Capítulo – 16: Deseo de Tanabata 2da parte

La historia de Tanabata, el festival de las estrellas, cuenta la historia de Orihime, la modista del emperador de los cielos. Esta estaba tan compenetrada con su trabajo, confeccionando trajes para el emperador y sus hijos, que no tenía tiempo para ella misma. El emperador, viendo esto se apiadó de ella y la casó con un pastor que vivía al otro lado del río celestial.

Orihime comenzó a pasar mucho tiempo con su esposo, descuidando sus tareas. Un emperador decente, decididamente no anda desnudo por la vida, por lo que se vio forzado a prohibirle a Orihime ver a su esposo por siempre.

Ella lloró tan vehementemente y rogó por su amor, que el emperador se compadeció de ambos y le dijo a la pareja que podrían verse una vez al año, en el séptimo día del séptimo mes. En ese tiempo, la constelación del pastor, y la estrella de Orihime, Vega, se encuentran en el cielo, y a ese momento tan especial se lo llama Tanabata.

Esta tradición es proveniente de China, y pasó al Japón mas o menos en el siglo XVIII, celebrándose la ocasión con diferentes decorados, mayoritariamente en arboles y estacas de bambú, vistiendo la población sus atuendos típicos.

Fue en esa escena de celebración que el grupo se encontraba caminando por el parque. Ryu estaba totalmente entusiasmado por la cantidad de señoritas vestidas en coloridos kimonos... solas y esperando por su encuentro. En un arranque de intrepidez Tamao, además de haberse confeccionado su kimono (rosa, con un obi celeste), se había quedado despierta y le había confeccionado un Ji y una Hakama a un gratamente sorprendido Horo Horo, quien caminaba a su lado algo sonrojado y, sospechosamente, sin decir una palabra. Anna aprovechó la ocasión para comprarse algunos adminículos y otras chucherías, las cuales, obviamente, cargaba Yoh con piernas temblorosas. Por otro lado, Naomi caminaba mirando para todos lados, en parte para disfrutar de las distintas atracciones, y en parte para ver si había alguna señal de EL. Sentía mariposas en el estómago, a pesar de haber hablado mucho con Jun, no tenía idea de que iba a decirle a Len cuando lo viera. Acomodó un poco mejor a Tsen en sus brazos, quien estaba bastante inquieto, y se apresuró a seguir a los otros, que al parecer se dirigían a un lugar específico. No tardó en darse cuenta que se orientaban a encontrarse con los Tao, cuando vio a las dos figuras que los aguardaban bajo uno de los árboles ceremoniales, y al parecer, con un dejo de hastío por parte del joven chino, quien solo musitó un "llegan tarde". Jun obvió el comentario de su hermano y comenzó a saludar a todos muy entusiasmada, instándolos a ir a ver unos espectáculos que estaban por comenzar, para luego comprar unos dulces.

Camino al espectáculo, que por lo anunciado sería de teatro Noh, pasaron por varios escaparates que ofrecían premios por alguna habilidad, por ejemplo las oplas. También estaban los típicos puestos que ofrecían la posibilidad de atrapar peces dorados y otros que vendían juguetes para los niños. Anna se paró en un negocio para que Yoh le ganara un bolso celeste, de los que estaban muy de moda en ese momento, embocando unos aros en unas estacas de madera. Mientras esperaban que Yoh terminase su tarea (la cual le estaba costando mas de la cuenta, para irritación de Anna) Naomi se puso a mirar los otros premios. Había una cantidad variada de objetos, y uno que le llamó la atención fue un adorno para el pelo en tono plateado, con unas pequeñas maripositas que pendían de unas finas cadenas del mismo color. Al terminar su escrutinio por la mesita de los premios, volvió a concentrarse en Yoh, quien estaba a punto de lograr su objetivo.

- Dos aros- Naomi se volteó al escuchar la voz de Len que se dirigía al dueño. El aludido cobró lo propio y le extendió dos argollas de madera al joven shaman, quien sin mucho esfuerzo las arrojó y dio impecablemente en el blanco. Con una mueca de superación hacia su amigo Yoh, siguió al dueño para escoger su retribución, de espaldas a los demás.

Con cierta sorpresa, la joven observó que Len se dirigía hacia ella con una cajita de madera en las manos. Se la entregó con un leve rubor en el rostro, sin decir una palabra, y luego se alejó para ir a observar a su amigo Yoh. Intrigada, abrió el recipiente con manos temblorosas y para su sorpresa encontró el adorno del pelo que le había llamado la atención. ¿cómo se había dado cuenta de que le había gustado? Ni siquiera habían estado cerca cuando ella miraba los premios. Levantó la cabeza para mirarlo pero ya se encontraba del otro lado del grupo, hablando con Horo Horo. Sonrió y se acercó a los demás, no pudiendo evitar notar que Jun la miraba con cierta picardía en el rostro. Se escuchó un "por fin" proveniente de Anna, quien ya estaba con su ansiado bolso en la mano, y luego todos comenzaron a mirar otras atracciones.

- Bien, ya que Anna consiguió lo que quiere- comentó Jun- les propongo que sigamos adelante, pues nos vamos a perder el espectáculo.-

Todos asintieron y la siguieron a un pequeño anfiteatro construido en madera especialmente para la ocasión. Nadie pudo quejarse pues encontraron una buena fila para sentarse, quedando dispuestos de la siguiente manera: Anna, Yoh, Ryu, Tamao, Horo Horo, Jun, Naomi y Len. No se es escapó ni a Naomi ni a Len que Jun se las había ingeniado para que quedaran solos en la punta, pero no hicieron nada al respecto. No tuvieron que esperar demasiado para que le función diera comienzo. En un momento una música suave comenzó a emitirse, y dos actores salieron a escena con sus máscaras ceremoniales. La actividad se desarrolló por mas o menos dos horas, y si bien al principio había parecido interesante, la verdad era que Naomi se estaba durmiendo sin remedio.

- ¿Quieres ir a dar una vuelta?- nuevamente la voz de Len la sacó de su ensimismamiento. Su cerebro procesó la información con rapidez, era ahora o nunca.

- Sí, gracias- susurró, al tiempo que ambos se levantaban y salían sigilosamente del lugar. - ¿Qué sugieres?- preguntó el joven mirando a su alrededor.

- Hmm... ¿tomamos un helado? Tengo algo de hambre- propuso ella con algo de timidez.

- De acuerdo. Vamos- fue todo lo que dijo. Luego levantó el brazo caballerosamente para que Naomi lo tomara, y emprendieron la marcha en silencio. La joven escudriñaba al muchacho de reojo. Estaba terriblemente apuesto, la hakama y el ji azul oscuro le sentaban de maravilla, aunque se preguntó como se vería con un verdadero traje chino tradicional. El obviamente notó el escrutinio, pero no le importó. A decir verdad, el tampoco podía sacarle los ojos de encima. No podía evitar notar como la tela roja de su kimono contrastaba con su piel blanca y su cabello negro, pulcramente ataviado en dos rodetes detrás de su nuca. Agradeció mentalmente a su hermana que le había obligado a ponerse ese estúpido uniforme, y se aclaró la garganta.

- Te sienta bien el rojo. ¿dónde compraste la prenda?- preguntó, mirando hacia adelante. Ella no pudo evitar sonrojarse un poco.

- ... gracias. No lo compré, con las chicas decidimos confeccionar nuestros propios atuendos para ahorrar dinero, y para tener algo en común que hacer.- hizo una pequeña pausa- y... ¿donde compraste tu traje?-

- Hn. Jun apareció con él hoy por la mañana, y me obligó a utilizarlo- confesó, con un dejo de hastío.

- Bueno, tuvo razón al elegirlo, te queda muy bien. Ah! Ya llegamos- exclamó al llegar a un pequeño local enfrente del parque.

Se adentraron en el negocio, y se acercaron a una mesita para dos, ubicada en un lugar parecido a un reservado. "Para evitar posibles interrupciones" pensó Len.

- Bien, toma asiento, vuelvo enseguida- declaró dándose la vuelta.

- ¡Aguarda!- lo paró ella- todavía no sabes que voy a pedir...- el no le contestó, solo esbozó una de sus típicas media sonrisas y siguió su camino, dejándola con a palabra en la boca. Se sentó en una de las sillas sin replicar, esperando que él regresara. A veces le molestaban las actitudes machistas por parte de los conocidos, pero cuando provenían de Len... bien, podían tolerarse. Además... no había ido a ese negocio a discutir con él, sino todo lo contrario. Estaba pensando en eso cuando un vaso de vidrio con tres bochas de helado fue posado ante ella. Dos de chocolate, una de limón, como ella siempre lo pedía. Levantó la vista, y miró a Len quien se sentaba enfrente a ella con su postre entre las manos.

- ¿Y bien?- preguntó- ¿esto es lo que querías?- ella asintió brevemente y él sonrió con cierta arrogancia, procediendo a probar el helado de menta con chocolate.

Pasaron unos pequeños minutos de silencio, que para ambos bandos fueron interminables.

- Quería disculparme por gritarte el otro día- dijo él abruptamente.- no fue mi intención tratarte de esa manera- el comentario tomó por sorpresa a Naomi.

- No tienes que disculparte, Len. Si estabas nervioso... bueno, lo entiendo...-

- Pero quiero hacerlo- la interrumpió- cuando llegue a casa me di cuenta de que había sido grosero contigo... un poco mas de la cuenta- terminó, posando su vista de nuevo en su helado.

- Y... ¿que has estado haciendo estos días?- preguntó ella tratando de cambiar de tema.

- Hn. He estado entrenando... Bazon se está volviendo muy perezoso últimamente, y no deseo un espíritu bueno para nada a mi servicio. Bien, eso sumado al papeleo de la empresa me ha mantenido bastante ocupado... ¿Y tu?- hizo una pequeña pausa- has... bien... ¿has salido con alguien?- preguntó con algo de incomodidad.

- No... no he tenido tiempo. Tsen absorbe mucho de mi como para pensar en esas cosas. Ademas... no estoy interesada en salir con otras personas- declaró, algo sonrojada, pero con una mirada bastante intencionada hacia su interlocutor. -¿Por qué no has venido a la pensión? Tsen te ha echado de menos... todos los días se sentaba cerca de la puerta a la hora que tu siempre llegas, pero finalmente se quedaba dormido... me daba lastima- confesó.

- Necesitaba tiempo para pensar, creo. Por otro lado imaginé que quizá te molestara que yo estuviese todo el tiempo encima del niño... ya sabes... invadir tu espacio- declaró, con un encubierto aire de reproche.

- En absoluto. Len... no solo fue Tsen el que te ha echado de menos...- se sinceró ella, al tiempo que posaba con suavidad una mano sobre la de él- yo también te he extrañado mucho... y me había dado miedo decírtelo, se que soy una tonta... pero espero que no sea tarde, la verdad es que te quiero mucho- terminó, comenzando a retirar la mano de su posición. Al hacerlo, la mano de él se movió con rapidez y la atrapó de nuevo. Cuando ella levantó la vista para enfrentarlo, no vio superación ni triunfo en esa mirada ambarina, solo amor. Era la mirada que habían compartido muchas mañanas al despertar, como muchas noches también, y que casi había llegado a olvidar.

- Creo que los dos somos tontos... yo sentí lo mismo y no hice nada al respecto, me avergüenza mi cobarde actitud - dijo él, acariciando la mano de Naomi con su pulgar- pero esta será la única vez que me escuches admitirlo... supongo.- un trueno sonó a lo lejos interrumpiendo su declaración, al tiempo que unas gotas de lluvia comenzaron a repiquetear en la calle.- Ahora no quiero hablar mas del asunto, me estoy dando cuenta de que nuestro problema es monotemático y termino por exasperarme... prefiero ir a disfrutar el festival. Ahora que se lo que quieres, no me importa lo que sucedió o dejó de suceder para llegar a esto. Lo importante, es que... pude recuperarte- decidió, poniéndose de pie, con un leve color rosado en el rostro. – Vamos con Yoh y los demás antes de que la lluvia se torne mas fuerte, lo mas probable es que los tontos nos estén esperando para formular los deseos... y no quiero llamar la atención- ella asintió con una pequeña sonrisa y se paró aguardando, como siempre, a que el pagase la cuenta y la escoltara a la salida.

No hicieron mas que unos pocos pasos bajo los arboles, cuando sintió un firme y familiar agarre en su cintura que la impulsó contra el esbelto cuerpo de Len... en plena calle. En un momento no supo que decir, pero al ser acomodada mas cerca del cuerpo masculino, si es que eso era posible, y notar una mano de Len que se deslizaba hacia abajo en dirección a objetivo muy claro, pudo ver las miradas curiosas de algunos transeúntes que no disimulaban su estupor, ya que el hacer eso en una calle japonesa no resulta muy decoroso.

- Len... la gente...- comenzó a esgrimir Naomi sin mucho convencimiento.

- ¿La gente? ¿Después de diez meses sin tocarnos realmente te afecta lo que opine un montón de idiotas porque besas a tu marido?- preguntó con falsa exasperación.

- No...- se sinceró ella al tiempo que se relajaba y deslizaba sus manos por la espalda bien torneada del joven shaman.

- ¿Entonces?- preguntó casi susurrando, al tiempo que lamía con suavidad una gota de lluvia que resbalaba por la mejilla femenina con mirada felina.

- Que se vayan al diablo-

- Esa es mi esposa- aprobó Len antes de asaltar su boca, la dulce meta que ansiaba con desesperación desde hacía tanto tiempo. A medida que le beso se fue profundizando, las manos de ambos exploraron con avidez el cuerpo del otro, actividad largamente soñada pero nunca concretada por largo tiempo. Aliento tibio mezclado con lluvia fría, el marco perfecto para una ardorosa reconciliación. Con sutileza, Len mordisqueó suavemente el labio inferior de la muchacha, luego de romper sin muchas ganas el beso que se había extendido mas de lo que indicaba el decoro, y que de prolongarse mas pondría en serios apuros su tan pregonado autocontrol.

- Te amo- susurró Naomi al tiempo que se abrazaba a él y colocaba su mejilla contra su pecho.

- Lo se- declaró él al tiempo que le acariciaba el cabello con suavidad- Yo... también te amo, nunca lo dudes- confesó sin mirarla. No le gustaba pregonarlo, era algo que ella debía saber por medio de sus acciones, pero tuvo que admitir que ese era un buen momento para permitirse una debilidad, después de todo, la había recuperado, y no podía dejar que su idiotez complicara las cosas de nuevo.- Bien, sinceramente no quiero interrumpir esto pero creo que tenemos que continuar ¿no te parece?- preguntó algo enfurruñado.

- Supongo que si... Tsen debe estar echándonos de menos- asintió al tiempo que tomaba el brazo de su esposo y ambos avanzaban con paso apurado bajo la fina llovizna de verano.

Al ir llegando al pequeño anfiteatro, notaron que el espectáculo había terminado... para su suerte, y que ya no había nadie en el recinto. No les costó mucho igualmente encontrar al grupo, instalado bajo una glorieta, ya que Ryu estaba haciendo mucho alboroto porque la lluvia arruinaba su peinado, y además, para su decepción, ninguna chica había accedido a darle su número telefónico. Dado el común ataque de nervios del pandillero, la gente comenzó a murmurar y a alejarse lentamente al tiempo que se daban vuelta para mirarlo. Anna estaba a punto de golpear al mencionado, cuando divisó las dos figuras que se acercaban a ellos, tomadas de la mano. Lo pensó mejor, y decidió no hacer mas escándalo del que ya habían tenido que soportar. Al llegar los jóvenes bajo la glorieta, Jun sonrió con malicia, al igual que Horo Horo, sospechosamente pegado a Tamao desde que habían llegado.

- ¿Por qué me miras, estúpido?- preguntó Len, molesto por la mirada intencionada del Ainu. Antes de que el implicado pudiera contestar, y armar otra pelea que llamara mas la atención que los lloriqueos de Ryu, Jun tomó la palabra.

- Llegan tarde- les informó tratando de contener la sonrisa- hay alguien que los echó de menos aquí, y supongo que ahora es tiempo de que le presten atención- declaró, al tiempo que agarraba a Tsen de brazos de Yoh y se lo entregaba a Naomi. El niño automáticamente se abrazó a su madre para evitar, por las dudas, ser dejado de vuelta en manos extrañas.

- Lo siento Tsen, no quise dejarte solito- susurró la joven madre a su pequeño hijo- pero mira quien vino conmigo- exclamó, girando hacia la izquierda para que el niño pudiera ver a su padre, que observaba embelesado a su pequeña familia. Al verlo, Tsen extendió los brazos automáticamente hacia Len, esperando ser cargado por su progenitor. Esto tomó por sorpresa al joven shaman, quien se sintió algo incómodo pues no había alzado a su hijo en bastante tiempo y además, todos lo estaban observando. A pesar del tenue rubor que cubría sus mejillas, decidió dejar de lado las dudas y tomó al niño en sus fuertes brazos, éste rió y se abrazó a él, de la misma manera que lo había hecho con Naomi, y Len no pudo evitar sonreír, a instancias del escrutinio de los demás.

- Bien- se escuchó la voz impaciente de Anna- ahora que estamos todos juntos, y ya hemos presenciado la tierna escena familiar, pidamos los deseos antes de que se pase el tiempo. Ryu, cállate. Pareces una niña, de todas maneras todos los años te pasa lo mismo, así que acéptalo. Yoh, enciende la fogata... y rápido, sino hoy no cenas. Tamao, busca los papeles, por favor- en un abrir y cerrar de ojos todo estaba listo para terminar Tanabata con el pedido de los deseos, algo que minutos atrás habría parecido imposible, de no ser por el genio de la Itako.

Al final, y al resguardo del pronunciado techo de la glorieta, todos se pararon formando un círculo alrededor de un pequeño fuego que Yoh había encendido en un recipiente. Cada uno tomó su papel, y escribió su deseo en él.

- Díganos, doña Anna, ¿qué desea este año de Orihime?- preguntó Ryu, para comenzar con el ritual.

- Deseo que los clientes de la pensión aumenten para tener mas ingresos, y poder vivir con los lujos que sé que merezco- comentó resueltamente la Itako, al tiempo que arrojaba su papel al fuego crepitante.- ¿Que quieres tu, Yoh?- preguntó al joven que estaba a su izquierda.

- La verdad- dijo Yoh- es que pense bastante y lo único que quiero es vivir tranquilo jijijii- dijo, al tiempo que todos revoleaban los ojos pues se esperaban algo un poco mas sofisticado.- ¿Tu que deseas, Tamao?-

- ¿Sí? estem... yo...- comenzó a dudar la joven ante la impaciente mirada de Anna que quería acabar con todo de una vez. Si bien sabía que lo que iba a decir tendría repercusiones, recordó lo aprendido en teatro, y se decidió. "Al diablo" pensó resuelta, antes de formular su deseo- Bien, deseo que el señor Horo Horo pueda quedarse una temporada mas con nosotros, estoy segura de que si vuelve en estos días a Hokkaido todos lo van a extrañar mucho- terminó, mas roja que un tomate, al igual que Horo, que no sabía donde meterse.

- Yo deseo- continuó Ryu- encontrar mi lugar favorito y tener alguien con quien compartirlo.- formuló, y luego arrojó el papel al fuego- ¿Qué deseas, Naomi?-

- Yo deseo que todos sus deseos se cumplan, y que nuestra felicidad dure por siempre- pidió, al tiempo que miraba a Len quien todavía sostenía a un somnoliento Tsen en brazos- ¿Jun?-

- Deseo que mis padres se modernicen y me permitan mudarme aquí, con Lee Bruce Long, y que mi hermanito me de muchos sobrinos- agregó, haciendo que el rostro de Len se volviera escarlata.- ¿Horo?- preguntó al aun avergonzado Ainu.

- Yo... quiero que Pilika salga bien en los estudios- fue todo lo que pudo decir. También había pedido una novia, pero como estaban as cosas, lo mas probable era que eso ya estuviera en proceso. Arrojó el papel al fuego y miró a Len. -¿Y tu que deseas?- le preguntó a su amigo con interés.

- Nada.- dijo sin alterarse.

- ¿¿Nada??- preguntó exaltado el Ainu.

- Exacto, nada. Comparto el festival con ustedes porque sé que les es importante, pero no creo en esas cosas, solo en lo que las personas pueden hacer por si mismas- explicó, ante la mirada de todos. Al ver que Horo Horo lo seguía viendo con incredulidad, agregó algo exasperado. – De acuerdo, deseo que tu pequeño cerebro se ponga en funcionamiento y te proporcione un mejor presente ¿eso te complace?- preguntó al tiempo que le echaba una mirada burlona a su compañero.

- Eres un engreído, ¿lo sabías?- le espetó al tiempo que comenzaba a tensarse- deberías callarte antes de decir esas estupideces-

- ¿Quieres que me calle?- preguntó con un dejo de diversión el joven shaman.- Inténtalo, si es que puedes- lo provocó al tiempo que dejaba a Tsen en manos de Jun y se disponía a entablar una de sus clásicas peleas, infaltables en cada reunión. Los demás presentes esperaron resignados a que terminaran de discutir, y que Yoh les quitara las ganas de pelear, para poder volver a la pensión.

Una vez disuelto el pleito, todos comenzaron a encaminarse a las aguas termales de Fumbari, para poder descansar de un día maravilloso, y observar las estrellas desde el patio del recinto. Len y Naomi se quedaron un momento mas en la glorieta, disfrutando de un pequeño momento de soledad con su hijo. Luego de un agradable momento de silencio, Len tomó la mano de Naomi y la apretó con suavidad, al tiempo que tomaba aire y se preparaba para hablar.

- Escucha Naomi...tengo algo que decirte. El año pasado mis padres compraron una casa en las afueras de Fumbari cuando nos casamos, pensando con razón, que me cansaría del edificio familiar y querría un lugar con mas privacidad para establecerme. Faltaban acondicionarse algunas cosas en ese momento, y te lo oculté porque quería que te agradara... en todo sentido. No pude decírtelo pues nos separamos una semana antes de que terminaran de reformar la casa como lo deseaba, y... bien, ha estado cerrada desde entonces.- hizo una pequeña pausa- yo quería preguntarte...-

- ¿Sí?- inquirió ella con una pequeña sonrisa anticipatoria.

- Quería preguntarte si te agradaría que los tres nos mudáramos a esa casa... cuando estés lista- preguntó algo indeciso. Sabía que ella lo amaba, pero no le bastaba solo con eso, quería tenerla bajo su techo y durmiendo a su lado, como siempre tendría que haber sido y sabía tranquilamente que ella podría pedirle que espere de nuevo.

Una casa propia, de los dos, sin parientes ni veintenas de empleados girando a su alrededor interrumpiendo todo el tiempo... era mas de lo que Naomi podía desear. No tuvo palabras para expresar la alegría que sentía en ese momento, así que optó por la mejor opción, un corto pero entusiasta beso en los labios de su marido.

-¿Eso contesta tu pregunta?-

- Sinceramente no parecías muy entusiasmada...- declaró Len con intención, al tiempo que la miraba con el rabillo del ojo.- esperaba un poco mas de reconocimiento... no importa si me lo das tu, o tengo que salir a buscarlo por mi cuenta- con este ultimo dicho, tomó a Naomi entre sus brazos y la besó con pasión hasta que ambos sintieron una enfurruñada protesta que provenía de entre ellos. Al mirar hacia abajo, no pudo evitar sonreír al ver a su hijo reclamando su atención. Sin decir nada lo tomó con un brazo, y con la mano libre tomó la de su esposa.

- Es hora de irnos. Dudo que Anna nos abra la puerta si llegamos un poco mas tarde... y no vamos a terminar Tanabata sin los tontos, supongo que será un buen espectáculo ver el cielo desde la pensión- decidió, al tiempo que comenzaban a caminar por el parque en dirección a la casa de Yoh. La lluvia había parado, y el cielo se había despejado tan pronto como había comenzado a llover.

- Así que... no tenías nada que decirle a Orihime este año ¿eh?- preguntó Naomi, mirando hacia delante.

- No es del todo verdad- admitió él con una mueca- es cierto que no tenía nada para pedir, pero si mucho para agradecer. Igualmente, no iba a darle la oportunidad a los tontitos de inmiscuirse en asuntos de mi esfera privada... y eso deberías saberlo...- explicó, al tiempo que la mano que tomaba la de Naomi pasaba a su cintura.- No pedí nada en esta noche, porque por fin puedo decir que todo lo que quiero, lo tengo ahora conmigo- Ambos se observaron por un breve momento con notorio afecto en la mirada para proseguir la caminata en silencio, con las últimas canciones del festival de las estrellas resonando en sus corazones.

Fin.

Si! Aprobé los dos finales de la universidad así que me apuré a escribir lo que me quedaba del fic para que no se enojen tanto conmigo... Bueno, ya terminó. Realmente espero que les haya gustado, yo en lo personal estoy contenta porque es el primer fic que publico y llegué a los 149 reviews, algo que ni siquiera se me había cruzado por la cabeza. Ah! Me olvide de decirles la otra vez, el que quiera mandarme un fanart, que lo haga, después los voy a poner en mi blog (clickeen en mis datos para ver la dirección). Ahora estoy por empezar un fic de Yu Yu Hakusho, (en realidad ya lo empezé, pero tengo solo dos hojas... lo voy escribiendo cuando me aburro en la Uni) se va a tratar de Hiei, asi que si a alguna le gusta este lindo koorime, en estos días ya van a ver el primer capitulo publicado.

Gracias a Brenda-chan, Kizuna, Yom Kippur, Mimi de Yagami Asakura Tao, Raven-Skuld, Kanna Sagara, Tiza, Zoe Orimoto Tao, Mangabaka, Kajime y Lauren Oceon por los reviews de la primera mitad del capítulo, espero que la continuación les haya gustado!!

Muchos besos y abrazos a todos los que siguieron la historia, espero que todos tengan mucha suerte este año.

Vale