Capitulo 16°

DE CONSEJOS, CRITICAS Y OTRAS REFLEXIONES POR REMUS LUPIN

Nº 4 de Privet Drive, Little Whinging, Surrey.

Cuatro días más tarde.

Era el principio de la mañana, y Harry y Ginny aun se hallaban en la cama durmiendo, tras un día muy agotador completando los últimos pasos de la poción en la que habían estado trabajando el ultimo mes, cuando sonó el timbre de la casa.

Los dos adolescentes se desperezaron lentamente en la cama, mientras escuchaban a Dudley bajar las escaleras refunfuñando, al cabo de unos segundos el sonido de la puerta abriéndose, seguido inmediatamente de una serie de gemidos aterrados, junto a varios gruñidos enfadados, un golpe seco, y varios pasos apresurados subiendo la escalera.

Sin intercambiar una palabra, los dos jóvenes se arrojaron al instante sobre las mesillas situadas a los lados de su cama, Ginny cogió rápidamente su vara y un pequeño frasco de spray, mientras en el otro lado Harry luchaba por ponerse sus gafas al mismo tiempo que recogía su vara y una voluminosa pistola.

No un segundo mas tarde, la puerta de la habitación se abrió de golpe, dando paso a una tenebrosa figura, que como una exhalación penetro en la habitación con la vara en la mano y una ondeante túnica detrás.

- ¡Potter! - Rugió el desconocido acercándose velozmente a la cama donde estaban los dos adolescentes.

Tan pronto como entro dentro de su alcance, Ginny apunto el frasco de spray a su cara y lo roció con él, durante unos segundos el hombre empezó a toser violentamente y a frotarse los ojos frenéticamente, pero inmediatamente dos dardos disparados desde la pistola de Harry se clavaron en su pecho, causándolo temblar ingobernablemente durante unos instantes, antes de caer al suelo inconsciente.

Ginny sin apartar su vara de la figura inconsciente, dejo el frasco de spray en la mesita y encendió la luz de la habitación justo en el mismo momento que dos otros figuras aparecían a la puerta.

- ¿Profesor Snape? - Exclamo incrédulamente Ginny mirando al hombre inconsciente en el suelo.

- ¿Profesor Lupin? - Dijo Harry haciéndose eco de la sorpresa de su esposa.

- ¿Papa? - Exclamo horrorizada Ginny al levantar la cabeza y ver a su padre y el profesor Lupin en la puerta.

La cara de Ginny se volvió de un rojo escarlata, y con un pequeño chillido, se cubrió con las sabanas de la cama, tras observar a su padre y su profesor anterior, mirando completamente atónitos a su torso desnudo, desafortunadamente al tirar de las sabanas para cubrirse, Ginny dejo al descubierto a su esposo.

- ¡Ehhh! - Grito sobresaltado Harry, y sin pensar tiro a su vez de las sabanas para cubrirse.

- ¡Harryyyyyyyyy! - Grito Ginny, cuando siguiendo con su mala suerte, al tirar su marido de las sabanas, no solo las arranco de su mano dejándola tal como vino al mundo, si no que también la hizo perder el equilibrio, haciéndola caer de la cama justamente encima del inconsciente profesor Snape.

- ¡Eggghhhh! - Exclamo asqueada Ginny, al encontrarse con su cara a escasos centímetros de la del profesor Snape, sin perder un segundo la muchacha se puso de pie, y dándole una mirada de muy pocos amigos a su marido, le arranco las sabanas de la mano, y se cubrió con ellas. - ¡Dame eso!

- ¡Ginnyyyy! - Grito a su vez avergonzado Harry, antes de levantarse y correr a esconderse detrás de su esposa.

Finalmente tras un corto forcejeo, Harry y Ginny consiguieron envolverse los dos con las sabanas, y pudieron volver su atención a sus atónitos visitantes.

- ¡Emmm, hola! - Murmuraron inseguros Harry y Ginny, mientras el profesor Lupin y el señor Weasley continuaron mirando a los dos adolescentes con la boca abierta.

- ¿Hola? - Repitieron Harry y Ginny tras unos segundos.

Ginny desconcertada, giro la cabeza para encontrarse con su propia procuración reflejada en los ojos de su marido, antes de que los dos de mutuo acuerdo se acercaran a la puerta con paso lento.

- ¿Hola? - Volvió a intentar Ginny, mientras sacaba con alguna dificultad una mano y la agitaba ante los dos adultos.

- ¿Crees que se recuperaran? - Pregunto con voz nerviosa Harry a su esposa a la oreja, tras unos minutos.

- No lo sé, yo nunca he visto a papa así. - Respondió preocupada Ginny. - ¿Crees que mama me perdonara si no se recupera?

- ¿No sé? - Respondió Harry encogiéndose de hombros. - Pero seguro que no estará muy contenta.

Ginny miro fijamente a su padre y al profesor Lupin con obvia preocupación, antes de venir a una resolución.

- ¡Papa¡¡¡¡¡Profesor Lupin! - Grito bruscamente Ginny, sobresaltando a Harry, y haciendo que este dejara caer las sabanas al suelo.

- ¡Harryyyyy! - Grito de nuevo Ginny cubriéndose como podía con las manos.

- ¡Avisa antes de gritar la próxima vez! - Replico voz en grito Harry, mientras se cubría con las manos siguiendo el ejemplo de su esposa.

- ¡Yo puedo gritar cuando quiera, sin tener que avisarte! - Respondió Ginny olvidándose de su estado y encarando con los brazos en jarro a Harry.

- ¡Así! - Grito indignado Harry.

- ¡Sí! - Replico en el mismo tono Ginny.

- ¿Gi... Ginny¿¿¿Ha... Harry? - Tartamudeo anonadado el señor Weasley. - ¿Es... Es... Estáis des... Des... Nudos?

Harry y Ginny blanquearon de la cabeza a la punta de los pies, e inmediatamente arremetieron para las sabanas en el suelo, con tan mala fortuna que acabaron chocando con cabezas y cayendo sentados al suelo.

- Lo... Los... Dooo... Os... Des... Des... nu... Dos. - Dijo el señor Weasley mientras señalaba con ojos desorbitados a su hija y su marido.

Harry y Ginny pasaron del blanco al escarlata en apenas unos segundos, sin perder tiempo los dos gatearon por el suelo hasta las sabanas, y se envolvieron con ellas, unos instantes mas tarde, tras un corto forcejeo, y un par de intercambio de gruñidos, los dos estaban de pie adecuadamente cubiertos frente a ambos adultos.

- Hola Papa. - Dijo en un susurro Ginny sin atreverse a mirar a su padre.

- Hola señor Weasley. - Dijo simultáneamente Harry mirando al suelo como su esposa.

- Estabais... Des... Desnudos. - Afirmo acusadoramente un señor Weasley, ligeramente más recuperado.

- Estábamos en la cama. - Declaro rápidamente Ginny intentando encontrar una excusa.

- ¿En la cama? - Casi grito el señor Weasley, mientras se sujetaba Con una mano el pecho.

- ¡Durmiendo! - Interpuso apresuradamente Harry. - Estábamos durmiendo.

- ¿Desnudos? - Insistió el señor Weasley.

- Papa, no hay mucho lugar para la modestia, cuando tienes que vivir las veinticuatro horas del día al alcance de la mano de otra persona. - Respondió con un suspiro Ginny.

- ¿Pero...¿Pero...¿Tenéis que dormir desnudos? - Insistió de nuevo el señor Weasley.

- ¿Porque no? - Pregunto Ginny mirando a su padre a la cara.

- ¿Por que no? - Exclamo indignado el señor Weasley. - ¿Por que no?

- Sí, por que no. - Repitió Ginny con un ligero tono de desafió en la voz. - Estamos casados, y no es como no nos hayamos visto desnudos antes. ¿Por que no podemos dormir desnudos si nos gusta más así?

- ¡Ginny! - Grito escandalizado el señor Weasley, e inmediatamente cerro los ojos durante unos segundos y contó hasta diez para tratar de calmarse y recomponer sus pensamientos, antes de continuar sin mirar a su hija a los ojos. - Hay mucho más en matrimonio que un vinculo mágico Ginny, tu madre y yo creíamos que os lo habíamos enseñado a ti y a tus hermanos, que estéis legalmente casados de momento, no significa que sea correcto que actuéis como un matrimonio en todos los aspectos... Compartir la cama desnudos... Puede llevar a... Determinadas actividades... Que no estáis preparados.

- Señor Weasley. - Llamo suavemente Harry. - Durante este verano he podido llegar a conocer a la persona maravillosa y increíble que es su hija, realmente no se como hubiera sobrevivido hasta ahora sin ella.

Harry hizo una pausa para recoger sus sentimientos, y continuo mirando al señor Weasley a la cara.

- Ahora mismo, no hay nadie más con quien yo compartiría este vinculo, y no hay nadie con quien yo imaginaria compartir el resto de mi vida que no fuera Ginny. - Declaro solemnemente Harry.

- ¡Oh, Harry! - Exclamo emocionada Ginny, revolviéndose bajo las sabanas para abrazar a su marido.

- Nosotros sabemos que somos muy jóvenes, que a pesar de la intensa relación que hemos compartido, las pocas semanas que hemos pasado juntos no son suficientes para tomar semejante decisión, y que es posible que en el futuro cambiemos de opinión, aun que yo no lo creo. - Continuo Harry sin apartar la mirada del señor Weasley. - Si a pesar de ello, decidiéramos que estamos seguros que queremos compartir el resto de nuestras vidas y formar una familia juntos, aun esperaríamos hasta que encontráramos una forma de poder movernos por separado, o en su defecto poder deshacer este vinculo, algo que según el profesor Dumbledore seria imposible si hiciéramos algo más que dormir juntos.

Transcurrieron unos minutos de tenso silencio, mientras Harry y Ginny observaban con ansiedad al padre de esta, pero antes de que el señor Weasley pudiera llegar a una determinación, el profesor Lupin saliendo de su estado de ensoñación intervino distrayendo eficazmente la atención de todos.

- Lo... Lo habéis... Matado. - Tartamudeo el profesor Lupin señalando al caído profesor Snape.

- ¡Oh no! Solo esta inconsciente. - Se apresuro ha aclarar Harry.

- ¡De momento! - Puntualizo irritadamente Ginny, para lanzarse inmediatamente a una feroz diatriba contra su profesor de pociones. - Que sea ha creído ese pervertido, amoral, indecente, degenerado, pobre excusa para un desecho de ser humano, como se atreve a entrar en la habitación de una muchacha sin siquiera avisar, es que no tiene el más mínimo pedazo de educación y decencia, como se atreve a irrumpir en nuestra casa por la fuerza, no es suficiente que tengamos que soportar su continuo abuso y mezquindad durante todo el año escolar, que ahora se cree en su derecho para venir a pasear sus complejos y frustraciones por nuestra casa. ¿Y ese no es solamente un profesor de Hogwarts, sí no la cabeza de una de las casas?

Incluso antes de que Ginny los encarara, el señor Weasley y el profesor Lupin se encogieron ante el ataque de cólera de la menor de los Weasley, pero cuando la furia pelirroja enfocó su mirada en ellos, los dos parecían dispuestos a salir corriendo con el rabo entre las piernas.

- Y mi propio Padre, ahí de pie dando testimonio de todo, sin hacer absolutamente nada para detenerlo. ¿Cómo has podido permitirle hacer algo así¿Tampoco valoras la virtud y la honra de tu propia hija¿Tu única hija?... ¿Que diría mama si lo llegara a saber? - Declaro Ginny en un tono de profunda decepción, antes de fijar su mirada en el profesor Lupin. - ¿Y usted? No le da vergüenza, Canuto y Cornamenta deben estar revolviéndose en sus tumbas, él ultimo de los Merodeadores permitiendo a Snivellus humillar a su hijo y ahijado.

- Ginny por favor, no es como parece... - Dijo titubeantemente el señor Weasley, intentando calmar a su hija.

- ¡No es como parece¿Ese híbrido de serpiente y gusano, no irrumpió sin ser anunciado en la habitación donde yo y mi marido estábamos durmiendo, mientras ustedes dos lo observaban con total tranquilidad? Porque eso es lo que exactamente parece. - Replico con dureza Ginny sin esperar a que su padre terminara. - ¿Y que se supone que ustedes tres hacen aquí? Han decidido cambiar de bando, y esa cacatúa esta entrenándolos para convertirse en Mortifagos, o acaso el irrumpir en la casa de una jovencita indefensa y abusar de ella es alguna clase de tradición del Orden.

- ¡Ginny! - Exclamo escandalizado el señor Weasley. - El profesor Dumbledore nos pidió que viniéramos.

- ¡Oh¿Y él también les pidió que actuaran como unos pervertidos, o eso fue solo un impulso del momento? - Inquirió sarcásticamente Ginny. - ¿Y exactamente porque se supone que el profesor Dumbledore los envió a ustedes tres a vernos?

- Ginny, permíteme un momento. - Interrumpió suavemente Harry. - Creo que lo mejor será que continuemos esta discusión abajo, una vez nos hallamos vestido.

- ¡Sí claro! - Exclamaron al unísono El profesor Lupin y el señor Weasley, y sin mediar segundo salieron de la habitación a la carrera.

- ¡Señor Weasley¡Profesor Lupin! - Llamo Harry, antes que pudieran ir muy lejos, causando que los dos adultos se detuvieran y se giraran para mirarlo desde el pasillo. - ¿No se olvidan de algo?

- ¡Ehm! No. - Respondieron los dos después de intercambiar sendas miradas desconcertadas. - ¿De que nos hemos olvidado?

- Les agradecería que no dejaran tirada su basura en nuestra habitación. - Respondió escuetamente Harry, mirando al inconsciente profesor Snape.

Por un momento, los dos miembros del orden de Fénix parecían dispuestos a reconvenir a Harry por la forma como se había referido a su profesor de pociones, pero una mirada a Ginny basto para convencerlos de recoger al inconsciente Slytherin entre los dos, y abandonar la habitación sin decir nada.

Una hora y media más tarde, después que Harry y Ginny se hubieran duchado y vestido, después que hubieran enervado al profesor Snape y le hubieran aplicado algunos encantos curativos, sin demasiado éxito, después de que hubieran explicado un par de veces el funcionamiento de un spray de autodefensa y una pistola aturdidora, y después que el señor Weasley se pasara diez minutos cantando las maravillas de la Eklecidad, Harry y Ginny se sentaban en un sofá esperando que los tres miembros del orden de Fénix expusieran el motivo de su visita.

- Siento decir que estamos muy decepcionados por vuestra reciente conducta. - Declaro con un tono triste el profesor Lupin.

- ¿Que conducta? - Pregunto tranquilamente Harry.

- La situación con tus tíos y tu primo, para empezar. - Intervino el señor Weasley - Todos fuimos asustados cuando Charlie, los gemelos y Ron, nos contaron como los estabais tratando.

- Cuando hablamos con tus tíos en la estación era para que no abusaran de ti, no para que tu pudieras abusar de ellos. - Explico con un tono desaprobador el profesor Lupin.

- Harry nadie aprueba la forma en que tus tíos te han tratado toda tu vida. - Argumento el señor Weasley con un suspiro. - Pero esto no va arreglar nada.

- Yo no estoy de acuerdo. - Los contradijo Harry sin inmutarse. - Yo creo que pueden aprender una lección de esto, y por supuesto que no estamos abusando de ellos.

- Y como... Coff... Llamaría... Coff... Coff... Lo que estas... Coff... Haciendo. - Dijo acusadoramente el profesor Snape, tosiendo violentamente todo el tiempo. - Confié a... Coff... San Potter... Coff... Con un poco... Coff... De poder, y espere que... Coff... No abuse de... Coff... Él.

- ¿Comercio? - Propuso con una sonrisa Harry. - Mis tíos y mi primo pueden odiar lo que están haciendo, pero les compensa muy bien hacerlo.

- ¿los Estáis pagándolos? - Pregunto sorprendido el señor Weasley.

- Lo que no estamos haciendo es amenazándolos con el Orden de Fénix. - Intervino agriamente Ginny. - El profesor Dumbledore se aseguro que no pudiéramos hacerlo.

- ¿De que estas hablando? - Inquirió inmediatamente El señor Weasley.

- El profesor Dumbledore, acordó a cambio de que Ginny pudiera quedarse, que los Dursley podrían hacer lo que quisieran con nosotros, corto de poner en peligro nuestras vidas, sin que nadie interfiriera. - Explico enojadamente Harry.

- Nosotros nos... Coff... Sentimos dramáticos... Coff... ¿No? Señor Potter. - Se burlo el profesor Snape. - El gran Harry Potter... Coff... Coff... Es demasiado importante, para... Coff... Hacer algunas tareas en casa.

- Yo he estado haciendo todas las tareas de la casa desde que pude caminar. - Respondió agriamente Harry.

- después de nuestra vinculación nosotros éramos legalmente adultos, y el profesor Dumbledore no tenia el más mínimo derecho a llegar a cualquier acuerdo en nuestro nombre, sin nuestro consentimiento expreso. - Afirmo contundentemente Ginny.

- Y yo soy el dueño de esta casa, no los Dursley, así que ellos no tienen nada que decir sobre quien se queda aquí o no. - Añadió Harry con dureza.

- Y yo voy... Coff... A creer eso. - Exclamo con escepticismo el profesor Snape. - ¿Cómo un niño... Coff... Posee la casa de sus guardianes?

- Tío Vernon heredero un negocio floreciente tras la muerte de su padre, y tras llevarlo a la quiebra en apenas dos años, se vio obligado a vender todo lo que tenia, incluyendo su casa familiar, para intentar mantenerlo a flote, cuando eso ocurrió mis tíos se mudaron a esta casa, que era y continua siendo propiedad de la empresa. - Dijo lentamente Harry, como si hablara con un niño pequeño, mientras miraba fijamente al profesor Snape. - A pesar de todos sus esfuerzos la empresa quebró a los pocos meses, a instancias de mi madre, mi padre, sin que mis tíos lo supieran, compro la compañía y mantuvo a tío Vernon como gerente.

- Y encerrándonos en un armario durante una semana, sin comida ni bebida, con solo un par de toallas como única ropa, y no dejándonos salir siquiera para ir al baño, todo porque Harry impidió que su primo me violara, creo que es suficiente para considerar el acuerdo roto. - Añadió sarcásticamente Ginny.

- ¿Que? - Gritaron al unísono el señor Weasley y el profesor Lupin, levantándose de golpe.

- Esto... Coff... Se parece cada vez más a un cuento de hadas... Coff... Esa debe ser su mano... Coff... ¿No, señorita Weasley? - Dijo el profesor Snape con una sonrisa burlona en los labios. - Si se hubieran pasado... Coff... Una semana sin comer... Coff... Y especialmente beber,... Coff... hubieran necesitado un sanador... Y ese no asido el caso.

- Realmente solo nos pasamos cuatro horas. - Aclaro Ginny mirando insolentemente al profesor Snape.

- Pero no gracias a los Dursley. - Intervino Harry mirando fijamente al profesor Snape, como su esposa.

- De hecho, ellos aun creen que nos pasamos una semana encerrados allí dentro. - Continuo Ginny.

- Que en el extremo es lo relevante. - Siguió Harry.

- Y no, si nosotros fuimos suficientemente hábiles para escapar. - Añadió Ginny.

- Los Dursley intentaron dañarnos concientemente. - Declaro Harry.

- Y lo consiguieran o no, eso rompe el trato que hicieron con el profesor Dumbledore. - Agrego Ginny.

- Y nos obligo a tomar medidas para protegernos. - Termino Harry.

- ¿Consideráis... Coff... Necesario para protegeros... Coff... Convertirlos en vuestros esclavos? - Inquirió acusadoramente el profesor Snape.

- Sirvientes, esclavo es lo que yo era mientras crecí, ellos son ampliamente compensados por su trabajo, y tratados con mucho más respeto que el que ellos alguna vez me dieron. - Objeto vehementemente Harry.

- ¿Ampliamente compensados? - Inquirió sarcásticamente el profesor Snape. - ¿Que podríais ofrecerles... Coff... Coff... Que les compensara... Coff... De semejante trabajo?

- Poder continuar viviendo en esta casa para empezar. - Apunto con una sonrisa Ginny.

- No despedir a tío Vernon. - Añadió Indiferentemente Harry.

- Y mantenerle su sueldo actual. - Siguió Ginny.

- Y lo más importante no enviar a mis tíos y primo a la cárcel para los próximos quince o veinte años. - Termino Harry.

- ¡Ah! Así que los estáis chantajeando. - Declaro triunfantemente el profesor Snape.

- ¡No! - Exigió rotundamente Harry. - Tío Vernon es un incompetente, a llevado Gringots al borde de la quiebra en cinco ocasiones en los últimos dieciocho años, mantenerlo como gerente de la empresa a costado a mi familia cerca de tres millones de libras, si no fuera por las instrucciones de mi padre lo habrían despedido hace años.

Harry hizo una pausa durante unos segundos para recomponer sus ideas, y siguió.

- Tal como están las cosas, tío Vernon dejara de ser el gerente de la compañía, y pasara a ocupar un cargo administrativo sin capacidad de decisión, pero mantendrá su sueldo actual, mas la propiedad de esta casa una vez finalice el próximo verano. - Explico pausadamente Harry. - En cuanto a ir a prisión, yo estoy en todo mi derecho de denunciarlos por abuso y malos tratos, mis abogados han reunido pruebas más que suficientes para asegurar una larga condena, el hecho de haber llegado a un acuerdo antes ir a juicio, aun que no en este tipo de delitos, es algo habitual y perfectamente legal en cualquier caso.

- ¿Pero realmente todo esto es necesario, los uniformes, el tratamiento,...? - Pregunto con voz mortecina el señor Weasley.

- Realmente, no. - Acepto tranquilamente Harry. - Pero que yo pueda haber aceptado no enviarlos a la cárcel, no significa que los permita ir impunemente, como mínimo voy a darles un pequeño sabor de como me trataron a mí.

- Yo creía que la venganza... Coff... Coff... Estaba más haya de dos Gryffindor como ustedes. - Comento sarcásticamente el profesor Snape.

- ¡No se trata de venganza! - Objeto con vehemencia Ginny.

- Esperanzadamente aprenderán alguna lección de esto. - Harry estuvo de acuerdo con su esposa. - Aun que sinceramente no lo creo.

- Como mínimo servirá para que lo piensen dos veces antes de intentar abusar de otra persona. - Afirmo Ginny con fuerte convicción en su voz.

El señor Weasley suspiro en la derrota, y tras cruzan una mirada con el profesor Lupin, renuentemente cambio de tema.

- El profesor Dumbledore nos ha pedido que hablemos con vosotros sobre la demanda que habéis puesto contra Dolores Umbridge. - Explico el señor Weasley.

- Vais a retirar esa demanda... Coff... Coff... Enseguida. - Exigió el profesor Snape. - Gryffidors presuntuosos... Coff... Alguna vez pensáis antes de actuar... Coff... Para lo único que servís es para crear problemas.

Harry y Ginny se tensaron en sus asientos, pero antes de que pudieran decir algo intervino el profesor Lupin.

- Harry, a pesar de haber reconocido el regreso de Tu-sabes-quien, la situación con el ministerio es aun muy tensa, y vuestra demanda solo hace que empeorar la situación. - Explico tristemente el profesor Lupin. - En estos momentos el prescindir de Cornelius Fudge y Dolores Umbridge, es un lujo que no nos podemos permitir si queremos ganar la guerra, y ellos lo saben.

- No tenemos más alternativa que olvidar nuestras diferencias y trabajar todos juntos, o muchas personas morirán en un futuro cercano. - Declaro el señor Weasley. - Yo comprendo que es difícil para vosotros olvidar lo que hizo Umbridge, creerme, yo no desearía nada más que verla condenada a Azkaban para el resto de su vida, pero no es posible.

- Además, el ministro no esta dispuesto a permitir que Umbridge sea condenada, y esta removiendo cielo y tierra para evitarlo. - Siguió explicando el profesor Lupin. - Hay muy pocas posibilidades de que obtengáis una condena...

- ¿Pocas? - Cuestiono el profesor Snape con exagerada incredulidad. - Habría más posibilidades que Tu-sabes-quien... Coff... Ayudara a una ancianita a cruzar la calle.

- El decreto autorizando el uso de las plumas de sangre que esgrime Umbridge, invalida vuestras acusaciones al respecto. - Explico el señor Weasley. - Y creemos que el ministro, a cambio de algunas prebendas para los Mortifagos capturados en el departamento de ministerios, a conseguido que los estudiantes que formaban parte de la escuadra Inquisitorial de Umbridge declaren a favor de ella.

- En un ejemplo típico... Coff... De la brillante inteligencia propia de un Gryffindor... Coff... Excluisteis de vuestra demanda lo único sólido que teníais... Coff... Contra ella... Coff... El ataque a... Coff... Profesor Mcgonagall. - Añadió el profesor Snape con una sonrisa irónica.

- Aun que le sorprenda, tenemos razones muy buenas para excluir ese detalle de la acusación. - Respondió sin inmutarse Harry.

- ¡Razones muy buenas! - Repitió con una carcajada el profesor Snape, antes de sufrir un fuerte ataque de tos. - Coff... Coff... Coff...

- Esto es importante Harry. - Intervino el profesor Lupin, mientras el señor Weasley intentaba ayudar al profesor Snape. - Vuestra demanda esta entorpeciendo el esfuerzo por detener al señor oscuro, inútilmente.

- Yo no creo que en ningún caso hacer justicia sea inútil. - Respondió pausadamente Harry. - Más aun, Umbridge es una seria amenaza para mí y mis amigos, esa bruja es demente, completamente amoral, y después del año pasado odia nuestras entrañas con pasión.

- Con su posición en el ministerio, Umbridge es demasiado peligrosa para que la permitamos ir impunemente. - Añadió Ginny en apoyo a su marido. - Ahora la tenemos donde la queremos, pero si dejamos pasar esta oportunidad la próxima vez podríamos ser nosotros que estuviéramos a su merced.

- ¿Dónde la queréis?... Coff... Coff... - Interrumpió el profesor Snape. - Aun no ha entrado en esa cabeza dura vuestra... Coff... Que no la tenéis en ninguna parte.

- Al contrario profesor, Umbridge no sabe lo que le espera. - Se opuso Ginny a la declaración del profesor Snape. - Le aseguro que demostraremos más allá de toda duda su culpabilidad.

- ¿No es usted un poco... Coff... Mayor... Coff... Para creer en los cuentos de hadas,... Coff... Señorita Weasley? - Se burlo el profesor Snape

- Bien creo que tendremos que esperar al juicio para ver quien tiene razón. - Concluyo la discusión Harry. - Y es Lady Potter.

- El mocoso engreído... Coff... Fatuo egocéntrico... Coff... No he conocido persona más pagada de sí mismo... Coff... Crees que todo el mundo tiene que rendirte pleitesía por esa ridícula cicatriz que tienes en la frente... Coff... Coff... - Exclamo levantándose exaltado el profesor Snape, para volver a caer en el sillón sumido en un violento ataque de tos.

- Yo preferiría pensar que es gracias aun ridículo titulo nobiliario que poseo. - Respondió con una sonrisa burlona Harry.

- ¿Titulo nobiliario? - Murmuro sorprendido el señor Weasley.

- Si, mi familia se titula al titulo de Duques de Nessex. - Respondió escuetamente Harry.

- Usted... Coff... Usted... Coff... Usted espera que lo llame... ¿Lord Potter? - Inquirió profundamente asqueado el profesor Snape.

- Bien según las tradiciones de mundo mágico que tanto defiende su casa, profesor Snape, seria lo correcto. - Intervino alegremente Ginny.

- El infierno se helara antes... Coff... De que yo le dé... Coff... Semejante muestra de respeto. - Afirmo indignado el profesor Snape.

- No se preocupe profesor, realmente no espero que lo haga. - Dijo con un tono tranquilizante Harry, para añadir inocentemente. - Hasta que lleguemos a Hogwarts, claro.

- ¿Hogwarts? - Murmuro incrédulamente el profesor Snape.

- ¿No seria correcto incumplir las normas de la escuela, no profesor? - Respondió Ginny con el mismo tono de voz que su marido, causando al profesor Snape volverse verde solo del pensamiento.

- Harry, puedo asegurarte que si retiráis la demanda el profesor Dumbledore velara cuidadosamente para que ningún daño venga de Dolores Umbridge a ti y a tus amigos. - Dijo confiadamente el profesor Lupin reconduciendo la conversación al tema anterior.

- Lo siento profesor Lupin pero me temo que eso no me da suficientes garantías. - Respondió escuetamente Harry.

- ¡Harry! - Exclamo asustado el señor Weasley. - Si el profesor Dumbledore te asegura que Dolores Umbridge no os podrá perjudicar más, puedes confiar que no lo hará.

- ¿Si eso es vedad como paso esto el año pasado? - Exigió Ginny cogiendo la mano de Harry y mostrando las cicatrices en ella. - ¿O es que el profesor Dumbledore lo permitió porque no se había comprometido a evitarlo?

- ¡Ginny! - Dijo reprobadoramente el señor Weasley. - Eran otras circunstancias.

- Y que impide que las circunstancias vuelvan a cambiar, yo he pasado demasiadas veces de héroe a villano, y de villano a héroe, para que confié en las circunstancias. - Intervino de forma abrupta Harry. - Además yo no dudo de la capacidad del profesor Dumbledore de impedir a Dolores Umbridge dañarnos, dudo de su voluntad de hacerlo.

- ¡Harry! - Exclamaron aterrados el profesor Lupin y el señor Weasley.

- ¡Usted!... Coff... Coff... Coff... Sanguijuela desagradecida... Coff... después de todo lo que a hecho el profesor Dumbledore... Coff... Para usted,... Coff... De todas las veces que lo a protegido,... Coff... De que le ha permitido romper todas las reglas de Hogwarts impunemente... Coff... ¿Como se atreve a dudar de él? - Increpo a Harry, un enfuriasmado profesor Snape.

- ¿Cómo no puedo desconfiar de él después que me condenara a una década de abusos y maltratos con mis tíos? - Replico ácidamente Harry causando que el señor Weasley y el profesor Lupin hicieran una mueca de dolor a su declaración.

- Harry, por triste que sea todo lo que tuviste que pasar durante tu infancia, el profesor Dumbledore no es el responsable, él no pudo hacer nada para evitarlo. - Dijo tristemente el profesor Lupin.

- Él me dejó aquí, si no hubiera sido por él yo no hubiera crecido aquí. - Objeto fríamente Harry.

- Los Dudleys eran tus únicos parientes, el profesor Dumbledore no tenia otra alternativa. - Respondió apresuradamente el profesor Lupin.

- Eso quizá seria cierto si los Dursley hubieran querido adoptarme, pero la realidad es que de haber tenido la oportunidad, en lugar de encontrarme en un cesto frente a la puerta, tío Vernon hubiera echado a patadas a cualquiera que le hubiera propuesto acogerme. - Declaro lentamente Harry, con los ojos cerrados en un intento de mantener la calma. - Y según el propio profesor Dumbledore, había muchas personas dispuestas a adoptarme, así que díganme, realmente alguno de ustedes cree que de entre todos los posibles candidatos el ministerio hubiera escogido, sin la intervención del profesor Dumbledore, que el-niño-que-vivió, el salvador del mundo mágico, fuera criado en el mundo mugle, ni mas ni menos que por una bruja expulsada de Hogwarts por el uso de las maldiciones imperdonables.

- ¿Que? - Exclamaron al unísono el señor Weasley y el profesor Lupin.

- Si, la tía de Harry es una bruja, ella fue a Hogwarts, se ordeno en Slytheryin, y fue expulsada a finales de su séptimo año. - Declaro tranquilamente Ginny.

- Como podrán imaginar los Slytherin no fueron muy felices con una bruja de origen mugle ordenándose en su casa. - Explico Harry mirando fijamente al profesor Snape.

- Al principio ella fingió ser de origen mágico. - Siguió Ginny.

- Pero cuando mi madre se ordeno en Gryffindor se descubrió toda la verdad. - Dijo Harry retomando la palabra.

- A partir de ese momento, la vida de la tía de Harry a Hogwarts, fue una completa pesadilla. - Continuo la historia Ginny.

- Finalmente en su séptimo año, elaboro un plan para vengarse de los que ella consideraba los principales instigadores. - Contó Harry.

- La madre de Harry averiguó parte de lo que su hermana havia planeado, y fue sumamente angustiada. - Intervino Ginny.

- después de todo tía Petunia, planeaba asumir en solitario a un grupo de seis o siete séptimos años o recién graduados. - Explico Harry.

- Temiendo por su hermana, se lo confeso todo al profesor Dumbledore, no sin antes obtener la promesa de este que no habría ninguna castigo para su hermana por lo que havia hecho. - Siguió Ginny.

- Desgraciadamente cuando el Director del colegio y los otros profesores los encontraron, tía Petunia estaba torturándolos usando la maldición Cruciatus. - Continuo con la narración Harry.

- En un intento de cumplir su promesa, el profesor Dumbledore consiguió evitar que fuera condenada a Azkaban, pero no pudo evitar que fuera expulsada, y se le prohibiera usar la magia. - Declaro Ginny.

- tía Petunia culpó de todo a mi madre, y juro que se vengaría de ella, lo que la convierte obviamente en la persona perfecta para cuidar de mí. - Concluyo tristemente Harry.

- Usted no piensa... Coff... ¿No? Potter. - Dijo despectivamente el profesor Snape. - Que su tía lo mimase o no... Coff... Cuando era un bebe... Coff... No tenia ninguna importancia,... Coff... Coff... Lo importante, aun que yo no sepa realmente porque,... Coff... Era que usted continuara vivo.

- ¡Oh sí, la famosa protección de la sangre! - Exclamo exaltado Harry. - Perdóneme si no le vea tanta importancia esa protección.

- Cuando finalmente creo que he encontrado el limite a la inconsciencia propia de los Gryffindors... Coff... Coff... Siempre hay alguien que me demuestra como equivocado que estoy. - Afirmo ácidamente el profesor Snape. - No estas demasiado seguro de... Coff... La importancia... Coff... De lo que le a mantenido vivo hasta hora.

- ¿Si yo estoy tan seguro y protegido aquí con los Dursley como es que los Dementores estuvieron apunto de besarme el año pasado? - Inquirió sarcásticamente Harry.

- Porque... Estabas... En... La... Calle... Fuera... De... Las... Protecciones... - Parafraseo el profesor Snape con aire de superioridad.

- ¡En la calle, en un sitio por el que he pasado dos veces al día, cinco veces a la semana, nueve meses al año, durante siete años, para ir a la escuela! - Respondió exasperado Harry. - Los Mugles tienen un dicho que dice, que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, no importa como poderosas sean las protecciones de esta casa, si yo me pase fuera de ella una quinta parte del tiempo que viví aquí.

- Harry, indudablemente el profesor Dumbledore debió incluir salvaguardas adicionales para protegerte mientras estabas fuera de la casa. - Intervino ligeramente inseguro el profesor Lupin. - Debió quitarlas cuando fuiste a Hogwarts, y por eso podrían atacarte los Dementores el año pasado.

- Eso es irrelevante, cualquier otra salvaguarda no dependería de la sangre de mi tía, y podría haber sido colocados en cualquier otro sitió. - Objeto con voz segura Harry. - Es más, solo la escuela y su patio ocupa más espacio que la mayoría de casas o mansiones del mundo mágico, y va sin decir el recorrido de ochocientos metros entre esta casa y la escuela, las mismos salvaguardas colocados en otra ubicación menos extensa serian mucho más poderosas y seguras.

Un tenso silencio se produjo durante unos segundos, mientras Harry esperaba que los tres desconcertados adultos asimilaran sus palabras.

- Y aun cuando las salvaguardas fueran realmente impenetrables. ¿Realmente yo podía estar seguro en el mundo mugle¿Sin que nadie supiera que yo estaba en peligro¿ O comprendiera los medios a disposición de los posibles atacantes? - Inquirió fríamente Harry. - después de mi primer año Ron y los gemelos pudieron sacarme de la casa sin ningún tipo de problema, ciertamente ellos tenían buenas intenciones y yo fui voluntariamente, pero si eso es todo lo que toma para sacarme de las salvaguardas. ¿Cuánto le hubiera costado a un Mortifago engañar a alguien que con buenas intenciones me sacara voluntariamente de ellos?

Harry hizo otra pausa para dar a cualquiera de los tres adultos una oportunidad de responder a su pregunta antes de contestarla el mismo.

- Yo puedo pensar en media docena de formas sin esforzarme mucho, usando la maldición Imperio en tía Marge para que invitara a los Dursleys a pasar unos días en su casa, y a mí para hacer algunas reformas, en un cliente de tío Vernon para que lo invitara a cenar y insistiera que trajera toda la familia, o para hacer que la policía enviara una patrulla a sacarnos a Dudley y a mí de la escuela para llevarnos a un hospital donde supuestamente estaban tío Vernon y tía Petunia después de haber tenido un accidente, o los servicios sociales por una investigación sobre una denuncia de malos tratos,... - Enumero Harry mientras contando con los dedos cada argumento. - Y eso suponiendo que las salvaguardas reaccionarían ante alguien directamente bajo la maldición imperiosa o usando una poción multijugos, que intentara convencerme para que lo acompañara, y no solamente si yo fuera agredido.

- Harry... Yo... - Tartamudeo el profesor Lupin, para tras inhalar profundamente continuar. - Harry, tu conoces muy bien a los Dursley y el mundo mugle... Pero los Mortifagos son magos de pura sangre, ellos no dispondrían de semejante infamación.

- Harry aun que era de dominio publico que estabas viviendo con tus tíos, tu localización exacta se guardo en el más estricto de los secretos, justamente para evitar cualquier ataque de los Mortifagos. - Declaro el señor Weasley.

- ¿El más estricto de los secretos? Umbridge pudo encontrarlo fácilmente, igual que Ron y los gemelos, o Dobby, un duende de la casa al servicio del propio Lucius Malfoy en el momento, igual que Sirius inmediatamente después de escapar de Azkaban. - Intervino vehementemente Ginny. - El ministerio debía saber donde Harry vivía para poder intervenir en cualquier caso de magia accidental, que impedía a Lucius Malfoy con el ministro en sus bolsillos, o cualquier otro de los Mortifagos que trabajaba allí, averiguar donde estaba.

- Y su desconocimiento del mundo mugle se resuelve fácilmente reclutando la ayuda de algún mugle o mago de origen mugle, voluntaria o involuntariamente. - Argumento cansadamente Harry. - Y bastaría que contrataran un detective mugle para encontrarme, si no podían averiguar donde vivía de otra manera, hay múltiples registro oficiales en el mundo mugle que podrían llevar fácilmente hasta mí con solo saber mi nombre y mi fecha de nacimiento, y una vez me hubiera encontrado no tendrían ningún problema para recoger toda la información que quisieran.

- ¿Y que crees que el profesor Dumbledore debería haber hecho? - Exigió agriamente el profesor Snape. - ¿Adoptarte él?

- Por ejemplo, si yo estaba en tanto peligro y era tan importante para el futuro del mundo mágico, bien podría haberme criado en Hogwarts, supuestamente el lugar más seguro del mundo mágico, o dejar la escuela y cuidar de mí personalmente. - Respondió irritadamente Harry. - Pero si eso representaba demasiado problema, podría haber cambiado mi nombre y aspecto y enviarme a vivir a otro país, al otro extremo mundo si fuera preciso, o simplemente podría permitir que una de las muchas familias que querían adoptarme lo hicieran, y protegerme con un encanto fidelius, con él como guardián confidencial, y tomando algunas precauciones adicionales, yo debería estar tan seguro como aquí o incluso más, después de todo Voldemort necesito que Pettigrew le dijera donde estábamos mis padres y yo, y no es muy probable que el profesor Dumbledore se lo dijera.

- ¿Harry realmente crees que hubiera sido mejor que crecieras en Hogwarts, sin una familia ni niños de tu misma edad para relacionarte¿O aislado bajo un encanto Fidelius sin conocer nada más que la casa donde residieras? - Pregunto cansadamente el profesor Lupin.

- ¿Importante para el futuro del mundo mágico? - Repitió indignadamente el profesor Snape antes de verse sacudido por un fuerte ataque de tos? - Coff... Coff... Coff...

- ¿Y cual es la diferencia con como a sido mí vida aquí con los Dursleys? - Respondió Harry al profesor Lupin ignorando el a su maestro de pociones. - Los Dursleys solo me dejaron salir de casa para ir a la escuela, y allí, ya se en cargo Dudley de que ningún niño me mirara, no digamos hablara conmigo, por lo menos en Hogwarts o bajo el encanto Fidelius yo no me habría abusado y maltratado.

- engreído... Coff... Crees que eres un maldito regalo para el mundo... Coff... Ni tu padre havia llegado a estos extremos de prepotencia... - Mascullo entre dientes el profesor Snape. - Importante para el futuro del mundo mágico, ja.

- Crezca profesor Snape, sus dos amos creen que Harry tiene un papel clave en la próxima guerra, la profecía, que el orden se paso todo el año pasado protegiendo, dice exactamente eso. - Replico Ginny irritada por los comentarios del profesor Snape, antes de volverse y dirigirse más calmadamente al profesor Lupin. - ¿Y que gran diferencia habría con la mayoría de niños del mundo mágico, profesor Lupin? Antes de ir a Hogwarts mi madre me educo en la Madriguera, aparte de dos o tres visitas anuales a la calle Diagon o a la estación de King Cross, yo nunca salía de casa, el único contacto que tuve con otros niños fuera de mis hermanos fue con Luna, y eso solamente porque sus padres solían dejarla al cuidado de mama, y mi caso no es excepcional, todo lo contrario.

- La... La pro... Profecía... - Tartamudeo el profesor Snape desconcertado. - No... No puede... Ser...

- Ginny. - Hablo el señor Weasley con el semblante extremadamente grave. - ¿Sabes lo que decía la profecía?

- Claro. - Respondió lacónicamente Ginny, levantando el mentón y mirando a su padre fijamente a los ojos.

- Es absurdo... Coff... Ridículo... Coff... No hay forma que... Coff... Que una... Coff... Muchacha insignificante... Coff... Conozca unos de los más defendidos... Coff... Secretos del Orden. - Objeto vehementemente el profesor Snape.

- El proceso de vinculación incluyó un intercambio de recuerdos entre Ginny y yo, que es como lo averiguo. - Apunto fríamente Harry, para seguidamente dándole una sonrisa a Ginny añadir. - Aun que de no ser así, yo le hubiera dicho de todas formas.

- ¡Así que era mentira! - Dijo triunfalmente el profesor Snape. - ¡Sabia que no se podía confiar en ti!

- ¿Que se supone que era mentira? - Pregunto Harry enarcando las cejas.

- El profesor Dumbledore nos informo de que le dijiste que no habías oído la profecía, cuando esta se rompió en el ministerio. - Respondió el profesor Lupin con un tono de profunda desaprobación en la voz.

- Parece que aquí, el que a inducido al engaño es el profesor Dumbledore, y no yo. - Afirmo Harry con una sonrisa irónica.

- Te atreves de acusar... Coff... De mentiroso al profesor Dumbledore. - Exclamo furioso el profesor Snape.

- Yo dije que os había inducido al engaño, no que mintiera. - Replico tranquilamente Harry. - Yo no oí la profecía en el ministerio, el profesor Dumbledore me la dijo cuando regrese a Hogwarts.

Los tres adultos miraron boquiabiertos a Harry durante unos instantes, hasta que el profesor Lupin consiguió arrancar de su estupor.

- Puede que el profesor Dumbledore cometiese un error, pero lo hizo pensando en lo mejor para ti. - Declaro el profesor Lupin. - El se preocupa mucho por ti, Harry.

- ¿El se preocupa mucho por mí? - Repitió visiblemente indignado Harry. - ¿Entonces por que no hizo nada para ayudarme?

- Harry... No comprendo. - Balbuceo el profesor Lupin.

- Él sabía a que me condenaba, cuando me dejo con los Dursleys, según sus propias palabras yo llegue a Hogwarts en mucho mejor estado del que él había esperado. - Afirmo acusadoramente Harry. - Y aun cuando no lo hubiera sabido, él tenia a la señora Figg para vigilarme, a algún grado ella tuvo que saber lo que estaba pasando, y debió de informarle. ¿Por que no hizo nada?

- ¿Y que querías... Coff... hiciera Potter? - Intervino ácidamente el profesor Snape.

- ¡Cualquier cosa! Usar la magia, sobornarlos, intimidarlos, lo que sea. - Grito irritadamente Harry, provocando sendas muecas de horror en las caras del señor Weasley y el profesor Lupin, y una sonrisa de desprecio en la del profesor Snape. - Y no me miren así, no estoy proponiendo que usara la maldición imperio, aunque me gustaría que algún día alguien me explicara el porque es moralmente correcto permitir que un niño pequeño sea abusado, y no lo es usar la maldición imperio para detener ese abuso, pero porque no simplemente Oblidated mis tíos, y hacer que se olvidaran de los motivos de su odio a mis padres y a mi, o incluso la existencia de la magia y que yo soy un mago, no es como el ministerio no lo estuviera haciendo todo el tiempo.

- Harry... Tus tíos... Tenían que saber de la magia... Por tu seguridad. - Tartamudeo el profesor Lupin, sintiéndose desbordado por los argumentos de Harry.

Harry miro con extrañeza al profesor Lupin durante unos segundos, como si no se pudiera creer lo que acababa de decir.

- Realmente, aun no comprenden que los Dursley nunca se preocuparon de mi seguridad en lo más mínimo. - Exclamo exasperado Harry.

Ginny apretó suavemente la mano de su marido, causando que este la mirara a los ojos durante unos segundos, para tras suspirar cansadamente continuar más calmadamente.

- havia otras opciones, si no quería usar la magia, porque no pagar una pensión para mi manutención a los Dursleys, tras cinco años a Hogwarts apenas he hecho mella a la bóveda personal que me dejaron mis padres, debería haber habido dinero suficiente para mantenerme mientras voy a la escuela, y pagar una pensión sumamente generosa a mis tíos. - Argumento lentamente Harry.

- ¿No havia ninguna recompensa para la derrota de Voldemort? - Intervino Ginny. - El dinero que el ministerio ofrecía por la captura de Sirius o uno de los Mortifagos escapados de Azkaban seria suficiente para pagar una pensión a los Dursley durante diez años, sin que Harry hubiera tenido que gastar un solo galeón de su bolsillo.

- ¿De verdad crees que tus tíos... Coff... hubieran aceptado dinero del mundo mágico? - Inquirió irónicamente el profesor Snape.

- Sin ninguna duda, tío Vernon hubiera aceptado encantado, aun cuando a tía Petunia no le hubiera gustado, e incluso se podrían haber hecho todos los tramites a través de un bufete de abogados mugles, para que los Dursleys no hubieran tenido que tener ningún contacto con un mago o una bruja, el mismo bufete se podría haber encargado de supervisar como mis tíos me trataban. - Replico fríamente Harry, para tras unos segundos concluir con voz mortecina y la cabeza gacha. - No me hago ilusiones de que me hubieran amado, pero hubiera hecho las cosas un poco mejor... Merlín, una simple postal por Navidad o mi cumpleaños hubieran hecho las cosas mucho mejor... Ellos me sacaron del armario debajo las escaleras y me dieron una habitación, debido a la primera carta de Hogwarts... Tenían miedo de que hubiera alguien allí fuera, que se preocupara por mi...

- Harry... Hay mucha gente que se preocupa de ti. - Dijo el profesor Lupin intentando confortar a Harry. - Yo me preocupo de ti... Los Weasley se preocupan de ti... El profesor Dumbledore se preocupa de ti.

- ¿Realmente¿¿Y porque nunca hizo nada? - Respondió Harry irguiéndose de golpe. - Aun cuando creyera, que no supo como era mi vida antes de ir a Hogwarts, o que realmente no pudo hacer nada, cual es su excusa una vez llegue a la escuela.

- ¿Harry? - Inquirió desconcertado el señor Weasley. - ¿Que quieres decir¿Que tenia que haber hecho?

Harry hizo una pausa para mirar al señor Weasley, antes de continuar con voz tranquila.

- Para empezar podía haberme sacado de aquí cada verano una vez las salvaguardas estuvieran recargadas. - Expuso Harry. - Desde que fui a Hogwarts no he pasado un verano entero con los Dursleys, así que no es necesario para mantener las salvaguardas que me quede aquí todo el tiempo, pero con excepción del verano antes de mi cuarto año siempre salí debido a algún acontecimiento imprevisto, y la única excepción, fue gracias a los Weasley, no al profesor Dumbledore.

- Era necesario que te quedases aquí por tú seguridad. - Argumento el profesor Lupin.

- ¿Así¿Que significa eso? Acaso el tiempo que me pase en la Madriguera antes de mi segundo y cuarto año, en la calle Diagon antes de mi tercer año, con nada menos que un supuesto asesino masivo detrás de mí, y el año pasado en el numero 12 Grimmauld, yo estaba indefenso. - Inquirió lentamente Harry. - Dumbledore no podía haber arreglado las cosas para que yo me pasase parte de mi verano en la Madriguera, en lugar de esperar que Fred, George, y Ron tuvieran prácticamente que secuestrarme de casa de mis tíos.

- ¿Crees que todo el mundo... Coff... Coff... tiene que estar a tu entera disposición... Coff... debido a esa ridícula cicatriz? - Dijo despectivamente el profesor Snape. - ¿No sé te había ocurrido que los Weasley podrían no querer tenerte con ellos durante el verano?... Coff... ¿O que no podrían permitírselo?

- ¿Que? - Exclamo sobresaltado el señor Weasley. - Nosotros siempre hemos estado encantados de que Harry pase el verano con nosotros, y por supuesto no representa ningún problema tener una persona más en casa.

- No importa señor Weasley. - Dijo rápidamente Harry, al tiempo que levantaba su mano pidiéndole que no continuara. - Respondiendo a su pregunta profesor, no nunca lo había pensado, viendo como es lo que acabo pasando, pero tanto como amo pasar el verano con la familia Weasley, con tal de no estar con los Dursley casi cualquier alternativa seria buena, e igualmente yo hubiera estado encantado de pagar por mi manutención, si me lo hubieran permitido.

- ¿Así que todo se reduce... Coff... A esto? - Afirmo con una sonrisa de desprecio el profesor Snape. - ¿Estas dispuesto a perjudicar nuestras posibilidades en esta guerra, solo porque... Coff... Porque el profesor Dumbledore no te permitió pasar las vacaciones donde querías?

- ¡Oh no! Aun cuando yo diría que estoy mejorándolas, claro que esa es solo mi opinión, lo cierto es que estoy haciéndolo por muchas más... - Respondió con tono irónico Harry, hasta que se detuvo abruptamente, cuando se dio cuenta que el señor Weasley y el profesor Lupin estaban evitando mirarlo a los ojos patentemente avergonzados por el comentario del profesor Snape. - ¿No lo entienden verdad? Yo lo esperaba de Snape, pero ustedes dos... Yo no estoy actuando por rencor o deseos de venganza, yo estoy siguiendo el único camino que me han dejado, no tengo elección, por más que yo quisiera ya no puedo permitirme el lujo de confiar en el profesor Dumbledore, me ha abandonado demasiadas veces a mi propia suerte para pensar que ahora seria diferente.

- ¡Mocoso engreído! Si no fuera por el profesor Dumbledore haría años que te hubieran expulsado de Hogwarts, y esto es como se lo pagas. - Grito el profesor Snape poniéndose de pie de un salto.

- ¡Expulsado¡¡¡Expulsado¿¿¿Por qué motivo? Los merodeadores rompieron muchas más reglas que yo, y por motivos mucho más cuestionables, y nunca fueron expulsados, ni siquiera cuando Sirius puso su vida en peligro, las únicas personas que sé, que han sido expulsadas de Hogwarts son tía Petunia y Hagrid, mí tía por usar las maldiciones imperdonables en otros estudiantes, y Hagrid por supuestamente ser responsable de la muerte de uno. - Grito a su vez Harry poniéndose de pie encarando al profesor Snape. - Así que dígame, si por una vez en su vida puede olvidar sus rencores infantiles, y actuar objetivamente como un adulto. ¿Que he hecho yo que merezca la expulsión?

El ser reprendido voz en grito por uno de sus alumnos, nada menos que el hijo de su más odiado enemigo, un muchacho que él desprecio con todo su corazón, fue demasiado para el profesor Snape, y perdiendo finalmente su temple, con la cara roja de rabia y los ojos brillando con el odio desenfrenado, desenfundo su vara, y con un gesto elegante la apunto a Harry, al tiempo que empezó a lanzar una encantación.

Incluso antes de que Snape hubiera acabado de sacar su vara, Ginny había saltado de pie al lado de Harry, esgrimiendo contra el odiado profesor la misma pistola aturdidora, que horas antes su marido había usado contra el Slyterhin.

Moviéndose aun más rápido, el profesor Lupin con un profundo gruñido gutural, se arrojo sobre el sorprendido maestro de pociones de Hogwarts, interponiéndose eficazmente entre la adolescente y su blanco, para tras un breve forcejeo arrancarle la vara de la mano al profesor Snape, y empujarlo sentado con tanta fuerza, que hizo volcar el sillón y envió al profesor dando volteretas contra la pared, donde se estrello con un fuerte batacazo.

Mientras el señor Weasley más atento de lo que podría parecer, había quitado rápidamente la pistola aturdidora de la mano de su sumamente irritada hija, antes de que esta pudiera tener un blanco claro para usarla.

- Debería haber permitido que me atacara, profesor Lupin. - Afirmo lacónicamente Harry, que había permanecido impasible durante todo el altercado. - Al final habríamos podido comprobar si las famosas protecciones de las que habla el profesor Dumbledore, son tan eficaces como suele afirmar.

- No me importan lo eficaces que sean las protecciones o no. - Declaro con dureza Ginny, haciendo caso omiso de la repentina palidez de la cara del profesor Snape al escuchar la declaración de Harry, señalo al hombre en el suelo y añadió con profundo desprecio. - Esa excusa pobre para un mago sale inmediatamente de esta casa o esta reunión a terminado.

- ¡Ginny!... - Empezó a reprender a su hija el señor Weasley.

- ¡No! - Interrumpió tajantemente Ginny. - Ha intentado atacar a Harry, y no voy a tolerarlo, el no es bienvenido en esta casa, se va ahora mismo.

- Ginny, Harry lo ha provocado... - Intento argumentar el señor Weasley.

- Y él a provocado a Harry en cada clase de pociones durante los últimos cinco años, y aun hay que ver que Harry lo haya intentado maldecid. - Replico cruzando los brazos enojadamente Ginny. - Él sale ahora mismo.

- Ginny... - Intento de nuevo el señor Weasley.

- ¡No! - Intervino tajantemente Harry. - He tolerado su presencia aquí como cortesía al profesor Dumbledore, a pesar de ser uno de los principales responsables de la muerte de Sirius, pero no más, debí haberlo echado después de como irrumpió en nuestro dormitorio esta mañana, a pesar de ello no solo le permití quedarse, si no que he hecho caso omiso su sarcasmo y sus comentarios despectivos, pero esto va más allá de la medida.

El señor Weasley miro al profesor Lupin en busca de apoyo, pero el hombre lobo aun estaba mirando irritadamente al profesor Snape, para que tras unos segundos para recoger su ingenio, intento de nuevo apaciguar la situación.

- Harry, yo no voy a disculpar la acción del profesor Snape, y estoy seguro que el profesor Dumbledore estará muy disgustado cuando oiga hablar de ello, pero es injusto culparlo de la muerte de Sirius. - Objeto con voz calmada el señor Weasley. - Sirius fue voluntariamente al ministerio, el sabia perfectamente el riesgo que corría, y no se quiso quedar atrás por mucho que insistimos, no importa los comentarios que el profesor Snape pudo haber hecho en el pasado Harry, puedo asegurarte que es lo ultimo que estaba en la mente de tu padrino en esos precisos momentos.

Harry hizo una pequeña mueca de dolor al oír el comentario del señor Weasley, que no escapo a la atenta mirada de su esposa, Ginny dio una mirada irritada a su padre al tiempo que cogió una de las manos de Harry y le dio un pequeño apretón confortador.

- Soy bien consciente de eso. - Respondió con voz entrecortada Harry. - Pero no me estaba refiriendo a ello.

- Pero... Entonces... ¿A qué te referías? - Inquirió el señor Weasley compungido al comprender la posible interpretación de su comentario.

- A como me vendió a Voldemort, como abrió mi mente en canal para que me pudiera enviar la visión falsa, en lugar de enseñarme a escudar mi mente. - Acuso fríamente Harry al profesor Snape.

A cada una de las palabras de Harry, el profesor Snape, sentado en el suelo contra la pared donde había colisionado, palideció notablemente.

- Harry... Snivellus puede ser un inmaduro, resentido, sádico, amoral... Pero no es un traidor. - Afirmo con un gruñido el profesor Lupin.

- Quizás no un traidor, pero es un Slytherin. - Respondió calmadamente Harry.

- ¿Y eso que significa? - Interrumpió el profesor Snape, mientras se levantaba apoyándose contra la pared. - Todos los Slytherins son malos. ¿No?

- No, todos los Slytherins no son malos, pero si que todos los Slytherins son ambiciosos y con pocos escrúpulos. - Respondió fríamente Harry, haciendo palidecer con cada palabra al profesor Snape. - Todo el mundo sabe cual es su opinión sobre mí, un mocoso mimado no bueno para nada, una perdida de tiempo y recurso para el orden,... Pero por otra parte, cualquiera que me entregara a Voldemort eliminaría de un plumazo cualquier duda que hubiera sobre su lealtad, se convertiría en la mano derecha del señor Oscuro, la posición perfecta para un espía pueda urdir la caída de Voldemort.

- Harry no puedes creer... - Dijo incrédulamente el señor Weasley.

- ¿Por que no? Ni siquiera hacia falta que me matara, bastaba con que abriera mi mente lo suficiente para que el señor Oscuro me poseyera. - Lo interrumpió contundentemente Harry. - No ven la ironía de ello, durante años Snape ha sido desconfiado y menospreciado por todo el mundo, a pesar de todos los esfuerzos y riesgos que a tomado al servicio del Orden, mientras yo era alabado y admirado por algo que ni siquiera recuerdo, y ahora todo cambiaria de golpe, él seria el héroe admirado, y yo el traidor despreciable.

- Pero... Pero... El riesgo para el Orden... Aun cuando no le importara lo que te pasase... Habría puesto a todo el Orden en peligro... - Tartamudeo el señor Weasley.

- ¡Oh, no realmente! Yo no sé mucho del Orden, y lo que sé, probablemente él, en su posición de espía, ya lo ha informado a Voldemort. - Respondió calmadamente Harry. - Dumbledore temía que algo así pudiera pasar, y tomo las precauciones necesarias, el año pasado tomo ha evitarme, no confiaría en mi, no con información importante o por otra parte, y no lo hubiera hecho hasta que hubiera estado seguro que yo había dominado Oclumancia.

- ¡Usted no tiene ninguna prueba! - Exigió un notablemente nervioso profesor Snape desde la pared donde aun estaba apoyado.

- Bien, asumiendo que usted es como se supone un experto Oclumante, y dado que usted era perfectamente conciente de las consecuencias de que yo no aprendía a cerrar mi mente, podemos acordar que si usted no me enseñó correctamente es porque usted me vendió a Voldemort o es un completo incompetente. - Respondió con una sonrisa irónica Harry. - Así que dígame profesor. ¿Cuál de las dos respuestas es la correcta¿Usted es un cerdo traidor o un inútil incompetente?

- No me culpe de sus propias deficiencias, usted no hizo el más mínimo esfuerzo en aprender. - Acuso violentamente el profesor Snape.

- Cada vez que yo he tenido una visión sobre Voldemort, él estaba en un profundo estado de tensión, la misma ocasión que el señor oscuro escogió para enviarme la visión sobre Sirius, durante mí ultimo examen de los Timos, es probablemente uno de los momentos más tensos de la vida de cualquier mago o bruja. - Declaro con tranquilidad Harry. - No es difícil deducir que la conexión entre Voldemort y yo se activa en momentos de profunda tensión, así profesor en su experta opinión¿Usted cree que obligarme sistematicamente a revivir los peores momentos de mi vida, para burlarse de ellos después, ayudo a relajarme y cerrar la conexion, o abrirla aun más?

Harry hizo una pausa esperando a que Snape respondiera, pero el maestro de pociones de Hogwarts permaneció mudo mirando fijamente a su odiado alumno.

- ¿Ningún comentario profesor? Bien, entonces quizás pueda aclararme una pequeña duda. ¿El según usted sutil y complejo arte de la Oclumancia se reduce solamente a dos palabras "Aclare su mente"? Por que esa es la única instrucción que usted me dio en la vida. - Inquirió sarcásticamente Harry. - ¿Sabe usted profesor que hay docenas de disciplinas mugles, con siglos de antigüedad, en la que uno de sus objetivos o su único objetivo es aclarar la mente¿Que todas estas disciplinas tienen docenas y docenas de técnicas y ejercicios para ayudar a lograrlo¿Que en todas y cada una estas disciplinas uno aprende primero a aclarar la mente en un ambiente tranquilo y relajado, y solo una vez uno lo a dominado, se aprende a hacerlo bajo tensión?

- Usted... Usted... Se atreve a comparar la Oclumancia con esas supercherías mugle. - Exclamo indignado el profesor Snape.

- Esas supercherías mugles como usted las llama, se remontan en sus orígenes a milenios en el pasado, la mayoría predatan a la separación del mundo mugle y mágico, así que muy bien pueden tener un origen común con la Oclumancia, la cual si no recuerdo mal, según sus propias palabras, no depende del poder mágico que una persona posea. - Replico calmadamente Harry. - Pero olvidémonos de esas supercherías profesor, hablemos de los hechos: Hecho numero uno, yo habia soñado varias veces a lo largo del año con la puerta del departamento de misterios antes que empezaran las lecciones de Oclumancia, cuando estas fueron interrumpidas, yo estaba soñando casi cada día con el recorriendo entero entre la puerta y la sala de las profecías; Hecho numero dos, la primera vez que usted usó Legeremancia en mí, yo bloquee su ataque y lo invertir penetrando en su mente, pero a partir de ahí todo fue en picado, con cada lección yo era menos capaz de resistirme a sus ataques.

- ¡Eso no demuestra nada! - Exigió nerviosamente el profesor, ante las miradas irritadas del profesor Lupin y el señor Weasley. - Él es un pésimo estudiante... No hizo el más mínimo esfuerzo para aprender.

- Alguien podría creer esas pobres excusas si yo simplemente no hubiera aprendido nada, pero empeorar bajo su tutela profesor, y no en una clase con una veintena de estudiantes, sino con lecciones individuales, eso no tiene ningún sentido, y usted lo sabe perfectamente. - Respondió Harry mirando fijamente a su profesor de pociones. - Si su método de enseñanza no funcionaba, usted debió cambiarlo, si yo era voluntaria o involuntariamente incapaz de aprender aclarar mi mente sólo, usted debió dedicar nuestras sesiones a enseñarme hacerlo, en lugar de continuar usando sus habilidades en Legeremancia para machacarme día si y día no.

- Yo no soy responsable de su decidía a la hora de aprender Oclumancia. - Respondió ácidamente el profesor Snape, mientras se erguía recuperando parte de su perdida compostura. - Usted ni siquiera se a molestado en negar su falta de interés en aprenderlo.

- después de pasarse todo el año ignorándome, el Profesor Dumbledore decide hacerme pasar por el infierno en la tierra, sin darme la más mínima explicación o justificación de porque es tan necesario que tome clases de Oclumancia con mi profesor favorito. ¿Cómo no podría estar motivado y deseoso de aprender? Usted debió estar esperando tener que refrenar mi entusiasmo. ¿No profesor? - Respondió sarcásticamente Harry. - Así que responda mi pregunta profesor. ¿Que fue ambición o incompetencia?

Durante cerca de un minuto el profesor Snape y Harry se miraron fijamente en una muda lucha de voluntades, finalmente el Mortifago miembro del Orden del Fénix a parto la vista, y con dos pasos rápidos se acerco al profesor Lupin y tras coger bruscamente su vara de las manos de este, dio una ultima mirada de puro odio al hijo de su némesis de la infancia, antes de abandonar la habitación con un ultimo comentario.

- No voy a quedarme para oír a un mocoso egomaniatico insultarme. - Exclamo Snape saliendo de la habitación y la casa en una exhalación.

- Harry... - Empezó a decir en un tono compungido el señor Weasley.

- No hace falta que diga nada. - Lo corto con voz suave Harry, mientras volvía a sentarse y abrazaba cariñosamente a su esposa que se había sentado inmediatamente en su falda. - Yo no culpo a nadie salvo a Snape, y en menor medida al profesor Dumbledore.

- Harry... - Exclamo el profesor Lupin con un suspiro. - Esto no es bueno, el profesor Dumbledore solo quiere lo mejor para ti.

- Quizás... - Admitió Harry cansadamente. - Pero que quiera lo mejor para mí, no significa que haga lo mejor para mí.

Harry se quito las gafas y se fregó los ojos cansadamente, mientras los dos adultos frente a él lo miraban con tristeza en la cara.

- El profesor Dumbledore no solo no ha hecho todo lo que podía para ayudarme, si no que no ha hecho siquiera todo lo que debía. - Acuso suavemente Harry. - Todas las veces que mi vida ha estado en peligro a lo largo de los años. ¿Cuándo él a estado allí para protegerme?

Harry hizo una pausa para dejar que sus palabras penetraran antes de seguir.

- Como director de colegio Hogwarts el profesor Dumbledore tiene la obligación de proteger y velar por sus alumnos. - Declaro Harry. - Cuando fui obligado a participar contra mi voluntar en el torneo de los tres magos, a pesar de ser tres años más joven que el resto de los participantes y dos años menor de la edad que se consideraba segura para participar. ¿Que hizo¿Asigno uno de los profesores o algún séptimo año para que me ayudase a prepárame como claramente hizo Durmstrang y Beauxbatons con sus participantes mucho más expertos?

- ¡No¡No hizo absolutamente nada! - Contesto por su marido Ginny aun profundamente furiosa por lo acaecido con el profesor Snape. - Permitió que pusieras tu vida en peligro enfrentando dragones y todo tipo de peligros sin mover un solo dedo.

- Y eso no es lo peor, permitió que Draco Malfoy volviera la mayoría de la escuela en mi contra, impidiendo eficazmente que yo pudiera encontrar cualquier ayuda más allá de Hermione, incluso Ron se volvió contra mí debido a mi participación en el torneo, cuando todo se podía haber evitado fácilmente con una simple declaración suya explicando que habían comprobado que yo no puse mi nombre en la taza, es más el que no se diera ninguna explicación de unos hechos acaecidos frente a toda la escuela es algo claramente irregular que no hizo más que dar credibilidad a las acusaciones de Malfoy. - Continuo argumentando Harry. - Tampoco hizo nada cuando Rita Skeeter empezó a difamarme, unas declaraciones que cimentaron el rechazo del ministro y el mundo mágico a mi aviso del regreso de Voldemort, yo no puedo decir mucho sobre las otras escuelas del mundo mágico, pero si sé que el director de una escuela en el mundo mugle se hubiera visto obligado a intervenir, no solamente las declaraciones se debían a mi participación en un evento organizado por la escuela, contra mi voluntad añadiré, si no que se referían a eventos ocurridos durante el año escolar, y se apoyaban en declaraciones malintencionadas de otros alumnos e incluso profesores.

- Ni hizo nada cuando todo el mundo acusaba a Harry de ser el heredero de Slytherin, o cuando el profesor Snape se dedicaba a sacar su rencor infantil en él, o el año pasado cuando esa bruja de Umbridge hizo hasta lo inimaginable para intentar romperlo. - Declaro con un deje de rencor Ginny.

- El año pasado es un mundo aparte por si solo, el profesor Dumbledore a sido director de Hogwarts durante varias décadas, profesor desde mucho antes, y a vivido a lo largo de varias guerras, uno esperaría que supiera tratar a las victimas de actos violentos. ¿No? - Explico Harry dejando traslucir una profunda irritación. - Y a pesar de ello después que yo fuera secuestrado, torturado, viera morir un amigo delante de mis ojos, me encontrara con los fantasmas de mis padres muertos, tuviera que luchar para salvar mi vida y escapar para solo volver a ser secuestrado, todas experiencias sumamente traumáticas, que es lo que hizo, se aseguro que estuviera con personas que me amaran y me apoyaran, me busco ayuda especializada para que pudiera superarlo, no, se limito a enviarme de regreso con mis parientes amorosos, para que pudiera pasarme otro verano de abusos y maltratos, y por si no fuera poco incluso me aisló de mis amigos.

- Que diferente de cuando yo fui poseída en mi primer año. ¿No? - Añadió sarcásticamente Ginny. - Entonces toda la familia se reunió a mí alrededor cubriéndome de atenciones, y no dejándome ni un solo minuto sola.

- Puedo aceptar que fuera necesario que regresara aquí, aun cuando no entiendo como estaba más seguro paseando todo el día por el parque fuera de las salvaguardas con únicamente un miembro del orden para protegerme, que en el numero 12 de Grimmauld bajo un fidelius y con múltiples miembros del orden presentes en todo momento. ¿Pero porque no busco una forma que yo pudiera hablar seguramente con mis amigos? - Siguió Harry levantado la voz a medida que continuaba hablando. - Según el mismo profesor Dumbledore los miembros del orden tienen una, de hecho Sirius me regalo por navidad un espejo mágico para que pudiera hablar con él, aun cuando no lo supe hasta que fuera demasiado tarde, así que no debía ser tan difícil, incluso hubiera bastado que los miembros del orden me entregaran y recogieran las cartas en mano, o a través de la señora Figg si no querían rebelarse, y esa es otra, comprendo que no me dijera que era un Tronador cuando era pequeño, pero porque no ahora, me hubiera dado alguien a quien recurrir en una emergencia, y podría haber recibido algunas visitas en su casa, quizás fuera demasiado difícil o peligroso para Ron, Hermione o Sirius venir a verme, pero ustedes dos o la señora Weasley podrían haberlo hecho fácilmente.

Los dos adultos apartaron la vista avergonzados sin saber que decir, pero Harry no cedió, y continuo adelante dejándose llevar por sus emociones.

- ¿Y después del ataque de los Dementores¿Después de haber sido expulsado de la escuela? Tres días, tres días sin absolutamente una noticia, era tan difícil permitir a Ron y Hermione que enviaran una carta, era pedir demasiado una simple carta, un no te preocupes, nosotros estamos contigo, todo saldrá bien. - Exigió exaltado Harry. - Y si eso no fuera suficiente, se paso el año ignorándome, yo había llegado a pensar en el profesor Dumbledore en algo así como un abuelo, y cuando dejo de dirigirme la palabra, creí que me culpaba de la muerte de Cedric, del regreso de Voldemort.

Harry inclino la cabeza perdido por un momento en un mar de dolor, Ginny inmediatamente cogió su mano y la apretó confortadoramente consiguiendo que su marido levantara la cabeza y la mirara con una sonrisa de agradecimiento en los labios, antes de continuar.

- ¿Y porque? Según él porque temía que si Lord Voldemort creía que éramos más que alumno y maestro, intentaría poseerme para usarme contra él. ¿Pero si esto es verdad porque espero a enseñarme Oclumancia¿Porque no empezó a enseñarme cuando llegue a la comandancia del Orden¿O tan pronto como puse un pie en Hogwarts? - Explico agriamente Harry. - Cuando más tiempo pasase, más posibilidades habría de que Voldemort descubriera la naturaleza de nuestra conexión y intentara usarla, así que por que no empezar a enseñarme Oclumancia lo más pronto posible, enseñándome en el numero 12 de Grimmauld, sin las tensiones propias de la escuela, sin Umbridge detrás de mí, y con suficientes personas alrededor que podrían apoyarme, hubiera sido mucho más fácil aprender Oclumancia.

- No te enseñamos Oclumancia desde un principio, porque no estábamos completamente seguros que el señor Oscuro pudiera usar la conexión para poseerte. - Intervino el señor Weasley en un tono compungido.

- ¿Estábamos? Así que todos el mundo sabía que era posible que Voldemort pudiera poseerme. ¿No? - Inquirió irritado Harry.

- El profesor Dumbledore tuvo que advertirnos, antes de que te trajéramos a la Comandancia, para evitar que pudiera haber cualquier desliz. - Confeso el profesor Lupin sin mirar el hijo de sus amigos a los ojos. - Nos pidió que te tratáramos con total normalidad, solo que vigiláramos con la información importante del Orden.

- ¿Y les ha advertido ahora que Voldemort no puede poseerme? - Pregunto con aire sobrio Harry.

Los dos hombres frente se miraron a los ojos por unos instantes pero no dijeron nada, causando a Harry suspirar decepcionado.

- Díganme, porque esperar, cual era el problema con que yo aprendiera Oclumancia aun cuando Voldemort no pudiera realmente poseerme. - Exigió cansadamente Harry. - ¿Que el profesor Dumbledore no podría continuar leyendo mi mente?

- ¡Harry... ! - Exclamaron simultáneamente el profesor Lupin y el señor Weasley.

- ¡No sigan! - Advirtió con un gruñido Harry. - ¡No se atrevan a seguir!

El profesor Lupin y el señor Weasley se pararon en seco sobresaltados por el arranque súbito de Harry y se lo quedaron mirándolo expectantemente.

- A lo largo de los años, me he encontrado demasiadas veces pensado que parecía que el profesor Dumbledore pudiera leer mi mente, para creer que no lo ha hecho ahora que sé que realmente puede hacerlo. - Explico Harry tras unos segundos, con un controlado tono de voz, para seguidamente cerrando los ojos y apoyando la cabeza en el respaldo del sillón donde estaba sentado, continuo lentamente dejado traslucir un profundo dolor en su voz. - Saben, realmente lo que más me dolió no fue toda la angustia y lustración que me hizo pasar, lo que más me dolió fue que puso en peligro mi amistad con Ron y Hermione, quizás incluso la haya cambiado para siempre.

- Harry, tu sabes que Ron y Hermione son tus amigos y nada va ha cambiar eso. - Dijo alarmado el señor Weasley.

- Yo espero que eso sea verdad, pero hay opciones a las que ninguna amistad puede sobrevivir. - Respondió crípticamente Harry con un tono de profunda tristeza. - Se supone que el profesor Dumbledore es un experto en trato con niños y adolescentes, pero alguien puede hacer las cosas peor de como él las hizo el año pasado, reunió a Ron y Hermione durante el verano mientras me mantenía aislado, los convenció para que me mintieran y ocultaran lo que sabían, les hizo prometer que no responderían mi carta después del ataque de los Dementores, a pesar de que Ron y Hermione lo advirtieron de que yo me sentiría profundamente herido por ello, y seguidamente cuando ha conseguido acercar a Ron y Hermione y abrir una Brecha en nuestra amistad, hace a los dos prefectos asegurándose que a lo largo de todo el año continuaran pasándose una cantidad importante de tiempo solos sin mi.

- Harry no puedes ser serio, que querías, que el profesor Dumbledore no hubiese nombrado a tus amigos prefectos, solo para que no te pasases tiempo solo. - Exclamo el profesor Lupin entre reprobador y sorprendido. - Yo entiendo que debió ser duro para ti Harry, pero estas siendo egoísta, el profesor Dumbledore nombro a quienes pensó que se lo merecían más, y tu deberías alegrarte por tus amigos.

- Pero ese es el punto profesor Lupin, según el propio profesor Dumbledore quien más merecía ser Prefecto era Harry, y no mi hermano. - Intervino Ginny defendiendo a su marido.

- Tenéis que estar confundidos. - Afirmo el señor Weasley. - ¿Por que el profesor Dumbledore nombraría a Ron si creyera que Harry lo merecía más?

- Según él por que pensó que ya tenia demasiadas cargas y no quiso añadidme una más, y ciertamente yo puedo ver la carga adicional que presentaría para mí las reuniones y las patrullas de los Prefectos, pero también veo como hubiera ayudado a remendar nuestra amistad que yo me hubiera pasado tiempo con Hermione realizando las funciones de Prefecto, y tiempo con Ron en los entrenamientos de Quidditch, como veo como pudiera haber ayudado el apoyo implícito del profesor Dumbledore y la facultad de Hogwarts, que hubiera implicado el nombramiento de Prefecto, en un momento que todos me estaban acusando de ser loco e inestable. - Respondió ácidamente Harry. - Según mi, para protegerme, como Prefecto hubiera tenido más libertad de movimiento por el castillo, y aislándome de mis amigos haría mucho más difícil que yo me metiera en problemas, en todas las aventuras que he corrido la ayuda de Ron y Hermione ha sido inestimable, no lo hubiera podido haber hecho sin ellos, y que es exactamente lo que buscaba el profesor.

- Esto es algo que tenia que pasar, es ley de vida Harry, todos podíamos ver como Ron y Hermione se sentían sobre ellos, solo era cuestión de tiempo. - Aseguro el profesor Lupin con una sonrisa en los labios. - Paso lo mismo con tú padre cuando empezó a salir con tú madre, Sirius también se sintió excluido, pero su amistad con tu padre salio reforzada.
- Ya lo sé, lo he sabido desde mi cuarto año, y no tengo dudas que en el futuro hubieran acabado juntos. - Confeso Harry melancólicamente. - Espero que tengas razón y todo salga bien, realmente lo espero, pero me temo que esto va más allá que el simple hecho de que ellos sean una pareja, y para ser sincero hasta donde yo puedo decir ellos no son una pareja, yo me temo que el año pasado fue un punto de cambio para nuestra amistad, y que nada volverá a ser lo mismo.

Tras estas palabras de nuevo un incomodo silencio se sumió en la habitación durante varios minutos sin que nadie fuera capaz de interrumpirlo, los dos adultos se removían incómodos en sus asientos intentando desesperadamente pensar en algún argumento que pudiera oscilar a Harry y reconducir toda la situación, Ginny estaba mirando a su marido angustiadamente al tiempo que acariciaba cariñosamente una de sus manos en un intento de confortarlo, mientras la causa de su angustia repentinamente perdido en sus pensamientos permanecía completamente ajeno a lo que ocurría a su alrededor.

- Cuando yo hable con el profesor Dumbledore después de la muerte De Sirius... El me dijo que había planeado todo cuidadosamente... Que su único miedo era el implicarse emocionalmente conmigo y acabar perdiendo la objetividad... Que si me cogía cariño acabaría importándole más mi felicidad presente, que cuantas personas podrían morir en el futuro... - Finalmente Harry empezó a hablar lentamente con frases entrecortadas, como si estuviera meditando en voz alta. - Yo no creo que él sea malo... Yo creo que realmente me aprecia... Incluso que me ama como alguna especie de hijo o nieto... Pero él teme equivocarse, teme perder su objetividad, y cuando más cerca se siente de mi más grande es su miedo... ¡Oh están obvio!... ¿Cómo no lo vi?... Él siempre a intentado distanciarse de mí... Solo atreviéndose a intervenir cuando era absolutamente necesario para su plan... ¿Cuantas veces habría podido ayudarme y no lo hizo por que no podía justificar que fuera necesario?

- Harry, tú has tenido la relación más intima con el profesor Dumbledore que ningún otro estudiante que haya asistido a Hogwarts, tú mismo admites que él te ve como un nieto. - Intervino tentativamente el profesor Lupin. - ¿Cómo puedes pensar que intenta distanciarse de ti¿Que todo lo que ha hecho es solo parte de un plan?

- Claro que puedo pensarlo, todas las ocasiones en que me a favorecido, todo ese tiempo que ha dedicado a hablar conmigo en su oficina, no dejaban de ser absolutamente necesarios para su plan, incluso cuando nos dio los puntos para ganar la taza de la casa en la fiesta de despedida de mi primer año, solo estaba siguiendo su plan, al fin y al cabo él necesitaba ganarse mi confianza para llevarlo a cabo, necesitaba guiarme y moldearme para que pudiera cumplir mi papel, acaso no es en alguna medida, su recompensa después de mi primer enfrentamiento con Voldemort a Hogwarts, y la forma absolutamente dramática de darla, lo que nos animo después en continuar corriendo riesgos y aventuras. - Replico mordazmente Harry tras unos segundos de desconcierto ante la interrupción del profesor Lupin. - Si no es así, como se puede explicar que el gran Albus Dumbledore, Director del colegio Hogwarts de magia y hechicería, Orden de Merlín primera clase, Jefe de magos del Wizengamot, miembro de la confederación internacional de magos, el mago de la luz más poderoso y conocedor de los últimos siglos, el único Mago que a temido Lord Voldemort, el hombre que rechazo ser ministro de magia, haya sido incapaz de hacer algo para ayudarme?

- El profesor Dumbledore es humano Harry, pesar de todo su poder y conocimiento, no es infalible, nadie lo es. - Objeto suavemente el señor Weasley.

- ¡Oh yo lo sé bien! Pero como es posible que hubiera nada que pudiera hacer, nada, absolutamente nada de nada. - Afirmo Harry enojadamente. - Errar es de humanos, pero el profesor Dumbledore no ha errado, por que nunca lo ha intentado, él no ha hecho nunca nada por mí a menos que era absolutamente imprescindible.

Apunto de perder la calma después del ultimo intercambio, Harry se levanto y paseo varias veces por delante del señor Weasley y el profesor Lupin, antes de que incapaz de ir más lejos debido al vinculo con su esposa, se estableciera de pie detrás del sillón de esta, y apoyara sus manos en sus hombros en una búsqueda silenciosa de consuelo.

- Miren, en mi tercer año no pude ir a Hogsmeade porque mis tíos no firmaron el permiso, el año siguiente Sirius firmo el permiso y pude ir gracias a él, mi padrino era un fugitivo peligroso que oficialmente se había pasado todo el año anterior intentándome matarme, no hay forma que un permiso firmado por él fuera validó para nadie más que el profesor Dumbledore, así que si solo dependía de él, podría perfectamente haberme dado permiso en mi tercer año, es cierto que se suponía que un asesino masivo estaba detrás de mi, pero ya debían haber fuertes medidas de seguridad para proteger a los otros estudiantes, cuanto más hubiera costado garantizar mi seguridad, en el extremo hubiera bastado con que el profesor Dumbledore hubiera sacrificado un poco de su tiempo para vigilarme personalmente. - Argumento calmadamente Harry. - Yo sé que en el contexto de mi vida no tiene importancia que yo no pudiera ir a Hogsmeade en mi tercer año o no, pero era importante para mí en el momento, me hubiera hecho feliz, y eso es algo que no me a ocurrido muy a menudo, pero en lugar de eso otro pedazo de mi vida que me arrebataron con la excusa de guardarme seguro, cuando no era absolutamente necesario, si no simplemente lo más conveniente para todos los demás.

- Harry, aun cuando es cierto que se podría haber garantizado razonablemente tu seguridad de haber ido a Hogsmeade, estabas más seguro a Hogwarts. - Objeto el profesor Lupin. - Además en tu tercer año la decisión no estaba completamente en las manos del profesor Dumbledore, el ministerio tenia toda su atención puesta en Hogwarts, y sabían que no tenias autorización para ir a Hogsmeade, mientras que en tu cuarto año sin la atención del ministerio el profesor tenia mucha más libertad de acción.

- Más seguro, cuanto más seguro estaba yo en Hogwarts, vagabundeando solo, sin ninguno de mis amigos alrededor, con la mitad de los profesores y la practica totalidad de los estudiantes fuera de la escuela, especialmente considerando que Sirius había demostrado que podría entrar y salir de Hogwarts sin ser detectado. - Respondió vehementemente Harry. - Y en cuanto al ministerio, el profesor Dumbledore tuvo al ministro comiendo de su mano hasta final de tercer año, dudo que le hubiera sido muy difícil convencerle, podría fácilmente haberle vendido que era una trampa para atraer a Sirius al descubierto mientras yo estaba bien protegido, en lugar de esperar a que me atacase cuando estuviera indefenso.

- Yo estoy seguro que aun cuando no lo sepas el profesor Dumbledore debió tomar precauciones para mantenerte seguro mientras los otros estudiantes estaban en Hogsmeade. - Dijo en un tono tranquilizador el señor Weasley.

- ¿Si eso es cierto, y me tenia vigilado, como usted explica que me dejara ir a Hogsmeade usando unos pasadizos secretos y una capa de invisibilidad con los que Sirius estaba ampliamente familiarizado? - Inquirió con voz inocente Harry, causando una boqueada de sorpresa de los dos adultos, antes de continuar sin darles tiempo de reaccionar. - Y o mucho me equivoco, o fue idea de Sirius que él firmarme la autorización, y no del profesor Dumbledore. ¿Si Sirius no hubiera pensado en ello me hubieran permitido ir a Hogsmeade en mi cuarto año, o aun estaría esperando poder ir?

Una corta pausa siguió mientras Harry esperaba que uno de los dos adultos respondiera su pregunta, finalmente el profesor Lupin tras tomar una profunda respiración respondió.

- Nadie puede saberlo Harry. - Dijo cansadamente el profesor Lupin. - La realidad es que Sirius pensó en ello, y el profesor Dumbledore estuvo de acuerdo.

- Y ese es mi punto, el profesor Dumbledore no intenta dañarme, estoy seguro que incluso estuvo contento cuando Sirius se lo dijo, pero el nunca a tomado el más pequeño paso para hacer las cosas más fáciles para mí, y yo estoy harto de ello, nunca a dudado ni un momento en controlar mi vida, vulnerando mis derechos cuando lo a creído conveniente, pero nunca ha hecho el más mínimo esfuerzo en minimizar el perjuicio que sus actos me han causado, y no porque fuera necesario o no tuviera alternativa, si no que por miedo, por miedo a que una cosa llevara a otra, y acabara sacrificando sus planes a mi bienestar. - Afirmo Harry con una voz mortalmente fría. - Yo soy una persona, profecía o no profecía, sea cual sea mi destino, yo soy una persona con los mismos derechos y obligaciones que cualquier otra persona, no un arma, no un objeto a ser usado de la forma más conveniente, puedo comprender porque actuó así, incluso puede que llegue a perdonarlo en el futuro, pero yo no puedo confiar en el profesor Dumbledore, yo no puedo confiar en él para conciliar los intereses del mundo mágico con los míos, no hasta que Voldemort sea derrotado si alguna vez lo es, y ni quizás entonces yo pueda volver a confiar en Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

Un par de horas después de que el señor Weasley y el profesor Lupin abandonaran la casa ligeramente frustrados y con mucho en sus mentes para pensar, Harry y Ginny se sentaba en la mesa de su estudio enfrascados repasando el ensayo que Petunia Dursley les había prometido por quitar la maldición de su hijo, y el libro que lo acompañaba.

- ¿Harry? - Inquirió suavemente Ginny. - ¿Has encontrado algo interesante?

- Sí, realmente tía Petunia tenia razón. - Respondió Harry en un tono controlado, causando a Ginny fruncir el ceño al notar cuan afectado estaba aun su marido por la discusión con su padre y el profesor Lupin. - Si el libro confirma lo que escribió en este ensayo, es una bomba directamente a la línea de frotación ideológica de Lord Voldemort y sus Mortifagos.

- Eso es una buena noticia, aun que yo no sé de que puede ser de ayuda este libro, solo es un conjunto de árboles genealógicos. - Respondió Ginny fingiendo estar aburrida, para con un travieso destello en los ojos añadir. - Pero debo admitir que hay más de una sorpresa con los antepasados de algunas personas.

- Bien eso es lo que se supone que es el libro, el árbol genealógico de todos los mago, brujas y tronadores nacidos desde la época de los fundadores hasta el séptimo año de Tía Petunia. - Respondió Harry sin ninguna alegría. - Seguro que Hermione te a explicado como a Hogwarts hay un libro que muestra el nacimiento de todos los magos y brujas en Gran Bretaña, y que es así como la escuela sabe a quien tiene que enviar la carta de Hogwarts en su primer año. ¿No?

- Sí, muchas veces. - Respondió Ginny intentando sonar interesada. - ¿Pero que tiene que ver con este libro?

- Parece que tía Petunia descubrió que no solo registra lo magos y brujas, si no también a los Tronadores, y quien son los padres de cada niño, y a partir de toda esa información creo este libro, que es sin lugar a dudas el registro más exacto existente de las líneas genealógicas de mundo mágico. - Explico monótonamente Harry, hasta que tras unos segundos, dándose cuenta de la expresión preocupada de Ginny, añadir haciendo un esfuerzo para parecer alegre. - Ahora dime. ¿Cuales son esas sorpresas de las que hablabas¿Alguien que conozcamos?

- ¡Oh, sí! Definitivamente hay algunas sorpresas sobre algunas personas que conocemos. - Afirmo Ginny con un fuerte brillo en los ojos, mientras habría el libro que había estado mirado por una pagina determinada y se lo enseñaba a su marido. - He estado examinando las líneas de los fundadores de Hogwarts, y mira que he encontrado.

- ¿El profesor Dumbledore es el heredero de Ravencraw? - Observo en voz alta Harry. - Realmente no es tanto de una sorpresa. ¿No?

- No. - Convino alegremente Ginny.- Pero fíjate, el profesor Dumbledore tuvo una hija y una nieta. ¿No te suenan de nada sus nombres?

- ¿Sus nombres? - Murmuro con curiosidad Harry, antes de mirar los nombres escrito en el libro y que sus ojos se ensancharan en la sorpresa. - Pero... ¿Ese no era el nombre de la madre de...?

- ¡Sí! - Exclamo excitada Ginny aplaudiendo alegremente. - Quien lo hubiera imaginado, pensar que ella, precisamente ella, es la bisnieta de profesor Dumbledore, y la heredera de Ravenclaw nada menos.

- A decir verdad yo siempre he pensado que tenia un cierto aire al profesor Dumbledore. - Dijo Harry pareciendo un poco alegre finalmente.

- Un cierto aire al profesor Dumbledore, Uff. - Respondió Ginny con rintintín, y tras sacarle la lengua a Harry fingiendo estar molesta, le mostró otra pagina del libro. - Dime si también le veías un aire a este.

- ¡Merlín! - Exclamo Harry empezando a reír por lo bajo. - ¿Malfoy¿Malfoy el heredero de Hufflepuff?

- Si, no es increíble. - Dijo Ginny riendo alegremente. - ¿Crees que lo saben? Quiero decir que con todo ese aire de príncipe de Slytherin que se da Malfoy y su desprecio por los Hufflepuff. ¿Crees que sabe que es el heredero de Helga Hufflepuff.

- No, estoy seguro que no lo sabe. - Afirmo alegremente Harry, y después añadió riéndose. - Te imaginas su cara si llega a averiguarlo.

Los dos adolescentes estallaron en carcajadas y continuaron riendo despreocupadamente durante un par de minutos, hasta que finalmente pudieron tranquilizarse.

- ¡Merlín! Me hacia falta esto. - Exclamo Harry dándole una gran sonrisa de agradecimiento a su esposa. - ¿Hay alguna sorpresa más que hayas encontrado¿Quizás Snape es el heredero de Glyffindor?

- No, nada como eso, pero si hay algo curioso sobre el heredero de Gryffindor, o herederos, porque Gryffindor tiene un heredero dual. - Informo Ginny intentando sonar lo más inocente posible, pero sin poder evitar el brillo pícaro en su mirada.

- ¿Un heredero dual? - Murmuro extrañado Harry. - ¿Que es eso?

- Veras, según dicen las leyendas, los hijos de Godric Gryffindor eran gemelos, y en esa época eso era un grave problema, tradicionalmente el primogénito de una familia noble heredaba todo, títulos, derechos propiedades, con la única excepción de un quinto de la fortuna familiar que se repartía entre los restantes hermanos, pero en el caso de los gemelos no había un primogénito claro, así que Gryffindor tras consultar con sus hijos, dividió su fortuna a partes iguales entre los dos, y elaboro un acuerdo mágico vinculante por el cual los gemelos y sus descendientes compartirían los títulos, derechos, y obligaciones de la familia, creando efectivamente un doble heredero o heredero dual, como se llego a conocer. - Respondió rápidamente Ginny. - Pero la parte más interesante de la leyenda, es una profecía que...

Ginny se detuvo abruptamente, y sin previo aviso el brillo juguetón es sus ojos se apago, y la sonrisa en su cara se fundió en una expresión mortalmente seria.

- ¡Ginny! - Inquirió Harry preocupado ante la repentina reacción de la chica. - ¡Ginny¿Que ocurre?

- La profecía... Yo no había comprendido... - Tartamudeo asustada Ginny. - No había pensado...

- ¿Que dice la profecía? - Pregunto Harry poniendo las manos confortadoramente en los hombros de Ginny. - Por favor, dime que dice.

- La sangre del león permanecerá separada durante miles de años, hasta que en una época de grandes dolores y pesares, cuando la sangrante herida abierta desde su concepción en el corazón de mismísimo Hogwarts, amenace con tragarse a todos y todo en la oscuridad y desesperación, los dos linajes se unirán de nuevo, trayendo con sigo la curación, y el alba de una nueva era de paz y prosperidad como nunca a sido visto antes. - Recito lentamente Ginny sin dejar traslucir ninguna emoción en su voz.

- Y tu y yo somos los herederos de Gryffindor. - Concluyo cansadamente Harry.

- Tu y... - Intento explicar Ginny con una mirada llena de puro terror, antes de estallar en sollozos. - Tu y mi padre... Y mis... Hermanos... Todos mis hermanos... Antes que yo.

Se hizo un momento de silencio mientras Harry en una perdida de palabras, abrazaba a su sicociada esposa intentando consolarla.

- Ginny, tranquilízate por favor. - Suplico Harry apartándola para que pudiera mirarla a los ojos. - La profecía no menciona los dos herederos, tu padre y tus hermanos no tienen que morirse, tú eres del linaje de Gryffindor aun cuando ellos estén vivos.

Los ojos de Ginny se abrieron en el asombro, para peder momentáneamente el enfoque mientras su dueña repasaba mentalmente la profecía, y volver a brillar como dos gigantescos reflectores cuando la adolescente abrazó con todas sus fuerzas a su marido, murmurando a su oído un simple pero profundamente conmovedor gracias.

- ¿Así cuando usted pensaba informarme que me había casado con la descendiente de uno de los fundadores de Hogwarts señora Potter? - Pregunto en broma Harry tras unos minutos intentando animar un poco el ambiente.

- Usted debe saber señor Potter que yo no soy descendiente de uno de los fundadores, si no de dos. - Respondió en el mismo tono Ginny. - Los gemelos se casaron respectivamente a una hija de Rowena Ravencraw y una hija de Helga Hufflepuff, así que yo soy descendiente de Gryffindor y Hufflefuff.

- Y por consecuencia yo también soy descendiente de dos de los fundadores, Gryffindor y Ravenclaw. ¿No? - Dedujo Harry dejando traslucir en su voz una ligera incomodidad con la situación.

- No, no realmente. - Intervino tímidamente Ginny.

- ¿No? - Repitió confundido Harry. - Pero has dicho que los gemelos se casaron con una hija de Rowena Ravencraw y una hija de Helga Hufflepuff, así si tú eres descendiente de Gryffindor y Hufflefuff, yo debería serlo de Gryffindor y Ravenclaw.

- Y lo eres, pero no solamente de dos de los fundadores. - Afirmo Ginny con una pequeña sonrisa en los labios, mientras le mostraba una nueva pagina del libro a Harry. - Parece que tu madre también era descendiente de uno de los fundadores, y que Tom no es realmente el verdadero heredero de Slytherin.

- ¡Oh Merlín¿Por qué siempre soy yo¿Por qué todo me tiene que pasar a mí? - Exclamo abatidamente Harry. - Por favor, dime que no es verdad, dime que después de todo lo que paso en segundo año, yo no soy realmente el heredero de Slytherin.

- Tu no eres el heredero de Slytherin. - Afirmo con una sonrisa picara Ginny.

- No es momento de bromas. - Reprendió irritadamente Harry.

- Yo no estoy bromeando. - Replico Ginny intentado con todas sus fuerzas no reírse y fallando miserablemente. - Tu no eres el heredero de Slytherin.

- ¡Ginny! - Dijo Harry en un fuerte tono de advertencia.

- Estas olvidando una cosa Harry. - Informo con los ojos chispeantes Ginny.

- ¿El que estoy olvidado si se puede saber? - Inquirió con dureza Harry de pie con los brazos cruzados en el pecho.

- Tu tía es mayor que tu madre. - Respondió en un estallido de risas.

Harry se quedo blanco durante unos segundos, y dejando caer los brazos flojos a los lados miro a su esposa completamente asombrado.

- ¡No! - Dijo Harry sin poder creer lo que Ginny estaba sugiriendo.

- ¡Sí! - Respondió Ginny entre risas.

- ¡No puede ser! - Afirmo con escepticismo Harry.

- ¡Es! - Aseguro Ginny cabeceado repetidamente.

- ¡OH Merlín! - Exclamo Harry tocándose con una mano la frente, antes de mirar fijamente a Ginny en los ojos en busca de una confirmación definitiva, y cuando esta finalmente cabeceo afirmativamente ya ninguno de los dos pudo aguantar más.

- ¡Dudley Dursley, el heredero de Slytherin! - Exclamaron al unísono Harry y Ginny, antes de estallar en carcajadas histéricamente, por mucho, mucho tiempo.

Capitulo 16°

NA:

Primero de todo disculparme, disculparme un poco más, y volver a disculparme, realmente lo siento, que puedo decir este capítulo se me atragantado un poco, muy largo y bastante complejo, el mas largo que he escrito hasta la fecha de hecho.

No voy prometer nada sobre cuando estará el próximo capítulo, de hecho no voy a volver a mencionarlo más, parece que soy un poco gafe, solo voy prometer que voy a terminar este Fic. o por lo menos intentarlo, aun cuando tarde varios años.

Aparte solo un par de comentarios, sobre la traición de Ron y Hermione, habrá sorpresas, no todo es lo que parece, pero tendréis que esperar hasta el primer fin de semana de Hogmeade, de aquí un par de añitos, y no os preocupéis Harry y Ginny se vengaran, ahora de quien.

Sobre el profesor Dumbledore, bien que decir, después del capitulo de hoy creo que no hay nada más que añadir.

Finalmente en compensación por la larga espera, aquí va un pequeño avance.

El próximo capitulo conoceremos el origen de los poderes de Voldemort, y algunos de los poderes de Harry y Ginny, el argumento de partida de la historia al descubierto, el misterio de la cámara de los secretos develado, los orígenes de las artes oscuras, y el hundimiento de la Atlántida, todo en un solo capítulo.

Mas allá, Harry y Ginny dejan Privet Drive definitivamente, un juicio, una sorpresa para el profesor Dumbledore y el orden del Fénix, la primera batalla con los Mortifagos, y ... Creo que esto es suficiente por ahora, hasta pronto.