Nota: lo de Kurumada y los demás, este capítulo lo tenái escrito hace un tiempo, preo recién ve la luz, porque no lo consideraba suficientemente bueno, peo ahora dejaré que ustedes juzguen
Saori piensa en Asgard
Es otro de esos días raros en los que Saori se pone a pensar, después de todo no pudo hallar un mejor reemplazo para Seiya, y viendo que sus compañeros de bronce y oro no daban con la talla para ser alguno el 'elegido' de la caprichosa diosa, decide que lo mejor es buscar afuera del santuario ya que si bien le quedan los caballeros de plata, todos son incluso más inútiles que el mismo Seiya.
Ahora bien, de todos los lugares que Saori conoce se le ocurre que Asgard es el mejor lugar para buscar a un caballero o en este caso guerrero para ella. Empezó por Tholl, un gigante de barba chistosa, si bien le gustaban los chicos altos, no había que exagerar la nota. Era obvio que el pobre Tholl sufría de algún caso de gigantismo, y quien le dice uno que esa enfermedad no es hereditaria. Además Saori no está tan desesperada para relacionarse con un gigante medio salvaje que vive en los bosques cazando su alimento, mejor pasar al siguiente.
Fenril, era un chico con apariencia de cachorrito abandonado, con sus ojitos grandes y brillosos de perrito extraviado, era simplemente adorable. Adorable sí, hasta que alguien se atreva a quitarle su comida, cómo reaccionaría si fueran a tomar algunas malteadas y Saori quisiera compartir el vaso, seguro le ladraría o peor aun si fueran al cine y Saori quisiera tomar un puñado de palomitas de maíz, seguro Fenril le mordería la mano. Por lo menos Fenril pertenecía a una familia de aristócratas, pero en él eso era más como un pedigrí que como un título, Mejor Fenril no, pues eso de las vacunas antirrábicas y los collares antipulgas no iban con ella, mejor continuar buscando.
El que seguía en la lista era Hagen, un chico rubio al parecer de la nobleza y de lindo cabello, aunque de corte medio excéntrico, cómo le haría Hagen para mantener su cabello tan liso como está la moda. Si saldrían seguro le preguntaría por su secreto. Lo malo es que a Hagen parecía extremadamente celoso, capaz de agarrarse a golpes con cualquiera que osara siquiera mirar a su novia, eso en principio parece un punto a su favor, claro, hasta el momento en que por sus constantes riñas los echaran de los restaurantes, cines o discotecas a los que saldrían, eso acabaría con la diversión. No, definitivamente Hagen no era la mejor opción.
Después del guerrero de Merak Beta, estaba Mime, que se había ganado puntos por ser músico, algo diferente de lo que hacían los demás caballeros, definitivamente Mime podía ser un buen candidato a pesar de sus ojos rojos de conejo blanco. Un músico, Saori pensaba que podría ser un magnifico novio, hasta podría inspirarse en ella y componerle lindas canciones. Lo malo era su estilo musical, Mime no era del tipo de chico que canta canciones pop, sino más bien algo más serio, tal vez Mime le compondría la obra el réquiem de Atena, nada más tétrico, eso si que no! nadie le escribiría su canción de funeral.
Luego de Mime, estaba Alberich, por lo menos un chico inteligente y con iniciativa, algo bajito pero con bonitos ojos verdes, además contaba con el plus de fabricar amatistas a su gusto. Aunque estaba en tela de juicio su lealtad. Que tal si a la primera oportunidad la traicionaba, no con otra, sino se adueñaba de todos sus bienes heredados por el viejo Kido. Además eso de estar recibiendo amatistas en su cumpleaños navidad, día de san valentin, y demás festividades podría resultar contraproducente, la cosa cambiaría si fueran diamantes, pero no era así.
Después teníamos a Syd, al igual que los anteriores de familia noble, bonito rostro y agradable voz, pero un buscapleitos por excelencia, se le notaba a leguas, era del tipo de chico que no le importaba viajar miles de kilómetros con tal de encontrar jaleo. También estaba su hermano Bud, igual de lindo que Syd, pero igual de pendenciero, además que Bud estaba desheredado, y un chico sin fortuna, no era buen partido para la diosa. Ni modo ninguno de los dos podría ser un buen novio, además del hecho de que Saori podría confundir a uno con otro y eso sería muy pervertido.
Sigfried parecía el candidato perfecto, era alto, noble y leal hasta la muerte, sin dejar de lado sus hermosos ojos casi grises y sus cabellos castaños. Sí, Sigfried era un chico excelente si sólo no pareciera estar más interesado en Hilda. Eso se podría arreglar fácilmente, ya que quien en su sano juicio escogería a una chica con el cabello blanco por sobre ella, aunque Sigfried parecía tener un problema y era que no le gustaba la música romántica, por lo menos eso fue lo que pensó cuando escucho a Sorrento tocar aquella dulce melodía, parecía muy molesto, pero luego sin más ni más abrazó a Sorrento, eso era desconcertante, era una verdadera lástima, tan bonito que era Sigfried, pero si anda con esos gustos mejor dejarlo de lado.
Saori resopló y bufó para sí, que no hay hombres sobre la faz de la tierra?