Epílogo
¡Hola!
Soy yo de nuevo, con un epílogo para esta historia, por petición de ustedes. Espero les agrade mucho.
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- Dulces sueños.
Fue lo último que escucho antes de caer en el más profundo sueño.
Pronto se encontró en un hermoso lugar, uno al que conocía perfectamente, se dirigió a un lugar cercano, admirando ese hermoso y eterno paisaje que se extendía a donde los ojos se posaran. Pronto los recuerdos regresaban a su mente, algunos meses atrás, jamás pensó que sus sueños se hicieran realidad, no tenía idea de lo que le esperaba, en aquel momento había visto su mundo caer a sus pies, pero ahora era diferente, casi podía gritar que era feliz finalmente. Había alcanzado sus sueños.
El viento como siempre acariciaba su rostro y podía sentirlo como le susurraba a mil frases hermosas. El aroma era un perfecto perfume de flores hermosas, estaba tan tranquila y disfrutando, cerro los ojos para apropiarse de esa sensación.
Sumida en miles de pensamientos de las personas a las que amaba comenzó a recordar. Pronto esos hermosos recuerdos comenzaron a desaparecer. Abrió los ojos un poco desconcertada. De nuevo trato de relajarse, pero no pudo, abrió los ojos incómoda, comenzó a caminar, pero una sensación en el pecho comenzó a surgir y hacerse cada vez más grande.
Prácticamente de la nada un sentimiento de desesperación la invadió, todo su ser se estremecía, sentía su cuerpo cada vez más cansado, luego más pesado. Se detuvo en seco cuando de pronto su cabeza comenzó a dar vueltas y mantenerse en pie se le dificultaba, comenzó a mover sus labios tratando de articular palabras, no salía de ellos nada, necesitaba ayuda. Pero sus labios cada vez más fríos, sólo se movían temblando. Escuchaba claramente su corazón latiendo con fuerza, su frente se lleno de sudor, mientras sentía un horrible frío.
A su alrededor todo parecía dar vueltas y vueltas, las imágenes cambiaban, se opacaban y oscurecían. Mientras la sensación de desesperación aumentaba cada vez más, sus pies no la soportaron más y cayo de rodillas. Al caer todo a su alrededor se desvaneció, absolutamente todo. El corazón aumentaba su latir y una extraña sensación de perdida la invadió, al sentirlo instintivamente llevo ambas manos a su vientre.
- NO - pronunciaron sus labios con dificultad, mientras la oscuridad la cubría por completo. Y sentía caer en un abismo sin fin.
Abrió los ojos exaltada, su pecho aún subía y bajaba con rapidez, y gotas de sudor la cubrían. Se sentó en la cama y trato de calmarse, cuando de nuevo recupero su aliento y notando que todo pareció ser sólo un sueño, miro a su alrededor estaba en su habitación. Una hermosa habitación blanca, con algunos muebles colocados estratégicamente. Pronto se dio cuenta de que la luz del sol se filtraba por algunos espacios que dejaban las cortinas.
Trato de tranquilizarse un poco y se levantó.
Abrió las enormes cortinas, sólo para admirar un hermoso jardín con muchas flores en ella y un árbol de Sakura en el centro rodeado, de pequeñas flores blancas. Había sido capricho de ella que a su lado se pusieran dos columpios para dos personas y del otro lado se colocará una banca. ¿Para qué? Ella no lo dijo, sólo dijo que era un capricho nada más. Y por supuesto nadie le negaría nada, mucho menos él.
Al admirar su capricho hecho realidad, sonrió y trato de olvidar su pesadilla. Pronto se baño y cambio. Para cuando se secaba el cabello el teléfono sonó.
- Hola - escucho decir del otro lado de la línea con voz dulce, que entre miles de voces reconocería sin equivocarse.
- Hola - dijo con una sonrisa mientras se sentaba en la cama - ¿Porqué no me despertarte? - dijo con voz aparentemente molesta.
- Lo lamento cariño - escucho decir con algo culpabilidad que luego cambio - pero ¿cómo perturbar de su descanso a un ángel? - dijo con voz dulce y tierna.
Ella se sonrió más y no pudo evitar que sus mejillas enrojecieran.
- Lo siento - dijo regresando a una voz un poco más seria - pero aún tengo algunos asuntos que arreglar, pero nos encontraremos donde quedamos.
- Esta bien, te veré allá.
Del otro lado de la línea Shaoran sólo sonreía. Siempre lo hacía al hablar con ella.
Colgó el teléfono luego de escuchar, como siempre, dulces palabras de su marido.
Y después de vestirse adecuadamente bajo al comedor y cuando miró el reloj...
- ¡KEROOO! - se escucho por todo el lugar.
En menos de 1 minuto un peluche volador llegaba a donde estaba su ama.
- ¿Qué pasa? - medio dormido miraba a todos lados - ¿Estas bien Sakurita?
- ¿Por que no me despertarte?
- O.O je, je, je. Sakurita es que yo...
Ella lo miró enojada y luego suavizo la expresión, después simplemente le dio la espalda, se dirigió a la cocina tomo su delantal y comenzó a hacer el desayuno. Mientras Kero la seguía.
- Lo siento Sakurita pero... pero...
- Lo sé Kero, de nuevo te quedaste hasta muy tarde con los videojuegos por eso no te despertabas.
- Sakurita... - se quejaba Kero, mientras se sentaba en la mesa de la cocina.
Desde que Sakura y Shaoran se casaron, el pequeño guardián vivía en su casa, sólo que "casi" no se entrometía en sus vidas, tenía su propia habitación y casi siempre estaba con un videojuego.
Sakura puso unos hot cakes frente a él.
- ¡Que delicia! - decía con ojitos brillantes, inmediatamente se lanzó sobre él.
Para su sorpresa sólo se dio un tremendo golpe con la mesa.
Sakura había quitado el plato.
- ¿Por qué? - decía con lagrimitas en sus ojitos.
- Por favor Kero, no es bueno para ti que juegues tanto, debes dormir más. Casi todo el día te la pasas jugando, y se te olvida dormir - con voz preocupada y ojos de igual manera.
Kero sólo bajo la cabecita sintiéndose un poco culpable.
- Prométeme que te cuidarás más - dijo ella, mientras agachaba hasta el pequeño guardián con ojos suplicantes.
Kero sólo suspiro.
- Esta bien - dijo como si estuviera resignado.
- Así me gusta - dijo ella y de nuevo le acercó el plato. Kero ni tardo ni perezoso en dos segundos acabo con todo su contenido. Mientras Sakura más lentamente también desayuno.
- Estuvo delicioso - decía mientras se sobaba la barriguita enorme que tenía.
- ¿A dónde irás? ¿Puedo ir? ¿Me compraras dulces? ¿Irá Spy? tengo ganas de enseñarle mi nuevo record. ¡SÍ! El gran Kerberos lo ha hecho de nuevo... - hizo pose de ganador y seguía hablando y hablando.
Sakura sólo sonreía, ese Kero no cambiaba.
Pero por un segundo el recuerdo del sueño llego a su mente. Le hablaría a Kero de eso, pero no parecía ser una premonición era la primera vez que la tenía, era mejor no preocupa a nadie.
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- Gracias Sakura.
- No hay problema Tomoyo - con su sonrisa habitual la miró - también me ayudaste cuando me case.
Ambas chicas caminaban por un gran centro comercial. Hacía ya 9 meses de la boda de Sakura y Shaoran y ambos había decidido vivir en la tierra, regresaron junto con Eriol, sus guardianes, Yukito, Touya, Tomoyo y Kero. Los demás se quedaron en Hikaru, pero claro que todos podían ir y regresar cuando fuera necesario.
Sakura y Shaoran llegaron a Hong Kong, hay fueron recibidos con gran alegría por parte de la familia Li. Para sorpresa de todos, el jefe de los círculos el mundo ofreció a Li la dirigencia del Concilio, pero para una sorpresa mayor, él lo rechazo, recomendando para el puesto a su amigo Fiang, quien después algún tiempo lo aceptó.
- Y ¿Cómo les ha ido? - preguntó Tomoyo.
- Excelente. La propiedad que nos recomendaron ya fue reparada y amueblada, es hermosa.
- Espero pronto poder ir - desde que Tomoyo regreso a la tierra, había estado en Japón por algunos asuntos de negocios y tenía poco tiempo de haber llegado a China. Y ahí los asuntos de la boda la mantenían casi todo el día ocupada, por lo que había visto muy poco a su amiga.
- Pero estas algo ocupada - completo Sakura - no te preocupes ya habrá tiempo.
- Y Li, ¿cómo lo esta tomando? No pensé que pudiera rechazar el puesto de jefe del Concilio - dijo entrando a un lujoso lugar en donde había una secretaría. Hablo unas palabras con ella y luego la secretaría se fue, mientras Sakura la esperaba sentada.
- Yo tampoco.
- ¿Sabes por qué? - preguntó sentándose junto a ella.
Sakura no puedo evitar sonrojarse hasta las orejas, cosa que de inmediato noto Tomoyo y sonrió.
- Pues...
- ¿Porqué lo rechazaste? - preguntó a su marido, desconcertada por lo que había pasado.
Shaoran no había dicho nada más desde que llegaron de la reunión del Concilio. Entraron a su casa y Sakura se coloco frente a él.
Él sólo la miraba con ternura, pero no parecía tener intenciones de contestar.
- Shaoran - le dijo dulcemente - habías luchado tanto por eso, era tan importante para ti.
Él sólo veía y parecía estar extasiado con su presencia.
- ¿Shaoran? me escuchas - dijo al ver que su ahora esposo, no movía un sólo dedo, ni siquiera pestañeaba. Pasó su mano por sus ojos, pero seguía igual.
Luego poco a poco sus labios formaron una sonrisa.
- Ahora... - él se acercó a ella - sé lo que es realmente importante para mí - la abrazó con delicadeza.
- Siempre has sido tu - le dijo con dulzura al oído.
- Pero... - pensaba renegar ella, sabía lo que él había luchado por esa posición en el círculo de hechiceros.
- No lo vez amor - susurro, luego se vieron de frente, ella aún tenía la mirada inquieta - si lo hubiera aceptado, mi vida cambiaría - comenzó a acariciar el rostro de Sakura con suavidad - estaría atado a miles de obligaciones y responsabilidades, y tu también. Es cierto que con el trabajo que tengo estaré ocupado, pero no se compara con las obligaciones de un Líder del Concilio.
- Shaoran...
Pero él no la dejo continuar.
- No lo entiendes - le susurro acariciando su rostro - no permitiré que me alejen de ti. Ya hemos perdido suficiente tiempo, quiero dedicar tiempo a ti, a mí y a la familia que algún día tendremos. Quiero ser normal por primera vez, sin pensar en la magia siempre. Quiero estar a tu lado, quiero disfrutar nuestro amor.
Sello toda duda y discusión con un dulce beso que sólo confirmo sus palabras. Sakura estaba conmovida por sus palabras, más aún porque ella sentía lo mismo. Amaba cada segundo que pasaba con él. No quería vivir sin verlo, aún unas cuantas horas que él se alejaba de ella por asuntos muy importantes, sentía que cada minuto era una verdadera tortura, que al final se recompensaba con una brillante sonrisa.
- Vaya no pensé que Li fuera tan romántico - dijo con una sonrisilla traviesa Tomoyo.
Sakura sólo asintió levemente con un color carmín en sus mejillas.
En ese instante la secretaria regreso con un paquete en las manos y se la entrego a Tomoyo, ella lo recibió y después de despedirse ambas salieron.
- Y tu ¿Cómo te sientes?
- Genial - Tomoyo no pudo evitar casi gritar de felicidad y el brillo en sus ojos apareció.
- ¿Estas nerviosa? - pregunto Sakura viéndola detenidamente.
- La verdad... - preguntó Tomoyo con una gran sonrisa - ¡SI! - dijo cambiando su rostro a una mueca de angustia. No pensé que el tiempo pasará tan rápido, pero aún así estoy muy contenta por todo.
- Todo estará bien Tomoyo - dijo Sakura consolando a su amiga.
Eriol Hiraguizawa no había perdido tiempo, en cuanto supo lo que sentía por Tomoyo no era un simple cariño de amigo, sino algo mucho más fuerte y profundo le propuso matrimonio. Si por él hubiera sido lo habría hecho la boda el mismo día que Sakura y Shaoran, pero dadas las condiciones, decidió esperar, Tomoyo acepto sintiéndose segura. Fueron 7 meses que a Eriol se le hacían eternos y a Tomoyo muy cortos.
Habían estado muy ocupados por los arreglos que casi no se habían visto con sus amigos, sólo ocasionalmente.
Sería la boda del siglo, para que ninguna familia se sintiera ofendida no se llevó a cabo ni en Japón, ni en Inglaterra, sino en China. Ambos provenían de las familias más ricas de sus respectivos países, así que todo sería espectacular. Platillos traídos de los rincones más lejanos del mundo, personalidades de talla internacional, arreglos de millones, se hicieron en muy poco tiempo. Tanto que las familias de ambos se conocerían en la celebración.
- No pensé que te casaras tan rápido - decía su amigo.
- Me lo dice quien le pidió a su excompañera de primaria que fuera su novia, que se comprometiera con él y que se caso con ella en menos de 3 semanas - decía con su habitual sonrisa Eriol.
- Pero era diferente, la amaba desde muy pequeños.
- Yo también, sólo que no lo sabía.
- Pero a mi boda no asistirían los hombres más importantes del mundo.
- Pero sí seres mágicos y los más poderoso hechiceros de la tierra y Hikaru.
- Es diferente - sólo dijo Shaoran, Eriol siempre tenía algo en contra.
- Lo sé mi querido amigo, pero no puedo pasar mucho tiempo lejos de ella y deseo que nuestras vidas se unan.
Li sabía perfectamente a lo que se refería su amigo.
- ¿Nervioso? - Li lo miró.
Eriol no borraba su sonrisa.
- ¿Por qué? ¿Debía?
- Mentiroso - dijo Li notando los nervios bien escondidos del ingles.
Eriol ya no dijo nada, porque sabía que su amigo tenía razón, si lo estaba y mucho.
No era el hecho de que casi todos los medio de comunicación del mundo cubrirían la nota, o todos los invitados. Era el hecho de unir su vida con ella, era casi como un sueño.
- Un sueño... - suspiro Tomoyo.
- No te preocupes Tomoyo todo estará bien - las palabras y sonrisa de su amiga siempre la hacían sentir mejor, pero no podía evitar sentirse inquieta.
Ambas iban en el auto de Tomoyo.
- Ya sólo falta recoger una cosa más - suspiró Tomoyo, mientras manejaba en dirección a otro lugar.
- Sakura ¿estas bien?
La chica de ojos verdes de pronto se había quedado muy callada y tenía una mano en su vientre.
- Si - sonrió para tranquilizarla - sólo tengo un pequeño dolor.
- Ya fuiste al doctor - preguntó preocupada su amiga.
- Tranquila, ya me han hecho unos estudios y me darán los resultados mañana. No es grave, sólo son consecuencias de la batalla.
- ¿Quieres decir...?
- Sí, no todas mis heridas fueron curadas completamente y algunas todavía me duelen.
- Sakura, tal vez sea mejor que no...
- No lo digas - la interrumpió - por ninguna razón dejaría de ir, aunque tengan que llevarme en silla de ruedas - bromeo - no me perdería la boda de mi amiga por nada.
- ¿Estas segura? - preguntó viéndola atentamente.
- Claro y mejor que veas, el semáforo ya cambio.
El resto del viaje estuvieron más alegres. Encontrarían a Shaoran y Eriol en un restaurante para cenar.
Fuera del restaurante
- ¿Cómo estuvieron las compras? - preguntó un alegre Shaoran que de inmediato fue a saludar a su esposa con un tierno beso en los labios.
- Muy divertidas - dijo Sakura mostrando unas bolsas al chico luego de recibir el beso.
- ¿Y cómo esta nuestro pequeño? - preguntó Shaoran acariciando el abultado vientre de Sakura.
- Muy feliz de estar con su padre - dijo ella.
El embarazo de Sakura tenía 8 meses y algunos días y a pesar de eso, su vientre no era tan grande, sólo parecía estar un poco gordita. Según el doctor todo estaba bien, sólo preocupaba al matrimonio Li, algunos dolores ocasionales.
- Se ven geniales - decía Tomoyo con estrellitas en sus ojos.
- No tienes algo para tu futuro esposo - dijo Eriol apareciendo atrás de ella.
- Eriol - se volvió sólo para recibir un apasionado beso de su prometido.
- Creo que comprare una cámara - le dijo Sakura a Shaoran mientras estaba en sus brazos pero observando a la pareja.
- ¿Tu también? - preguntó con cara de ¿en que estas pensando?
- Se ven soñados - dijo Sakura con un gran brillo en sus ojos.
Pasaron unos segundos y...
- Chicos, hey chicos. Esperen la luna de miel - se burlaba Shaoran.
Eriol y Tomoyo se separaron, ella algo sonrojada y él con su eterna sonrisa.
Esa noche todo fue genial, recordando viejos tiempos, la primaria, las cartas, todo. La cena se hizo muy corta. Los cuatro sonreían, unos tratando de calmar los nervios de sus amigos y los otros recordando lo importante del día siguiente.
- Bien es hora de irnos, mañana será un gran día para ustedes - dijo Shaoran, cuando ya todos estaban en el estacionamiento para despedirse.
Sakura sólo asintió.
- Esperen un momento - dijo Tomoyo - no me perderé este momento.
Ella sacó una cámara de su bolso y a todos les salió una gota, luego los acomodo en un lugar iluminado y preparó la cámara fotográfica en una barda cercana, apretó un botón una luz roja se encendió y luego de colocó al lado de Eriol.
- Listos, sonrían - dijo Tomoyo.
Shaoran tenía abrazada a Sakura, mientras tenían las manos entrelazadas a la altura de la pancita de ella, y Eriol abrazó a Tomoyo, todos sonrieron.
Pero nada pasaba.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué no pasa nada? - preguntaba Sakura después de largos segundos.
- Un momento - Tomoyo se acercó a la cámara y la miró le dio unas vueltas.
- Ya esta - dijo feliz y de nuevo se acomodo.
- Sonrían - todos lo hicieron.
Nada.
El foquito rojo seguía igual.
- ¿Qué pasa? - preguntó Eriol.
- No lo sé - dijo Tomoyo llevándose un dedo al mentón mientras pensaba que podría pasar.
- Mejor nos vamos - dijo Shaoran - es tarde, mañana tendrás las fotos que quieras.
- Esperen - dijo Tomoyo - Ya sé - levantó un dedo al aire - creo que no tiene rollo - dijo con una enorme sonrisa.
- ¡¿QUÉ?! - se pudo escuchar en todo el estacionamiento.
A Eriol, Sakura y Tomoyo les salió una gota enorme y casi caen de la impresión.
Y justo cuando estaban desubicados y en extrañas poses por la impresión, pero con una sonrisa en su rostro, una luz los cegó. La cámara había tomado la foto.
- Creo que si se lo puse - dijo Tomoyo sonriendo aún más.
- ¡Tomoyo! - se escucho de nuevo en todo el lugar.
Felices se despidieron, mañana sería un día muy especial y sobre todo ocupado.
- ¿Cómo te sentiste hoy? - hablaban cuando iban en el auto de regreso a casa.
- Muy bien.
- ¿No hubo dolor?
- Sólo un momento, pero nada grave. No te preocupes esta bien - dijo sonriéndole.
Llegaron a su casa donde ya los esperaba Kero.
- Sakurita - salió a recibirla - ¿Qué me trajiste?
- Peluche glotón, no sabes pensar en otra cosa.
- Shaoran - dijo Sakura.
- ¡Mocoso tonto!
- Kero.
- ¡Bola de pelos parlanchín!
- ¡Mocoso superdesarrollado!
- ¡Escúchenme! - dijo más fuerte Sakura tratando de llamar la atención.
De inmediato los dos la miraron preocupados.
- ¿Qué pasa Sakurita?, ¿Te sientes mal? - preguntaron a la vez ambos.
- Sólo quiero descansar y que dejen de pelear.
Ambos suspiraron aliviados y luego de reojo se vieron con enojo. Sólo por Sakura y su estado se contuvieron, era normal verlos pelear. Esos dos armaban un gran alboroto al encontrarse en el mismo lugar. Pero todos, incluso Touya dejaban todo cuando Sakura necesitaba algo.
- Te traje el postre, espero que te guste - y le entregó al guardián una cajita que contenía el postre de Tomoyo, que con mucho gusto lo mando al guardián.
- Delicioso - decía Kero.
Y volando con la caja en manos se retiró.
- Buenas noches - gritó ya lejos - Sakurita - completo.
- Vaya guardián - dijo Shaoran - se la pasa comiendo todo el día y no hace casi nada, ¿qué clase de vida es esa? - dijo aún viendo por donde se fue Kero.
- Acabas de describir mi vida - dijo Sakura avanzando para llegar a las escaleras que la conducían a su habitación.
- ¿? - Shaoran reflexiono sus palabras - No es cierto - dijo alcanzándola y ayudándola a subir.
- Claro que sí, desde mi embarazo es lo que hago - dijo al sentir la ayuda de su marido.
Para muestra, un botón. Sakura desde los 3 meses de embarazo comenzó a comer mucho más que el mismo Kero, a tener extraños antojos y demás síntomas de embarazo. Por lo que no era raro ver a Kero y ella devorar en segundos una comida para un regimiento. O ver salir a Shaoran, Kero y últimamente a Touya o Yukito a comprar las cosas que a Sakura se le antojaban.
Touya, Yukito y Fuu, habían llegado algunos meses atrás para ayudar a Sakura en lo que hiciera falta, y por supuesto por la boda de Eriol y Tomoyo.
- ¿Estas cansada?
- Sólo un poco - se acercó a la ventana de su habitación y con ayuda de la luz de la luna vio su árbol de Sakura moverse con el viento, al igual que los columpios y de nuevo sus recuerdos regresaron.
Shaoran entro al baño, mientras ella se cambió a una bata más cómoda. Él salió también ya cambiado
- Es mejor descansar, mañana será un gran día para nuestros amigos - dijo mientras era ayudada por su marido a acostarse, no era que no pudiera sola, pero Li insistía en ayudarla en todo.
- Sí, pero aún no tengo sueño - dijo ella.
- Ya lo tengo - dijo Li - les leeré el libro.
Habían escuchado que hablarle y ponerle música al bebé lo ayudaba en su desarrollo, así que si no era su padre, su madre se encargaba de platicar con él. A Kero le encantaba narrarle las aventuras de su ama, las de él y las de sus videojuegos.
Shaoran fue por su libro, luego dio un beso a su sonriente esposa y luego a su barriguita.
- Se movió - le dijo ella.
Él colocó de inmediato la mano en su vientre.
- ¿Lo sientes?
- Sí - dijo con felicidad. Desde la primera vez que lo sintió moverse, sentía una enorme emoción al saber que dentro de la persona que más amaba, ahora crecía un hijo de ambos y de su amor. Y ella amaba sentir esa sensación
- Siempre le gusta escucharte - dijo ella.
Shaoran se acostó a su lado, con una mano la abrazaba y con la otra sostenía el libro. Así que comenzó a leer la última parte del libro.
- Las montañas se elevaban en aquel bello paisaje, formado por esplendidas colinas verdes y árboles que adornaban el paisaje, contrastando con un hermoso azul del cielo... - seguía leyendo el futuro padre.
Sakura sólo lo observaba, mientras tenía una mano en su vientre.
El perfil de su marido, era tan tierno, era perfecto, no se le ocurría otra palabra para describirlo, sus sueños se quedaban cortos con la hermosa realidad en la que ahora vivía.
Así pensando en él y con el arrullo de su voz, se quedo dormida.
Shaoran paró al notar que su esposa había cerrado los ojos y estaba profundamente dormida.
Dejo su libro a un lado, beso la frente de ella y luego su pancita.
- Buenas noches amor - le susurro a ella - buenas noches hijo - susurró y luego se acomodo en su lecho con delicadeza para no despertarla, cayendo rápidamente en un profundo sueño.
La noche transcurría apacible y tranquila, no había más que paz.
Sus ojos se abrieron lentamente, aún tenía sueño, pero algo la despertó. Al estar conciente, se sintió en un abrazo protector, no se sorprendió al ver a su marido con los brazos rodeándola, aún dormido siempre la protegía.
Lo contemplo unos segundos, dormido como estaba. Era un hombre sumamente atractivo, de cabello marrón alborotado, de facciones varoniles, piel blanca, muy inteligente, amoroso, pensaba en cada una de sus cualidades mientras acariciaba su rostro con cuidado de no despertarlo, seguía locamente enamorada de él, simplemente no dejaba de pensar en lo maravilloso que era todo, más aún sabiendo que pudo perderlo meses atrás. Pero con la llegada de su hijo parecía todo tan perfecto. Ese pequeño los uniría más. Salió de su abrazo protector y bajo a tomar agua, luego subió de nuevo y lo vio descansar, tratando de conciliar el sueño salió al balcón a admirar el Sakura que crecía fuerte y frondoso, toco entonces su vientre y recordó la tarde que supieron que serían padres.
Había pasado meses desde que se casaron y pocos de haber llegado a Hong Kong. Touya hizo un tremendo berrinche al igual que Kero, se cumplía lo que tanto habían temido. Li la alejaba de ellos, o por lo menos eso creían. Pero Sakura y Shaoran habían llegado al acuerdo de que el guardián viviera con ellos, y Touya podría visitarlo cuanto quisiera.
Ese día ambos caminaban por el parque, haciendo tiempo.
- Todo estará bien.
- Lo sé - dijo ella.
Ambos caminaban abrazados y llamaban la atención de la gente a su alrededor, los dos atractivos y cariñosos entre sí.
- Debe ser sólo una herida interna.
- Probablemente con algún medicamento sane.
Desde algún tiempo Sakura comenzó a tener un dolor leve pero constante en el vientre. Lo trataron de curar con magia, pero no funciono, así que recurrieron a un doctor que pidió que se le hicieran unos análisis de laboratorio para determinar cual era la causa. En unos minutos les entregarían los resultados y debían llevárselos. Shaoran estaba preocupado, y Sakura sólo pensaba que era un leve rasguño.
Viendo la hora regresaron a recoger los estudios y los llevaron con el doctor.
- Siéntense por favor - indicó el doctor.
Ambos obedecieron.
Sakura le entrego el sobre con los resultados al hombre. El doctor parecía muy joven, apenas aparentaba la edad de la pareja. Parecía muy serio, no era el mismo que los atendió antes.
- Veamos - dijo abriendo el sobre, sacó algunos papeles y los comenzó a leer.
Luego miro a la pareja, Sakura observaba al hombre que le parecía algo familiar, mientras Shaoran trataba de adivinar en su rostro algo que le indicará una señal. El doctor volvió su mirada a los papeles.
- Ya veo - musitó y cambio de hoja.
Su rostro no mostraba nada, excepto seriedad.
- Ya veo señora Li - dijo poniendo los papeles a un lado y recargando los brazos en el escritorio. Escudriño con la mirada a Li y luego a Sakura.
Ambos estaban atentos a lo que iba a decir. Shaoran sólo atino a tomarle la mano a Sakura con suavidad.
- Tengo que informarles - decía con voz lenta y seria - que usted, señora Li, padece de una severa infección y le queda poco tiempo de vida. Lo lamento - terminó.
Sakura y Shaoran se quedaron en shock. Sintieron una terrible sensación y ambos apretaron sus manos.
- Pero puede curarse si sigue mis indicaciones - repentinamente su voz cambio - Tome un té de una planta rara que crece en el norte de Japón, cerca de una cueva. Dicen que hay vive un gran dragón, si le corta una uña y la mezcla con un poco de nieve traída del polo sur y...
- ¡YAMAZAKI! - se escuchó un grito.
Una muy enojada enfermera había entrado y se dirigía furiosa hacia el doctor.
- ¡Hola! - saludó como si nada el chico sonriéndole a la recién llegada. Una chica de mirada y cabellera marrón, más o menos de la misma edad, vestida de blanco.
- ¿Qué haces aquí? No puedes andar por ahí, haciéndote pasar por un doctor - regañaba.
Al escuchar la última frase de la enfermera los corazones de Sakura y Shaoran parecieron volver a latir. Se miraron entre sí y suspiraron.
- Si el doctor se llega a enterar de esto me va a despedir y sólo por tus tonterías - decía la enfermera mientras muy enojada le quitaba la bata blanca al supuesto doctor.
Mientras él sólo sonreía.
- Sabías que el la edad media los doctores no usaban batas blancas sino fosforescentes, así todos podían saber quienes eran y en la noche los podían ver más fácilmente... - explicaba mientras levantaba un dedo.
- Basta Takashi - dijo ella sacudiéndolo un poco para que se callara.
Y sólo entonces vio a la desconcertada pareja, que los miraba muy atentos a las palabras del chico, pero con una gota en la cabeza.
- Lo lamento - se disculpó - pero a mi novio le gustan hacer bromas pesadas, nada de lo que halla dicho es verdad
- ¿Yamazaki? - se preguntaba Shaoran, ¿de dónde conocía ese apellido?.
- ¿Takashi Yamazaki? - preguntó Sakura.
- Si - dijo el chico desconcertado.
- ¿Se conocen? - preguntó la enfermera.
- Sí - dijo contenta Sakura, luego Shaoran también lo recordó.
- Soy Sakura Kinomoto - dijo sonriendo.
- ¿Kinomoto? - preguntaron ambos.
Ella asintió.
- Pero en los papeles dice Sakura Li - reflexiono Yamazaki.
- Les presento a mi esposo: Shaoran Li - dijo ella.
- ¿Li? - preguntaron ambos.
Él sólo asintió.
- Soy Chiharu Mihara.
Así los chicos se reconocieron y se saludaron. Hablaron unos minutos de las razones por las que se encontraban ahí, hasta que Chiharu vio la hora.
- El doctor no tarda en llegar. Es mejor irnos - le dijo a Yamazaki.
- Por cierto ¿estas enferma Sakura? - preguntó Yamazaki a la chica de ojos verdes.
- Sólo venimos a ver los resultados de unos análisis - dijo Sakura señalando los papeles en el escritorio.
Chiharu vio feo a Yamazaki.
- Bien, ya que este tonto los abrió - dijo ella y vio los resultados.
Inmediatamente su cara se ilumino y los miró con un brillo en los ojos.
- ¡Felicidades! - casi grita y se abalanzó sobre Sakura y luego felicito a Shaoran, quienes la veían sin entender.
- ¿Qué pasa? - preguntó Yamazaki igual de confundido.
- Van a tener un hijo. Es genial - dijo feliz.
El matrimonio Li se miró un momento, como si no lo acabarán de entender.
- Un bebé - decía Chiharu
Chiharu aún feliz fue a abrazar a Yamazaki, que también sonreía.
- ¿Bebé? - repitieron Sakura y Shaoran mirándose.
Pronto ambas miradas comenzaron a brillar y parecieron entenderlo todo.
Shaoran abrazo a Sakura, mientras ella sólo lo correspondía.
- Seremos padres - dijo Shaoran.
Se separaron sólo para besarse tiernamente. Provocando un suspiro por parte de Chiharu.
Pero tan hermoso momento fue interrumpido por la llegada del verdadero doctor, quien sólo confirmo lo que Chiharu había dicho. El matrimonio Li no cabía de felicidad y sus antiguos compañeros lo compartían. Esa tarde Sakura y Shaoran estaban muy contentos y él no se cansaba de agradecerle a su amor tan agradable suceso.
En cuanto a Chiharu y Yamazaki, se comunicaban constantemente y estaban invitados a la boda de Tomoyo y Eriol. Quienes al escuchar el relato de como se reencontraron no paraban de reír.
Sakura sonrió al traer esos recuerdos a la mente, luego sólo regreso al cómodo lugar junto a la persona que la había hecho tan feliz en los últimos meses, su esposo. Y recordando algunos detalles más durmió junto a él.
La mañana pronto llegó.
- Despierta dormilón - le susurró al oído.
Aún dormido, sólo se movió un poco - anda Shaoran, tenemos que llegar temprano tu ayudarás a Eriol y yo a Tomoyo - lo empujó un poco, pero él aún no respondía.
- Shaoran, es hora el bebé - le dijo al oído a él. Pero fueron palabras mágicas que hicieron que Shaoran estuviera de pie en medio segundo, tratando de coordinar sus ideas.
- ¿Qué?... ya..., ¿el bebé? - decía aún desconcertado.
- No... aún no...,. pero no encontré otra forma de levantarte - Sakura apenas podía hablar por tanta risa que le había provocado ver a su marido.
- Sakura - dijo frunciendo levemente el ceño.
Ella aún no paraba de reír.
Así que él se acercó a ella, y la aprisiono en sus brazos. Y luego la obligo al dejar de reír con un apasionado beso, que casi hizo que la pobre Sakura se derritiera en sus brazos. En ocasiones besaba muy tierna, incluso inocentemente. Pero en otras era un muy apasionado amante.
Ambos se separaron por la falta de aire.
- Y si sigues burlándote, te arrepentirás - dijo juguetonamente él al oído de ella.
Y luego la miró de frente y le causo gran risa que la pobre Sakura se había quedado sin palabras y con el rostro muy sonrojado. A pesar del tiempo, estar casados y esperando un hijo, ambos seguían causándose una mutua impresión y nerviosismo.
- Sha... Shaoran, debemos irnos - fue todo lo que alcanzó a decir.
- Sólo por esta vez te dejaré ir - le dio otro beso corto y se separo de ella. Para después irse a bañar.
Mientras Sakura aún roja se dirigió a la cocina, ella ya estaba lista para irse. Traía una sencilla bata de embarazo color amarillo y el cabello recogido.
- Sakurita, ¿porqué estas tan roja? - preguntó extrañado el pequeño guardián.
- Na... nada, toma - y rápidamente le acercó un plato con un pastelillo, con la intención de hacerlo cambiar de conversación, que por su puesto consiguió.
En unos minutos después Shaoran bajo, con una visible sonrisa en su rostro. En los últimos meses era común verlo sonreír, sobre todo cuando Sakura estaba cerca.
- Pero Sakurita - fue lo primero que escucho al bajar.
- Lo lamento Kero, pero no pueden andar por ahí como si nada. Te dejaremos con Touya y Yukito. Shaoran y Fuu irán a ayudar a Eriol y Hannia y yo a Tomoyo, así que es mejor que te quedes con Yukito, hasta que la hora llegue te quedarás con él.
- Esta bien - dijo resignado.
- No te preocupes Spinnel Sun irá después con Yukito.
- ¿En serio? Ahora si podré enseñarle que soy mejor que él - decía triunfal.
- ¿Lista? - dijo Shaoran rodeando con los brazos a su esposa. Él también vestía muy casualmente, ambos se arreglarían cuando fueran con sus los respectivos novios.
- Si - de nuevo y sin que pudiera evitarlo se sonrojo levemente.
- Vamos - dijo ella, llamando a Kero.
Subieron al auto y llegaron a un departamento cercano, donde ahora se alojaban su hermano mayor y Yukito.
- Hola - saludo la apariencia falsa de Yue al verlos en la entrada - Pasen por favor - dijo con su habitual sonrisa.
- ¿Cómo estas? - preguntó Shaoran, mientras él y Sakura se sentaban en la pequeña sala.
- Muy bien, gracias. Estamos preparando todo para el gran acontecimiento.
- ¿Y el bebé? - preguntó viendo la pancita de Sakura.
- Muy bien, feliz y creciendo - contestó orgullosa.
- Me alegro - dijo recordando la última vez que tuvieron que salir él y Touya a comprar una cosa rara que a Sakura se le antojo.
- ¡Yukito! - salió disparado un objeto amarillo del bolso de Sakura - ¿tienes comida?
- Claro - dijo el chico de gafas - en un momento les sirvo algo, con su permiso.
Yukito fue a la cocina a preparar algo a los invitados.
Un sonido se escucho en la puerta y luego pareció entrar alguien con enormes bolsas de papel en los brazos cubriendo su rostro.
- ¡Yuki! ayúdame por favor - se escucho una voz tras las cosas.
- En un momento - Yukito se acercó y ayudo a ponerlos en la mesita de la sala, justo frente al matrimonio Li, pero en ese momento el hermano mayor de Sakura no lo había notado.
- Hola hermano - dijo Sakura con una sonrisa.
- ¿Sakura? - se sorprendió un momento y luego miró al lado y ahí estaba, la gran causa de sus disgustos, su cuñado.
Rápidamente ambos fruncieron el ceño levemente, y rayos parecían salir de sus ojos.
- ¿Cómo estas? - preguntó a su hermana, mientras aún miraba a su cuñado.
- Bien, el bebé también - dijo con una gotita en su cabeza notando que ni siquiera la miraba.
A pesar de tratar de hacerlo, aún no asimilaba que "SU" hermana, su pequeña hermana, su pequeño monstruo, ahora esperaba un hijo. UN HIJO, de ese..., ese mocoso.
- Les traje te - dijo Yukito tratando de suavizar la tensa situación. Así que todos se sentaron a tomarlo.
- ¿Donde esta Fuu y Spy? - preguntó Kero.
- Fuu se fue desde muy temprano con Hiraguizawa, y Spinnel vendrá en unas horas.
Sakura, Yukito y Kero hablaban contentos del acontecimiento y del embarazo. Touya y Shaoran seguía con su pelea de miradas. En otra situación ambos estarían discutiendo pero ahora no, parecía que tenían un trato, una tregua, sólo por ser el embarazo de la persona que amaban ambos, sabían que no debían preocuparla, ni molestarla, así que por ahora la pelea era sólo de miradas asesinas que cruzaban de un lado a otro.
- Tenemos que irnos - finalizó Sakura.
- Los veremos en la ceremonia - dijo Yukito.
- Vamos Shaoran - jaló del brazo a su marido, mientras este no despegaba la mirada de su cuñado y viceversa.
- Cuídate monstruo - dijo despegando por un segundo la mirada de Li, y luego continuar.
Así ambos salieron.
- Me sorprende que no haya peleado con mi hermano - pensaba Sakura con ingenuidad.
Viajaron un poco más, conversando de varias cosas, ambos se notaban contentos y recordando su propia boda. Pero pronto llegaron a la mansión Li, en donde la ceremonia se llevaría a cabo. Por la influencia de la familia y el ofrecimiento de Ieran, fue el mejor lugar.
Ambos bajaron del auto y se dirigieron a la casa, la mansión estaba toda decorada y resplandeciente, sirvientes iban y venían con cosas en las manos. Muchos llevando flores al jardín trasero donde sería la ceremonia.
- Entonces te veré en unas horas - se despedía él, tomando el pasillo de la derecha.
- Esta bien - dijo ella, tomando el contrario, que los llevaría con los respectivos novios.
- Hasta pronto pequeño - se despidió Shaoran de su esposa y su bebe.
Sakura caminaba calmadamente por los pasillos, dándose tiempo para admirar uno que otro cuadros colocados en ellos, ancestros de la familia Li.
- Hola querida - escucho una voz conocida.
- Buenos días - saludo con una reverencia a la mujer frente a sí, que estaba vestida muy formalmente.
- Buenos días Sakura - contesto la madre de Shaoran - ¿Cómo están? - preguntó sonriendo y dirigiendo su mirada al bultito en el vientre de Sakura.
- Muy bien, gracias por preguntar.
Ieran Li, aunque su semblante seguía era alegre, por dentro estaba muy, muy feliz, por fin después de tanto tiempo y sufrimiento su único hijo recibía lo que merecía, una buena esposa y ahora un hijo.
- La señorita Daidouji te espera en el salón - indicó ella sabiendo que el tiempo se agotaba.
- Le agradezco mucho que haya dado las facilidades para que la ceremonia se lleve a cabo aquí - se inclino Sakura para agradecerle.
- No tienes por que, lo hago con mucho gusto - le sonrió.
- Con su permiso - se despidió Sakura, siguiendo hasta llegar al salón.
- Buenos días - saludó al entrar.
Dentro a la primera que vio fue a Mei. Vestida con un precioso vestido color vino, de tiritas que se entrecruzaban en la espalda, un vestido largo con una coqueta abertura en el muslo, maquillada perfectamente y con un peinado alto, se veía muy bien.
- Nunca cambias Sakura - escucho el regaño de Mei - siempre llegado tarde.
- Vamos Mei, no seas tan estricta - defendió otra voz.
Sakura agradeciendo la miró. Ahí estaba Hannia con un conjunto en color azul oscuro que le favorecía mucho, con su hermoso cabello negro cubriendo su espalda y maquillada ligeramente.
Ambas se acercaron a la recién llegada.
- ¡Que linda! - casi grita Mei - te vez preciosa con tu bebé.
- ¿Cómo están? - preguntó Hannia.
- Bien, gracias - dijo Sakura.
- Me alegro tanto - ambas chicas se sonrieron. No había resentimientos, ni ningún reproche ambas estaban felices de haber tomado su decisión. Sakura con Shaoran y Hannia con Fiang.
- Es tan pequeño - seguía Mei con estrellas en los ojos y haciendo ademanes graciosos, siendo ignorada por ambas.
De pronto las tres se quedaron inmóviles al sentir una luz sobre ellas.
- Esta será una de mis favoritas - decía una feliz chica.
- ¡Tomoyo! - dijeron las tres.
- Por lo menos podrías avisar - dijo Mei, frunciendo levemente el ceño - podría hacer una de mis famosas poses - y diciendo esto hizo una pose que según ella hacía derretir a los chicos.
Las cuatro sonrieron.
- Me alegra que hayas llegado Sakura.
- Pero Tomoyo, se supone que ya deberías estar lista, no falta mucho.
Tomoyo aún traía ropa de vestir. El vestido de novia yacía aún en un maniquí junto con todos los accesorios.
- Es que... es que quiero arreglarte y después sigo yo - sonrió la chica.
A las tres chicas les salió una gotita.
- Bien, pero después nos concentraremos en ti, ¿esta bien?
- Claro - sonrió ella.
Pasaron unos minutos.
- ¿Qué tal? - preguntó Sakura viéndose en el enorme espejo.
- Te ves hermosa - dijo una.
- Muy linda - dijo otra.
- Soñada - terminó la otra con estrellitas brillantes en los ojos.
Sakura portaba una de las prendas hechas por Tomoyo. Un precioso vestido blanco de seda, que le llegaba un poco más abajo de la rodilla, de tiritas que se unían graciosamente en su espalda, estrecha en la parte del pecho y más abajo más suelto, dejando ver la hermosa y pequeña pancita, todo cubierto por una muy finísima tela rosa pálido transparente, con diminutos bordados de flores. Llevaba el cabello suelto, un lindo collar con forma de estrella y aretes con la misma forma. Aún embarazada seguía poseyendo una figura envidiable. Maquillada ligeramente en tonos rosados que la favorecían mucho y unas zapatillas no muy altas.
- Bien, es tu turno amiga.
Y comenzaron a arreglar a la novia.
Con un diseño que ella misma hizo. Un hermoso vestido blanco mármol, sin muchos adornos pero muy elegante y sofisticado, como a ella le gustaban. Con pequeños accesorios. Era un vestido de ensueño, justo como ella lo había deseado. Delineando con perfección su delgada y fina figura. El maquillaje era ligero sólo resaltando su belleza natural y sus hermosos ojos amatistas tenían un extraño brillo, que la hacían lucir hermosa.
Y una vez que estaba casi lista.
- Te vez hermosa - dijo Sakura feliz.
- Muy linda - confirmo Hannia.
- Así es amiga, vas a hacer que a Hiraguizawa se vuelva a enamorar de ti - dijo juguetonamente Mei.
Sólo provoco que Tomoyo se sonrojara.
- Sólo falta esto - se escucho una voz provenir de la entrada.
- Mamá - dijo Tomoyo.
- Tía - Sakura
- Señora Daidouji - dijo Hannia.
- Buenos días - saludó ella que fue contestado por las chicas. Traía en las manos una preciosa corona y el velo.
- Te ves hermosa, querida hija.
- Gracias mamá.
- Lamento la tardanza.
- No hay problema, lo que importa es que estés aquí - decía acercándose a ella.
- Mi pequeña - con un rostro melancólico acarició la mejilla de su única hija.
- Mamá - dijo ella sintiendo ganas de llorar de la emoción, por todo lo que pasaba y sentía en esos momentos.
Su madre cambio su mirada a una llena de orgullo.
- Siempre te apoyaré, y estaré ahí cuando me necesites hija mía - terminó sonriendo.
- Gracias - tomo la mano de su madre - por todo.
- Esto es tuyo - tomo el velo y la corona y con cuidado la coloco en la cabeza de su hija.
El rostro de Tomoyo fue cubierto por el velo blanco y por un momento su rostro se ensombreció. Abrazó muy fuerte a su madre y tuvo ganas de llorar hasta...
Otra luz la sacó de sus pensamientos.
- ¡Mei! - se escucho una queja de dos voces femeninas.
- ¿Qué? - preguntaba inocentemente la susodicha - pensé que le gustaría una foto de éste momento tan lindo.
- Es cierto, la hora se acerca todo debe estar listo - dijo Sonomi recobrando todas las formalidades.
Rápidamente la chicas comenzaron a arreglar los detalles de la apariencia de Tomoyo. Pero ella tenía una mirada diferente, no parecía muy feliz.
- Es hora - regresaba Mei - todas a sus lugares.
Rápidamente condujeron a las chicas a sus sitios incluyendo a la madre de Tomoyo, sólo que Sakura y Tomoyo se rezagaron un poco.
- ¿Estas bien? - preguntó Sakura.
- Claro - dijo ella lo más natural que pudo.
- Escucha Tomoyo, te conozco desde pequeñas y sé que hay algo que no esta bien - como pocas veces Sakura habló seria y viendo a su amiga tras el velo.
Se supone que Tomoyo esperaría la señal para salir al jardín, y ellas estaban justo en la salida. Fuera ya casi todo estaba listo, los invitados ya estaban ubicados, los arreglos. Incluso Eriol estaba esperándola frente al a la persona que presidiría la ceremonia.
- ¿Estas bien? - Shaoran notaba el nerviosismo de Eriol que ahora parecía aumentar.
- Si... es sólo que... - por primera vez en mucho tiempo sentía una sensación imposible de describir. ¿Qué tenía? Nervios, angustia, miedo... sabía que algo no estaba bien, su corazón se lo decía.
- Calma - dijo Shaoran tratando de encontrar las palabras adecuadas para su amigo
- Pase lo que pase todo estará bien.
- ¿Acaso lo dudas? - preguntó ella tratando de no ser tan insensible.
- NO... - dudo - es que... no lo sé Sakura. De pronto parece que no esto no es lo correcto.
- ¿De qué hablas?
- No lo sé... estoy confundida - bajo la mirada, sintiéndose terrible.
- Tomoyo - dijo casi maternalmente - ¿lo amas?
- SI - se apresuro a contestar.
- Estas dispuesta a pasar el resto de tu vida con él.
- Si, eso creo - contesto a media voz.
- Sólo pregúntaselo a tu corazón, él te dirá la respuesta.
- Es que...- su voz se entrecorto.
- Tomoyo, sea cual sea tu decisión, todos te apoyamos y seguramente Eriol comprenderá. Pero por ahora pregúntale a tu corazón que es lo correcto - su voz era serena y comprensiva.
Esas palabras de Sakura parecieron confortarle un poco el alma.
Los minutos habían pasado y sin piedad, marcaban la hora designada. Todo en su lugar, todos los importantes invitados reunidos y esperando el gran momento, era cuestión de segundos.
Los músicos comenzaron a tocar, no la clásica marcha nupcial, sino otra melodía muy suave y perfecta para la ocasión. Todo quedo en silencio. La hora había llegado.
De un lado del jardín se encontraban los pocos familiares de Daidouji, su madre, Touya, Yukito, Fuu, Kero y Spinnel en una caja que parecía de regalo. Toda la familia Li, también estaban entre ellos, Hannia y Fiang incluso Yamazaki y Chiharu y otros invitados importantes, amigos de la señora Sonomi. Del otro lado la familia Hiraguizawa, personajes de gran influencia en su país.
Muy cerca de donde ahora estaba Eriol esperando la entrada de Tomoyo, se encontraba Shaoran, un poco preocupado por la ausencia de Sakura y la cara de su amigo.
Las notas siguieron su curso y le indicaron a Tomoyo que el momento había llegado.
- Todo estará bien amiga - fue lo último que escucho decir a Sakura.
Casi por inercia comenzó a caminar al lugar.
Se paró entre los dos bloques de invitados, estos se pararon de inmediato observándola y maravillándose por lo estupenda que se veía, aún con el velo aún en el rostro. Tomoyo se sintió intimidada en esos momentos, muchos pares de ojos la miraban con interés, incluso pudo escuchar algunos susurros sobre ella, sintió algo en su pecho y pensó en dar la vuelta y salir corriendo. Lo que para ella eran largos minutos, para los demás eran apenas unos segundos que ella se había quedado parada.
Pero si salía corriendo ¿qué diría él? ¿que pasaría? ¿acaso todos ellos la odiarían? ¿acaso ella podría sentirse mejor? ¿porqué ahora dudaba de lo que había estado tan segura? ¿por qué ahora? se preguntaba mientras sus intranquilos ojos se paseaban por los invitados que permanecían sólo observándola, y pronto los susurros se dejaron de escuchar y el ritmo de la música cambio, marcando su entrada. Sólo causándole más problemas a Tomoyo que seguía preguntándole a su corazón, se atrevió a llevar su mirada más allá. Allá vio a la familia Li, a sus amigos de la infancia y de ahora, con sus caras sonrientes, más allá Li, con un gesto indescifrable y... él.
No quería verlo a la cara, pero lo deseaba. Sintiendo mil cosas se atrevió a verlo. El sólo verlo le dio una tremenda impresión, mucho más apuesto que de costumbre con un traje muy a su estilo, casual, elegante e impresionante. Incluso a través del fino velo puedo ver sus ojos negro-azulados, lo miró fijamente.
Él sintiendo también mil cosas y embelezado por la belleza que ahora mostraba Tomoyo, sólo puedo hacer lo de siempre, sonreír. Pero esta vez fue diferente, le sonrió como nunca antes una sonrisa acompañada de una tierna mirada de amor puro.
No más, no tenía más que hacer. Con esa mirada y sonrisa, mágicamente todas las dudas en ella, todas las angustias y miedos, desaparecieron, su corazón había hablado. Reacciono justo a tiempo para dar los pasos hacia él. No quiso separar la vista de nuevo, ambos se sumergieron en sus miradas, primero distantes para luego se más y más cercanas. Todo a su alrededor pareció desaparecer, todo sentimiento negativo desapareció sólo para fortalecer a al sentimiento que conocían como amor.
Shaoran suspiró aliviado, por un momento le pareció ver que Tomoyo dudaba.
- Hola amor - dijo Sakura llegado por detrás de él.
- ¿Dónde estabas? Me estabas preocupando - hablaban muy bajito.
- Sólo apoyaba a una amiga - dijo sonriéndole.
La ceremonia comenzó y Eriol y Tomoyo no se soltaron las manos. Los votos se hicieron, los anillos se pusieron en su lugar y ambos juraron amarse por siempre, terminando con un beso que hizo a Tomoyo fortalecer su confianza.
Los aplausos comenzaron y las fotografías se comenzaron a tomar y el desfile de felicitaciones empezó.
- ¡Ahh! - no pudo evitar quejarse Sakura, llevándose una mano a su vientre.
- ¿Estas bien? - preguntó Shaoran un preocupado. Ambos se habían alejado un poco de la pareja para dejar pasar a todos los que los felicitaban.
- Sí, sólo un pequeño dolor.
- Creo que tendremos que irnos antes de que esto acabe.
- No, esta bien, en un momento se me pasa - dijo incorporándose - no quiero arruinar la felicidad de Tomoyo.
- ¿Estas segura?
Ella sólo asintió sonriéndole, Shaoran no podría negárselo.
Luego miró a su amiga, ahora a diferencia de unos minutos antes, su mirada estaba iluminada mientras era felicitada, su rostro parecía resplandecer.
- Me recuerda nuestra boda - dijo ella admirando a los flamantes novios.
- Sí - afirmo Li abrazando a su esposa - ¡es cierto!
- ¿Qué pasa? - preguntó notando que la miraba atentamente.
- No te había dicho lo hermosa que te ves - dijo él.
- Gracias, también te vez muy apuesto.
- Ey chicos - interrumpió alguien.
- Yamazaki, Chiharu.
- ¡Hola! - dijeron con su habitual sonrisa.
Los demás llegaron después. Yukito, Hannia, Fiang y Fuu quienes se unieron a la pareja. Todos vestidos para la ocasión, y muy apuestos lucían todos. Incluyendo a un enojado Touya, que seguía quejándose de su corbata le apretaba. Kero y Spi permanecían en su lugar observando hacia afuera.
En la recepción, todos comenzaron a hablar sobre los últimos acontecimientos. Yamazaki y Chiharu se casarían pronto, Yukito había conseguido un empleo en un lugar reconocido al igual que Touya, Fiang y Hannia había empezado una relación que marchaba bien, Fuu fue presentado como amigo de la familia Kinomoto. Sakura pensaba en seguir estudiando después de tener al bebé.
Pasaron una tarde muy amena. Mientras Eriol y Tomoyo estaban de lo más felices. La tarde pronto comenzó a convertirse en noche y la hora de la fiesta también. Para abrir el baile los novios comenzaron.
Se encendieron las luces del jardín. Los músicos comenzaron a tocar un vals suave.
- ¿Me concede esta pieza, junto con el resto de su vida? - preguntó coquetamente Eriol a Tomoyo.
- Será un placer - contesto ella.
El baile comenzó. Eriol rodeo con suavidad su cintura y tomo su mano. Ella se dejó llevar, mientras lo observaba atentamente, ¿cómo pudo ella dudar de lo que sentía por él? Ahora todo estaba más que claro en su mente y su corazón.
Eriol por su parte, admiraba a su preciosa esposa su sonrisa y toda ella, incluyendo su personalidad, ahora se sentía seguro. Cuando ella dijo: acepto, mientras sus ojos destellaban felicidad, su corazón brinco de emoción, pero antes de la ceremonia había tenido un extraño presentimiento que desapareció en cuanto la vio.
- ¿Estas bien? - preguntó de repente a su ahora esposa.
- ¿Por que lo preguntas?
- No lo sé en la ceremonia... me pareció que... - dudaba en decirlo.
- No te preocupes estoy bien - sonrió para confirmárselo.
Lo abrazo y recargando su cabeza en el hombro de él mientras aún bailaban al ritmo de la música, susurró - estoy bien ahora.
- Te amo - susurró él en su oído.
- Y yo a ti - dijo ella. Dejándose llevar por la melodía, sintiendo como el corazón de Eriol latía a la misma velocidad que el de ella. Trato de grabarse esos segundos en lo más íntimo de su ser, en su corazón y en sus pensamientos.
Eriol sólo sonrió, ahora no había nada que decir. La pieza continúo y el ambiente de fiesta inundaba el lugar.
Yukito bailaba con una jovencita, que Eriol le presentó y ambos parecieron llevarse bien desde el inicio. Touya, a regañadientes, según él, aceptó bailar con Nakuru y al final no le resultaba tan desagradable como aparentaba. Fiang también hacia lo propio con Hannia, ambos hablaban y sonreían. Fuu observaba desde su lugar, sosteniendo la caja que contenía a los pequeños guardianes que peleaban dentro. Las hermanas de Shaoran también se divertían con sus respectivos esposos y armando su acostumbrado alboroto. Por supuesto que Sakura y Shaoran disfrutaban el momento al igual que los novios.
- Felicidades - escucho a alguien Sakura. Shaoran se había ido por unas copas.
Sakura volteo sin reconocer la voz.
- Tendrán un bebé hermoso - prosiguió el hombre hablándole con confianza.
- Lo lamento, pero ¿nos conocemos? - dijo fijando su mirada en el hombre. Era alto de cabello marrón y ojos color miel, de apariencia amable y vestido con elegancia, su acento era europeo pero sus rasgos eran chinos.
- ¡Oh! - dijo algo avergonzado - creo que no me recuerda, señora Li.
Sakura se concentro en reconocerlo.
- ¡Kaoru! - Mei se acercaba a ellos - ¿Dónde estabas? Te he buscado por toda la mansión - le regañaba.
- Lo lamento cariño, sólo quería felicitar a la señora Li.
- Más te vale - dijo ella, luego miró a su excompañera y le sonrió.
- Espero que "éste" no te haya causado problemas.
- ¿Lo conoces? - preguntó Sakura.
A Kaoru y a Mei les salieron tremendas gotas en la cabeza y pusieron cara de "no puede ser".
- ¿Dije algo malo? - dijo a media voz notando el semblante de ambos.
- Se nota que estas muy enamorada mi querida Sakura - dijo Mei.
- Te lo presente el día de tu boda, el es Kaoru Koigua actual jefe de su Clan y parte del Concilio - decía con orgullo - mi esposo.
- ¿Tu esposo?
Mei y el hombre asintieron.
- Lo siento - dijo apenada.
- Creo que mi primo te afecta el cerebro - dijo sonriente Mei.
A decir verdad, sí. Ese día Sakura estaba que no creía nada de lo que ocurría, estaba igual de nerviosa que Tomoyo, sólo que nunca dudo. Lo despistada que era, sumándole que no tenía más ojos que para Shaoran, muchas cosas las había pasado por alto. Momentos después Shaoran regreso con los tragos y para encontrarse en tan divertida situación.
La hora de partir llego. Eriol y Tomoyo tomarían un avión que los llevaría a su luna de miel. Así que la novia y el novio se cambiaron para salir. De las habitaciones superiores bajo Tomoyo vestida con un elegante traje sastre blanco, acompañada de Eriol que también había cambiado su traje por un sencillo pantalón negro y camisa del mismo color. Se anunció su retirada.
Todos los invitados se arremolinaron para despedirlos.
Con mucho gusto Eriol y su esposa se despidieron. Pero aún faltaba realizar el lanzamiento del ramo de la novia, tradicional en occidente, la chica que lo obtuviera sería la siguiente en casarse, las chicas solteras se acercaron al lugar. Con una gran sonrisa Tomoyo tomo posición dándoles la espalda y las lanzo lo más alto y lejos que pudo. El ramo voló unos instantes y luego cayó. Para sorpresa de todos fue a dar directamente a las manos de una mujer, que ni siquiera se había ido con las demás chicas solteras, sino que se encontraba algo alejada de aquello.
Las chicas que esperaban el ramo se quejaron. Tomoyo volteo a ver a la afortunada que aún no acababa de creerlo.
- Parece que serás las siguiente - rió el chico a su lado.
- No digas tonterías Fiang - dijo ella.
Con gusto, Sakura, Shaoran, Tomoyo y todos los demás veían que había caído en las manos de Hannia.
- Tendremos una boda - festejo Mei para molestar a su amiga.
- ¡Mei! - se quejaba la otra.
- Nos veremos pronto - se despedía Tomoyo de su amiga - estaré a tiempo - dijo guiñándole el ojo.
- Cuídense, los esperaremos - contesto Sakura sonriendo.
- Hasta pronto - se despidieron Eriol y Shaoran.
Así la pareja salió de la mansión.
- Creo que debemos irnos - dijo Shaoran - debes descansar.
- Sí vamos.
EL matrimonio Li, se despidió de todos y salieron rumbo a su casa. Kero se quedo con Spy, Yukito, Fuu y Touya se quedarían un poco más.
Iban platicando en el auto ambos.
De pronto Sakura dejo de hablar. Shaoran le hablaba y ella sólo contestaba con escuetos sonidos de afirmación o negación, sus pequeñas manos estaban sobre su vientre, él no tardo en sospechar.
- ¿Sakura estas bien? - detuvo en auto en una orilla.
- Sólo... - comenzó a respirar con más rapidez - un dolor. Pronto se pasará.
- Esta bien - Su marido la miró preocupado y ella sólo sonrió para tratar de tranquilizarlo, pero no funciono.
- Creo que será mejor ir al hospital - Shaoran encendió el auto y regreso.
Mientras conducía podía escuchar como Sakura respiraba con más dificultad y pese a sus esfuerzos algunos quejidos salían de ella. Provocándole tomar una decisión apresurada.
- No hay tiempo, iremos a el hospital más cercano - no había tiempo de llegar hasta el hospital en donde la estaban atendiendo.
Sakura pudo escuchar la preocupación y hasta el temor reflejado en las palabras de Shaoran, pero aunque quisiera evitarlo, los dolores había aumentado y comenzaba a sudar. Pero aún no era tiempo de que el bebe naciera, apenas había cumplido los ocho meses, era muy pronto. ¿Acaso la afectaba lo cercano de la batalla?
- Estaré bien - susurró a su marido, al ser introducida en una camilla de un hospital cercano.
- Sakura - a él lo detuvieron para hacerle algunas preguntas sobre ella.
Tardaron algunos minutos y le indicaron a Shaoran esperar.
En el hospital había muy pocos pacientes, ya era noche.
Él se paseaba de un lado a otro en la sala de espera, se reprochaba su estado, quizá no debieron ir a la fiesta, quizá ella no debía exponerse a tantas emociones, una y mil cosas rondaban en su cerebro. Se sentaba, luego se paraba, se frotaba el rostro y se pasaba los dedos por el cabello rebelde, los minutos parecían eternos y a cada momento volteaba ver si alguien venía.
En la sala sólo había un hombre de aspecto cansado y dormía sentado, casi del otro lado había una mujer de edad avanzada que sólo observaba al preocupado Shaoran.
- ¿Señor Li? - llamo una doctora.
- ¿Si?
- Soy la doctora Kesigua, seré la encargada de su esposa. Creo que su petición de transportarla a otro hospital es imposible, la señora se encuentra muy delicada. Parece que el parto se adelantará, no podemos arriesgarla.
Shaoran sólo escuchaba atentamente.
- Además encontramos algo anormal en su esposa, que aún no podemos descifrar, ni podemos saber como afectará al bebé. Por lo pronto es mejor dejarla aquí.
A cada palabra de aquella mujer vestida de blanco parecía confundirse y preocuparlo más.
- Esta delicada y un poco débil, le hemos dado algunos medicamentos, pero puede hablar con ella.
- Gracias - alcanzó a decir.
La doctora lo guío hasta la habitación donde ahora descansaba.
Sintió que el corazón se le partió al verla. Su antes rostro alegre ahora parecía pálido y con poco color, tenía cerrados los ojos y estaba acostada descansando del dolor.
- Sakura - dijo lo más bajito que pudo, para no perturbarla.
- ¿Shaoran? - preguntó y con lentitud abrió los ojos.
Sus hermosos ojos verdes no eran los de siempre, ahora tenían un aspecto más cristalino y tenue. Tenía puesta una bata de hospital y en su brazo tenía conectada un tubo que le administraba suero. Con dulzura con una mano tomo la de ella y con la otra acarició su frente.
- Estarás bien - dijo más para si mismo que para ella.
- Lo sé amor, también lo estará nuestro hijo - ella le sonrió y toco su vientre.
- Sí.
- Creo que no quiere esperar un mes más para conocerte - dijo ella provocando una leve sonrisa en él.
De pronto la sonrisa se convirtió en una mueca de dolor, al mismo tiempo que apretaba la mano de él.
- ¿Estas bien?
- Sólo un pequeño dolor - dijo respirando con dificultad y comenzando a sudar - creo que pronto nacerá.
- La doctora dijo que el podría nacer... - dudaba en decirle que habían encontrado algo raro.
- ¿Crees que debemos avisar a los demás? - Sakura interrumpió sus pensamientos.
Era cierto por lo preocupado que estaba no había avisado a nadie.
- Supongo que es mejor que lo sepan.
Alguien toco la puerta para luego entrar.
- Con su permiso señor Li, tengo que hablar con su esposa. Le llamaremos en caso de ser necesario.
Shaoran no estaba muy dispuesto a dejarla y su mirada cambio, de una tierna y amorosa que dirigía a Sakura cambió a una seria y disgustada frente a la doctora.
- Shaoran, por favor avísale a mi hermano - dijo Sakura.
Sin decir nada, él salió de la habitación.
- Parece que su esposo tiene un carácter muy especial - dijo la doctora a Sakura, había notado la mirada que le dirigió.
- Si, es muy especial, por eso lo amo tanto - dijo ella.
- Bien señora Li, ahora le diré lo que haremos...
Shaoran salió enfadado de la habitación, prefería que Sakura este en manos de expertos hechiceros y él junto a ella, pero dadas las situación, no podía hacer más que lo que la doctora decía.
Sacó un teléfono y llamo a la mansión Li, donde su madre le contesto. Con tono angustiado informó lo sucedido a ella, su madre trato de calmarlo y dijo que avisaría a los demás que aún estaban por ahí.
Shaoran colgó suspirando, pensando en su querida Sakura y como en poco tiempo paso de una alegre noche a una muy tensa. Camino de nuevo a la sala de espera, el hombre seguía durmiendo y la señora continúo observando sus continuos paseos.
- ¿Se encuentra bien? - se animo a preguntar la mujer - joven.
- Eh? - apenas reacciono - no tanto.
- No se preocupe, ella estará bien y también el pequeño - dijo la mujer dirigiéndole una mirada consoladora.
Él la miró un poco confundido y luego asintió.
- Entonces ¿es grave? - preguntó ella.
- No lo sabemos, por el avanzado embarazo es más difícil hacer más pruebas, pueden afectar al bebé. No sabemos como la afectará a usted o al pequeño - explicaba la doctora.
- Por favor... - estaba a punto de decir algo cuando de nuevo el dolor apareció, haciéndola cerrar los ojos.
La doctora se apresuro a inyectar algo en la sonda que llegaba a su brazo, lo que ayudo a que se calmara.
- Por favor - repitió - quiero que mi bebé sobreviva, sin importar lo que pase conmigo.
La doctora no sabía que responder.
- Haremos lo posible por que ambos lo hagan señora Li, se lo prometo.
- Gracias - Sakura le sonrió.
Shaoran aún se paseaba en la sala cuando todos llegaron.
- ¿Cómo esta? - más que una pregunta fue una exigencia de parte del hermano mayor de Sakura.
- Ella...
- ¿Qué paso? - llego Mei y su esposo.
Detrás venían Ieran, Fuu, Nakuru, Mei y su esposo, Yukito Kero y Spy en su bolso, Hannia, Fiang y poco falto para que también sus hermanas fuesen, pero su madre conociéndolas las dejo en la mansión. Shaoran espero a que todos llegasen y les explicó lo que la doctora dijo.
- ...es cuestión de tiempo - terminó con un tono de angustia.
- Estará bien - escucho la voz de su madre - es una chica fuerte.
De algún modo las palabras de ánimo por parte de los demás lo calmaron un poco. Touya dejo de pelear y trato de tranquilizarse, Nakuru y Yukito también trataban de hacerlo.
Los demás quedaron en silencio.
- ¿Podemos verla? - preguntó Hannia a Shaoran.
- No lo creo - dio un hondo suspiro.
El tiempo comenzó a pasar muy lentamente para todos, y quisieron quedarse más tiempo para saber la condición de Sakura.
Todos estaban en la sala de espera, algunos hablando en voz baja, otros mirando al vació y rezando porque ella y el bebé salieran bien. Shaoran y Touya se paseaban de un lugar a otro tratando de contener las ganas de ir a donde Sakura estaba, la espera parecía eterna.
- ¿Señor Li? - una enfermera lo llamaba.
- Soy yo se apresuró a decir.
- Sígame - sin más explicaciones la enfermera se adentro el los largos pasillos del hospital, siendo seguida muy de cerca por Shaoran.
Mientras en su mente pasaban mil cosas.
- ¿Qué pasa? - se animo a preguntarle cuando se dio cuenta que no se dirigían a la habitación de Sakura.
- Su esposa esta en labor de parto - dijo la mujer.
- ¿Parto? - no era posible, el embarazo de Sakura apenas había cumplido los ocho meses.
- Tome - la enfermera le ofreció una especie de bata azul, junto con un tapabocas - debe ponérselos para entrar.
Shaoran obedeció y la enfermera la llevó a otra habitación. Al entrar Shaoran se llevó una gran impresión. En esa cama de hospital yacía Sakura en posición para tener al bebé, mientras parecía sufrir una contracción. Sus ojos estaban cerrados con fuerza, su piel sudaba mucho, por el esfuerzo que hacía, mientras sus manos en puño eran apretados con fuerza.
- Respire - indicaba la doctora a su lado.
La contracción paso y lentamente y cansada abrió los ojos, sus verdes ojos parecían algo opacos y cansados. Su sufrimiento se calmo también, al abrir los ojos y encontrarse con su amado esposo.
- Shaoran - dijo en susurro, ya que aún recuperaba fuerzas.
- Sakura - se acercó a ella, algo titubeante.
Verla así, lo hacía sentir muchas cosas. Deseaba que ella no sufriera, hubiera preferido ser él quien tuviera aquel dolor, que ahora los ojos de la persona que tanto adoraba, tenía. Notando su reacción Sakura sonrió tiernamente.
- Estoy bien, es normal - dijo como consuelo para su esposo.
Él sólo trato de responderle la sonrisa con otra, pero sólo pudo hacer una mueca que le pareció graciosa a Sakura.
- Bien señora Li, todo esta saliendo bien, ya esta dilatada, es probable que pronto tenga a su hijo en sus brazos - la doctora trataba de suavizar la tensión.
Pero al ver a la pareja sólo los encontró mirándose mutuamente prefirió salir por algunos instrumentos y dar las indicaciones necesarias.
- Me gustaría que no sufrieras esto.
- Pase lo que pase todo estará bien - le dijo ella, admirando el semblante preocupado de él.
- ¿Qué crees que sea? Niño o niña - dijo ella tratando de cambiar la conversación.
Shaoran sólo sonrió y mientras acomodaba algunos castaños cabellos de ella...
- Sabes que me encantaría que sea una niña, tan hermosa como su madre, con sus preciosos ojos verdes - dijo suavemente - aunque sé que prefieres un niño.
- Claro, quiero un precioso Shaorancito - dijo graciosamente - con tu mirada ámbar decidida y tierna, cabello marrón alborotado - dijo acariciando levemente su cabello.
Él tomo la mano de su esposa con las suyas y las beso.
Pero aquel momento fue interrumpido por un leve quejido de ella, otra contracción.
Shaoran se alarmo y llamo a la doctora que de inmediato la revisó, todo iba bien, según decía.
- ¿Cuanto tardará así? - le preguntó a la doctora, casi autoritariamente.
- Varía mucho - dijo la doctora, pero la mirada de insatisfacción de Shaoran le hizo dar una mejor respuesta - su esposa ya esta dilatada, pero no lo suficiente, y los espacios entre las contracciones se están haciendo más cortos, pero aún no le puedo dar un tiempo exacto.
Tampoco pareció responder su pregunta, pero la doctora no dijo más.
- Shaoran - llamo Sakura.
- Estoy aquí - decía el tomando su mano.
Afuera todos estaban más desesperados. Touya había amenazado que si nadie le informaba nada, entraría a buscar a Sakura él mismo, aunque implicara buscar de habitación en habitación por todo el hospital. Todos los demás lograban tranquilizarlo por unos momentos, pero después se ponía peor, incluso Ieran estaba pensando muy seriamente en hacerle un hechizo para calmarlo.
Ieran al igual que aquellos que poseían magia, estaban al tanto de las auras, podía sentir claramente el esfuerzo de Sakura y como en momentos bajaba de intensidad.
Para consuelo de todos momentos después apareció Shaoran frente a ellos, con una expresión que casi nadie pudo explicar.
- ¿Cómo esta? - exigió saber el hermano mayor.
- Ella... - suspiro hondamente - ella esta en labor de parto.
- ¡¿Qué?! - gritaron casi todos.
Shaoran les explicó brevemente.
- Una vez más señora Li - continuaba la doctora - falta poco.
La hora del nacimiento había llegado después de interminables horas, la hora había llegado.
- Vamos amor - decía Shaoran al oído de su esposa.
Sakura respiraba fuertemente y al sentir cada contracción apretaba fuertemente la mano de Shaoran que por la preocupación, no se daba cuenta como la apretaba muy fuerte.
- Una vez más, una vez más - repetía la doctora, preparada para recibir al bebé, ayudaba por la enfermera.
Aunque ella trataba de no gemir de dolor, algunos se dejaron escuchar, realmente le estaba costando mucho esfuerzo y trabajo, sentía su cuerpo sumamente débil, pero sabía que iba a hacer lo imposible por que ese hijo suyo naciera bien.
Sintiendo el dolor a la vez que una gran debilidad, utilizó no sólo el poder de su voluntad sino de su magia misma, para dar el último gran esfuerzo. Reunió su magia y su voluntad para hacerlos uno, no permitiría que a su hijo le pasara nada, como en aquella horrible batalla, tendría esperanza y utilizaría el amor como su arma principal. La magia de Sakura se extendió por unos segundos a todos los alrededores, desplegando su belleza y su sentimiento, luego lentamente se fue reduciendo hasta casi extinguirse. Todos los amigos de Sakura parecieron saberlo, todos se sobresaltaron incluso aquellos que no tenían magia.
Un grito se escucho en la noche, un grito que resonaba en los silenciosos pasillos del hospital. Marcando el comienzo de una nueva vida.
Al escucharlo Sakura se sintió feliz.
- Felicidades, tienen un hermoso hijo - dijo la doctora.
La enfermera lo limpió y cobijo para llevarlo a brazos de su madre, el pequeño ya sintiéndose en el abrazo cálido de su madre, dejo de llorar. Shaoran tenía un remolino de emociones dentro de sí, estaba feliz, muy contento, viendo a su amada esposa con su hijo entre sus brazos.
Olvidándose por un momento de su dolor, Sakura le sonrió al bebé.
- Es hermoso - dijo ella.
- Es nuestro hijo - Shaoran acarició muy suavemente el rostro del pequeño.
El bebé tenía la piel blanca como la de su madre y el cabello marrón de su madre, pero tendrían que esperar para conocer el color de sus ojos.
- Debemos llevarlo - dijo la enfermera acercándose.
Sin protestar Sakura lo entrego, sabía que lo debían revisar para confirmar que todo estaba bien.
Y cuando el pequeño en brazos de la enfermera salió de la habitación...
La doctora revisaba a Sakura, pero su rostro se volvía muy serio a cada segundo, cosa que de inmediato noto Shaoran.
- ¿Qué pasa?
- Hay... - dudo en decirlo, pero era su deber - hay una complicación. Debemos atenderla de inmediato.
Llamo a unos enfermeros y otros doctores y se la llevaron. Sakura aún conciente, sonrió a su esposo.
- Estaré bien, no me dejo vencer tan fácil.
Pero poco después de salir de la habitación quedo inconsciente, estaba muy cansada. Su nivel mágico cayó aún más, alarmando a quienes lo podían sentir.
Fuu se levantó de golpe, los que no tenían magia lo miraron extrañados. Su deber era protegerla, pero entonces estaba imposibilitado, por segunda vez se sentía inútil en ayudar, él su guardián no podía hacer nada y sus ojos violetas se volvieron más tristes.
- Estará bien - le dijo Ieran y los demás sólo asintieron.
- Demonios - seguía maldiciendo Touya, un extraño presentimiento cruzo en su corazón y la actitud de Fuu y los demás se lo había comprobado, algo malo pasaba.
Camino alejándose de todos, quedando en un lugar apartado. Cuando sintió una presencia conocida.
- Mamá.
La veía como si de un fantasma se tratase, pero era una imagen proyectada por ella para hablarle.
- ¿Cómo esta? - se apresuro a preguntar.
- El pequeño ha nacido - dijo ella sin contestar, su mirada era distante y sus gestos indescriptibles y Touya lo noto.
- ¿Estará bien? - dijo esperando una respuesta positiva.
- Depende de ella, hijo - sin decir más, la imagen desapareció.
- ¿Mamá?
- Si hija soy yo.
- Mi bebé..., ¿estará bien?
- Si hija.
Estaba en un especie de limbo, sin nada a su alrededor sólo podía ver a su madre y a ella misma.
- No te des por vencida, mi niña.
Con cariño la abrazo.
- Me siento cansada.
- Lo sé cariño, pero debes luchar. Has vencido cosas más terribles que esto, sólo inténtalo. Todos los que te amamos, esperamos que te recuperes, por favor lucha un poco más.
- Si madre - dijo cerrando los ojos - lo haré.
Había pasado más de dos hora que se habían llevado a Sakura. Shaoran no se había atrevido a ir con los demás, sólo estaba hay con mil emociones dentro de sí.
- Señor Li - llamo la doctora.
- ¿Como esta?
- Mucho mejor - ella le sonrió - pudimos controlar la complicación, ahora sólo debe descansar, se recuperará. Desea verla, ha pedido verlo.
Esas palabras parecieron traer de vuelta a la vida a Shaoran, le agradeció a la doctora y fue a buscar a su esposa. Y de nuevo al entrar la escena lo conmovió y lo gravo en lo más profundo y sagrado de su corazón. Hay estaba Sakura con su hijo en brazos, susurrándole algo que no podía entender. Y aunque aún su piel estaba pálida, sonreía como siempre. Su aura estaba estable y más resplandeciente que nunca.
- Shaoran - le llamo.
- Sakura.
- Gracias por estar conmigo.
- Gracias a ti por darnos este hermoso hijo - le dio un beso, sintiendo un momento los fríos labios de ella. Se sentía el hombre más afortunado del mundo.
- Creo que ya sé su nombre.
- ¿En serio? y ¿cuál sería?
- ¿Qué te parece Xiao Lang?
- Me parece... bien.
- Sabía que te gustaría.
- Xiao Lang - repetía él mientras admiraba a su pequeño, ahora dormido.
- Así que todos están aquí - dijo ella.
- Sí.
- Quiero verlos ¿Crees que les permitan visitarme?
- No lo sé.
- Sólo por esta vez - llamó la atención la doctora que acababa de entrar.
- Gracias - susurraron ambos.
- Es hermoso.
- ¡Qué lindo!
- Ni puedo esperar a ver sus ojos.
- Se parece a Shaoran.
- No digas tonterías es igual a Sakura.
- No es cierto.
- Claro que sí.
Todos estaban alrededor de la cama de Sakura, amontonados queriendo ver al pequeño que aún dormía en los brazos de su madre. Todos la felicitaban por el hermoso bebé.
Un tremendo portazo se dejó escuchar.
- ¡¿Sakura?! - entró una chica casi gritando. Tras ella venían unos enfermeros que al parecer trataban de llevársela.
- ¿Tomoyo?
- ¿La conoce? - preguntaron.
- Sí, esta bien - los enfermeros se retiraron, mientras todos los presentes tenían una enorme gota por la forma de entrar de la chica, nunca lo hubieran pensado.
- Oh, dios mío, me acabo de enterar - ignorando todo y a todos los que hay se encontraban, se dirigió a su amiga - ¿estas bien? - luego pareció notar al pequeño entre sus brazos.
- Es hermoso - dijo con ternura en su mirada, pero luego cambio - pero yo quería estar presente cuando sucediera - se quejaba mientras fingía llorar.
- No te preocupes, seguramente tendrán más hijos - una voz hizo dirigir su atención a la puerta.
- ¿Eriol?... Deberían estar de camino a su luna de miel - regaño Sakura, luego suavizo la mirada - pero me alegro que este aquí.
Así de nuevo el alboroto comenzó, tanto fue que la doctora tuvo que ir a advertirles que i no bajaban la voz tendrían que sacarlos, pues había pacientes que debían descansar, logrando que bajarán la voz unos instantes.
- ¿Puedo? - algo vacilante, la madre de Shaoran pidió abrazar al pequeño.
- Claro - con sumo cuidado Sakura se lo entregó.
Ieran sintió algo muy especial al tenerlo entre sus brazos, era casi como ver a su pequeño Shaoran de nuevo entre sus brazos, tan pequeño e inofensivo. Lo arrulló unos segundos y luego vio a los padres. Shaoran sentado al lado de Sakura abrazándola mientras parecían susurrarse cosas y sonreír.
De fondo había pequeñas peleas.
- DEBE parecerse a su padre - discutía Mei.
- No quiero que sea una especie de mocoso tonto - contestaba un furioso Touya.
- Oh, ahora Sakurita se olvidará de mí - se quejaba Kero.
- Seguramente Li y Sakura tendrán muchos hijos, no te preocupes por no haber estado - "consolaba" Eriol a Tomoyo.
- Pero quería ver el primero.
- No te preocupes - dijo besándola - pronto tendremos los nuestros - provocando un sonrojo en ella.
Los demás incluyendo Fuu, hablaban del posible poder del pequeño admirados y fantaseando.
- ¿Estas feliz? - le preguntó a su bella y flamante esposa.
Sakura paseo su mirada por la habitación repleta de personas importantes para ella, algunos discutiendo y otros hablando muy alegremente. También alcanzó a ver por el ventanal que daba al balcón, la silueta de sus padres, como si de fantasmas se tratasen miraban hacia ella y luego hacia el bebé que aún sostenía Ieran, le sonrieron y luego desaparecieron.
- Con mi familia, mis amigos, a tu lado y con mi hijo. Es lo que necesito para ser feliz - terminó ella.
Un hermoso beso sello el momento.
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¿Qué más se puede pedir? Una familia que nos ama y que amamos, su apoyo, cariño y comprensión. El amor de una pareja que nos apoye en todo momento, que sea parte de nuestro ser, un alma gemela que nos acompañe, guíe, enseña y ame en verdad.
El fruto del amor es sólo el comienzo de una nueva historia que le corresponderá escribir por si mismo, claro que con la ayuda y guía de los padres, que pase lo que pase, siempre querrán lo mejor para ellos.
La vida sigue, el pasado no debe ser olvidado, lo que podemos hacer es aprender de él, para no cometer los mismos errores que antes se cometieron y planear un mejor futuro. Un futuro que deseamos sea bueno, tanto para nosotros como para los demás.
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Hola, aquí esta el epílogo. Justo como me lo pidieron hubo más SS y ET, espero que les haya gustado.
Quisiera dedicar muy cariñosamente este epílogo a mi madre y a su mamá, o sea mi abuelita. Sin ellas no estaría aquí ahora y no sólo porque nací, sino porque me han amado y han hecho de mi, lo que ahora soy. Y sé que pase lo que pase ellas me amarán como yo a ellas y siempre están en mi corazón apoyándome. También quiero dedicárselo a una amiga muy especial, que justo ahora pasa por este estado, se ve graciosa con su barriguita, claro que le deseo lo mejor y que no tenga dificultad alguna.
Me disculpo con las personas a las que no mencione en los agradecimientos del capitulo final, pero saben que fueron y son importantes para esta autora e historia, a ellos un gran saludo. Espero pronto publicar el nuevo fic, no prometo nada ahora paso una situación emocional algo dificil, pero espero pronto estar de nuevo con todos ustedes, les agradezco mucho su apoyo.
Sólo una última cosa más:
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! Y PROSPERO AÑO 2005. Mis más sinceras felicitaciones, espero que sus deseos de este año se hayan cumplido y que el siguiente sea mejor, con mucha salud, felicidad y sobre todo amor.
Les desea yuen chan.
yuen guión bajo chan 16 arroba yahoo punto com punto mx
Martes, 21 de diciembre de 2004