Los merodeadores estaban, por supuesto, planeando una travesura.

Casi todos los Gryffindors se habían marchado para las vacaciones de Navidad, así que por suerte no tuvieron que presenciarlo esta vez. Apenas hacía una hora que los niños de primero y sus espejitos tomaron el tren para el anden nueve y tres cuartos, y el cuarteto de quinto año estaba en libertad de discutir asuntos importantes como ropa interior color rosa que haga ruido mientras se juega Quidditch o verrugas verdes que salen en lugares comprometedores a voluntad de quien las invoca. Estaban, sin embargo, analizando el uso de dichos hechizos contra cierta familia de muggles cuyo nombre no será mencionado para evitar problemas.

"-Deberíamos darle orejas de burro permanentes o algo así. Tal vez tatuarle nuestro logotipo en la frente. O, ¿Que tal esta súper idea? Podemos forzarlo a escuchar gaitas sin descanso! Es suficiente para enloquecer a cualquiera!"

"El hecho de que tu creas que las gaitas fueron puestas en este mundo con el único propósito de torturar y matar a todo aquel que se opone a ellas no quiere decir que los demás pensemos igual, Sirius. Ni siquiera sabemos si le gustan o no!" Remus se veía algo molesto por una extraña razón que no tenia nada que ver con Sirius en lo absoluto. Claro que no, ¿qué te hizo pensar eso, lector/a?

"Demonios." El rostro de Sirius denotaba frustración parecía desear agregar una risa maligna y decir "te pillé!" en una voz macabra. "Quizá Hagrid si pueda hacerle algo al estúpido con su sombrilla rosada. Pagaría por ver esa batalla... ah la sombrilla rosada..."

"Crees se quedará en su lugar feliz por mucho rato? Quisiera saber que pasa después de que Hagrid irrumpió en la choza" Dijo James mirando de reojo a Sirius

"Podemos comenzar sin el. Seguro que en algún momento volverá a la normalidad..."

Capítulo cuatro: El guardián de las llaves

BUM. Llamaron otra vez. Dudley se despertó bruscamente. —¿Dónde está el cañón? —preguntó estúpidamente
..

Remus: Quieres decir que puede decir las cosas de forma no estúpida?

James: Eso fue muy soso, Lunático.

Remus: Si, ya se. No amanecí realmente creativo hoy

Se oyó un crujido detrás de ellos y tío Vernon apareció en la habitación. Llevaba un rifle en las manos: ya sabían lo que contenía el paquete alargado que había llevado. —¿Quién está ahí? —gritó—. ¡Le advierto... estoy armado!

James: Y loco! No es buena combinación HUYE Y PONTE A SALVO, HARRY!

Remus: James!! Cálmate!

Hubo una pausa. Luego... ¡UN GOLPE VIOLENTO! La puerta fue empujada con tal fuerza que se salió de los goznes y, con un golpe sordo, cayó al suelo. Un hombre gigantesco apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera..

Remus: Escarabajos? Que clase de analogía es esa? Es horrible, una imagen grotesca, estoy decepcionado.

El gigante se abrió paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó, cogió la puerta y, sin esfuerzo, la volvió a poner en su lugar. El ruido de la tormenta se apagó un poco. Se volvió para mirarlos. —Podríamos preparar té. No ha sido un viaje fácil...

Peter: Definitivamente suena como Hagrid, al menos eso es verídico, aunque lo de los escarabajos... (NdT: En inglés Hagrid es un atentado a la gramática)

Se desparramó en el sofá donde Dudley estaba petrificado de miedo. —Levántate, bola de grasa —dijo el desconocido. Dudley se escapó de allí y corrió a esconderse junto a su madre, que estaba agazapada detrás de tío Vernon. —¡Ah! ¡Aquí está Harry! —dijo el gigante.

James: Por Dios. Sonó como ese locutor muggle "Y con ustedes....." demasiado alegre para mi gusto.

—La última vez que te vi eras sólo una criatura —dijo el gigante— . Te pareces mucho a tu padre, pero tienes los ojos de tu madre. Tío Vernon dejó escapar un curioso sonido.

Remus: Jamie y Lily son novios y se besan en la boca!

James: Creí que tu eras el maduro del grupo.

Remus: Si, bueno, alguien tiene que tomar el lugar de Canuto mientras sale de su "lugar feliz" ¿por qué no yo?

—¡Le exijo que se vaya enseguida, señor! —dijo—. ¡Esto es allanamiento de morada! —Bah, cierra la boca, Dursley, grandísimo majadero —dijo el gigante. Se estiró, arrebató el rifle a tío Vernon, lo retorció como si fuera de goma y lo arrojó a un rincón de la habitación..

James: Y por eso, queridos amigos es que NADIE debe meterse con Hagrid.

Tío Vernon hizo otro ruido extraño, como si hubieran aplastado a un ratón.

Peter: CRUELDAD para los animales! Pobre ratoncito, ¿que daño había hecho? Sniff.

—De todos modos, Harry —dijo el gigante, dando la espalda a los Dursley—, te deseo un muy feliz cumpleaños. Tengo algo aquí. Tal vez lo he aplastado un poco, pero tiene buen sabor. Del bolsillo interior de su abrigo negro sacó una caja algo aplastada. Harry la abrió con dedos temblorosos. En el interior había un gran pastel de chocolate pegajoso, con «Feliz Cumpleaños, Harry» escrito en verde. Harry miró al gigante. Iba a darle las gracias, pero las palabras se perdieron en su garganta y, en lugar de eso, dijo: —¿Quién es usted?

James: Ningún hijo mio estará tan mal educado

El gigante rió entre dientes. —Es cierto, no me he presentado. Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts. Extendió una mano gigantesca y sacudió todo el brazo de Harry —¿Qué tal ese té, entonces? —dijo, frotándose las manos—. Pero no diría que no si tienen algo más fuerte.

Remus: Hagrid Malo, no es buen ejemplo.

Sus ojos se clavaron en el hogar apagado, con las bolsas de patatas fritas arrugadas, y dejó escapar una risa despectiva. Se inclinó ante la chimenea. Los demás no podían ver qué estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio la vuelta, había un fuego encendido, que inundó de luz toda la húmeda cabaña. Harry sintió que el calor lo cubría como si estuviera metido en un baño caliente. El gigante volvió a sentarse en el sofá, que se hundió bajo su peso, y comenzó a sacar toda clase de cosas de los bolsillos de su abrigo: una cazuela de cobre, un paquete de salchichas, un atizador, una tetera, varias tazas agrietadas y una botella de un liquido color ámbar, de la que tomó un trago antes de empezar a preparar el té. Muy pronto, la cabaña estaba llena del aroma de las salchichas calientes. Nadie dijo una palabra mientras el gigante trabajaba, pero cuando sacó las primeras seis salchichas jugosas y calientes, Dudley comenzó a impacientarse. Tío Vernon dijo en tono cortante: —No toques nada que él te dé, Dudley. El gigante lanzó una risa sombría.

Sirius: De que me perdí mientras soñaba con bromas y cabello verde?

Remus: Oh, no mucho en realidad. Hagrid está en la casa, amenazó a Dursley- fue divertido - y luego Hagrid empezó cocinar y prendió fuego a la chimenea. Con magia. Memorable evento fue ese, ya sabes , haciendo magia ilegal y diciéndole a Harry de Hogwarts, no hemos avanzado mucho.

James: Remus empezó con la cantaleta de "son novios" Daba miedo.

Sirius: Oy! ¿En serio? Que orgulloso me siento de tí, Lunático!

El gigante lanzó una risa sombría. —Ese gordo pastel que es su hijo no necesita engordar más, Dursley, no se preocupe. Le sirvió las salchichas a Harry, el cual estaba tan hambriento que pensó que nunca había probado algo tan maravilloso, pero todavía no podía quitarle los ojos de encima al gigante. Por último, como nadie parecía dispuesto a explicar nada, dijo: —Lo siento, pero todavía sigo sin saber quién es usted. El gigante tomó un sorbo de té y se secó la boca con el dorso de la mano. —Llámame Hagrid —contesto—. Todos lo hacen. Y como te dije, soy el guardián de las llaves de Hogwarts. Ya lo sabrás todo sobre Hogwarts, por supuesto. —Pues... yo no... —dijo Harry Hagrid parecía impresionado. —Lo lamento —dijo rápidamente Harry "

James: No tienes porque disculparte, hijo. Despreocúpate.

—¿Lo lamento? —preguntó Hagrid, volviéndose a mirar a los Dursley, que retrocedieron hasta quedar ocultos por las sombras—. ¡Ellos son los que tienen que disculparse! Sabía que no estabas recibiendo las cartas, pero nunca pensé que no supieras nada de Hogwarts. ¿Nunca te preguntaste dónde lo habían aprendido todo tus padres? —¿El qué? —preguntó Harry —¿EL QUÉ? —bramó Hagrid—. ¡Espera un segundo! Se puso de pie de un salto. En su furia parecía llenar toda la habitación. Los Dursley estaban agazapados contra la pared.

Sirius: SI! El momento que estaba esperando. Enséñales el significado de la palabra "Terror" a esos inútiles!

—¿Me van a decir —rugió a los Dursley— que este muchacho, ¡este muchacho!, no sabe nada... sobre NADA? Harry pensó que aquello iba demasiado lejos. Después de todo, había ido al colegio y sus notas no eran tan malas. —Yo sé algunas cosas —dijo—. Puedo hacer cuentas y todo eso. Pero Hagrid simplemente agito la mano. —Me refiero a nuestro mundo Tu mundo. Mi mundo. El mundo de tus padres. —¿Qué mundo? Hagrid lo miró como si fuera a estallar. —¡DURSLEY! —bramó.

Remus: Ayyyyy! Pete!! Mis oidos!!

Tío Vernon, que estaba muy pálido, susurró algo que sonaba como mimblewimble

Peter: Eso sonó chistoso.

Sirius: Mimblewimble. Je je bastante.

Hagrid, enfurecido, contempló a Harry. —Pero tú tienes que saber algo sobre tu madre y tu padre —dijo—. Quiero decir, ellos son famosos. Tú eres famoso. —¿Cómo? ¿Mi madre y mi padre... eran famosos? ¿En serio? —No sabías... no sabías... —Hagrid se pasó los dedos por el pelo, clavándole una mirada de asombro—. ¿De verdad no sabes lo que ellos eran? —dijo por último. De pronto, tío Vernon recuperó la voz —¡Deténgase! —ordenó—. ¡Deténgase ahora mismo, señor! ¡Le prohíbo que le diga nada al muchacho!

James: Oh, claro, y seguro un maldito gordo como tu se lo va a impedir?

Peter: Que te dije de la palabra con "m" , James? Necesitas una siesta?

Un hombre más valiente que Vernon Dursley se habría acobardado ante la mirada furiosa que le dirigió Hagrid. Cuando éste habló, temblaba de rabia. —¿No se lo ha dicho? ¿No le ha hablado sobre el contenido de la carta que Dumbledore le dejó? ¡Yo estaba allí! ¡Vi que Dumbledore la dejaba, Dursley! ¿Y se la ha ocultado durante todos estos años? —¿Qué es lo que me han ocultado? —dijo Harry en tono anhelante. —¡DETÉNGASE! ¡SE LO PROHÍBO! —rugió tío Vernon aterrado. Tía Petunia dejó escapar un gemido de horror. —Voy a romperles la cabeza —dijo Hagrid—. Harry debes saber que eres un mago. Se produjo un silencio en la cabaña. Sólo podía oírse el mar y el silbido del viento. —¿Que soy qué? —dijo Harry con voz entrecortada.

Remus: Eres un extraterrestre. No, no. No digas nada, entiendo que esto es inverosímil, sólo relájate mientras llega la nave

Un mago —respondió Hagrid, sentándose otra vez en el sofá, que crujió y se hundió—. Y muy bueno, debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Con unos padres como los tuyos ¿qué otra cosa podías ser? Y creo que ya es hora de que leas la carta.

James: Estoy de acuerdo!

,Harry extendió la mano para coger, finalmente, el sobre amarillento, dirigido, con tinta verde esmeralda al «Señor H. Potter, El Suelo de la Cabaña en la Roca, El Mar». Sirius: Jeje. Me gusIa esa. Sacó la carta y leyó:

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA

Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).

Querido señor Potter:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el
Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los
libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del
31 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall

Remus: Saben? No lo había notado, pero tiene muy bonita letra

Sirius: Remy, quiero informarte que ese comentario no venía al caso y me perturba un poco.

Las preguntas estallaban en la cabeza de Harry como fuegos artificiales, y no sabía cuál era la primera. Después de unos minutos, tartamudeó: —¿Qué quiere decir eso de que esperan mi lechuza?

James: Todo eso, y lo primero que pregunta es por las lechuzas?

Peter: Entonces si es tu hijo. Recuerdo que cuando descubrimos lo de Remus lo primero que preguntaste era de que color era su pelambre

James: Esa era una pregunta oportuna!!

—Gorgonas galopantes, ahora me acuerdo —dijo Hagrid, golpeándose la frente con tanta fuerza como para derribar un caballo. De otro bolsillo sacó una lechuza (una lechuza de verdad, viva y con las plumas algo erizadas), una gran pluma y un rollo de pergamino. Con la lengua entre los dientes, escribió una nota que Harry pudo leer al revés.

Querido señor Dumbledore:
Entregué a Harry su carta. Lo llevo mañana a comprar sus cosas.
El tiempo es horrible. Espero que usted esté bien.

Hagrid

Hagrid enrolló la nota y se la dio a la lechuza, que la cogió con el pico. Después fue hasta la puerta y lanzó a la lechuza en la tormenta. Entonces volvió y se sentó, como si aquello fuera tan normal como hablar por teléfono.

Sirius: desde luego. Aunque los teléfonos son mucho mas molestos y complicados.

Remus: Eso dices porque la primera vez que trataste de usar uno nunca entendiste como funciona el tono de marcar.

Sirius: Como eres menso, Remus.

Remus: ¿Menso? ¿Estuviste leyendo el libro de modismos latinoamericanos de nuevo?

Sirius: Depende, ¿si digo que si me lo quitas?

Harry se dio cuenta de que tenía la boca abierta y la cerró rápidamente. —¿Por dónde iba? —dijo Hagrid. Pero en aquel momento tío Vernon, todavía con el rostro color ceniza, pero muy enfadado, se acercó a la chimenea. —Él no irá —dijo. Hagrid gruñó. —Me gustaría ver a un gran muggle como usted deteniéndolo a él —dijo. —¿Un qué? —preguntó interesado Harry —Un muggle —respondió Hagrid—. Es como llamamos a la gente «no-mágica» como ellos. Y tuviste la mala suerte de crecer en una familia de los más grandes muggles que haya visto. —Cuando lo adoptamos, juramos que íbamos a detener toda esa porquería —dijo tío Vernon—. ¡Juramos que la íbamos a sacar de él! ¡Un mago, ni más ni menos!"

James: Malditos Infelices Bastardos...mensos.

Remus: James, tu no por favor!

—¿Vosotros lo sabíais? —preguntó Harry—. ¿Vosotros sabíais que yo era... un mago? —¡Saber! —chilló de pronto tía Petunia—. ¡Saber! ¡Por supuesto que lo sabíamos! ¿Cómo no ibas a serlo, siendo lo que era mi condenada hermana? Oh, ella recibió una carta como ésta de ese... ese colegio, y desapareció, y volvía a casa para las vacaciones con los bolsillos llenos de ranas, y convertía las tazas de té en ratas. Yo era la única que la veía tal como era: ¡una monstruosidad! Pero para mi madre y mi padre, oh no, para ellos era «Lily hizo esto» y «Lily hizo esto otro». ¡Estaban orgullosos de tener una bruja en la familia!

Sirius: Como debe de ser! ¿Pero por qué ella sí puede hacer magia y yo ni siquiera puedo pegarle a un gato con mi varita sin recibir una nota del ministerio?

Remus: Sirius, no te hagas el inocente. Hiciste mas que pegarle al gato con la varita, además seguro están hablando de las navidades.

Se detuvo para respirar profundamente y luego continuó. Parecía que hacía años que deseaba decir todo aquello. —Luego conoció a ese Potter en el colegio y se fueron y se casaron y te tuvieron a ti, y por supuesto que yo sabía que ibas a ser igual, igual de raro, un... un anormal. ¡Y luego, como si no fuera poco, hubo esa explosión y nosotros tuvimos que quedarnos contigo!

James: Parece que no le caigo muy bien que digamos

Remus: Vaya , Jamie. ¿Cómo crees?

Harry se había puesto muy pálido. Tan pronto como recuperó la voz, preguntó: —¿Explosión? ¡Me dijisteis que habían muerto en un accidente de coche! —¿ACCIDENTE DE COCHE? —rugió Hagrid dando un salto, tan enfadado que los Dursley volvieron al rincón—. ¿Cómo iban a poder morir Lily y James Potter en un accidente de coche? ¡Eso es un ultraje! ¡Un escándalo! ¡Que Harry Potter no conozca su propia historia, cuando cada chico de nuestro mundo conoce su nombre! —Pero ¿por qué? ¿Qué sucedió? —preguntó Harry con tono de apremio. La furia se desvaneció del rostro de Hagrid. De pronto parecía nervioso. —Nunca habría esperado algo así —dijo en voz baja y con aire preocupado—. No tenía ni idea. Cuando Dumbledore me dijo que podía tener problemas para llegar a ti, no sabía que sería hasta este punto. Ah, Harry, no sé si soy la persona apropiada para decírtelo, pero alguien debe hacerlo. No puedes ir a Hogwarts sin saberlo. Lanzó una mirada despectiva a los Dursley.

Sirius: Pégales con tu sombrilla!!!

"—Bueno, es mejor que sepas todo lo que yo puedo decirte... porque no puedo decírtelo todo. Es un gran misterio, al menos una parte... Se sentó, miró fijamente al fuego durante unos instantes, y luego continuó. —Comienza, supongo, con... con una persona llamada... pero es increíble que no sepas su nombre, todos en nuestro mundo lo saben... —¿Quién? —Bueno... no me gusta decir el nombre si puedo evitarlo. Nadie lo dice. —¿Por qué no? —Gárgolas galopantes, Harry, la gente todavía tiene miedo. Vaya, esto es difícil. Mira, estaba ese mago que se volvió... malo. Tan malo como te puedas imaginar. Peor. Peor que peor. Su nombre era... Hagrid tragó, pero no le salía la voz

James: Pobre Hagrid. Es como Peter, no puede decir el nombre.

—¿Quiere escribirlo? —sugirió Harry. —No... no sé cómo se escribe. Está bien... Voldemort. —Hagrid se estremeció—. No me lo hagas repetir. De todos modos, este... este mago, hace unos veinte años, comenzó a buscar seguidores. Y los consiguió. Algunos porque le tenían miedo, otros sólo querían un poco de su poder, porque él iba consiguiendo poder. Eran días negros, Harry. No se sabía en quién confiar, uno no se animaba a hacerse amigo de magos o brujas desconocidos... Sucedían cosas terribles. Él se estaba apoderando de todo. Por supuesto, algunos se le opusieron y él los mató. Horrible. Uno de los pocos lugares seguros era Hogwarts. Hay que considerar que Dumbledore era el único al que Quien-tú-sabes temía. No se atrevía a apoderarse del colegio, no entonces, al menos. »Ahora bien, tu madre y tú padre eran la mejor bruja y el mejor mago que yo he conocido nunca. ¡En su época de Hogwarts eran los primeros! "

Sirius: Cómo como?

Remus: Premio anual? Jamie?

Peter: Presumido!

James: ...Shock...Necesito...Bomba fétida!

Supongo que el misterio es por qué Quien-tú-sabes nunca había tratado de ponerlos de su parte... Probablemente sabía que estaban demasiado cerca de Dumbledore para querer tener algo que ver con el Lado Oscuro. »Tal vez pensó que podía persuadirlos... O quizá simplemente quería quitarlos de en medio. Lo que todos saben es que él apareció en el pueblo donde vosotros vivíais, el día de Halloween, hace diez años. Tú tenías un año. Él fue a vuestra casa y... y...

Peter: Oh por favor, hombre Canta!

De pronto, Hagrid sacó un pañuelo muy sucio y se sonó la nariz con un sonido como el de una corneta. —Lo siento —dijo—. Pero es tan triste... pensar que tu madre y tu padre, la mejor gente del mundo que podrías encontrar... »Quien-tú-sabes los mató. Y entonces... y ése es el verdadero misterio del asunto... también trató de matarte a ti. Supongo que quería hacer un trabajo limpio, o tal vez, para entonces, disfrutaba matando. Pero no pudo hacerlo. ¿Nunca te preguntaste cómo te hiciste esa marca en la frente? No es un corte común. Sucedió cuando una poderosa maldición diabólica te tocó. Fue la que terminó con tu madre, tu padre y la casa, pero no funcionó contigo, y por eso eres famoso, Harry. Nadie a quien él hubiera decidido matar sobrevivió, nadie excepto tú, y eso que acabó con algunas de las mejores brujas y de los mejores magos de la época (los McKinnons, los Bones, los Prewetts...) y tú eras muy pequeño. Pero

Peter: Los conocemos?

Remus: ...nah

James: Awww, Canuto! No te pongas triste, lo meto al congelador?

Sirius: No. Sniff.

Algo muy doloroso estaba sucediendo en la mente de Harry. Mientras Hagrid iba terminando la historia, vio otra vez la cegadora luz verde con más claridad de lo que la había recordado antes y, por primera vez en su vida, se acordó de algo más, de una risa cruel, aguda y fría.

. James: Maldito Moldie Voldie! Te odioooo!

Hagrid lo miraba con tristeza. —Yo mismo te saqué de la casa en ruinas, por orden de Dumbledore. Y te llevé con esta gente... —Tonterías —dijo tío Vernon. Harry dio un respingo. Casi había olvidado que los Dursley estaban allí. Tío Vernon parecía haber recuperado su valor. Miraba con rabia a Hagrid y tenía los puños cerrados. —Ahora escucha esto, chico —gruñó—: acepto que haya algo extraño acerca de ti, probablemente nada que unos buenos golpes no curen. Y todo eso sobre tus padres... Bien, eran raros, no lo niego y, en mi opinión, el mundo está mejor sin ellos... Recibieron lo que buscaban, al mezclarse con esos brujos... Es lo que yo esperaba: siempre supe que iban a terminar mal...

Sirius: Voy a matarlo. Se derramará sangre y habrá huesos rotos. Quizás también la imposibilidad de tener sexo otra vez.

Pero en aquel momento Hagrid se levantó del sofá y sacó de su abrigo un paraguas rosado. Apuntando a tío Vernon, como con una espada, dijo: —Le prevengo, Dursley, le estoy avisando, una palabra más y... Ante el peligro de ser alanceado por la punta de un paraguas empuñado por un gigante barbudo

Sirius: Muajajajajajaja! Ah, la sombrilla rosa.

—Así está mejor —dijo Hagrid, respirando con dificultad y sentándose otra vez en el sofá, que aquella vez se aplastó hasta el suelo. Harry, entre tanto, todavía tenía preguntas que hacer, cientos de ellas. —Pero ¿qué sucedió con Vol... perdón, quiero decir con Quién-usted-sabe? —Buena pregunta, Harry Desapareció. Se desvaneció. La misma noche que trató de matarte. Eso te hizo aún más famoso. Ése es el mayor misterio, sabes... Se estaba volviendo más y más poderoso... ¿Por qué se fue? »Algunos dicen que murió. No creo que le quede lo suficiente de humano para morir. Otros dicen que todavía está por ahí, esperando el momento, pero no lo creo. La gente que estaba de su lado volvió con nosotros. Algunos salieron como de un trance. No creen que pudieran volver a hacerlo si él regresara. .

Remus: Trance mi trasero!

"La mayor parte de nosotros cree que todavía está en alguna parte, pero que perdió sus poderes. Que está demasiado débil para seguir adelante. Porque algo relacionado contigo, Harry, acabó con él. Algo sucedió aquella noche que él no contaba con que sucedería, no sé qué fue, nadie lo sabe... Pero algo relacionado contigo lo confundió. Hagrid miró a Harry con afecto y respeto, pero Harry, en lugar de sentirse complacido y orgulloso, estaba casi seguro de que había una terrible equivocación. ¿Un mago? ¿Él? ¿Cómo era posible? Había estado toda la vida bajo los golpes de Dudley y el miedo que le inspiraban tía Petunia y tío Vernon. Si realmente era un mago, ¿por qué no los había convertido en sapos llenos de verrugas cada vez que lo encerraban en la alacena?

Sirius: Porque tienes que estar en segundo año para hacer ese hechizo.

Si alguna vez derrotó al más grande brujo del mundo, ¿cómo es que Dudley siempre podía pegarle patadas como si fuera una pelota?

James: Estúpidos! Infelices!

Hagrid —dijo con calma—, creo que está equivocado. No creo que yo pueda ser un mago. (NdT Lo que sigue es la letra de la canción "bohemian rapsody" o rapsodia bohemia de Queen,dejo el original, por si la conocen)

Sirius: Soy sólo un chico, nadie me ama (I'm just a poor boy nobody loves me!)

James: Es un pobre chico de una familia pobre (He's just a poor boy from a poor family! )

Peter: Salven su vida de esta monstruosidad (Spare him his life from this monstrosity!)

Sirius: Fácil viene, fácil va, me dejarán ir? (Easy come easy go will you let me go?)

Remus: Belcebu! No- no te dejaremos ir ( Bismillah! No - we will not let you go)

James: Dejenlo ir! (Let him go!)

Remus: Belcebu! No- no te dejaremos ir (Bismillah! We will not let you go)

Peter: Dejenlo ir! ( Let him go! )

Remus: Belcebu! No- no te dejaremos ir ( Bismillah! We will not let you go)

Sirius: Dejenme ir (Let me go!)

Remus: - no te dejaremos ir (We will not let you go)

Sirius: Dejenme ir (Let me go!)

Remus: No, no, no, no, no, no, no-

Sirius: Mama mía mama mía mama mía déjame ir Belcebú tiene un demonio para mi para mi para mi (Mama Mia, Mama Mia, Mama Mia let me go Beelzebub has a devil put aside for me for me for me)

James: Ah...Queen...Como os amo .

Para su sorpresa, Hagrid se rió entre dientes. —No eres un mago, ¿eh? ¿Nunca haces que sucedan cosas cuando estás asustado o enfadado? Harry contempló el fuego. Si pensaba en ello... todas las cosas raras que habían hecho que sus tíos se enfadaran con él, habían sucedido cuando él, Harry, estaba molesto o enfadado: perseguido por la banda de Dudley, de golpe se había encontrado fuera de su alcance; temeroso de ir al colegio con aquel ridículo corte de pelo, , éste le había crecido de nuevo

Sirius: Sigo intentando imaginarme a James con ese corte, no puedo hacerlo, pero es divertido intentarlo!

y, la última vez que Dudley le pegó, ¿no se vengó de él, aunque sin darse cuenta de que lo estaba haciendo? ¿No le había soltado encima la boa constrictor? Harry miró de nuevo a Hagrid, sonriendo, y vio que el gigante lo miraba radiante. —¿Te das cuenta? —dijo Hagrid—. Conque Harry Potter no es un mago... Ya verás, serás muy famoso en Hogwarts. Pero tío Vernon no iba a rendirse sin luchar. —¿No le hemos dicho que no irá? —dijo con desagrado—. Irá a la escuela secundaria Stonewall y nos dará las gracias por ello. Ya he leído esas cartas y necesitará toda clase de porquerías: libros de hechizos, varitas y... —Si él quiere ir, un gran muggle como usted no lo detendrá —gruñó Hagrid—. ¡Detener al hijo de Lily y James Potter para que no vaya a Hogwarts! Está loco. Su nombre está apuntado casi desde que nació. Irá al mejor colegio de magia del mundo. Siete años allí y no se conocerá a sí mismo. Estará con jóvenes de su misma clase, lo que será un cambio. Y estará con el más grande director que Hogwarts haya tenido: Albus Dumbled... —¡NO VOY A PAGAR PARA QUE ALGÚN CHIFLADO VIEJO TONTO LE ENSEÑE TRUCOS DE MAGIA! —gritó tío Vernon..

James: Ooooh, Demonios. Ya la regaste, amigo.

Remus: No puedo ver! Habrá sangre!

Sirius: ¿Recuerdan lo que ocurrió la última vez? Hora de la sombrilla rosa!

Peter: uy!

Pero aquella vez había ido demasiado lejos. Hagrid empuñó su paraguas y lo agitó sobre su cabeza. —¡NUNCA... —bramó— INSULTE-A-ALBUS-DUMBLEDORE-EN-MI-PRESENCIA! Agitó el paraguas en el aire para apuntar a Dudley. Se produjo un relámpago de luz violeta, un sonido como de un petardo, un agudo chillido y, al momento siguiente, Dudley saltaba, con las manos sobre su gordo trasero, mientras gemía de dolor. Cuando les dio la espalda, Harry vio una rizada cola de cerdo que salía a través de un agujero en los pantalones

Sirius: TO

James: MA

Remus: LA!

Peter: ¿Se dan cuenta de lo estúpidos que se oyen usando modismos cuando son ingleses ?

Tío Vernon rugió. Empujó a tía Petunia y a Dudley a la otra habitación, lanzó una última mirada aterrorizada a Hagrid y cerró con fuerza la puerta detrás de ellos. Hagrid miró su paraguas y se tiró de la barba. —No debería enfadarme —dijo con pesar—, pero a lo mejor no ha funcionado. Quise convertirlo en un cerdo, pero supongo que ya se parece mucho a un cerdo y no había mucho por hacer.

James: Me agrada Hagrid. Deberíamos comprarle un cachorrito.

Miró de reojo a Harry, bajo sus cejas pobladas. —Te agradecería que no le mencionaras esto a nadie de Hogwarts —dijo—. Yo... bien, no me está permitido hacer magia, hablando estrictamente. Conseguí permiso para hacer un poquito, para que te llegaran las cartas y todo eso... Era una de las razones por las que quería este trabajo... —¿Por qué no le está permitido hacer magia? —preguntó Harry

Sirius: Porque quemó la bata de baño de McGonagall la última vez que lo intentó.

"—Bueno... yo fui también a Hogwarts y, si he de ser franco, me expulsaron. En el tercer año. Me rompieron la varita en dos. Pero Dumbledore dejó que me quedara como guardabosques. Es un gran hombre. —¿Por qué lo expulsaron? —Se está haciendo tarde y tenemos muchas cosas que hacer mañana —dijo Hagrid en voz alta—. Tenemos que ir a la ciudad y conseguirte los libros y todo lo demás.

Remus: Pero que forma más sútil de cambiar de tema.

Se quitó su grueso abrigo negro y se lo entregó a Harry —Puedes taparte con esto —dijo—. No te preocupes si algo se agita. Creo que todavía tengo lirones en un bolsillo

. Sirius: Lirones mi trasero! Esa cosa ha estado vibrando por años! Yo creo que mas bien tiene un-

Remus: Dilo y serás el receptor de mi furia desmedida

Sirius: Bien bien. Si eso te hace feliz.

Peter: De que demonios hablan ustedes dos?

James: No preguntes, Peter. NO QUIERES saber, yo necesito terapia porque lo se.