La escuela permanecía en silencio y sólo se oía como crujían las vigas de madera y de vez en cuando el repicar metálico de las armaduras que se movían.
Shaz perseguía sigilosamente a los tres merodeadores a través del pasillo de la torre Norte, pero pronto desaparecieron.
- Mierda- susurró la rubia- ¡La capa de invisibilidad!
Paró en seco y agudizó el oído. Hablaban, podía seguirles, pero tendría que ser más cuidadosa.
Siguió las voces de los despreocupados Merodeadores hasta la gran puerta de entrada, escondiéndose detrás de todas las armaduras y floreros que se podían encontrar por los pasillos. Hubiera jurado que bajarían a las mazmorras, quizás para buscar algunas toneladas de chocolate para el idiota de su novio. Pero habían dicho algo de un tal Moony. Debían haber quedado con él fuera, ya que salieron en dirección a los jardines. Shaz volvió a dudar ¿Qué harían? ¿Y si iban a encontrarse con alguien peligroso? ¿Y si pensaban hacerle alguna a los Slytherin? ¿Y si se iban a emborrachar como perros? Todas estas preguntas sólo le planteaban a la rubia pros para seguir a sus amigos, con muchas más dificultades, eso sí, porque era más fácil que la vieran en los parterres que dentro del castillo. Pero los chicos seguían hablando animadamente, ignorando para su suerte su presencia.
- Qué suerte que haya luna llena- se decía Shaz- Si no, no vería a un elefante con tutú rosa aunque estuviera representando el lago de los cisnes delante de mí. No sé como estos tres pueden ir tan rápido.
Se iban acercando al sauce boxeador. Entonces las voces se dejaron de oír. Un pequeño bulto salió corriendo de la nada y se acercó al temible árbol que se abalanzó sobre él, pero paró cuando el bulto enano tocó su corteza.
Otros dos bultos surgieron de la oscuridad. Supuso que serían dos de los chicos, pero se movían de forma extraña. De repente dejó de verlos, se habían esfumado dentro del árbol ¿Cómo podía ser? En Hogwarts no se podía desaparecer ¿Qué secreto se traían entre manos? Pensando que ya no la podían descubrir, pues habían desaparecido, encendió su varita y se acercó al sauce boxeador, con cuidado de no entrar en su territorio. No parecía haber nada extraño. Cuando casi había perdido el interés y se disponía a volver al castillo, la corteza del árbol crujió. Con la luz de la varita pudo ver como salía algo que se movía. Todo pasó muy rápido, una de las formas se abalanzó sobre ella y el sortilegio le salió solo, como prueba de sus excelentes reflejos.
- "Stupiffy"- gritó con todas sus fuerzas y rezando para que fuera efectivo.
Su atacante cayó al suelo como un plomo.
- ¡Shaz!- una de las formas resultó ser James- ¿Qué haces aquí?
Shaz no contestó. Simplemente se quedó mirando como un gran perro negro y un bulto pequeñito se convertían respectivamente en Sirius y Peter.
Miro el bulto del suelo. Un lobo. No podía ser... ¡No podía ser!
- ¿Es Remus?- preguntó con un hilo de voz, sin apartar los ojos del animal
Los chicos no contestaron
- ¡¿Remus es un hombre lobo?!- gritó esta vez llena de cólera y mirándolos- ¡¿Lo es?!
- Sí- susurró James acercándose a su amigo- y parece que se va a despertar pronto...
A Shaz le temblaba el labio inferior descontroladamente. Las lágrimas se peleaban por salir de sus ojos.
- Shaz- susurró Sirius
-Pero ella sólo echó a correr con todas sus fuerzas, corrió y corrió hasta llegar a su habitación echa un manojo de nervios y con la cabeza llena de ideas lúgubres.
Al día siguiente, por la mañana, Lily caminaba hacia la vieja aula donde celebraban las reuniones de la orden. Les iba bien, muy bien. Habían pasado ya el programa previsto para los EXTASIS y los miembros se esforzaban muchísimo, animados cada vez que se sabía de un ataque misterioso. Y también habían conseguido poner nerviosos a los Slytherin, que no sabían que conocían su secreto, pero veían una amenaza a tener en cuenta en una asociación abiertamente declarada anti- Fuerzas Oscuras.
Había ido allí para estar sola. Aunque en la habitación sólo estaba Crys, Shaz había desaparecido tempranísimo. Se sentó en una banqueta y apoyó la cabeza en la pared. Decidir entre James y Terry. James era un cerdo, pero no podía negar que cada vez que lo veía con una chica perdía el norte... y Terry era simplemente un cielo... pero con él faltaba algo, quizás eran las peleas.
- Tiempos difíciles, verdad ¿señorita Evans?
- ¿Eh?- Lily se giró a descubrir quién le hablaba.
Dumbledore estaba sentado a su lado. ¿Cómo había llegado hasta allí sin que ella lo notara?
- Buenos días profesor- saludó aún turbada
- Buenos días- contestó el hombre sonriendo dulcemente.
- ¿Me preguntaba usted algo?
- Era simplemente una reflexión en voz alta- suspiró-a veces, nos empeñamos en hacer las cosas más difíciles de lo que son... y las cosas no son como parecen- el anciano clavó sus profundos ojos azules en los verdes de Lily, y ella volvió sentir la sensación de que él sabía más de lo que ellos creían- ¿verdad?
- Sí- contestó Lily sin poderle aguantar la mirada- a veces se descubren cosas...
- Y normalmente nuestros ojos nos engañan, y nos fiamos más de ellos que de las palabras de un amigo.
Muy bien, pensó a pelirroja, Dumbledore sabe lo de los Slytherin y lo de Potter. Este hombre parece un reportero del "Hola!".
- Usted es una excelente jovencita- sonrió el director- confío en que será sensata... con todo.
Lily bajó los ojos y no contestó, asumiendo la responsabilidad que le acababa de dar el director de la escuela.
- ¿Me acompaña a desayunar?- dijo el anciano tendiéndole el brazo con un gesto elegante
- Lily se recogió la túnica
Encantada.
- Y recuerde, querida, las cosas normalmente son más sencillas de lo que parecen
"Mi carrooooooo, me lo robaron..."
Dumbledore de sacudió a túnica.
- Son estos calcetines- sonrió-después del primer lavado se activan cuando les da la gana.
Sirius y James llamaban preocupados a la puerta de la habitación de las chicas. Crys les abrió rápidamente, vestida en camisón todavía, y Sirius tuvo que hacer un esfuerzo para centrarse en lo que les llevaba allí.
- ¿Está Shaz?- preguntó James
Crys se quedó sorprendida por la cara de preocupación de los dos chicos.
- No, no está... ¿Ha pasado algo?- preguntó reocupada
Los chicos intercambiaron rápidamente sus miradas
- No... – contestó Sirius- sólo que Remus está en la enfermería.. Era para decírselo.
- ¿Qué ha pasado?
- Nada, no es nada-se apresuró a decir James- sólo una alergia
- Ya- contestó la chica suspicazmente- está bien. Si veo a Shaz se lo diré.
- Gracias- contestaron los dos chicos la vez que se dirigían rápidamente a la enfermería.
Crys, por supuesto, no se quedó convencida con la explicación. Primero porque los Merodeadores nunca habían ido a buscar a Shaz porque Remus estuviera en la enfermería y segundo y más importante, a pesar de llevar el camisón fucsia, Sirius no había intentado meterla en el baño. Eso era señal de algo malo, muy malo.
Remus se despertó de repente en la enfermería. Algo le estaba dando golpes... Algo o alguien. Cuando pudo enfocar la mirada, distinguió a una chica rubia, para ser concretos, su novia, ensayando la última tabla de Kickboxing que había aprendido en su pecho.
- ¡au!- fue lo único que pudo decir, estaba demasiado débil para intentar pararla
- ¿Te duele?- Preguntó la chica con cara de importarle poco
- Pues... sí...- murmuró él intentando protegerse.
- No lo suficiente- dijo la rubia.
Remus no tenía ni idea de porqué su novia intentaba matarle a puñetazos en la enfermería... hasta que una vaga imagen, una imagen que se iba haciendo cada vez más clara, se formaba en su cabeza
- ¡Oh no!- se quejó el licántropo
- ¡Oh sí!- chilló Shaz- ¡Embustero, mentiroso, te odio, te odio...! ¡TE ODIO!- Shaz seguía pegándole
- Shaz... para... por favor... me estás dando en órganos vitales... en serio, ¡necesito mis pulmones para sobrevivir!
La chica paró, pareciendo reflexionar, pero siguió a horcajadas, sentada encima de él. La cara de la chica pasó de a rabia a la tristeza y se cubrió los ojos con las manos.
- ¿Por qué me mentiste?- murmuró
- ¿Mentirte? No te mentí, simplemente no te dije que era un... que era un...
- ¡Me mentiste!- le interrumpió Shaz- ¡Me dijiste que me querías!
- ¡Y te quiero! ¡Sabes que te quiero más que Sirius se quiere a sí mismo!
- ¡No me quieres porque no confías en mí!- Shaz empezó llorar- ¡No me lo dijiste Remus! ¡Yo te lo he contado todo siempre!
- No quería perderte...- murmuró él apartando la vista.
- ¿Y qué te hacía pensar que ibas a perderme? ¿eh? Y aunque fuera así... joder ¡Algún día me hubiera enterado! -dio un puñetazo en el colchón
- ¿Y qué querías que te dijera?-chilló él esta vez-Esto Shaz, me voy a comprar el periódico... por cierto, soy un licántropo
- ¡Eso hubiera estado mejor que nada!
- ¿Hubieras seguido conmigo?- preguntó él desafiante
- ¡Pues claro que sí idiota!- chilló ella fuera de sí- Pero ese no es el punto a discutir, pretendías que viviéramos... en una mentira...- el chico se había abrazado a su cintura y empezó a notar como temblaba- Remus...
Lloraba. Ella tomó su cara entre sus manos.
- Entonces... ¿Hubieras salido conmigo?- preguntó sollozando.
- Remus..- lo abrazó contra su pecho- tienes tú más problema siendo hombre lobo que yo aceptándolo... te quiero, payaso. ¿Cómo pudiste no decírmelo? Te hubiera ayudado... como tus amigos.
Le siguió acariciando el pelo, los dos en la cama, de rodillas.
James y Sirius llegaron a la enfermería, iban preocupados por lo que Shaz y Remus pudieran haberse dicho. Los vieron abrazados. Supieron enseguida que no hacía falta que intervinieran, a veces un par de hostias y una abrazo sincero son la mejor política.
Mientras se dirigían hacia el Gran Salón para meterse entre pecho y espalda un buen desayuno se encontraron con Crys, que se había vestido y bajaba corriendo la enfermería a descubrir toda la verdad. Sirius, de muy buen humor la cogió por la cintura y le hizo dar una vuelta a su alrededor. Cuando puso sus pies sobre el suelo pudo ver como las caras de los Merodeadores eran muy diferentes a las que tenían segundos antes.
- ¿Y esto?- preguntó la morena- ¿Se ha muerto Snape?
- No, mucho mejor que todo eso- Sirius la volvió a abrazar y ella esta vez se deshizo de él rápidamente- qué brusca... ¡Adónde vas?- preguntó mientras veía como la morena se escurría entre él y la pared y metía la directa hacia a enfermería.
- A ver a Remu...- no pudo acabar porque James y Sirius la cogieron cada uno de un brazo y se la llevaron en dirección contraria.- ¡Oye!
Los dos merodeadores querían evitar que Crys se enterara de su secreto mejor guardado, del que seguramente la feliz pareja estaba hablando, Remus era el que se lo tenía que decir a las chicas cuando el quisiera
- No, no, no...- dijo James- Sin desayunar tú no vas a ningún sitio, jovencita. Después vienen los desmayos, las lipotimias...
- Las insolaciones...- le ayudó Sirius
- ¡Estamos en febrero! ¡Y está lloviendo! ¡Además yo casi nuca desayuno!- se quejó la chica- Vosotros lo que queréis es que no vaya a la enfermería.
- Que aguda- ironizó James mientras la seguía arrastrando.
Llegaron al Gran Salón y sentaron a Crys a regañadientes en uno de los banquillos. Luego cada uno de los dos se sentó a un lado para evitar la evasión de la chica. En ese momento llegó Lily del brazo de Dumbledore.
- James- dijo Sirius con tono de pésame- Al final ni Terrence ni tú. A la pelirroja le van los maduritos.
- Ja, ja- dijo James mientras Crys se reía- Ten cuidado, no vayas a incendiar el mantel con la chispa que tienes.
Lily llegó sonriendo y se sentó enfrente del trío.
- Buenos días- dijo alegremente para sorpresa de los tres, cuando James estaba cerca el mal humor de Lily solía aumentar exponencialmente- ¡Qué día tan fabuloso!- suspiró
- Lily, llueve cántaros- contestó Sirius
Pero la chica no hacía caso y canturreaba.
- ¿Se puede saber que te pasa?-preguntó Crys impaciente al final, sintiéndose un poco desplazada porque parecía que nadie le contaba nada.
- He estado hablando con Dumbledore. Es un hombre genial- suspiró
Sirius se rió detrás de su servilleta y Crys le dio un codazo a James, que tenía cara de póker.
- ¿Y Shaz y Remus?- preguntó la pelirroja- ¿Ya se reconciliaron?
- Ah, ¿pero se habían peleado?- preguntó Crys
- Sí...- dijo Lily- Shaz le regaló un libro sobre los hombres lobo y Remus se fue cabreadísimo... oye, si no le gustaba le regalo con que lo dijera...
Crys dejó caer el cuchillo que mantenía en su mano con mantequilla, que fue a dar en la mitad del café. Los otros tres se quedaron mirándola. Luego la morena se echó reír. Preocupados por su estado de salud, James y Sirius empezaron a darle aire con las servilletas.
- ¡Mira que te he dicho mil veces que no comas yogures caducados!- le advertía Lily desde la otra mesa- luego te dan ataques
Pero Crys había empezado llorar de la risa. Cuando se calmaba un poco, empzaba de nuevo otro ataque, y así todo el rato. Al final, pudo mantenerse tranquila a base de pellizcarse en el brazo.
- ¡Shaz está con Remus en la enfermería, no?- preguntó hipando débilmente- Claro.. claro... todo tiene sentido. Menudo regalito- murmuró volviendo a reír
James y Sirius entrecruzaron miradas de asombro.
- ¿qué pasa?- quiso saber Lily
Crys contestó.
- ¿No te hace pensar en nada? Remus se pone enfermo nada más indefectiblemente, Shaz le regala un libro sobre los...- Sirius le tapó la boca a la morena pero ya era demasiado tarde.
- ¡¡¡Claro!!! ¿Cómo pudimos no darnos cuenta?- dijo Lily riéndose también- ¡Qué bobas! ¿Ay, menuda maña que tiene Shaz para elegir los regalos!... En fin ¿Me pasas el café Crys?
Los dos merodeadores observaban atónitos la escena mientras Crys, con toda su pachorra, le pasaba el café a Lily.
- ¿Y ya está?- preguntaron decepcionados James y Sirius, que se esperaban gritos y gestos aterrados.
- ¿Cómo que ya está?- preguntó a morena- Supongo que preferís que Remus no sepa que lo sabemos ¿no?- sorbió su café y lo escupió al instante, se había olvidado que se le había caído la mantequilla dentro
- Sí...- contestó James incrédulo
- Pues bien, nos haremos las sorprendidas cuando nos lo cuente, que será pronto si Shaz le convence.
- ¿Pero... no os importa lo de Remus?-preguntó al final Sírius
- ¿Y por qué nos tendría que importar? Eso sólo os da miedo a los sangre limpia- se rió Lily-en el mundo muggle hay cosas mucho peores que eso, y convivimos con ello... la comunidad mágica está demasiado bien acostumbrada.
Crys suspiró asintiendo.
- A mí me interesa más otra cosa... ¿dónde se transforma?- murmuró
Sirius y James empezaron a toser y se fueron rápidamente alegando una práctica de Quidditch.
- Vale, ahora toca descubrir que se traen estos entre manos-concluyó Lily
Febrero siguió dejando lluvias, relevo que cogió marzo. La temperatura, no obstante, fue mejorando. Remus les contó a Lily y a Crys su "secreto" y ellas hicieron una interpretación digna de Óscar a las mejores actrices secundarias, a Lily le faltó poco para tirarse al suelo y fingir un ataque de histeria, arrebatos interpretativos, decía ella.
La pelirroja estaba de muy buen humor, pese a volver a estar en el punto de mira de las fans de James después de dejarlo con Terry, las palabras del Director habían cobrado un efecto balsámico en su carácter. Había decidido que no tenía que decidir. Estaría sola hasta que ya no tuviera ganas de estarlo. Y si al final resulta que estaba enamorada de James, pues a lo hecho, pecho. Quizás tendría que haberle escuchado en su momento, pero ahora era demasiado tarde. Al menos, volvía a ser su pareja en el club de francés, aunque había perdido esa odiosa y... encantadora costumbre de tirarle los tejos a todas horas. Y es que el chico había optado por dejarle espacio, que había leído que era algo bueno en una de las revistas de Crys.
Shaz y Remus continuaron con su dinámica de pareja enamoradísima y que estaba durando muchos meses contra todos los pronósticos.
Pero la palma se la llevaban Sírius y Crys, se suponía que habían cortado, pero su relación continuaba siendo la de siempre y el club de fans de Sirius cada día odiaba más a la morena. Y es que parecía que habían establecido un pacto para cumplir el requisito más tedioso de una relación de pareja: la fidelidad, pero por el contrario no estaba la parte positiva: el sexo. Claro, que esto no era aceptado por ninguno de los dos implicados.
Una tarde de marzo, pocas semanas antes del gran partido Gyffindor contra Ravenclaw, los integrantes de la Orden salían de su entrenamiento bromeando. Los merodeadores y las chicas se quedaron, como siempre recogiendo. Lily apilaba unos cuantos cojines cuando noto que alguien intentaba llamar su atención desde la puerta. Era Terry. Salió disimuladamente.
Lily lo abrazó cálidamente.
- ¿Querías algo?- preguntó con curiosidad.
- Nada, sólo saber si ya tenías las ideas más claras- Lily bajó los ojos como oda respuesta y Terrence suspiró- Ya veo que no
- Terry...
- Lily, yo te quiero mucho, ya lo sabes. Eres la primera chica por la que siento algo así. Pero hay alguien...
Lily levantó los ojos dolida
- ¿Alguien?
- Alguien que me ha empezado a gustar- explicó brevemente- Y siento que te estoy traicionando si intento conocer mejor a esa chica Lily. Sólo quiero que me digas si sirve de algo que te siga esperando.
- Terry- murmuró Lily- Yo...
- Piénsalo ¿vale?- el chico le dio un beso en la frente
Se fue hacia el castillo y la pelirroja se quedó apoyada en la pared del invernadero unos instantes, antes de volver a entrar en el aula. El cambio producido en su cara no pasó desapercibido para ninguno.
- ¿Qué pasó, Lils, te rompiste una uña?- bromeó Sirius.
La mirada de odio profundo que le dedicó Crys después de tan poco acertado comentario le dejó sin ganas de hablar para toda una semana. Pero Lily no contestó. James se sintió tentado de acercarse a ella y hacerle una de sus bromas pero luego recordó que debía dejarle espacio; así que simplemente se dedicó a observarla con las cejas alzadas mientras ella descolocaba de nuevo los cojines sin darse cuenta.
Cuando hubieron acabado, la pelirroja dijo que no tenía hambre y se fue hacia su habitación.
Nada más entró en su cuarto, decidió que tampoco tenía ganas de estar ahí, prefería irse a pensar tranquilamente a algún sitio donde pudiera estar sola... así que cogió su champú y se fue al baño de los prefectos a pasar mucho rato consigo misma.
Los otros cinco cenaban tranquilamente en el Gran Salón. Bueno, tranquilamente... James parecía querer evitar que alguien le sacara la comida de la boca, porque más que comer, engullía. Tenía prisa por ir a vigilar el espacio que le había dejado a la pelirroja, así que acabó enseguida y salió corriendo. Shaz y Remus también acabaron enseguida y se fueron a estudiar a la biblioteca, donde Sirius y Cys prometieron seguirles en breve.
- ¿Por qué tardas tanto en acabar siempre?- le preguntó Sirius fastidiado a Crys
- No te he pedido que me esperes-contestó ella secamente
- Bueno, no te iba a dejar aquí cenando sola
- No veo porque no- siguió ella sin mirarle- últimamente pasamos mucho tiempo juntos ¿no crees?- preguntó
- No sé lo que me quieres decir- preguntó Sirius, extrañamente se le estaba formando un nudo en la boca el estómago.
- Pues eso.- contestó mirándole a los ojos por fin- Que todo el mundo cree que estamos juntos y no lo estamos Sirius. Los chicos ni se me acercan.
Crys había estado pensando en eso últimamente, sabía que había llegado a un punto conflictivo con Sirius; o lo dejaban estar.
- O sea, que el problema es que no se te acercan los chicos...- empezó con voz contenida Sirius, traspuando reproche- Muy bien, no te preocupes más por eso- dijo alzando desmesuradamente la voz- a partir de ahora partimos peras.
Mientras salía por la puerta del Gran Salón, Crys hizo dos notas mentales: La cena no es buena hora para discutir su situación sentimental con un chico, y, cuando intentes lanzar una pregunta indirecta de ¿qué hacemos con lo nuestro? Nunca debes nombrar a otros chicos. Suspiró. ¿por qué se había tenido que enamorarse del tío que menos le convenía y encima acababa comportándose como él?
Lily nadaba y se sumergía grácilmente dentro de la gran bañera llena de espuma de colores. Había decidido darse tiempo para ver a cuál de los dos quería... Pero es que tampoco podía ser tan egoísta. Primero porque no podía pretender que la siguieran esperando toda la vida, y segundo porque se estaba convirtiendo en algo que siempre le había recriminado a Potter; una especie de rompecorazones. Tenía que hacer algo, y pronto. Se puso un ultimátum: después del partido de Quidditch de la semana siguiente, ya tenía que haber tomado una decisión y sino les diría a los dos chicos que simplemente no estaba interesada. Sí, eso iba a ser lo mejor. Salió de la bañera, la vació, y fue hacia el cuartillo lateral donde estaban las toallas.
James se había cansado de vigilar el espacio de la pelirroja desde la Sala Común, parecía que había decidido no volver a bajar (Lily ya estaba en el baño): Estaba cansado de permanecer ya tan pasivo... A partir del día siguiente, seguiría con su plan de acoso y derribo. Decidió darse un baño para empezar relajadamente su nuevo plan, así que cogió sus cosas y se fue al baño de los prefectos, bendiciendo a Remus, era una de las pocas ventajas de ser prefecto, decía el licántropo.
Entró al baño y se deshizo rápidamente de la ropa después de encender varios de los grifos dorados que rodeaban la bañera. Sólo después de quedarse tal y como su madre lo había traído al mundo, se dio cuenta que encima de una silla estaba perfectamente plegado un uniforme femenino. Casi al instante, oyó un grito detrás de él.
- ¡¡¡James!!!- Lily se tapó los ojos con una mano y con la otra apretó la toalla alrededor de su cuerpo así hasta cortarse a circulación.
El chico se tiró a la bañera medio vacía.
- ¡¡¡No mires!!!- gritó rojo hasta el empeine el pie
- ¡No pretendía hacerlo!- chilló la chica a la vez que apartaba la mano de sus ojos en un gesto de enfado y se los volvía a tapar cuando se dio cuenta de que la espuma todavía cubría a James por debajo de la cintura.
- ¡¡Que no mires, pervertida!!- volvió a chillar el chico.
Lily empezó a reírse mientras se sujetaba aún la toalla intentaba avanzar hacia su silla a tientas, con tan mala suerte que resbaló y cayó al suelo, perdiendo la toalla por el camino. Lo más rápido que pudo se tiró ella también a la bañera y se agachó entre la espuma, con la cara a juego con el pelo. Levantó la vista esperando ver como James se partía de risa, pero la cara del chico era muy diferente. Estaba flipado.
- ¡No me mires!- dijo recogiéndose sobre sí misma
Pero James seguía con cara de perfecto estúpido, sin preocuparse siquiera por su propia desnudez.
- Tienes una mancha de nacimiento muy bonita- murmuró sonriendo al fin.
Eso fue ya el colmo, digamos que la mancha de nacimiento de Lily estaba en un lugar que tu abuela preferiría que no enseñaras nunca.
- ¡¡¡¡¡James!!!!! ¡Eres un degenerado!
Lily también se había olvidado de su estado y ahora se había acercado hasta James resbalando repetidas veces, hasta que estuvo lo suficientemente cerca ara abofetearle y darle puñetazos, pero James estaba demasiado entretenido con las vistas (aunque la pelirroja estaba cubierta de espuma) como para siquiera enterarse de los golpes. Lily al final se dio cuenta de que ni aunque le estuviera tacando con una motosierra el chico iba a reaccionar. Así que optó por tirarle agua a los ojos, no podía volverse a encoger porque el agua ya llegaba a la altura de sus hombros. James sacudió la cabeza y cerró los grifos con expresión de felicidad.
- Ahora sal a buscarme la toalla- murmuró Lily
James nadó hasta ella y sonrió, la espuma ocultaba todo su cuerpo de cintura para abajo.
- Ve a buscarla tú, yo estoy muy cómodo aquí dentro- dijo guiñándole un ojo
- James, no me quiero cabrear, no te conviene por tu integridad física- dijo Lily- Sal a buscar mi toalla
- Tú lo que quieres es disfrutar es mi cuerpo serrano
Lily se crispó a causa de la rabia
- No tengo ningún interés n ver tu... tu... tu... ¡nada tuyo!
- Ya- contestó James- pues entonces relájate, disfruta del baño- James se alejaba y acercaba nadando a donde estaba ella.
- ¿Cómo quieres que me relaje con un pervertido como tú por aquí cerca?
James volvió a nadar hasta ella y se quedó de pie enfrente, con cara seria.
- No va a pasar nada que tu no quieras que pase...
- ¡Pero de que vas!- gritó Lily fuera de sí- ¡Eres un....!
Pero James nunca adivinó lo que era porque la cara de la pelirroja se había quedado congelada.
- Viene alguien por el pasillo- murmuró mientras se abría la puerta.
La pelirroja cogió a James de los hombros y lo puso delante de ella, en la pared que daba justo enfrente de la puerta, y escondió la cabeza el chico entre la espuma justo en el momento en que se abría la puerta. Era Terry.
- ¡Lily! Lo siento, no sabía que habría alguien aquí a estas horas...- dijo el chico visiblemente avergonzado, aunque sólo podía verle la cara a la pelirroja.
- No pasa nada- sonrió Lily, a James, entre la espuma, le dieron unas ganas terribles de sacar la cabeza y joderle el momento "happy" al Raven, pero no lo hizo por algún extraño motivo, un extraño motivo que en este momento seguía hablando con su ex-novio.- Acabaré enseguida- sonrió
- Está bien- dijo el chico- Volveré dentro de un rato, porque supongo que no querrás que nos bañemos juntos...-bromeó el chico.
Pero a James no le hizo ninguna gracia, es más, se estaba planteando el gritárselo, cuando Lily le vio las intenciones y se pegó contra él para evitar que hablara: Por supuesto surgió efecto, en el momento en que el moreno notó algo blando en su pecho se le olvidó hasta el nombre.
- Será mejor que no-dijo la pelirrojas mientras se separaba ligeramente del moreno- te importaría tirarme esa toalla- señalaba la toalla que acababa de perder hace un momento y yacía cerca e la puerta.
Terry se la acercó amablemente y luego salió del baño. Lily metió la toalla dentro del agua y salió de la bañera chorreando, para desencanto de James, el abrazo acuático, de todas formas, había merecido la pena. La chica no tardó en salir el baño.
- ¿No te quedas a frotarme la espalda?- preguntó el chico
- Las ganas que tú tienes- le contestó ella- James, si quieres seguir vivo, ni una palabra A NADIE ¿entiendes?
- Vale, si sales conmigo
- No
- Pues al menos avísame cada vez que vengas a bañarte
Recibió como respuesta un golpe con un champú para pelo rizado.
Aunque tampoco ha estado tan mal ducharse contigo- dijo la pelirroja justo antes de salir por la puerta- he estado con otros peores...
James se quedó con la boca abierta y para cuando pudo balbucear algo Lily ya debía haber llegado a la Torre de Gryffindor.
La mala leche de Sirius, como cabía
esperar, no fue cosa de un día. Crys le había tocado la
moral. Si iba a saco con ella le rechazaba y si intentaba ir poco a
poco y hacerse amigo suyo para enseñarle que no era un ogro,
le salía con los cuentos de los otros tíos. No, no. Iba
a dejar de perder el culo de esa manera por una chica, ninguna se lo
merecía... Vale, ¿Por qué justo cuando quieres
odiar a una chica se vuelve la más guapa del colegio?
Y es
que ese sábado, la víspera del partido, Crys había
quedado con sus dos amigas para hacer una salida exclusivamente
femenina a Hogsmeade y se había puesto una blusa de rayas sin
botones bastante escotada y unos pantalones de pernera ancha y
blancos que la favorecían mucho. Otra vez, como todos los días
a lo largo de esa semana, Crys intentó hablar con Sirius, que
leía el periódico en la Sala Común.
- Hola ¿Qué tal?
- Pues más o menos igual que desde la última vez que me preguntaste- musitó- ¿Quieres algo?
Crys alzó las cejas.
- Veo que sigues sin querer hablar conmigo- dijo alejándose- pero al final me escucharas, vaya que sí.
- Cuidado Crys, no vayan a pensar todos los chicos de la sala que estás conmigo y dejen de babear detrás de ti- murmuró sin ni siquiera mirarla.
- ¿Sabes? Eso no lo podría pensar nadie- contestó a chica- Yo no estaría con alguien tan estúpido como tú en la vida, encanto.
Y salió rápidamente a través el retrato para evitar que el moreno viera su cara compungida. Sirius también reprimió un gesto de furia en su cara.
Durante esa semana, James había estado muy paranoico por las últimas palabras de la pelirroja antes de salir del baño ¿Cómo demonios podía haberse bañado con más tíos sin enterarse él? Y es más, ¿Cómo esos tíos seguían conservando a cabeza encima de los hombros? Además tenía que empezar a poner en práctica su técnica de ir a saco con la pelirroja. El mismo sábado, al ver a Lily esperar a sus amigas despampanante, se decidió a preguntarle.
- ¿Qué tal?- preguntó y antes de que la chica contestara- ¿Con cuantos chicos exactamente te has bañado? Quiero nombres, direcciones, grupos sanguíneos y aficiones...
Lily abrió a boca para responder, pero James continuó hablando.
- Porque quiero que sepas- empezó- Que no me parece bien que hayas estado con tantos tíos, porque yo no he estado con muchas chicas, es más, me he enrollado con unas cuantas, pero todavía soy virgen. Y me gustaría que tú también lo fueras porque sería muy especial que nuestra primera vez fuera a la vez ¿no crees? Ya que vamos a casarnos y eso, quiero decir.
Lily intentó elaborar una respuesta para la proposición de matrimonio, de acostarse con él y de contarle su vida sexual anterior, pero lo único que le salió fue.
- ¿Tú de qué vas?- y salió corriendo de allí hacia un grupo de chicas de Hufflepuf
Vale, pensó James, a lo mejor para ser la primera tentativa de mi estrategia ha sido un pelín brusca.
Después de pasar todo el día en Hogsmeade y patearse todas las tiendas del pueblo, las chicas llegaron a la Torre de Gryffindor muy cansadas y se metieron enseguida en la cama, Shaz tenía que descansar para el gran partido.
Crys no dejaba de dar vueltas en la cama, sabía que se había pasado con Sirius, no había sido muy sutil en el Gran Salón y encima no le había pedido perdón ni se había explicado... Tenía que hablar con él. Pero ahora estaría dormido... No quería que estuviera de mala leche en el partido por su culpa. Le escribiría una carta y se la dejaría en la mesilla de noche para que la leyera nada más levantarse.
Decidida, bajó a la Sala Común y se sentó en un sillón cerca del fuego a escribir la carta al moreno.
A ver... tenía que ponerle que lo sentía, pero tampoco parecer desesperada. Que le había dicho eso en el Gran Salón porque... porque le empezaba a asustar que pasaran tanto tiempo juntos y.... a ver...
- Que soy el chico más guapo del colegio y te mueres por mis huesos
Crys hizo un respingo, detrás del sillón, apoyando sus manos en el respaldo, estaba Sirius.
- Prefiero que me digan las cosas la cara, nena- se sentó en el brazo del sillón
- ¿Y como sabes que es para ti?- dijo Crys reaccionando y escondiendo el papel
- Oh, no hay muchos Sirius en Hogwarts- contestó- de hecho, creo que sólo uno, yo.
- Es que mi amigo imaginario se llama Sirius- contestó a chica con vehemencia
- Ya... ¿Así que no tienes nada que decirme?- preguntó haciendo el ademán de marcharse
- Espera, quedate- le retuvo crys- Lo del otro día fue sólo que...- por fin se lo iba a decir, ya era hora- que... que... ¡No quiero que me hagas daño como a todas las otras Sirius! ¡Prefiero que nos dejemos de estas tonterías si al final te vas a cansar de mí!- gritó a chica antes de ponerse roja- por eso te dije que pasábamos demasiado tiempo juntos.
Sirius le levantó la cara por la barbilla.
- ¿Sabes?- susurró- Tus ojos pegan con tu cara
Crys sonrió
- Vaya, gracias-contestó irónica
- Tú ya me entiendes. Yo también he pensado en lo que has dicho. Y he llegado a una conclusión. Eres como los vaqueros, Crys.
- Te estás luciendo esta noche- sonrió la chica levantándose del sillón y acomodándose en el otro reposabrazos.
- Sí, en tu vida puedes llevar muchos pantalones, pero nunca faltan los vaqueros. Son para siempre, y no pasan de moda. Nunca te dejan de gustar...
- ¿Y tu eres un chico de vaqueros?
- Lo soy- respondió Sirius- ¿Y tú?
Crys sonrió.
- Si ganáis el partido, te lo cuento.- y le guiñó un ojo mientras se levantaba
- ¿Y esta vez me vas a dar un beso de buena suerte o tendré que ganar como la otra vez?- preguntó el chico
- Me lo pensaré- contestó desapareciendo en la escalera del dormitorio.
Vaaaaaaaaale, se que he tardado mil siglos n actualizar, pero de
verdad que no he podido. Bueno, os aviso que queda poco ya para que
esto se acabe, unos tres o cuatro capítulos más el
epílogo (o al menos eso tengo planeado). No me matéis;
en dos o tres semanas como mucho tenéis el próximo
capítulo, os lo prometo. Mientras, si queréis, podéis
leer el otro fic que he empezado (publicidad ncubierta)
Muchas
gracias por vuestra paciencia y vuestros reviews. Sois unos soletes.