Disclaimer: los personajes que aparecen son propiedad de JK Rowling, Warner Brother y otras empresas asociadas.
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Harry no podía creer que realmente estuvieran haciendo eso. Sirius estaba muerto, y ellos ahí, repartiéndose sus pertenencias.
Después de la salida del colegio había mantenido contacto con Tonks y con Lupin, pero ninguno hablaba mucho sobre Sirius, y él tampoco. Su padrino había muerto ya hacía un mes cuando recibió la citación del ministerio para ese día.
Tonks había pasado a recogerlo camuflada con el pelo negro largo y lacio y vestida de ejecutiva, para no desentonar con el lugar. Cuando habían llegado a la sala de la reunión Harry vio varias caras conocidas. Albu Dumbledore, Ojo Loco, Arthur Weasley y Remus Lupin esperaban la llegada del notario.
Harry se sentó junto a Remus y Tonks, y al rato llegó el notario.
El testamento de su padrino era muy claro. Su fortuna se dividiría en cuatro partes iguales. Una de ellas sería para su ahijado, Harry Potter. Otra para la hija de su prima favorita Nymphadora Tonks. Otra para su primo segundo Arthur Weasley y la última para el último amigo que le quedaba: Remus Lupin. Además, la casa número 12 de Grimmuld Place sería propiedad de este último, pero debía estar bajo la disposición de Albus Dumbledore.
Harry entendió todo el testamento, excepto la última frase.
"Dejando así determinado el destino de mis posesiones, a menos que madame Black se digne a aparecer de nuevo en escena..."
Harry vio como el rostro de Remus se nublaba al oír la última frase.
-Bien, eso es todo, por favor, pasen... –el notario continuó hablando.
-¿Sucede algo, profesor Lupin?
-Tienes que dejar de decirme profesor Harry –le regañó cariñosamente el licántropo- no, no pasa nada, es que la verdad nunca acabaré de entender el sentido del humor de tu padrino...
En ese momento las puertas de la sala se abrieron de par en par. Recortada contra la luz estaba la silueta de una mujer. ¡Y que mujer! Un cuerpo perfecto coronado con una cabellera rojo fuego lacia y suelta. Larga hasta los codos. Llevaba un vestido rojo corto y un sombrero inclinado de medio lado. Harry estaba seguro que podía pasar por una exitosa modelo muggle.
La mujer entró caminando lenta y sensualmente. Todos se habían volteado y la veían entrar con la boca abierta. Harry vio como Remus palidecía completamente y murmuraba:
-Imposible... no otra vez esa mujer.
La mujer avanzaba decidida, y miró a los presentes con curiosidad. Cuando vio a Harry alzó las cejas sorprendida, y al ver a Lupin le guiñó un ojo y gesticuló sin emitir sonido "Hola guapo".
Dumbledore avanzó hacia ella.
-Señora Black –la saludó.
-Dumbledore, no parece muy feliz de verme –le dijo la mujer acercándose y dándole un beso en la mejilla- los problemas con mi padre no debería dificultar nuestra relación.
-¿Es familia de Sirius? –preguntó Harry con un susurro a Lupin.
-No –dijo Lupin con voz ronca- es su esposa.
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¡Hola!
¿Han oído hablar de ese monstruo que se le corta una cabeza y le nacen dos?
Pues eso ha sucedido conmigo. Fue terminar ¿Por qué ella? Y se me ocurrieron otras ideas...
Claro, no tengo mucho tiempo, así que solo la seguiré si tengo algún review, o si me da por perder tiempo en un ataque de inspiración, porque ya sé lo que pasa en el siguiente chap, tal vez lo escriba de una vez.
La idea es un poco complicada. Pero espero que salga.
*¿Quién es el padre de la chica?
*Mejor aún, ¿quién es la chica?
Bueno, sigo pronto, o mejor dicho cuando pueda.
Espero que les haya gustado, y pueden darse una vuelta por cualquier otra de mis historias. Yo no me enojo.
Con cariño
Sara.