por su rostro para entonces, disparó un Inmovilizador a Lucius Malfoy y luego cayó inconsciente.

Cuando recuperó el sentido, se encontró en la Enfermería. Escuchó voces y volteó a buscar el origen de estas. Vio al Director y a Remus Lupin hablando en silencio junto a la cama de Sirius Black.

"¿Director?" llamó suavemente Ron.

Albus Dumbledore se volvió y caminó rápidamente hacia él.

"Sr. Weasley, ¿como se siente?"

"Estoy bien. ¿Qué pasó? ¿Quien estaba suplantando a Harry? ¿Por qué estaban tras de mí?"

Albus Dumbledore cerró sus ojos, "Ron, nadie estaba suplantando a Harry, ese era Harry."

"¡¿Qué? no puede ser! Harry nunca haría, él…" Ron se detuvo al ver la derrota en el rostro de Dumbledore.

"Remus vio a ustedes dos marcharse. Él estaba observando el mapa de los merodeadores. Sabes que ese mapa no miente. Arabella fue tras Harry. No lo atrapó, pero él soltó su varita en el camino. Sí el dueño de una varita esta desaparecido, puedes localizarlos con su propia varita si es que la han tocado en las ultimas veinticuatro horas, encontramos a Harry cerca del borde del bosque prohibido. Ha sido acusado por los cargos de usar la Maldición Cruciatus, estar en conveniencia con criminales conocidos y por el asesinato de Rubeus Hagrid."

Ron se recostó en la cama impactado, no podía creerlo. Le dio la espalda al Director, cubriendo su cabeza con la sabana, deseando que nunca hubiera recobrado el conocimiento.

El bote, conocido por muchos como el Charon, toco el embarcadero suavemente, sacando a ron de sus pensamientos. Sacudiendo su cabeza, instruyó al hombre del bote para esperarlo a él y al prisionero. Pasando los dos puntos de seguridad, entró a la propiedad de Azkaban. Una ola gélida se posó sobre él, recordándole de la presencia de los dementores. Aunque el ministerio haya removido la mayoría de las criaturas años atrás, por miedo a que se unieran a Voldemort, aún quedaban cincuenta consignados en al Fortaleza.

En todos los reportes, la reducción del número de dementores no había reducido el número de internos dementes. Ron colocó una seria línea en su boca al acercarse a la celda de quien alguna vez fue su mejor amigo. Los dementores, auque en ese momento se encontraban en otra parte de la estructura, aún afectaban a Ron mientras recordaba memorias del juicio.

El mismo Ron testificó, como lo hizo Remus Lupin y Arabella Figg. Usaron Priori Incantatem para probar que fue realmente la varita de Harry la que asesinó a Rubeus Hagrid.

Al final, no había duda que El-Niño-Que-Vivió había abandonado la luz y unido a Voldemort

Aún así, Harry estaba ahí sentado, implorando, proclamando inocencia. El jurado lo contuvo con un conjuro silencioso. Debido a que Harry era un menor, no pudieron sentenciarlo al beso del Dementor. En lugar de eso, obtuvo dos cadenas de por vida en Azkaban.

Mientras los dos dementores escoltaban a Harry de la corte, Ron derramó una última lágrima y luego resolvió hacer hasta todo lo posible que pudiera para destruir la oscuridad que había reclamado a su amigo.

Parado frente a la celda, miró a Harry Potter por primera vez en diez años.

El hombre estaba horriblemente delgado. Sus costillas sobresalían con las delgadas indumentarias de la prisión. Su cabello estaba lacio, ya no más el salvaje desorden que una vez fue. Su famosa cicatriz no era visible bajo la enredada masa de mechones que descansaban sobre su frente. Un par de lentes a los que les faltaba una gafa estaban aferrados en una huesuda y pálida mano. Sus ojos estaban cerrados y dormía. Cada cierto tiempo, un escalofrío corría por su cuerpo.

Ron murmuró la contraseña para abrir la celda y entró. El ocupante despertó de un brinco por el crujir del metal.

"prisionero 8561, serás transferido a los cuarteles centrales de al Orden del Fénix. Cualquier resistencia de tu parte será recibida con severas consecuencias. Levántate y voltea hacia el muro."

Harry Potter, después de colocarse sus lentes, hizo como se le dijo, su cara no mostraba emocion a reconocimiento alguno hacia el hombre dentro de su celda.

Ron conjuró unas esposas, ató sus manso y después, tomándolo por un codo, escoltó al hombre hacia otra parte de al fortaleza. Lo dejó en una habitación y cerró la puerta.

"Estoy transfiriendo al Prisionero 8561 a Hogwarts por orden del Ministerio de Magia. Solicito todos los registros concernientes a este hombre." Dijo Ron, mostrando las instrucciones del Ministro al hombre que se encontraba en el área de procesamiento.

"Todo parece estar en orden Sr. Weasley. Por favor espere un momento mientras obtengo los registros."

Ron se sentó y esperó, contemplando que clase de persona tomaría un trabajo en Azkaban. Sabía que los trabajadores estaban en rondas de dos semanas. Trabajarían por dos semanas y luego obtendrían seis semanas fuera de la isla. Debe ser el trabajo más miserable en todo el planeta.

Cuando el hombre regresó ron le dio las gracias, tomó el archivo de Harry y salió. Encogió el archivo, lo guardo en su bolsillo, y regresó con Harry.

Lo llevó por los dos puntos de seguridad, cada vez mostrando las instrucciones del Ministro, y regresó al bote.

Siguiendo el procedimiento del Ministerio. Encadenó a Harry al asiento del bote (se sabía que los prisioneros habían tratado de ahogarse a sí mismos durante el viaje) Cuando alcanzaron tierra firme, Ron tomó a Harry hacia la Estación Procesadora Terrestre por la última inspección y el sello para la transferencia del prisionero.

Cuando todo el papeleo estuvo completo, tomó la portllave que Dumbledore le había dado, se asió de Harry, y al activó.

Aparecieron en la entrada principal de Hogwarts. Incapaz de compensar son sus manos, Harry calló al suelo. Ron, su varita en Harry, lo levito hacia una posición vertical.

"Gracias Sr. Weasley." La voz de Sirius Black salió de la puerta abierta. "I pudiera traer al prisionero con usted, lo guiaré a su celda."

Ron y Harry siguieron a Sirius Black por los pasillos y escaleras hacia uno de los más profundo calabozos donde se encontraba una celda de seguridad.

Tras cerrar al puerta, removieron las esposas de las manos de Harry y lo dejaron solo, con un guardia para vigilar el pasillo.

Ron y Sirius caminaron hacia la oficina del Director para dar su reporte.

"Albus, la transferencia del prisionero fue exitosa." Dijo Ron.

"¿Y que hay del comportamiento del prisionero?" preguntó Albus. Ron sabía que estaba preguntando si el prisionero estaba loco.

Sacando el archivo de su bolsillo y alargándolo, Ron se lo presentó. "Aquí está su registro."

"Gracias Ron. Ya puedes irte." Ron obedeció.

Entonces Albus y Sirius procedieron a revisar el registro del prisionero.

Identificación del Prisionero: 8561

Nombre del Prisionero: Harry James Potter

Sentencia: dos cadenas perpetúas en Azkaban.

Edad Actual: 16

Fecha de ingreso: Noviembre 17, 1996.

Condición física: El prisionero esta por debajo del peso promedio.

Condición Mental: Desconocida. El prisionero no ha hecho un solo sonido desde su ingreso a la prisión. Parece estar racional, pero por momentos tiene espasmos y sostiene su cabeza.

Otros comentarios: Ninguno.

Los registros de los años posteriores no fueron diferentes. Albus y Sirius no pudieron concluir sobre su cordura.

Albus suspiró con pesadumbre. Frotó su cara mientras trataba de predecir cual seria el próximo paso del Señor Oscuro. Sus espías solo sabían que era algo grande, pero ya fuese un ataque a Hogwarts, el Ministerio, o algún otro lugar, lo desconocían. Todos los lugares eran igualmente posibles.

Hubo un golpe en su puerta. "Entre" llamó, agradecido por la distracción. La puerta se abrió para mostrar a una joven mujer que se ve veía un poco preocupada.

"¿Si, Auror Moon?"

"Bueno, señor, usted quería ser notificado se cualquier cambio en el comportamiento del prisionero. El… bueno, esta hablando, e insiste en hablar con usted."

Las cejas de Albus se juntaron en confusión. Harry Potter no había dicho una sola palabra desde que había sido traído a Hogwarts. Por los que Albus sabía, apenas y había hablado por la última década. Lentamente se levantó, sus músculos y huesos protestando tanto que Albus estaba seguro que la joven podía escucharlo.

"Veré que es lo que quiere el prisionero."

Mientras caminaba hacia la celda donde Harry Potter se encontraba, su mente estaba aún pensando en la reciente información y tratando de descifrarla. Acercándose al prisionero escuchó una voz raspada diciendo, "¡Lo detendré esta vez!"

"Sr. Potter, usted deseaba decir algo."

Harry saltó asustado, mientras la puerta se abría y Albus ingresaba a la celda. La puerta se cerró tras de él y el guardia permanecía observando todo.

Sin un preámbulo Harry dijo, "Callejón Diagon. Su próximo blanco. Dentro de una semana en plena luz con aproximadamente trescientos seguidores."

Albus observó a Harry con cuidado.

"¿Y como lo sabe? Ni siquiera mis mejores espías saben cual será su blanco."

"Ellos no asisten a cada encuentro entre Voldemort y uno o más de sus Mortífagos. Los únicos que conocen todo el plan son Colagusano, Lucius Malfoy y Marcus Flint."

"¿Y como lo sabes?"

Harry dio una carcajada seria y seca." Azkaban no pudo adelgazar la conexión; de hecho, los dementores intensificaron los efectos. Si no me hubieran tirado ahí, yo hubiera sido tu más grande fuente de información. En los últimos diez años he escuchado cada detalle de cada ataque siendo planeado semanas o incluso meses antes de que ocurrieran."

"¿Me está diciendo esto, esperando por piedad Sr. Potter? Debemos segar lo que cosechamos." La voz de Albus no contenía enojo ya que hace mucho había decidido que era inútil enfadarse por las decisiones de Harry.

Harry lo miró con firmeza. "Espero piedad, pero no en al forma en la que piensas. Cualquier vida que pueda ser salvada por darte esta información significa una muerte menos que tengo que sentir, una maldición Cruciatus menos que resistir. Esa es toda la piedad que espero. Por los últimos diez años he estado cosechando en abundancia lo que no sembré." Son eso, Harry se recostó en la cama y le dio la espalda a Albus.

Albus dejó al celda, contemplando lo que había escuchado.

Llamó a una reunión de la Orden inmediatamente después de regresar de la celda de Harry. Mientras los miembros ingresaban suspiró, pensando en al mejor forma de decirle que su información procede de su famoso prisionero.

"Gracias por responder tan rápidamente a mi llamado. Tengo nueva información acerca del próximo blanco de Voldemort. El planea atacar el Callejón Diagon el próximo jueves alrededor del mediodía. Mí fuente dice que tendrá cerca de trescientos seguidores. Ahora que tenemos esta información, debemos trabajar rápido para prevenir un desastre."

Hubo murmuros de la multitud reunida. Alguien habló, "¿Como es que obtuvo esta información Albus? Ninguno de nuestros agentes ha salido con muchos detalles. ¿Es de confiar esta fuente?"

Albus suspiró, "Desconozco que tan confiable sea esta fuente. Debido a ciertas circunstancias, mi fuente no ha podido proporcionarme información hasta ahora. No tengo dudas de que mi fuente sabe exactamente lo que esta pasando; ¿cuanto de lo que me es proporcionado es la verdad? Solo tengo mis instintos. Otras cosas que mi fuente me proporciono me llevan a creer que la información es verídica."

Después de unos minutos, el grupo decidió actuar en la información y prevenir un desastre.

Mientras la Orden del Fénix dispersaba a los principales miembros, Arthur Weasley, Sirius Black, Mafalda Hopkirk, Ryan Zambini, y Minerva McGonagall, Severus Snape, y Ron Weasley se rezagaron para hablar con Dumbledore.

Entraron a una sala de reuniones más pequeña y se sentaron.

Severus comenzó sin un preámbulo, "¿Quién es este nuevo espía que cuenta con información de los asuntos más íntimos de Voldemort?"

Albus Dumbledore suspiró, "No les va a agradar esto. Hay una razón por la que no lo anuncié a toda la audiencia, y no era para proteger al espía."

Todos se tensaron, esto no sonaba favorable. "¿Bien?" preguntó Minerva, después de unos momentos de silencio.

"Quiero que consideren esto objetivamente, no dejen que su juicio se nuble. Creo que mi fuente está diciendo la verdad y si esta última información es al verdad, creo que podemos confiar más fuertemente en este informante."

"¿Quién?" preguntó Mafalda impacientemente.

"Nuestro prisionero de abajo me dijo los últimos planes de Voldemort."

Hubo silencio absoluto.

El rostro de Sirius se obscureció. Habló en una voz baja, "¿Y has decidido creer en la palabra de este traidor? ¿Cómo sabemos que no es una trampa en la que nos está guiando?"

Albus suspiró; sabía que este seria la reacción de Sirius.

"he pensado en esa posibilidad. No creo que esas sean sus intenciones. Nos esta diciendo la verdad en un esfuerzo por ayudarnos."

"Ningún mortífago ha dado alguna vez información voluntariamente sin esperar nada a cambio" interfirió Ryan Zambina, "ya sea clemencia en al sentencia o tras una dosis de Veritaserum, ellos nunca dan información completamente voluntaria."

"Ryan, estoy conciente de esto," Acentuó Dumbledore, "Tomé esto en consideración y lo examiné. De hecho, el Sr. Potter obtendrá algo en recompensa si tenemos éxito."

Minerva dio al director una mirada confundida y cuestionó que quería decir con eso.

"Si tenemos éxito, entonces el Sr. Potter no tendrá que ver a más inocentes morir, sentir su tortura, ni observar su destrucción."

El entendimiento alcanzó a Arthur Weasley primero. "¿Su cicatriz aún lo conecta con Lord Voldemort? ¿Ha vivido en Azkaban por diez años, observando cada ataque?"

"No solo cada ataque, sino cada plan siendo diseñado por meses en adelanto, y sin ser capaz de hacer algo con ese conocimiento."

Severus Snape maldijo dentro de su cabeza. No se atrevía a hacerlo en voz alta. Ese hechizo monitoreador que el Señor Oscuro le había colocado le permitía a Voldemort ver y escuchar todo lo que él viera y escuchara. La batalla estaba a las puertas del castillo ahora y Dumbledore estaba comandando a todos los que fueran capaces, a reforzar las barreras. Voldemort aún estaba por unirse a la batalla. En lugar de eso, mandó a Severus dentro del castillo, con un hechizo monitoreador en él, para tomar a Potter. Si Severus lo traicionaba, lo traicionaría inmediatamente con el hechizo monitoreador.

Severus se había preguntado que hacer. ¿Debería traicionar su posición para mantener a Potter lejos del alcance de Voldemort? No, Voldemort tendría a Potter de todas maneras y entonces la Muerte de Severus hubiera sido innecesaria. Severus sabía que aun tenía trabajo que hacer en la próxima pelea. Así que se asió a que el moribundo Potter se rehusara a la orden. Luego se mofó de sí mismo, claro que Potter no rehusaría la oferta.

Llegando a la celda, la abrió y llamó, "Prisionero, se te ofrece una oportunidad. Quedarte aquí y pudrirte, esperanto a que el castillo e derrumbe, o venir conmigo y reunirte con el Señor Oscuro. ¿Te reunirías a Voldemort?"

Potter miró a Severus y Severus sintió un escalofrío correr por su cuerpo al ver el rostro del hombre. Era el rostro de un muerto andante.

Lentamente la cabeza asintió y Potter se incorporó, listo para seguir. Ahora Severus estaba gritando todas las maldiciones que conocía dentro de su cabeza.

"Muy bien Potter, sígueme."

Snape ni siquiera se molestó en poner algún tipo de impedimento en él. ¿A dónde iría solo? ¿Qué haría? Su intención era reunirse con su amo, así que ¿cual sería su ganancia al no seguir a Severus?

Silenciosamente, Potter caminó tras de su antiguo Profesor de Pociones.

Al tiempo que se acercaban a la puertas, El corazón de Severus se precipitó al ver que la batalla se volvía en contra de los aliados de Dumbledore. Voldemort había erigido un hechizo para un domo de seguridad que lo rodeaba a él, a Dumbledore y a otros dos mortífagos que sostenían al anciano. Albus forcejeaba para recuperar algo pero la barrera lo prevenía. Snape se dio cuenta de que estaba tratando de alcanzar su varita.

Voldemort sabía que se estaban acercando así que creó una entrada para que Severus y Harry entraran.

"Severus, un trabajo bien hecho. Estoy agradablemente sorprendido. Ahora sal del circulo."

Snape, no viendo otra alternativa, salió. Observó en mórbida fascinación como el círculo se cerraba, separándolo de su mentor.

No podía escuchar que es lo que pasaba, pero él, como todos los demás en el campo, observaba intensamente. Mortífagos y miembros de la Orden permanecían lado a lado, toda pelea olvidada, esperando ver que pasaría.

Parecía que Voldemort decía algo a Dumbledore. Los ojos de Albus se agrandaban mientras respondía. Voldemort rió y dijo algo más. Albus volteó a ver a Harry y luego cerró sus ojos, dejando caer su cabeza en derrota. Voldemort rió un poco más y luego dio la vuelta para preguntar a Harry una pregunta. Harry asintió lentamente con la cabeza. Luego abrió su boca y dijo algo. Severus podría ver a Albus temblar y se preguntó que estaba pasando. Voldemort extrajo su varita y la movió un poco.

"¡Aquí tienes Potter!" todos podían escuchar lo que sucedía, aún cuando el domo de seguridad permanecía intacto. Voldemort le otorgaba su varita a Potter.

"¡Ahora, mata al hombre que te traicionó!" Voldemort dijo. Severus podía escuchar la anticipación en su voz. El aire se detuvo en la garganta de Snape al ver a Potter tomar la varita y voltear hacia el venerable y viejo mago.

"Suéltenlo y salgan del circulo," La voz de Harry sonaba raspada y tosca por falta de uso. Los dos mortífagos miraron a Voldemort que asintió. Una pequeña abertura en uno de los lados del domo y ambos estaban fuera.

"Di tus ultimas palabras, Albus Dumbledore!" dijo Voldemort, casi con júbilo. Dumbledore alzó su cabeza con desafío, pero no dijo nada.

Harry apuntó la varita a Dumbledore y gritó "¡Avada Kedavra!"

Albus Dumbledore se encontraba entre dos mortífagos, forcejeando para recuperar su varita. Voldemort se reía se sus intentos. Tras unos minutos, el Señor Oscuro volteo a ver dos figuras que se acercaban. Cuando se aproximaron más, Albus pudo ver que se trataba de Severus y Harry.

"Ah, aquí vienen. Creo que esta es una deliciosa ironía, ¿no lo crees, Albus? Que seas asesinado por tu Niño Dorado. ¡El mismo que creíste me derrotaría!"

Severus y Harry entraron en el círculo y Voldemort le ordenó a Snape marcharse.

"Ahora Albus. Antes de que mueras, déjame decirte algo. Harry Potter no asesinó a Rubeus Hagrid, ni tampoco utilizó alguno de los imperdonables. Él es inocente tal y como lo proclamó."

Albus miró con los ojos abiertos a Voldemort, "Pero el mapa…" murmuró confundido.

Voldemort rió, "¿Y quien ayudó a hacer el mapa, sino mí fiel sirviente Colagusano? ¡Funcionó perfectamente! ¡Un hechizo de su propia creación y un poco de poción polijugos y todos lo creyeron!"

Albus volteó hacia Harry, hacia el hombre en el que se había convertido tras diez años en Azkaban. Un remordimiento como el que nunca antes había conocido antes brotó en su interior al darse cuenta de lo que había hecho.

Había condenado a un inocente niño de quince años al infierno conocido como Azkaban Mientras recordaba la palabras que Harry había dicho "por diez años he cosechado en abundancia lo que no sembr," se dio cuenta que lo que Harry sintió en Azkaban fue diez veces peor que lo que Sirius Black había sufrido. La conexión del muchacho con Voldemort proveía nuevos horrores, probablemente cada noche. Frente a lo que había hecho, Albus dejó caer su cabeza en derrota.

Voldemort rió de nuevo.

"¡Harry Potter, me harías el honor de matar al gran Albus Dumbledore!

Albus no escuchó una respuesta directa, pero luego escuchó una voz rasposa decir, "deseo que todos escuchen lo que sucede y necesitaré una varita."

Albus tembló ante la frialdad del tono y el pensamiento de su inminente muerte.

Voldemort pronunció un hechizo el cual Albus sabía permitiría a todos los que se encontraban afuera escuchar lo que pasaba.

"¡Aquí tienes Potter!" los ojos de Albus, aún mirando hacia abajo, asumieron que Voldemort le había otorgado a Harry su varita.

"¡Ahora, mata al hombre que te traicionó!" gritó Voldemort.

Hubo una pausa tras la cual Albus escuchó de nuevo la voz de Harry, "Suéltenlo y salgan del circulo,"despues de un momento los dos mortífagos que lo retenían lo soltaron. Un pequeño zumbido acompañó su salida a través del hechizo de seguridad.

"¡Di tus ultimas palabras, Albus Dumbledore!" farfulló Voldemort.

Dumbledore levantó su cara y miró fijamente a Harry. Se rehusaba a morir mirando al suelo.

Harry levantó su varita y gritó, "¡Avada Kedavra!"

Pandemonio total se desencadenó. Severus observó conmocionado a Potter. ¡Falló! Snape sabía que no podía haber sido un accidente. Intencionalmente, Potter había apuntado la maldición asesina para que no golpeara a Dumbledore, sino para que golpeara al domo.

Cualquier hechizo realizado dentro del domo rebotaría automáticamente hacia la persona que había conjurado el domo, en este caso, Voldemort. El Señor Oscuro chilló en rabia cuando se dio cuenta lo que había hecho Potter. Trató de esquivar la luz verde que se reflejaba hacia él, pero fue en vano. La maldición asesina golpeó a Voldemort con fuerza en el pecho. No lo mató, pero los debilitó considerablemente; el domo chasqueó de igual forma.

Potter metió la mano en el bolsillo, saco un avarita y se al ofreció al asombrado Director de Hogwarts. Snape se dio cuenta que era su propia varita. ¿Cómo es que Potter la había conseguido?

"¡Juntos!" dijo Potter.

Sin pensarlo una vez más, Harry Potter y Albus Dumbledore apuntaron sus varitas prestadas hacia el Señor Oscuro y gritaron al unísono, "¡Avada Kedavra!"

Esta vez, Voldemort no sobrevivió.

Incluso antes que el domo desapareciera completamente por la muerte de su creador, los miembros de al Orden habían reaccionada y detenido a cada Mortífago en su rango de visión. Algunos pelearon, unos pocos corrieron, pero todos fueron congelados rápidamente.

Snape observó como Dumbledore levantaba su propia varita a comenzaba un complejo encantamiento sobre el cuerpo del Señor Oscuro. Cuando terminó, Harry Potter dio un paso al frente y murmuró un hechizo. Después tiró la varita del Señor Oscuro sobre su cuerpo. Ambos se envolvieron en llamas.

Mientras los miembros de la Orden reunían a los Mortífagos, Severus se acercó a Dumbledore. El Director le regresó su varita.

"¿Albus, Que pasó?"

"Harry es inocente. Fue incriminado, Severus. Mandamos a un niño inocente a Azkaban." Dijo el Director con una voz profundamente adolorida y llena de remordimiento.

Las cejas de Severus se levantaron. Rápidamente miró alrededor y vio a Potter caminando lentamente por el terreno.

"Severus, síguelo por favor. No lo molestes, pero no lo pierdas de vista. No dejes que nadie le haga daño."

Severus asintió y partió tras él. Dumbledore llamó a todos los miembros con alto rango en la Orden y a cualquier trabajador del Ministerio que hubiera llegado.

Rápidamente se congregaron en el pasillo.

"Director, ¿Qué pasó?" demandó Oliver Wood, un Auror del Ministerio.

"¿Por qué Potter hizo eso?"

"¿Por qué lo dejó ir?"

Preguntas venían por todos lados. Dumbledore levantó su mano para silenciarlos.

"Lo que no escucharon mientras estaba en el circulo, fue la confesión de Voldemort de haber incriminado a Harry Potter por esos crímenes. Harry Potter es un hombre inocente."

Hubo un silencio general.

La boca de Ron Weasley se abrió en asombro.

"Pero Albus, el mapa…" balbuceó Remus.

Los ojos de Albus se cerraron como sí sufriera. "Remus, ¿quien hizo el mapa? ¿Quién sabe cada uno de los hechizos que se utilizaron en él? Tu, Sirius y Peter. ¿Quién pudo haberlo alterado? Tu, Sirius y Peter. ¿Quien personificó a Harry y alteró el mapa? Peter."

Sirius Black gritó en horror y se colapsó. Alguien lo atrapó, peor no pudo decir quien era. Gimió en agonía al recordar su propia estancia en Azkaban y se dio cuenta que su ahijado no tenia una transformación animagus con al cual protegerse.

Remus se mantuvo en asombro, lenta y silenciosamente cayó al suelo. Ahí se sentó, incapaz de hablar.

Sirius permaneció sentado observando el fuego; sin embargo, no se daba cuenta de las cálidas y alegres flamas muriendo, ni se dio cuenta que el resto del cuarto estaba en penumbras ni que estaba demasiado lejos del fuego para sentir su calor.

Una puerta se abrió en algún lugar tras de él. El resto de la habitación se iluminó.

"¿Sirius?" llamó la voz de una mujer.

El no respondió; de hecho, no hubo indicación alguna de que al había escuchado.

Ella caminó a través del cuarto y se colocó frente a él, "¿Sirius, te encuentras bien?" preguntó al ver su mirada vacante.

No hubo respuesta.

Arabella Figg-Black mordió su labio; la última vez que había visto a Sirius tan mal fue cuando su ahijado fue puesto en Azkaban. No podía imaginar que había pasado ahora. Tentativamente se aproximó y tocó su rostro. Estaba frío como hielo. Ella contuvo su respiración. Levantándose, usó su varita para mover el sofá en el que él se sentaba más cerca del fuego. Luego encontró una sabana y la colocó sobre él.

Caminó hacia el área de la cocina, tomó unos ingredientes, y regresó unos pocos minutos después con Sirius, con una taza en su mano. La colocó directamente frente a su nariz.

Mientras inhalaba la esencia, su mano tomó automáticamente el asa y comenzó a beber.

Sin embargo, Sirius aun parecía estar inconsciente de su presencia. Una vibración de miedo corrió a través de ella. ¿Qué pasó que hizo que él reaccionara de esta forma? Ella no había obtenido detalles sobre la batalla. Finalmente había sido liberada de la enfermería y había regresado inmediatamente a las habitaciones que ella y su marido compartían.

Ahora se preguntaba que había pasado en la batalla. Suavemente tomó la taza se sus manos y la colocó en la mesa. Después le dio una bofetada en la mejilla.

Él parpadeó y la miró confundido.

"¿Ari?"

"Sirius, Que pasó" su voz sonaba preocupada.

Sirius cerró sus ojos a comenzó a temblar. Después comenzó a llorar. Su llanto luego creció a una sollozo y luego a un aullido.

Arabella miró boquiabierta a su marido. En los más de treinta y cinco años en los que se habían conocido, nunca había visto llorar a Sirius Black. No lloró cuando sus padres fueron asesinados en su sexto año; no lloró cuando James y Lily murieron; no lloró cuando el ministerio lo declaró inocente; no lloró cuando Harry los traicionó a todos.

Hubo un pequeño golpe en la puerta y luego se abrió sin una invitación. Arabella miró alrededor y luego saltó con un grito, aferrando su varita a su mano.

"¡Tu!"

De alguna forma Sirius escuchó el odio en su voz a través de sus sollozos a volteó a ver quien había entrado. Inmediatamente se silenció.

Harry ignoró a Arabella y miró con quietud a Sirius. "¿Quería verme, Sr. Black?"

"Harry, Harry, Harry," Sirius comenzó a balbucear, asustando aún más a su esposa.

Ella dio un paso hacia Harry Potter con resolución y dijo, "no se como saliste de tu celda, ¿pero podrías marcharte, Acaso no has hecho suficiente dolor a este hombre?"

Harry se volvió y la miró con ojos fríos como hielo. Ella tembló. Repentinamente él sacó su varita y con un ligero movimiento de su muñeca, y sin necesidad de palabras, desarmó a Arabella. Atrapando su varita, él la guardó inmediatamente. Arabella palideció, pensando en la noche que vio a este joven asesinar a Rubeus Hagrid. Él se acercó a ella, ella se petrificó. Cuando estaba a apenas pulgadas de distancia, movió su varita, Arabella cerró sus ojos. Luego… el estaba tras de ella. Ella lo miró y vio que solo estaba regresando su varita a su bolsillo.

¿De donde saco una varita de todos modos?

Ella observó como el se detenía amenazadoramente frente a su marido. El cruzó sus brazos. "¿Bien? ¿Qué es lo que quería decir?"

Lagrimas comenzaron a correr de nuevo por las mejillas de Sirius, "Por favor Harry, Lo lamento. Lo lamento tanto. Te fallé. Te traicioné. Oh Merlín. Nunca he estado más arrepentido por algo en mi vida. Cuando pienso cuanto te he lastimado, oh Harry, Ni siquiera sé que decirte. Te juzgué mal y jamás podré perdonarme por eso. Sé que probablemente tú tampoco me perdonarás jamás. Pero necesito decir que lo lamento Harry. Lo lamento más que cualquier otra cosa por la que alguna vez me he lamentado."

"¿Más que al cambiar cuidadores secretos?" dijo Harry sin emoción.

"Si," respondió Sirius sin pensarlo, "te fallé, te traicioné, te juzgué mal y cometí el error más grande de toda mi vida."

"Me juzgaste mal. Si, me juzgaron mal, todos ustedes lo hicieron," emoción se arrastró al rostro de Harry por primera vez, y era dolor puro, "¿tienes alguna idea cuantas vidas se perdieron como resultado de ese mal juicio?"

Sirius lo miró sin comprensión.

"Yo vi y escuché cada detalle de cada ataque semanas antes de que ocurriera, y no podía hacer nada. Vi los planes desenvolverse. Vi a esa gente morir. ¿Sabes cuanto duele tener ese conocimiento y no poder hacer nada? ¿Sabes que tan cerca estuve de perder la cordura y suicidarme? ¿Tienes alguna idea por cuanto tormento pasé? Y sentí cada Maldición Cruciatus que Voldemort invocó por la última década. Luego estaban los dementores. Ellos traían cada dolor, cada muerte y cada grito a la realidad. Revivía cada Maldición Asesina y cada Maldición Cruciatus miles de veces."

"Tu pudiste haber estado en Azkaban por doce años Sirius, pero no puedes imaginar por lo que pasé. Mantuve mi cordura porque quería venganza pro todo ese dolor. Eso fue lo que me mantuvo vivo."

Con eso, Harry Potter dejó la habitación. Arabella, aún insegura sobre que había sucedido. Ella miró a su esposo, quien se mecía hace el frente y hacia atrás en el sillón, abriendo y cerrando sus manos y lloriqueando.

Arabella hizo una taza de té, colocó una poción calmante en ella, y se al dio a su marido.

Él tomó y lentamente se desenvolvió de su acurrucada posición.

"Sirius," dijo Arabela suave pero firmemente, "¿Puedes decirme que ha pasado?"

"Ari, Ari, soy un fracaso."

"¡Sirius, por favor habla conmigo para que pueda comprender!" suplicó ella.

"El es inocente Ari. Fue incriminado, tal y como yo fui. Por la misma persona. Lanzamos a un niño inocente a Azkaban. Yo era un adulto, tenía casi veintidós, pero el tenía solo quince. ¡El era el más inocente de los inocentes Ari, y todos lo traicionamos! Harry jamás lastimó a nadie en su vida. No tenía ni un solo hueso de maldad o malicia en su cuerpo. ¿Y que es lo que hicimos? ¡Lo condenamos al infierno!"

"Ari, no se si puedo vivir conmigo. Quiero morir. He fallado. Le he fallado a Harry y a James y a Lily, total y completamente."

Arabela lo miró con horror. ¿Harry Potter fue inocente todo el tiempo? ¿Cómo puede ser eso posible?

"Yo lo conocía Ari. Incluso si no creyera en sus declaraciones debía al menos demanadar por Veritaserum en el juicio. ¡Le debía eso! Jamás podré pagárselo. Ninguno de nosotros podremos. Dejaría que él me asesinara si creyera que eso podría deshacer lo que le hice." Sirius estaba llorando de nuevo.

"¿Qué quieres decir, ninguno de nosotros podremos pagarle?" pregunto Arabella temblorosa.

Sirius tomó otros tragos del té mezclado con poción. Parecía estar funcionando porque el tono histérico se había marchado de su voz mientras explicaba lo que sucedió en la batalla.

"En la batalla, él…él…. Voldemort ordenó a Snape ofrecer la libertad a Harry si se unía a Voldemort. Harry aceptó y salió. La cosas se veían serias en ese momento. Voldemort tenía a Albus desarmado y en un domo de seguridad. Pudo haberlo matado. Pero Voldemort amaba la ironía de que Harry fuera quien derrotara a la Luz. Nadie escuchó esto, pero dentro del círculo, Voldemort le dijo a Albus que Harry era inocente. Luego Voldemort le dio a Harry su varita y le ofreció asesinar a Albus. No había esperanza; nadie podía hacer algo para ayudar a Albus. Incluso él se dio por vencido. Sabía lo que le había hecho a Harry y se rindió. ¿Alguna vez has visto a Albus Dumbledore rendirse?"

"Harry apuntó la varita de Voldemort hacia Albus y usó la Maldición Asesina, pero erró a propósito. El hechizo golpeó el domo y se reflejó hacia Voldemort. Después le dio una varita a Dumbledore y ambos usaron la Maldición Asesina de nuevo. Voldemort murió. Albus utilizó una hechizo para asegurarse de que su espíritu no escapara como lo hizo antes y luego Harry quemó la varita y el cuerpo.

"Voldemort se ha ido Ari, y lo debemos solamente a aquel que traicionamos." Sirius bajó su cabeza y gimió en agonía.

El Ministro de Magia llegó a Hogwarts tan pronto como fue posible.

"Albus," dijo Diggory recuperando su aliento, "¡Las cosas que he escuchado! Dime que ha sucedido"

Albus suspiró y le indicó a amos a tomar asiento, "Voldemort ha sido derrotado, de una vez por todas. Se lo debemos completamente a Harry Potter."

"¿Potter?" exclamó el Ministro en incredulidad, "¿Ese traidor?"

El Director negó con la cabeza, "El no es el traidor. Nosotros lo traicionamos, Voldemort incriminó a Harry por esos crímenes. Él lo admitió abiertamente y tenemos una confesión completa del perpetrador físico. Harry Potter es inocente."

Amos Diggory estaba pretificado. Este giro de eventos no tenía precedentes en su mente. Reunió sus pensamientos y decidió aclarar sus sentimientos más tarde; había trabajo que hacer ahora.

"En luz de estos eventos, necesitaremos una perdón oficial, y una compensación para él. Debemos tener un encuentro con el para conocer sus demandas." Dijo Amos.

Albus asintió, "Entre más, pronto mejor."

La siguiente tarde cuatro personas se encontraban sentadas en la oficina del Director para determinar el futuro de Harry Potter.

Amos, Albus y Sirius se disculparon profundamente con Harry, pero tan pronto como vieron que sus disculpas no eran recibidas, desistieron.

"Sr. Potter, se le otorga un perdón completo de parte del Ministerio de Magia y una disculpa oficial," Amos dijo formalmente, "su dinero ha sido depositado en su cuenta de Gringots, así como una remuneración por su falso encarcelaiento. Toda confiscación de sus artículos personales ha sido liberada y deberán ser regresados a usted para esta noche. Tiene su varita y le otorgamos todos sus privilegios de mago. ¿Hay algo más que desee?"

Harry estaba sentado inconfortablemente en la silla, su padrino a su izquierda y Albus Dumbledore a su derecha. No dijo nada.

Hubo un suspiro y Albus habló, "Harry, no tienes idea lo mucho que los sentimos. ¿Qué deseas que hagamos?"

Harry volteó a observar al hombre. Luego se levantó, sacó un pedazo de papel de su bolsillo y se lo entregó al Ministro de Magia.

"Quiero todo mi dinero cambiado a dinero Muggle, ningún porcentaje sustraído por el costo de la transacción, y colocado en una cuanta de banco bajo mi nombre en el banco de Bretaña. Luego quiero un Juramento de Mago en el que ni tu," se dirigió a Albus, "ni tu escuela entrarán en mi vida de nuevo jamás, que ni usted," regresó a Amos, "ni el Ministerio de Magia entraran jamás a mi vida de nuevo, y que tu," volteó a Sirius, "jamás te acercarás a mi de nuevo."

El silencio reinó en al oficina mientras las implicaciones de ello se asentaban.

Harry estaba dejando el mundo que lo había traicionado.

Tres días después, una carta llegó al Profeta diario.

A quien corresponda,

Soy Harry Potter, el mago a quien traicionaron.

¿No creen que fue una traición? Lo fue. Colocaron toda esperanza en mí, me llamaron su héroe, me pusieron en un pedestal, y luego, con nada más que una endeble evidencia circunstancial, me condenaron al infierno en la tierra.

Eso es lo que Azkaban es, ¿lo sabían? Ustedes me forzaron, cada día por diez años, a revivir las muertes de mis padres, a ver a Voldemort levantarse de nuevo, a ver a Cedric ser asesinado de nuevo, a revivir cada dolor que había vivido.

¡¿Cómo se atreven a decir que me aman y luego abandonarme de esa manera!?

Maté a Voldemort, pero no lo hice por ustedes, lo hice por mí, para vengarme del hombre que había arruinado mi vía encada oportunidad.

Cayeron en su juego, saben. Tonta e inconscientemente se volvieron sus aliados. No fue suficiente que yo haya peleado en contra de todo en lo que el creía desde que entre a su mundo. Ustedes solo asumieron, incluso sabiendo que gente había sido incriminada anteriormente, que yo me había unido con el hombre que desearía nunca hubiera nacido.

Lo digo una vez y no tengo intenciones de repetirlo. No quiero ver o escuchar sobre nadie del mundo de los Magos nunca jamás. Si tan solo una sola persona llega conmigo o me envía una búho y menciona algo sobre el mundo de los magos, lo van a lamentar. Han sido advertidos.

Harry Potter.

El día que esta carta apareció en el Profeta Diario, Harry Potter Apareció lejos de Hogsmeade, cortando toda relación con el mundo de los Magos. Fue a su banco en Londres y cerró su cuenta, retirando más de quince millones de libras. El día siguiente Harry Potter desapareció.