1. La Apuesta.
Era una tarde muy calurosa, el sol brillaba y no había nadie fuera en la calle, el calor agobiaría a cualquiera que no tuviera cerca aunque sea una brisa de aire fresco. Todos los habitantes de las cercanías, disfrutaban en sus casas del aire acondicionado o al menos del ventilador a su máxima potencia, sin excepciones. En la última cuadra de una de las calles más alejadas, había una casa enorme, la más grande, en ella había una joven encerrada en su cuarto con su propio aire acondicionado y disfrutando de la música.
La
vida no tiene sentido sin tu amor.
No hay nada más que tristeza sin tu palabra.
Necesito tu mirada para poder sonreír.
La luna no brilla si tu no me quieres.
El sol no se va si tu no estas aquí.
La vida no vale la pena sin tu mirar.
Su nombre era Lilyan Evans. Lilyan o Lily, como ella prefería que la llamaran, e insistía que lo hicieran. Su cabello rojo intenso, su piel fresca suave y blanca, tal como una porcelana y sus ojos verdes como la esmeralda, la hacían posesora de una belleza incomparable, digna de ser admirada por todo el estudiantado varonil de su colegio. Lily, cursaba el séptimo y último año de su vida académica en la escuela de Magia y Hechicería, llamada Hogwarts. Era una joven con un corazón especial hasta ese momento pocos habían logrado llegar a él, Julián Brokenson y Nick Lerrison, y ambos noviazgos habían fracasado; aún así es necesario destacar que no era fácil llegar a su corazón no solo por su carácter especial sino también porque tenía la peculiaridad que nadie lograba llamar su atención, encender esa chispa por la cuál ella se atrevería a darlo todo, y si a esto le sumamos que todos la querían como trofeo por su fama ganada, su popularidad y también belleza conocidas en Hogwarts, era como si no la quisieran por ser quien era... una persona, una chica con cualidades y defectos, con un corazón y un cerebro.
Lily se tiro en su puf (Nota: son una especia de sillones re cómodos), tanto baile la había agotado y deseaba descansar un poco, miró el reloj dónde indicaba que ya eran las 5 PM, apresurada prendió el televisor, era el horario de su telenovela favorita "Amor sin Fronteras". En ella los protagonistas eran de esos que se aman profundamente pero nadie acepta su amor, en esta historia en especial porque él era un esclavo y ella una dama de sociedad, ocurriendo por el mil ochocientos, por lo cuál era una situación inaceptable, aún eso ellos harían cualquier cosa por estar juntos porque se amaban, juntos eran uno, separados eran nada.
Eso solo sucede en las novelas pensó Lily y suspiro largamente.
De cierta manera, ella deseaba que eso no ocurriera solo en las novelas, sino que quería que dos personas realmente pudieran amarse tanto que no les importara lo que los demás pensaran porque su amor es más fuerte, no solo quería sino que añoraba aquello, y continuamente los buscaba, aunque comenzaba a desilusionarse por como las cosas habían resultado hasta el momento. El amor parecía estar burlándose de ella, parecía no darle una oportunidad para ser feliz en cada aspecto de su vida. Debía reconocer que tenía una amiga excelente, y una familia que en su mayoría la amaba y respetaba, y, por supuesto, consentía a más no poder. Su vida no era en absoluto horrenda, pero algo parecía faltarle, ese algo que invade las almas de las personas y las hace enloquecer, las transforma, lo que más ansiaba era sentir esa sensación, que el mundo desaparece y que solo necesita a ese único alguien para alegrar su vida y cuidar de ella.
Mientras todo esto ocurría, a unos cuantos kilómetros de Londres y de la casa de Lily, más específicamente en el Valle de Godric, había cuatro chicos sentados en la sala de una casa, comiendo galletas y bebiendo jugo hasta atrangantarse, y con algunas latas de gaseosa desparramadas. Los nombres de dichos chicos eran Sirius Black, James Potter, Remus Lupin y Peter Petigrew. El primero era alto, delgado, de ojos chispeantes color azul como el cielo justo antes de anochecer y cabello del mismo color del cielo cuando ya ha anochecido. Peter, por otro lado, era el más bajo de los tres, un tanto rechoncho, y ojos color chocolate y cabello oscuro. Remus era mas bajo que Sirius pero aún así alto, y ojos del mismo colores de la miel en su estado natural y de cabello castaño más bien claro. Por último, James era tan alto como el primero, de cabello negro azabache y alborotado y sus ojos eran de un color chocolate y profundos, con una expresividad que superaba a la de sus amigos. Los tres chicos platicaban acerca de lo que harían aquel fin de semana, todavía tenían un viernes y sábado de por medio antes de que llegue el domingo en que volvían a Hogwarts, por lo cual ese era su último fin de semana y tenían planeado disfrutarlo a pleno, después de todo, es ley de Merodeador: la diversión ante todo.
- Sirius, padfoot, amigo... insisto, para mí lo mejor es ir al cine- dijo James.
- James, querido eso ya paso de moda, ahora lo mejor que se puede hacer un fin de semana como este es ir a bailar- respondió Sirius con aires de superioridad.
- Pero... eso lo hacemos todas las semanas, no vas a parar hasta que consigas novia ¿No?- protestó Peter, y de inmediato él, James y Remus se echaron a reír pero a Sirius el comentario no le agrado en lo más mínimo.
- Para la información de los tres, yo podría tener novia cuando quisiera pero ese es el problema: no quiero- contesto Sirius sonriendo egocéntricamente, al tiempo que miraba a sus tres amigos y se los hacía parecer como cosa obvia.
- Si... pero nadie lo discute Sirusito... – Remus resalto esto último recordando a la última novia de Sirius- podrías tener de novia... mm déjame pensarlo, por ejemplo a: una escoba, es justo para vos alta, flaca y rubia- dijo en chiste Remus y nuevamente exceptuando el aludido, los otros rieron.
- Ya les dije que podría tener a quien quisiera de novia- dijo Sirius, y luego señalo a James- en cambio tú no podrías.
- ¿Por que no?- le pregunto James dejando de reír.
- Eh James tiene a medio Hogwarts atrás, tu también, están muy parejos pero creo que James te gane, a él me parece que hasta chicos atrás tiene, le buscan bastante. - bromeó Remus.
- Querido Remus tu no hables por favor. Y James... Por que no eres muy experto, en cuanto a mujeres se trata, como para tener una- le contesto Sirius- además de muy poco galán, sos demasiado cursi y solo te interesas en chicas "especiales", esas que no dejan atrapar fácilmente – finalizo Sirius utilizando un tono 'similar' al de su amigo.
- Si, tú eres galán, todo Hogwarts muere por ti, pero no duras con una chica ni una semana. Tu record fue de 6 días, si mal no recuerdo. – atacó James acompañándose de una sonrisa socarrona.
- Ay, Ay, Sirius, sos tan inteligente, sos el mejor, claro, claro, ya lo sabía. – comenzó a alagarse a si mismo al tiempo que el resto lo miraba desconcertado- tengo una idea fabulosa... ay, si no fuera porque ya sé lo maravilloso que soy, les juro me sorprendería a mi mismo¿Qué les parecería... una apuesta?
- ¿UNA APUESTA!- preguntaron entre extrañados y sorprendidos a la vez James, Remus y Peter.
- Si, una apuesta.- les contestó Sirius.
- ¿De que?- preguntó James recuperándose de su incertidumbre.
- ¿Vieron a Lilyan Evans?- les preguntó Sirius, obviamente sabiendo la respuesta.
- Aja - respondió Peter.
- Sí, es una chica muy inteligente y agradable- sonrió Remus.
- ¿Cuál¿Una delgada, más o menos alta, de ojos verdes profundos y de pelo rojizo, que es compañera nuestra y por la cual la mitad de Hogwarts se muere?- le contesto James mientras los otros tres asentían- Ah, no, ni idea.
- Sin contar la ironía de Prongs. Exacto, ese es el punto medio Hogwarts muere por ella pero no la tiene, solo dos chicos la consiguieron y lo más que logró uno de ellos fueron tres salidas con ella porque estuvieron dos semanas de novios como mucho, y él otro la tuvo un año y luego se fue a no sé dónde.- hizo un gesto de desconcierto y continuó.- En fin... la apuesta consiste en que aquí nuestro presente amigo- dijo señalando a James- deberá conquistarla y así probará que es el más galán de los tres y además, si lo logras, te pagaremos, yo, Remus y Peter, las salidas por un mes¿Trato?
- Yo no me voy a prestar para esto- dijo Remus.
- Yo sí, acepto- chilló Peter emocionado ante la propuesta de Sirius.
- Mm... Será difícil pero suena tentador... la idea de que me paguen las salidas por un mes, debo admitir que es buena. Acepto- dijo James y los tres chicos estrellaron las manos para mostrar que el trato estaba cerrado- Pregunta¿Cuánto tiempo tengo?
- Tres meses.- le contestó Sirius.
- Creo que tres meses esta bien. Y digamos que... ¿Cuándo comienza a correr el tiempo?- James comenzó a dudar.
- A partir del primer día de clase en Hogwarts. – aclaró Sirius.
- Sirius y Peter vayan ahorrando ambos... creo que podré conquistarla y no tardare tanto- les dijo James aparentando confianza.
Espero. pensó interiormente.
- Pues, al menos yo, te deseo la mayor de las suertes, esa chica es difícil... ha rechazado más citas que cualquier persona que haya conocido, sin mencionar que es bastante antipática, a mí no me agrada. Nada que ver con Miselina.- comentó Peter ensoñado, recordando a la anterior novia de James. – Ella si que era perfecta, lástima que la dejaste.
- Si, serás, si tanto te gusta búscala vos. – refunfuñó James al tiempo que le daba con un almohadón a Peter. – De cualquier manera no rechazará la cita a la cual su admirador secreto la invitará- finalizó James y les guiño el ojo a sus amigos. No dejaría que esa chica le hiciera perder la apuesta, no señor, el quedaría tan bien frente a sus amigos como hasta ese momento.
Los días que quedaban para el inició de clase transcurrieron velozmente, parecía mentira que ya había llegado el momento de volver al colegio, el que para muchos más que un colegio era su hogar. Como a muchos, a Lily le había llegado la hora de despertarse y terminar de preparar sus cosas. De apoco fue abriendo sus ojos y se desperezo lentamente, agarro su bata rosa de seda y se dispuso a levantarse. Un ligero golpeteo se dejo oír en la puerta de su cuarto y esta vez la pelirroja sonrió ligeramente, sabía perfectamente quien era, pero aún así preguntó quien era.
- Jonathan- dijo una voz masculina muy conocida.
- Adelante primito- sonrió Lily.
- Hola primita querida¿Cómo ha dormido la princesita de la casa?- pregunto Jonathan sonriéndole y entregándole una rosa blanca, la flor favorita de Lily.
- Muy bien primo pero creo que debo levantarme tendré que marcharme a clases nuevamente, supongo que Sendra llegara temprano... por lo menos hoy, todos los años llega tarde.- suspiró Lily.
- Jajaja, princesita una dama no reniega de otras damas.- rió Jonathan.
- Pues un caballero no contradice a una dama- contestó Lily adoptando una postura seria que no pudo mantener y luego estalló en risas junto a su primo.
- Esta bien, me ganaste.- dijo Jonathan.
- Siempre lo hago primito.- contestó Lily y le guiño el ojo picaramente.
- Bueno, bueno. Sé que este año iniciaras el 7° curso en tu colegio y quiero que mi prima favorita, mi princesita, tenga una sorpresa por ser la alumna más bella e inteligente de toda su escuela, hecha y derecha. - dijo Jonathan con orgullo al tiempo que sacaba dos paquetes de adentro de su saco.
- Mm ¿Qué es?- preguntó Lily curiosa.
- Pues si te interesa obsérvalo, ábrelo. - dijo Jonathan y le entrego ambos paquetes.
- Esta bien- no dudo Lily en contestar.
Tomo el primer paquete que tenía forma de rectángulo, lo abrió para darse de lleno con una caja de plata con decoraciones en oro, suavemente la abrió y noto que una seda color rosa cubría el regalo, al retirarla se encontró con una fabulosa varita de oro blanco, amarillo y rojo. Era una varita magnifica, más que hermosa era perfecta, y digna de una buena bruja como su primo creía que era ella.
- ¡Es hermosa!- exclamo Lily muy alegre- ¡Gracias!- chilló mientras lo abrazaba.
- De nada, pero también abre el otro. Aunque antes te voy a decir algo, de esa varita solo existen tres iguales y me costo adquirirla pero todo por mi pequeña (Pequeña? Ô.o P) princesa espero que te guste, la sustancia mágica es cabellos de veela un material muy poco frecuente para varitas. Además que se supone que yo no debería saber que eres bruja... aunque mi orgullo de primo es infinito. – sonrió Jonathan.
- Pero a mí me gusta más porque me la regalaste vos. - dijo Lily.
- Pues me alegro... pero ¿Que esperas para abrir el otro?- preguntó Jonathan.
Lily recordó el otro paquete este tenía forma cuadrada. Al abrirlo nuevamente se topo con una caja de plata exactamente igual a la anterior aunque esta con un compartimiento superior y uno inferior, suavemente abrió la tapa del primero, allí se encontró con una hermosa tiara con diamantes incrustados hecha de plata muy fina, más emocionada aún abrió el segundo compartimiento, en él apareció un hermosos anillo a combinación con un diseño de una rosa formada por los diamantes igual que la tiara. Sus ojos brillaron, era más de lo que podía pedir.
- Es... bellísima- Lily sorprendida no tenía palabras para describir aquello que su primo le había obsequiado, no era la primera vez que veía cosas tan costosas, después de todo pertenecía a una familia adinerada, pero todo aumentaba en valor cuando venía de su primo Jonathan, sus padres y su primo eran sus tesoros más preciados y nada que viniera de ellos valía dinero si no amor. – Gracias - lágrimas de felicidad se asomaron en su rostro.
- Pero... ¿Por qué lloras princesa?- pregunto Jonathan secando sus lagrimas.
- Porque además de Sendra en ese colegio no tengo a ningún amigo de verdad, todo lo que tengo son Sen, vos, papá, mamá y por supuesto nuestra primita, siempre desde pequeña la gente no me quería por ser simplemente Lily me 'querían' por ser Lily Evans la hija de un magnate.- sollozo Lily- y también lloro por la felicidad de tenerlos a todos ustedes.
- Esta bien pequeña pero debes ir, piensa que ya te faltan solo un año, luego estarás siempre con nosotros y sabes que puedes venir en vacaciones de navidad como todos los años. Además, una bruja de tu categoría necesita una buena educación.
- Lo sé.. Pero no quiero regresar y a la vez si quiero. - dijo Lily y seco sus lágrimas mientras Jonathan la abrazaba tratando de que Lily se sintiese aunque sea más reconfortada.
- Mira quédate tranquila que este año hay alguien que ira contigo... que te aprecia mucho... y es adorable. (NOTA: No es James XD aunque los datos se den P)- dijo Jonathan guiñándole un ojo.
- ¿Quien?- pregunto Lily extrañada por lo que le había dicho su primo.
¿Alguien que me aprecie? Y ¿Qué tenga magia como para ir a Hogwarts? Y además ¿que sea adorable? se preguntó Lily a si misma "¿Quién tiene esas características que yo conozca?"
- Es sorpresa, no te lo puedo decir. Pero ya te enteraras, las sorpresas no se arruinan, princesa. Además me pidieron por favor que no te dijera nada y ya hice suficiente diciéndote lo que te dije. – le contestó Jonathan.
- ¿Sabes que?... no te molesto más porque sos un terco y no me lo vas a decir ni aunque te apunte con mi varita, así que... creo que me tengo que resignar.- suspiro Lily y abrazo a su primo muy fuerte.
- Mira quien habla de terquedad- se quejo Jonathan riendo mientras se separaban.
- Pero, mi querido primo, yo soy terca porque lo herede de vos- dijo Lily y sonriendo le dio un beso en la frente a su primo y siguió de aquí para allá para terminar su valija, después de todo el último año debería ir perfectamente preparada y asegurarse de llevar todo lo necesario.
Todavía le quedaba un rato para terminar de armar todo, pero se apresuraba para poder pasar un rato con sus padres y su primo. Estaba bastante molesta de tener que volver a Hogwarts, pero simplemente pensó en que un año más no le haría daño, y durante sus años allí había conocido a la mejor amiga que el mundo pudiera brindarle... ¿Qué más le quedaba? Sendra la mataría si no iba, desde que entraron por primera vez a Hogwarts iban juntas, Lily lo recordaba como si fuera ayer que todo había pasado.
-...- Flash Back -...-
Una pequeña de once años leí atentamente un libro mientras comía una manzana perfectamente roja, a un costado su gato blanco ronroneaba frotando su cabeza en el abrigo de su dueña. Lily tenía puesto un largo abrigo que llegaba a sus rodillas de un color azul marino. Una pollera de tablas que terminaba un poco antes del final del abrigo de un celeste pálido, unas guillerminas grises y una camisa de sea color crema. Su cabello estaba recogido en una media cola que se mantenía firme por una cinta del mismo tono de su pollera. Sus ojos verdes se movían al compás de su lectura, yendo y viniendo por las líneas que cada una de las palabras formaban. De pronto la puerta se abrió con un fuerte golpe. Una jovencita rubia con un pelo que llegaba hasta su cintura y unos ojos tal cual avellanas la observaban tranquilamente. La niña tenía puesto un vestido verde esmeralda y una capa de un verde manzana. En los pies tenía puestos unas guillerminas del mismo color del saco.
-
Perdona mi forma de entrar, es que unos niños me señalaban de un modo horroroso
– comentó la joven- Oh, disculpa, olvide presentarme. Mi nombre es
Sendra Mc Gainst. Soy la hija de Ramstain Mc Gainst el dueño de la compañía de
escobas más conocida del momento. Yo diseñe la escoba para niñas "Dulce
amanecer". – terminó orgullosa de si misma.
- Hola soy Lily Evans –dijo Lily sonriendo. – Un placer.
- Igualmente- contestó Sendra mientras tomaba asiento enfrente de la joven que acababa de conocer.
- Te entiendo, mi padre también hace cosas, pero no escobas. Mi familia es muggle. – le sonrió Lily.
- Entonces sabes lo feo que es que vayas caminado, y te señalen, o todo el mundo quiera ser tu amigo solo por eso- masculló Sendra molesta al respecto, recordando algunos incidentes que había tenido por dicho motivo.
- Oh si, créeme que si, y también me desagrada terriblemente. Pero mi primo dice que debo ser una señorita y comportarme como una damisela. – refunfuñó Lily.
- Yo no pienso hacerlo, al contrario parezco una... ¡y eso no me gusta! Detesto, pero mi madre dice que debo vestirme, caminar y peinarme apropiadamente. Soy fuerte igual que mi padre- dijo Sendra quejumbrosamente – ¿Sabes? Creo que nos llevaremos de maravillas.
- Yo también lo creo- dijo Lily sonriendo.
Ambas jovencitas hablaron durante todo el viaje a Hogwarts, contando sus experiencias y formas de vida. Ninguna podía creer que otra persona las entendiera de esa manera, rieron, compraron golosinas, y se contaron cada una sus aventuras pasadas. Desde ese momento supieron que serían amigas en todos los años de vida que tuvieran.
-...- Fin del Flash Back -...-
Lily comenzó a terminar de preparar sus cosas, estaba casi segura de que llevaba todo lo necesario pero no quería irse sin antes dar una última revisión. Se acomodó su pelo, mientras se aseguraba de llevar su equipaje completo. Luego de tener una pila de cuatro maletas armadas de un color escarlata. Se dispuso a bajar al salón comedor para divertirse con su familia y disfrutar de lo que quedaba de ese día antes de que tuviese que irse a la estación King Cross, al anden 9/3 para volver a lo que ella consideraba mitad infierno mitad diversión.
Tal vez este año... sea diferente pensó con muy poca esperanza de que así fuese.
Fin del capítulo 1.
Eh... Pues ¡¡¡Hola!!! Este es mi segundo fic L/J y pues... espero que les guste. Recién escribí el primer capitulo, además tengo que terminar el otro. Todavía no tengo bien clara como se va a desatar la historia pero espero que pronto si pueda determinarlo. Por favor déjenme r/r. Es lindo saber si a la gente le gusta. Por lo pronto espero subir el próximo capitulo el Martes.
Suerte y nos vemos.
LiGiA.
